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Capítulo 3: Resolución

Huimos a máxima velocidad.

Después de haber pasado por ese "pasadizo de la muerte" logramos llegar finalmente a los caballos.

Estaban amarrados a una carreta, tal vez pudimos tomarla y llevarnos a los dos caballos que allí se encontraban, pero teníamos miedo.

Tomar una carreta y que el traqueteo de esta llame la atención de las bestias que nos habían estado ignorando, para luego estás se abalancen contra nosotros….No creo que haya sido buena.

La carreta nos daría ventaja, pero no quería arriesgarme.

Quizás debí consultar con Bell, pero con solo mirarlo sabía que no estaba en el estado óptimo para hablar.

Sus ojos estaban vacíos y las lágrimas secas junto con su expresión aterrada hacía que mi corazón se apretara y se llenara de miedo.

Tenía miedo.

Pero al igual que la elfa que había dado el primer paso para salir de aquí, tuve que tomar las riendas de la situación.

Apretando mis labios como para calmarme un poco, logré soltar a un caballo, el cual estaba extrañamente tranquilo, o tal vez igual que nosotros estaba igual de aterrado por la situación que no quería moverse.

Lo lamento por el otro caballo, pero tuvimos que dejarlo.

Pudimos haberlo llevado, sin embargo no había manera que alguno de los acompañaste pudiera cabalgarlo.

Con solo mirarlos sabías que estaba a un paso de caer en la locura.

No es como si yo estuviera aún mejor…

Solo que realmente quiero salir de aquí….

Tengo una misión que cumplir.

Puede que me haya rendido hace un momento, que me haya dejado tragar por el miedo y que haya aceptado que mi destino era que mi vida acabará en la boca de esos monstruos.

Aún así, al ver que Primo y Bell parecía que aún no se rendían decidí dar al menos un paso más, y es por eso que estamos aquí.

Tome el caballo, lo prepare lentamente aún con el miedo en mi corazón e hice que todos los abordaremos.

Por supuesto, yo lo haría primero, después de todo tengo experiencia montando uno. Lo solía hacer en mi pueblo natal, al cual extraño demasiado en estos momentos.

–...

Salimos a una velocidad tremenda.

Parecía que el momento que subimos al caballo este recordó que estaba hecho para correr, y soltando todo el miedo a la muerte que éste había estado ocultando, corrió sin mirar atrás.

Fue difícil controlarlo, pero sinceramente lo agradezco.

Tuve que usar mi máxima concentración para mantenerme firme y llevar con fuerza al caballo que no estaba sirviendo como escape. Lo agradezco.

Gracias a eso pude olvidarme por unos momentos de lo que estaba pasando actualmente, olvidarme de todo lo que había visto y que finalmente mi mente pueda descansar un momento.

Pero eso no iba a durar por siempre.

–...

En el silencioso ambiente había pocas cosas que lograban llegar a los oídos.

Los galopes de los caballos, las respiraciones de las personas que se encontraban detrás mío, el viento siendo cortado por la velocidad a la que vamos.

Y por supuesto, el sonido que más pánico me daba: el latido de mi propio corazón.

No soy una idiota.

También tengo preocupaciones y eso me está matando. No puedo simplemente olvidar todo y pensar que todo está bien, mirar con esperanza hacia el futuro con una sonrisa y adentrarme en una aventura de supervivencia.

Ahora mismo solo quiero recostarme en una cama y llorar hasta no poder más, que mis ojos ardan para luego caer en un sueño profundo del esperaba no querer despertar…

Ah, mi pecho duele.

¿Está bien que aunque mi mente diga que todo está perdido, no le haga caso y siga manteniendo aunque sea un poco la esperanza?

Ella tal vez ya esté muerta.

No es como si no lo hubiese pensado ya hace tiempo.

No es como si no hubiese llorado casi todos los días después de que sus cartas dejaran de llegar a casa.

Todo tipo de pensamientos llegaban a mi cabeza desde esos días,  todas de ella fatales.

Tal vez la gente me llamara pesimista, pero era lo más realista.

¿Pero por qué? ¿Por qué desde hace tiempo no se ha puesto en contacto? ¿Por qué desapareció así de repente?

Mi hermana, la persona que más quería en el mundo había ido a <Orario> en busca de un futuro mejor hace algunos años.

Y desde hace algunos años ella ya no se ha puesto en contacto conmigo. Desde ese día mi alma no ha dejado de llorar.

Lo sé, <Orario> no es una ciudad relativamente peligrosa, pero tampoco es segura, especialmente el gran agujero que hallaba debajo de ese lugar.

¿Por qué ella dejó de escribir? ¿Por qué simplemente desapareció?

Cualquier persona con cierta inteligencia sabría responderte eso…

Ella tal vez esté muerta.

La espere tanto tiempo, que cuando no pude más arroje toda la vida que tenía en el pueblo y fui a buscarla. A pesar de que las posibilidades eran tan bajas que me hacían llorar cada vez que las recordaba, siempre había una pequeña esperanza en mi corazón.

<Orario> a caído.

Las palabras de aquel hombre nos alertó hicieron que esa esperanza poco a poco se extinga.

Los monstruos han escapado y esa ciudad ahora se encuentra en ruina total. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora…?

¿Resignarme finalmente y aceptar que mi hermana murió?

¿Seguir buscando y esperando que un milagro ocurra?

¿Mantener las cenizas de la esperanza extinta en mi corazón?

Maldición ... .Por favor…

Ya no quiero sufrir más…



X.   X.  X. 



Finalmente el clima tomó el estado de ánimo del mundo y cambió.

Las nubes negras y gigantes poco a poco se hacían más visibles. El sol se empezaba a ocultar y el cielo se teñía de un color anaranjado.

Han pasado ya horas.

Sin descanso alguno, el caballo en cual los chicos emprendieron su huida no había dejado de correr, de huir de aquella horrible situación en la que se encontraban.

