Evony.

El hombre frente a nosotras baja el arma con la mano temblorosa y la deja caer en el piso. Se inclina hacia adelante haciendo una reverencia y desvío la mirada hasta Vani que que me observa igual de confundida.

—La Diosa Nin ha regresado—murmura y vuelve a mirarme con aquellos ojos azules como el cielo—. Al rey le va agradar su visita, todos aquí la hemos extrañado.

«Al parecer me conocen en este lugar».

¿Por qué Izan no me lo dijo?

—No estamos aquí de visita, venimos porque necesitamos de su ayuda para salvar a nuestra amiga—murmura Avani mientras intenta poner de pie a Aira.

—¿Qué le ocurrió?—pregunta el hombre con seriedad, registrando las marcas en los brazos de la morena—. No es necesario que lo digan, ya entiendo lo que pasó.

—Queremos llevarla a la cascada—anuncio—, pero antes necesitamos el permiso de su rey. He traído esto para él—Saco el sobre de mi chaqueta y se lo muestro.

—No es necesario que pida permiso en su hogar, sin embargo, le avisaré al Rey que están aquí. Síganme—Él carga a Aira entre sus brazos y emprende su camino hasta un sendero.

Agarro a Vani de la mano deteniendola por un momento.

—¿Por qué dijo que este es mi hogar?—inquiero—¿Tu sabes algo?

—Tu creciste aquí junto a la tía Ashley, es un reino de hechiceros. Por cierto, ella fué quien te presentó a papá.

Guardo ese dato para más adelante seguir interrogando a Vani y saber quién es Ashley.

—Si crecí aquí, ¿Por qué este reino es enemigo de Midnight Darkness?

—Papá nunca me lo dijo, pero sospecho que fué a causa de tu muerte—informa—. Ya quiero saber cuál será la reacción de los que te vean aquí.

Ambas seguimos al hombre para no perder su rastro, él nos guía por un largo camino de piedras y a lo lejos veo un castillo. Las montañas rocosas ocultan el lugar de la vista humana, seguramente siendo ese el propósito.

Una punzada de dolor se instala en mi cabeza cuando atravesamos el jardín, y la misma sensación que tuve cuando desperté en Midnight Darkness, regresa a mi pecho. Ahora entiendo que eso significa que estoy en un lugar donde ya he estado antes.

En mi anterior vida.

Antes de llegar hasta la puerta trasera, unas personas la abren saliendo a nuestro encuentro. Ellos se quedan atónitos al verme ahí parada, una mujer de cabello negro se acerca a mi con velocidad y al quedar frente puedo ver en sus ojos lo sorprendida que está.

—No puede ser—susurra y me agarra de las mejillas—. Eres tú, de verdad eres tú Addison.

—Ashley tenía razón, ella dijo que tú ibas a regresar algún día—musita uno de los hombres sin dejar de mirarme.

—¿Dónde está ella?—pregunta Vani con curiosidad.

—De viaje a… Midnight Darkness—comenta la mujer que aún me sostiene de las mejillas.

Me aparto de sus manos con delicadeza y nuestro una diminuta sonrisa.

Vani rodea mi brazo con el suyo y les muestra una sonrisa de disculpa.

—Mi mamá no recuerda nada de su anterior vida—informa de manera educada—. Absolutamente nada, ni a nadie.

—¿Eres la pequeña Vani?—pregunta la mujer más sorprendida que nunca—. Ashley nos habló mucho de ti y de la pequeña Evolet, nos habría encantado haberlas conocido antes.

Uno de los hombres que había permanecido en silencio, se acerca hasta nosotras y desvía su mirada hasta Aira. Su mandíbula se tensa y cierra los ojos tomando una bocanada de aire.

—Llévala Tom, no le queda mucho tiempo. Cassy, encárgate de que todo salga bien. Y tú, ve con ellos—dice esto último en dirección a Vani—. Debo hablar con tu madre.

Ella asiente pero antes me dirige una mirada, la insto a ir con Aira porque no quiero dejar a la morena sola. Quiero que supervise el procedimiento para que todo salga bien.

—Usted debe ser Trayvon—digo observando su rostro. Tiene el cabello negro y despeinado, sus ojos son de un color gris haciendo contraste con su piel blanca. Una ligera cicatriz adorna su mejilla y él arquea una ceja, cuando no aparto mi vista de ella—. Izan me pidió entregarle ésto.

Extiendo el sobre en su dirección y se queda por unos breves segundos mirándolo. Termina aceptando el material y lo guarda en su chaqueta.

—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos—El silencio reina entre ambos cuando no respondo aquello—. Lo sé, no recuerdas nada.

El me guía por el camino que se fueron el resto sin decir palabra alguna.

—Supongo que tu regreso es el significado de que muchas cosas deben arreglarse—avisa cuando llegamos al principio de un sendero y ambos nos detenemos.

—¿Cómo la enemistad entre ambos reinos?

Una sonrisa de lado aparece en boca y él asiente en acuerdo.

—Entre otras cosas más.

Veo de nuevo hacia el sendero y luego le pregunto:

—Esta vez sí funcionará ¿Verdad?—pregunto refiriéndome a Aira.

—Ya funcionó, puedo percibirlo—murmura sin despegar su vista de al frente—. Ella debe quedarse por unos días más, para asegurarnos que todo esté bien. Ustedes deben regresar a Midnight Darkness.

—No dejaré a Aira sola—me opongo.

—Ella estará bien—me asegura—. A mi lado no le ocurrirá nada, solo serán dos días.

Suelto un suspiro sopesando lo que me dice. No estoy segura si dejar a Aira es buena idea, pero por otro lado, es por su bienestar. Sería bueno que esté cerca de la cascada y de hechiceros por si algo ocurre. Y por alguna razón, Trayvon me inspira confianza.

Veo a Vani venir hasta nosotros y la sonrisa en sus labios me dice que tiene buenas noticias.

—Sus marcas se han ido—informa apenas llega junto a mi—. Funcionó, mamá.

Un suspiro de alivio escala de mis labios y sin poder evitarlo mis ojos se empañan de lágrimas, unas que significan lo feliz que estoy porque Aira está bien.

—Podrás venir después Evony, pero ella debe quedarse. Estará más segura y más cuidada aquí que allá, te doy mi palabra como el rey que soy de Taylum.

Lleva una mano a su pecho al hacer la promesa y en ese momento veo al tal Tom venir por el mismo sendero con Aira entre sus brazos.

Me acerco a ellos y una lágrima rueda por mi mejilla al ver que Vani tenía razón. Las marcas desaparecieron y el color ha vuelto a sus mejillas. Aún sigue inconsciente y parece tranquilamente dormida.

Ella estará bien.

Haciéndole caso a esa voz interna, miro a Trayvon asintiendo en su dirección. Mañana regresaré a primera hora, pero sé que aquí la cuidaran mientras no esté.

—Por favor explícale lo que pasó, también que estaré aquí mañana—pido y él solo asiente. Miro a Vani y ella muestra una sonrisa cálida—. Ya debemos regresar.

—Mi padre le manda saludos, rey—dice ella cuando nos agarramos de las manos como hicimos antes de venir aquí.

—Dile que pronto iré a visitarlo, una carta no resolverá todo lo que debemos hablar.

—Hasta luego—murmuro.

Sus ojos se fijan en los míos y una leve sonrisa aparece en sus labios.

—Hasta luego, Addison.

Me guardo el corregirlo porque hace unos momentos me llamó Evony y cierro mis ojos cuando Vani dice que ya está lista.

—Ahora.

Y de nuevo, siento como regresamos a Midnight Darkness.

°°°

—¿Pero ella está bien?—pregunta por décima vez Kristell cuando tomamos asiento en el sillón de la sala.

—Lo está Kris, ya no corre ningún peligro—le aseguro y ella asiente pasando la mano por su cabello.

—Quiero verla mañana—murmura con lágrimas en los ojos—. No puedo creer que un hechizo tan fuerte como ese haya desaparecido por sumergirse en el agua de esa cascada.

—Yo tampoco puedo creerlo—apunta Keanu desde su lugar.

—Pero sucedió chicos, era magia de la Diosa Luna,  ella está bien ahora—Les digo.

El silencio inunda el lugar pero el sonido de la puerta siendo abierta lo interrumpe.

Izan se acerca a nosotros mientras tanto mi corazón se acelera con gran velocidad. Cuando regresamos de Taylum él no se encontraba en el castillo, me dijeron que estaba en el centro del reino. Estuve esperándolo toda la tarde para hablar con él, necesito salir de muchas dudas y hacerle muchas más preguntas acerca del pasado. Acerca de mi antigua yo. 

—¿Tienes tiempo para hablar?—le pregunto apenas se acerca hasta nosotros.

—Para ti cada segundo de mi vida, cariño.

Un cosquilleo en mi estómago causa que mi piel se erice y sienta como mis mejillas se enrojecen. Aclaro mi garganta pero aún así eso no evita que las tres personas presentes hayan visto como me enrojecí.

—¿Podemos ir a tu estudio?—lo miro a los ojos, olvidándome de los terribles nervios.

Una fugaz sonrisa pasa por sus labios y sus ojos se vuelven brillosos.

—Después de ti, mi Diosa—se hace a un lado y muerdo mi labio al escuchar la manera en como me llamó.

Ambos salimos al pasillo y en eso uno de los guardias se acerca a paso apresurado. Izan frunce el entrecejo y su mirada se vuelve seria.

—Encontraron el cuerpo de un vampiro sin vida en las fronteras, rey—avisa apresurado.

El cuerpo del rubio se vuelve rígido y trago doble pensando en lo que pasó.

—¿Quienes encontraron el cuerpo?—inquiere ralentizando su paso.

—Las princesas señor.

Miro a Izan a los ojos con angustia y sin pensarlo dos veces, salgo corriendo en busca de las chicas.

¿Qué hacían ellas en ese lugar?

°°°

Avani.

—¿Estás segura que podemos acercarnos a este lugar?

—No pero igual siempre lo hago, aquí es donde encuentro tranquilidad—Le digo mientras seguimos avanzando por el sendero.

Escucho como suelta un suspiro y como cada vez que nos quedamos en silencio, hace el intento de formular una pregunta. Sé lo que quiere decirme, y me resulta muy tierno que esté preocupada por mi estado de ánimo.

No todos los días tu compañero te rechaza indirectamente.

Cool ¿No?

—Por favor Vani, habla conmigo—suelta al fin y no pensé que al pronunciar esas palabras, las lágrimas saldrían inmediatamente.

Maldición.

Me vuelvo hacia ella y varias lágrimas ruedan por mi mejilla. No me gusta que las personas me vean llorar, pero ella no es cualquier persona, es Ev. Mi hermana gemela.

Tapo mi rostro con las manos sintiendo una opresión en mi pecho. Maldición, el rechazo es algo terrible.

Siento como me envuelve entre sus brazos y correspondo a su abrazo enterrando mi rostro en el hueco de su cuello mientras pienso en lo que sucedió horas atrás.

Jamás pensé que al encontrar a mi compañero, él me rechazaría.

—¿De tantas personas por qué esto me ocurrió a mí?—murmuro con voz ronca.

—Lo siento tanto Vani—Me alejo de ella y pasa sus pulgares debajo de mis ojos limpiando todo rastro de lágrimas—. Tal vez el destino no quiere que esto suceda, tal vez  tiene algo mejor para ti que no sea un hombre que parece el villano de alguna historia—bromea pero la risa no llega a mi.

—A él le gusta alguien más.

—No puedes estar segura de eso Vani, puede que lo haya hecho por otra razón.

—Si, y la razón se llama Evony White—contradigo y ella se queda perpleja.

—¿Pero qué dices Vani?

Un nudo se atraviesa en mi garganta y hago lo posible para no derramar una lágrima.

—Lo ví en su mirada Ev, a él le gusta mamá ¿Por qué crees que está aquí?—desvío la vista cuando un olor inusual llega a mis fosas nasales—. Vino por ella.

—No sabes de lo que estás hablando Avani, estoy segura que hay otra explicación.

No le sigo prestando atención cuando a lo lejos, capto un cuerpo en el piso recostado a un árbol  haciendo que en cuestión de segundos mi instinto se active y agarro el brazo de Ev poniéndola detrás de mí.

—¿Quién es?—pregunta al ver el punto dónde tengo la mirada puesta.

—No lo sé, pero no es de nuestro reino.

Muevo mis pies con la intención de acercarme pero ella sujeta mi brazo.

—¡¿A dónde crees que vas?!—reclama en un murmullo—. Debemos irnos, no es un licántropo, puedo oler que se trata de un vampiro…

—Y está muerto—la interrumpo—. No nos hará nada, y si resucita de un segundo a otro, sé cómo defendernos a ambas.

Ev termina asintiendo y las dos nos acercamos con cautela hasta el cuerpo sin vida.

No hay nadie cerca, eso puedo saberlo. Pero no tengo la menor idea de cómo pudo llegar hasta aquí.

Ambas quedamos frente al cuerpo y escucho como Evolet trata de ahogar una exclamación. El hombre tiene las manos y pies amarrados con cadenas, una larga cicatriz recorre desde su cien traspasando su ojo hasta su barbilla y una gran quemadura en toda la parte izquierda del rostro y brazo. En su frente marcaron un símbolo que enseguida reconozco, uno muy repudiado aquí en el reino y en todo el mundo sobrenatural.

—Ya sé quiénes fueron.

°°°

Evony.

Apenas salgo al exterior noto que ellas vienen en mi dirección hablando en murmullos. Cruzo mis brazos con molestia y ambas se detienen frente a mi cuando me ven.

—Hola mamá, justo íbamos a buscarte—señala Vani y enseguida noto sus ojos y nariz rojizos.

Mi estómago se revuelve porque al instante entiendo el motivo por el que ella ha estado llorando.

La molestia se esfuma y lo único que quiero hacer ahora es abrazarlas hasta saber que se encuentran bien.

—Ir a las fronteras del reino es peligroso por muchos motivos—avisa una voz tras nosotras. Izan se acerca hasta donde estamos y se posiciona a mi lado mirando a las chicas—, pueden ocurrir cosas como las de ahora. No quiero que se acerquen de nuevo ahí.

—No volveremos ahí, menos ahora que los Kingston están de regreso y a la caza.

La expresión de Izan cambia por completo cuando Vani dice eso. A mí mente llega la conversación que tuve con él acerca de los cazadores y suelto un suspiro de angustia.

Comparto una mirada con el rubio y él vuelve a mirar a las chicas.

—Manténgase dentro del castillo hasta averiguar cómo el cuerpo llegó hasta ese lugar—les dice y ambas asienten, gira su rostro al mío y posa una mano en mi mejilla, trazando caricias con su dedo pulgar—. Debo ir a revisar, cuídense.

Muevo mi cabeza asintiendo y él aproxima sus labios hasta mi mejilla dejando un suave beso ahí.

Mi corazón se acelera y de reojo noto a las chicas con una enorme sonrisa en sus labios.

Aclaro mi garganta y me alejo de Izan.

—Haz lo que debas hacer, yo… me quedaré con ellas.

«¿Por qué estoy nerviosa?».

—Porque te gusto—murmura él con una sonrisa de lado y entrecierro mis ojos.

—Ya deja de leer mi mente.

Dicho ésto emprendo mi camino dentro del castillo y puedo jurar haber escuchado una risa por parte de él, aunque no estoy muy segura.

—Mamá, la sangre se te subió a las mejillas—bromea Vani y tapo mis cachetes con mis manos, lo que causa que ellas suelten una carcajada.

—Al parecer llegué en un buen momento.

Las tres nos detenemos en medio del pasillo cuando una mujer aparece frente a nosotras. Porta una sonrisa de oreja a oreja, y sus ojos empañados de lágrimas cuando me ve.

—Sabía que ibas a regresar—murmura y Vani da un paso al frente con emoción.

—Tia Ashley—la envuelve entre sus brazos y la mujer corresponde apretandola hacia ella.

—Ella es Ashley, tu hermana de crianza y nuestra tía—nos dice.

—¿Y a mí no me presentas pequeña Vani?—dice otra voz y todas dirigimos la vista hasta un hombre que nos analiza con la mirada.

—Tu no eres bienvenido aquí.

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Ayyy, ¿Cómo se encuentran mis hermosos Bombones? *Le lanza besos a todos*

¡Feliz Domingo!

¿Que tal les pareció? <3

Dejen sus opiniones en los comentarios, los estaré leyendo<3 no olviden votar bomboncitos (Dicen que si lo hacen, un Izan aparece en sus vidas xd).

Loviu.

Besos.

Allyn Sonaher.
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