|CAPITULO 4|
Evony.
Luego de haber hablado con Sherlyn decidí descansar, al siguiente día me esperaba una gran travesía. Terminé aceptando la propuesta de ella, esperaba que confiar en Sherlyn no fuese algún error. Pero debía alejarme de esta casa, de este lugar. Ahora mas que nunca no podía confiar en Elsa, mucho menos en esa organización.
No después de todo lo que me enteré.
Por mas que quise no pude dormir bien en toda la noche, no podía dejar de pensar en todo lo que estaba ocurriendo. Y no saber en donde estaba Elsa me causaba mucha ansiedad ¿Estaría planeando mi muerte?, esa pregunta no dejaba de rondarme por la cabeza. Jamás pensé que alguien de mi familia fuera tan mala.
Elsa piensa entregarme a las manos de esas bestias.
Pero no se lo dejare tan fácil.
Al dar las 3 AM pude conciliar algo de sueño, sin embargo no dure mucho tiempo dormida puesto que ese sueño volvió a invadir mi cabeza. Ese en donde a cada instante se repetía una y otra vez el momento en el cual me enteré de la muerte de mis padres.
Ese que desde hace meses no deja de atormentarme.
Unas horas después de haberme despertado del sueño, escuché la puerta principal ser abierta seguido de unos pasos subiendo las escaleras. Por un momento se detuvieron frente a mi puerta y escuché la perilla moverse mientras la intentaban abrir.
Pero al darse cuenta que estaba cerrada con pestillo, se rindió y se marcho a su habitación.
Solté un gran suspiro de alivio por un segundo, pero ya no me sentía segura en esta casa.
A la mañana siguiente me levanté temprano y me dispuse a tomar una ducha. Mientras me aseaba me reproche mentalmente por no haber organizado alguna mochila la noche anterior. Pero estaba tan nerviosa y ansiosa que en ningún momento me detuve a pensar en eso.
Fui hasta el armario y opté por usar unos pantalones negros y una camisa blanca con una chaqueta marrón encima junto a unos botines. Peino mi cabello en una coleta alta, hay veces que me molesta llevarlo suelto. Busco entre mis cosas un bolso y comienzo a meter todo lo necesario en el. Desde ropa hasta mi laptop y cuaderno de dibujos. Me detengo visualizando una foto donde aparecemos mis padres y yo el día de mi cumpleaños número diecisiete. Los extraño tanto.
—Evony...—Escucho que alguien toca mi puerta y me sobresalto.
Escondo rápidamente la mochila en lo mas profundo del armario, lo cierro y me acerco hasta la puerta para luego abrirla y encontrar a Elsa del otro lado. Trato de disimular mis nervios y mantengo una expresión neutra en mi rostro.
Elsa echa un vistazo por la recamara y por un segundo me da la sensación que sospecha de algo. Detiene su mirada en mi y sonríe de lado. Una sonrisa que hasta el sol de hoy, me doy cuenta que es de maldad pura.
—Debo irme a trabajar ahora—Se cruza de brazos—, pero antes quería pedirte que te quedaras en casa esperando a las personas del servicio que contraté, para arreglar las ventanas de la cocina.
La miro sin expresión alguna. Esa es la trampa, quedarme aquí esperando a esos supuestos trabajadores. Asiento en su dirección y lo único que puedo preguntarme es ¿Por que me odia tanto?, se supone que ella debe ser la única persona en la que confíe. Se supone que somos familia y debemos protegernos mutuamente.
Pero el día que nos reencontramos nuevamente, supe que eso no seria así. Y ahora esta mas que confirmado.
—No te preocupes Elsa, aquí me quedare.
Ella muestra una sonrisa triunfante y hace el ademán de retirarse, pero a última estancia se da la vuelta hacia mi.
—Evony...
—Elsa...—La imito sin despegar la mirada de ella.
—Nunca lo olvides.
Culmina para a continuación marcharse. La observo bajar las escaleras y vuelvo a cerrar la puerta con pestillo. Sus palabras causan escalofríos en mi cuerpo y siento mi cabeza dar vueltas. Me sostengo de la pared y recargo mi espalda en ella ¿Qué no debo olvidar? ¿A que se refería?
Siento algo subir por mi garganta y logro corre hasta el baño a tiempo. Me inclino en el retrete dejando salir el vomito. Pasado unos minutos me detengo y siento el sudor correr por mi frente. Tomo una respiración profunda y me levanto para acercarme hasta el lavabo y echar un poco de agua en mi rostro.
«No es momento de que te enfermes Evony»
Llego hasta la cama y me desplomo en ella, tomando el teléfono y revisándolo pero no tengo ningún mensaje de Sherlyn. Ella dijo que me avisaría cuando estuviera cerca. Pero lo que no me dijo fue la hora en que vendría, me preocupa que los de la organización lleguen primero que ella.
