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|CAPÍTULO 5|

Evony.

—Siendo honesto, has interrumpido mucho.

Giro mi rostro hacia Desmond mirándolo con reproche. Mi estómago sigue dando vueltas de los nervios y me alejo del ahora pelinegro lo más posible.

Izan me sigue con la mirada sin mostrar algún indicio de estar molesto. Vuelve su vista hacia Des y tenerlos a los dos en el mismo sitio, me hace notar cuán altos son.

—Recuerda con quién estás hablando Bradford, y aún más, recuerda quién es la mujer a tu lado—Da un paso al frente con una postura amenazante—. Si hay algo que no voy a permitir, es que vuelvas a poner un dedo encima a mi compañera—dice en un gruñido con las manos hechas puños.

Su molestia al decir ésto último es palpable, la imponencia que desprende haría que cualquier persona se encogiera en su lugar. Por alguna razón Desmond no se inmuta o aparta su mirada de él, es todo lo contrario, da un paso al frente retando con la mirada a Izan. Me pregunto si se le habrá olvidado que está en el reino del rubio, acaso ¿Quiere que lo expulsen? Si es que eso es posible.

—¿Hablas de mi novia?—contradice. Y si, he confirmado que no está pensando con claridad.

—Ya basta los dos.—Decido intervenir al ver cómo un destello oscuro pasa por la mirada de Izan—. Desmond, será mejor que vayas con los demás.

Él me observa con seriedad y puedo ver la batalla interna que tiene consigo mismo. Sin embargo, termina asintiendo y me agarra de la mano.

—Lo haré si tú vienes conmigo.

Otro gruñido sale de Izan y no entiendo cómo es que puede contenerse por tanto tiempo. En parte lo agradezco porque no quiero que haya algún enfrentamiento entre ambos, ni ahora, ni nunca. Pero esto solo me recuerda que debo tomar una decisión con respecto a lo que pasará de ahora en adelante. Una decisión que cambiará mi vida, más de lo que ya está ahora.

—En un momento estaré ahí, Des—Doy un apretón en su mano.

—Tengo mucha paciencia con lo que respecta a mi entorno, pero si hay algo que me saca de quicio con rapidez, es que me reten dentro de mi territorio y más si involucra a Addison—le dice Izan.

—Pero ella no es Addison.

—¿Ocurre algo?—Adam aparece por el pasillo y pasa su mirada entre ambos hombres. Su mirada choca con la mía y en silencio le pido que me ayude.

—Te necesitamos allá Desmond—señala con su mentón al otro lado del pasillo—. Ahora.

Desmond termina apartando su mirada de Izan y me suelta de la mano. Adam se retira y enseguida Des lo sigue, veo como ambos se alejan y en cuánto ellos desaparecen por el pasillo, cierro los ojos soltando una exhalación.

—¿Conoces acerca del vínculo?—Su voz suena detrás de mí.

Me giro hacia él con nervios un poco ansiosa, y una ligera opresión en mi pecho.

—No mucho—respondo con sinceridad.

—Investiga sobre él y te darás cuenta que al hacer esto, estás matando lentamente a tu compañero—dice refiriéndose a lo que acaba de pasar, al beso.

—Izan…

Mi voz sale en un susurro pero él no me escucha y se aleja con pasos furiosos. Una inmensa tristeza y melancolía se cuelan en mi pecho, pero ya no se si es a mi a quien le pertenece, o es a él. Mi mente está nublada en confusión. Me pregunto si en algún momento dejaré de sentirme abrumada y como si estuviera en una vida que no me pertenece.

Solo espero que sí.

°°°

Paso las páginas del libro sin prestar atención a las palabras plasmadas ahí. Tengo la mente en otro lado, en aquello que horas atrás supe y aún no le he dicho a nadie. Algo que me tiene un poco ansiosa, emocionada y nerviosa por lo que él pueda decir. Pero en el fondo sé que al igual que yo, tomará la noticia para bien.

—Cariño—me llama y levanto la mirada encontrando a ese hombre que tanto amo, observando con una sonrisa en mi dirección.

Ligeras gotas de agua rodean su cuerpo húmedo, hace una hora que estamos en el pequeño lago que hay en el territorio. Nuestro lugar, como lo llama él.

—Dime qué ocurre—Me sobresalto cuando él llega a mi lado, no me percaté en qué momento salió del agua—. Y no me digas que nada porque sé que algo está dando vueltas en esa cabecita. No me habías ocultado tus pensamientos desde que nos conocimos.

Mi estómago da un vuelco al percibir una ligera opresión en mi pecho. No quiero que Izan piense que estoy molesta, solo por haber bloqueado mis pensamientos hacia él. Lo menos que quiero es que mi candente rubio esté triste.

Cierro el libro dejándolo a un lado y sin importarme que él esté mojado, subo a su regazo y poso ambos brazos rodeando su cuello. Acerca mi rostro al de él, rozando brevemente mis labios con los suyos. Un gruñido sale de su boca y eso solo provoca que me encienda.

—¿Quieres volver a repetir, mi Diosa?

Una sonrisa pícara tira de mis labios y rozo mi nariz sobre su mejilla, absorbiendo su delicioso aroma.

—Quisiera, pero ahora debo decirte algo—susurro en su oído y me alejo para mirarlo a los ojos.

—¿Que…?

—Shh…—Lo callo—. Déjame hablar, amor. Prometo que no es nada malo.

Su cuerpo se relaja y rodea mi cintura con ambos brazos pegándome más a él. Mi vientre plano pega con su abdomen y un suspiro sale de imprevisto. Trago grueso bajo su mirada atenta. Si hay algo que amo de Izan, es que me conoce a la perfección cómo yo a él.  Que me mira como si fuera algo de otro mundo y no quisiera apartar su vista jamás de mi, con esos ojos brillantes llenos de amor, de ternura, ilusión…

—Estoy embarazada—confieso.

Abro los ojos con la respiración agitada, guío la mano hasta mi pecho abrumada por ese extraño sueño tan realista. Mis latidos están frenéticos y solo puedo concentrarme en lo que ví, fué tan real, que me dejó con una gran melancolía en mi corazón. Cómo si fuese algo que añoro.

Paso ambas manos por mi rostro y fijo mi vista en la ventana que deja entrar una escasa luz por ella. Otro día ha comenzado, un día menos para que llegue mi cumpleaños, y sobre todo, la profecía.

Aparto las sábanas de mi cuerpo y me insto a salir de la cama. Ayer luego del inconveniente entre Izan y Des, no volví a ver a ninguno. No tenía ánimos de toparme con alguno, quería descansar y pensar con claridad lo que debía hacer.

Me gusta Desmond, pero sé que esto no tendrá futuro si soy la compañera de alguien más.

Y con Izan… con él todo es distinto. No sé cómo actuar cuando estoy con él, su cercanía me causa nervios, pero apartando todo eso, tenerlo cerca me reconforta y causa cosas que no había sentido antes por alguien..

Tal vez ya estoy loca, apenas lo conozco hace poco y ya estoy actuando como si…

¿Cómo si…?

—¡Mamá!—Me sobresalto cuando alguien toca la puerta.

Mierda, no creo que me acostumbre a que me diga así. 

Saco mis pies de la cama y camino hasta la puerta. Avani aparece en el centro de mi visión con una bandeja en sus manos. Me hago a un lado dejándola entrar y arrugó el entrecejo viendo cómo la deja sobre la mesita de noche.

—¿Dormiste bien?

Cierro la puerta tras de mí.

—Eh, si, la cama resultó ser muy cómoda—comento. Al principio me rehusé a dormir aquí, pero luego de las insistencia por parte de ella terminé aceptando.

Sonaba raro cuando decía que era de ambos, y cuando dijo "ambos" se refería a Izan y a mi.

—Avani, puedo pedirte un favor.—Jugueteo con mis dedos.

Ella fija su vista en mí cuando toma asiento en la cama mirándome atenta.

—Si es para huir a Las Vegas, mi respuesta es un sí rotundo—Guiña un ojo y suelto una carcajada.

—No es para huir a Las Vegas, pero ya sé con quién contar—mascullo—. Vani, ¿Dónde puedo conseguir un libro que hable acerca del vínculo entre compañeros?

Ella se queda en silencio con la mirada fija en mí, es entonces que me doy cuenta cómo sus ojos se llenan de lágrimas y analizo rápidamente que le pude decir para que se ponga así.

—¿Dije algo malo?—Me acerco a ella con duda y entre lágrimas muestra una diminuta sonrisa.

—Me llamaste Vani.

La miro confundida sin entender que trata de decir, pero supongo que le emociona que le diga de esa manera. Ella se pone de pie y niega con una sonrisa.

—No muchas personas me llaman así, solo los más cercanos—Se encoge de hombros—. Es solo que al ser tú quien lo diga me llena de felicidad, y eso me recuerda que después de tanto tiempo, tengo a mi madre frente a mi.

Una sonrisa de lado tira de mis labios.

—Ven aquí, Vani—digo al ver cómo unas lágrimas salen de sus ojos.

Abro mis brazos y ella se aferra a mí con fuerza, no escucho ningún sollozo de su parte, permanece así llorando en silencio con su rostro escondido entre mi cuello. Una figura aparece en mi visión y al igual que Avani, tiene lágrimas en los ojos. Indicándome que ha escuchado todo. Evolet se acerca hacia nosotras a pasos lentos, y al ver que le hago una señal, se aferra también a mí. Abrazo a ambas chicas y entonces, mi pecho se llena de esa indescriptible sensación. Una como la que tenía en aquel sueño o recuerdo de hace un rato.

De aquel dónde se supone que le digo a Izan que estoy embarazada.

Él es la única persona que puede decirme si era un recuerdo o solo se trata de un simple sueño.

Debes recordar.

Esa voz susurra en mi oído enviando escalofríos por todo mi cuerpo.

«¿Quién eres?».

Espero alguna respuesta, pero una vez más, no responde.

La duda y la intriga de saber a quién le pertenece esa voz, me carcome por mucho. Estoy muy segura que no es mi conciencia y ya una vez lo confirmó. Una voz que ha estado ahí desde que era pequeña, una intrusa que ha hablado conmigo durante muchos años ¿Quién podría ser?

No soy una intrusa.

—Evony—Alguien me sacude de los hombros y al enfocar mejor mi vista, veo que se trata de Evolet.

—Tu mirada estaba perdida—indica la castaña, observando mi rostro con curiosidad.

—Eh, ¿Si?

Ellas asienten al mismo tiempo y sacudo mi cabeza para espabilarme.

—Iré a ducharme, si quieren pueden esperar.—Sacudo la mano indicando que pueden tomar asiento y camino apresurada hacia el baño «Esa voz me puso nerviosa».

—No pensábamos irnos—Escucho que dice Avani cuando cierro la puerta.

°°°

Despego mi vista del librero cuando no encuentro nada de este lado. Después de desayunar, Avani nos ofreció ir a la biblioteca. Iríamos en busca de algún libro que hable acerca del vínculo entre compañeros, desde que Izan hizo aquel comentario, me entró curiosidad de saber cómo es que por un simple beso podría estar matando a mi compañero. Aunque después de preguntarle a las chicas, ambas me miraron con tristeza y Vani me pidió que no lo hiciera de nuevo.

Les pedí que me explicaran pero ella dijo que era mejor leerlo.

Durante el trayecto a dicho lugar, nos encontramos con las chicas. Es así como casi todas nos acompañaron, casi, porque Kristell estaba sin ánimos y prefirió irse acompañar a Aira que aún no despierta.

Daysha, que estaba con ella, nos dijo que Adam le pidió no seguir juntos y que olvidara lo que una vez tuvieron.

Es triste que su relación terminara de esa manera, aunque sabían a la perfección que en algún momento pasaría.

—¡Lo encontré!—exclama Avani y deja caer el libro sobre la mesa.

Lo observo con desconcierto, me esperaba más un libro grueso con muchas páginas e inmenso. No uno mediano y con pocas hojas.

—¿Estás segura que es ese?—Ladeo la cabeza.

—Lo estudié durante todo un año cuando estaba obsesionada por saber todo sobre el lazo entre compañeros. Así que sí, esto es lo que buscamos.

Lo agarro entre mis manos y repaso el nombre en letras doradas, plasmado en la portada de fondo beige.

—Lun…—murmuro—¿Qué significa?

—Las personas dicen que así se llama la Diosa Luna, pero solo son rumores. Nadie sabe con exactitud qué significa.

Bajo mi vista al libro y lo abro, paso las páginas buscando lo que me interesa por ahora. Luego tendré tiempo de leerlo completo. En este instante solo quiero buscar las consecuencias que pueden causar un beso a otra persona que no es tu compañero.

—Está en la página veinte—señala Vani.

Me dirijo hasta esa página pero al encontrarla lo único que veo es un escrito con letras cursivas de no más de cien palabras. Elevo brevemente la mirada hacia Vani y ella asiente animándome a leer lo que tengo en las manos.

Suelto un suspiro y me dispongo a leer lo que hay ahí.

“Si uno de los dos se resiste o rechaza, lentamente decaerán. Pues, sus almas están unidas, en una larga eternidad. Si el lazo se traiciona, el deceso de sus muertes se apresurará. La muerte los arropará a ambos con gran velocidad, y el fin de sus días se asomará”.

—En pocas palabras, si traicionas a Izan o él a tí, los dos morirán en un santiamén—masculla Daysha a mi lado negando con lentitud.

—A menos que rompan el lazo—indica Vani.

—Existe la posibilidad, pero…—La señala con su dedo índice—. Sus vidas serán miserables sin su otra mitad.

—Además de que no podrás tener hijos con esa otra persona—informa Evolet, y ¡Joder! ¿Qué más necesito saber sobre el vínculo?

Definitivamente me llevaré el libro a la habitación y lo leeré con más tranquilidad.

—Algo está pasando—avisa Vani con la mirada fija en la puerta.

Ésta se abre y por ella entra Connor con un semblante serio, sus ojos recaen en mí y mi estómago se revuelve al presentir que algo malo pasará.

—Te necesitan en el salón de reuniones, es urgente.

Asiento pero me quedo estática al ver cómo los ojos de Avani se inundaron de un resplandeciente púrpura. Mantiene su vista fija hacia afuera y el color en sus orbes se intensifica aún más al dar un paso hacia adelante.

—Es él…

—¿Que le está pasando?—pregunto al resto con preocupación.

Avani se encamina hacia la salida de la biblioteca con la mirada concentrada en algo. Miro a Evolet confundida y ella parece un poco angustiada. Me dispongo a seguir a Vani y al salir, la veo bajar por las escaleras. La rubia me alcanza y ambas caminamos más rápido intentando alcanzar a la castaña.

—Avani, detente—mascullo, pero ella hace caso omiso.

—Creo que ya se lo que le pasa.

Giro mi rostro hacia Evolet esperando que me cuente, pero no hace falta que lo haga cuando llegamos hacia la sala de reuniones y veo como Avani agarra de las mejillas a un hombre examinando su rostro.

No puede ser.

—Eres mi compañero—susurra ella sin apartarse de él.

El hombre desvía sus ojos hasta mi y trago con dificultad cuando su mirada se encuentra con la mía.

Él aparta las manos de Vani de su rostro un tanto brusco en el trayecto, y sin mostrar alguna expresión de amabilidad, se aleja de ella lo más posible. Vani se da cuenta que no la está mirando y sigue la dirección en dónde él tiene puesta su vista, hallando solamente mis ojos. Su entrecejo se frunce y el púrpura desaparece por completo.

—Me alegra que te encuentres bien, Vony.

—Trent…

—¿Qué estás haciendo aquí?—Izan aparece por la puerta y se posiciona a mi lado, observando con rencor a Trent.

—¿Es cierto lo que está diciendo Evony?—Des da un paso al frente , haciendo notar su presencia. Lo miro confundida sin saber a qué se refiere—. Él dice que es mi hermano y que tú lo sabías.

Su voz sale herida y con mucha confusión, entiendo que no debe ser fácil para él enterarse de algo así. Toda su vida ha creído que otras personas eran sus padres y enterarse quienes son en realidad, debe ser difícil.

Si es que Trent le dijo quienes son.

—Es complicado Desmond, no podía simplemente decirte. No es algo que yo debía confesar.

Él asiente con entendimiento, pero no me animo a ir a consolarlo y explicarle bien porque ese es trabajo de Trent. En este momento mi preocupación está puesta en otra persona, una castaña que acaba de descubrir quién es su compañero y este prácticamente la ha rechazado.

Avani aún permanece parada en el medio de la habitación con la mirada puesta en Trent. Intento acercarme a ella pero Izan me gana al notar que algo le está pasando a su hija.

—Vani, ¿Qué ocurre?—El ignora la presencia del resto y se concentra en la castaña que tiene lágrimas acumuladas en sus ojos.

Ella no responde y se aleja del rubio con la mirada molesta y sale del salón a una velocidad inhumana.

El escrito del libro llega a mi mente y el miedo inunda mis pensamientos. La molestia crece en mi pecho y camino hasta plantarme frente a Trent con las manos hechas puños.

—Si a Vani le llega a pasar algo, será completamente tu culpa—Lo señalo.

—No le sucederá nada Vony, me encargaré de ello—dice restándole importancia.

—La rechazaste—pronuncia Izan en un gruñido.

—No soy el indicado para ella.

—¡Por favor, ayuda!—Kristell entra con desesperación al salón—. Algo le está pasando a Aira.

Recorro todo el líquido negro en sus manos y mi corazón se detiene.

—Creo que está muriendo—solloza.

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¿Que tal todo Hermosos Bombones? <3

¿Que les pareció el capítulo hoy?

¿Evony?

¿Izan?

¿Desmond?

¿Vani?

Uff, muchas cosas sucedieron.

Hoy toca nota cortita porque este bombón no se siente muy bien :( Espero que ustedes estén de maravilla, no olviden votar y comentar bombones. Hasta el próximo Domingo <3 

Love u.

Besos.

Allyn Sonaher.

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