Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 10:

La fría noche apenas había comenzado.

Las estrellas brillaban con intensidad, pero la gigantesca luna opacaba su brillo con fiereza.

Una noche espléndida y sublime, perfecto para que un pobre muchacho vaya dormir sin preocupaciones…

Claramente ese muchacho debía ser yo.

–¡No dejen que escape…!

–¡Atrapen al mocoso de inmediato!

–¡Vamos, ven chico, te daré algunos valis!

Ah, pero el destino parecía que está noche no era para mí.

¿Qué se supone que estoy haciendo ahora? Pues justo ahora estoy huyendo.

Moviendo mis pies a una velocidad considerable, escapé de unos sujetos encapuchados que vinieron a perturbar mi sueño.

¿De dónde salieron? No lo sé.

Simplemente entraron a mi habitación e intentaron capturarme mientras dormía, pero lamentablemente para ellos, aún no había caído en el sueño, después de todo, una mujer milenaria me torturaba enfriando el lugar donde descansaba.

Corriendo sobre tejados para después saltar hacia otro como un gato, para después escabullirme entre callejones para perder a estos sujetos.

El pueblo de Agris pronto se verá alborotado por unos maleantes persiguiendo a un niño indefenso que solo quería dormir.

–...

[Tu suerte es muy buena, Bell…]

Aquella mujer se hizo presente mientras corría por las calles evitando a los hombres.

Se oía cansada, al parecer ella también quería dormir, pero aquellos sujetos perturbaron su paz, al igual que la mía.

–¿¡P-Por que justo esta noche?! ¡Cuando todo parecía perfecto!,

Grité mientras me decepcionaba de este día.

Había conseguido una cantidad de dinero que me serviría para vivir durante algunos días sin tener que comer comida basura, un buen lugar a un módico precio y armas que pueda vender.

Pero ahora esos sujetos habían llegado a arruinarlo todo.

Me está empezando a doler la cabeza y el estrés no me deja pensar claramente.

[¿Le debes dinero a alguien en este pueblo?]

–¡Es la primera vez que piso este lugar!

[Tal vez vinieron de otro lado…¡Oh, esa diosa ya mandó sus tropas a cobrar!]

La voz de Aria sonaba burlona, el sonido cansado había desaparecido…Tal vez burlarse de mí era mejor idea que descansar.

[De todos modos, ¿quienes se supone que son y porque te están atacando]

–Si lo supiera seguramente también lo sabrías.

[No me gusta meterme mucho en tus recuerdos, ya sabes…Tu privacidad y eso]

–Eso es amable de tu parte…

Ante el comentario de la espíritu, quien tenía acceso a todo tipo de recuerdos y sentidos míos, agradecí que no se metiera tanto en mi cabeza.

Tener a alguien buscando información sin parar dentro de mi mente sería agotador.

–...

El viento parece indicar que algo malo va a pasar.

La conversación con Aria se detuvo un momento.

Mis piernas corrieron más rápido y giraron en diferentes intersecciones del pueblo. Pisando fuerte el camino de roca que tenía el pueblo, tome otra dirección, izquierda, y luego derecha, para así intentar perderlos.

Pero quién sea que sean los que me siguen, parece que son buenos haciéndolo.

Realmente no he corrido a mi máxima potencia, si lo hiciera podría dañar el lugar y realmente no quisiera eso.

No quiero más deudas en mi historial crediticio.

Pero si por alguna razón pasa algo extraño, será mejor correr con todo lo que tengo.

Después de todo, los que me siguen no son tan fuertes.

–...

El cielo nocturno iluminaba mi figura, la cual en una simple pijama de color negro, había corrido hasta este recondito lugar.

Mi espada aún estaba en mi cintura junto con mi cuchillo, mi mochila igual estaba siendo cargada en mi espalda.

¿En serio? En una situación como esa no pude olvidarme tomar esas cosas, prácticamente toda mi vida va allí, en especial la mochila.

[Atento]

Las palabras de Aria me sacaron de mis pensamientos.

Apreté con fuerza mis puños y esperé sus apariciones.

[Te rodearon, ya no hay donde escapar]

–Si, lo noté.

Le respondí con seriedad al espíritu.

De los tejado de las casas, muchas figuras aparecieron rodeandome por completo.

No llevaban armas, ninguno de ellos, solo tenían sogas en sus manos, las cuales habrían servido para atarme cuando estaba "dormido" en la habitación de la posada.

Eso solo quiere decir una cosa.

Ellos me querían vivo.

No sabía para qué, pero realmente tengo curiosidad de saberlo.

*Tap* *tap* *tap*

Las figuras saltaron del tejado y formaron un círculo evitando el escape.

En medio de ellos mis salidas habían sido cortadas.

–¡Eres rápido, mocoso! ¡Pero aún así ya no podrás escapar!

–¡Y nosotros que fuimos amables contigo y nos pagas de esta manera!

–¡Es cierto, devuélveme mis valis que te di de limosna!

[...]

Oye…

¿Esto es serio?

Reconocí esas voces, y como para quitarme de mis dudas, los hombres, los cuales en total eran 15, se quitaron las capuchas para dejar ver sus rostros.

–No puede ser…

Dije casi en un susurro.

¿No me quitarán la recompensa o si?

Ante mí, las personas que había capturado en la tarde se encontraban mirándome furiosamente de pies a cabeza.

¿No sé supone que están bajo arresto? ¿Cómo huyeron del lugar?

Lo único que sé es porque me estaban persiguiendo, pero como sabían dónde estaba…Tantas preguntas harían que me duela la cabeza.

–¡Maldito, mocoso! ¡Si tuvieras mis armas te habría cortado en pedazos! ¡¿Dónde las pusiste?!

El hombre, el cual había sido el sujeto que había pedido mi espada con insistencia por la tarde, ahora se encontraba enojado mientras golpeaba al aire.

Sus armas ahora se encontraban conmigo, las cuales pronto servirán como material de herrero, así nunca haría daño a alguien más…en este caso a mi.

[...]

Aria al parecer no tiene nada que decir, después de todo yo tenía razón.

No quería alardear de eso ahora, no tengo tiempo, pero seguro que se lo haré recordar.

–...

Ahora mismo estoy rodeado por personas muy furiosas que seguramente quisieran arrancarme la cabeza.

Las mismas personas que había capturado hace unas horas.

Pero sobre esta situación ahora solo hay una pregunta en mi cabeza.

¿Si los capturó de nuevo me volverán a pagar?

Esos otros 10.000 valis me vendrían muy bien.

Pero creo que por ahora es mejor saber porqué están aquí.

–¡¿Por qué me están persiguiéndome?!

Grité con fuerza hacia los hombres, quienes no dejaban de tensar sus cuerdas.

–¡Obviamente para vengarnos, idiota!

–¡Si, nos dejaste en ridículo!

Los insultos iban y venían,   los gritos enojados seguramente habrían hecho despertar a algún vecino del lugar, pero parece que justo hoy todos tienen el sueño pesado, o simplemente no quieren verse entrometidos en este asunto.

–¡No solo eso! ¡Te haré una pregunta!

El hombre que parecía más respetuoso que los demás me habló con seriedad.

Su dedo apuntó hacia mí, para luego gritar una pregunta.

–¡¿Tú también vienes con ese mocoso?! ¡¿También vienes con la <Familia Dia>?!

–...¿Eh?

Solté un sonido de confusión.

¿Quién es ese "mocoso" y que tiene que ver esa tal "Familia Día" conmigo?

–¿Eh? N-No los conozco.

Respondí con sinceridad ante las preguntas del hombre.

–¡No te hagas el tonto, niño! ¡Tu fuerza no es la de un chico normal, tu tienes una bendición!

El hombre gritó en un arrebato.

–¡Pensábamos que nos habíamos desecho de esas basuras, pero aquí viene otro idiota a hacerse de espía contra nosostros!

No estoy entendiendo nada en absoluto.

Mi mente no deja de llenarse de preguntas sobre la situación actual.

¿Estos tipos me persiguen por qué piensas que soy de una facción que los espiaba? Ah, creo que tengo que averiguar muchas cosas.

Soltando un suspiro mire fijamente al hombre, el cual no parecía que había terminado de hablar.

–¡Todo iba bien hasta que ustedes aparecieron! ¡Ya no podemos traficar en paz!

–¿T-Traficar…?

–Así es, niño, somos traficantes, no somos simples bandidos.

El hombre inflo su pecho en orgullo tras decir esas últimas frases.

Creo que ese empleo no es algo de lo cual tenía que enorgullecerse, aún así esto era algo sorprendente. ¡Había capturado traficantes en vez de simples asaltantes de carretas!

[Deberías haber pedido una recompensa mayor.]

Aria tenía razón con eso.

–¡Basta de hablar! ¡No podemos dejarte libre por allí! ¡Ríndete y no te haremos mucho daño!

El hombre finalmente se puso en una pose de pelea, seguido de él sus demás compañeros tensaron sus cuerdas y se prepararon para atacar.

–¡¿P-Por qué hacen todo esto?!

Pregunté con fuerza.

Había muchas cosas que aún tenía que preguntar, así que debía sacarles la mayor información posible de estás personas.

–¡Obviamente para tener una buena vida!

–¡Si, los comerciantes llevan muchas cosas, cosas que <Evilus> compra a muy buen precio!

–¡La vida en Orario es difícil por estos tiempos, así que nos dedicamos a esto bajo el mando del jefe!

Cómo si su única habilidad fuera hablar de más, los hombres dijeron sus motivaciones sin chistar.

Pero eso realmente no me importo en este momento.

Mis ojos se habían abierto como platos cuando escuché una palabra que hizo que todo mi cuerpo temblará.

<Evilus>

Los responsables de las atrocidades que están ocurriendo en <Orario> ahora mismo está involucrado en esto.

Ellos, quienes habían permitido que mi madre y mi tío condenarán su vida al pecado eterno y sufrimiento extremo, habían estado expandiéndose llegando incluso a sembrar terror en territorios lejanos de <Orario>.

Durante estos años lo escuché, que se mantenía cerca, pero no pensé que me chocaría tan pronto con ellos.

Ese sentimiento de tenerlos cerca…Hacia que mi sangre se calentara.

–....

Ya no era hora de jugar o de hacerse el tonto.

La deuda había pasado a un segundo plano por ahora, ya que una de las principales razones por las que salí al mundo exterior se encontraba frente a mis narices.

Era mi deber hacer algo.

"Entonces yo seré un héroe" 

Era mi responsabilidad hacer algo contra estás personas.

Si no era así, entonces la promesa que hace mucho había hecho entonces no valdría para nada.

–¡...!

Apretando fuertemente mis puños el viento se arremolino por mi cuerpo.

El viento furioso hizo un gran escándalo en el pueblo, aterrando a las personas que ahora eran consideradas mis enemigos.

[Por ahora es mejor recolectar información]

El viento dijo esas palabras, justo en ese momento salte con fuerza hacia los traficantes y todo fue tragado por un abismo oscuro.



X.   X.   X.



–¡Whua! Eso fue aterrador…

–¡Pero de nada le sirvió poner un rostro tan serio!

–La primera vez perdimos porque nos confiamos y nos atacó por sorpresa, pero al final simplemente era un niño normal.

Aquellas personas hablaban en un tono temeroso.

