|CAPITULO 9|
Evony.
Permanezco parada en medio de la espaciosa biblioteca, todo parece tan real pero sé que no lo es. La luz de la luna ilumina toda la estancia a través del gran ventanal. Hay una mujer mirando por ella hacia el inmenso bosque, llevo varios minutos observándola pero en ningún momento ha hecho algún movimiento. Doy un paso hacia ella y enseguida da la vuelta, pero no me está mirando a mi, si no a la puerta que acaba de ser abierta con un estrondoso sonido.
Por ella entra un n hombre caminando directamente hacia la mujer. Tallo mis ojos creyendo que al hacerlo podré ver mejor sus rostros, sin embargo, no son mis ojos los que ven de esa manera. Son ellos. Todo su cuerpo, cabello, rostro, ropa, se ven difuminados. No puedo distinguir quienes son. No sé dónde estoy.
-¿Cuándo pensabas decírmelo?-Le reclama el hombre con voz ronca, llena de rabia.
-No lo haría-Escucho a la mujer responder y no puede evitar distinguir su voz apagada.
El hombre gruñe causando que mi piel se erice al sentir la impotencia en él. Observo como se acerca más allá hasta quedar a centímetros de su rostro. Trago grueso al presenciar está escena, por alguna razón puedo percibir las emociones de ellos dos. Mientras en ella son tristeza, añoranza y resignación. Las de él son rabia, impotencia, pero si hay una en la que coincide con ella, es en tristeza.
-No tenías el derecho de ocultar me algo así.
-Si te lo hubiera dicho, nada habría cambiado-La mujer suelta exasperada, con voz temblorosa.
El la toma de sus mejillas secando las pocas lágrimas que caen por ellas. Un nudo se forma en mi garganta, y al igual que ella, quiero llorar.
-Aun no es momento-susurra él con la voz quebrada-. Dime qué fue lo que viste.
-No puedo decirte, mi rey-Le respondió de la misma manera- Confía en mi ¿Si?
-Siempre lo haré-Junta sus frentes- Y ellas también lo harán.
Los miro confundida sin saber a quienes se refieren, me acerco un poco hasta ellos mientras escucho como se murmuran cuánto se aman. Mi corazón se acelera al ver que todo se está desvaneciendo y oscureciendo. No quiero que esto se acabe, quiero seguir escuchando. Suelto un sollozo al ver que todo se está desmoronando y es entonces que estallo.
-NO.
Abro los ojos respirando con dificultad, un pequeño sollozo se escala de mis labios por la emociones causada en ese sueño. Me hago bolita en la cama sin querer pensar en ese sueño. Tal vez no haya Sido una pesadilla y no es real, sin embargo, me ha causado mucho dolor ello. No quiero tener más sueños de ese tipo.
«Se supone que debería estar acostumbrada»
Nunca terminaré de acostumbrarme a tener esos sueños tan extraños.
Calmo mi respiración y seco mis mejillas, la recámara se encuentra a oscuras. Miro la hora en el reloj de la pared «03:15 AM» Apenas he dormido cuatro horas desde que Kristell llegó y comimos juntas. Bueno, solo comí yo ya que ella no lo hace. Aún no me acostumbro a que mi compañera de habitación sea vampira.
Escucho unos pasos fuera de la recámara, me percato de una escala luz al otro lado de esta. Imagino que debe ser alguna linterna, puesto que no ilumina de la mejor manera. Quiero acercarme y ver quiénes son, pero me controlo porque aún sigo un poco sensible por el sueño. Veo la luz alejarse y los pasos cada vez se hacen más inaudibles. Suelto un bostezo llena de cansancio.
Será mejor que siga durmiendo.
°°°
Cubro mi cabeza con la almohada al sentir el sol pegar en mi cara. Escucho como Kristell tararea una canción luego de haber abierto las cortinas y la ventana. Destapo mi cara con la intención de levantarme e ir a darme una ducha. Ayer después de terminar mi "castigo", me encontré con los chicos en el jardín de descanso y Aira me informó que hoy sería nuestro día libre de entrenamientos.