Ninguno de los chicos dijo alguna palabra.

Emma solo miraba al frente mientras dirigía al caballo hacia un lugar donde no estarían en peligro.

La pequeña elfa, Primo estaba dormida. Acurrucada sobre el pecho de Bell se escuchaba su tranquilo respirar, ella ya había encontrado la paz momentánea.

Y el muchacho, quien parecía perdido en su mente, solo miraba hacia abajo, esperando que esto sea nada más que una pesadilla que pronto acabaría.

–....

¿Ahora a dónde se dirigían?

Los monstruos aún no han llegado dónde estaban ellos.

Parecía que de algún modo se había retrasado, y eso les había dado ventaja para su supervivencia.

Emma, quien era la conductora de este caballo, y además la que tenía al menos un poco más de cordura que los demás, decidió regresar al pueblo de dónde habían partido el día anterior.

Era el lugar más seguro hasta ahora. Al menos eso pensaba.

Esperaba que si lograran llegar allá, seguramente puedan unirse al grupo de carretas que habían estado evacuando gente. Allí, sin duda alguna había personas fuertes.

Si lograba unirse con esas personas entonces las chances de sobrevivir se han aún mayor para sus compañeros y así dejarlos en manos seguras.

Ya que ella no había tomado aún una decisión.

No sabía qué rumbo tomaría ahora.

Si seguir adelante o finalmente echarse para atrás.

Cada vez que pensaba eso le daban ganas de vomitar y arrojarse hacia un abismo.

Así que no quería pensar más y proyectó toda su concentración en sus compañeros que se encontraban detrás de ella.

Ahora, la seguridad de Bell y Primo era su máxima prioridad.

¿Pero cuánto tiempo podrá aguantar antes de que se desplome?

Las gotas de agua caían del cielo que ya se estaba tiñendo en negro.

La tristeza del cielo acompañó la tristeza del mundo, el cual ya había sido condenado a la extinción.

Algunos aún no se habían enterado, pero era cuestión de tiempo que todo aquel ser vivo en el planeta lo supiera, que la ciudad que evitaba la catástrofe fue destruida.

Pronto se enteraron que una nueva <Era de monstruos> había comenzado.

–....

La lluvia empezó a golpear la tierra con fuerza.

El suelo empezó a absorber el agua y pronto el lodo sería formado, haciendo el camino más difícil para los jóvenes.

El también los molestaría.

Sin ningún tipo de protección el agua empezó a empapar sus cuerpos.

Sus ropas mojadas se impregnaron a su piel, y junto con una con una combinación del viento golpeándolos directamente hizo que sus cuerpos comenzarán a temblar de frío.

Está era una mala situación.

Siendo despertados por el agua repentina.

Bell y Emma supieron que justo ahora iban a pasar un mal momento.

Usando su cuerpo el chico tomó a la pequeña elfa y la cubrió lo máximo posible con su chaqueta marrón, aunque está allá estado ya en mal estado, servía un poco para aguantar el agua y el frío.

A pesar del ambiente actual, la joven elfa aún no se despertó.

–¡Maldita sea!

Sin poder contenerse, Emma gritó.

Pronto todo el camino se había oscurecido. Parecía como si estuvieran en un mundo enteramente de negro.

La carretera que siempre había carecido de faroles hizo que los chicos poco a poco pierdan el sentido de orientación.

Aún así, el caballo siguió corriendo sin importar que estaba sucediendo o incluso si no podía ver absolutamente nada.

El sonido de sus galopes ahora eran amortiguados por los distintos charcos y lodo que se formó en un instante.

La oscuridad pura atrapó a los jóvenes.

No había luz de luna ni de estrellas.

El cielo completamente negro era lo único que los acompañaba ahora.

El miedo se apoderó de los chicos.

–¡...!

Si seguían así no sabían dónde iban a parar.

Así que Emma decidió frenar y buscar un lugar seguro donde pasar la noche.

A pesar de estar en medio de la carretera y solo habiendo árboles pequeños y sin capacidad protectora, fue lo único que se le ocurrió a la mujer.

Seguir hacia la nada solo les causaría posibles accidentes. Así que decidió parar, pero el caballo tenía otros planes.

Sin obedecer las órdenes de la chica, el caballo siguió corriendo a pesar de todos los obstáculos que seguramente se le presentarían en el camino.

Para…Detente…¡Detente!

Jalando fuertemente del caballo, Emma intentaba ponerle fin a este viaje por hoy, pero su fuerza no podía compararse a la del animal.

–¡D-Dejame ayudarte!

Dándose cuenta del plan de Emma, Bell decidió ayudarla.
Olvidándose de su situación actual, ayudó sujetando el cuerpo de la chica hacia atrás, intentando así que el caballo se detuviera.

A pesar de eso, ni siquiera la combinación de fuerzas pudieron detener al animal, quien ya furioso por la situación tomó medidas drásticas para aquellos que se habían vuelto un fastidio.

*Hyaaa* *Thump* *thump*

El caballo freno con fuerza y mando su cuerpo hacia adelante, mandando a volar a los chicos que lo cabalgaban junto con él.

–¡¿Eh?!

Un sonido de confusión sonó en el aire cuando los jóvenes sintieron que estaban flotando, para después sentir que caían con prisa, para finalmente que sus cuerpos cayeran como marionetas a las cuales les habían cortados sus hilos hacia el suelo.

Con un fuerte sonido los chicos cayeron sobre el suelo lodoso.

No hubo más movimiento.

Ni siquiera el caballo volvió a levantarse, se quedó allí, tirado sin mover un solo músculo. Correr demasiado le había pasado factura y finalmente llegó a su límite.

–...

El ambiente oscuro y tenebroso se había tragado ya nuevas víctimas.

Bell, quien se encontraba tirado en el suelo, casi inconsciente, sintió como el agua lo golpeaba y el lodo se metía entre su ropa, no quería levantarse.

Está era una mala situación de la cual ya no quería luchar.

A pesar de que el dolor había sido intenso, no se había roto nada, si lo intentaba seguramente podría pararse, pero simplemente ya no quería seguir intentándolo.

No lo merecía.

Para él, quedarse en este lugar era lo apropiado para una persona que había ocasionado la muerte de personas inocentes.

Había deseado morir, y tal vez en este momento se le cumpla ese capricho del niño.

Aún pidiendo perdón desde el fondo de su corazón, espero que la oscuridad de esta noche se lo trague inmediatamente.

–¡¡Bell..!! ¡¡Primo!!

Podía escuchar gritos, pero no les tomo importancia.

Lo único que pasaba por su cabeza eran los rostros de las personas que habían sido condenadas por su culpa, especialmente la del señor que había sido el encargado de llevarlo hacia su nuevo hogar.

–¡¿Dónde están…?! ¡Respondan!

Ah, es Emma gritando desesperadamente. Buscando a los chicos a los cuales había prometido mantener a salvó mientras ella ignoraba sus sentimientos desastrosos.

Pasaron un par de minutos, y todo grito cesó. Parecía que se había rendido también. Todo se volvió confuso para el chico, el cual solo cerró los ojos y cayó en un profundo sueño.

Nuevamente en esta oscuridad el silencio ganó.

La esperanza había muerto.

*Track* *Track* *Track* *Track*

Un sonido conocido llegó a los oídos de los muchachos que ya habían perdido la esperanza.

–¡...!

Emma fue la primera en reaccionar.

Levantándose del lodo en cuál se estaba arrastrando, escuchó claramente el sonido de lo que era carreta, a lo lejos, pero poco a poco se acercaba más.

Se dirigía rápidamente a ellos.

Entonces, una luz amarilla empezó a brillar, acercándose hacia su dirección.

Tal vez las cosas aún no terminaban.

–¡¡¡DETÉNGANSE!!!

Incluso si se rasgaba su garganta, Emma gritó con todas sus fuerzas para llamar la atención de la carreta que había aparecido de repente.

Era su última oportunidad para sobrevivir.

–¡¡¡Paren!!!

A su voz, la de una pequeña niña también se unió, la cual adolorida acababa de despertar de un sueño no tan plácido, para luego escuchar a su amiga gritar, y entendiendo rápido la situación decido ayudar aunque sea un poco.

Ayudándose con su cuerpo, las chicas agitaron sus brazos esperando a que pudieran ser vistas.

Entonces sus plegarias fueron aceptadas.

La carreta llegó dónde se encontraban, la fuerte luz de las lámparas que colgaban en los extremos de la carreta iluminaron el lugar y la gotas de lluvia.

El vehículo paró en seco y de ella bajo una figura cubierta en manto marrón que la protegía de la lluvia, quien rápidamente fue directo hacia ellas.

–¡Por favor, ayúdan—!

La figura ignoró deliberadamente a Emma quien pedía auxilio.

Pasó a su lado sin prestarle atención y se dirigió hacia un bulto marrón que era alumbrada por las potentes lámparas.

Primo, quien vio todo eso, solo atinó a aprovechar la luz y poder juntarse con su amiga, para luego empezar a buscar al chico desaparecido.

–¡Oiga, por favor escuchenos!

A pesar de que había sido ignorada, Emma siguió a la figura para poder conversar con ella.

–¡Silencio!

Pero la figura no tenía ganas de escucharla, así que la callo con fuerza y siguió su camino hacia el bulto marrón.

–¡Demonios, ¿Qué carajos haces aquí?!

La figura le gritó al bulto, el cual Emma reconoció como el chico que la había estado acompañando en su viaje tortuoso, era Bell.

"¿Ella lo conoce?" Pensó Emma, para luego seguirla de cerca.

–¡De todos los lugares tenías que estar aquí! Dios…

La figura, la cual Emma reconoció como una mujer por su voz, tomó el cuerpo dormido del chico y lo puso en sus brazos, para luego volver al vehículo.

Al ver esto, las chicas la siguieron por detrás sin importarle parecer groseras, temiendo que le hiciera algo a su compañero.

–Suban, luego me cuentan todo…

Antes de que la chica de cabello rosa pudiera decir algo, la figura que tenía en brazos a Bell, les dió una orden, mientras apuntaba con su dedo a la carreta, la cual no dudaron en seguir.

La carreta era grande, tal vez unas 8 personas cabrían allí, y además para su fortuna, una carpa blanca funcionaba como techo protector para el aire y la lluvia, era como una pequeña casa rodante.

Al ver que la mujer colocó al chico dentro, ellas también lo hicieron y se colocaron cerca de el joven inconsciente.

–Más vale que se queden allí. Más tarde me darán los detalles de porque estaban así.

La mujer dijo con una voz tenebrosa, para luego cerrar la carpa y volver hacia su puesto de conductor.

Entonces la carreta se movió y continuó un nuevo rumbo.

–¿Estamos bien…?

Primo, quien ahora se hallaba recostada al lado del chico dormido, lanzó una pregunta al aire, la cual nadie pudo responder.

–¿E-Emma?

La elfa llamó el nombre de su amiga con temor, se levantó y miró a los alrededores, para solo encontrar a su amiga durmiendo al lado de unas cajas que se hallaban en la carreta.

Finalmente la chica pudo descansar.

Primo al ver esto siguió los mismos pasos, para luego también dejar descansar su adolorido cuerpo y entrar otro sueño profundo.

Los jóvenes volvieron a obtener otro regalo de la vida:

La suerte.


X.  X.  X.


Fui tragado por un abismo.

En un océano negro me encontraba flotando.

Pronto ese océano se volvió rojo y viscoso.

Un olor particular llenaba mi nariz. Podía reconocer ese olor a kilómetros, era sangre.

Mi cuerpo manchado seguía a la deriva en este mar de la muerte.

Mi mente está en blanco.

Pero aún así no puedo evitar sentirme mal por lo que está sucediendo.

¿Dónde estoy? ¿Ya todo acabó? ¿Estoy muerto?

Las preguntas bombardean mi cabeza la cual no quería aceptar ninguna, ya que estaba en blanco.

Ah, tal vez esto es el infierno…

Pero nunca pensé que el infierno fuera tan tranquilizante.

Poco a poco todo se volvió oscuro mientras era tragado por el océano rojo.

–....

Abrí mis ojos lentamente.

La confusión llegó a mi mente.

Solo pude ver un simple techo blanco, el cual parecía que pertenecía a una carpa.

¿Dónde estoy?

–¡...!

Duele.

Intenté moverme pero fue inútil.

Mi cuerpo arde, mi cabeza se revienta, mis ojos parecen querer estallar.

Cada mínimo movimiento parece una puñalada en mi cuerpo.

Apretando los dientes y cerrando los ojos hice el esfuerzo de aguantar el dolor infernal que me estaba acechando.

Era mejor no moverse ahora y esperar a que el dolor pase un poco.

¿Pero es la mejor opción? ¿Dónde se supone que estoy? ¿Es seguro estar aquí?

Lo último que recuerdo es haber sido tirado por el caballo, para luego desmayarme en el lodo y luego simplemente no saber más.
¿Alguien nos encontró? ¿Emma y Primo están bien?

Maldita sea, me estoy poniendo nervioso.

–Relajate, no hagas movimientos bruscos, Bell.

Junto con el sonido de una carpa siendo abierta, una voz familiar hizo saltar mi corazón.

Abrí los ojos rápidamente esperando encontrar a la persona que más quería en este mundo, la cual había olvidado por unas horas.

Y si, ella estaba allí, con su traje de batalla habitual y su mirada sería y dura, la cual parecía que nada ni nadie la intimidaba, en sus manos, una botella de agua y una toalla se encontraba.

La emoción me ganó, me levanté bruscamente y salté hacia ella con lágrimas en los ojos.

–¡¡Rethusa…!!

Me abalancé hacia ella diciendo su nombre.

Sin importar el dolor o que tan fuerte sean mis heridas, no me importo, justo en este momento quería sentirla cerca de mi, quería abrazarla.

Aterrizando justo sobre su pecho, me eché a llorar, liberé todo tipo de sentimientos que había obtenido a lo largo del camino, todo fue liberado en el pecho de mi hermana.

Rethusa no dijo nada, pensé que me golpearía por imprudente, pero no sucedió, en cambio, pude notar como sus brazos empezaron a rodear mi cuerpo, para luego también ser abrazado por ella.

El  sentimiento de seguridad que había deseado tanto regresó a mi cuerpo.

–Yo también te extrañe, Bell.

Quería decir algo, pero no pude.

Todo lo que ví, de lo que fui participe, de tener a la muerte tan cerca de mi rostro y casi tocándome la espalda, todo eso fue liberado en un solemne llanto.

X.  X.  X. 

Los ojos me arden.

Las lágrimas ya habían dejado de caer y finalmente pude tranquilizarme aunque sea un poco.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero fue lo suficiente como para que las cosas que han sucedido en el transcurso de este tiempo puedan ser informadas.

Sentado en una carpa, en algún lugar lejos de aquel sitio infernal en dónde casi muero, estoy siendo penetrado por una fuerte mirada acusadora, llena de enojo y preocupación.

–¿Eres tonto?

Mi hermana me preguntó eso con una seriedad monstruosa.

Le había contado todo lo que había pasado.

Cómo había arriesgado mi vida para salvar a aquellas muchachas.

Le dije del infierno que viví y de todas las veces que estuve cerca de ya estar en este mundo.

Y por supuesto, le conté de la cosa que me hacía sentir miserable, de todas las vidas humanas que había provocado su muerte.

Lo entiendo.

Lo sé perfectamente.soy un idiota que merece ahora mismo desaparecer.

–...

Al no responder su pregunta, mi hermana solo atinó a dar suspiro, para luego tranquilizar su mirada, la cual me hacía temblar.

Yo, quien ahora solo atino a mirar hacia abajo con los ojos ardiendo, espero que me recrimine por la estupidez que hice, que me juzgue por todas las vidas que arrebate.

–Mierda, ¿en serio fuiste capaz de todo eso?

–...

Me quedé callado ante su pregunta. No quería contestar, solo quería ser golpeado por su fuerte rechazo.

–Bueno, que se le va hacer…

–¿E-Eh?

Levanté la mirada ante la inesperada respuesta.

–No pensé que pudieras saltar hacia la muerte para salvar a alguien, pero veo que si lo hiciste.

¿Qué está diciendo?

–De todos modos, a pesar de que cometiste un error, salvaste a dos chicas, las cuales ahora viven gracias a ti, solo eso importa ahora.

–¡P-Pero solo causé más muertes…Fue mi culpa!

Replique con fuerza lo dicho por mi hermana, la cual no parecía querer juzgarme por mis actos, y solo me recriminó por haber saltado a lo tonto.

¿Por qué? Cause las muertes de muchas personas, incluso la de ese hombre que me había dado su confianza.

Soy un asesino.

–Puede que hayas tenido una parte de la culpa, pero ellos también la tienen. Sabían el peligro que había y aún así decidieron arriesgarse.

–¿...?

–Incluso ese hombre, el conductor tomó una decisión aún sabiendo el riesgo, también tiene parte de la culpa.

Ante las palabras de Rethusa, solo pude mantenerme callado.

–Puede sonar horrible, pero gracias a sus muertes es que ustedes están vivos. Si se hubiesen ido, no tendrías manera de salir de ese lugar y hubieras muerto junto con esas mujeres.

–....

–Ellos también hubiesen sido partícipes de tu muerte. Aún así, estás aquí, vivo, y eso es lo que más agradezco en el mundo.

¿Qué está diciendo? No importa cómo lo veas, yo soy el máximo culpable en todo esto, lo demás son simples conjeturas formuladas en la cabeza de mi hermana para poder hacerme sentir mejor.

Yo soy el culpable, el máximo culpable de esto.

Mi cabeza me está empezando a doler y las ganas de llorar nuevamente me atacan.

Me siento mal.

–¿Sabes? No te digo esto para hacerte sentir mejor, si eso es lo que piensas, claro está. Te digo la verdad.

–....

–Gracias a sus vidas estás aquí, y si hubiese muerto tu vida habría valido para salvar la de ellos, puede que pienses que si se hubiese salvado la mayor cantidad de vidas a cambio de la tuya estaría bien…

–...

–Pero para mí, tu vida vale más que todas las personas que existen en este mundo, así que gracias, Bell, por estar vivo, gracias por no haberme abandonado.

–¡...!

Mi hermana se acercó a mí y me abrazó.

Sus delicados pero fuertes brazos me arroparon en un abrazo. Tan cálido y amable, un abrazo que poco a poco lograba calentar mi pecho y evitar que caiga más en la tristeza.

Las lágrimas empezaron a caer y mi cuerpo empezó a temblar.

Tenía miedo. Tengo miedo.

Así que la abrace con fuerza, esperando que aquel momento durará para siempre y nadie me arranque de este lugar al cual consideraba mi hogar.

Sus palabras hicieron que rompa en llanto, liberando todo tipo de sentimiento.

¿Cuántas veces he estado llorando en el transcurso de estos últimos días? Creo que fueron muchas.

–Mantente vivo, Bell. Sus vidas sirvieron para que tú sigas adelante, y si sigues intentando rechazar ese regalo solo será un insulto para ellos.

Mi hermana me dijo eso al oído en un susurro débil y cariñoso.

¿Tenía razón? ¿Sus vidas sirvieron para que yo esté aquí? ¿Se supone que debo aceptarlo firmemente? No tengo la respuesta para nada de eso, pero por ahora lo único que sé, es que tengo que mantenerme con vida.

Para no soltar estos brazos.

Para no dejar de sentir su calor.

Para no decepcionar nuevamente, tengo que mantenerme con vida y seguir adelante.

Así que lo siento, espero que puedan perdonarme, pero quiero usar la segunda oportunidad que me han dado.

Aún con el pesar en mi corazón tomé una decisión.

X.  X.  X. 

Sucio y dolorido decidí salir de la carpa donde me hallaba.

Al parecer era madrugada y la noche oscura y fría ya estaba sobre nosotros.

Las nubes negras que causaban la intensa lluvia ya me habían ido dejando un cielo oscuro que dejaban ver a unas brillantes y hermosas estrellas.

Durante mi sueño pasaron muchas cosas.

La destrucción de Orario no solo llegó a esa ciudad, sino que a muchos pueblos cercanos a esta, y cualquiera que hubiera tenido monstruos cerca fue devorada hasta los cimientos.

Mi pueblo fue uno de ellos…

Según mi hermana sucedió de repente, una gran ola de monstruos enloquecidos atacó el pueblo y arrasó con todo.

No eran los monstruos del <Calabozo>, sino eran los que acechaban por allí igual que el goblin que me atacó cuando pequeño.

Todo se destruyó.

Mi hermana no fue capaz de protegerlos, eran demasiados, a pesar de que era muy fuerte no fue lo suficientemente rápida para llegar al rescate, y todos las personas que quedaban allí perecieron.

–...

Después de tal desastre decidió ir a buscarme ya que algo andaba mal.

Con el temor y miedo en su corazón me busco por el camino que se supone que debía tomar, para después encontrarme tirado en un rincón de la carretera sucio y ensangrentado, junto con unas dos mujeres igual de dañadas.

Mujeres las cuales también se hallaban durmiendo en otra carpa.

Ahora nos encontramos en una sección desconocida de la carretera.

Solo puedo ver la pradera en esta noche oscura, no hay nada más que silencio y oscuridad acechante.

Esto solo por aquí, ya que mi hermana está vigilando cerca de mi cualquier criatura se acerca hacia nosotros.

–...

Las carpas estaban una al lado de la otra, y justo delante de ella una pequeña fogata y dos troncos funcionaban como lugar de descanso, lugar donde me senté sintiendo el calor de la llama.

Se sentía bien el calor golpeando tu piel.

Podía sentir como mi cuerpo frío era abrazado por la llama sagrada que ahora iluminaba y calentaba mi ser.

Las chispas de la leña volaban con gracias cuando el aire golpeaba el fuego intentando apagarlo.

Solo me quedé observando esa llama sin nada en especial, solo quería olvidarme de todo por un momento y pensar en nada. ¿Pero eso será posible? Espero que sí.

–Tampoco puedes dormir, ¿eh?

Una voz llamó mi atención e hizo que mis ojos dejaran de mirar la llama flameante.

Gire mi cabeza y justo atrás mi, silenciosamente había una chica la cual reconocí de inmediato.

La chica la cual era una de las razones de por qué me estaba sintiendo así.

–Emma…

Dije su nombre en un susurro.

–Veo que despertaste…¿estás bien?

Dijo también casi en un susurro.

Su voz no se escucha como cuando me habló en ese pueblo en la noche, ya no era la misma chica animada, sino que parecía rota y con la voz triste.

–Si, estoy bien, algo adolorido pero nada grave.

Dije con una sonrisa y la mejor actitud que pude. Ver esa expresión en su rostro me hace que el pecho se me apriete.

No soy solo yo la que la está pasando mal…

–¿Puedo sentarme? .

Con una sonrisa dolorida ella preguntó.

–Sí, no hay problema.

Me hice un poco al lado para que Emma se siente, el tronco es lo suficientemente grande como para que quepan 3 personas, así que no había ningún problema.

Se sentó a mi lado para, luego ver directamente al fuego, su sonrisa dolorosa había desaparecido y su expresión había cambiado a una solemne.

La chica de cabello rosa se quedó callada.

El silencio incómodo cayó tan fuerte como una piedra pesada sobre mi.

–¿Tú estás bien?

Decidí romper con ese silencio, sino no sé qué tanto aguantaría está situación.

Realmente me gustaría estar solo por unos momentos, pero creo que una compañera y una charla no vendría de nada mal, ¿no?

–No realmente.

Sus ojos no se separaron de la fogata.

–Aunque Primo parece que está durmiendo bastante bien, así que creo que ella está bien si te lo preguntas también…

–Si, gracias.

Ambos miramos la fogata como si quisiéramos entrar en ella.

–Bell…

La chica de cabello rosa abrió lentamente los labios y dijo mi nombre.

–¿Pasa algo?

Ella quería hablar de algo, y yo la escucharía, si no fuera así seguramente no hubiese venido hacia mí, o tal vez solo quería un poco de compañía.

Aún así no me molesta, después de todo ella había hecho lo mismo conmigo esa noche.

–¿Tu que hacías allí?

Su pregunta hizo que mi pecho se apretara.

Ya veo, ella no sabe que la fui a buscar, seguramente pensará que de casualidad estuve allí y que de repente sabía que tenía un lugar para escapar.

No creo que sea tan tonta.

–Recuerdo que te quedaste y tú carreta salía por la mañana…No se supone que debías estar allí.

Si, ella había pensado las cosas y llegó a esa conclusión, no había manera de que estuviera cuando todo comenzó, además seguramente sabe que debía haberme enterado de la situación hace mucho.

–Las fui a buscar…

Les dije lo que hice.

–Lo sabía…Llegué a esa conclusión después de pensarlo. Aunque una parte de mi decía que pensar eso solo sería arrogancia.

–¿Arrogancia?

Me preguntó a qué se refiere con "arrogancia".

–Si, después de todo quién vendría a buscarme a mi…

–...

Me quedé callado ante lo dicho por la mujer que ahora miraba al suelo con los ojos tristes y solitarios.

–Durante ese infierno, muchas personas pidieron mi ayuda, pero no sé las pude dar…Deje morir a mucha gente.

–¡...!

La miré sorprendido..

Ella estaba pasando lo mismo que yo. Ella se estaba culpando por las vidas que no pudo salvar, de las que no pudo tomar su mano y darles una sonrisa justo como me lo había dado a mi.

Después de todo era obvio, Emma es de ese tipo de persona, amable con todas las personas sin discriminar a nadie.

Ella sentía lo mismo que yo.

–No pensaba que una persona que deja morir a otras solo porque se dejó llevar por su egoísmo sea capaz de ser buscada por alguien…

–Ya veo…

Puedo simpatizar con ella sobre su situación.

Yo también lo pensé…

Una persona como yo, la cual había dejado morir a muchas personas por un momento de heroísmo no merecía ser salvada por nadie, y que debería ser juzgado con la muerte.

Pero aún así, no puedo evitar sentirme mal cada vez que veo a Emma hacer esa expresión de dolor, la misma expresión que yo estaba haciendo en la carpa junto con mi hermana.

Tal vez Rethusa se estaba sintiendo de la misma forma.

–¿Sabes porque te fui a buscar?

Le pregunté esperando que su rostro se levantara un poco.

–Tengo algunas ideas sobre eso.

–¿Sí?

–Aunque no creo que te gusten…

¿En qué estará pensando, a qué conclusiones había llegado está mujer?

Tuve un poco de curiosidad.

–¿Te enojarías si te lo digo?

–¿Eh? No lo creo.

–Pues…

Emma empezó a juguetear con sus dedos, mientras su expresión triste cambió a una nerviosa y temerosa.

–¿A ti te gustan las niñas, Bell?

Me tomó por sorpresa.

Si hubiese estado bebiendo algo seguramente lo habría escupido, y si hubiese estado en una situación normal sin tantas cosas en la cabeza habría reaccionado con mucho nerviosismo.

–... ¿Por qué la pregunta?

Pregunté cautelosamente mientras el sudor caía por mi frente vendada.

–Durante esa noche en el bar, cuando estabas comiendo, incluso cuando conversé contigo, noté algo…

Con la anterior pregunta, lo dicho ahora mismo por Emma, creo que ya sabía por dónde iba está cosa…Realmente fui tan obvio en esos momentos.

Mi cuerpo tiembla en vergüenza y mis mejillas se tiñeron de rojo esperando que no diga lo que estaba pensando.

–¿A-A ti te gusta Primo?

Hay estaba, lo que no quería escuchar, me quedé en blanco mientras la miraba fijamente.

–¿S-Sabes? E-Ella tiene solo 7 años y tú tienes 14…¡N-No te estoy juzgando, pero creo que deberías esperar un poco más!

–...

–V-Vi que la mirabas mucho, en especial sus orejas…¡I-Incluso Primo lo noto, así que se puso demasiado nerviosa y esas cosas!

–....

–¡No te juzgo, de verdad! ¡Después de todo nos salvaste y estamos agradecidas por eso! ¡Así que por favor espera un poco más a Primo, o sino tendré que buscar otras medidas…!

Las palabras de Emma perforaron cada parte de mis oídos y mi ser.

Su expresión nerviosa y sus ojos rosados me miraban fijamente mientras agitaba sus manos.

Olvidamos por un momento que estábamos en un apocalipsis.

–¡Nhahahahahahahaha!

Ante esta situación, solo pude reír.

La expresión confundida de Emma solo me dió aún más risa y me hizo saber que está conversación tenía para rato.


X.   X.   X. 


Todo fue un malentendido.

Después de que los ánimos se calmaran y las risas fueron apaciguadas, ambos jóvenes con las mejillas sonrojadas miraron nuevamente hacia la fogata.

Bell, quien gracias a ese malentendido por parte Emma había recuperado un poco su humor, decidió contar todo lo que había pasado.

Sincerandose con la mujer que actualmente no pasaba su mejor momento.

Bell quería ayudarla, así como ella lo hizo con él aquella noche donde no se sentía suficiente.

¿Pero realmente era capaz de animarla con una sonrisa a pesar de todas las cosas que estaban pasando? No lo sabía, pero incluso si era un poco, tenía que intentarlo.

–...

El ambiente estaba callado.

Emma, quien llena de vergüenza por haber confundido las cosas, agradeció por haberlo hecho, ya que gracias a eso pido olvidarse de lo que estaba pasando por su cabeza…

Aunque rápidamente volvió a tener ese pesar en su corazón, agradeció por el buen momento.

El silencioso ambiente llegó a su fin, cuando Bell decidió mover sus labios para formar unas amables palabras.

–Yo también deje morir muchas personas…

–....

Emma lo miró en silencio y con los ojos abiertos.

–Cuando fui a buscarlas…no fui solo.

Bell, quien miraba fijamente el fuego de la fogata, recordó aquel rostro del hombre que había sido su cómplice en su travesía mortal.

–Un hombre me acompañó…Hizo caso a mi capricho de ayudar a unas desconocidas para él y arriesgar su vida…

–¿E-Ese hombre…?

Emma lo recordaba, hay donde estaban los caballos, no había nada más que cadáveres siendo devorados por los monstruos que cubrían el camino.

Fácilmente llegó a la conclusión.

–Si, él está allí…Pude ver cómo su torso estaba siendo tragado…Sus ojos abiertos…él tenía miedo.

Al recordar esa escena, Bell empezó a temblar y las lágrimas amenazaron con salir de sus ojos, el terror nuevamente lo atacó junto con la culpa de ser un asesino.

Ante esto, Emma solo pudo mantenerse callada mientras la misma sensación de horror recorría su cuerpo.

–Las demás personas que se encontraban allí, seguramente querían usar la carreta del hombre como escape y eso armó un alboroto…y ya sabes cómo acabó todo…

La voz del chico poco a poco se quebraba.

–¿Todo por irnos a buscar…? ¿Por qué…?

Emma aún no lo entendía.

¿Por qué ese joven había ido directamente hacia el peligro por ellas? No entendía la razón detrás de ese chico.

–No podía dejar que las personas que habían sido amables conmigo mueran…Solo eso.

–¡...!

–Aquella noche estaba perdido, no sabía si seguir era buena idea, pero tú me diste la mano y me ayudaste, incluso si solo fueron buenas palabras las que me diste.

Emma estaba atónita por lo que estaba escuchando.

¿Por esa razón el chico había saltado hacia la muerte? ¿Por esa razón ahora él pasaba toda esa situación? Si, lo pensabas bien en realidad parecía una tontería.

Pero para Bell no lo era.

–Puede parecer que soy un tonto, pero esa noche con tu amable sonrisa me hizo pensar que eras algún tipo de "héroe"...y a mi me gustan los héroes.

–¡....!

Antes las hermosas palabras del chico, Emma no pudo evitar soltar lágrimas.

Ella, quién había dejado morir a muchas personas para salvar su vida, la cual le había hecho sentir miserable, la cual la hacía sentir como el peor ser humano, ahora mismo estaba siendo considerada como una salvadora por el chico que tenía al lado.

Eso había sido un fuerte golpe para su ser.

Ella creía que no merecía esas palabras.

Alguien tan egoísta como ella que no tomó una mano cuando más lo necesitaba.

Alguien como ella que prefiero mantener su vida antes que los demás…

Alguien como ella no debería ser considerada un héroe.

Incluso si al final había tomado la decisión de ayudar a Primo, eso no borraría el daño que ya había hecho.

Tomar la mano de la niña elfa y decir que arriesgara su vida por ella no la haría menos culpable, si predicaba eso, solo la haría ver cómo un hipócrita.

Emma creía que no merecía ese elogio.

Pero aún así, lloró al escuchar esas palabras.

Palabras amables y dulces que suavizan su ser, aligerando la carga en sus hombres, haciendo más feliz a la inocente chica del cabello rosa.

–...

Las lágrimas brotaron del corazón de la chica, la cual miraba al chico, para después desviar la mirada al suelo, dónde las lágrimas cayeron y se hicieron uno con la tierra.

–Yo no te digo esto para hacerte sentir mejor…Solo quiero que entiendas que simpatizo con lo que estás pasando…

Bell, quien había visto las emociones de la chica, dijo la verdad tras su discurso.

Él solo quería hablar de lo sucedido, y hacer sentir que la chica no estaba sola…al igual que él.

–...

El ambiente volvió a estar callado, pero no fue por mucho, ya que la chica quien derramaba lágrimas silenciosas, habló casi en un susurró.

–Todo lo que pasaste, por irnos a buscar todos ellos murieron…y puedo verlo en tus ojos, sufres igual que yo…

–...

–¿Te arrepientes de ayudarnos?

Esas palabras golpearon a Bell como un rayo.

Las palabras inesperadas de la chica hicieron eco en la mente del muchacho.

¿Qué respondería?

Si no las hubiese ido a buscar todo habría ido mejor, eso era seguro.

No habría visto gente morir, ellos estarían vivos seguramente, y nunca sabría si Emma y Primo se habían salvado.

Su vida podría haber sido más tranquila y sin traumas. Eso era seguro.

Sin embargo, Bell no tenía la respuesta para eso.

Para Bell todas las vidas valen lo mismo, ninguna más que la otra, así que no podía responder esa pregunta sin ver afectada su ideología.

–No lo sé… Yo…no puedo responder esa pregunta.

–Ya veo…

Emma, quien había dejado ya de derramar lágrimas miró hacia el cielo estrellado, para luego soltar unas palabras que apretaria el pecho del chico.

–Gracias, Bell, por salvarnos…eres un héroe.

Con una sonrisa, Emma agradeció.

Una sonrisa radiante que había salido directo de su corazón.

Una sonrisa igual a la que le dió esa noche al chico.

–...

Esta vez era el turno del chico derramar lágrimas.

Al recibir ese agradecimiento, su corazón se apretó e hizo que doliera.

¿Él las merecía? Mucha gente murió.

Él también pensaba que no era digno de unas gracias, de ser llamado "héroe".

Su corazón y su alma se apaciguaron mientras sus ojos se humedecieron.

El chico no pudo decir nada, solo pudo llorar mirando hacia abajo, recordando todo lo que pasó, y todas las desgracias que trajo.

El chico pudo sentir un poco de paz.

–...

Emma vio al chico llorar.

Pudo simpatizar con él y saber que no estaba sola aún.

Sonrió para sí misma, para luego apretar su corazón y evitar volver a caer en llanto.

Este era un nuevo comienzo para ambos.

La chica, quien ya no tenía nada por qué luchar, decidió hacerlo una vez más, aferrándose una vez más a la esperanza y esperando nunca volver a soltarla.

–...

El chico, quien había perdido la razón para llamarse "héroe", ahora se había convertido el "héroe" de alguien, eso hizo que su corazón se llenará de felicidad, olvidando por un momento toda la angustia en él.

Ambos habían sido sus respectivos héroes.

Esa razón los hizo aferrarse a la esperanza, y les dió fuerzas para levantarse una vez más.

–...

La silenciosa noche había sido testigo de la unión de dos almas, la formación de una grata amistad.

El ambiente se había calmado.

–Déjame presentarme una vez más…Yo soy Emma Flores.

La chica, quien ahora se encontraba mirando fijamente al chico extendió la mano para sellar una amistad.

–Y yo soy Bell Cranel, un gusto.

El chico, quien ya había cesado sus lágrimas, también la miró a los ojos y estrechó su mano.

Ambas palmas chocaron y se volvieron uno.

Ambos volvieron a aferrarse a la esperanza y se dieron una sonrisa, consolidando así una amistad nacida de la amabilidad y el heroísmo.

Bajo las estrellas y la luna, los jóvenes perdidos encontraron su camino.

X.  X.  X.

A partir de esa noche parece que todo ha ido mejor.

Hace algunos días Emma y yo tuvimos una plática sobre las cosas que pasamos en ese día tan aterrador.

También hubo cosas vergonzosas que me hacen sonrojar cada vez que lo pienso.

Pero a partir de ese día parece que he logrado tener una mayor conexión con ella.

Parece que nos hemos vuelto buenos amigos.

Aunque no todo es bueno.

Desde ese día las noches se han vuelto complicadas…Dormir se hace difícil cuando en tus sueños aparecen los rostros de las personas que ya no quieres recordar.

Pero aún así trato de manejarlo lo mejor que puedo.

No quiero preocupar a los demás por mis problemas, después de todo ya tenemos bastantes.

Justo ahora estamos viajando lejos de cualquier peligro cercano.

Rethusa conduce la carreta donde nos refugiamos y nos mantenemos seguros de cualquier peligro.

Emma y Primo ahora mismo están dormidas, está última ha estado muy callada durante estos días y no parece querer separarse de Emma.

Es una niña después de todo, está situación la afecta más que a nosotros.

–...

En la carreta, sentado mirando a la nada recuerdo las palabras de mi hermana después de haber tenido una pequeña reunión en la mañana.

"No podremos mantenernos vivos así"

Hemos estado viajando de aquí a allá.

Las provisiones pronto se acabarán y no habrá nada que podamos hacer. Después de todo el mundo se ha sumido en caos después de que el <Calabozo> enloqueció.

La única manera de sobrevivir a esto era volviéndose más fuerte, o al menos eso es lo que dijo mi hermana.

Justo ahora, a máxima velocidad nos encontramos yendo a un refugio creado por los remanentes de <Orario>, un lugar donde los sobrevivientes de esa catástrofe se refugian.

<Ruinas del Antiguo Castillo Shreme>, ese era su nombre.

Allí vamos en busca de información sobre la diosa de mi hermana.

Antes ella pertenecía a una facción de Aventureros, dónde una diosa comandaba.

Para sobrevivir a este infierno necesitamos ser más fuertes, el <Falna> de los dioses es la solución.

"Dónde la gente necesite ayuda, ella irá, nos uniremos a ella para mantenernos a salvó y recibir su <Estado>"

Ese era el plan.

Encontrar a la Diosa Artemisa era nuestra salvación.

Podríamos conseguir el <Estado> de otro dios, pero Rethusa no confía en nadie más que su diosa, así que no había más remedio que confiar en la fe que ella le tenía.

Apretando el puño espere que todo vaya bien.

Mientras el traqueteo de los caballos llenaban mis oídos.

Había una sola cosa en mi cabeza.

Para no dejar morir a más gente.

Para proteger a las personas que quiero.

Para poder seguir adelante en este mundo.

Para poder ser un héroe.

Yo quiero ser más fuerte.

Ese deseo se grabó en lo profundo de mi corazón.

Un deseo inquebrantable.

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Que GOD que está el juego de Danmachi causas.

Nos papel Brasil con un gol al último minuto, la ptm, pero bueno que se le va hacer.

El capítulo 3 ya está aquí!!!

Cualquier error o sugerencia háganmelo saber.

Nos vemos en 6 meses, o tal vez no...

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