Ante lo que vieron, un niño serio con un viento arremolinándose sobre él y ambiente extremadamente frío, esos hombres que habían estado buscando venganza solo pudieron temblar.

La pelea fue rápida, el chico logró noquear a 10 de ellos, pero al final ellos pudieron vencer, con un golpe fuerte en la cabeza el chico cayó desparramado al suelo sin moverse.

¿Lo mataron? No, solo lo habían noqueado.

Justo ahora, cargando el cuerpo del chico amarrado en sogas, llevaban el cuerpo del "vencido" Bell Cranel hacia el lugar donde permanecerá para no dar problemas.

Era un sótano, debajo de alguna casa cercana a la zona de la lucha.

Grande y lleno de cajas fuertemente selladas, todo tipo de jaulas con artefactos dentro y muchas cosas que a simple vista podrías notar que valían mucho.

Espadas, arcos, lanzas y todo tipo de armas eran vistos en este lugar, el cual más que un sótano parecía un almacén muy grande.

Estantes y cajas alumbradas por <Lámparas de piedras mágicas> tenuemente, a penas y si agudizabas bien los ojos podías ver bien.

Este lugar sin duda alguna era un almacén.

–¡Quédate allí, hasta que el jefe venga!

Unos de los captores del chico gritó con rabia, para luego lanzar el bulto que traía sobre sus hombros, un chico había sido lanzado hacia un rincón de la habitación.

Con un sonido sordo, el chico, el cual permanecía "inconsciente", cayó como un muñeco de trapo y sin gracia.

–¡Nos vamos! ¡Qué los demás vigilen la salida!

El hombre quien había lanzado a Bell, dejó esas palabras para luego salir del casi oscuro lugar.

El ambiente se volvió solitario y callado.

Nadie más aparte de Bell se encontraba en ese sitio, o al menos eso era lo que pensaba el muchacho, quien ya había abierto los ojos y estaba listo para el siguiente paso.

–...

Los captores del chico se encontraban afuera, si intentaba huir del lugar rápidamente se encontraría con ellos, quienes custodiaban el lugar y pronto una pelea volvería a ser desatada.

[¿Qué es lo que piensas…?]

El espíritu del viento habló, preguntando sobre los pensamientos que ahora pasaban por la mente del chico, el cual hábilmente había logrado recostarse sobre una pared y observar el lugar.

–Este debe ser el lugar donde ponen las cosas robadas…Hay demasiadas.

Bell, quien había dejado ya su actuación de bello durmiente, afiló los sentidos y observó las cajas y los estantes repletos de cosas.

[Aquí las guardan antes de que sean transportadas a <Orario>...Ya entiendo porque el de la recompensa tan baja]

–¿Crees que la gente de Agris esté coludida con <Evilus>?

[Incluso con todo el escándalo que hicimos nadie parecía hacernos caso, sabían dónde estabas, y ahora tiene un almacén justo debajo…Creo que es más que obvio]

–Puede que sea cierto…

[O tal vez está gente también está en peligro. No creo que <Evilus> se tome la molestia de hablar con cada uno de los habitantes y formar un trato…]

–Si, yo también lo creo, los están amenazando…Espero y sea cierta esa teoría, no me gustaría pensar que todo un pueblo está en mi contra ahora mismo.

Bell dijo con tono preocupado, si resultará que <Evilus> había tomado la ciudad, entonces haría algo para ayudar, pero si no era así, entonces las cosas se podrían molestas.

Aunque parecía imposible que todo el pueblo esté coludido, las posibilidades nunca eran cero, así que tenían que ir con cuidado ahora mismo.

[Hay algo más aquí…]

Aria sonaba un poco preocupada.

Ella podía sentir algo en esta habitación, además de armas y de un sujeto completamente irrelevante para ella, algo llamó su atención.

Oculto por unas sábanas blancas, un aroma particular llamó la atención de Aria, quien aprovechando sus poderes, hizo que la sábana se alejara de la caja la cual cubría.

La sábana dejó el lugar dejando al descubierto una caja sin tapa, seguramente es por eso que tenía esa sábana encima. El aroma provenía de allí, Aria lo supo al instante.

[Bell, estos sujetos no solo roban a los humanos, sino que parece que están robando objetos sagrados elficos]

Bell quedó desconcertado al escuchar las palabras de aquella espíritu, la cual su tono amable había desaparecido y había cambiado a uno molesto.

Un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Bell.

[Hay objetos élficos allá adentro]

–Tal vez los robaron a carreras igual que el resto…

[Puede ser, pero puedo notar que hay algo dentro que los elfos nunca comercian]

En esa caja, arcos, bacilos y libros de distintos tamaños y colores se encontraban dispersados sin cuidado. Aria, quien había vivido una gran parte de su vida cerca de una elfa bastante fina, sabía diferenciarlos por el tipo de magia que tenían imbuida.

Sabía qué cosa era tocada por un elfo y que no, como espíritu tenía ese don.

–¿Qué cosa…?

[Ramas…No solo eso…sino que troncos de árboles sagrados se encuentran en esa caja]

–...

Bell se quedó en silencio ante lo dicho por Aria.

[Puedo aceptar el hecho de que ramas esten aquí, pero troncos…¡Los elfos nunca permitirían que vayan y tales sus árboles sagrados!]

Aria estaba enojada.

Los espíritus usualmente suelen ser bastante apegados a las cosas sagradas, incluso tenían una buena relación con los elfos, ya que estos les habían prestado sus fuerzas en innumerables ocasiones.

Siendo una de estas, la ayuda que les dieron para proteger sus bosques contra la invasión de Rakia.

El enojo de Aria era más que comprensible.