Al principio me lo tomé como un respiro, pero luego me dije que si pierdo un día sin entrenar, no podré dominar mis poderes rápidos. Por lo tanto me propuse a entrenar por mi cuenta cada vez que estuviera libre.
Y es momento de comenzar mi entrenamiento.
Salgo de la cama para luego estirar mis músculos, miro como Kristell de tender su cama para después levantar su vista hacia mi.
-Como no despertaste a tiempo te traje tu desayuna-Señala a mi lado. Fijo mi vista en la bandeja sobre mi cómoda. Vuelvo a mirar a Kris mostrando una pequeña sonrisa.
-Gracias Kris, no tenías por qué molestarte en hacerlo-murmuro con algo de vergüenza en mi rostro.
Ella hace un ademán restándole importancia y se dispone a soltar su corto cabello de una coleta, dejando que este caiga sobre sus hombros. A veces me pregunto si ese platinado es su color natural.
-Los chicos y yo iremos al lago ¿Te nos unes?-propone, mientras observo como guarda unas cosas en una mochila.
-Creí que no debíamos cruzar la barrera-comento con duda. Ella voltea a mirarme.
-El límite de la barrera está más allá del lago y del risco. Así que no hay barrera que cruzar.
Asiento comprendiendo lo que dice. No quiero parecer grosera si rechazó su oferta, pero en este momento lo que quiero es seguir entrenando. Lo único que tengo en mente ahora, es aprender a controlar mis poderes y así no ser la causante de utilizar mis habilidades contra alguien de una manera dañina.
Estrujo mis dedos mostrándole una pequeña sonrisa.
-Me gustaría pero siendo sincera, lo menos que tengo en mente ahora es divertirme-Le digo mientras tomo mis cosas de aseo- Tal vez otro día pueda ir con ustedes.
Kristell cuelga la mochila en sus hombros y voltea a mirarme.
-No deberías sobreesforzarte Evony, entiendo que quieras aprender a utilizar tus poderes ya, pero eso no sucederá así de rápido. El proceso es lento y conlleva muchos años dominarlos a la perfección.
-Tal vez es como tú dices, pero tengo que hacerlo. Si no lo hago, sentiré que estoy perdiendo tiempo y no avanzaré nunca.
Ella suelta un suspiro de rendición. Camina hasta la puerta y antes de salirse vuelve hacia mi de nuevo.
-No te diré nada más Evony. Lo único que te pido es que te cuides ¿Vale?
-Lo haré-musito, levantando la esquina de mi labio en una pequeña sonrisa.
Seguido de eso sale de la recámara dejándome a solas en un silencio aturdidor. Las palabras de Kristell diciéndome que el proceso es lento, no deja de rondarme en la cabeza. Miro mis manos entendiendo que esto no será rápido, pero como me gustaría que fuera así.
Un quejido sale de mis labios al sentir una punzada en mi cabeza.
¿Otra vez está doliendo?
Desde hace unos días no deja de aparecer ese dolor de la nada. Viene y se va. Peor aún así, ese pequeño malestar permanece constante. Abro los ojos al sentir que ya pasó, y tomo un poco de jugo de la bandeja.
«Es hora de entrenar, Evony»
°°°
Camino por los pasillos de la organización mirando en el trayecto a algunas personas ir de un lugar a otro. Mirándolos de esta manera sin estar en el jardín de entrenamiento, hasta parecen que no son seres sobrenaturales, sino humanos común y corrientes.
Paso por el lobby atravesando una de las tantas puertas de este lugar, saliendo hacia el jardín de descanso. Respiro hondo dejando entrar el aire puro en mis pulmones. En está parte específica del castillo se siente la total tranquilidad. Al menos eso pienso hasta ahora, aún no he tenido la oportunidad de recorrer más a profundidad la organización.
No pienso practicar a la vista de todos, mucho menos en esta área. Quiero hacerlo en un lugar donde esté solamente yo y nadie mas. Me encamino hacia el bosque sin preocuparme de si debo o no cruzar la barrera. Ya Kris dijo que queda muy lejos de aquí. Mi vista Carmen el cielo nublado, solo espero que no comience a llover.
Me adentro más al bosque perdiéndome entre los árboles, a mi nariz llega el aroma de la tierra húmeda, y arrugó la nariz ante el olor que me acuerda aquella horrible pesadilla. Sacudí mi cabeza sacándome las imágenes de ello. Avanzo por un pequeño camino buscando el lugar perfecto para entrenar.
A mis oídos llegan unos bajos gruñidos al igual que la voz de un hombre hablando. Mi vista capta unos movimientos a mi derecha, volteo con l menor velocidad topándome con una espalda ancha. Él sigue hablando por teléfono y parece estar discutiendo con la otra persona. Esta vez logro reconocer su voz. Es el mismo chico con el que me he topado dos veces.
Ahora me doy cuenta que no sé su nombre.
-¿Estás seguro de que es ella?-Lo escucho preguntar con desesperación.
No debería estar escuchando su conversación, no soy una chismosa y tampoco una entrometida. Debo alejarme de aquí. Reanudo mi caminata con el mayor sigilo, procurando que el no se de cuenta que estaba ahí. Salgo de nuevo hacia el camino y comienzo a correr hasta alejarme lo más posible.
Sigo corriendo hasta llegar a un pequeño claro solitario, aminoro la velocidad deteniéndome al lado de uno de los árboles. Cierro mis ojos un momento intentando calmar mi respiración mientras escucho el sonido de los pájaros. Estar justo aquí, en este instante, siento mucha calma. Por primera vez desde que llegué a Somber Moon, percibo un poco de paz.
Paso mis dedos sobre el tronco rustico del árbol, me acerco un poco al centro dale claro y arremango las mangas de mi suéter, para luego levantar mis manos. Pienso en lo que me enseñó Desmond en entrenamiento.
Concéntrate.
Adiós pensamientos negativos.
Creo en mi.
Abro mis párpados enfocando dos flamas de fuego en mis palmas. Suelto una pequeña risa sonriendo como una tonta. Lo he logrado. Muevo mis manos viendo como el fuego se desliza entre mis dedos. Por un momento comienza a extenderse por el largo de mi brazo, me asusta un poco pero me insto a calmarme porque si me altero sé que todo se descontrolara.
Este es el principio para dominar mis poderes. Soy capaz de esto y mucho más.
Las siguiente hora transcurre mientras práctico mis habilidades. Al principio me enfoco solo en el fuego ya que es la que más se ha pronunciado, y más problemas me ha dado. Pero luego de haber practicado mucho con ella decido hacerlo con otro elemento. Tengo entendido que puedo controlar los cuatro elementos, por lo tanto intento hacer uso sobre el agua.
Logro hacer esferas de agua pero el aullido de un lobo me distrae, provocando que una de ellas se dispare directo a mi cara. Solo espero que sea un licantropo y no un lobo real.
A medida que entreno me doy cuenta de algo. No sé si sea el lugar, pero aquí logro concentrarme fácilmente. Sin sentir presión de si lo estoy haciendo bien o no. Solo soy yo, intentando hacerlo a mi ritmo, a mi modo.
Intento alzar alguna rama o raíz como sucedió en días anteriores, pero por más que trato lo único que logró es hacer que una diminuta hoja salga de una rama. Trato nuevamente centrándome en alguna raíz y esta vez logro que salga un poco del fondo de la tierra. Dos lobos pasan corriendo a mi lado sacándome de mi concentración, lo que ocasiona que la raíz rápidamente se enrede alrededor de mi pierna.
-¡Idiotas!-Les grito al ver que no se detienen.
¿De todo el inmenso bosque tenían que pasar justamente por aquí?
Bajo la vista a mi pierna maldiciendo. La toco con mis manos queriendo arrancarla pero no puedo. Es muy gruesa y está demasiado aprisionada, no puedo quitarla de esta manera. Tiene que ser como lo hice, con magia. Suelto una sonora exhalación, que ocurran este tipo de detalles. Me frustra.
«Vale... Adiós raíz»
Abro un ojo esperando que haya desaparecido pero no ocurrió así. Aún sigue enredada en mi pierna. Suelto un resoplido y entonces algo tira de mi brazo izquierdo. Un jadeo sale de mis labios por lo rustico y es ahí cuando noto que una de las ramas del árbol a mis espaldas, se enreda por todo mi brazo. Abro mis ojos de más asustada ¿Cómo ocurrió eso?
-¿Que demo...?
Otro tirón se apodera de mi brazo derecho haciendo que deje mi frase a medias. La rama se enreda con gran velocidad aprisionando con fuerza. Los fuertes latidos de mi corazón no se hacen esperar, y no entiendo que pasó ¿En que momento me desconcentré?
Las ramas tiran de mi con fuerza elevandome, la de mi pierna comienza a crecer contribuyendo con las otras dos. Suelto un quejido por el ardor que me ocasiona en la piel ¡Joder! Esto duele. Cierro mis ojos concentrandome en eliminar estás ramas, sin embargo, al pasar los segundos mientras estás crecen más, no ocurre nada «No creí que controlar esto fuera tan difícil»
Centro mi mente en eliminarlas y de un momento a otro se detienen, y se desenreda de mis extremidades dejándome caer sobre el césped. El impacto saca el aire de mis pulmones, y un gimoteo brota de mis labios al sentir una corriente de dolor por todo mi cuerpo.
-Auch.
Tomo asiento con lentitud pensando en mi intento fallido de controlar la tierra. Ya encontré con cuál debo practicar más, y eso que todavía no he practicado con aire. Suelto un resoplido inconforme frotando mi rostro con las manos, me pongo de pie con una mueca e dolor en el rostro. Ese golpe si que dolió.
-No estuvo nada mal-Me sobresalto al escuchar una voz a mis espaldas.
Mierda. Creí que estaba sola.
Doy media vuelta dando con la mirada hipnótica de Desmond. Sus ojos escanean mi rostro de una manera extraña, provocando que un sonrojo cubra mis mejillas ¡Joder! Hace cuánto ha estado mirándome. Noto que no trae puesto el uniforme y me resulta un poco raro verlo sin el. Aunque debo admitir que esos jean ajustados junto a esa chaqueta sobre su camisa que se amoldan a sus fuertes músculos, lo hacen ver sexy.
¿Que rayos estoy diciendo?
Su mirada se intensifica al notar mii escrutinio, y aclaro mi garganta apartando esos pensamientos.
-¿Que tanto has visto?-Le pregunto. Lo escucho soltar una risa ronca, h luego lo veo caminar hacia mi con una sonrisa soncarrona en sus labios.
-No mucho, solo la parte en la que tus propios poderes te apresaron y caiste al suelo-señala. Asiento avergonzada, de todo lo que hice ¿Eso es lo único que vió?
-Vale, entonces fue la peor parte-digo con una mueca.
-Lo que acabo de ver, fué un indicio que tú magia podrá recobrar vida en cualquier momento si no logras dominarlos a tiempo-aclara con semblante serio.
-Mas vale entonces que me entrenes rápido, así eso no sucederá-increpi con el mismo tono empleado por el.
-Las horas de entrenamiento están programadas Evony, hoy es mi día libre. Así que no pienses que lo haremos ahora-me corta al ver que diría algo.
Desmond me pasa hasta sentarse en la roca. Lo sigo y tomo asiento a su lado.
-No crei que los mentores también estuvieran libre hoy-murmuro más para mi. Sin embargo, el me escucha.
-No todos, pero lo de primera fase es distinto.
Eso capta mi atención.
-¿Primera fase?
Desmond fija su mira en mi y ahora que estamos sentados un al lado del otro, no puedo dejar de mirar sus intensos ojos negros. El relame sus labios e instintivamente mi vista se guía a ese lugar. Aparto la mirada de ahí obviando ese extraño sentimiento en mi estomago, volviendola a sus profundos ojos.
-Los mentores se dividen en tres fases, está la primera que son los principiantes. La segunda son los experimentados, esos ya no guían mucho a los reclutados. Suelen encargarse de otro tipo de cosas.
-¿Que cosas?-indago con curiosidad.
-No lo sé, Evony. A los principiantes no le informan de absolutamente nada-explica mientras alborota su cabello.
-Que hay de la tercera.
-La última fase, son los mentores de alto rango. Ellos ya no se encargan de los reclutados, ahora trabajan directamente con el Hierarch.
El aire helado levanta mi cabello causando que un leve escalofrío recorría mi piel. No entiendo esa extraña sensación que me invade cada vez que escucho ese nombre. Es como si lo he escuchado antes, pero no recuerdo exactamente dónde. Tal vez solo sean imaginaciones mías.
-¿Tu sabes quién es?
-No, pero algunas personas dicen que es un monstruo-comenta.
-Tal vez tengan razón.
-Tal vez, pero eso tendría que confirmarlo con mis propios ojos.
No sé en qué momento ocurrió, pero él ahora está tan cerca de mi que puedo sentir su respiración dar contra mi rostro. Relamo mis labios al sentirlos resecos y veo como Desmond dirige su mirada ahí. Mi suave respiración se torna pesada y una peculiar sensación se instala en mi estómago. Lo veo acercar su rostro con lentitud hacia el mío, dirigiendo sus labios hacia los míos. Los nervios colapsan en mi sistema e inmediatamente volteo mi cabeza hacia al frente evitando lo que estaba por ocurrir.
-¿Sabes? Por un momento creí que eras un mentor experimentado, no pareces un principiante-mascullo, buscando un tema del cuál hablar obviando el ambiente tenso que se instaló en el aire.
Lo escucho suspirar y le echo una mirada de soslayo notando una breve sonrisa en sus labios.
-Eso mismo dijo el líder cuando me nombraron mentor hace dos años-nos miramos otra vez y el levanta la esquina de su labio- Yo pertenecía al grupo en el que estás ahora. Nuestro antiguo mentor lo ascendieron y me escogieron como el nuevo.
«Eso explica mucho la confianza que tiene con los chicos»
-Nunca lo he preguntado, pero ¿Que eres?-Al terminar la pregunta puedo notar un brillo malicioso en sus orbes.
-Soy un brujo-responde con esa voz tan hipnótica que me cautiva.
-Eso es... asombroso.
-No tanto como saber usar tu magia y hacer grandes cosas con ellos.
-Algun día quisiera saber cómo se siente-murmuro. Desmond coloca su mano sobre la mía, trazando caricias sobre mi dorso.
-Lo sabrás, Vony.
Sus labios abandonan ese diminutivo, nadie me había llamado de esa manera. No me desagrada que lo haga, pero debo admitir que es un poco raro escuchar que alguien lo diga. En especial él, Desmond Bradford.
Mi mentor.
Nuestras miradas no se despegan y vuelvo a tener esa sensación en mi cuerpo. Desmond no quita su mano de la mía y sigue la acción de segundos antes. Un suspiro leve sale de mis labios cuando de pronto escucho algo aterrizar frente a nosotros. Me sobresalto en mi puesto y dirijo mi vista a la persona que nos mira con una sonrisa tenebrosa. Siento como Desmond se tensa para posterior ponerse de pie enfrentado a aquel hombre.
-Este territorio le pertenece a Somber Moon ¿Quien los dejó cruzar la barrera?-Le pregunta empleando un tono de voz frío.
El hombre de piel morena avanza con lentitud hasta quedar en el centro frente a Desmond. Fija sus ojos sobre mi y puedo darme cuenta de los rojo que son. Trago con dificultad y me pongo de pie con los nervios latente en mi cuerpo. El no aparta sus ojos de los míos mientras le responde a Desmond.
-Wir Kommen Für das Mädchen-Habla en un idioma que no logro identificar.
Observo como el cuerpo de Desmond se tensa aún más, y forma puños en sus manos. No puedo ver que expresión tiene, puesto que me está dando la espalda. Pero dudo mucho que sea una de cordialidad.
-Sobre mi cadáver-arrastra las palabras con rabia contenida.
El moreno suelta una risa casta y niega con la cabeza.
-Es ist eine Bestellung von Raylee-escupe con suficiencia.
Desmond da un paso hacia él, tronando el hueso de su cuello.
-Vuelvo a reiterar: sobre mi cadáver-brama. El tono empleado en su voz hace que mi piel se erice y algo dentro de mi se alarme.
El ambiente se torna tenso y un aire a peligro se cuela entre nosotros. De pronto unos hombres comienzan a salir de entre los arbustos, exactamente dos. Se posicionan al lado del primero mientras observan con detenimiento nuestros movimientos. No me dan la absoluta confianza, ellos desprenden peligro y muerte de su ser. Me insto a calmarme y me recuerdo una y otra vez, que no lo debo tener a nada.
-Supongo que quieren sangre ¿No?-Escucho la voz ronca de Desmond decirles.
Los tres vampiros se miran entre ellos para luego devolverle las miradas a Desmond con una sonrisa escalofriante, una que me indica precisamente que eso es lo que quieren.
-Evony, corre y no mires atrás-La voz de Desmond suena en mi cabeza, logrando que me paralice-¡Ahora!
No espero otra orden ni mucho menos que me explique cómo hizo eso, cuando comienzo a correr dejando atrás a los cuatro hombres. Escucho como los vampiros hacen un sonido extraño y luego como comienzan a pelear entre ellos. Corro lo más rápido que puedo por el camino que llegué, no dejo de hacerlo en ningún instante.
Alguien aterriza frente a mi haciendo que me detenga, y es uno de los vampiros. Trato de calmar mi respiración acelerada mientras me concentro por si tengo que defenderme. El me observa con una sonrisa en sus labios y se acerca con pasos lentos hacia mi. Mientras el se acerca, yo me alejo pensando en fuego.
-Dein Blut-susurra con ojos hambrientos.
Extiendo mis manos a los lados con mis pensamientos llenos de fuego, un ardor comienza a surgir en mi pecho y mis ojos pican a más no poder. Una pequeña flama aparece en las puntas de mis dedos y me centro en que no desaparezca. El hombre de largos cabellos frente a mi, observa fijamente mis manos. No parece temerle, de hecho es todo lo contrario, parece cautivado.
Da un paso al frente y el fuego en mis palmas aumenta formando esferas de fuego.
-Das otro lado y no respondo a lo que suceda-amenazo con las manos en alto, sin despegar mis flameantes ojos de los suyos.
-Ich habe Keine Angst vor dir, Danin-murmura sacando sus colmillos, lazandome una mirada gélida.
-No te tengo miedo.
El suelta un sonido extraño para luego lanzarse hacia mi, esquivo su golpe como puedo y lanzo una bola de fuego hacia él pero logra esquivarlo fácilmente ocasionando que está caiga directo a un árbol. Mierda. Sigo lanzando esferas en su dirección pero ninguna da con él. Da un salto hacia el cielo haciendo que lo pierda de vista, pero de un momento a otro siento como alguien me toma desde atrás alzandome por los aires y empujarme hasta el tronco de un árbol.
Caigo en el suelo sintiendo sangre en mi boca, suelto un gemido de dolor al tratar de moverme. Escucho como alguien pelea contra el vampiro mientras intento no cerrarlos ojos a pesar de que veo todo borroso. Una mareo me invade y a mi cabeza comienzan a llegar voces, varias voces desconocidas. Mi cabeza empieza a palpitar del dolor y entonces ya no tengo la fuerza para estar consiente. Cierro mis ojos dejándome llevar por la inconsciencia escuchando un último susurro entre tantos.
-Ella debe morir.
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-Wir Kommen Für das Madchen (venimos por la chica)
-Es ist eine Bestellung von Raylee (Es una orden de Raylee)
-Dein Blut (Tu sangre)
-Ich habe Keine Angst vor dir, Danin (No te tengo miedo Danin)
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¡Al fin! Aquí otro capítulo hermosos bombones. Aún sigo con problemas técnicos, pero espero poder subir el siguiente capítulo la próxima semana.
¡Feliz Domingo!
Besos.
Allyn Sonaher.
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