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|CAPITULO 6|

Evony.

Diviso un poco de luz entrar por la única ventana por la incipiente habitación. Inmediatamente se que ha amanecido, suelto un bostezo y tallo las manos en mis ojos. Durante toda la noche no pude dormir, leer esas letras amenazantes me causaron insomnio. Tampoco ayudaba que no las dejara de ver, de solo hacerlo me causaba escalofríos.

¿Quién habrá tenido la gran idea de escribir eso ahí?

Seguramente alguien que quería jugarle una broma a personas como yo, que recién están llegando a este lugar.

«Si, seguro fue así»

Me pongo de pie saliendo de la cama, no quiero estar un segundo mas aquí. Ya estoy sintiendo claustrofobia y comienzo a sentirme prisionera en este lugar. Este espacio reducido esta empezando a asfixiarme, y me desespera tanto. Camino hasta la puerta tratando de abrirla, pero es inútil, alguien la cerro por fuera.

¿Por que si me quieren ayudar, me encierran aquí?

«Algo ocultan»

 Eso es lo que diría Hollie si estuviera aquí conmigo. Esa es otra situación que me preocupa tanto, no saber nada de ella y tampoco si esta en peligro o no. Su llamada me dejo intrigada, además de que con mucho miedo. Suelto un suspiro y arrastro mi espalda por la pared hasta sentarme en el piso.

Levanto la mirada de nuevo hacia el techo, visualizando aquella palabra, solo que esta vez se ve menos escalofriante debido a la luz del sol que comienza alumbrar toda la estancia. Escucho pasos afuera y luego la puerta abrirse. Eric entra por ella junto a la misma mujer de ayer. Me levanto de un salto del piso y Eric me ve con una ceja enarcada.

—Espero que hayas descansado bien porque hoy será tu primer entrenamiento—Deja claro.

—Lo hice—miento y fuerzo una sonrisa.

—Sígueme—demanda y quiero mandarlo a la mierda. No me gusta que me den ordenes. Sin embargo lo sigo, no quiero estar en esta habitación de nuevo.

Emprendemos camino por un largo pasillo, las paredes son de piedras rusticas y se ven relucientes, hay grandes ventanales que dan vista hacia un bosque. El cielo se ve gris y nublado ¿En que lugar estoy? dudo mucho que se trate del pueblo.

Salimos por una puerta y atravesamos un enorme jardín solitario, hasta entrar por otra mas angosta. La estructura de este lugar me recuerda a la de un castillo, uno como al que visite de pequeña junto a mis padres en un viaje a Pensilvania. Avanzamos hasta subir unas escaleras en forma de caracol, llegamos hasta un pasillo y noto que hay muchas muchas puertas con números en ellas.

Sigo el paso de Eric mientras veo las numeraciones de cada puerta. Lo mas curioso es que cada una tiene una inicial y todas son distintas. Eric se detiene en una de las que esta al final del pasillo. Noto que la habitación tiene el numero 102 y la letra V. Abre y se hace a un lado indicándonos a la mujer y a mi que entremos. Obedezco sin rechistar y me adentro en ella.

Lo primero que noto al entrar es la gran puerta de vidrio que da paso a un pequeño balcón. Mas allá de ella puedo divisar muchos arboles, lo que me indica que se trata de un bosque. Repaso con la mirada la pequeña habitación, las paredes son de un suave color marfil. Hay dos camas colocadas una en cada extremo de la recamara, una pequeña puerta que supongo da a un armario y dos escritorios. Una parte del lugar esta adornada y la otra esta vacía.

—Esta será tu habitación Evony, tu compañera de cuarto es Kristell—Volteo hacia Eric—, ya tendrás tiempo de conocerla. Ahora toma el uniforme y cámbiate, te esperaremos afuera.

Nikki la mujer a su lado me tiende un bolso y lo acepto dubitativa. Miro el morral en mis manos y luego levanto la mirada hacia el. Estas no son mis pertenencias, supongo que mi adorable tía olvido traer mis cosas.

—¿Es necesario que lo use?—pregunto refiriéndome al uniforme. 

—Durante el entrenamiento, si—explica—De resto puedes usar tu ropa. Nikki la acomodo en aquel armario.

Asiento metiendo un mechón de cabello tras mi oreja. La cabeza aun me duele un poco y sigo sin recordar que paso después de la cena. Trato de hacerlo pero no lo logro y eso me frustra. Me siento un poco desorientada. Ellos salen de la habitación dejándome sola y me dispongo a sacar lo que hay dentro del bolso. Rebusco en el hallando dos uniformes junto a unas botas de combate, y unos artículos de aseo personal.

Quito mi camiseta quedando solo en brasier y me dispongo a colocarme el dichoso uniforme. Al cabo de unos minutos termino y reviso mi vestimenta que consta con una camisa junto a unos pantalones de ejercicio ajustados y las botas. Paso las yemas de los dedos por un pequeño sello incrustado en la camisa, y al hacerlo una sensación de extrañeza se instala en mi pecho.

Lo ignoro y me dirijo a la puerta para a continuación salir de la recamara.

—Ya estoy lista—Les digo. Eric, que hablaba por teléfono corta la llamada y se posiciona frente a mi.

—Antes de ir con los demás, tengo el deber de decirte cuales son las reglas en Somber Moon, Evony.

Lo miro incrédula buscando algún rostro de diversión en su rostro que me diga que esta bromeando, pero lo único que encuentro es total seriedad. Mierda, lo esta diciendo en serio. Asiento en su dirección esperando a que diga cuales son.

—Las reglas son simples y fácil de acatar—menciona—. Primera, debes respetar a tus superiores—Enumera con sus dedos—, no puedes cruzar la barrera, no uses tus habilidades en contra de otros reclutados, en caso de hacerlo obtendrás un castigo. No salir de las habitaciones después de las doce, estar puntual a la hora de la comida correspondiente, está prohibido el paso hacia el ala oeste. Prohibidas las relaciones entre compañeros.

Pronuncia remarcando esta ultima palabra.

«Tampoco pensaba tener una»

—Y la mas importante, Evony—Se acerca un poco a mi—.Nunca menciones al Hierarch.

Un repentino escalofrió recorre mi cuerpo al escuchar a Eric mencionar ese nombre. Los vellos de mi nuca se erizan y trato de disimular la reacción que tuve. Algo dentro de mi grita peligro con respecto a ese nombre, aunque nunca antes lo haya escuchado ¿Quién será?

Miro a Eric tratando de buscar las palabras en mi cerebro.

—¿Por que no puedo hacerlo?—inquiero con curiosidad.

—Algunas personas son un poco peculiares al escucharlo, por lo tanto esta prohibido que lo hagan.

—Pero, usted acaba de mencionarlo—Le digo. Eric niega y se aleja de mi sin cambiar su expresión neutra.

—Es distinto Evony, yo soy el líder—comunica—. Y tu una simple reclutada, asi que no debes decirlo.

«Una simple reclutada»

Si lo hubiera dicho de una manera un poco mas amable, tal vez no me habría dolido, pero al hacerlo de esa forma tan despectiva, si que lo hizo. El cambia de posición y comienza a caminar escaleras abajo, indicándome que lo siga. En el trayecto hacia el jardín de entrenamiento, voy mirando los diversos cuadros que hay en las rusticas paredes. Son un poco extraños, en todos hay oscuridad y lo único que se pueden divisar es la silueta de alguien con una capucha puesta.

Aparto la vista de ellos al sentir una presión en mi pecho. Durante el camino. Eric va mostrándome el lugar e indicándome que es cada cosa. Pasamos por el comedor y vuelve a recalcarme que debo estar a la hora indicada ahí. Al cruzar lo que parece ser el lobby, puedo divisar unas largas escaleras de color negro. Nikki. que va a mi lado me indica que ellas dan hacia el ala este, donde se encuentran las recamaras de los hombres. Rio mentalmente al escuchar decir que también está prohibido el paso hacia ese lugar.

Desvío mi vista hacia unas grandes puertas francesas, las cuales cruzamos hallando un enorme jardín al otro lado de ellas. En el ambiente se respira la humedad y el aire puro del bosque. Recorro con la mirada el jardín y me impresiona al ver a tantas personas. Unas entrenan a combate cuerpo a cuerpo en un cuadrilátero, mientras que otras parecen entrenar con sus habilidades.

Abro mucho los ojos al ver un enorme lobo pasar a mi lado y luego lanzarse a pelear con un chico de ojos muy rojos. Una chica al otro lado del jardín lanza flechas repetidas veces a un chico que las esquiva a una velocidad impresionante. Todo esto pare irreal.

Seguimos avanzando hasta llegar a un grupo de chicos que entrenan a un extremo del jardín. Veo como una chica pelea contra uno de los chicos, ella esquiva sus golpes con gran velocidad mientras el sigue arremetiendo contra ella. Logra dar un golpe detrás de sus rodillas haciendo que ella se doble, el se acerca a la chica dispuesto acabar con esto, pero ella aprovecha su lentitud y lanza un golpe con su codo directo a su rostro. Lo rodea rápidamente y lo golpea por la espalda lanzándolo hacia el piso.

A mi lado, Eric aplaude.

—Bien hecho, Kristell—La felicita. Mira al chico que aun se encuentra en el piso, reprochándolo con la mirada—. Keanu, te lo he repetido un millón de veces, se mas veloz, no te detengas ¿Qué no eres un licántropo?

—Lo soy, señor—Se levanta del piso, irguiéndose en su puesto.

Eric niega con la cabeza y dirige su vista a los demás. Ellos aun no reparan en mi presencia y tampoco quiero que lo hagan, solo están la chica y dos chicos presentes, los cuales supongo son mi grupo de entrenamiento. Retuerzo mis dedos detrás de mi espalda, no suelo ser una chica nerviosa, de hecho soy todo lo contrario. Pero en este caso no puedo evitar sentirme así.

Estar en el mismo lugar junto a seres que creí inexistentes, me hace sentirme de esta manera.

Y es muy raro.

—Chicos, ella es Evony y será su compañera a partir de hoy—Les indica. Ellos fijan su vista en mi y cruzo mis dedos para que no noten mis mejillas encendidas, aunque sea inútil—. Adam, ya sabes lo que tienes que hacer.

El nombrado asiente al tiempo que Eric se despide y se marcha junto a Nikki, dejándome a solas con ellos. Volteo la mirada hacia ellos. La chica me repasa con la mirada de arriba hacia abajo. Me cruzo de brazos mirándola, tiene el cabello lacio hasta los hombros y de un color platinado, sus facciones son suaves y noto que es un poco mas alta que yo.

¿Qué especie será?

—Soy una vampira—Habla por primera vez, desde que llegue—, y antes de que lo preguntes. No, no te leí la mente. Simplemente vi en tu mirada la curiosidad.

Camina hasta llegar a mi y extiende su mano en mi dirección. Acepto y ella sonríe de lado. Trato e sonreír pero sale mas una mueca. Uno de los chicos se acerca a mi, específicamente al que le habló Eric. Camina dando vueltas a mi alrededor como si estuviera examinadme, arqueo una ceja en su dirección notando los leves rulos que caen sobre su frente. Sus ojos conectan con los míos y puedo ver la intriga en ellos.

—¿Crees poder resistir en este lugar?—Cruza sus brazos a la altura de su pecho, resaltando sus fuertes músculos—. Desmond es muy exigente a la hora de entrenarnos.

El me lanza una mirada gélida tratando de intimidarme, pero lo que el no sabe es que no me dejo intimidar tan fácilmente. No aparto la mirada de el, odio que las personas me tomen por débil y me subestimen. Se que estos  últimos meses no han sido los mejores de mi vida y que en repetidas ocasiones se me ha visto vulnerable.

Pero no por eso voy a dejar de ser la chica fuerte que siempre he sido.

Aquella que al morir mis padres, me había dejado sola a la intemperie.

—No me tomes por un conejito asustado, Adam—pronuncio su nombre con lentitud—. Tal vez aún no se como controlar mis poderes, pero aún así, no dejare de ser la loba que han criado mis padres.

Sonrío internamente al recordar momentos en los que ellos me llamaban así, ellos me criaron de esa manera. Siempre decían que a pesar de las dificultades que se presentaran en mi vida, debía ser fuerte a pesar de todo. Seguir siendo la loba que podría contra todos.

—¿Debería tomarme como un insulto o halago que tus padres te digan de esa manera?

El chico de piel morena se acerca hasta mi, posicionándose al lado del pelirrojo. Muestro una leve sonrisa de lado negando con la cabeza.

—Decían—Lo corrijo y logro ver comprensión en sus ojos. Decirlo en voz alta, dolía mas que pensarlo—, y es un cumplido.

El sonríe y me tiende la mano en un saludo, el cual lo acepto gustosa. No podía comprenderlo, pero había algo en el que me hacia sentir cómoda.

—Keanu—Se presenta, aunque ya lo había escuchado.

—Evony, aunque eso ya tu lo sabias.

—Basta de presentaciones ¿Si?—Adam nos interrumpe. Keanu rueda los ojos y le lanza una mirada que no puedo interpretar—. Desmond no podrá venir hoy así que me dejo a cargo—Esta vez fija su vista en mi—, nosotros llevamos mucho tiempo aquí Evony, por lo tanto somos mas avanzados que tu. Te enseñaremos lo necesario, que es el combate cuerpo a cuerpo. Ya Desmond se encargara de enseñarte sobre tus poderes.

Acepto sin rechistar, aunque me hubiera gustado que comenzaran por explicarme algo acerca de estos poderes. Adam camina hasta llegar a una colchoneta y me hace una seña de que me acerque. Avanzo dudosa hasta el, nunca antes había practicado combate pero siempre hay una primera vez ¿No?, lo mas cerca que he estado de pelear fue a los seis cuando una niña me arrebato mi purpurina preferida.

Luego de eso no me vi en una situación igual.

—Antes de comenzar debes hacer calentamiento ¿Haz hecho ejercicio antes?—pregunta con seriedad.

—Si—Aunque tengo muchos meses sin hacer, quiero agregar pero algo me dice que solo seria un error.

—Vale—Baja de un salto de la colchoneta y me señala el espacio libre a mis espaldas— Da treinta vueltas por el jardín trotando... sin detenerte.

Termina agregando y lo miro como si estuviera loco. Aprieto mis manos en puño y paso a un lado del pelirrojo dispuesta a cumplir. Estiro un poco mis músculos, tomo una gran respiración y comienzo a trotar. A medida que lo hago, me doy cuenta que soy la única persona en todo el lugar que lo hace.

Observo como las personas practican otro tipo de ejercicios. Algunas pelean mientras que otras corren en su forma lobuna, o practican con espadas. Esta ultima me llama mucho la atención y me genera curiosidad que ellos usen este tipo de armas. Sigo trotando cuando noto que hay muchos que me observan, trato de no prestarle atención para no desconcentrarme.

Llega la vuelta numero treinta cuando ya siento que la respiración me falta, el no haber dormido en la noche me esta pasando factura. Troto de regreso hasta el grupo y al estar junto a ellos, me desplomo sobre la colchoneta. Mi respiración se encuentra agitada y siento el sudor correr por mi cara.