[Incluso si no son de los grandes árboles principales, los elfos lucharian con hasta la muerte para proteger sus orgullosos bosques…¿Sabes lo que significa, verdad?]

Aria lanzó una pregunta al callado chico, quien no dejaba de observar la caja que había sido recientemente descubierta.

Solo una cosa pasó por su cabeza en ese momento.

Venir aquí realmente valió la pena

–Ellos están atacando los bosques de los elfos…

[Si, y por lo que veo es que no han sido pocos los que han invadido]

–Debemos de actuar…¿Crees que ya es hora? ¿O esperamos un poco más?

[Creo que hay que esperar…Conseguir un poco más de información]

–Si, es cierto. Solo un poco más…

Bell no dejaba de mirar hacia la caja con cosas élficas, había algo allí que necesitaba con urgencia, no pensó que encontraría algo así tan rápido.

Sólo pudo agradecer a su suerte por eso.

[Entonces…¿Por qué no le intentas preguntar al otro tipo que está en tu misma situación]

Finalmente Aria había dicho algo sobre el otro sujeto que se encontraba también en el almacén.

También en un rincón en el otro extremo de habitación, pero en vez de haber estado amarrados con simples sogas, este tenía grilletes de un color extraño.

Bell también se había dado cuenta de la persona allí, pero había estado evitando tener contacto visual con el chico que también pasaba por su situación.

Así que por primera vez, Bell lo vio fijamente.

–F-Finalmente paraste de hablar, das un poco de miedo cuando lo haces solo, ¿s-sabes?

Él habló.



X.   X.   X.



Qué incómodo….

Después de haber terminado mi conversación con Aria, y de que esta me haya sugerido conseguir más información, observe al hombre que se encontraba en una esquina en la habitación, capturado igual que yo.

Durante todo este tiempo, había estado con Aria, pero había algo que parece olvidé por completo, solo yo puedo escucharla, para las demás personas ella es completamente inexistente.

Osea que durante todo este tiempo, para los ojos de mi "compañero de celda", yo había estado hablando solo, como un completo loco.

Eso explicaría por qué se acurruca contra la pared mientras me mira con sus ojos temerosos, como si estuvieras viendo a una persona completamente rara y desconocida que no sabrías si te haría daño o no.

Que vergonzoso…

Mis mejillas arden en vergüenza, no quiero hablar por el momento, pero la situación lo amerita.

Solo queda tragarme este sentimiento e intentar entablar una conversación con esta persona.

Pero aún así, no puedo aún, decido mirarlo fijamente y analizarlo por completo.

Tiene pelo azul claro y ojos verdes. Lleva una camisa de color oscuro con una chaqueta marrón de manga larga corta encima, pantalones negros, bolsas marrones alrededor de su cintura y protectores para las piernas…

Su edad seguramente era igual a la mía, entre los 13 o 14 años, al aparecer al igual que yo, este chico también es algún tipo de viajero.

Por sus ropas parece preparado para la lucha…

Recordé las palabras de mis captores. Él debe ser de quién habían estado hablando y que había perturbado su paz como traficantes y contrabandistas.

Si todo es correcto, entonces él pertenece a la <Familia Dia>.

–M-Me podrias dejar de mirar tanto…

–A-Ah, ok…

Ante la queja del muchacho, desvíe mi mirada lejos de él. El silencio reino en este lugar.

El ambiente incómodo solo hizo que me pusiera más nervioso en este momento. ¿Cómo se supone que debo comenzar una comunicación con otra persona?

Ya lo he hecho antes, pero esto es diferente. He hablado con los conductores de las carretas, bandidos y muchos otros más, pero esas palabras no han pasado de ser unos simples saludos o una que otra amenaza de muerte.

¿Tal vez en el entrenamiento que tuve durante estos últimos años también debí practicar con la gente?

Quizás hubiese sido más fácil si él no me hubiese visto hablando como un loco con la misma soledad de la habitación.

Ah, me está empezando a doler.

Por el momento, ¿no es mejor presentarnos?

Aliste mi saliva y mis labios empezaron a curvarse para dejar salir unas palabras.

–Y-Yo me llamo Bell Cranel. ¿Cuál es tu nombre?

Las palabras rígidas y nerviosas salieron de mi garganta. Lo único que pude hacer fue temblar ante mis palabras tan rasposas. Realmente quisiera estar durmiendo ahora mismo.

–...

El chico, quien ya había recibido con completa seguridad mi nombre, ahora se encontraba observandome con un poco de cautela. Sus ojos recorrían cada parte de mi cuerpo, como si quisiera hallar algo en él.

Me estoy poniendo nervioso.

¿Se está vengando por lo que le hice? ¿Debería decirle que pare o será mejor que termine su análisis?

El chico, el cual no parecía superar mi edad, terminó de echar un vistazo, para luego estirar sus piernas, y darme una leve sonrisa.

Al parecer ya confía un poco más en mí.

Después de todo, quién confiaría al instante de una persona amarrada en un sótano, la cual también estaba hablando con tal seriedad solo.

El chico parecía querer hablar. Sus grilletes y cadenas chocaron y vibraron haciendo eco en la habitación.

–Mi nombre es Leo Díaz.

Dijo el chico el cual ya había dicho su nombre.

Leo, ese era su nombre. ¿Cómo había terminado aquí? No lo sé, pero tal vez averiguarlo pueda ser de ayuda.

Mire su rostro, a pesar de tener una sonrisa bastante calmada, está estaba llena de heridas, parecía que había recibido una paliza. ¿Esos hombres lo hicieron? No lo creo, no parecían ser tan duros, tal vez fue alguien más.

Y si ese chico llamado Leo, es de la <Familia Dia>, seguramente ya era lo bastante fuerte como para mantener a raya a esos traficantes. Sospechoso.

–...

