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Volver a ti

POV Aiz Wallenstein.

Desperté en la camilla de la enfermería en la mansión crepúsculo. Todavía siento ardor en todo el cuerpo, el peso del cansancio, el dolor de cada golpe, la punzada de cada corte y el mareo por la perdida de sangre.

Pero eso no importa.

Salí corriendo de esa enfermería ignorando los gritos de Riveria, cuando Tiona y Tione trataron de detenerme invoque<Ariel>, salte por la ventana y regresé tan rápido como pude a la calle Dedalos.

Cada hora, minuto y segundo que pasaba sin encontrarlo cargaba mi pecho de.... ¿Ansiedad? No lo sé, era como la sensación desagradable de ahogarme en el mar, patalear solo para seguir hundiendome.

No puedo respirar.

Corro sin detenerme, doblo en una esquina que parece la misma de antes, salto y rebotó en las paredes de un callejón para conseguir altura y ahora puedo ver cada techo de la inmensa calle Dedalos, son muchos techos y todos se parecen bastante. Esto no ayuda....

Me dejo caer, mis botas hacen temblar los adoquines grises y ya rotos del suelo. Todavía quedaba mucho por ver, lugares donde buscar, ¿como lo haría Finn? Nunca he venido a esta calle sola, jamás me fijé en las direcciones.

¿Si ni siquiera yo sé donde estoy como voy a encontrarlo?.

-¿Huh?.

De repente, me di cuenta de algo.

Estoy nerviosa. Asustada e impotente.

Pero no por mi.

¿Donde estas?

-Bell...

Su nombre escapa de mis labios como una súplica a los cielos, pero sé que no me lo entregaran, nada en toda mi vida ha llegado a mi por solo esperar...

Si quiero verlo, escucharlo.... sentirlo y abrazarlo de nuevo para recordarle la promesa en la aldea edas.

Soy yo quien lo tiene que encontrar.

.

.

.

No logré nada en el primer día. Solo seguí buscando, corriendo como una niña desesperada perdió algo importante para ella, no fue hasta la noche que Riveria por fin me forzó a ir a casa y tratar mis heridas, pero no pude dormir.

Solo vi el cielo nocturno mientras me preguntaba si él hacía lo mismo.

El segundo día fue otra tortura. Esta vez vinimos con un grupo de búsqueda, solo Finn y Gareth faltaron... Dejé la búsqueda antes de la noche para pasar tiempo con mis padres en el hospital.

Y en el tercer día...

--¿huh? ¿¡No estaba muerto!?.

Tras cubrir el norte, sur, este y oeste de la calle dedalos no me quedó otra opción más que comenzar de nuevo. Pasaron dos horas de búsqueda hasta que me di la vuelta para tomar ese callejón.

Solo fue un golpe de "suerte". Escuché el grito de una señora beastman, asustada por un cadáver en la basura de este callejón cualquiera. El "cuerpo" descansaba contra una pared, parecía solo una bolsa de basura más hasta que bajo la mirada y me encuentro con las piernas que sobresalen del saco negro.

Sin tiempo de procesar sobre si era Bell o no aparto a la señora que se horrorizó en cuanto la "bolsa" se agitó sola, rápidamente me pongo de rodillas y arranco la manta negra.

......

Detrás de la bolsa me encuentro con un velo de cabello negro cubriendo el rostro de ese chico. Su altura es un poco mayor a la del que estaba buscando.

No era el cabello blanco que espere, tampoco su tamaño concuerda. No era Bell, no podía ser él. ¿Entonces por qué tengo este horrible presentimiento?.

Levanto mi mano hacia él casi por instinto y aparto su flequillo con el dorso de la mano, al hacerlo me encuentro con el rostro que he querido ver desde hace más de tres días y entonces escucho como algo se rompe en el fondo de mi cabeza.

Bell esta completamente inconsciente, la suciedad y mugre cubren su cara al igual que una venda a lo largo de su frente, pero supe que era él al instante en que aparte su cabello teñido... Al igual que cuando salió de Knossos. Todavía tengo muchas preguntas, pero su estado no esta ni cerca de ser aceptable.

Lo miro de arriba a abajo, pasando de su rostro al cuerpo trabajado y tallado por años de entrenamiento. No hay ninguna marca salvo por las lineas de sus músculos sin una camisa que los proteja, la única herida visible debía estar tras la venda que cubría parte de su pecho izquierdo, su corazón.

Contuve la respiración por un momento, ¿Alguien lo ayudó?

¿Fue esa misma persona quien lo dejó tirado aquí en vez de traermelo??.

La ira bulle dentro de mi como si el hielo que contiene la llama negra en mi pecho se hubiera derretido ante este mero pensamiento.

No, no tengo tiempo para eso... Bell está aquí, está.... Bajo el dorso de mi mano que acariciaba su mejilla y doy la vuelta para que mi palma esté sobre su pecho. Puedo sentir el suave *ba-dump* de su pecho, pero es... Débil, no como suele ser. Y como si hubiera estado posponiendo algo hasta ahora, me doy cuenta de la ausencia de su brazo derecho al mirar a mi izquierda.

Rápidamente veo el otro lado, aliviandome por su brazo izquierdo intacto, no, no intacto. Tiene una venda en la muñeca que se enrolla hasta su mano y Yamato descansa a la altura de la unión de su hombro. En cuanto a su brazo derecho.

Lo ha perdido.

--Bell....

Me distraigo decidiendo entre ver si tiene heridas en la espalda o no, o si siquiera está bien tocarlo.

--¡Aiz! ¿¿Que suce-??.

Escucho como los adoquines detrás mio se rompen bajo fuertes pisadas hasta que llegan a mi lado, Bete grita y corta su propia voz.

--¿que mierda te paso...?

Siento un hombro que roza el mío, es Bete que se agacha junto a mi para ver de cerca a Bell. No importa como lo pongas, incluso yo me di cuenta que Bell es como su hermano.

'Y para mí es...'

-- tsk...-la frente de Bete se arruga luego de ver sus heridas- El hospital está más lejos que la mansión y no parecen daños muy graves. Hay que llevarlo con la vieja.

Habla con el mismo tono... De cuando murieron nuestros compañeros. Asiento con la cabeza de acuerdo con sus palabras y ambos nos miramos durante un segundo decidiendo quien llevará a Bell. Bete me da un leve asentimiento y luego mira el rostro inconsciente y andrajoso de Bell con claro dolor en sus ojos.

Tomo a Bell con cuidado en mis brazos y apoyo una rodilla en el suelo 'no te preocupes, voy a llevart-' antes de poder levantarlo caigo y los desechos a mi alrededor ruedan cuando Bell sale de mis brazos y su cuerpo golpea el suelo con un thud.

-- ¿¡Aiz!?.

Me llevo una mano al pecho pero el pánico sube a mi cabeza junto con el enojo y la confusión del porqué mi cuerpo cedió. Es un alivio inmediato ver la mano de Bete en la parte de atrás de la cabeza de Bell, por lo menos no recibió un golpe en esa zona sensible y la herida en su pecho no se abrió.

En cambio yo apenas evito desplomarme, pongo la otra mano en el suelo y respiro hondo y pesado luchando para que mi otra rodilla no caiga también.

El dolor me atraviesa como una punzada profunda que arde en medio de mi pecho y debilita todo mi cuerpo.

Fue el ataque de ese monstruo.

No se llevó mi vida, pero estuvo cerca.

-- Bete...- me las arreglo para decir algo-llevalo tú.

-- ¿podrás seguirme el paso?-noto la preocupación en sus palabras cuando levanta a Bell.

-- iré... Justo detrás de ti- respondo poniéndome en pie.

Bete tiene una expresión complicada, me mira de arriba a abajo antes de darse la vuelta "no caigas a mitad de camino, no volveré a recogerte hasta que Bell esté en cama" anuncia y un viento sopla en el lugar donde estuvo hace un momento.

'supongo que seré yo quien lleve Yamato...' la pena me llena, fui imprudente al no cuidar una herida tan profunda. Pero al menos ya está de vuelta....

-- esto es....

Me fijo en Yamato y hay un objeto colgado en su empuñadura. Es el collar de Bell. 'Debo guardarlo' tomo la espada y atesoro el colgante, pero esto solo aumenta mi curiosidad. ¿Donde estuviste todo este tiempo?.

'ahora puedo preguntárselo'.

+++++++++++++++++

Las horas vuelan desde que lo trajimos aquí.

Lili, Lefiya, Cassandra, Daphne, su amigo de la Familia Hephesto y otros miembros han venido para verlo, pero solo lo vieron dormir.

El sol de la mañana sube hasta el medio dia, luego baja hasta el crepúsculo de la tarde y finalmente cambia su lugar con la luna en la noche. solo he despegado la mirada de Bell durante las caminatas que doy de aquí a allá en la enfermería antes de calmarme y volver a la silla que puse junto a su cama.

El nunca me pareció frágil, ni siquiera cuando ya sé que lo he visto aquí tantas veces, pero hoy es diferente. Hoy su piel se ve pálida, más de lo usual, su cabello blanco, puro y hermoso como la nieve es oscuro, más oscuro que la noche. No digo que se vea horrible, honestamente, creo que la palabra horrible y Bell no tienen sentido en una misma oración, pero es un cambio que solo me da mala espina cada vez que lo veo ahí recostado en la camilla de enfermería. A veces está tan quieto...

Muy, muy quieto.

Mis ojos perforan cada centímetro de su torso en busca de movimiento.

*Respirar*

Veo como su pecho baja y sube a través de la tela de su bata de enfermería. Mis pulmones solo se llenan cuando lo hacen los suyos.

-- Bell...- llevo horas, más de 10 horas donde mis labios solo se han movido para decir su nombre, esperando que el responda con algo. Cualquier cosa.

-- ya hiciste todo lo que se puede hacer Aiz-Riveria llega con una bandeja en sus manos y la deja en la mesita de noche junto a la camilla- al menos come. No lo has hecho bien estos tres días, y eso no es propio de ti.

'he hecho todo.... Pero tengo que hacer más' las palabras solo se quedan en mi mente. hay tantas cosas que hubiera hecho diferente si hubiera sabido que llegaríamos a esto. Debí prestar más atención a lo que estaba haciendo, (¿Por qué soy tan idiota?), hace tres días cuando fuimos a la clínica Dian cetch para internar a Gareth y Finn escuché a Lefiya y Loki discutir, no espie mucho porque estaba preocupada por mis padres, pero sabía que Loki estaba hablandole de que llevaban un mes y medio escondiendo algo, las señales estaban ahí, pero yo no las pude ver porque soy tan inútil cuando se trata de.... Comprender a otras personas.

Debí haber hecho más por ti. Mi mano alcanza la de Bell(la única que le queda) y ahogo un gemido de dolor, el dolor físico de mi pecho y el... Emocional de mi culpa que crece a cada segundo que veo su rostro dormido. ¿Estabas haciendo algo peligroso? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿No confías en mí? Te lo prometí Bell... ¿Por que?.

--... Aiz-

--no tengo hambre- corto las palabras de Riveria, pero no rechazo su toque cuando pasa su mano por mi espalda. Se que ella tampoco desea esto, que no ha dormido por cuidar a Gareth y Finn en la clínica así como yo apenas quise cerrar los ojos desde que comencé a buscar a Bell.

Y ahora que lo tengo aquí me rehuso incluso más a dormir, porque siento que no podría soportar cerrar mis ojos solo para encontrarlo igual cuando despierte. No puede morir, no puede.

Solo lo conozco desde hace 6 meses, pero son 6 meses que han valido toda una vida. Son 6 meses en los que sonreí y rei como nunca antes, no todo por él, pero si lo hice junto a él. Estuvo ahí para mí, y yo quiero estar ahí para él. Por eso no puede, me niego, no lo dejaré morir.

Porque si Bell muere... Si Bell muere...

No puedo pensar en lo siguiente. ¿Que sigue después de su muerte? ¿Fingiré nunca haberlo conocido? Solo seguiré adelante con mi venganza y ya, ¿sin más?.

No.

No, no, no, no. Aún tenemos mucho que hacer juntos, mucho que decir... Aún no sé lo que es este sentimiento, pero no es algo que sienta solo por mi misma. Es más que algo mio, es más que yo... Es un nosotros.

La primera vez que lo vi, todo por una equivocación, todo por cometer el error de tomarme un sorbo de alcohol por accidente, que ha sido hasta ahora el mejor error de mi vida y tal vez el único del que no me arrepiento. El día que recorrí la ciudad con él y me interesé en esos ojos rubies que brillaban incluso más que dichas joyas. El día que vi su rostro iluminado por el sol en el patio de entrenamiento de la mansión, y comencé a entrenar con él. Los días que lo vi correr, avanzar más rápido que cualquiera que haya visto antes y me emocioné porque tuve un lugar en ello. Los días que lo noquee por accidente y lo tuve en mi regazo, más tarde esos "accidentes" empezaron a ser algo completamente intencional. El alivio que sentí cuando ganó el juego de guerra de Apolo, el miedo cuando nos separamos en knossos, la preocupación que me inundó por la sangre de evilus que mancho su espada, la desesperación de su coma de una semana al salir de knossos(no me hagas esperar tanto está vez), la sonrisa que empecé a tener cada día solo por verlo. La "cita" antes de investigar a Ishtar, el baile frente a la fogata en la aldea Edas, las palabras que compartimos sentados encima del árbol caído. Todo. Todo eso era ese "nosotros" que siempre revolotea en mi pecho y me hace pensar más de lo necesario en cosas que nunca me moleste en pensar.

No puede terminar así, no lo dejes terminar así....

Ya no solo tengo mi mano sobre la de Bell, levante su mano con cuidado entre mis dedos, los de ambas manos y coloque su mano en mi frente, esperando sentir su calor, pero no estaba.

Es un frío aterrador que se extiende hasta la punta de sus dedos. Está vez cierro los ojos con fuerza para no apretar su mano. Jamás le había dado tantas vueltas a alg...

Sus dedos se enroscan suavemente en mi frente y me hacen abrir los ojos de golpe para ver su cara, por primera vez durante tres dias siento que respiro de verdad. Tiene los ojos abiertos.

--estas despierto.

Mi voz vacia de muñeca suena como si arrastraras mi garganta por vidrios rotos cuando siento que mi corazon quiere saltar de mi pecho. Siento su toque, el tacto de su mano todavía frío contra mi frente, suelto una mano y con la otra pongo la palma de Bell en mi mejilla, sintiendo una especie de... Impulso de besar el centro de su mano, pero me lo ahorré porque Riveria estaba viendo.

La silla en la que estoy sentada está pegada a la cama y mi cuerpo ya está inclinado hacia ella, misma razón por la que su brazo no tiene ni que estirarse para alcanzarme. Lentamente pongo la otra mano en el colchón de la camilla para acercarme, mi cabello se mete en el camino pero no puedo apartarlo todavía.

Está despierto, está vivo. Está... No lo sé, su rostro tiene una expresión complicada y sus ojos están desenfocados. Mi pecho se hunde un poco porque es como si no se hubiera fijado en mi, pero también está muy hinchado de alegría porque Bell despertara.

--ejem...- ni siquiera me volteo a ver a Riveria, pero se que sus ojos giran entre nosotros- saldré a dar la noticia, ¡y por amor a todos los enfermos que no salga de esa camilla hasta que yo vuelva!.

Sus pasos suenan, prácticamente se fue corriendo de aquí y escucho como se cierra la puerta de la enfermería con fuerza y casi parece que le hubiera puesto seguro.

--puedo... ¿Darte un abrazo?- el colchón se hunde ligeramente cuando apoyo una rodilla al lado de las caderas de Bell.

El asiente tras varios segundos y observa su mano en mi mejilla como si apenas tomara consciencia de nuestro tacto, aún tengo mi mano sobre la suya contra mi mejilla porque pensé que no tendría la fuerza para moverse, deslizo esa mano con confianza por su brazo, sintiendo la firmeza de un roble hasta que la subo para tocar su rostro.

Los ojos rubies ruedan de su mano a la mia a punto de tocar su mejilla y se mueve para esquivar mi toque justo cuando iba a sentir su piel- ¿p-pasa algo?- la corta acción me hace pensar que lleve mis emociones demasiado lejos y estoy a punto de echarme para atrás y pedir disculpas con vergüenza, pero Bell mismo ladea la cabeza con confusión, como si todavía no estuviera aquí y luego me mira y niega con la cabeza.

--no. Perdoname, aun sigo en modo automático... Es solo- me acaricia la mejilla con el pulgar y limpia una lágrima que ni yo noté- pensé en lo mucho que no te merezco- me sigue acariciando la mejilla y dice con una sonrisa, la sonrisa que he querido ver y es que es tan preciosa, incluso más que la luz de la luna que se filtra por la persiana y lo adorna.

Apoyo más la rodilla y mi cuerpo se abalanza sobre el con cuidado. Por fin lo tengo entre mis brazos. Siento su pecho contra el mío, su corazón sigue latiendo débil y me preocupo un poco, pero lo más importante es que está despierto. Paso un brazo por debajo de su axila izquierda y lo subo hasta su nuca, y con el otro toco su gran espalda con mi palma.

Su cuerpo sigue estando un poco frío, pero está bien. Hoy el glaciar que congela mi pecho no es más que agua derretida. Incluso yo se que estoy desbordando calidez, puedo compartirla con él.... ¿como es posible que incluso cuando lo recogí de entre la basura su aroma siga siendo fresco y relajante?. Mis brazos afirman nuestro abrazo.

No quiero soltarlo, quiero que el momento dure para siempre. Ninguno de los dos dice nada, aunque Bell mueve el único brazo que le queda para pasarlo por encima de mi hombro, sus dedos me tocan un omóplato, al principio con una duda que me gustaría no estuviera, como las otras veces que me ha abrazado. Y luego simplemente se pierde entre caricias que transmiten su afecto.

Ahora, nuestros rostros que han estado frotando mejillas entre si se separan un poco y nos miramos de frente. Desde aquí puedo ver perfectamente mi reflejo en sus ojos carmesí y noto mi expresión, escrita una sonrisa clara que ni yo misma sabia que tenía.

Bell tiene una expresión perdida, pero esta vez con la diferencia de que está perdido de todo excepto de mi, incluso yo me doy cuenta por la forma en que me mira.

--¿... Tengo algo en la cara?- ¿tal vez es por mis ojeras? llevo 3 días sin dormir bien, de seguro está pensand...

--¿aparte de belleza? No lo se~ dame tiempo, es difícil detallar algo tan precioso y mucho más ponerlo en palabras- dice con una risita.

Es tan... Tan estúpido, tan tonto que pueda decir algo así después de todo.

Juro que puedo ver cómo me sonrojo en los ojos rojos de Bell. Inflo las mejillas un poco, pero se me pasa, porque aún lo tengo cerca y sigue mirandome como si en verdad buscara las palabras para decirme, pero creo que lo terminare ahogando de la vergüenza con mi abrazo si sigue así.

Ya no puedo mirarlos a los ojos, así que solo veo sus labios en su lugar, los detallo. Ya no están resecos porque Riveria me pidió darle agua en intervalos de una hora. Son una fina linea rosada que sigue estirada en una sonrisa, era tan hermosa y tan... Extraña la sonrisa de Bell en este momento, solo sentía que estábamos en una burbuja justo ahora, pero por alguna razón también siento que oculta algo tras esa sonrisa.

Me preguntó a mí misma, ¿Que está pensando?.

'Pero quiero disfrutar de esta burbuja un poco más' al final obedecí mi egoísmo, a la pequeña Aiz que esta más allá abrazando a un pequeño Bell con la misma expresión que yo tenía.

Le haré las preguntas que tengo que hacer después. Ahora... Solo quiero este abrazo.

+++++++++++++++++

POV Bell Cranel.

Mi estoicismo no dura mucho y antes de poder hacer algo más solo sonreí y seguí sonriendo como un idiota. ¿Pero de verdad se me puede culpar?.

Tengo una carga que me pesa más allá de lo que puedo admitir sobre mis hombros, he hecho un trato con algo peor que un monstruo, hice un trato con un dios y ahora tengo que cumplirlo, este <Pacto>. Todo para ganarme mi libertad y volver con todos los demas.

'Volver a ti....' acaricio el cabello de Aiz con la única mano que tengo.

No lo esperaba, que lo primero que vería al despertar fuera Aiz, su sonrisa era hermosa como el brillo del sol sobre las hojas de primavera, cautivante e imposible de no admirar. De un solo vistazo había convertido cada duda, cada arrepentimiento, cada dolor, cada hecho miserable que he sufrido estos días en pasión. Y no lo digo por la habilidad Lilith blood(que de hecho, no estoy sintiendo) sino porque ver a Aiz una sola vez después de "tanto tiempo" me trajo paz.

Paz que no merezco.

Concluyo, y algo cambia. Un chasquido que solo yo escucho antes de que todo vuelva a mi, la realidad me golpea.

Por eso alejé mi rostro de su toque, pero cuando vi el más mínimo dolor en sus ojos por ello, lo único que quería era tomarla de la mano y besar su dorso hasta que viera que admiti mi error. Al final no pude, pero terminamos en este abrazo.

El olor a Jyagamaru-kun y sangre emanan de ella. Realmente la Aiz de siempre. Aunque debo decir, hoy desprende calidez como nunca, calienta mi cuerpo frio como si pudiera encender incluso mi alma. Puedo sentir cada centímetro de su cuerpo contra el mio, el peso cómodo en mis piernas, la seguridad que me transmiten sus brazos en mi nuca y espalda, los latidos de su corazón a través de su pecho.

No quiero que este abrazo acabe.

Quiero decírselo, que la amo, quiero besar esa línea rosa, suave y perfecta que ella llama labios, separarme, mirar y perderme en sus preciosos ojos dorados antes de tomar su barbilla entre mis dedos y besarla de nuevo. De verdad, de verdad quiero hacerlo.

'pero este no es el momento.'

Yo no soy el único en mal estado. Mierda, ni siquiera sé cómo están los otros. No puedo recordarlo, nada.

Con cada día que pasa más borrosas se vuelven mis memorias durante la posesión de Vegh y mi corrupción. Y como dije, no recuerdo nada de lo ocurrido cuando perdí el control por completo, solo lo que estaba en el periódico que Thanatos leyó.

Primero lo primero.

-¿como están todos los demás?- mi mano sube por su espalda hasta la parte de atrás de sus hombros, donde acaricio suavemente- ¿cómo estás tú?.

La matiz llena de preocupación en mi tono suena solo al final y casi hace parecer que los otros solo son un pretexto para saber qué tal está Aiz. En el fondo, tal vez sea así.

-- estoy.... Cansada- admite y su voz me hace cosquillas en el oido porque seguimos en el abrazo y Aiz tiene apoyada la barbilla en mi trapecio. Uno de sus dedos me rasca la espalda pero lo siento más como muestra de ansiedad que de cariño- Finn y Gareth siguen en el hospital, están bien... Pero Airmid dijo que debía darles tratamiento por todas las heridas graves que sufrieron.

Sus palabras me hacen temblar de la impotencia. Esto fue mi culpa... Todo esto. Y yo tengo que fingir que no se nada.

--todo esto... ¿Por los monstruos. armados?.-siento que camino sobre un puente de cristal con los ojos cerrados, no sé dónde poner los pies y me da miedo escuchar lo que tenga que decir.

--escuché que el gremio esparció la noticia de que si, por la Voivre- 'Wiene...' de repente tengo un flash su cuerpo de serpiente deslizandose hacia mi, no, hacia Vegh para atacarlo. Parpadeo varias veces para espantar el recuerdo y escuchar a Aiz- pero no lo creo asi.

El tono de Aiz se amarga.

-- hubo una luz por donde te fuiste a perseguir a la voivre, en un túnel- siento salpicaduras, gotas de sangre de Wiene cayendo debajo de mis ojos y corriendo por mi rostro- luego, esa cosa. creí que era un monstruo más, pero no. Eso no era un monstruo, fui hacia allí por su rugido. Y cuando llegué....

