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|CAPITULO 15|

Evony.

Me deslizo a través del estrecho pasillo huyendo de los susurros que me persiguen. Son tan tormentosos sus alaridos. Todo mi cuerpo tiembla por la agonía que estoy sintiendo. Quiero huir lo mas lejos posible. Sigo caminando a paso apresurado por este enorme castillo, miro de reojo los cuadros colgados en las paredes, y ahí están. Esos ojos que siguen mis movimientos a todas partes.

—Evony.

No mires hacia atrás.

—No podrás huir nunca del Hierarch.

Un nudo enorme sube por mi garganta y no es porque quiera llorar. Un olor putrefacto llega a mis fosas nasales y enseguida las ansias de vomitar son más fuertes. Me tambaleo un segundo a causa de un mareo y me sostengo de la pared más cercana. Cierro mis párpados soltando el aire contenido, vuelvo abrir los ojos ya calmada pero entonces me doy cuenta que ya no estoy en el castillo.

Ahora estoy en el bosque.

Desafortunadamente, el frío arropa mi cuerpo al instante. Haciendo evidente que solo llevo puesto unos shorts junto a una camicilla de tela ultrafina. El vapor se hace presente con cada respiración que suelto. Ya no hay más susurros. Ya no hay una voz llamándome.

¿Se acabó?

—Aun estoy aquí.—susurra una voz escalofriante en mi oído.

Doy un respingo dándome la vuelta. Una sombra se encuentra ahí, no parado a mucha distancia de mi cuerpo. Una sombra muy siniestra que desprende peligro y... muerte.

Mi cuerpo tiembla mientras doy un paso hacia atrás, alejándome de aquél ser.

Alejándome del Hierarch.

—No tengas miedo Evony. Ya estás muerta—escucho su voz distorsionada en mi cabeza.

Suelto un quejido al sentir un dolor palpitar en mi abdomen. Al bajar la mirada veo como hay un círculo de sangre manchar la camisa. Toco en esa parte y suelto un gimoteo de dolor notando como mis dedos se llenan de sangre.

—La luz se hará tenue mientras la oscuridad resurge.

Un jadeo brota de mis labios al ver cómo líneas negras se van formando desde la punta de mis dedos alrededor de todo mi brazo.

—La muerte es parte de nuestros destinos.

—Agh.—Llevo una mano a mi abdomen.

—Que pasa ¿Estas bien?—Kris se acerca a mi lado.

Miro desconcertada a nuestro alrededor. Joder. Otra vez una pesadilla. Paso la mano por mi cara, apartando la leve capa de sudor de ella. Fijo mis ojos en los celestes de Kris quien tiene una mirada impaciente en su rostro. Aclaro mi garganta.

—Eso creo. Tuve una pesadilla que me gustaría olvidar.—Mojo mis labios.

—Solo espero que no sean como las mías.—comenta Aira con un leve temblor en su voz.

Mi corazón se encoge.

—No creo que puedan compararse.

Y es la verdad. No creo que esta pesadilla se compare con las que ha tenido ella. Tengo el presentimiento que las de Aira son mucho peores. Si, tal vez en las dos se encuentra el Hierarch. Pero a ella le están robando su magia, a mi no. Así que no, no son iguales.

—Vendras a desayunar con nosotras ¿Cierto?—Kris toma un cepillo de su cómoda—. Hoy no habrá entrenamiento por lo tanto iremos a la biblioteca a investigar un poco acerca de hechizos para romper la barrera ¿Te unes?

Niego aún soñolienta.

—No puedo. Prometí a Desmond que hoy entrenaríamos con mis otras habilidades. Pero si consiguen algo, no duden en buscarme. Quiero estar al tanto de todo.

—Entrena tranquila Evony. Lo más probable es que no consigamos nada útil.—Aira se coloca una chaqueta ocultando las marcas. Y noto que cada día se ve aún más pálida.

—Wow, que pesimista eres.—La vampira entrecierro sus ojos hacia ella, quién alza una ceja en respuesta.

—Te recuerdo que la única pesimista aquí, eres tú. Solo estoy siendo realista.—Se encoge de hombros.

—Estas siendo muy negativa.

—Vamos Kristy. Estamos hablando de un hechizo mayor. Ambas sabemos que lo único posible que podemos encontrar, es un hechizo de vinculación.

—¿Cómo es ese hechizo?—Ladeo la cabeza.

—Es para saber quién creó la barrera. Y todas sabemos que obviamente fué el Hierarch.

—Aira tiene un punto.—digo a la ojis celeste.

—Como sea, pero les aseguro que encontraremos una solución. Aunque ustedes lo duden.

Ninguna de las dos responde mientras tanto la vampira sigue parloteando. Una de las reglas establecidas en el grupo, acerca del escape es: No hablar de ese tema fuera de la sala de reunión. Por lo tanto, procuramos no sacar mucho el tema, aparte de este momento. Luego de despedirme de las chicas y prometer reunirme come llama en la noche. Salgo de la habitación hacia las duchas. Debo encontrarme con Des en una hora en el claro. Y durante el camino, no dejo de pensar en lo que pasó anoche.

No dejo de pensar en el beso.

Otra vez.

°°°

Abre tus ojos.—Escucho su voz hipnótica en mi cabeza.

Haciendo lo que me indica, abro mis párpados conectando mis ojos avellanas con los oscuros de él. Curvo una sonrisa en mis labios, intentando no desconcentrarme. Lo estoy logrando. Puedo hacerlo. No aparto mi vista de él centrándome profundamente en su mirada.

Esta funcionando.—respondo de la misma manera.

El ladea la cabeza mordiendo su labio. Varios mechones caen sobre su frente y un brillo feroz cruza su mirada. Joder, es tan sexy.

—Creo que eso es suficiente por hoy. No quiero que tu mente colapse por el esfuerzo y energía empleado.—Habla—.  Ya puedes detenerte.

Quiero seguir.—argumento.

—Evony.—Gruñe en advertencia.

Esta bien. Me detendré.—Acepto a regañadientes.

Desmond asiente y aparta la mirada para dirigirse hacia la mesa y tomar agua.

Dejo de mirarlo concentrandome en lo que acabo de hacer. Logré usar otra de mis habilidades. Telepatía. Sé que es el principio pero se me hizo tan fácil manipularla. Y se sintió tan increíble. Me está empezando a gustar sentir el cosquilleo en mis dedos. Sentir como algo en mi pecho arde. Sentir mis ojos picar anunciando que un púrpura está inundando el avellana. Adoro sentirme... poderosa.

¿Soy poderosa?

Lo eres.

Giro bruscamente buscando esa voz, aunque sé que no podré verla nunca. Des me lanza una mirada curiosa y me acerco hasta él esperando que no pregunte nada. Nunca le he dicho a alguien sobre la voz que está en mi cabeza constantemente. Antes me daba miedo que pensaran que estaba loca y quisieran encerrarme en un manicomio.

Pero ahora simplemente me da igual. Pienso que esto no es asunto de nadie y no tienen porqué saberlo. Es algo solo de mi. Es mi conciencia hablando. Aunque a veces lo dudo verdaderamente.

—Crees que le estén robando su magia a otro aprendiz.—Suelto hacia Des, sumergida en mis pensamientos.

—Creo que se lo están haciendo a más de uno.—Arruga el entrecejo—. Hasta podrían estar muertos y no lo sabemos. Tu misma la haz visto, se llevaron a la compañera de cuarto de Aira y no tenemos idea de que le pasó, o donde está.

Trago con dificultad, ahogando mis nervios, con una idea descabellada en la mente.

—Entraré en la oficina de Eric.—declaro.

—No lo harás.—demanda al girar su cabeza hacia mi.

—Si, lo haré. Tal vez pueda encontrar algo que nos sirva. Tal vez haya información en alguna parte de su oficina.—Me planto frente a él.

—Que te hace pensar que puedes encontrar algo allí.—su voz suena ronca.

—Es el líder, ¿Eso te dice algo?—cruzo mis brazos.

—Vale. Hazlo.—se encoge de hombros—. Solo hay una condición, y es que iré contigo. No te dejaré sola en esto. Recuerda, te estoy cuidando.

—Ya me esperaba esa respuesta.—sonrio de lado.

El mueve su mano tirando de la mía y entrelazar nuestros dedos. Trato de no mostrar alguna expresión que delate lo nerviosa que me pone. Últimamente me siento muy nerviosa a su alrededor. Siento tantas cosas en mi interior y eso por alguna razón me da... miedo. Además que me desconcierta un poco porque nunca me había sentido así antes.

—Tenemos que hacerlo ahora.—Me saca de mis pensamientos—. Eric no se encuentra en la organización. Escuché a Connor decir que iría a resolver unos "asuntos".

—¿Que tipos de asuntos crees que resolverá?

—He estado pensando sobre que podría tratarse. Pero no llegue a nada concreto. Solo se que no es algo bueno.

—Cuando se trata de la organización nada es bueno.

Tira de mi hacia la salida del claro.

—Vamos Vony.

Minutos más tarde luego de ingeniar un plan para esquivar a Nikki, conseguimos entrar a la oficina sin ser vistos. Nos adentramos con sigilo cerrando la puerta con pestillo. La oficina no ha cambiado nada desde la última vez que estuve aquí. Lo único nuevo que puedo decir que no había visto antes, es un gran espejo de cuerpo entero al lado de una de las repisas llena de libros. Es... atrayente. Sus bordes son de un color oro liso con pequeñas piedras negras brillantes.

—Deberiamos buscar en los cajones de su escritorio.—Aparto la mirada del espejo.

Avanzo hasta donde indica Des y me vuelvo hacia él esperando que llegue a mi lado. Sus movimientos se ven muy cautelosos, y eso me hace pensar que si nos descubren pueden expulsarlo de su puesto de mentor ¿Será posible que eso le este preocupando?

—¿Seguro que estás bien estando aquí?—Ladeo la cabeza en busca de una respuesta.

—Si lo que insinuas es que me preocupa que nos descubran. La respuesta es no. Se perfectamente que no nos descubrirán.—Se posiciona a mi lado—. Es solo que siento un aura oscura aquí.

Miro a nuestro alrededor pero no me encuentro con nada extraño.

—Seguro son los nervios.

—Nunca estoy nervioso Evony.—Tensa su mandíbula—. Revisemos de una vez la oficina.

Asiento sin decir nada y me dispongo a revisar los cajones. Des se mueve hasta uno de los estantes, buscando algo entre los libros. Abro el cajón encontrando solo un montón de objetos. Un cargador, unas tijeras extrañas, un frasco vacío que desprende un olor horrible, y muchos otros objetos más que parecen basura. Nada útil. Prosigo con el siguiente cajón mientras veo a Desmond ojear uno de los libros.

Cuando lo abro consigo lo mismo que en el otro. Muchos objetos que dudo mucho que utilicen. Excepto que esta vez me encuentro con algo extraño. Un pequeño compartimiento que podría abrir con algo muy delgado. Busco con la mirada algo entre las cosas a un lado, hasta que mis ojos se topan con una pinza de cabello. La tomo entre mis dedos. Esto podría servirme.

Lo llevo hasta ahí deslizando la pinza, intentando abrirla. Por suerte no está trabada y la abro con facilidad. Meto mi mano sacando de ella una carpeta de color negro. No hay nada más dentro. Solo eso. Levanto la vista hacia la espalda de Des y tomo asiento en la silla.

—Des—Lo llamo—, creo que encontré algo.

El mira la carpeta en mi mano y se acerca hasta mi.

—Veamos que hay dentro.

Pongo la carpeta sobre la mesa, tomando una gran respiración y con la presencia de él a mi lado, abro la carpeta exponiendo lo que hay dentro. Con el celo fruncido ordeno las únicas hojas en una fila. Hay tres hojas. Unas que tienen mucha información sobre tres aprendices de la organización.

Sujeto de traspaso № Uno.

Lya Grey.

Ella es la primera que leemos. A pesar de ser solo una hoja, contiene información valiosa acerca de los aspectos de su vida. Paso mis ojos por toda las letras perfectamente escritas, sin un solo error. Hada del aire, descendiente de Bea Arius (reina de todas las hadas). Población destruida. Sigo leyendo hasta el final con un sabor amargo en la garganta.

Mis ojos arden al leer el resto de la información.

Sujeto en proceso.

Cambios notables.

Sujeto fuera de control.

Extracción de magia completada.

Sujeto uno, muerte esperada.

Llevo una mano a mi boca sofocando un gimoteo de horror. No puedo creer que esa chica haya pasado por todo esto. Sufrió demasiado. Odio esta organización de mierda ¿Cómo pueden tratar a una persona como una rara especie de experimento? Todo esto es para el beneficio del Hierarch. Les roba su magia y luego ¿Que? ¿Se los queda él? No sé quién es el Hierarch, pero lo odio tanto.

—No me esperaba absolutamente nada de esto—Su voz sale llena de impotencia.

—Le está haciendo lo mismo a Aira.

—Y a esa otra chica. Eblu Evanshe.—señala la segunda hoja y me doy cuenta que es la compañera de Aira.

Ya sabemos a quien le pertenece la tercera.

Aira Cooper.

Con un sentimiento amargo y doloroso, paso la mirada por toda la hoja. Bruja calificada. Clan destruido(sobreviviente). Única descendiente de Anya Cooper (segunda bruja de mayor rango). Bajo la mirada hasta el final con la intención de terminar rápido.

Extracción de magia: En proceso.

Fecha próxima de completacion: Tres semanas.

Giro mi cabeza hacia Desmond con un sollozo estancado en la garganta.

—Tenemos que salir antes de ese tiempo.—Me exaspero—. Debemos hacer algo, sino ella va a morir

—Eh, eh, Evony. Calma.—Me toma de los hombros tratando de tranquilizarme—. Escaparemos antes de que ese momento llegue. Lo haremos—demanda.

Apoyo mi cabeza en su pecho soltando una que otra lágrima.

—No quiero que ella muera.

—Yo tampoco quiero que eso pase. Pero no por eso me voy a derrumbar. Hay que armar un plan ya y prepararnos.

Quiero insultarlo por ser tan insensible a veces. Pero el tiene razón en decir que hay un plan por armar, y muchas cosas que preparar. Tenemos que hacerlo ahora sino será muy tarde para huir de este sitio. Me tenso al escuchar unas voces provenientes del pasillo. Dirijo mi vista a Des y veo que tiene la mandíbula tensa. Me levanto con velocidad y agarrando la carpeta con las hojas dentro. La vuelvo a colocar en su lugar.

Cierro el cajón y soy halada por Desmond hasta el librero. Tira de un libro y enseguida la estructura se desliza a un lado, dejando ver un diminuto armario oscuro. Encuentro la mirada de él y se encoge de hombros.

—En todo el castillo hay muchos pasadizos.

Se vuelve hacia el otro lado quitando el pestillo de ella puerta. Las voces se escuchan más cercanas y antes de que sea abierta, Des se desliza a mi lado cerrando el pasadizo justo cuando la puerta se abre.

El pequeño lugar se vuelve silencioso, siendo el único sonido el de nuestras respiraciones y las voces al otro lado del librero. Puedo identificar una de ellas como la de Eric, y la otra parece ser de Connor. Aunque no estoy muy segura de que sea él.

Agudizo mis sentidos intentando escuchar la conversación que mantienen del otro lado. Pero unos dedos rozando la piel de mi brazo derecho, me distrae totalmente de mi objetivo. Mi espalda se tensa al momento, pero luego de unos segundos me obligo a relajarme y disfrutar de su caricia, que ahora sube hasta mi codo.

Su mano llega hasta mi cintura y me anima a darme la vuelta. Con lentitud hago lo que me pide, y debido a la oscuridad que inunda el sitio, no puedo observar que mirada tiene. Pero algo me dice que está sonriendo.

Su brazo rodea con totalidad mi cintura, apegando mi cuerpo al suyo. Pongo mis manos en su pecho sintiendo el marido errático de su corazón bajo esta. Mi respiración se escucha acelerada, y muerdo mi labio intentando que suene más tranquila. Pero es inevitable cuando él está tan cerca de mi y sus labios tan cerca de los míos.

Si solo me inclinara, podría besarlo.

Entonces el lo hace, solo que no me besa. Roza su nariz  en la mía en instantáneamente, mis ojos se cierran. Arrastra su nariz a lo largo de mi mejilla acariciando y dejando besos en el trayecto. Los vellos de mi nuca se erizan y quiero que me bese de una vez.

Pero no lo hace.

Sigue dejando besos mientras acaricia la piel de mi brazo y cintura, hasta que llega a mi oído. Su respiración chocando en ese lugar, me causa una sensación de escalofríos por todo mi cuerpo. Mucho más cunado lo oigo susurrar:

—Tu luz es tan cautivadora que hasta podría atraer al peor de los monstruos.

Mi respiración se corta.

—¿Y eso es malo?

—Demasiado.

Toma mi rostro entre sus manos y cuando va a besarme, se escucha un golpe en seco proveniente de la oficina, que logra sacarnos de nuestra burbuja. Nos separamos justo cuando se escucha otro golpe seguido del ruido de un vídeo quebrándose. Mi cuerpo se sobresalta y la mano de Des aprieta la mía. Una puerta es cerrada con un estrondoso sonido y lo que sigue es solo silencio. Trato de escuchar voces pero ya no hay ruidos del otro lado.

—Ya podemos salir.—me insta Des.

—¿Cómo estás seguro?

—Solo lo sé. Siempre ha sido así. Lo llamo intuición, aunque no es exactamente eso.

Meto un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Si estás tan seguro, ve tu primero.

Des tira de una diminuta palanca pegada a la pared, y enseguida el librero vuelve a deslizarse dejando ver una vacía oficina patas arriba. Me quedo sin palabras al ver tal desastre ¿Que demonios paso aquí? Cómo pude distraerme tanto con Des para no haber escuchado lo que pasó. Desmond avanza hasta el centro de la estancia conmigo tomada de su mano.

Mi vista recae en el espejo y me doy cuenta que este sigue intacto. Me libero del agarre de Desmond y me acerco hasta quedar frente a este. Sigue igual a como lo estaba minutos atrás. Desvío la mirada hacia la ventana al escuchar un graznido pero no hay nada. Mi pulso se acelera por el miedo y al volver mi vista al espejo, me paralizo y siento como el color abandona mi rostro. Una sombra, una terrorífica sombra está situada detrás de mi, y se exactamente de quién se trata.

—Hierarch.

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¡Doble actualización Bombón!

Sigue leyendo.

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