El ambiente nuevamente quedó en silencio.

Mi error.

Divague tanto en mi cabeza que se me había olvidado seguir con esta conversación, después de todo, él me dijo su nombre, ¿No debería ser yo el que siga la línea de conversación? ¡Estoy siendo grosero ahora mismo!

Si mi madre me viera ahora mismo, seguro me mandaría a volar con una onda de sonido por lo patético que me estoy viendo.

Quise golpear mi cabeza contra el concreto de la pared y olvidar este sentimiento.

–...No te preocupes, joven Cranel, pronto saldremos de aquí.

–¿Mn?

Al final el que terminó siguiendo la línea de la conversación fue nada más que Leo, el cual hizo que me haya confundido un poco. .

–Nunca pensé que esos malditos también empezaría a raptar a niños…¡Tengo que informarselo a Dia-sama!

–¿Eh…?

–Mira, se supone que estos tipos solo roban cosas y asaltan pueblos, pero ahora roban a niños para no se que cosa, pero tengo que averiguarlo…

–O——

–¡No te preocupes, Cranel-san, pronto saldremos de aquí y podrás regresar a los brazos de tu madre! ¡Te lo prometo, como miembro de la <Familia Día>, la cual trae justicia y ayuda a los necesitados, te sacaré de aquí!

¡Este chico no se calla!

[¡Este sujeto no se calla!]

Ante la perorata de Leo, el cual me sonreía tratándose de verse genial, y parecía que no me dejaría hablar, un sentimiento de molestia y rareza tocó mi ser.

Con una expresión rara observé al chico, el cual sus ojos verdes brillaban en emoción, ¿por qué lo hacen? ¿Se siente emocionado por esta situación? .

Con una sonrisa forzada nuevamente miré hacia la habitación oscura.

Dejarlo hablar tampoco fue malo, ya que me había confirmado lo que temía.

Ellos estaban asaltando pueblo, y si eso es cierto, entonces los pueblos de los elfos están también involucrados. Aria parece bastante molesta sobre esa situación, tengo que hacer algo al respecto.

Y si, ese muchacho era de la <Familia Día>.

–¿Tú porqué estás aquí?

Decidí hablar finalmente. Leo, ya se había silenciado y fue justo el mejor momento de averiguar lo que está sucediendo. Aún con una sonrisa en su rostro, el chico abrió la boca lentamente.

–Estoy en una misión.

–¿Misión?

–Si, una misión de búsqueda y captura. Buscamos al responsable de los asaltos de los múltiples pueblos cercanos a este. Pero fui descuidado, así que me capturaron, sin embargo, está bien, ya que es parte del plan.

–A-Ah, si…

Leo parecía muy confiado.

A pesar de haber sido capturado y golpeado, parece que no pierde los ánimos ante está situación, además dijo que había un plan.
¿Tal vez ser capturado era parte de su plan? Si es así, entonces tuvo la misma idea que yo.

¿Alguien lo vendrá a rescatar? ¿Pero cuánto tardarán?

Es mejor preguntar.

–¿A-Alguien vendrá a rescatarte…?

Con mi voz nerviosa, le pregunté al chico que me miraba con una sonrisa de "Todo estará bien".

Al escuchar eso su sonrisa se amplió y miró hacia arriba.

–Mi diosa no tardará. ¡Solo necesita saber dónde estoy!

–...¿N-No lo sabe?

–¿Eh? ¡C-Claro que lo sabe…! ¡A-Asi que no te preocupes, Bell, pronto volverás a los brazos de tus padres, te lo aseguro!

Había algo raro en este chico.

Pronto su sonrisa se volvió una nerviosa y su cuerpo empezó a temblar, el sudor caía por su rostro y su mirada se desvió completamente de la mía.

Pronto se quedó en silencio esperando que de alguna manera me olvidará de lo que dijo. Su actitud no generaba confianza, pues era obvio, nadie vendría a buscarlo.

La expresión que hace justo en ese momento, era igual a la mía cuando de mentir se tratase, puedo notarlo, después de todo, yo también soy mal mentiroso.

Cómo si verlo a él fuera verme en un espejo, sentí una puñalada de vergüenza en el pecho que me hizo chillar de dolor.

–...

Tal vez ya era hora de salir de aquí, pero realmente quiero saber mucho más, pero el chico que me habla con tono "heroico", parecía que ya no tenía intenciones de entablar una conversación.

Mis objetos personales no se encontraban conmigo, habían sido puestos en una repisa de las tantas que había aquí. Mi espada, mi cuchillo y mi mochila me habían sido arrebatadas, seguramente también para ser usadas como material de contrabando.

Me preocuparía, pero no importa lo que haga, esas cosas nunca me abandonaran, incluso si las tiro al fondo del mar, ellas volverán a amanecer a mi lado.

–...

[Alguien viene]

Aria me advirtió.

El ambiente cambió y la habitación se volvió más fría,

El radar de Aria había detectado una presencia acercando hacia este lugar. La madera crujía y los pasos resonaban fuera del sótano haciendo eco en este almacén.

Lentamente la puerta de metal fue abierta, y de ella un hombre entró con suma delicadeza, para luego cerrar la puerta de un fuerte portazo.

El sonido retumbó por las paredes llegando directamente hacia mis oídos, haciendo que mi cabeza duela un poco. Consecuencias de no mantener una vida sana.

–...

Los pasos del hombre se dirigieron hacia el chico que se hallaba en el otro extremo de la habitación. Caminando lentamente y con gracia, aquel hombre se paró frente al sujeto "heroico".

–Qué bueno que estés aquí, Enoch. ¡Nuestras sospechas eran ciertas!

Leo, le gritó hacia al hombre que se había detenido cerca de él.

Su nombre parecía ser Enoch.

tiene pelo largo y rubio y ojos morados. Llevaba un top de color crema con una túnica negra con líneas doradas y diseños morados sobre él, junto con un accesorio para el cabello de color similar. Como aventurero, usa una placa de pecho gris, una parte inferior verde, fajas negras, un cinturón marrón, vendajes en sus manos y una túnica roja oscura larga y encapuchada.

Este quedó en silencio mientras observaba a Leo. Sus fuertes ojos morados miraban con desprecio al chico encadenado, como si estuvieras viendo basura misma. Leo, tenía la misma expresión.

Parecía que no se llevaban bien.

–Que asco. No pensé que llegarían tan rápido aquí.

El hombre habló, su voz gruesa y rasposa resonó en la oscura habitación.

–Somos veloces, ya sabes sobre eso, ¿verdad?

–Para nada. No me interesas por ahora, no eres digno de mi presencia.

–¿Oh? Entonces qué haces aquí.

Leo sonaba bastante desconcertado. Enoch había perdido su mirada odiosa, la cual ahora se había convertido en una completamente desinteresada sobre el asunto.

Se quedó en silencio, y pronto sus pasos se dirigieron hacia mi. Leves y fuerte, cada paso era dado con extrema confianza, sus puños apretados con fuerza daban una sensación de que algo lo estaba molestando.

Se paró frente a mi. Sus ojos morados penetraron mi alma.

Este tipo debe ser el jefe aquí.

El responsable de todo esto, de los robos y asaltos a diferentes pueblos, debe ser él, no tengo dudas de eso.

Pronto lentamente el sujeto al cual Leo había llamado como Enoch, abrió lentamente la boca, sus palabras frías como el hielo resonaron en la habitación.

–¿Quién eres tú?

Esas simples palabras fueron dejadas volar.

Sus ojos seguían mirando los míos. El rojo y el morado se encontraron casi en un instante. Me quedé callado.

¿Qué debía responder? ¿Debía decirle que estaba aquí por una simple casualidad del destino y que hace unos momentos había decidido que debía detenerlo? o ¿tal vez hacerme el niño inocente que sabe nada del asunto?

Si, lo último no funcionará. No creo ser buen actor, además que seguramente sus trabajadores le hayan contando sobre mi, es por eso que estaba aquí.

–....

El hombre conocido como Enoch pronto dejó de mirarme y soltó un suspiro cansado. Sus pasos nuevamente empezaron a hacer eco en el sótano, y pronto se alejó de mí para dirigirse a otra habitación.

El silencio reino.

Leo incluso, quien parecía un ávido hablador, parecía mantenerse callado, mientras su mirada no dejaba de verme a mí, quien estaba atado de manos y piernas.

Los pasos se silenciaron, pronto el hombre terminó frente a un estante el cual reconocía. Sus manos fueron llevadas hasta el quinto espacio de la repisa y una espada negra fue tomada.

–Hefesto…

Las leves palabras del hombre llegaron a mis oídos.

Parece que vio la marca de la espada grabada en la vaina de esta. Sus ojos penetraron con fuerza el arma, para después desenvainar la y observarla.

–Esto es de muy buena calidad.

Dijo con una sonrisa macabra en su rostro mientras volvía a enfundar la espada con una delicadeza perfecta, como si estuviera tratando un tesoro sagrado.

–Vienes de <Orario>, ¿verdad?

–...

–Tal vez de la <Familia Gansesha>...<Familia Loki> tal vez…

–....

–¡Tch! Qué molestia, no pensé que saldrían de esa ciudad, se suponía que esos idiotas de Evilus los mantendrían a raya y no saldrían para nada.

El hombre sonaba enojado.

La espada nuevamente fue colocada en la repisa, dónde también estaban mis demás objetos, yo solo me quedé callado mientras el hombre hablaba consigo mismo.

Pronto nuevamente se dirigió hacia mí.

–¿Trabajas para <Evilus>...?

Palabras secas salieron de mi boca. El viento parecía que se pondría furioso.

–¿Oh? Finalmente hablaste. Pensé que eras un conejo mudo, o tal vez algún tipo de rata.

–Responde, por favor.

–No me des órdenes, pequeño idiota.

El hombre frunció el ceño y apretó los puños. Nuestros ojos furiosos se encontraron el uno al otro. El enojo se notaba en ambos.

–¡Oye! ¡Trata bien al niño o te destruyó ahora! ¡No te preocupes, Bell, todo saldrá bien!

Leo parece que aún no ha entendido aún la situación. Y ni siquiera parece leer bien la atmósfera pesada que se había arremolinado en la habitación oscura.

Pero a pesar de su grito, parece que Enoch no se había tomado la molestia de contestarle, ni siquiera de girar hacia él.

–Esa espada es tuya, ¿verdad? La marca <Hefesto> se halla en ella. Fuera de <Orario> es difícil encontrar estás armas, e imposible de la calidad de esa.

–...

–Solo pocas personas podrían tener una así en <Orario>, solo las <Familias> más grandes pueden permitirse eso… ¡De dónde vienes!

Una fuerte patada aterrizó al lado de mi cabeza, destrozando un poco la pared que hallaba detrás mío, la cual estaba seguramente hecha de un material muy resistente, ya que de haber sido un normal habría colapsado sobre mi.

–<Evilus> se ha estado expandiendo por el mundo, pero me resulta extraño que <Orario> se preocupe por cosas fuera de su ciudad. Cada día esto se vuelve más molesto.

–¿Tú perteneces a <Evilus?

–¿Otra vez? Eres molesto, mocoso.

A estas circunstancias era muy obvio que el hombre amenazante frente a mi era de esa organización, pero realmente quería escucharlo salir de su boca.