Aiz me cuenta todo a detalle, el como peleó junto a mi madre para detenerme. me sentí orgulloso, al menos hasta la parte en que usó a Aiz de escudo humano y me contó cómo el monstruo(yo) casi atraviesa su corazón.

La interrumpo aquí mismo.

-- ¿¡tu corazón!?- me alejo un poco de ella y la alejo lo suficiente con una mano para verla a los ojos, mi mirada tiembla y tengo todos los nervios al mil- ¿segura que estás bien? Dijiste que no has descansado, no se te abrieron los puntos de la heridas ¿verdad? Déjame verlo...

Las palabras salen de mi con desesperación, no mido lo que digo y sueno más miedoso que exigente.

Los labios de Aiz se separan apenas un poco, sucede cuando está sorprendida. Entonces mira hacia la puerta de la enfermeria como para asegurarse de la puerta cerrada y luego vuelve su cabeza hacia mi.

-- t-te mostraré, pero no veas nada más.

No entiendo porque sus mejillas se ponen rojas y sus ojos pierden contacto visual con los míos hasta que baja ambas manos y las mete por debajo de su camisa, veo como sus dedos se mueven bajo la tela y se colocan por encima de sus...

Espera. *Dong* el peso de mis palabras cae sobre mi cabeza como un martillo. Le acabo de pedir que me enseñe su pecho desnudo.

La mirada de Aiz está hacia mi izquierda, ella vigila la puerta de la enfermería manteniendo las manos para cubrir sus senos por debajo de la camisa. Lo que yo tomo como una invitación para mi pedido de revisar su herida.

Dejo de ver el rostro de Aiz al bajar la mirada y levanto lentamente el dobladillo de su camisa por la piel sedosa debajo de su ombligo con cuidado de no incomodarla, preparándome para encontrar más heridas. Solo veo más piel mientras más subo. Trato de que mi mirada sea lo menos invasiva posible cuando estoy a punto de llegar arriba.

La ansiedad que tengo no es por vergüenza, mi impaciencia no es por algún pensamiento innecesario. Ella está herida... Porque yo le hice esto.

Contengo la respiración al llegar a la zona herida, noto de inmediato la piel cicatrizada de un corte de tres centímetros en la mitad del pecho(un poco más a su izquierda) de Aiz, veo 4 puntos de sutura que previenen un desangrado seguro y el aire deja mis pulmones por lo cerca que estuvo de su corazón. Puedo decirlo con solo verlo, la profundidad de la puñalada le atravesó el pecho limpiamente... Si no fuera porque ella se forzó a esquivarlo por poco ella estaría... Estaría....

No. No puedo decirlo. No puedo ni pensarlo porque los débiles latidos de mi corazón se aceleran y retumban de dolor dentro de mi pecho como si se fuera a salir o detenerse, la agitación repentina me hace jadear.

--¿Bell? La herida se ve muy... ¿Mal?.

Sus palabras son mi conexión a la tierra. Noto el más mínimo cambio en su tono, no puedo estar seguro, pero tal vez tiene miedo... ¿Vergüenza de que lo vea como algo malo?

-- no, no, nada de eso-suelto la camisa luego de bajarla hasta sus caderas- solo...

Le sonrio, pero no puedo evitar decir esto así como lo pienso.

--casi te pierdo... Casi te pierdo y eso me aterra más que nada en el mundo- me cuesta, las palabras salen ahogadas y tal vez estoy yendo más allá del limite invisible que hay en nuestra relación. pero no puedo guardarme nada, mi pecho ya no soporta más secretos, más esquemas o cualquier supresión de emociones extra.

--no soy tan fácil de matar.- me mira primero con sorpresa, después sonrie con dulzura, como si lo que dije hubiera tocado algo en su corazón. Luego se acerca y pone su frente contra mi pectoral derecho con cuidado.

-- yo soy la que casi te pierde a ti... Sentí que me iba a morir si no despertabas.- me revela y tengo miedo de que se de cuenta de lo mucho que eso acaba de revolucionar mi corazón debilitado. Aunque Aiz hace de todo menos ayudar al poner su mano sobre mi corazón.

-- lamento haberte preocupado así... Lo siento- 'lo lamento por todo'.... Mi voz se quiebra un segundo, incluso en mi mente.

--siempre dices eso. Cada vez que tengo que traerte a esta camilla.- una pequeña risa se le escapa, una que nunca escuché antes, pero es dulce y sincera. Algo que llevaré en mis recuerdos hasta el día de mi muerte y más allá.

-- ... Tienes razón, discúlpame también por eso, ¿Si?. Debiste haber estado en esta camilla no hace mucho y no pude estar a tu lado.- 'ademas, fui yo quien te puse ahí' este hecho rompe mi corazón en mil pedazos y me hace sentir tanta repulsión hacia mi mismo como para querer alejarme de Aiz, de todos. No quiero lastimar a nadie que me importe.

Pero no puedo corregir el pasado, así que solo espero no arrepentirme en el futuro.

-- dime, princesa. ¿Puedo hacer algo para compensarte?.- mis ganas de alejarme nunca podrían ganarle al lado de mi que quiere estar a su lado.

Sus mejillas son las que ahora tocan mi pectoral, y siento los dedos de Aiz haciendo círculos en la zona de mi corazón, la sensacion es suave a través de la tela de la bata- quiero ver tu herida también- dice con los ojos puestos en su dedo que sigue haciendo rondas alrededor de mi pecho.

-- ¿.... Como sabes que?.

--fui yo quien te encontró. Bete y yo. Vi que alguien ya te había puesto una venda. ¿Sabes quién fue?.

La respiración se me corta. Evitó mostrar cualquier tipo de sobresalto y miro hacia abajo.

-- no. No recuerdo casi nada desde ese día que salí corriendo....- ni siquiera puedo mirarla a la cara. Es porque no puedo soportar más mentiras, una cosa fue ocultar a Wiene, pero esto... Esto es una puñalada a todo lo que mi <Familia> ha hecho por mi.

-- ya veo. Hmm, puedo verla, ¿cierto? Quiero estar segura de que estás bien.

Esta preocupada, pero también curiosa, su otra mano que está puesta sobre mi mano izquierda a un lado de mi muslo se afirma de repente, tal vez porque tiene miedo de que rechace lo que pide.

"¿Como podría negarte algo tontita?" Es algo que me encantaría decir, pero mi rostro se transforma en piedra porque no hay manera de que eso salga de mi boca.

--claro que puedes, este... Puedes quitarlo tu-si tuviera mi otra mano me rascaria la mejilla, maldita sea, ¿Por que no me ha crecido el brazo de nuevo?- parece que tengo un problema con la otra mano jeje.

Aiz ladea la cabeza y entre cierra los ojos. mi chiste estuvo lejos de hacerle gracia y en vez de eso su mirada prácticamente me dice que se siente culpable de no haber podido hacer algo.

Bueno, ni yo mismo sé cuál de las dos(ella o mi madre) me cortó el brazo ni tampoco sé qué tanto de la pelea le falta por contarme. Pero no es justo que se sienta así.

-- tranquila tranquila, esto se arreglará~- en serio espero que sea así.

--hmmm.

Hace un lindo puchero mientras me quita los botones de la bata, la prenda es una sola y se abre hacia los lados por lo que tiene cuidado al momento de bajarla para no desnudarme más de lo necesario.

Mierda, ahora entiendo perfectamente como Aiz debió sentirse hace unos segundos, se que ella no debe estar pensando nada raro, pero solo verla desvestirme me hace sentir.... Con más calor que antes. Y eso que me siento como un hielo frio.

La parte superior de mi cuerpo queda al desnudo. Los ojos de Aiz me escanean y tiemblan de vez en cuando, su mirada me dice que tengo más heridas de las que ambos pensamos que había, la mayoría por "nuestra" pelea y alguna que otra hecha en Evilus. Sus manos suben a la altura de mi pecho, pero se quedan a unos centímetros y subo los ojos porque siento la mirada de Aiz, ella está esperando algo. Le doy un asentimiento, mi permiso para que toque.

'A fin de cuentas soy tuyo' ¡mierda! ¿¿Que pasa con esas líneas de novela romántica?? Cálmate Sparda.

--no parece que se fueran a abrir tampoco... Pero-ella toca la zona cicatrizada al lado izquierdo de mi pecho, a diferencia de Aiz, mi corazón si fue atravesado. Y doy gracias a los cielos que fue el mío en lugar que el de ella , incluso si no hubiera sobrevivido.

-- Loki nos contó de tu habilidad para regenerar...- contengo un aire que quiere salir de mi boca en cuanto sus dedos me acarician la cicatriz- ¿no sientes que funcione?.

Tengo éxito en mantener mi expresión de piedra antes de responder.

-- a decir verdad...-se que para ella desperté ahora mismo, pero ni siquiera en knossos note alguna mejora en mis heridas- no lo sé. Debo ser paciente, nunca había recibido heridas así de grandes como que me atravesaran el corazón.

--¿y que hay de estas?- las manos de Aiz bajan a mis caderas, sus 5 dedos se cierran a cada lado y sus pulgares tocan mis costillas, bajo la mirada y me encuentro con varias líneas de cortes, los del lado izquierdo tienen un patrón distinto al del derecho, porque fueron hechos por dos personas diferentes.

Aiz y mi madre, claro está.

-- n-no lo sé... No duelen- de verdad, yo no recuerdo haberte tocado tanto cuando te pedí revisar.... Pero no es como que quiero que deje de hacerlo.

Espera, ¡imbecil sin remedio tu no tienes derecho a esto!. Me muerdo la lengua mientras Aiz sigue con su revisión.

-- huh... Parece que estás bien.-ladea la cabeza y se mira las manos, parpadea y luego observa mi pecho desnudo otra vez.

--gracias por asegurarte...- suspiro de alivio, porque sus toques estaban a punto de levantar algo muy cerca de ella, que está sentada en una de mis piernas.

-- tu cuerpo está bien.... ¿Quieres comer? - ella agarra una bandeja en la mesita de noche a mi derecha y luego la coloca entre nosotros.

Hay tres jyagamaru-kun en la bandeja y una ensalada de fruta, algo tan desbalanceado solo pudieron haberlo hecho para Aiz, y apuesto toda la plata que le debo a Hefesto y Welf que se lo hizo Riveria.

--¿segura que quieres compartirme tu comida?.

-- ensalada- dice con un tono predeterminado, desde el principio estaba cuidando las patatas fritas- tienes que comer bien, acabas de despertar.

--¿ah si? Pero creo que una jyagamaru me vendría...-su mirada territorial me congela con todo y sonrisa- yes ma'am....

Busco el tenedor de la ensalada a un lado del plato pero no está, de repente es Aiz quien lo tiene y me está acercando un trozo de manzana a la boca.

-- ¿y-ya te comiste el Jyagamaru..??- gotas de agua recorren mi sien.

Los ojos de Aiz brillan- de repente recuperé el apetito. Ten, di "ahh".

No puedo rechazarla en esta circunstancia, así que abrí la boca. Miro por el rabillo del ojo hacia el reloj en la pared que marca las 11, ya no se puede salir de la mansión. Aunque tampoco quiero dejar la enfermería.

No dejo de pensar en lo hermosa que se ve Aiz mientras mastico los trozos de manzana que me da en contra de mi voluntad. En serio, jamás quiero verla acostada en esta camilla porque eso significaría que la han herido, pero si quiero servirle de esta forma. L

'y una cosa más...'Me dije a mi mismo que no podía ser así de egoísta, pero me gustaría que se quede conmigo esta noche... Junto a mi.

-- ¿puedo dormir aquí?- me giro hacia ella tan rápido como para partirme el cuello luego de poner el plato vacío en la mesita de noche, ¿acaso se volvió lectora de mentes?

--A-Aiz, no creo que debas...

--te he estado cuidando tres días.

Quiero decirle que con más razón debería descansar en su cuarto, pero su expresión me detiene, no puedo negarle nada y dejo escapar la derrota.

Acepto con toda comodidad el peso del cuerpo de Aiz sobre mi, disfruto la sensación de sus piernas enrolladas con las mías y las cosquillas de su cabello suelto que cubren mi pecho y parte de mis brazos. La forma en que su cabello dorado refleja la luz de la luna que entra por la persiana de la ventana a la derecha es bello e hipnotizante. subo el flequillo de la rubia con mi indice para poder ver su rostro, Aiz entonces acomoda la cabeza para que sus ojos dorados conecten con los míos mientras me deleito con el leve rosado de su mejilla acostada en mi pectoral como si fuera una almohadilla.

-- ¿Estas cómoda?-le pregunto con una sonrisa. Esta chica me vuelve loco y ni siquiera sabe lo arriesgado que es hacer esto, o lo sabe y no le importa. Pero en caso de Aiz las dos respuestas pueden ser igual de correctas.

--si, es como imaginé, eres un conejo esponjoso.- me dice y ladeó la cabeza confundido. Aiz frota su cabeza contra mi pecho, la sensación de su piel es muy vivida incluso con la tela de por medio. Mierda, lo que daría por quitarme esto de encima. La respiración de Aiz me hace cosquillas cerca del cuello y tengo que contener un sonido de gusto.

--Y tu eres una princesa traviesa-. le oculto mi vergüenza con esa respuesta y sus pechos de los que que no quería estar muy consciente se mueven debajo de las sábanas. Puedo sentir cada momento de a detalles en los que no voy a entrar. Aiz mueve el cuello para que su barbilla sea la que se apoye en mi pecho y pueda mirarme de frente una vez bajo la barbilla.

-- solo quiero mantener a mi conejo a salvo-. ¿Mi conejo? Cualquier posible respuesta a eso se pierde en la niebla de mi cerebro cuando Aiz sopla de repente para apartar un flequillo frente a sus ojos y luego acomodar de nuevo su mejilla en mi pecho.

Sobrevivir esta noche va a ser duro... Bueno, duro no es lo que quiero ahora mismo. Pensemos en otra palabra. Difícil. Si. Ese término es más adecuado.

Sobrevivir esta noche va a ser difícil.

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Fin del capítulo.

Holaaa, espero todos estén bien. Ya tengo la mitad del siguiente capítulo hecho, así que tal vez lo suba antes del lunes. Y no se preocupen por todas las veces que desaparezco, terminaré esta historia.

Pd: tremendo lo que está pasando en el vol 15 de SO.

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