Respiro varias veces seguidas, una botella de agua aparece en mi vista y me tomo asiento mirando a la persona que la extiende. Es una chica de piel morena, ojos oscuros y un largo cabello lleno de rulos castaños. Tomo el agua sin dudar y bebo de ella sedienta.

—Gracias.

—Lo haz hecho bien—Me felicita. Adam resopla tras ella y dirijo mi vista hacia el.

—El calentamiento lo hace cualquiera—masculla—, veamos como te va durante el entrenamiento—dice esto ultimo mirándome.

Me pongo de pie ignorándolo, la chica frente a mi sonríe y me tiende su mano en un saludo, la cual acepto estrechándola con una pequeña sonrisa en la comisura de mis labios.

—Soy Aira.

—Evony.

Keanu se acerca hasta nosotras y rodea los hombros de Aira.

—Vamos brujita, hay una loba que necesita nuestra ayuda—Le dice llevándola consigo camino al castillo.

—Bien, comencemos a ver que tienes.

Adam pasa a mi lado y se detiene en el centro de la colchoneta.

Camino hasta ahí posicionándome frente a el, lo veo ponerse en posición de defensa y me hace una seña de que haga lo mismo. Dudo de como hacerlo y trato de recordar las posiciones que usaban los chicos del grupo de boxeo, de mi antigua preparatoria. Separo mis piernas colocando una adelante y la otra hacia atrás, subiendo mis brazos a la altura de mis pechos.

Una pequeña risa brota de los labios de Adam, ruedo los ojos fastidiada. Se que no soy la mejor en esto, pero al menos lo estoy intentando.

—Vale, lanza tu el primer golpe—pronuncia con chulería, molestándome aun mas.

Aprieto mis manos en puños y lanzo un golpe en su dirección. El lo esquiva y me toma del puño dándome la vuelta mientras dobla mi brazo para luego tumbarme hacia la superficie de la colchoneta. Suelto un quejido y me aguanto querer soltar una maldición. Siento el aire salir de mis pulmones a causa del impacto, me levanto nuevamente y al hacerlo me doy cuenta que me esta mirando con burla.

—Tengo que admitir que eso no era necesario, pero debía comprobar que tuvieras la fuerza necesaria para estar en nuestro grupo.

Le lanzo una mirada molesta.

—¿Podemos proceder?—pregunto refiriéndome al entrenamiento. Ignoro lo que dijo, esperando poder derrotarlo a la próxima.

«Él es un vampiro»

El resto de la mañana nos la pasamos entrenando arduamente, es mi primer día haciéndolo pero siento que lo he hecho bien, y las felicitaciones de los chicos me lo confirman. Adam fue el único que me estuvo guiando, los demás estuvieron practican por su propia cuenta. Quedé impresionada al ver los hechizos que hacía Aira, parecía toda una experta.

Durante el entrenamiento note muchas cosas, lo primero es que sospecho que entre Adam y Kristell hay algo. Las constante miradas e indirectas lo decían todo. Lo segundo que note fue que algunas de las personas entrenando, tienen poderes iguales que los míos. Keanu me explico que no eran iguales, pues aquellos son poderes de hadas.

Aun así me dejo con mucha intriga ¿Cómo era posible que un vampiro o licántropo tuvieran poderes de hadas?

Algo hay ahí, lo sospecho. Es un poco ilógico que posean esas habilidades. Entonces pensé que si eso era magia de hadas ¿Qué eran los míos?, el grupo no quiso darme ninguna explicación, según ellos no le han hablado sobre que clase de especie soy. El único que lo sabe es nuestro entrenador. El tal Desmond.

Estar en este lugar me hace sentir extraña. Mi tía no debió tomar dicha decisión sobre mi sin consultármelo. No quiero estar en este lugar, tampoco deseo estos poderes. Solo quiero mi antigua vida de vuelta. Ser la misma de un tiempo atrás.

Pero dudo mucho que eso ocurra.

No puedo volver al pasado, este presente no me gusta y el futuro me aterra.

Camino por el largo pasillo queriendo llegar al comedor, mi estomago ruge pidiendo que le dé algo, no recuerdo cuando fue la ultima vez que ingerí comida. Varias personas  pasan a mi lado, todas tienen el mismo uniforme que yo. Algunas me ven de reojo y otras simplemente me ignoran.

Atravieso el umbral hallándome con un espacio amplio lleno de muchas mesas. Camino hasta tomar una de las bandejas, las señoras detrás del mostrador sirven la comida y al tenerla en mis manos le doy un agradecimiento. Me doy la vuelta quedando frente a todas las mesas abarrotadas de personas. Paso la mirada por el lugar buscando una libre y la encuentro en una de las esquina del lugar.

Me acerco hasta ella notando la figura de una chica sentada ahí. Se encuentra de espaldas mirando a través del ventanal. Tiene el cabello de un rubio oscuro cayéndole en ondas, y su piel es ligeramente bronceada. Noto que algunas personas pasan por su lado evitándola o riéndose.

Aprieto la bandeja con mis manos mientras siento que esta escena ya la he vivido. Me detengo a su lado, pero ella parece no notarme.

—¿Puedo sentarme?

Ella da un respingo al escuchar mi voz, voltea levemente la cabeza en mi dirección pero no se atreve a mirarme los ojos. Arrugo el entrecejo confundida, observo como estruja sus dedos nerviosa y asiente lentamente.

—S-si, claro—murmura con la voz suave.

Tomo asiento frente a ella, coloco mi bandeja en la mesa y sin esperar tanto comienzo a comer. Trato de detallar el rostro de la chica pero al tenerlo bajo, no logro verla del todo bien. Carraspeo un poco llamando su atención, ella levanta la cabeza y es ahí cuando doy con su mirada. Sus facciones son aniñadas, tiene los ojos de un color avellana, los cuales me recuerdan a los míos.

Deslizo una sonrisa en la comisura de mis labios.

—Soy Evony—me presento. Ella parece estar detallándome y sale de su trance.

—¿Eh? y-yo soy Evolet—musita, titubeante. Reparo que sus manos están temblando y ella las aprieta en puño ocultándolo.

—¿Qué eres?—Le pregunto, sacando un tema de conversación—, yo aun no se lo que soy, pero supongo es algo parecido a las hadas.

Evolet me mira impresionada y veo en sus ojos un destello de curiosidad.

—¿Tienes poderes?—cuestiona en un susurro.

—Eso creo—respondo de la misma manera, soltando una pequeña risa.

Ella ríe un poco y veo sus mejillas encenderse.

Una ola de murmullos se hace escuchar en el comedor. Todos miran en dirección a las puertas de entrada, dirijo la mirada a ese lugar y observo a un grupo de hombres caminar hasta una de las mesas. Pero mi vista solo se fija en uno de ellos. Es un chico que aparenta un poco más de mi edad, paso la mirada por todo él. Es alto de complexión musculosa, su piel es tan blanca que por un momento pienso que es un vampiro.

Su cabello es de un suave gris platinado, porta el uniforme de este lugar solo que el de todos ellos son diferentes. No aparto la mirada de el, aunque quiero hacerlo, no puedo.

Ya no escucho nada a mi alrededor, la respiración se torna pesada y siento mi garganta seca. Justo en ese momento nuestras miradas se cruzan, y puedo jurar ver un destello en sus ojos oscuros. Trago saliva mientras sigo sus movimientos. El toma asiento de espaldas a mi, y cuando quiero apartar la mirada, lo veo observarme sobre su hombro.

Una de esas miradas que gritan peligro, pero a la vez no te alejes.

Una de esas miradas que lo dicen todo, pero a la vez nada.

Una mirada que podría ser la perdición de alguien.

¡Feliz Domingo!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy.

Besos.

Allyn Sonaher.

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