Busco de nuevo la mochila y al tenerla en mis manos la coloco sobre mis hombros. Me aproximo hasta la puerta y antes de salir miro por última vez la habitación.
«No voy a extrañar esto»
Sigo mi camino cerrando la puerta tras de mi. Bajo las escaleras y me traslado hasta la cocina, quiero tener algo en el estómago al menos. Fijo mi vista en el reloj y veo que este marca las siete. Sigo sin recibir ningún mensaje por parte de Sherlyn.
¿Será que se arrepintió?
No, no lo creo.
Me acerco hasta la encimera dejando el vaso ahí. La ansiedad recorre mi cuerpo y no puedo mantenerme quieta. Paso la mirada por toda la cocina, aun sigue el desastre que deje ayer. Mi vista se detiene en el piso y noto pequeñas gotas de sangre en el.
Mierda.
«Detesto estos poderes»
Salgo de ahí llegando hasta el salón principal y mi vista cae en esa puerta, en esa habitación que tengo prohibido entrar. Llegando a este punto no me importa obedecer a Elsa, de todas maneras hoy me iré de aquí. No está de mas entrar y ver que oculta ahí.
Mis pies se guían solos hasta quedar frente a la puerta color marfil. Extiendo mi mano hacia el pomo, tomando fuerzas lo giro y esta se abre automáticamente. Miro sobre mi hombro verificando que nadie mas que yo este aquí, aunque eso es imposible.
Me adentro en la oficina y noto que sigue igual a como la vi por primera vez. El gran escritorio posicionado en medio y sobre ella una computadora, los diversos cuadros extraños colgados en la pared y el gran librero de color negro con muchos libros en el, al igual que los diferentes cajones organizados perfectamente por tamaño.
En los cuales guarda sus armas.
Me aproximo al primer cajón que esta a mi alcance, lo abro encontrando distintas armas pequeñas. Hago lo mismo con los siguientes cajones y todos contiene armas diferentes, desde navajas a pistolas y arcos con flechas.
Mi respiración se torna pesada ¿Por que Elsa tiene todo esto aquí?
Cierro el último y me acerco hasta su escritorio. La computadora esta apagada, desvío mi vista a un retrato situado al lado de esta y lo tomo entre mis manos. En ella aparece Elsa con un hombre rubio un poco mas alto que ella, abrazados a la orilla de una playa. No tenia idea que Elsa tuviera una pareja, nunca ha dicho nada y tampoco lo he visto por aquí.
Dejo el retrato a un lado y me aproximo hasta el librero. Todos lo estantes están ocupados por muchos libros. Recuerdo que una vez mi padre menciono que Elsa era una lectora empedernida. Él si que la amaba.
Mi vista recae en un libro a mi izquierda, es uno de color morado y muy grueso ¿Qué tanta información podría tener? trato de alcanzarlo pero esta muy arriba. Noto un pequeña banco y lo ruedo hasta posicionarlo debajo debajo de la sección que quiero alcanzar.
Monto mis pies sobre el y logro estar a la altura de aquel libro. Trato de agarrarlo pero al hacerlo escucho un clic y algo deslizarse a mis espaldas. Me sobresalto y volteo rápidamente topándome con uno de los cuadro totalmente abierto mostrando un agujero en la pared.
«Interesante»
Bajo del banco aproximándome hasta aquel sitio. De pronto el silencio me abruma y el estar aquí me genera molestia. Es como si algo me estuviera advirtiendo que no me acerque ahí.
Pero igual pienso hacerlo.
Me acerco ahí esperando encontrar algo realmente grave o terrorífico, pero en lugar de eso, solo hay una simple caja del tamaño de mi palma, a la cual miro desconcertada.
La tomo y agito un poco escuchando algo dentro de ella, quito la tapa hallando dentro una pequeña daga. Es plateada, el mango de esta es de un dorado muy brillante con pequeñas piedras semejantes al diamante incrustadas en ella, y la punta se ve muy afilada.
Este pequeño objeto me genera mucha curiosidad ¿Por que Elsa la tiene bien resguardada? es posible que sea algo importante para ella, pero ¿Por que?
Noto que tiene unas iniciales marcadas en el puñal y paso la puta de mis dedos sobre ellas.
A.C.
Supongo que es a quien le pertenece. Cierro de nuevo el cuadro sin haber guardado antes la daga. Pienso llevarla conmigo y descubrir que se oculta detrás de ella.
La guardo en el bolsillo delantero de mi chaqueta y decido que es hora de salir de aquí. Salgo de la oficina y llego hasta el salón, veo de nuevo la hora en el reloj «Sherlyn se está tardando mucho»
Froto mis manos sobre mi pantalón llena de frustración. Si en diez minutos Sherlyn no cruza esa puerta, tendré que escapar por mi propia cuenta. No pienso esperar ni un minuto mas porque no se si en cualquier momento llegarán las personas de la organización.
Mi teléfono vibra en el bolsillo de mi pantalón y enseguida lo saco.
Frunzo el entrecejo al ver que se trata de un número desconocido. Abro el mensaje y lo que leo me deja aun mas confundida.
“Ten cuidado con el Crow”.
¿El que..?
Trato de marcar al desconocido pero dice que el número no existe. ¿A quien se habrán referido con el Crow? ¿Quién será la persona que me esta advirtiendo?
Me congelo en mi lugar al sentir que alguien me esta observando. Mi cuerpo comienza a temblar involuntariamente y no entiendo por que. Dirijo mi vista hacia la ventana y me percato que se encuentra abierta. Puedo divisar una sombra entre los árboles del bosque y está mirando fijamente hacia aquí.
En ningún momento aparto la mirada de ese punto.
Pero se que me esta mirando.
Un cosquilleo recorre todo mi cuerpo erizando la piel en el trayecto. El miedo es palpable en mi, es como si esa persona lo estuviera causando a propósito. Siento que alguien se sitúa detrás de mi causando que mi corazón se acelere.
«Date la vuelta»
—¿Qué estas mirando?—Su voz me sobresalta y llevo mi mano al pecho.
Doy media vuelta topándome con la mirada curiosa de Sherlyn. Ella alza una ceja esperando que responda mientras come de una manzana.
—¿Cómo fue que entraste?—Le pregunto mientras trato de calmar mis nervios.
—Lo hice por la cocina—Se encoge de hombros—. Pero no me cambies el tema ¿Qué estabas viendo?
Se posiciona a mi lado mirando hacia la ventana, pero al volver mi vista ahí, ya no hay nada. Ya la sombra no está en aquel sitio. «Se ha marchado»
—Uhm...no era nada—Sacudo la cabeza concentrándome en ella—¿Podríamos irnos ya? no quiero estar ni un segundo mas en esta casa.
—Vamos, he dejado el coche aparcado afuera—comunica y nos echamos andar hacía el.
—Creí que me avisarías—Le reprocho y cierro la puerta nuestras espaldas.
El vecindario esta en completo silencio y solitario, aunque eso ya es normal por aquí. El frio aire se cuela por mi rostro anunciando que el otoño ya está mas cerca de lo que esperaba. Llegamos al auto y lo repara con la mirada. Es una camioneta, un poco vieja pero no dudo que funcione.
—Lindo auto.
—Lo se. Lo tome prestado del chico que solía molestarte en la preparatoria—Me mira sobre su hombro y guiña un ojo.
Suelto una pequeña risa.
—Ahora entiendo porque huele así—Hago una mueca de asco. Sherlyn suelta una carcajada y se monta en el asiento de conductor.
La imito y tomo asiento al otro extremo. Acomodo mi mochila a un lado, Sherlyn enciende la radio y pone el auto en marcha. Miro por la ventana viendo las casas pasar. La escucho tararear la canción y volteo a mirarla.
—¿Cuántas horas serán de viaje?
Ella me mira de reojo y sonríe de lado.
—Solo una hora.
Asiento y decido acomodarme mejor. Maneja durante unos minutos hasta que logro ver el anuncio de que estamos saliendo del pueblo. Uno al cual no extrañaré en absoluto. Hace unos meses creí que al salir de aquí lo haría para irme a mi antigua ciudad y, estudiar lo que siempre he anhelado. No esta ocurriendo exactamente como lo pensé.
Hoy salgo a un lugar desconocido para mi, tal vez para muchos. No sé lo que me espera, tampoco que haré de ahora de en adelante. No sé si a donde voy correré peligro o estaré segura. Lo único que si sé, es que a partir de ahora ya no seré la misma.
Debo luchar para sobrevivir al igual que aprender a controlarme. Odio estos poderes, si, y mucho. Pero es lo único que tengo ahora y debo sacarle provecho. Debo sacar de nuevo a esa chica fuerte que hay dentro de mi.
Una nueva Evony esta renaciendo.
Ya no mas las tonta e ilusa, la que durante todo este tiempo ha estado encerrada en su propia burbuja.
Tengo mucho que investigar, empezando por la muerte de mis padres y que tenían que ver ellos con esas personas que conoce Elsa. Debo descubrir a que se refería aquel hombre con el Elixir, y sobretodo encontrar el paradero de Hollie. Ella esta corriendo peligro, de eso estoy segura.
El sonido de la lluvia me saca de mis pensamientos. Miro por la venta notando que esta lloviendo fuerte. El camino comienza a verse un poco dificultoso y me preocupa que vamos pasando por una de las montañas con vista al enorme lago y el acantilado.
La radio sigue sonando, veo por el espejo retrovisor pero no hay ningún auto en la vía a parte de nosotras. No me preocupo puesto que es muy temprano y a estas horas el camino no es muy concurrido, mucho mas si es para salir del pueblo.
Recuesto mi cabeza en la ventana, perdiéndome en mis pensamientos. Si a mis padres no le hubiesen pasado nada, en estos momentos no estuviera ocurriendo esto ¿O si?, esa duda quedara en mi para siempre, pero ahora ésta es la realidad y tengo que afrontarla.
—¿Cómo se llaman tus reyes?
Sherlyn ríe un poco ante mi pregunta.
—Lo sabrás cuando lleguemos, no puedo decírtelo ahora, ellos son muy recelosos con sus nombres.
Giro mi cabeza hacia ella.
—¿Ellos saben que iré contigo?—Le cuestiono. No me gustaría saber que no soy bien recibida en su reino, y tampoco sentirme como un estorbo.
—Ellos saben que llegaré con alguien—Me responde—. Pero no están enterados de que se trata de ti.
Arrugo el entrecejo confundida y ella me mira de reojo para luego seguir mirando el camino.
—¿Acaso saben quien soy?
Sherlyn se encojge de hombros y no me responde. Me molesta que no lo haga y me deje con la curiosidad, aunque su silencio responde mi pregunta. Eso me da a entender que si saben quien soy, pero ¿Como?
«Deja de preguntarte tantas cosa Evony»
Abrazo mi cuerpo al sentir el aire helado, meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta buscando un poco de calor en ellas. Mis dedos tocan algo en uno de los bolsillos y recuerdo que traigo la daga ahí. La tomo dispuesta a mostrársela a Sherlyn y salir de dudas acerca de esta pequeña arma.
—Oye Sherlyn ¿No sabes para que sirve esto?—Alzo la daga entre mis manos y la veo ponerse pálida.
—¡Aleja eso de mi!—Grita y en ese momento siento el impacto de algo dar contra la parte trasera, causando que la daga caiga de mis manos al piso del auto.
Mi cuerpo se echa hacia adelante y logro sostenerme a tiempo, antes de recibir un golpe en la cabeza. Maldigo internamente por no haberme puesto el cinturón de seguridad.
—¡Joder!—Suelta Sherlyn mirando por el espejo retrovisor. Volteo a mirar que golpeo el auto y veo la parte trasera incendiándose de fuego.
¿Pero que?
Mas atrás logro visualizar unas personas correr a una velocidad inhumana hacia nosotras. Mi respiración se acelera y observo a Sherlyn en busca de alguna explicación, pero ella esta tan concentrada en el camino que no repara mi mirada. Acelera el auto y miro de nuevo hacia atrás, suelto un grito al ver una bola de fuego venir directo a nosotras. Algo golpea de nuevo el carro y este comienza a rodar directo al acantilado.
Sherlyn trata de frenar el auto y este rechina, pero es demasiado tarde. Este cae por el borde y lo siguiente que siento es el impacto del auto dar contra el agua. Mi cuerpo se eleva y golpeo mi cabeza al igual que todo mi cuerpo en el trayecto. Quedo aturdida durante unos segundos, el agua entra al auto con rapidez y tomo una bocanada de aire antes que el agua me alcance.
Sherlyn sale por la ventana y comienza a nadar, trato de abrir la mía pero esta trabada. El auto cada segundo que pasa se va hundiendo más. El aire comienza a faltarme y me apresuro a salir por la otra ventana.
Comienzo a nadar a la superficie, no veo a Sherlyn por ningún lado y siento que en cualquier segundo voy a desmayarme. Sigo nadando pero el trayecto se hace eterno, por mas que nado no llego a la superficie.
Siento mis ojos pesados e inconscientemente abro la boca, un error que no debí cometer, puesto que el agua entra por ella causando que me asfixie. Mi vista se va opacando, lo único que puedo ver es una tenue luz que me advierte que he llegado a la superficie. Estiro la mano logrando sujetarme de algo y hago el esfuerzo de sacar la cabeza.
La luz pega en mis ojos deslumbrándome, los cierro comenzando a toser y respirar en busca de aire para mis pulmones. Repito la acción varias veces seguidas hasta lograr ralentizar mi respiración de una manera adecuada. De pronto mi cuerpo se congela al sentir que estoy sentada sobre algo.
Abro los ojos lentamente y mi corazón se detiene al ver donde estoy.
¿Pero que mierda?
Se me acelera el corazón al no entender que esta pasando, mi cuerpo tiembla no solo del frio sino también de miedo. Miro a mi alrededor sin tener una respuesta coherente de lo que sucedió.
¿Por que rayos estoy en un baño?
Feliz Domingo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro