Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|CAPITULO 10|

Evony.

Cuando estaba pequeña solía tener una amiga imaginaria, una que siempre me acompañaba a todos mis juegos. La llamaba Blair. A medida que fuí creciendo me di cuenta que no era real, solo era producto de mi imaginación. O al menos eso creía. Días después de mi cumpleaños número diez, durante una tarde mientras dibujaba en mi cuaderno, escuché una voz susurrar mi nombre. En ese momento me asusté terriblemente porque no sonó en el pasillo, si no, en mi cabeza.

Desde ese día esa voz permaneció ahí. Pensé que me estaba volviendo loca pero no me atrevía a decirle a mis padres. Al pasar los años me fuí acostumbrando a qué apareciera de vez en cuando, ya no era tan molesta y llegué a la conclusión de que tal vez solo se trataba de mi conciencia.

Siento como alguien deposita mi cuerpo sobre una superficie suave. Las voces han disminuido un poco pero el dolor en mi cabeza aún sigue latente ¿Podría ser posible que estás voces sean como esa voz? Aunque lo dudo mucho puesto que estas suenan muy diferentes.

Evony.

Remuevo mi cuerpo inquieta escuchando esa voz de entre tantas. Mis párpados tiemblan al igual que todas mis extremidades. Un pitido resuena en mis oídos haciendo que mi cuerpo entero se estremezca y un gemido adolorido brote de mis labios.

Evony.

Vuelvo a escuchar esa voz con más claridad y me doy cuenta que es la única que hay. El resto ha desaparecido por completo dejándome con un poco de alivio en mi cabeza. Alguien traza leve caricias en mi mejilla y eso parece activar algo en mi cerebro que me pide que despierte. Suelto un leve suspiro y de pronto abro los ojos sobresaltada tomando asiento sobre la cama.

—Ey, tranquila. Estoy aquí contigo.

Tomo una gran bocanada de aire dejando que llegue a mis pulmones, mientras caigo en cuenta que estuve reteniendo la respiración todo esté tiempo. Desmond permanece frente a mi observándome con su mirada neutral característica de él. Pero puedo notar un destello de preocupación en sus ojos. Llevo una mano a mi cabeza masajeando un poco.

—Me duele—murmuro con voz pastosa.

—¿Mucho?—inquiere siguiendo mis movimientos.

—Un poco, es un dolor extraño—fijo mis ojos en los de él—¿Que ocurrió con los vampiros?

Desmond pasa una mano por su cabello soltando un resoplido. Toma asiento a la orilla de la cama regalandome una de sus miradas profundas. Un frío helado recorre mi piel y froto mis brazos pero enseguida me quedo estática. No me duele absolutamente nada, como puede ser esto posible si hace un nos minutos atrás me dolía como la mierda a causa del golpe.

—Ellos escaparon—Vuelvo la vista a Desmond mientras el las mantiene fija en la ventana—Estoy seguro que ya le contaron todo a Raylee.

Olvidando lo que iba a preguntar, lo miro con el entrecejo arrugado con un poco de curiosidad por saber quién es ella. No sé por qué tengo la leve sensación de que yo lo he escuchado antes, pero por más que busco en mi mente no logro recordar en dónde. Solo sé que si lo había escuchado.

—¿Quien es Raylee?

El vuelve su vista hacia mi mirándome con sus penetrantes ojos oscuros. Relame sus labios y me obligo no bajar mi vista ahi. No entiendo que me está ocurriendo, pero no puedo evitarlo.

—Según lo que me han dicho, es la peor enemiga del Hierarch. Antes trabajaban juntos pero por razones que se desconocen, terminaron enemistados y desde ese momento los dos se declararon la guerra.

—¿Es por eso que entrenamos mucho?—echo mi cabello a un lado.

—En parte si—responde— y si mi sentido no me falla, es posible que ataque Somber Moon en cualquier momento.

—Como hicieron con nosotros hoy—concluyo recobrando las imágenes del ataque.

—Asi es, pero lo de hoy fue muy distinto Evony. Ellos no atacaron en general como normalmente lo harían, llegaron directo a dónde estábamos.

—¿A qué te refieres?—pregunto con un poco de nervios en mi voz. No aparto mis ojos de los suyos, y podría asegurar que ví un brillo inusual en sus ojos.

—Vinieron por ti, Evony—musita con la voz enroquecida.

¿Por mi?

Observo a Desmond sus comprender, por qué esos vampiros vendrian por mi. Toda esta situación me resulta un poco extraña ¿Qué podrían querer ellos de mi? Toco el anillo en mis dedo intentando tranquilizarme, me frustra y llena un poco de inquietud que ellos hayan venido a buscarme, o mejor dicho, a matarme.

—Tengo que irme, debo ir al límite y verificar que no hayan causado mucho daño a la barrera—comenta poniéndose de pie.

—Te acompaño—Le digo incorporandome pero el me detiene.

—No, iré solo. No quiero ponerte en riesgo Evony, es mejor que descanses ¿Si? Mañana hablaremos.

Asiento con rendición sin poder insistir.

—¿Le dirás a Eric lo que pasó?—indago con curiosidad.

—Si, pero no lo de mis sospechas—aclara. Se acerca hasta mi quedando a centímetros de mi cara, toma un mechón de mi cabello pasándolo detrás de mi oreja— Si necesitas algo, búscame ¿Ok?

—Lo haré—dicho esto, Desmond se despide para luego marcharse.

Me dejo caer sobre la cama soltando un largo suspiro. Cierro los ojos tratando de descansar por un momento, pero con la profunda sensación de que se me está olvidando algo.

Algo realmente importante.

°°°

Camino junto junto a Evolet hasta acercarnos a los chicos y tomar asiento con nuestras bandejas. Al sentarnos lo primero que noto es que los murmullos de las personas a nuestro alrededor no se detienen. Son los mismo que comenzaron al amanecer. “Está muerta” “Fué magia negra” “Tenía muchas líneas negras por todo su cuerpo”.

Hoy al despertar encontraron sin vida el cuerpo de un hada, nadie supo explicar cómo ocurrió exactamente. Solo que murió mientras dormía. Debido a eso cancelaron los entrenamientos de hoy y poder darle una sepultura a la chica. Algunas personas creen que su muerte fué provocada, pero solo termina siendo una suposición. Nadie sabe que ocurrió realmente. Nadie se explica por qué la hada de aire más poderosa en Somber Moon, haya muerto.

—¿Estás bien Aira?—Escucho a Kristell preguntarle.

La mencionada levanta la cabeza de su libro y asiente en dirección a Kris, mostrándole una sonrisa que a mí parecer parece forzada.

—Lo estoy ¿Por qué lo preguntas?—inquiere cerrando su libro.

—Haz estado leyendo esa página por media hora y no avanzas ¿Que le está ocurriendo a nuestra cerebrito?—bromea intentando sacarle una sonrisa, sin embargo, la morena no se inmuta y suspira encogiéndose de hombros.

—La muerte de Lya me tiene un poco agobiada—confiesa con un deje de tristeza en su voz.

Estiro mi mano por encima de la mesa y la pongo sobre la suya dándole un apretón.

—¿Eran amigas?—Le pregunto. Aira guía sus ojos hacia mi y asiente con los ánimos decaídos.

—Aunque no éramos muy unidas, fue la primera amiga que hice cuando llegué aquí—explica con una sonrisa melancólica.

—Recuerdo ese día—menciona Evolet— Estabas entrenando en las barras y Lya te salvó de que una flecha diera con tu cabeza.

—Si... Aún sigo disculpándome por eso—apunta Kristell con una mueca en sus labios, logrando que todos sonriemos con diversión, incluso Aira.

—Semanas después fui asignada a su grupo y nos convertimos en las mejores amigas—comenta mirando a Kristell.

Kris se levanta de su puesto para ir junto a Aira y darle un fuerte abrazo. Una sonrisa se cuela en la comisura de mis labios al verlas tan unidas. Y por un momento me recuerdan mi amistad con Hollie. Mierda. Olvidé de nuevo que debo llamarla. Debe estar preocupada por mi como yo por ella. Había olvidado nuestra extraña charla, pero si le entregó el anillo a Elsa supongo que ya está a salvo y no era nada grave lo que pasó.

—Sacare el tema a flote. Aira si no quieres escuchar, es mejor que te retires—Le dice Keanu con compresión en la mirada, pero ella niega dándole paso a que el hable.

Keanu se inclina un poco más al centro de la mesa haciendo que todos lo imitemos. Nos mira de uno a otros quedándose por unos segundos en la mirada de Evolet causando que está se sonroje. Adam le da un golpe en su costado para que reaccione. El carraspea aclarando su garganta.

—Todos estamos de acuerdo de que la muerte de ella fué ocasionada—masculla en un susurro, dejándonos en un denso silencio.

—Y no solo eso, me voy por la teoría de que se trata de magia oscura—comenta Adam de la misma manera que Keanu.

Otro silencio denso le sigue a las palabras de Adam. Por unos segundos nadie argumenta nada, solo permanecemos mirándonos entre todos. Tal vez ellos tengan razón y todo fué ocasionado, pero ¿Por quién? Pueden haber muchos aquí que usen magia oscura y ninguno sea el causante.

—Fue magia oscura—puntualiza Aira— Soy una bruja chicos, se de lo que es capaz ese tipo de magia. Aquí la pregunta sería ¿Que hechizo usaron?

—Y ¿Por qué lo hicieron?—añade Kristell con seriedad.

—Esto es muy extraño ¿No lo creen? Nunca antes había ocurrido algo así—habla Evolet con un poco de timidez en su voz.

—Ella tiene razón—concuerda el moreno— Y tengo el leve presentimiento que está no será la última vez que ocurra.

—Espero que tú presentimiento se esté equivocando—objeto con una sensación inusual en mi pecho.

—Tambien lo espero—murmura Aira con la mirada perdida entre los árboles.

Aprendices de Somber Moon, por favor dirigirse al SEDA para iniciar la despedida a una de las mejores aprendices Lya Grey—Se hace escuchar la voz de una mujer a través de unas bocinas.

Todos los presentes en el jardín se ponen de pie adentrándose al castillo. Los chicos se levantan dejando sus almuerzos a medias y se dispone a entrar al interior de la organización. Me posiciono al lado de Evolet buscando con la mirada a una persona en específico, pero no lo encuentro por ninguna parte.

—¿Que es el SEDA?—Suelto la pregunta hacia Evolet, con la mirada aún perdida en la multitud.

—Es el lugar donde entrenas Evony—responde con una mirada confusa—¿Acaso no lo sabías?

—No... no tenía idea que tuviera nombre, normalmente le llamo jardín de entrenamiento—confieso mientras seguimos el paso de los demás.

Pasamos frente a un pasillo cuyo ya he atravesado antes y no puedo dejar de sentir la necesidad de bajar de nuevo a esa especie de sótano. Es como si tuviera algo pendiente ahí, como su algo me estuviera llamando. Necesito saber que es.

Los chicos siguen avanzando y aprovechando que Evolet está distraída, me desvío en dirección al pasillo. Echo un vistazo a mi alrededor disimuladamente esperando que nadie me este mirando. Bajo las escaleras llegando al lugar días atrás estuve limpiando. Sigue tal cual a como lo dejé antes de que ese chico me interrumpiera.

Fijo la mirada en aquel otro largo pasillo, sigue igual de oscuro que la primera vez. Me dirijo hacia el interruptor buscando un poco de claridad en este pequeño lugar. La luz ilumina la estancia pero a pesar de esos, aquel pasillo sigue a oscuras. Tomo una gran respiración armandome de valor y atravesarlo. Camino lentamente hasta el principio de este y antes de cruzar por él, busco entre las cajas a mi derecha, alguna linterna que pueda servirme.

Encuentro una debajo de un libro sin título y al encenderla compruebo que si funciona «Esto me servirá» tomando otra respiración y con la linterna iluminando, me encamino por el estrecho pasillo. Aunque debo admitir que con un poco de nervios.

Sigo avanzando con la vista fija al frente sin detenerme un segundo a mirar los diversos cuadros postrados en las paredes. La linterna se apaga de pronto cuando ya he llegado al final del pasillo. Y me encuentro frente a una puerta que deduzco es de color blanco.

Golpeo la linterna intentando encenderla de nuevo, pero lo único que logro es que alumbre solo un poco. Ilumino hacia el picaporte y estiró mi mano hasta el girando lentamente «Nunca debes temerle a nada, Evony» empujo la puerta sin hacer tanto ruido y me adentro a lo que al parecer es una habitación.