La molestia por esa organización se está volviendo cada día más grande.

Desde que las cosas que pasaron en el mundo por <Evilus> en los últimos años llegaron a mis oídos, después de saber que condenarían al tío y mamá a una vida de pecado…Mi corazón se llenó de molestias hacia ellos.

–Si, trabajo para ellos, a cambio de unos favores para mí Dios. Pero realmente no estoy apegado a esa organización, aunque tiene sus ventajas.

–Ya veo…¿Cuáles son esas?

–Hahaha, haces demasiadas preguntas y tú semblante no me agrada para nada.

–...

–Bien, pues digamos que puedo tomar lo que quiero de dónde quiero, además que mi Dios tiene total libertad sobre sus trabajos, creo que eso es lo único que importa para mí.

–...

La sonrisa de oreja a oreja de Enoch podía verse claramente en la habitación casi sin luz. Sus ojos brillaban en maldad. Este tipo decía que no era tan apegado a la organización, pero parecía ser el estereotipo perfecto de alguien que trabaja para él mal.

De todos modos, ya no importa.

Justo ahora…

Leo gritó.

–¡Enoch! Por tu culpa muchos pueblos fueron destruidos, ¡¿sabes cuánta gente ha muerto?! ¡Día-sama pronto estará aquí y te llevaremos ante la justicia!

–Ustedes realmente son tan sosos porque—

Un fuerte golpe aterrizó en la mejilla del hombre conocido como Enoch.

Justo ahora, voy a hacer volar este lugar.

X.  X.  X.

Enoch fue mandado a volar.

Su cuerpo se estrelló con los estantes repletos de artefactos haciéndolos caer y esparcirse por el lugar. Su cuerpo chocó contra la dura pared, la cual había sido construida con un material resistente para evitar fugas del lugar.

Enoch no se movió por unos segundos.

Su mejilla roja y algo abollada había arruinado su guapo rostro. Sus ojos estaban abiertos de rabia. Estaba cansado.

Durante este tiempo que su Dios le había dado la orden de unirse a la causa de <Evilus>, todo parecía que iba de mal en peor. Se le había otorgado tareas molestas y unos secuaces idiotas.

Este tipo realmente le interesa poco el tema de la era oscura que <Evilus> quería crear, este hombre no tenía ningún interés en eso, lo único que le importaba eran las órdenes de su Dios.

Últimamente había estado siendo perseguido por la <Familia Día> debido a las atrocidades que cometía a lo largo del mundo para conseguir todo tipo de objetos que ayudarían a <Evilus> en sus planes.

Pero nunca le interesó esa <Familia>, ni siquiera se tomaba la molestia de escucharlos completamente cuando se los encontraba.
Pero todo esto lo tenía cansado.

–...

El hombre se levantó del suelo repleto de cosas.

Su mejilla ardía. El golpe había sido fuerte y veloz, tanto que no pudo reaccionar a tiempo. Claro, había sido distraído por Leo, pero aún así este estaba seguro que podía prevenir un ataque por sorpresa.

Sus ojos morados dirigieron la mirada hacia el chico que lo había mandado a volar.

Estaba allí.

Parado en una de las tantas repisas de la habitación. Un cuchillo negro fue colocado en su cintura y una mochila fue puesta en su espalda.

Y esa espada, la cual sus secuaces le habían avisado se encontraba ahora colgando al lado izquierdo de la cintura del chico. Los ojos rojos del joven se encontraron junto con los suyos.

Ese atisbo de odio en los ojos del muchacho hicieron temblar un poco a Enoch, pero rápidamente se había calmado, se levantó con gracia, y observó el porte del chico.

Enoch estaba cansado, así que mataría a ese niño junto con Leo.

–...

Iría con todo, no debía subestimarlo. A pesar de verse como alguien de 14 años. Enoch sabía que realmente no te puedes fiar de las apariencias, especialmente si estos eran <Aventureros> de <Oraro>.

Todos allí era unos irregulares.

–Se acabó, mocoso. No importa de dónde seas o si me gano un problema…¡Te voy a matar!

–Yo soy Bell Cranel.

–¿...?

Enoch frunció el ceño confundido. ¿Por qué de repente se presentaban a sí mismo?

–No soy de <Orario> ni pertenezco a ninguna <Familia>, solo soy un niño el cual tomó una responsabilidad gigante.

Enoch escucho las palabras del chico, quería decir algo, pero estaba tan cansado y molesto que simplemente se abalanzó hacia el chico dispuesto a destruir el cuello a Bell.

El mundo parecía que se detuvo.

El aire de la habitación se volvió pesado.

Un viento fuerte se arremolino en el cuerpo de Bell.

Las manos de Bell fueron llevadas hacia su espada, la cual odiaba tanto.

Entonces fue desenfundada y un brillo verde se hizo presente junto con el "viento".

Todo sucedió en una fracción de segundo. Leo y Enoch lo vieron, como en el momento en que Bell levantó la espada hacia el aire con ambas manos…

Una figura se hizo presente.

Una mujer flotaba detrás de él. Enteramente de blanco su cuerpo parecía hecho de viento furioso, abrazándolo detrás, la mujer llevó sus labios a los oídos del chico y parecía decir algo.

Los cuerpos de Enoch y Leo temblaron.

Todo sucedió en una fracción de segundo.

–Y ahora mismo, mi responsabilidad es detenerte.

Bell terminó esa frase tan furiosa como el viento mismo que agitaba sus cabello.

Sintiendo el abrazo de Aria tocando sus hombros y su respiración en sus oídos, Bell supo que estaba listo.

–«Ariel»

El ambiente se iluminó y del cuerpo del chico el viento fue expulsado con extrema fiereza.

Todo fue destruido a su paso.

Ante la luz de la luna y de las estrellas.

De los habitantes que se despertaron debido a la explosión extrema.

Ante los ojos de una <Familia> quien buscaban a su miembro perdido.

Un gran pilar de viento blanco se hizo presente en el <Pueblo de Agris>.


X.   X.   X. 


El ambiente estaba en caos.

El sótano el cual se hallaba debajo de la casa de una de las personas más importantes del pueblo había quedado deshecha, afortunadamente no había nadie en ese lugar.

Debido a la detección de área que Aria usaban con su viento, Bell pudo saberlo, así que simplemente tomó la decisión más fácil en ese momento.

Los gritos y la angustia se vivían en la ciudad, la cual ahora había sido allanada por una <Familia> quienes ahora reprendian al niño que había ido imprudente al enemigo.

–Explica la situación, pequeño.

Una deidad habló.

Leo, quien había quedado en los escombros de la explosión, tembló ante la mirada fría de la que conocía como su Diosa.

Ya tenía suficiente con todo lo que había pasado, y ahora tenía que aguantar el regaño de la mujer que le dió un hogar. Solo estaban ellos dos.

Los demás miembros parecía que estaban intentando calmar la situación de este lugar.

–...

Leo no parecía querer hablar aún, todo estaba siendo confuso en su cabeza, la cual no quería procesar nada de lo que vio o sino le daría jaqueca.

Afortunadamente este había sido protegido por una especie de escudo de viento, y debido a la explosión este solo tuvo cortes y rasguños, nada de lo que preocuparse.

Aún así, por un momento el chico pensó que realmente moriría.

–No me dejes esperando, Leo. ¡O tu castigo será peor~!

–¡...!

Leo se agachó y se puso de rodillas.

Su Diosa daba miedo cuando se enojaba.

Entonces, con las mejores palabras que pudo salir de su seca garganta, explico toda la situación con detalle.

–...

La Diosa, quien era conocida como Día, escuchó atentamente la situación que había vivido el hijo de su <Familia>, expresiones de sorpresa y otras extrañas aparecían en su rostro.

–¡E-Eso es todo!

Leo terminó su explicación con notable nerviosismo.

–Ya veo…Qué extraño.

La Diosa Día miró hacia el cielo.

–El chico escapó, y Enoch también no se encuentra por ningún lado. Todo está destrucción fue causada por ese chico llamado Bell…

Todo este asunto haría que le doliera la cabeza a la deidad, la cual ya tenía suficiente con los asuntos de <Evilus> y ahora se añadían un misterio más.

–¡Diosa!

Una chica gritó. Su cabello rosa revoloteaba con el viento.

–¿Qué pasa? No ves que estoy a punto de dar un castigo.

Con una sonrisa un poco tenebrosa, la Diosa Día dirigió las palabras hacia la chica que había venido a interrumpir sus pensamientos.

–¡Disculpe! Pero el inventario de los objetos fue terminado…aunque faltan muchas cosas, de hecho lo más importante…

–Explícate bien.

–Las armas y armaduras que le fueron robadas a los enanos están allí, aunque algunas fueron encontradas lejos del lugar.

–La explosión debió alejarlas, es un milagro que no se hayan destruido.

–S-Si, pero hay algo más. Los objetos que reportaron como robados recientemente están allí, pero los objetos élficos no aparecen por ningún lado.

–....Vaya problema.

Día, quien había recibido peticiones de ayuda de muchas personas para recuperar aquellos valiosos objetos, recordó que los elfos habían roto su orgullo para pedirles ayuda sobre sus objetos sagrados.

Ahora estos objetos habían sido perdidos.

–Existe la posibilidad de que ya hayan sido transportados a otro lugar…

Día dijo con un tono decepcionado.

–B-Bueno…

Leo dijo con nerviosismo.

La Diosa y la chica miraron al chico quien aún estaba arrodillado.

–¿Sabes algo?

La Diosa miró al chico, quien pronto abrió la boca.

–C-Cuando estaba en los escombros, pude ver qué como Bell llenaba su mochila con esos objetos…Su mochila parecía no tener fin…

Leo parecía no creer lo que había visto.

La Diosa Día suspiro.

Otro ladrón había aparecido, tal vez esa fue la razón de la lucha con Enoch y que todo el teatro de la "responsabilidad" solo fue para tener esos objetos.

No obstante, no había porqué creer en el primer pensamiento que se le viene a la cabeza.

Justo ahora la máxima prioridad es detener a Enoch y <Evilus>, pero ahora otra había sido añadida.

Detener al chico llamado Bell Cranel y saber sus intenciones.

–Leo.

–¡S-Sí!

–¿Lo viste verdad? Entonces tú te encargas de crear el boletín de búsqueda para ese chico.

–¡S-Sí Dia-sama! No la decepcionaré.

Con el suspiro cansado de la Diosa, parecía que la noche había llegado a su fin.



X.   X.   X.


Con una boleta de captura y con muchos objetos en su mochila.

Aquel niño que había hecho volar el lugar, ahora se dirigía hacia un pueblo cercano, esperando obtener algún tipo de mapa para.su siguiente viaje.

Enoch había escapado de sus manos, pero ahora tenía otra prioridad antes que él, su Familia.

Con los objetos élficos y una mirada determinada, Bell camino en intensa noche acompañado de un viento quien le cantaba canciones al oído.

[Buen trabajo, Bell~]

Escuchando esas palabras, el chico sonrió. Con una mirada determinada fijó su camino.

Un pueblo de elfos.

---------------------------------------------------------------------------------------------

Gojo perdió por el guión. No hay más que decir.

El capítulo 10 ya está aquí! Que se joda Gege.



Tremenda obra maestra que es él juego.

No tengo más que decir, nos vemos el otro mes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro