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Capítulo 7: La primera página.

Ah, estoy apunto de pasar un mal rato. 

 un animal gigante eran lo único que sonaban en este sombrío lugar. 

Con mis dientes apretados hasta más no poder corrí hacia el fondo del bosque. Puse toda gota de energía en mover mis delgadas piernas para escapar de este lugar. 

*Thump* *thump* *thump* 

Esa cosa no se iba a quedar atrás. Está persiguiéndome a paso veloz. 

Su robusto cuerpo no es apto para una persecución debido a todo los obstáculos que se encontraban en el camino, pero eso no lo preocupaba, después de todo cualquier cosa que apenas lo toque era mandado a volar. 

Los árboles que parecían bestias gigantes caían y se rompían como ramitas secas ante la embestida de su cuerpo. 

Esa cosa tan terrorífica está persiguiéndome sin parar. 

¡Corre, Bell, corre! 

Si esa cosa me atrapé estoy muerto, no puedo ni siquiera imaginar los horrores que esa cosa haría si caigo en sus garras tan solo unos segundos. 

Puedo escuchar cada paso, su aliento y sus rugidos, todo causa que mi cuerpo tiemble más y aumente más la potencia de mi huida. 

No quiero mirarlo, necesito ver al frente o moriré. 

Salto arbustos, trepó árboles y salto hacia otro. Esquivando obstáculos con una extrema precaución y miedo. 

Si me equivoco y caigo es mi fin. 

El lugar está lleno de obstáculos, y mi cuerpo no es tan poderoso para destruirlos a placer, solo tengo que esquivarlos sin perder velocidad. 

–¡...! 

Mi corazón late a mil, parece que se saldrá de mi pecho y también huirá de este lugar. 

Maldita sea, ¡¿Por qué tenías que aparecer?! ¡Estuviste ausente durante 4 días! ¡¿Por qué justo ahora?! 

Mi cabeza no deja de doler. Las preguntas incesantes apuñalan mi mente, eso no mejorará nada el dolor. Estoy en una mala situación, en la peor de todas. 

*ROOOOOOOAAAAAAARRR* 

La bestia ruge, se está desesperando. No puede alcanzarme. 

Si, ella será muy grande y fuerte, pero en una batalla de velocidad sus grandes dotes se vuelven nada más que estorbo para ello. 

Soy veloz, puedo mantener una buena distancia de el, y si las cosas van bien podría perderlo en el bosque, así que tengo que seguir corriendo por mi vida. 

Aún así no podrá ser veloz, pero tampoco era lento, podría mantener el ritmo de la persecución sin bajar aunque sea un poco la velocidad. 

Soy ligeramente más rápido que él. Al menos eso es una ventaja. 

Corriendo, saltando y esquivando, todo eso era lo que tenía que hacer, no tenía que tener una confrontación directa con esa bestia, no tendría porqué luchar. 

Sonaba fácil, solo correr, pero la verdad es que me estaba desgastando. Mi cuerpo se está cansando, no he dormido y ni siquiera he tenido una buena alimentación más que simples pescados. 

No estoy en mis mejores momentos. Pelear sería un suicidio. 

Aún tengo la lanza, pero no creo que me sirva de algo ahora. 

El viento acaricia mi piel, como si intentará calmarme, pero no puedo controlarme con una bestia gigantesca pisandome los talones. 

Mi respiración agitada es señal de que estoy exhausto. Quiero detenerme y poder acostarme un rato, tal vez beber un poco de agua, si eso quiero. 

*ROOOOOOOAAAAAAARRR* 

Ah, pero esa cosa no será tan amable de dejarme hacer eso verdad. 

--¿Cuánto tiempo…?

¿Cuánto tiempo llevo corriendo? No lo sé. 

Parece que empecé hace una eternidad, y que aún falta una eternidad para acabar. 

El sudor no deja de caer en toda parte de mi cuerpo. Estoy excesivamente nervioso. 

Sin embargo aún tengo la ventaja, si esa cosa sigue persiguiéndome a esa velocidad pronto podré perderla, si, voy a perderla. 

Por un momento pensé que podría salir de esta, pero el sonido que provenía detrás de mí supo que ese sentimiento no se haría realidad. 

Al mismo tiempo que mi respiración y mi corazón se llenaban de ansiedad, gire la cabeza para observar al gigante oso detrás mío. 

Se detuvo. 

Pero no fue por mucho, la tierra empezó removerse cuando todo su cuerpo parecía tomar impulso, no parecía, lo estába haciendo. 

Sus pesadas patas aplastaron el suelo con una fuerza titánica, para luego liberar toda la carga directo hacia mi a una velocidad impresionante. 

–¡....! 

Él salto. 

Esa cosa saltó hacia mí como una bala de cañón.

Apenas pude reaccionar. Mi cuerpo saltó desesperado hacia un lugar lejano del impacto. Volando lejos del lugar del impacto aterrize sin gracia y rodando por el suelo. 

Recostado en el suelo, me levanté débilmente y mire el lugar dónde había estado hace algunos segundos. 

–¡...! 

Mis ojos se abrieron hasta más no poder. Las ganas de llorar pronto azotaron mi cuerpo. El nerviosismo se dispare al ver el tremendo cráter que el oso había dejado. 

Si hubiese estado allí no sería nada más que carne picada. 

--.... 

Mi respiración se agita. 

Haber estado tan cerca de la muerte no se siente nada bien, tengo que huir de aqui. 

La tierra levantada debido al impacto del oso pronto se desvaneció. Allí en el cráter, la bestia rugió en decepción de no haber podido atrapar a su presa. 

Así que volvió a cargar su ataque. 

–¡¡¡....!!! 

Mi cuerpo entró en pánico. 

Mis piernas parecían que se desplomarían, no tenían las fuerzas para moverse y obedecer mis órdenes. Estoy siendo consumido por el pánico. 

Pero aún así, regresando un poco a la realidad sabía que si me quedaba allí sería asesinado, así que usando lo último que me sobraba de cordura pude moverme. 

Salté de inmediato. 

Esa cosa volvió a impactar destruyendo gran parte del lugar. 

Nuevamente el miedo se apoderó de mi. 

No fui lo suficientemente rápido, esa cosa logro rozarme. 

¿Se estaba volviendo más rápido? No, yo me estoy volviendo lento. 

Aún sostengo la lanza fuertemente en mis manos, la cual no pienso dejar ir por nada del mundo. 

Nuevamente me levanto. 

Las heridas de mi cuerpo ya comienzan a notarse. 

Lanzarse a toda velocidad hacia un lado y golpearse con todo alrededor eran causante de la sangre en mis ropajes. La tierra se mezcló con ellas, causando ardor inaguantable. 

Duele, todo mi cuerpo me duele. 

–¡...! 

Nuevamente mire hacia la bestia quien yacía parada en el nuevo cráter que había ocasionado. 

Él me observaba con rabia. Quería mi carne, mi vida. 

Entonces se abalanzó hacia mí. En cuatro patas corrió hacia para poner fin a esta cacería.

El mundo parece que se detuvo. 

Esa gigantesca cosa abrió la mandíbula dejando ver sus inmensos colmillos, los cuales serían los responsables de acabar con mi existencia. 

El miedo y la ansiedad broto en mi corazón mientras miraba la escena aterradora. Un gigante corriendo hacia mi. 

Solo me quedé parado observando como se levantaba y alzaba su gigantesca pata hacia el aire. 

Pude ver como sus garras gigantes bajaron a gran velocidad para cortame por la mitad. Solo pude quedarme mirando mi propia muerte.

Miedo. Muerte. Miedo. Muerte. 

[Y sin embargo, el miedo es lo que los hace mover, ¿No lo crees, Bell] 

Salte hacia un lado esquivando la garra al último segundo. 

–... 

Esa voz… 

Recordé aquel sueño que tuve. Recuerdo a aquella persona que me dió ánimos. 

Ese espíritu me había hablado.

El viento me había hablado. 

Apreté mis dientes con fuerza mientras maldecía mentalmente al débil yo que olvidó completamente lo que había prometido. 

Si sigo huyendo, si sigo corriendo de las cosas que me aterran entonces nunca podré mejorar, no podré mirar a la cara a las personas que quiero. 

Mi pecho duele. 

[¿No quieres volver a fallar?] 

Aquella voz nuevamente habló, preguntando con curiosidad. 

–No quiero… 

Respondí con sinceridad. 

No quiero volver a fallar. No quiero perder. 

Mire al oso que nuevamente se preparaba para atacarme. 

Él había sido el responsable de mi primer fallo, y está tratando de repetirlo igualmente está vez. 

No sé lo permitiría. 

[¿Estás listo?¿No huirás más? No te culpare] 

Estoy listo. 

No huiré de este lugar, era hora de dejar de correr. 

[¿Tienes miedo?] 

Si, lo tengo. 

Pero tengo mucho más miedo de fallar. 

[Entonces está hecho, déjame ayudarte] 

¡Si! 

–.... 

Pude sentir como el viento se volvía más tempestuoso, agresivo y sagaz. 

El viento pasó por mi cuerpo para darme un agradable abrazo para luego desaparecer y seguir su camino. 

No me sentía más fuerte o rápido, solo me sentía más determinado.

Así que muchas gracias, Aria. 

[No pierdas, Bell] 

No lo haré. 

Aún con miedo y temblor en mi corazón observé fijamente al oso gigante. El cual no espero más y cargó hacia mi, pero está vez era diferente. 

No él, si no yo, porque yo ahora están corriendo, no al contrario como lo había hecho hasta hace unos momentos, sino que directamente a él. 

Ambos rugimos y nos abalanzamos con todas nuestras fuerzas. 

La batalla está a punto de comenzar. 

X.  X.  X. 

Las luz de la una y las estrellas iluminaban la escena donde una gran batalla se estaba desatando. 

Flores, árboles y animales eran testigos de dos grandes bestias luchando para coronarse como el vencedor. 

Si ellas pudieran hablar seguramente dirían que era increíble. 

El oso que recientemente se había despertado de su sueño buscando comida, y el niño que tenía una misión que cumplir a toda costa. 

Las garras del oso desbaratan todo lo que se pusiera en su camino. 

Los árboles titánicos eran mandados a volar por la fuerza producida por los impactos del oso. 

El chico que no dejaba de moverse hacía que la bestia fallase cada vez que atacaba. 

Moviéndose libremente en el aire, el chico parecía volar cada vez que las garras lo intentaban alcanzar. 

Las garras a penas y lo rozaban, pero con cada movimiento del oso Bell sabía que su vida se acortaba mucho más. Si seguía así entonces llegaría el momento en que finalmente conectaría uno. 

Entonces el primer golpe lo daría él. 

Un ataque, el oso nuevamente bajo sus garras para rebanar al chico. 

Bell aprovechó ese momento. 

Usando cada pizca de agilidad esquivo las cuchillas que acabarían con su vida y se abalanzó directo al frente de la bestia. 

El oso no se lo esperaba. 

El chico que hace unos momentos había estado huyendo se dirige a él a una velocidad aterradora. 

No había tiempo para reaccionar, sus patas no sería tan rápidas. 

–¡...! 

En un segundo Bell ya se encontraba a centímetros del oso, y entonces un golpe voló hacia la mandíbula del monstruo. 

Un fuerte golpe encajó en la boca de la bestia, la cual no parecía haberse inmutado debido a eso. 

Débil, el golpe había sido débil. 

A pesar de que el chico vertió toda su fuerza en ese puño, no habia hecho nada que un poco de daño hacia el oso, el cual no parecía preocuparse por eso. 

Bell lo supo. 

Salto lejos nuevamente lejos de aquella bestia para pensar la situación. 

–No funciona… 

Usar los puños era la primera opción. No tenía más armas que usar contra el. 

Su lanza, la cual ya había dejado caer, no era más que una piedra y un palo, no serviría de nada contra esa muralla impenetrable.

Por un momento el corazón del chico se apretó. 

¿Cómo podía causarle daño a esa cosa?

Sus golpes no parecían funcionar mucho, pero aunque sea un solo poco servirá. 

Entonces solo tendría que molerlo a golpes hasta que colapse. 

Pero eso tardaría mucho. Bell no tenía la suficiente resistencia como para aguantar mucho tiempo en esa pelea. 

Aún así era su única opción. 

¡Una pelea a puño limpio! 

¡Una pelea de resistencia! 

¡¡Quien caiga primero será el vencedor!! 

–¡....! 

Ambos volvieron a lanzarse entre si. 

Una lucha de salvajes siendo iluminada por la luna, siendo observada por los dioses en cielo. 

Los árboles volaron juntos con los contrincantes. 

La tierra se deslizo mientras ellos corrían esquivando cada uno sus golpes, unos mortales y otros débiles. 

El oso lanzaba cuchilladas como si no hubiera un mañana, su vida dependía de eso, como si supiera que si el chico no muere aqui, entonces algo malo pasará. 

Con los ojos en llamas, el oso atacó con una intensidad que terraformaba el terreno a su alrededor. 

La tierra volaba y el pasto era arrebatado de su hogar. Una destrucción total al lugar. 

--.... 

Bell esquivaba con desesperación cada cuchillada. Si llegara a impactar le seguramente sería la última cosa que viera, unas garras atravesandolo. 

*ROOOOOOOOOOAAAARR*

La bestia grito en rabia. 

Cómo si pidiera a gritos que el niño deje de moverse para poder asesinarlo finalmente. 

Molesto. 

El chico era un bicho molesto para el oso que se autoproclamaba el rey de este bosque. 

No podía matar a un simple niño, si eso seguía así entonces como podría seguir siendo la máxima autoridad en ese lugar. El monstruo estaba molesto. 

Quería conseguir su carne y su sangre, pero no hacia nada más que recibir puños del chico. 

Eran débiles y sin fuerza, nada que pueda detenerlo. 

Pero pronto se dió cuenta que mientras más golpes recibía, incluso si eran débiles le estaban haciendo un daño. 

Especialmente si el chico solo apuntaba a lugares que eran las partes más débiles de su impenetrable cuerpo. 

Ojos, nariz y oídos eran golpeados por patadas y puños del chico. Poco a poco lo dañaba, si seguía así entonces tendría un problema. 

Pero aún así sabía algo, que no importa qué tanto golpeé el chico y que tanto daño le haga con sus débiles puños, no sería derrotado por eso. 

–¡¡...!! 

El monstruo rugió nuevamente. Su victoria ya estaba dicha. 

Golpea conectaban en el rostro del monstruo. 

Bell no dejo de golpear. 

Durante cada segundo que pasaba, decenas de golpes del niño volaban hacia el rostro del oso gigante. 

Un puño. 

Una patada. 

Otro puño. 

Otra parada, está vez más fuerte y desesperada. 

Bell lo sabía. No importa cuánto lo intente, este monstruo no parece inmutarse a sus ataques. 

Si tuviera algo filoso, o un objeto contundente tal vez podría hacerle más daño y tener más oportunidades de ganar. 

La mente de Bell era un desastre. Su cabeza dolía junto con todo su cuerpo, y la desesperación poco a poco empezaba a qué el chico se desconcentre más. 

No había oportunidad, pero aún así lo seguiría intentando. 

Sin embargo tenía aunque sea una ventaja sobre él, la velocidad. .

No sabía que había sucedido, pero era más rápido que antes.

Podía sentir que era uno con el viento, moviéndose libremente como un pájaro en el aire. 

Se sentía ligero y para nada pesado. 

Está sería la ventaja que le daría la victoria. 

Veloz como el rayo Bell el siguió intercambiando golpes con el oso.

Uno, dos, tres. 

Tantos golpes cayeron en la cara del monstruo que poco a poco empezaba a desorientarlo. La ferocidad en que los puños chocaban hacían temblar el aire a su alrededor. 

No es que los golpes sean débiles, no, esos golpes ya habrían dejado en el piso a cualquier humano superior a la media, incluso podría llegar a destruir árboles de un fuerte puñetazo, solo que su oponente era una muralla impenetrable. 

Pero como todos muralla, Bell la iba traer hacia abajo. 

Apretando los dientes Bell siguió con la tormenta de golpes que lograban alterar aún más a la bestia, haciendo que se descontrole y falle todos sus golpes. 

Está estrategia parecía funcionar, la esperanza aumentaba en el pecho del chico, el miedo poco a poco se desvanecía y la frase "¡¡Puedo ganar!!" aparecía en su cabeza. 

Lastima que no era así. 

*Crack* *Crack* 

El estado de euforia total de Bell se desvaneció cuando un sonido peculiar llegó a sus oídos. Algo rompiéndose hizo que Bell retrocediera de la batalla. 

Salto hacia atrás y observo como sangre volaba por aire. El rojo que tiñó el ambiente hizo que el corazón de Bell diera un vuelco. 

–¡N-No es cierto…! 

La sangre que pronto cayó al piso no era de la bestia que había estado siendo molida a golpes. Sino era la del chico quien había intentado una táctica tan inútil. 

Las manos del chico ardían. 

Se resignaba a ver el lugar donde de pronto un ardor sin igual había ocasionado que su pecho se apriete con fuerzas y que sus lágrimas amenazen con salir. 

Al mismo tiempos que sus latidos aumenten debido al intenso dolor y cansancio, Bell no tuvo más elección que mirar sus únicas armas. 

–.... 

Un sonido mudo salió de la boca de Bell, la cual se cerró con fuerza para evitar gritar desesperadamente. La vista era horrible, tanto que hizo que el chico tenga ganas de vomitar. 

Sus manos, las cuales habían servido como sus espadas en está batalla a muerte habían sido totalmente destrozadas. 

La piel se había desprendido de ellas, sus uñas ya se habían salido hace mucho, dónde solían estar antes solo había carne roja sangrienta manchada de tierra. 

Sus dedos, los cuales ya no formaban puños, ahora se encontraban apuntando a lugares antinaturales para la forma de una mano normal. 

Estaban totalmente destruidas. 

Esas cosas ya no podrían considerarse manos. 

El chico miraba con lágrimas de dolor intenso sus armas de batalla, las cuales ya habían llegado a su máximo nivel de uso. 

El alma de Bell parecía que se había apagado. La esperanza se perdió e hizo que el chico solo pensará que había llegado el fin de todo. 

*Thump* 

El chico cayó de rodillas sin poder soportar el dolor infernal que apuñalaba con furia su cuerpo. 

Los fuertes jadeos llenaron el ambiente llegando a los oídos de la bestia, quien había estado mirando fijamente la escena del chico cayendo ante él. 

Su ojo izquierdo, el cual había sido aplastado por una fuerza desconocida hace días, fue víctima de la mayoría de ataques del pequeño mocoso, él también fue dañado. 

La sangre del oso se convino con la sangre del chico que se encontraba pegada en su cara. El también estaba cansado. 

Había permanecido durante 4 días dormido, o mas bien noqueado, luego se levantó con extrema debilidad, con hambre y dolor debido al golpe que lo mandó a dormir. 

Y justo ahora, hambriento y dolorido se encontraba teniendo una lucha con el niño que habría Sido su presa hace muchos dias. 

El chico se encontraba aún arrodillado mientras intentaba aguantar el dolor provocado por el mismo, su enorme cuerpo parecido a una muralla fue causante de esas heridas. 

Instintivamente, el oso tuvo un pensamiento. 

La batalla ya había llegado a su final. 

Nuevamente, como hace un rato, puso toda sus fuerzas en sus patas traseras y luego en las delanteras, apuntando su cuerpo hacia el chico, estaba dispuesto a aplastarlo con poderoso salto. 

Entonces salto. 

Con la mandíbula abierta se dirigió directamente hacia el cuello del chico. 

El poderoso disparo causó que la tierra sea destruida y removida, el polvo se levantó nublando el lugar eliminando todo rastro de visión. 

La bala se dirigió hacia el chico dispuesto a matarlo finalmente. La muerte había tocado el pecho del chico que aún arrodillado miraba fijamente el suelo mientras temblaba. 

La mandíbula de la bestia se encontraba ya a centímetros de la cabeza de su víctima, la cual pronto sería arrancada y los sueños del oso se harían realidad. 

Muerte. 

Un sonido de muerte llenó el lugar. 

Bell estaba muerto. 

La sangre voló por todo el lugar. Los árboles fueron manchados y destruidos por la fuerza del impacto del monstruo quien ya había cometido su acto atroz. 

Era su victoria… 

O eso al menos eran las ilusiones del oso que tuvo en tan solo una milésima de segundo antes de ser mandado a volar de un fuerte golpe. 

El voluptuoso cuerpo del oso choco con los árboles los cuales no tuvieron la suficiente fuerza para parar a la bestia que había sido lanzada hacia ellos como un muñeco desechado. 

¿Qué pasó? 

Cuando la bestia aterrizó torpemente, levantó lo más rápido con una confusión impresionante. 

El lado izquierdo de su rostro ardía como nunca, pequeños gemido dolor se escapan sin querer de su sangrienta boca, la cual parecía que había sido embestida por un rinoceronte. 

¿Qué demonios sucedió? 

En un momento la bestia recordó aquella sensación de hace unos días. 

El mismo dolor, el mismo sentimiento, pero la potencia no había sido como esa vez. 

¡La cosa que lo daño llegó aquí!

Lo supo de inmediato. 

Aquella cosa que no pudo ver, la cual lo mantuvo dormido por 4 días, hambriento y adolorido había llegado nuevamente al rescate del chico. 

Era su oportunidad de hacer pagar por haberlo hecho sentir tan débil e insuficiente. 

Él, quien había estado cazando por mucho tiempo en estos lares, recuperaria su dignidad. 

Entonces se preparó para dirigirse a cumplir con su venganza, pero lo que vio no le causó nada más que confusión. 

Después de correr hacia el lugar donde había estado apunto de cometer asesinato, no había nadie más que el chico con uno de sus  brazos completamente destrozado. 

X.  X.  X.  

Aún no.

[Aún no] 

Ambos estuvimos de acuerdo con ese pensamiento. 

La sangre gotea por todo mi brazo derecho. 

Está destrozado. 

Los huesos que se habían partido se podían ver desde fuera, la piel y los músculos desgarrados también eran una decoración en este desastre llamado brazo. 

Puse todo en ello. 

Antes de que ese monstruo acabará conmigo puse cada pizca de poder en ese golpe.

El viento que parecía que arremolinaba en mis pies, los cuales me daban una ventaja tremenda, está vez se pusieron en mi puño derecho, a pesar de estar destruido aún así lo usé para golpear. 

Esa cosa voló lejos de mi. 

No me esperaba que el golpe fuera tan poderoso, pero después de ver cómo quedó mi brazo supe que fue todo. 

Use tanta fuerza que mi propio cuerpo ni siquiera era capaz de aguantar, eliminando así mi brazo derecho de este combate. 

No puedo moverlo, eso es obvio. Estaba roto, destrozado y maltrecho. Ya no había nada que pudiera hacer por él. 

Fue mi última muestra de poder en está batalla la cual ya estaba llegando a su fin. 

–....

Tenía una buena y mala noticia. 

La buena es que ya no me dolía la cabeza y ninguna parte del cuerpo. 

La mala es que ya no puedo sentir nada. 

–... 

Esa cosa me mira fijamente. Está siendo cautelosa conmigo. ¿Ahora finalmente me ve como una amenaza? Creo que tal vez lo hizo por un momento, pero en este estado ya no lo soy para nadie. 

Apenas y puedo mantenerme en pie y solo me queda un brazo y un puño destrozado. 

Eso era suficiente.

–¡Vamos…! 

Grité con euforia. 

Estoy magullado y en un estado deprorable. 

Pero eso no significa que había perdido. 

Puede que haya caído en la desesperación varias veces, o que el miedo me allá consumido. 

Me había decidido en el momento en el que esa agradable voz me habló. 

Yo no perderé. 

No importaba si tenía que romper otro brazo, la lucha no acabara aún hasta que yo caiga incapaz de mover un solo dedo. 

Yo no perderé. 

No importa si es que tengo que arrastrarme y derrotarlo a mordiscos. 

¡Yo no perderé! 

Se lo prometí. 

Si no puedo ganar esto, entonces como podría ser el héroe de mamá. 

¿Cómo podría ser ese héroe que le prometí el día que ella dejó ver su lado más vulnerable? 

No hay razón para rendirse. 

No hay razón para huir. 

El verdadero primer paso está aquí. 

La primera página de mi historia será escrita justo en este lugar. 

La sangre que se entrevera con la tierra será testigo de la primera aventura que tendré. 

Esta es mi aventura.

Está es mi resolución. 

¡¡Yo quiero ser un héroe!! 

– ——

Apretando mis dientes corrí hacia el monstruo dispuesto a acabar todo de una vez. 

Pero está vez sería más inteligente.

Rompí la ropa que cubría la parte superior de mi cuerpo y ate mi brazo herido al cuerpo evitando asi que sea un estorbo. 

El oso vio esto con ojos sorprendidos, para luego cambiar su extensión a una totalmente de enojo, e igualmente que yo, se abalanzó directamente hacia mi. 

Juntando nuevamente sus piernas uso su ataque más poderoso otra vez. Una embestida.

Cómo una bala el fue a matar. 

Con las garras por delante tenía planeado atravesarme en el momento que llegara a mi destino. 

Pero eso fue inútil, él nunca llegó. 

Antes de que sus garras atravesarán mi pecho, salte con todas.mis fuerzas, esquivando por poco la muerte. 

Pasé por arriba de el, como si simplemente estuviera saltando un obstáculo que se hallaba en cualquier camino en una carretera. 

Entonces el sonido de carne siendo atravesada llegó a mis oídos y la de ese monstruo también. 

*ROAAAAAAAAR

Un rugido salió de su sangrienta mandíbula, el denotaba intenso dolor y ansiedad. 

Yo, quien había saltado por encima de él, antes de caer hacia el otro lado, apuñale el ojo derecho del monstruo con una piedra que tome antes de saltar.

Un engaño simple y muy efectivo. 

Usando su propia fuerza, la piedra filosa se clavo directamente en uno de los lugares más sensibles de ese despreciable oso.

Aterrice con torpeza dándoles la espalda. 

No importa qué tan fuerte sea tu cuerpo, hay lugares que simplemente no hay forma de entrenar o endurecer. 

Los ojos eran uno de ellos. 

La sangre manchó todo el rostro del oso quien se retorcía de dolor. 

Ya tenía el ojo izquierdo destrozado, y ahora el ojo derecho había sido cegado completamente. El oso ahora era ciego. 

El mundo se apagó para él. No le quedaba más que confiar en sus otros sentidos si quería sobrevivir a esta batalla. 

–... 

Yo lo sabía. 

Ese oso no era normal.

 Podía ver rastro de inteligencia en su manera de actuar. 

Se mantenía cauteloso e incluso a veces tomaba decisiones que haría que yo me ponga en situaciones desesperadas. 

Pero sabes, incluso si soy un torpe natural también tengo un rastro de inteligencia en mi. 

El oso se dió la vuelta directamente donde yo estaba. A pesar de estar ciego aún así sabía dónde me encontraba. Su olfato servía como localizador e igualmente su oído. 

Se hallaba extremadamente furioso. 

No lo culpo, yo también lo estaría. 

Se abalanzó hacia mi directo para matarme sin piedad, justo lo que esperaba. 

Instintivamente supe que la batalla llegaba a su fin. 

Había algo que me di cuenta cuando llegue a este lugar. 

Esquivé un ataque. 

¿Por qué los árboles eran tan grandes y robustos? 

Esquivé otro ataque que acabaría con mi vida en un instante. 

No creo que sea la respuesta correcta la que tengo en mi cabeza. Pero creo que sirven para aplastar a esta cosa. 

Corrí lo más rápido que pude hacia el lugar con árboles más grandes que ví. El lugar poco a poco se volvía más estrecho. 

El oso me seguía mientras se chocaba con los árboles y los mandaba a volar. 

¿Cómo aplastaría a este gigante si apenas tengo un brazo? Yo no lo haría, él lo haría por mí. 

No me servirían uno o dos árboles, necesito incluso más una docena golpeando su cuerpo a la vez, dando los golpes que yo no le pude dar. 

Solo tenía que hacer que hacerte los golpes en los árboles indicados y dejar que todo caiga hacia el.  

Entonces un golpe destruyó un árbol y este cayó. 

Lamentablemente para él, sus sentidos fallaron y el árbol igualmente falló en dar. 

Se estaba desesperando. 

Aprovecharía está ventaja. 

La sangre no deja de gotear en mi cuerpo, la misma sangre que le dice dónde estoy. 

Cómo un shock una idea vino a mi mente. 

Él no puede verme, solo puede sentirme. 

Entonces corrí hacia los árboles más grandes y restregué mi cuerpo dejando mi esencia color rojo allí. 

Otro, otro y otro árbol eran manchados con mi sangre al punto que más de veinte árboles ya se vestían del color carmesí. 

El ya no podía verme en más de un sentido. Entonces la desesperación se apoderó de él, haciendo que en cualquier lugar donde capte mi olor sea suficiente para dar embestidas y cuchilladas. 

De vez en cuando me acercaba y silbaba para llamar su atención. 

–¡Por aquí…! 

Hablaba para desorientar mientras arremetía contra todo el lugar. 

Los árboles poco a poco empezaban a romperse y dando señales que se caerían. 

Los árboles que yo mismo había seleccionado pronto caerían con tal fuerza de impacto que aplastarán todo en el área. No solo ellos, la fuerza con la que caigan derrumbaran otros, y luego otros, haciendo un efecto domino que terminara por aplastar todo a su paso. 

El oso estaba cavando su propia tumba. 

Había un dicho que leí en una de las historias heroicas de los libros que leía. 

"Si tú oponente es más fuerte, entonces usa tu cabeza" 

Y eso es lo que hice.. 

El último árbol que daría fin a esta batalla sería destruido por mi, usando toda mi fuerza use la cabeza para acabar con todo. 

Un fuerte cabezazo impactó en el tronco del árbol, el cual pronto caería. 

Con un sonido de. *Crack* el cual no sabía si vino de mi cráneo o del árbol lleno de mis oídos y los de la bestia.

Duele.

Puedo sentir la sangre brotar de la fisura en mi cabeza. 

Pero valió la pena, todo el lugar estaba apunto de ser sepultado por árboles gigantes. 

El oso no se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo hasta que los sonidos de los troncos partiéndose llenaron el lugar. 

Lo sé muy bien. 

Este plan no hubiese funcionado si aún tuvieras tu ojos, eres inteligente pudiste haberme matado hace mucho, pero en este momento es donde yo gano. 

Ah, ojalá y esto se me hubiera ocurrido desde el principio, pero está bien, para la próxima la experiencia ya quedará en mi memoria. 

Pero aún no ha terminado. 

Él puede huir aún. 

Y justo ahora lo está haciendo, intentando salir de lo que pronto sería su tumba. Puede correr y escapar usando su poderoso cuerpo. 

Sin embargo te necesito quieto. 

–¡....! 

Justo en el momento en que la bestia planeaba correr, me puse delante de él bloqueando el camino. No pasaría. 

–¡Quédate aquí…! 

Grité con fuerza mientras cargaba toda mi fuerza hacia mi puño izquierdo deformado. 

Nuevamente, usando hasta la última gota de fuerza, de poder, recordando el momento en que ese poderoso ataque había destrozado mi brazo, reuní todo el coraje del mundo y golpee con extrema capacidad destructiva hacia la quijada del oso. 

¡Un golpe de abajo hacia arriba! 

*Crack* 

Algo se rompió. 

Era mi brazo izquierdo. 

Sin embargo no fue en vano, ya que el ataque dió completamente en el blanco, levantando al oso por los aires, para luego caer inmóvil al suelo. 

La tierra tembló, todo estaba por colapsar.

Fue un instante, de pronto todo cayó en el lugar, siendo aplastado por los gigantescos árboles nada sobreviviría a esta avalancha de flora. 

La batalla había terminado.

X.  X.  X 

Una destrucción masiva. 

Los gigantes árboles arrasaron todo a su paso, todo excepto una cosa. 

Un pequeño niño salía de los escombros. 

Con los dos brazos colgando, destruidos y machados, con los huesos por fuera, con la cabeza rota y cuerpo lleno de heridas el pequeño chico caminaba lentamente siendo iluminado por la luz de la luna y las estrellas. 

No sabía a dónde iba, o porque seguía caminando. 

Solo quería hacerlo. 

Su cuerpo que parecía que pronto colapsaría incluso con el toque de un pétalo, aguantaba increíblemente todas esas heridas que seguramente eran mortales. 

Al chico no le importo esto. El solo seguía caminando. 

Al ver todas las heridas en su cuerpo podrías pensar que el chico estaría llorando por el dolor mientras se retuerce en el suelo. 

Si, el chico estaba llorando. 

Sin embargo, no eran lágrimas de dolor ni de tristeza. 

Eran lágrimas de felicidad. 

Lágrimas de un niño que había conseguido su objetivo.

 Las lágrimas de un niño que había recibido el regalo más preciado para él:

La victoria. 

Entonces el chico dejó de caminar. 

Finalmente se desplomó sobre sus rodillas. 

Con los brazos colgando y una sonrisa pintada en su rostro observo el cielo nocturno, el cual había sido testigo de su primera gran azaña. 

El chico sonrió a más no poder mostrando su sonrisa más infantil hacia las estrellas, para luego observarlas con cariño. 

El aire frío hizo temblar un poco al chico, pero pronto un viento tranquilo lo pareció calentar un poco mientras se arremolinaba sobre su cuerpo para luego desaparecer mientras parecía que decía algo. 

Entonces los ojos del chico empezaron a cerrarse

El fin llegó. 

Pero antes de caer en un abismo totalmente negro, antes de que sus ojos se apaguen por completo, la imagen de una mujer aparecio por su adolorida cabeza.

Entonces él chico preguntó con sincera curiosidad: 

–¿Lo hice bien, mamá? 

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Qué adictivo que es nuevo juego de Danmachi. Me encanta.

El capítulo 7 ya está aquí y en menos de un año...Me he superado a mi mismo en este momento.

Yo también estoy evolucionando.

Bueno, rompo causa.








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