Lo primero que noto al entrar es una diminuta ventana cerrada en una esquina. Aún así deja entrar un poco de claridad. Lo segundo que noto es una pequeña cama en la centro, a un lado de esta hay un ropero y al frente un escritorio. Me encamino hasta el medio de la habitación un poco desconcertada. No me espere encontrar una recamara dentro del sótano.

—Estuve esperándote ¿Sabes?

Suelto un grito ahogado girando bruscamente hacia aquella voz. Mi vista choca con la mirada intrigante de unos ojos grises. Doy un paso atrás con el pecho subiendo y bajando frenéticamente debido al susto. La chica frente a mi me observa divertida y comienza a reírse. En mi rostro se forma una mirada incrédula mientras veo como se ríe.

Ella merma su risa y echa su corto cabello oscuro hacia atrás. Suelta un suspiro y fija su mirada en mi de nuevo.

—¿Te asusté?—pregunta con el semblante lleno de curiosidad.

Lanzo una mirada extrañada a mi alrededor «Esto es...raro ¿De dónde salió?»

—¿Quién eres?—miro fijamente sus ojos grises.

La pelinegra se cruza de brazos con una sonrisa en sus labios, y camina hasta acercarse un poco más a mi, observándome con un brillo lleno de curiosidad en su mirada. Me alejo de nuevo a la defensiva, puede que ella no parezca peligrosa, pero como mi mamá siempre me decía: “Nunca te fies del todo de una mirada inocente, a veces esas suelen ser las peores”.

Y mi mamá nunca se equivocaba.

—Podría contarte mi historia, pero me temo que es aburrida y te dormirás en un segundo—bromea—pero mi nombre es Daysha.

Ella extiende su mano hacia mi esperando que responda a su saludo. Me debato internamente si debo aceptarla o no,al final me decido en hacerlo pero lo acepto con mucho recelo.

—Soy Evony—me presento.

—Lo sé—dice con una radiante sonrisa.

—¿Cómo lo sa...?

—No recibo muchas visitas normalmente, solo las de mi lobo—confiesa con una sonrisa triste— Pero eso es bueno, allá arriba hay muchas personas malas. No es que esté diciendo que tú también lo seas, claro—aclara con un atisbo de genuidad.

Asiento sin entender la situación. Definitivamente esto es muy raro. Paso de nuevo la vista por la habitación, parece estar habitada. Esto me da a entender que ella vive aquí, pero por qué su recámara está situada aquí y no dónde se encuentran el resto. Conecto mis ojos con los de ella tratando de identificar que especie podría ser ella. Aunque tiene aspecto de ser una vampira, tal podría ser cualquier otra.

—Me gusta el color de tus ojos, nunca antes lo había visto—pronuncia agrandando los suyos, como si así fuera a ver mejor los míos.

—Supongo que has visto muchos.

—De hecho no, solo los de mi lobo. Pero debo confesar que los tuyo son más bonitos que los de el—dice con una diminuta sonrisa de lado.

—¿Gracias?—arrugo el entrecejo.

—No era un cumplido, pero de nada—termina susurrando esta última palabra, con un toque de diversión en su voz.

¿Por qué sonríe tanto? ¿Por qué parece tan feliz?

—Uhm... ¿Puedo hacerte algunas preguntas?

Daysha lleva una mano a su mentón dándose toquecitos ahí, simulando estar pensando en algo.

—Contando el hecho que ya hiciste una...—se detiene mirándome con expectacion—Si, claro que puedes.

«Bueno, ella cedió a responder»

—¿Por qué pareciera que vives aquí? ¿Nunca haz entrenado con algún grupo?—suelto mis preguntas, sin embargo, agrego—¿Quien es tu lobo? ¿Has estado aquí siempre?

—¡Espera!—Daysha me interrumpe— Son muchas preguntas para mí cabecita. Necesito pensar en las respuestas y si agregas más, no sé qué responder.

—¿Piensas mentir?—espeto con incredulidad.

—Esa es otra—masajea sus sienes— y no, no pienso dar respuestas falsas. Al menos no hoy.

Suelto un suspiro de frustración, esto pasó de ser raro a extraño. Pensé que al bajar de nuevo al sótano, me encontraría con algo más tenebroso. No con una chica que irradia alegría por hablar con otra persona ¿Era esto lo que sentía que me estaba llamando?

—Vivo aquí, mi lobo me entrena, no puedo decirte de quién se trata porque es un secreto. Y por último, toda mi vida—suelta todo muy rápido, y termina soltando una exhalación—. Eso fue fácil.

Sacudo mi cabeza saliendo de mi estupor.

—¿Que dijiste?

—Lo sé, yo tampoco puedo creer que mi novio me entrene. Peor es un grandioso profesor—admite meneando las cejas.

—¿Que..? yo... mejor olvidalo—indico dándome por vencida. Querer que ella responda a mis preguntas me exaspera ¿No puede responder como alguien normal?

—¿Te puedo contar una historia?—se acerca a mi, con emoción surcando en su rostro.

—No creo que sea el momento, Daysha ¿Por...?

—Hace muchos años la Diosa Luna, procreó una criatura que pasó a ser la Diosa Danin—masculla de pronto con el rostro tornándose serio, interrumpiendo lo que estaba a instantes de preguntar—. Era una de las deidades más poderosas que podría existir. Era una especie inigualable.

Termina susurrando mientras pasa por mi lado y, toma un mechón de mi cabello dejándolo caer sobre mi hombro. Me doy la vuelta siguiendo sus movimientos. Observo como pasa sus dedos sobre un libro que reposa en la mesa, y la oigo hablar de nuevo.

—Aquella Diosa llegó a tener descendientes, no muchos pero tampoco fueron pocos. A una de ellas se le otorgó el derecho de cumplir una profecía, cuyas razones eran desconocidas. Solo algunas personas sabían el verdadero motivo.

Un repentino mareo me desestabiliza y me tambaleo un poco. Daysha se posiciona frente a mi, pestañeo un par de veces tratando de enfocar su rostro. No obstante, puedo notar la manera extraña en la que me observa.

—La descendiente escogida, fue la Diosa Nin. Quien luego tuvo su propia descendencia.

Dejo de escuchar la voz de Daysha un momento. Lo único perceptible por mis oídos, es un ensordecedor pitido que me descuelga de la realidad por unos instantes. Abro la boca en busca de aire al sentirme asfixiada repentinamente. Siento mis ojos empañarse y la cabeza me comienza a palpitar.

—¿Pretendes que me quedé aquí encerrada el resto de mi vida?

—No Evony, conozco a unas personas que podrán ayudarte—pronuncia con la voz suave— Ellos tienen un lugar donde te enseñarán a controlarte.

La proyección de varias escenas llegan a mi cabeza, una tras otra con mucha velocidad mareandome en el proceso.

—¿Cuál es tu nombre?

—Sherlyn... ese es mi nombre.

Todo mi cuerpo tiembla y llevo mis manos a la cabeza, con el dolor persistente.

—Yo siendo tú no confiaría en la organización. Al principio dicen querer ayudarte, pero luego terminan arrebatándote lo más preciado que tienes.

Una lágrima rueda por mi mejilla al tiempo que suelto un jadeo.

—¿Quien te hizo eso?

—El Hierarch.

Siento como alguien sacude mis hombros, las escenas no dejan de repetirse y el dolor en mi cabeza incrementa cada vez más, al igual que el pitido.

—¿Ellos saben que iré contigo?

—Ellos saben que llegaré con alguien. Pero no están enterados de que se trata de ti.

Algo dentro de mi colapsa y, siento como un interruptor en mi cerebro hace clip. De pronto todo se detiene y solo se escucha mi respiración acelerada, sin embargo, al fondo puedo escuchar la voz de la chica que conocí minutos antes, susurrar algo.

—Eran semidiosas.

Caigo sobre mis rodillas con toda mi anatomía temblando. Y con la mente confusa por lo que acaba de pasar. Mi vista se encuentra borrosa y una punzada en la cabeza me obliga a cerrar los ojos. Una gota de sudor se desliza por mi frente, y es ahí cuando mi cuerpo ya no puede más. Caigo de espalda con una muy conocida voz en mi cabeza.

Recuerda.

______________________________________

Besos.

Allyn Sonaher.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro