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|CAPÍTULO 9|

Evony.

Ato el cabello en una coleta apartándolo de mi rostro, debo estar lista antes de que Izan venga por mi. Tengo entendido que los integrantes del círculo llegarán dentro de poco, o al menos eso me dijo Tyra cuándo vino a dejar un recado por parte del rubio.

“—Finge que controlas tu magia a la perfección”.

Esas fueron sus palabras, aunque horas antes él me había dicho que no dirían nada al respecto.

No tengo problema con hacerlo, no sé que pasaría si se enteran que no controlo del todo mis poderes. Tampoco quiero saberlo.

Cierro los ojos un segundo rememorando lo que ha pasado hoy, estoy exhausta, y eso que aún no acaba el día.

Luego de marcharme y dejar solo a Des, decidí tomarme un descanso y estar sola por un momento. Son tantos los pensamientos que llegan a mi y no me dejan concentrar por un segundo.

Necesito pensar y tomar decisiones, porque de eso depende mi futuro.

Aunque algunas las tengo muy claras.

Cómo es intentarlo con Izan y recobrar el tiempo con mis hijas.

Mierda, eso aún sigue sonando algo loco.

Una leve risa escapa de mi boca y al levantar la mirada y ver mi reflejo en el espejo, me encuentro con una sonrisa que hacía mucho tiempo no veía en mí.

No desde la muerte de mis padres.

«Los extraño tanto».

—¿Podemos pasar?—pregunta alguien al tocar la puerta.

—Adelante—respondo cambiando mi semblante a uno relajado.

Evolet y Avani aparecen por ella y formo una sonrisa al verlas tan hermosas. Ev lleva puesto un ligero vestido turquesa con medias pantis del color de su piel debajo, dejando su largo cabello dorado caer a los lados de su rostro. Mientras que Vani lleva un camisa ajustada con una chaqueta de cuero encima y una minifalda del mismo material. Agregándole ambas unos botines a sus atuendos.

—¿Que tal la pasaron con Boyd?—inquiero preguntándoles por el chico que llegó junto a Ashley.

Vani hace una mueca de disgusto y camina hasta lanzarse sobre la cama.

—Terrible, no hizo más que hablar de él—se queja.

Ev suelta una risa casta y lanza una mirada burlona a su hermana.

—De hecho no hizo más que hacerle un montón de preguntas a Vani—Se dirige a mi—. Creo que se gustan—susurra y Vani suelta un gruñido.

—Eso no es cierto, a él solo le gusta molestarme.

Recuesta su espalda en la cama dejando su vista en el techo.

—¿Te encuentras bien?

Poso mi vista en Evolet que me observa atenta y esbozo una sonrisa de lado.

—Lo estoy, yo…—mi voz se va cuando estaba por decir lo que pasó. Aclaro mi garganta y ambas me observan confundidas—. MebeséconIzan.

Lo digo tan rápido que espero me hayan entendido. Mis mejillas se calientan cuando las dos tienen una mirada sorprendida y tomo asiento en la cama.

—No puede ser—chilla Vani con una sonrisa.

—¿Cómo fué que sucedió?—inquiere Ev al sentarse a mi lado.

—¿Por qué quieres saber cómo se besaron nuestros padres?—Vani arruga el entrecejo y Ev arquea una ceja.

—¿Por qué no querría?

—Solo sucedió, así de la nada—Las interrumpo—. De un momento a otro ya nos estábamos besando.

—Te gusta, lo puedo ver en tu mirada—declara Ev pasando un mechón suelto tras mi oreja.

—Ev y yo queremos preguntarte algo—suelta Vani de repente— y no, no tiene nada que ver con papá.

Paso la mirada de una a la otra y noto que Ev tiene las mejillas sonrojadas y parece un poco avergonzada.

—¿Que ocurre?

Ambas parecen comunicarse con la mirada y arrugo el entrecejo. Vani termina mirándome y suelta una exhalación.

—Sabemos que algunas veces te incomoda que te diga mamá, por eso queremos preguntarte si quieres que te llamemos así o solo Evony.

Mi corazón se apretuja y un nudo se atraviesa en mi garganta dejándome sin palabras. Ambas permanecen atentas esperando mi respuesta.

—Si no quieres está bien porque sería un poco raro ¿No?—Ev se apresura por aclarar.

Trago grueso y agarro la mano de cada una mostrandoles una sonrisa recorfontante.

—Tienes razón, sería un poco raro, pero igual me gustaría que lo hicieran—les digo—. Pueden llamarme mamá chicas, porque eso es lo que soy de ustedes ¿No? su madre.

Las dos se lanzan a mis brazos envolviéndonos en un fuerte abrazo.

—¿Has pensado en nombres?—inquiere su voz en mi oído causando que mi piel se erice.

Me vuelvo hacia él y hago el vago intento de abrazarlo como siempre, pero mi vientre de ocho meses no me deja hacerlo como es.

—Pensé solo en uno de ellos, el otro lo escogerías tú ¿Recuerdas?

—Para nada lo he olvidado—Arrastra la punta de su nariz sobre mi mejilla, provocando leves escalofríos en mi piel.

Nos llevo a ambos hacia el sofá, no aguanto el dolor en mis pies y el haber estado caminando durante una hora por el reino me está pasando factura.

Izan me lleva a su regazo y al tenerlo así de cerca, busco acurrucarme en su pecho enterrando mi rostro en el hueco de su cuello. Su brazos rodean mi cuerpo y mi corazón se acelera de repente como viene siendo desde hace algunas semanas.

—Te amo, cariño. Jamás me cansaré de repetirlo.

Me acomodo para mirarlo a los ojos y lo contemplo con amor.

—Te amo, Izan.

Suelto una brusca exhalación al salir de esa clase de… ¿Recuerdo?

Últimamente se han vuelto más fuertes estos episodios. Poco a poco los recuerdos de lo que una vez viví, están regresando a mi memoria.

—¿Estás bien mamá?—pregunta Evolet con una mirada llena de preocupación.

Pero lo que sentía hace un segundo se esfuma por completo reemplazando aquella sensación por una que no sé cómo explicar exactamente. Solo sé que es una sensación bonita, única e inigualable.

Y llegó a mi porque me ha dicho mamá.

—Si… nunca antes había estado mejor—murmuro mirandolas a ambas.

Una alegría repentina inunda mi sistema y las abrazo nuevamente. Me alejo para no incomodarla mucho y me pongo de pie con una energía renovada. Agarro la chaqueta que reposa sobre la cama y me la coloco bajo sus miradas atentas.

—Ya es momento de bajar y… prepárense, puede que muchas cosas cambien a partir de hoy.

°°°

El salón que se ha escogido para el encuentro queda un poco alejado de la entrada del castillo, está ubicado casi llegando a la parte trasera. Este espacio es muy distinto a los otros, lo primero que noto al entrar son los diversos cuadros colgados en las paredes. Lo ambiguo que se ve este lugar me impresiona.

Hay una gran mesa redonda adornada en el centro de la estancia, con varias sillas rodeándola y en cada uno se encuentra plasmado un nombre en letras doradas.

Me acerco a una en específico pero no me atrevo a tocarla. Solo me quedo observando aquel nombre.

Addison.

—Este es tu lugar—pronuncia su voz a mi lado.

Me giro hacia él y me quedo embobada al mirarlo con esa vestimenta.

Lleva puesto un suéter de cuello alto color negro y encima una chaqueta de cuero del mismo color, haciendo resaltar su piel y ojos verdosos. Sigo bajando la mirada notando sus jeans junto a unas botas de leñador marrón, «Se ve tan sexy». Mierda, ¿Acabo de pensar eso?

—Tu igual te ves sexy—susurra al inclinarse en mi oído—, y muy hermosa.

Su aliento pegando a mi cuello, hace que en cuestión de segundos toda mi piel se erice. Trago grueso y dirijo mis ojos a los de él cuando se aleja.

—Creo que no debo volver a repetirlo ¿Verdad?

—El día que por fin aceptes nuestro vínculo, podrás leer mis pensamientos. No soy yo quien los esconde cariño, eres tú que se niega a aceptarlos—Da un paso hacia atrás, alejándose más—. Ni porque uno de tus poderes es poder leer la mente de los demás, puedes hacerlo con la mía.

Me quedo con sus palabras rondando por mis pensamientos, mientras lo veo alejarse para hablar con un hombre que me parece algo conocido.

Desvío la mirada hasta la entrada cuando veo a los hermanos de Izan llegar junto a Tyra. Los saludo en silencio mientras se dirigen hasta la mesa, la única en acercarse a mi es Dafny luego de cruzar unas palabras con las chicas.

—¿Nerviosa?—inquiere apenas queda frente a mi.

Niego ante su mirada inquisitiva restándole importancia. Aunque dije que no, por dentro estoy que me desmayo. Tal vez estoy exagerando, pero si que estoy muy nerviosa. Este tema del círculo parece algo muy importante, tanto que logra intimidarme solo un poco.

—Mi hermano me comentó que aún no conoces el reino, y quería saber si te gustaría que te lo muestre mañana—habla con una genuina sonrisa—. Podríamos ir las cuatro, Vani y yo somos unas excelentes guías.

—Me parece un grandiosa idea, me urge despejar la mente un rato y ver que hay detrás de esas grandes puertas—confieso.

—Civilización y bosque, básicamente eso es lo único que hay—dice soltando una corta risa.

—Es mejor que quedarme encerrada en la habitación sobrepensando muchas cosas—murmuro con una mueca.

A Dafny no le da tiempo de responder puesto que uno de los guardias abre las grandes puertas del salón cortando cualquier conversación. Todos dirigimos nuestra atención a dicho lugar y vemos a cinco personas entrar, cuatro hombres y una mujer quien va liderando el grupo. Cada uno tiene algo que logra captar la atención de inmediato, desde sus ojos, hasta sus cabellos.

Los cinco integrantes del círculo se detienen frente a Izan, se inclinan ante él por un leve segundo y guardan silencio.

—Es agradable estar de vuelta en Midnight Darkness—habla la mujer al ver que Izan no dirá nada. Ella inspecciona el lugar sin algún disimulo, frunce el entrecejo al observar a Evolet y desvía la mirada hasta mi.

—Reina Addison—Habla uno de los hombres y se escucha un jadeo por parte de la mujer.

Izan camina hasta quedar a mi lado y rodea mi cintura con su brazo. El me da una mirada de soslayo y trago grueso cuando un ligero escalofrío eriza los vellos de mi piel causando que mi pulso se acelere.

Ahora todos los miembros del círculo nos están observando con asombro y algo de confusión. Uno de ellos da un paso al frente evaluandome de pies a cabeza, hago lo mismo detallando un poco su apariencia. Su cabello castaño claro cae sobre su frente dándole un aspecto despreocupado, además de resaltar sus ojos grises y el pequeño tatuaje al lado de su ojo izquierdo.

—¿Hace cuánto está aquí?—la pregunta va dirigida a Izan.

—No más del que piensas—Me estremezco cuando acaricia mi cintura—. Tomen asiento por favor, ésta será una larga charla.

Todos asienten y nos dirigimos hasta llegar a la gran mesa.

Los siguientes minutos permanecemos en silencio mientras Izan les explica como llegué aquí. Les cuenta que no recuerdo nada del pasado y de como viví sin saber sobre esto hasta que llegue a casa de Elsa. Me impresionó que sabía todo a la perfección, está muy enterado de mi vida. El círculo escuchó atentos a cada unas de su palabras, no reveló mucho pero si lo necesario, me di cuenta que quiso omitir el tema de mi magia pero ellos no lo dejaron pasar.

Terminé diciendo lo que debía decir, y aunque fué así, pude notar que no quedaron muy a gusto con mi respuesta. Podría decir que hasta saben que estoy mintiendo con respecto a eso.

—El punto es que Evony sigue siendo mi compañera y la reina Midness, ya no es necesario que reemplacen su lugar como querían hacer desde hace un tiempo. Que no me lo hayan dicho directamente ustedes, no significa que no iba a enterarme—masculla el rubio con algo de enojo en su voz—. Soy el rey Midness, no olviden que sé todo lo que pasa a mi alrededor.

Los cinco comparten una mirada y es el hombre de largo cabello oscuro quien decide hablar ésta vez.

—Aún no es reina de Midnight Darkness, antes solía serlo—plantea con una ceja alzada y fija su vista en los demás—. Recuerden que ella renació y ya no es la misma de años atrás. Eso amerita que nuevamente se haga la coronación, el reino necesita su reina y dicha persona es Evony.

Deja caer su vista en mi señalandome.

—De ser así, que sea lo más pronto posible—apunta el de piel oscura—. Además que deben preparar y entrenar a la princesa, aunque no seas tú la sucesora de tu padre eso no significa que no tendrás un rol o aprendas a usar tu magia—dice al mirar a Evolet.

—¿Sucesora? ¿De qué están hablando?—inquiero sin saber a que se refieren.

—Hablamos de la futura reina Midness—me informa la mujer que ha permanecido en silencio hasta ahora—. Avani al ser la primera de ambas en nacer, es la elegida para ser la próxima heredera de la corona. La futura reina es ella.

—Claro que Evolet tendrá un papel importante en este lugar, pero al ser también la compañera del alfa Zander, es la luna de la manada Tree Wood—completa el mismo hombre que habló anteriormente.

Dejo caer mi espalda en el respaldar de la silla disimulando antes sus ojos la impresión que me causan sus palabras.

Cada día que pasa me sigo convenciendo que a lo mejor estoy soñando y nada de esto es real. Que en cualquier momento despertaré y me encontraré con mi verdadera realidad. Pero por más que lo haga sé que no sucederá, mi realidad es ésta y debo aceptarla por más impresionante o confusa que me parezca.

—Es hora de retirarnos, avísenos pronto la fecha de la coronación, si es ante de la profecía mejor aún—la mujer echa su cabello hacia atrás y nos mira—. Enviaré a alguien para que supervise los entrenamientos finales de la princesa. Será bueno saber que tanto habrá avanzado.

—Y con respecto al cuerpo hallado en las fronteras, nos encargaremos de eso mañana mismo—anuncia uno de los hombres y todos asentimos.

—Hasta pronto, reyes Midness—pronuncian todos y nos despedimos.

Esto fué algo largo.

°°°

Tomo asiento en el sofá a la vez que suelto un suspiro exhausto. La reunión con el círculo me dejó agotada tanto física como emocionalmente. Es mucha información que procesar con todo lo relacionado al reino.

La coronación.

Tan solo de pensar en eso los nervios llegaban a mí. Y más al saber que yo tengo que decidir la fecha en la que se dará dicho evento.

Observo a Izan revisar algo en una carpeta, su mirada es de concentración total y me parece algo tierno esa expresión que pone. Levanta la mirada hacia mi y por la minúscula sonrisa que forman sus labios, deduzco que percibió mi mirada puesta en él.

No debo negar que Izan es muy guapo y que con tan solo mirarme de esa manera que él solo sabe hacer, me revuelve el estómago y una rara sensación recorre mi cuerpo. Una sensación que es algo satisfactoria y me gusta.

—Si sigues mirándome así no dudaré en lanzarme hacia ti como una bestia y hacer cosas que seguramente no has hecho—murmura con la voz ronca erizando mi piel.

Trago grueso y me enderezo, dándole una sonrisa de lado.

—¿Que te hace pensar que tal vez no lo he hecho?—Alzo una ceja y él entrecierra sus ojos.

—No sabes lo que estoy pensando exactamente, y de ser así, me sentiría algo celoso—termina diciendo y deja la carpeta a un lado para acercarse lentamente en mi dirección.

—No, no lo sé, pero eso no significa que no haya hecho nada cariño.

Muerdo mi labio cuando me doy cuenta que lo he llamado de esa manera. Imploro para que él no lo haya notado pero esa sonrisita de satisfacción me dice todo lo contrario.

Unos toques en la puerta interrumpe lo que estaba por decir y no puedo evitar suspirar de alivio.

Eso estuvo cerca, aunque siento molestia porque nos hayan interrumpido.

Agh, ni yo misma me entiendo.

—Pueden pasar—avisa el rubio y entonces veo a Zander entrar junto a Evolet.

Me pongo de pie y sus miradas serías me dicen que algo no anda bien.

—¿Que ocurre?—inquiero al posicionarme frente a ellos. 

Zander y Evolet se miran por un segundo para después ser el pelinegro quien hable.

—Debo regresar a mi manada lo antes posible, no puedo estar fuera por más tiempo—anuncia—. Y como verán, Evolet vendrá conmigo.

Lanzo una mirada de soslayo al rubio quien tiene el semblante serio. Regreso mi vista a Evolet para saber que no están bromeando y al fijarme en sus ojos cubiertos por una capa de lágrimas sin derramar, me confirma que no es ninguna broma.

—No puedes irte Ev, se supone que empezaríamos con nuestro entrenamiento mañana.

—Entrenará en la manada el tiempo que estemos ahí—masculla Zander al mirarme.

Desvío la vista al rubio buscando su ayuda. No quiero que Evolet se marche ahora que sé que soy su madre. Aún muchísimas cosas que hacer juntas y conocernos aún más.

—Izan…—digo pero me interumpe.

—No podemos hacer nada cariño, ellos son compañeros y no pueden estar alejados si apenas se encontraron—agarra mi mano—. Ella estará bien.

Aplano mis labios y fijo mis ojos en los de ella.

—¿Estás segura que quieres marcharte?—pregunto y ella muestra una pequeña sonrisa tranquilizante.

—Lo estoy mamá, quiero ir con él—agarra mi otra mano y da un apretón—. Además, solo serán por un par de días. Zander comprende que también quiero estar con ustedes hasta que llegue el día de la profecía, que también es tu cumpleaños.

—¿Que pasará después de eso?

—Me nombrarán Luna de la manada Tree Wood.

Una alegre sonrisa tira de mis labios al escuchar esa noticia. Ev no solo es la princesa de Midnight Darkness, sino, que también es la Luna de Tree Wood. Me alegra tanto que por fin le estén sucediendo cosas buenas. Ha pasado por tanto y ya es hora de que sea feliz.

—Si estás bien con eso, entonces yo también lo estoy—musito y ella sonríe—. Te echaré de menos estos días.

—Y yo a ustedes—confiesa—. Ya me acostumbré a tener una familia.

Ambas nos abrazamos y siento la mirada de ambos hombres puestas en nosotras.

—Evolet no será la única en venir, también lo harán Connor, Daysha y Adam—comunica el pelinegro y me separo de Ev—. Aira también pensaba venir, pero como aún se encuentra en Taylum no podrá hacerlo.

—Regresará dentro de dos días junto a Kristell. Treyvon pidió que se quedaran un poco más para hacer una revisión y que todo se encuentre bien—anuncia el rubio a mi lado y entrecierro mis ojos hacia él, reprochandolo con la mirada por no haberme dicho.

—Todos regresarán después ¿Cierto?—miro a Zander.

—Eso depende de ellos Evony, pero tengo entendido que Connor y Daysha quieren quedarse en la manada—apunta—. Y por lo que ha pasado, lo más probable es que Adam termine quedándose allá también.

Asiento comprendiendo las razones de cada uno. Puede que seamos parte del grupo Zeta, pero es hora de que cada uno tome su propio camino, de escoger su propia dirección.

¿Cuál será la dirección de Des?

«No pienses en eso Evony» me regaño y huyo de la mirada del rubio al saber que ha leído mi mente.

—Nos iremos por la mañana—informa Ev. Estoy por decir algo pero el toque en la puerta nos interumpe.

De reojo noto como la postura de Izan cambia y su semblante se torna más serio de lo normal.

Ev se da la tarea de abrir la puerta y al hacerlo, veo a Desmond aparecer por ella. El ambiente cambia y la tensión es palpable por segundos al igual que una escasa rivalidad entre Izan y él.

—Nosotros nos retiramos, seguiremos hablando después—dice Ev. Se despiden con un asentimiento y cierran la puerta al salir.

Desmond permanece frente a nosotros y todo es tan intenso que logra asfixiarme un poco.

—Solo vengo para anunciarles que me iré por la mañana—informa y mi respiración se detiene.

—¿Te marcharás tan pronto?—trago grueso y él asiente. Desvía la mirada hasta Izan.

—¿Podemos hablar a solas?

Miro como Izan asiente y luego me ve mandando un claro mensaje con su mirada. Muerdo mi labio mirando a ambos chicos y con resignación salgo de aquel lugar.

Me habría gustado escuchar que tendrían que hablar.

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¡Hello hermosos Bombones! <3

Feliz Domingo, espero que se encuentren muy bien.

Las actualizaciones regresaron, ¡Si! Y hoy les he traído la primera del año. Realmente espero que les haya gustado mucho como a mi. Admito que adoro escribir esta historia aunque hay veces que el bloqueo llega de la nada xd jajaja

¿Que tal el capítulo?

¿Que piensan que sucederá ahora? :0

Digan "yo" los que shippean a Evony y Izan *grita a todo pulmón*

Ahora habrá una coronación, la reina Midness estará de regreso<3 aunque básicamente ya lo está :)

Hasta la próxima bombones, no olviden votar y comentar (si lo hacen un Izan aparecerá en sus vidas) xd.

Love u.

Besos.

Allyn Sonaher.
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