Capítulo 6. Fiestas patrias
Bell en Latinoamérica, capítulo 6. Fiestas patrias.
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En una mañana tranquila un chico de pelo blanco despertaba intentando tomar una bocanada de aire, si era sincero sentía que hace tiempo le faltaba, pero aun despierto parecía no lograr su objetivo.
Abriendo los ojos y rápidamente levantándose de la cama pego un salto retomando el aire que le faltaba.
Al enfocar mejor su vista se percató de un gato naranja que había lanzado cuando se levanto
-Aaahh eras tú otra vez, sentía que por fin mis pesadillas me alcanzaban.
Dando un suspiro Bell atrajo al gato a su costado, esto no era raro en absoluto, desde que llegaron volando a la casa con el gato el michi decidió que ese sería su hogar y tenía la costumbre de entrar en habitaciones ajenas, recostarse sobre las caras dormidas de cada uno de los integrantes de la casa.
Esto molestaba a todos porque les impedía respirar adecuadamente, cada uno tuvo su propia idea de ahorrarse las molestias con el felino.
Con Ryuu y Aisha fue persiguiéndolo con palos en las manos, aunque la elfa no sabía el porqué, nunca trataría a un animal así, pero algo la impulsaba a golpear específicamente a este gato.
Tiona y Eina intentaron tener paciencia con la nueva mascota, pero terminaron por rendirse y sellaron sus puertas y ventanas cada noche antes de acostarse para asegurarse de que no entrara.
Bell por otro lado se compadeció más del animal y su afecto incomprendido, lo dejaba dormirse en su habitación el tiempo que quisiera.
Todo esto provocaba que el albino sufriera de pesadillas donde lo asfixiaban todo tipo de monstruos o rostros conocidos, aun así, Bell solamente retomaba su sueño siempre.
Esto nos llevó a la situación actual, el albino solo decidió volverse a dormir, tomando al gato, recostándolo a su costado hasta que se durmió, cuando esto sucedió el chico volvía a retomar su sueño tranquilamente, tapándose con las sábanas que tenían un tigre pintado.
Fue en el momento que cayo profundamente dormido que el gato nuevamente se levantaba, se estiraba un poco y volvía a recostarse sobre la cara de Bell sin un motivo aparente.
Otra noche insufrible llena de pesadillas para nuestro querido Bell Cranel.
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Pasadas un par de horas nuestro grupo se encontraba reunido en la sala principal, todos miraban la misión que tenían en sus manos, es como si ya hubieran vivido este día, Fiestas patrias, era lo que decía el papel.
Truena distintitos tipos de cuetes, deben ser por lo menos cien antes de que sea media noche.
Los cuetes pueden ser repetidos.
Debes tener cuidado de ellos, no todos son inofensivos.
Procurar no usarlos cerca de animales.
-puede que no sea tan peligroso como parece chicas, solo hay que hacer lo que dice la hoja y ya.
-Puede que sea así, pero te recuerdo que nada que hemos hecho hasta ahora ha resultado como lo planeamos, siempre pasa algo que nos perjudica de alguna manera u otra.
La breve interacción entre Bell y Aisha cembro la duda y el miedo en sus compañeras.
-Sea peligroso o no, no hay alternativa, andando.
Fue Ryuu quien puso fin al silencio del lugar, tomando camino rumbo a una ubicación marcada en el papel.
Los demás, sin poder objetar nada, terminaron por seguirla a rumbo desconocido nuevamente.
-Oigan, parece que hoy es un día especial para la gente de este lugar.
-¿Enserio? ¿Qué te hizo pensar eso amazona tonta?
-Pues el ambiente está más animado desde que salimos, los puestos preparan comida específica, las personas están pintadas de la cara y llevan su bandera cada uno.
Aunque la pregunta que hizo Aisha estaba cargada con enormes cantidades de sarcasmo Tiona respondió inocentemente ante la duda que tenía.
-Solo caminemos, luego te respondo eso Tiona-san.
Eina interrumpió a tiempo al ver que Aisha empezaba a levantar su puño con fastidio.
El silencio reino nuevamente durante todo el camino.
Cuando nuestro grupo llego a la ubicación se confundieron bastante al ver un puesto como los que ya habían pasado anteriormente.
-Oh pero si es usted doña pelos, ¿Cómo ha estado?
-Señora, cuanto tiempo, no sabía que vendía este tipo de cosas aparte.
-Oh, son ustedes chavos, acá todo bien, dejando un poco la comida para vender unos cuetes que me hacían espacio, aprovechando el dia.
En una inesperada acción Bell y Tiona saludaban a una señora que rondaba en sus Cincuenta años que era la que atendía el puesto que les indicaban.
-Chicos, ¿ustedes conocen a la señora?
-Por supuesto, la mayoría del tiempo ustedes no querían acompañarme cuando quería salir así que iba con Argonauta-Kun a un puesto de comida que se hizo mi favorito.
Tiona respondió enérgicamente a Eina, pero surgió otra pregunta más del como llamaba a la señora.
-Pero por que la llamas Doña pelos?
Pregunto Ryuu bastante extrañada.
-Ah, eso, es porque cuando fuimos la primera vez a comer a su puesto encontramos un pelo en la comida, a partir de eso nos dio un postre gratis cada que íbamos a comer, fue por eso que vamos casi siempre, ¿o no Argonuta-kun?
Volteando a verlo Bell solo asintió con vergüenza.
-Bueno no vinimos a realizar charlas comunes, ¿qué es lo que tiene señora y que precios hay?
-Bueno mija, tengo de todo, hay ratoncitos, trompitos, chifladores, ollitas y algunos más, ¿es algo en específico lo que buscan?
Aisha quedo en blanco al oír eso, no tenía idea de lo que hablaba la mujer delante suyo.
-Podría darnos de un poco de todo lo que tiene, es para probar como son estos artefactos.
-Claro güera, en seguida, permítame, se los daré en una bolsa para llevar más fácil.
-se lo agradecemos.
Ryuu sabía que era mejor llevar de todo en diferentes cantidades para asegurarse de que la misión se completara sin problema, aunque no sabía que eran podrían averiguarlo con precaución.
-Bueno chavos acá tienen, les puse algo surtido de todo lo que tengo, espero se diviertan.
-Muchas gracias señora, no se cuento sea, pero le dejamos 3 mil para que pase una excelente festividad.
-Se los agradezco mucho chavos, con esto me puedo retirar por hoy, déjenme darles un regalo por si quieren divertirse.
Cuando Ryuu le dio una gran cantidad de dinero no espero que la señora se suavizara más y les quiera dar un obsequio, estaba por negarse, pero se le fue entregado en sus manos a Tiona dos bolsas con unos pares de cuetes.
-Ya me voy a mi casa a preparar la comida así que estos no tengo porque tenerlos, se los regalo, son Palomas, caras de diablo, Hulks, garra de tigre y huevos de codorniz, truénenlos con cuidado y ustedes dos espero verlos al rato en el puesto.
Nadie supo responder ni mucho menos negarse ante el obsequio, aunque lo último dicho era para Bell y Tiona, por lo que se retiraron dando las gracias.
-Nos vemos señora, más tarde pasaremos a su puesto por algo especial.
-Adiós Doña pelos, cuando terminemos comeremos todos allá.
El peli blanco y la amazona terminaron prometiendo ir a cenar en su puesto de comida, alcanzando el paso de sus amigos, sin darse cuenta que en el camino Tiona dejo caer una bolsa de los cuetes obsequiados.
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Cuando estaba por anochecer nuestro grupo estaba en un terreno baldío intentando analizar cómo llevar acabo la misión.
-Bueno, empecemos con estos, se ven inofensivos y son los más pequeños.
Aclaro Ryuu, mostrando una bolsa que tenía el nombre pintado de "Ratoncitos", sacando uno se posiciono para aventarlo en su momento.
-Hazlo con cuidado elfa, no sabemos de qué tipo son, arrógalo lejos en cuanto prenda esa mecha.
Aisha advirtió acercando un encendedor al pequeño cuete en la mano de Ryuu.
Cuando se encendió Ryuu lo lanzo lo más lejos posible, tomando distancia con sus amigos.
Pasaron un par de segundos, pero no pasaba nada, hasta que el ratoncito saco chispas, dio vuelta un par de veces hasta que se apagó su corto espectáculo, dando un breve, pero tranquilo momento alivio a nuestro grupo.
-Eso fue divertido, déjame intentar a mi Ryuu.
-Solamente se precavida, quizá no todos funcionan así.
Tomando un puño de ratoncitos la alegre amazona se apartó un poco de sus amigos, colocando la mayor cantidad de ratoncitos en un pequeño círculo, una vez acumulo bastantes prendió la mecha de todos al mismo tiempo, corriendo de vuelta con sus compañeros para ver el espectáculo.
-¿Eso no puede ser peligroso Tiona-san?
-Tranquila, ya vimos lo que hacen, solo se me ocurrió alargar las chispas de este modo.
La despreocupación de su compañera altero un poco a la semi elfo, sin nada que pudiera hacer realmente.
Nuevamente pasado los segundos todos los ratoncitos reventaron, sacando chispas por todos lados.
En esta ocasión duro bastante más tiempo, lo que emociono al grupo.
-Parece que no hay problema con este, una lástima, hubiéramos traído más, pero probemos otro, Bell, ¿podrías encenderlo?
-Claro Ryuu, solo denme un poco de espacio.
Recibiendo en la mano el encendedor de parte de la elfa nuestro chico intentaba dejar de lado su nerviosismo, lo que tenía delante era una especie de rollo pegado a un palo, la mecha colgaba del extremo opuesto del palo que lo sostenía y estaba sostenido por una roca que lo mantenía de pie.
-Por lo que dice el papel pegado a los que venían, se llaman Chifladores, no sé qué es eso, pero puede que vuele, enciéndelo con cuidado Bell.
La advertencia de Eina basto para que con la información tuviera un mejor método de escape por cualquier cosa.
Finalmente lo encendió, corriendo lo más lejos que pudo viendo de que se trataba el próximo espectáculo.
Lo que vieron fue como el cuete salió volando, en su vuelo emitía un sonido peculiar, dejando un rastro de fuego que lo impulsaba, hasta que desapareció a la vez que dejaba de hacer ruido en el cielo.
-Ese fue interesante, aunque molesto por el ruido que hace.
Aisha tomaba el resto que quedaban intentando imitar a la otra amazona, pretendía encender varios a la vez.
-Si todos se pierden en el cielo de la misma forma acabaremos esto cuanto antes.
Cuando junto todos tomo el encendedor, prendiéndolos uno a la vez lo más rápido que podía sin poder ser detenida por sus compañeros.
-Espera, esto es diferente a los ratoncitos.
Bell no pudo decir más al ver que el primer chiflador en volar desequilibro de la roca a los demás en distintas direcciones.
Las chicas se lanzaron al piso en el momento que vieron los cuetes volar en todas direcciones dando pequeños gritos.
Bell por su lado no tuvo que moverse ni un centímetro, cada chiflador paso a su costado sin hacerle ningún daño.
Ya pasado el pequeño accidente Ryuu arrojaba nuevamente algo a la cabeza de Aisha.
-Amazona estúpida, no tienes el mínimo cuidado, eso pudo quemar a cualquiera.
-Ouch, fue un accidente, como iba a saber que se desequilibrarían todos.
-Es por ello que te advertimos no hacerlo.
Otra discusión comenzaba entre elfa y amazona, esta vez con el grupo apoyando totalmente a Ryuu.
-Tu imprudencia no tiene límites, ¿Señorita Eina nos haría un favor al probar de otro tipo que tengamos?
-Eh?, ¿Yo?, pero yo no soy la más indicada para poder correr o lanzar.
Intento negarse, destacando los puntos en contra que tiene, ni siquiera en Orario destacaba en algún ámbito deportivo.
-Despreocúpese, lo que sea que haga será mejor lo que hizo esta tonta amazona.
-¿Me hablaron?
-No, Tiona-san, no nos referíamos a ti esta vez.
La mención de las palabras dichas por Ryuu llamaron la atención de la única que había sido llamada con ese apodo hasta ahora, pero esta ocasión no nos referíamos a ella.
-De acuerdo lo hare, pero no me culpen si pasa algo malo.
Con miedo la semi elfa tomo un cuete de la bolsa que decía "ollitas", camino hasta que pensó que la distancia era suficientemente segura para los demás, lo coloco en el piso y temblando acercaba el fuego a la mecha de la ollita.
Ya encendido la chica corrió devuelta para ver qué era lo que hacia este cuete.
Lo que sorprendió bastante a todos fue que no exploto o salió volando, solo comenzó a sacar chispas en gran cantidad hacia arriba, dando un mejor espectáculo que los "ratoncitos" juntos.
-oye, ese fue mejor de lo que esperaba, pensaba que explotaría o algo parecido.
-Yo también, creo que este es de mis favoritos hasta ahora, esas luces me parecieron algo familiar.
-Admito que no estuvo nada mal.
Eina, maravillada comenzaba a ver algo divertido el hacer esto con sus amigos, apoyada por Bell y Ryuu, Aisha mirando con algo de desinterés, estando de brazos cruzados y Tiona mirando alegre el nuevo descubrimiento.
-No tienes más encendedores Ryuu?
La pregunta desacomodo el ambiente anterior, pero Tiona tenía esa curiosidad.
-Sí, traje más para hacer esto rápido una vez sepamos que hacia cada artefacto.
Respondió con simpleza.
-Bueno, prendamos cada quien uno de esos, será más sencillo así, ¿no?
-Está bien, pero no hay que hacer trucos esta vez.
Cediendo ante la petición de Tiona la elfa les entregaba un encendedor a sus compañeros, seguido de una ollita.
Al mismo tiempo cada uno encendió su respectivo cuete, retrocediendo un poco para apreciarlo mejor, lo que consiguieron ver fue los cuatro pequeños pilares de luces y chispas separados uno del otro, lo que dejo hipnotizados por unos momentos a nuestro grupo.
-Fue bastante bonito.
Únicamente pronunciando esas palabras de Eina los demás la respaldaron en eso, inclusive Aisha, que veía algo especial el momento junto a los dolores de cabeza que tenia de compañeros.
-Bien, tenemos bastantes más repetidos, probemos los que te dio esa señora y completemos esta misión con los que ya conocemos.
La misma amazona sugirió volteando a ver a Tiona.
Sonriendo con entusiasmo la chica saco la bolsa a su costado, mostrando 4 cuetes diferentes, cada uno con una característica en particular.
-Sí, terminemos esto y vayamos a comer.
Extendió la bolsa abierta a los demás para que eligieran el que más les parecía.
Ryuu tomo uno que tenía un personaje verde.
-Hulk?
Alcanzo a leer sin darle mucha importancia.
Aisha tomo uno que tenía la imagen de un tigre a su alrededor.
Bell por su lado tomo uno blanco con manchas negras a su alrededor.
Y el que quedaba para Tiona era bastante más peculiar.
-Oigan, el mío parece un monstruo negro de ojos rojos, doña pelos dijo que tuvieras extremo cuidado con estos así que lo mejor será lanzarlos lo más lejos posible.
Los cuatro restantes pasaron saliva duramente, tendrían que concentrarse completamente en el lanzamiento.
Eina agradeció no haber alcanzado uno de esos, esto era otro nivel en cuanto a poder.
Ya todos preparados, encendieron la mecha de sus respectivos cuetes, para seguido lanzarlos lo más lejos que su fuerza actual proporcionaba.
Alcanzaron a verlos sacar un poco de humo a lo lejos, sin saber lo que pasaría.
!BOOOOOOOOOM¡
La fuerte explosión que hizo por su cuenta cada cuete dejo zumbando los oídos de nuestros protagonistas por un tiempo.
Al sentir la explosión se agacharon por instinto y quedaron algo aturdidos del sonido.
-Qué clase de regalo es esta arma disfrazada de entretenimiento.
Aisha grito bastante sobresaltada de la fuerza que tenía ese aparato hecho supuestamente para divertir y entretener a la gente de este lugar.
-Rayos, Doña pelos no exageraba con lo que dijo.
-En efecto, yo sugiero lo que dijo Aisha, terminemos con los que ya conocemos, para acabar de una vez, no siento que quisiera comprobar que hacen los demás.
Tiona y Bell se apresuraron a sacar los que conocían, continuando con la misión antes de que sea más tarde.
Ni Eina o Ryuu objetaron, solo asintieron con la mirada aun estupefacta.
Ya con los que conocían, nuestro grupo terminaba de lanzar el ultimo cuete que requería la misión.
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Misión Superada
+10000
+Respeto
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A cada uno le apareció la cantidad en las manos, guardándolo con cuidado, pero había algo extraño en el último mensaje.
-¿Qué es eso de Respeto?, ¿Respeto de quién?
Nuevamente Aisha expuso sus dudas, no siendo respondida por nadie.
-Ya lo averiguaremos, yo de mientras muero de hambre, vayamos a comer con doña pelos para celebrar.
Restándole importancia a ese asunto la enérgica Amazona levanto sus brazos, rumbo al puesto de comida.
Los demás se encogieron de hombros unos segundos para posterior seguir a la amazona, hoy por hoy ella había sido quien mejor llevo la misión.
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-Hemos llegado Doña pelos, prepare 5 platos de su especial del día.
Arribando al sitio como lo habían prometido, los chicos se sentaban en las sillas alrededor de una enorme mesa cubierta por una carpa.
-Que también sea algo doble junto a las bebidas.
Alzo un poco la voz el albino.
-Enseguida chavos, unas tostadas y un pozole para los 5, ya se los sirvo, ¿por cierto si se divirtieron con los cuetes?
-Pues, pasaron varias cosas, ya descubrimos de lo que son capaces, solamente quería saber si los que nos regaló son consideradas armas o están prohibidas.
La pregunta de Bell les saco una sonrisa nerviosa a todas a su alrededor, que mientras esperaban su cena y la respuesta de Doña pelos disfrutaban muy a su manera el ambiente a su alrededor, donde todos empezaban a tronar cuetes.
Finalmente viendo un espectáculo de fuegos artificiales a lo lejos, representando el final de su ajetreado día.
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No muy lejos del lugar una chica de pelo gris llevaba una bolsa a una casa abandonada.
Entrando al lugar dio un vistazo rápido a sus acompañantes
Riveria tenía los ojos cansados junto a unas ojeras bastante marcadas, contrario a su estatus de alto elfo estaba completamente desalineada y despeinada.
Welf estaba tratando de dormirse en una base de cama sin colchón, su vestimenta solo se podría describir como un asco.
Ottar y Allen trataban de mantenerse serios, pero ambos ya contaban con heridas hechas por maleantes o por el azote que les dio la lluvia.
Ninguno podía conciliar un poco el sueño, dejando de lado las condiciones en que estaban era más que nada por los contantes ruidos del exterior, explosiones, ruidos agudos, de fuego o electricidad sonaban por todas partes, en distintos márgenes de tiempo y cercanía.
-Cuando se callarán esos bastardos, me molesta su escándalo.
Allen estaba por estallar en ira, dispuesto a enfrentar a quienes hicieran más ruido, de no ser porque Syr lo calmo.
-Cálmate Allen, mejor tomen cada uno, encontré esto y creo son velas que nos pueden servir en cada habitación separada.
-Velas?, ¿de dónde las sacaste señorita Syr?
-Son algo curiosas.
Riveria y Welf se acercaron para tomar la suya, una de color verde junto a una blanca de manchas nergras respectivamente.
Allen y Ottar repitieron la acción tomando los 2 sobrantes.
-El mío tiene un tigre je.
Dijo Allen al verse un poco familiarizado con el artefacto.
-Es raro que usen rostros de monstruos negros de ojos rojos para algo así.
Ottar señalo su punto mostrando el suyo.
-Lo sé, las encontré tiradas, vi que algunos niños que compraban por ahí las usaban para encender luz, aunque eran un poco distintas a estas.
Dijo Syr, restándole importancia al asunto.
-Yo solo quiero descansar, mañana llegaremos sin problema al objetivo que nos marca el mapa a primera hora.
Comento Riveria, viendo que la peli gris tomo un palo encendido de su única llama en la habitación y les encendía sus respectivas "velas" a cada quien.
-Oye por que hacen ese sonido?
Fueron las únicas palabras que se dijeron en la casa abandonada por parte de Allen.
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Cambiando de escena, bastante cerca de los desafortunados, veíamos a un reportero listo para cubrir su nota acerca de los peligros de los cuetes.
El hombre se estaba preparando en medio de la calle, estaba en vivo, esperando su momento para iniciar.
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Tal vez a nuestro segundo grupo le tome más tiempo de lo planeado llegar con nuestros protagonistas.
¿Qué acontecerá después?
¿Los chicos seguirán enteros luego de conocer en persona esos cuetes?
¿El reportero es parte de la historia ahora?
Averígüenlo en el próximo episodio de Bell en Latinoamérica.
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Fin del capítulo.
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