|CAPÍTULO 14|
Evony.
El único sonido presente mientras atravesamos el largo pasillo, es el de nuestros pasos apresurados.
No tenemos otra cosa en mente que llegar hacia el lugar donde la han retenido. Mientras caminamos y nos acercamos cada vez más, mi cabeza se llena de muchas preguntas y pensamientos de ira y rabia. No entiendo qué hace aquí, ¿Por qué vino buscando a Izan?
Por un momento me alegro de que Evolet se haya ido a Tree Wood, así no tendrá que estar presente en el mismo sitio que esa mujer, la cuál le hizo la vida imposible y secuestró con tan solo meses de nacida. De solo pensar en todo lo que le hizo a mi hija… quiero asesinarla.
Quiero ver sangre derramar de ella.
Quiero verla suplicar por su vida.
Quiero…
No dejes que tu lado oscuro te domine.
Aquella voz se hace presente en mi cabeza luego de varios días sin aparecer. Y por primera vez lo agradezco, no sé hacia donde se estaban dirigiendo mis pensamientos. Pero tampoco puedo negar que una parte de mí querría eso.
—No es necesario que estés presente cariño, sé cómo manejar situaciones como ésta—masculla Izan, cuando nos detenemos frente a una puerta al final del castillo.
Entrecierro mis ojos con un creciente calor en mi pecho, la rabia lentamente me está inundando y hago todo lo posible para calmarme. No quiero que la oscuridad gane en mí.
—No voy a irme si es lo que pretendes que haga Izan. Me quedaré y veré con mis propios ojos lo que esa mujer quiere—puntualizo, apretando mis manos.
Su mano alcanza la mía y desenrolla mis dedos mientras acaricia mi piel. Su intento de relajarme funciona y suelto un suspiro casi inaudible al sentir sus labios en mi mejilla.
—Quédate conmigo cariño, sé que puedes hacerlo—su cautivante voz se desliza por mi oído y todos aquellos pensamientos malvados se van de mi cabeza como llegaron.
Estoy tan sumergida en su voz que no presto atención cuando ambos guardias abren las puertas dobles. No es hasta que escucho un fuerte grito que me separo de Izan mirando sobre su hombro buscando al causante.
Él da un suave apretón a mi mano y seguido de eso, nos adentramos a una habitación casi escasa de luz.
Mis ojos van directamente al cuerpo que yace en una silla tratando de liberarse de las ataduras en ambas manos. Con cada movimiento brusco que hace, las cadenas brillan de un plateado brillante y ella suelta un grito desgarrador. Miro fijamente a la mujer que aún no nos ha visto, tiene el cabello desordenado y hay un poco de sangre en la parte posterior de su cabeza. Su ropa se encuentra intacta pero está muy sucia y tiene una mancha oscura en la parte de su abdomen. Sigue luchando contra las cadenas sin obtener resultado, y es en ese momento que se percata de las cuatro personas que hemos llegado.
Su mirada se posa en nosotros y una malvada sonrisa se despliega en sus labios.
—Ya decía yo que te parecías mucho a Addison y resulta que eres ella. La emperatriz tenía razón, la puta Diosa regresó por su venganza ¿No es así?—sus ojos me escudriñan con rencor y pasan hacia el hombre a mi lado—. Todo lo que hice resultó ser en vano, al final no terminamos juntos y… lo perdí todo.
—Sabías perfectamente que ese sería tu destino si traicionabas tus raíces. Eras muy ambiciosa Raylee, y eso te iba llevar a la desgracia—La voz de Izan suena firme y rencorosa. La vampira sonríe con melancolía y una lágrima resbala por su mejilla.
—No vine aquí por tu perdón rey, estoy aquí porque quiero que hagamos un trato.
Izan suelta una risa casta y algo terrorífica, la mirada en su rostro se vuelve malvada y da un paso al frente soltando mi mano. La agarro de nuevo y él se aferra a ella, al hacerlo puedo sentir la tensión en su cuerpo y varias emociones que no me pertenecen surgen en mi pecho.
—No habrá trato Kamp, sabes lo que pasará ahora que estás en mi territorio—masculla con voz sombría y puedo ver miedo reflejar en los ojos de la vampira. Aún así no lo demuestra y se endereza con la frente en alto sin quitar su vista del rubio.
—Te diré todo lo que sé acerca de los planes del Hierarch, lo único que pido a cambio es que ayudes a mi hermana Izan. Tú muy bien sabes que ella es inocente y fuí quien la arrastró a todo esto—dice con dolor y suspira aguantando sus lágrimas.
Observo a Izan esperando que diga algo al respecto, pero parece estar perdido en sus pensamientos. Aprieto su mano para que hable porque no debe pensarlo mucho, ¿Cómo puede estar considerando ayudar a la persona que lo alejó de su hija?
—No te ayudaremos en nada Raylee, no tienes el derecho de pedir algo así luego de que secuestraras a nuestra hija y la maltrataras durante diez años—espeto con rabia y deja caer una lágrima—. No perdonaré eso y pagarás lo que has hecho.
Un grito desgarrador sale de ella y sus ojos se vuelven totalmente negros. Empleo en ella todo lo que aprendí de la ilusión, le muestro todo lo que pretendo hacer hasta volverla su peor pesadilla. Le muestro sus peores miedos y que no tiene ninguna salida, hago que sienta todo lo que vivió Ev mientras ella la torturaba y no me cansaré de hacerlo hasta que la vea derrumbarse. O mejor aún… hasta que muera.
—¡Evony, ya es suficiente!—Unas manos fuertes se posan en mis hombros desconcentrandome y haciendo que la ilusión se derrumbe.
Empujo a Izan apartándolo de mí con rabia.
—¡¿Por qué hiciste eso?!—espeto furiosa. Él me observa con lo que parece ser decepción y aprieta su mandíbula con molestia.
—Tu no eres así, no dejes que la oscuridad tome el control Evony.
—¿Y tú si lo tomarás?—pregunto con ironía—¡Estaba considerando ayudar a la mujer que le hizo mucho daño a Evolet!
—Será mejor que salgas Evony, me encargaré de esto yo solo—apunta hacia la puerta y mi molestia se disminuye dándome cuenta que me está apartando.
Aprieto ambas manos y me alejo de este lugar sin dirigirle una palabra. Estoy muy molesta, pero no solo con él, sino conmigo misma.
No dejes que la oscuridad resurja.
No pensaba dejarla fluir.
°°°
Izan.
Observo la figura de mi compañera desaparecer por el camino contrario de donde llegamos, llendo directamente hacia el bosque y el área de entrenamiento. Cierro los ojos un momento soltando la exhalación que estuve conteniendo. Debo estar más pendiente de Evnoy, lo que hizo ahora es solo una demostración que su parte oscura quiere dominarla, y no pienso dejar que eso suceda. No dejaré que la luz de mi compañera se opaque.
Me vuelvo hacia la mujer que permanece inmóvil en la silla, su mirada se encuentra en el limbo y susurra palabras incoherentes. No es la primera vez que veo a Evony usar la ilusión, lo hizo muchas veces en el pasado y las personas siempre terminaban con la misma reacción.
—Di todo lo que sabes Raylee—exijo con voz dura. Ella ladea la cabeza en mi dirección y abre su boca buscando las palabras correctas.
Sé que Evony piensa que quiero cooperar con Raylee, pero jamás podría hacer algo así. No después de todo lo que hizo la mujer frente a mi en el pasado. Todo el daño que causó antes y después de la muerte de Addison. Maldición. Ella secuestró a una de mis hijas y la hizo sufrir, jamás voy a perdonarme haberla perdido como jamás perdonaré sus acciones. Jamás. No importa que en el pasado hayamos sido grandes amigos.
—¿Ayudarás… a Kim?—pregunta con la voz quebrada y asiento para que crea que así será. No tengo nada en contra de su hermana pero ciertamente tampoco haré algo al respecto. Hace un tiempo atrás uno de mis contactos en Somber Moon me informó lo que sucedió con ella gracias al Hierarch. Kim era vidente y no debía hablar acerca de sus visiones a nadie, y de hacerlo, sería arrastrada al abismo por el guardián.
Y eso es lo que sucedió con ella.
Ser vidente no es un don para muchos.
—Estoy esperando Kamp—pronuncio con impaciencia.
Ella cierra sus párpados y sacude la cabeza con una mueca desgarradora en su cara.
—Ella quiere su propio reino—comienza, en un murmullo—, sabe que aquí no tendrá alguno jamás a causa de la profecía. Todos estos años ha estado reuniendo y robando magia a las criatura más poderosas para recobrar fuerzas y hacer algo atroz.
—¿Qué piensa hacer?—demando saber, al ver que se queda callada con la mirada perdida.
Levanta su cabeza mostrando las lágrimas correr por sus mejillas.
—Abrirá un portal a otra dimensión, quiere crear otro universo donde solo el Hierarch pueda gobernar. Ella se llevará a todos a ese lugar antes de que la profecía llegue.
Mi cuerpo se tensa debido a su confesión. Debí esperarme algo así por parte de esa mujer. No me sorprende para nada que quiera evitar la profecía, pero hacer eso podría ser fatal para Evony quien es que debe cumplirla.
Maldición.
Debemos actuar antes que el Hierarch. Debo impedir que ella cree otra dimensión.
—¿Dónde está ella Raylee?—Doy un paso al frente cuando ella se sacude tratando de liberarse de las cadenas.
—Déjame ir y te mostraré.
Alzo la esquina de mi boca lanzándole una mirada fría. Ella se sacude aún más fuerte y puedo deducir que está recuperando su fuerza. Camino lentamente y me acuclillo quedando frente a ella y la agarro de los hombros inmovilizando su cuerpo. Le muestro mis colmillos y saco mis garras enterrándolas en el lugar donde tengo puesta mis manos y enseguida ella suelta un gimoteo de dolor.
—No irás a ninguna parte Kamp, es mejor que hables ahora.
Su cuerpo se sacude por los temblores que se hacen más visibles y el terror en sus ojos es muy evidente.
—¿Quieres la verdad? No sé dónde está—niega frenéticamente y aprieto más mi agarre causando que ella grite más fuerte.
—Vamos Ray, sé que sabes dónde está ahora. Si no quieres morir en este instante entonces habla—mi voz sale gruesa y sus labios tiemblan mientras intenta tomar una bocanada de aire.
—Estoy diciendo la verdad Izan, no tengo idea de dónde están—niega nuevamente y mi paciencia se está agotando—. Juro que digo la verdad, por favor no me mates. Quiero ver a mi hermana.
Ella comienza a llorar suplicando que no la mate y la suelto con enojo.
—Llevenla al calabozo. Ese será su hogar a partir de ahora—ordeno a los guardias y ella comienza a gritar cuando la levantan para sacarla de la habitación.
Me alejo de ellos y salgo del lugar con mi sistema lleno de ira. Miro mis dedos llenos de sangre y me recuerdo que no pienso perder a mi compañera una vez más solo por la cobardía de Nikki Fallon. Ella ha destrozado mucho a su andar, y es hora de que cumpla su castigo.
Es hora de que llegue su fin.
°°°
Narrador omnisciente.
El ambiente en Somber Moon era caótico desde que el joven Desmond puso un pie en el antiguo y primer castillo de sus padres. Sus verdaderos y biológicos padres. Nikki y Hyan Fallon. O mejor conocidos por muchos como, el Hierarch y Kaiser.
Hubo una vez en la que su hijo mayor, Trent, se preguntaba constantemente por qué las otras personas que habitaban su hogar le llamaban así. Pues tenían una extraña costumbre de hacerse llamar por apodos que solo sus enemigos conocían, al igual que todos los que lo rodeaban. A él también lo llamaban de una manera, crow. Odiaba totalmente que le llamarán así, por lo que hizo lo posible para deshacerse de ese apodo y que todos lo reconocieran como Trent.
Otra cosa que también se preguntaba muy a menudo, era la razón por la que sus padres lo escondieron de los demás los primeros doce años de su vida. No entendía porqué lo ocultaban del resto. No fué hasta años después cuando ya era un adulto que entendió todo. Cuando su hermano nació y luego descubrió quiénes eran realmente sus padres.
El pequeño Desmond, a quien repudiaron al primer instante por no nacer con la magia Fallon. Magia oscura que ellos no sabían que años después aparecería. Y esa es la razón por la que él estaba caminando por el gran pasillo en ese momento. Hyan necesitaba de su magia para concretar el hechizo, por lo que buscó una manera de atraerlo hacia él y que lo ayudara, ¿Qué mejor manera de obligarlo que chantajeando con traer de vuelta a su compañera?
El hombre pelinegro lo recibió con una mirada macabra en su rostro, pero a la vez, muy en el fondo, se encontraba algo nervioso. Su esposa aún no estaba enterada de sus planes y antes de ir con ella, debía hablar con Desmond y decirle quien es en realidad su madre. Algo de que Hyan estaba seguro, es que a Desmond le tomaría por sorpresa aquella noticia. Pues él no sabe que su mamá es su peor pesadilla. El Hierarch.
—Dejanos solos Kastiel, quiero hablar a solas con mi hijo.
—No vuelvas a llamarme así, lo menos que quiero ser, es tu hijo—espetó de mal humor el pelinegro.
Hyan solo ignoró su comentario y haciendo una señal a su izquierda, exactamente hacia una puerta entreabierta. Ambos hombres se dirigieron a esa dirección adentrándose a lo que años atrás solía ser una biblioteca. Tenían una conversación pendiente y muchas cosas de qué hablar. Y Desmond tenía demasiadas preguntas que cuestionar ahora que estaba frente a aquel hombre que decía ser su padre.
Mientras, al otro extremo del castillo, encerrada en su habitación se encontraba Nikki. Yacía sobre el sillón con un libro de cuero negro en sus manos, leyendo algunos de los hechizos que practicó durante años para poder cumplir su cometido. Quería abrir el portal lo antes posible, deseaba con toda su oscura alma crear su propio universo e irse de una vez por todas. No pretendía quedarse un segundo más a la espera del eclipse Shine, porque sabía exactamente lo que pasaría ese día y no estaba a gusto con el pensamiento.
Habría hecho el hechizo por primera vez unos cuantos días atrás. Sin embargo, el portal a la otra dimensión seguía siendo diminuto. Por alguna razón, a pesar de haber pasado muchos años recolectando magia para ese gran día, sus poderes no funcionaron como debía. Sabía lo que sucedía, se estaba debilitando luego de robar la magia de su última víctima. La semidiosa que residía en la organización y terminó escapando con el resto de su grupo.
Debía hacer algo pronto, el hechizo tendría que culminar pronto.
Unos toques en la puerta la devolvieron a la realidad y rápidamente se cambió a su forma terrorífica. A su forma del Hierarch.
La puerta se abrió, dejando ver una melena rubia por ella. El Hierarch se puso de pie acortando la distancia con su más fiel ayudante.
—Él está aquí ¿No es así?
Días antes, se enteró sobre el plan de su esposo. No le dijo nada y dejó que actuara a sus espaldas. Quería saber qué tanto lejos llegaría ésto y si lograría convencer al chico de hacer el hechizo. Si estaba aquí, ya había dado el primer paso. Además, sabía con exactitud que Desmond era poderoso. Y si ella no lograba concretar el hechizo, tal vez él lo haría por su persona.
Tal vez ya debería revelarle quién era el Hierarch. O tal vez debería jugar un poco engañando al chico.
—Se encuentra con el Kaiser, dijo que debían hablar—Le informó Kastiel , inclinando la cabeza en una reverencia.
—Puedes irte ahora.—Hizo una señal hacia la salida y el hombre no dudó un segundo en marcharse.
Nikki volvió a su forma natural y se miró al espejo arreglando las suaves ondas de su cabello rubio. Acomodo sus prendas y con una sonrisa malvada curvando sus labios, salió de su habitación dispuesta a recibir a su invitado.
°°°
Evony.
Divago entre mis pensamientos mientras sigo caminando sin rumbo alguno. No sé hacia donde ir, mi mente no logra despejarse por más que trato de aclararla. Aún sigo molesta y siento un leve ardor en mi pecho, uno que reconozco enseguida y es en ese momento cuando más me obligo a calmarme. Izan y esa voz tienen razón, no puedo dejar que mi cabeza se nuble por la oscuridad.
Cierro los ojos al detenerme e inhalo una gran bocanada de aire para luego soltarla. Mientras el aire deja mis pulmones y vuelve a entrar, una suave melodía llega a mis oídos. Una lenta y muy cautivante. Una que me parece muy conocida y creo haber escuchado antes.
Dejo que mis pies me guíen hacia esa melodía, sin prestar atención a lo que me rodea pero estoy casi segura que no había estado por este pasillo antes.
Frente a mí aparece una puerta que pasa desapercibida en este lugar. Es del mismo color de las paredes, como si estuviera camuflada para que nadie la encuentre excepto el dueño. Extiendo mi mano hacia la perilla al escuchar que la melodía se hace más fuerte y giro haciendo que ésta se abra. Me adentro con cautela y cierro detrás de mí al ver que el lugar está muy iluminado gracias a las ventanas.
Busco con la mirada el lugar exacto dónde proviene la melodía, dándome cuenta que se trata de una pequeña caja musical. De ella sobresale una esfera en forma de luna que da vuelta mientras emite la hipnótica melodía. Me acerco hasta ella y la detengo, haciendo que una sensación de familiaridad me recorra por todo el cuerpo. Creo que ya había estado aquí hace mucho tiempo.
—Encontraste nuestro lugar secreto—Una voz habla a mis espaldas y me vuelvo enseguida hacia él con algo de nervios.
Izan se apoya de un librero con ambos brazos cruzados sobre su pecho, mientras me observa atentamente con una mirada abrasadora. Quito mi vista de él con la molestia surgiendo de nuevo y camino hasta el otro extremo de dónde se encuentra.
—¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que no me querías cerca—mascullo, deslizando mis dedos sobre la superficie de una mesa.
Escucho sus pasos acercándose hasta mí y mi cuerpo se tensa. Su pecho queda a mi vista y un leve escalofrío eriza los vellos de mi nuca. Agradezco que la mesa se interponga entre los dos y no me atrevo a mirarlo porque estoy más concentrada en tratar de calmarme.
—Sabes que eso no fue lo que quise decir Evony.
—Sea lo que hayas tratado de decir no me importa. Vete, seguramente debes planear cómo ayudarás a esa mujer.—Me encojo de hombros y lo ignoro caminando hacia otro lugar. O al menos eso intento antes de que se atraviese en mi camino haciendo que me detenga.
—Te pedí que te alejaras porque tu oscuridad te estaba invadiendo por la rabia. No quiero que eso suceda cariño, ya te perdí una vez, no pienso dejar que ocurra de nuevo.
Encuentro algo de temor en su voz y no puedo evitar que eso me afecte. Pensé que la oscuridad era parte de mí, pero cómo podría perderme si algo así llegara a suceder. Por un momento pensé que solo cambiaría mi magia, pero ahora no estoy tan segura de eso. Y por lo que me contó Vani acerca de su pasado, es obvio que es algo muy, pero muy malo.
Me atrevo a mirar a Izan dispuesta a salir de esta duda.
—¿Cómo podrías perderme por algo así?
El verde esmeralda de sus ojos por un instante se oscurece al igual que su semblante. Su mirada se pierde como si estuviera pensando en lo que sucedería si alguna vez pasara, y el miedo furtivo que se asoma en sus orbes, logra que sienta el mismo miedo que él.
—Tu luz se iría y ya no serás la misma.
Esas únicas palabras hacen que me sienta más inquieta de lo que estoy. Hasta olvidé por qué estoy molesta con él, pero un segundo después recuerdo la razón.
—No puedo comprender aún por qué quieres ayudarla—susurro, haciendo el vago intento de desviar la conversación para así no ver otra vez esa mirada en su rostro.
Él suelta una exhalación brusca y pasa los dedos por su suave cabello con algo de frustración.
—No la pienso ayudar Evony, sé claramente todo el daño que ha hecho en nuestras vidas. Si le hice creer eso es porque necesitaba toda la información que tuviera, pero no lo estaba considerando.
Su respuesta me alivia pero ahora no puedo evitar sentirme culpable. Por haber dudado de él, porque Izan no haría algo que dañara a sus hijas o incluso, a mí. Y ahora siento como si se hubiera estropeado algo entre nosotros.
Agarro sus manos y levanto la cabeza para verlo a los ojos. Algunos mechones rubios caen sobre su frente y me resulta algo adorable y sexy al mismo tiempo. Suelto un suspiro y aprieto ambas manos con suavidad.
—Disculpame—susurro, acariciando el dorso de sus manos—. Por haber dudado de ti.
Él se libera de mi agarre y me envuelve entre sus brazos apretándome a él en un abrazo reconfortante.
—No quiero que te disculpes por nada cariño. Entiendo tu molestia por lo que sucedió, pero si leyeras mi mente sabrías lo que estaba pretendiendo hacer.—Deja un beso en mi coronilla y me siento aún peor.
Quisiera poder leer sus pensamientos pero aún hay algo que me lo impide y no sé cómo hacer para que funcione.
—Te amo Evony y siempre voy a amarte, quiero que sepas que jamás dejaré que algo te suceda de nuevo—su confesión me toma desprevenida y me alejo para decir algo pero pone un dedo sobre mis labios silenciandome—. No es necesario que digas algo a lo que te he dicho, sé que aún no me amas cariño, pero espero que algún momento eso cambie.
—También lo espero—termino susurrando.
Y no miento, realmente espero poder amarlo como él a mí. Y en este momento quisiera poder recordar lo que una vez vivimos. Quisiera recordar toda mi vida anterior.
Quisiera ser la misma que una vez él conoció.
______________________________________________________________
N/A: ¡Feliz Domingo bombones! Disfruten de éste capítulo, de verdad espero que les guste <3 (seguiré escribiendo los siguientes dos capítulos, espero subir doble actualización la próxima semana) ya veremos.
Tengan un buen comienzo de semana <3
Loviu.
Besos.
Allyn Sonaher.
_________________
Sígueme en redes:
Instagram y Twitter: Sonaher08
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro