|CAPITULO 1|
Evony.
La tormenta no cesa, las horas corren y el miedo crece, ¿De verdad esto está ocurriendo? mis sollozos siguen y muchas lágrimas corren por mis mejillas, no puedo detenerme. Siento que en cualquier momento voy a desfallecer por el gran dolor que estoy sintiendo.
Termino de cerrar la puerta sin dejar de pensar en las palabras que me ha dicho el oficial minutos antes.
«Sus padres fallecieron durante el impacto»
Caigo en el piso soltando un grito, no debí dejarlos ir, tuve que haber insistido más, tal vez si lo hubiese hecho nada de esto estuviera ocurriendo... no les dije que los amaba.
«Nada es tu culpa»
Me repetía esa voz constantemente, pero por más que lo hiciera no podía evitar sentirme culpable. Muy en el fondo, tenía la sensación de que todo se debía a mi, no sé porqué pero, eso era lo que creía. Mucho más al recordar nuestra última conversación, fui mala con ellos, muy grosera, ellos solo querían el bien para mí y yo lo único que les dije fue:
Los odio.
Los odio.
Los odio.
Despierto sobresaltada y con la respiración agitada, un nudo se forma en mi garganta y me es imposible no soltar un sollozo. Los recuerdos de ese día son tan dolorosos. Paso las manos por mi rostro tratando de borrar las lágrimas de mis mejillas. Luego de aquel día, no he dejado de soñar en el momento que me enteré sobre la muerte de ellos .
Es un constante recuerdo de que tal vez soy la culpable.
Salgo de la cama y me dispongo a ir hacia el baño, necesito tomar una ducha y relajarme un momento bajo el agua. Mientras esta cae sobre mi, no puedo evitar pensar en todo lo que ha ocurrido durante este año.
Después de la muerte de mis padres, por ser menor de edad, mi tía tuvo que hacerse cargo de mi, no tenía a nadie más que a ella. Al principio no quería irme de la ciudad mucho menos dejar a mi única amiga, estaba a unos meses de cumplir dieciocho. Pero a pesar de eso, los de servicios social no lo permitieron y me tuve que marchar.
Este año fue muy distinto para mí, al llegar aquí tuve que comenzar en una preparatoria nueva, durante todo este tiempo no hice ningún amigo, no hablaba con nadie, me encerré en mi burbuja y por ese motivo muchos me apodaron "la rara". Ya no habían fiestas para mí, ni salida con chicos, aún no lograba asimilar todo lo que estaba ocurriendo.
Echo un poco de shampoo en mi cabello, cierro los ojos y masajeo el cuero cabelludo. Minutos más tarde ya estoy saliendo de la ducha. Envuelvo una toalla en mi cuerpo y camino hasta quedar frente al espejo.
Miro mi reflejo en este y no puedo evitar detallarme, no me veo como la misma chica de antes, mis ojos avellanas ahora se ven opacos, mi cabello carece de ese brillo tan característico de el y para culminar mi piel está muy pálida, ni hablar de las ojeras que me cargo.
Suelto un suspiro, últimamente me siento extraña y fuera de lugar.
—¡Evony! Baja a desayunar—Escucho que dicen mientras tocan la puerta.
—Enseguida voy.
Sigo mirándome a través del espejo y me dispongo a alistarme.
Espero que hoy si sea un día distinto.
°°°
Al entrar a la cocina lo primero que veo es a mi tía hablando por teléfono, camino hasta la mesa y tomo asiento mientras veo que el desayuno ya está servido.
Ella voltea y me ve sentada ahí, sigue hablando por teléfono y termina rodando los ojos a otra dirección.
Elsa White.
Mejor conocida como mi tía, podría decir que ella es la única persona que me ha estado apoyando durante este último año, pero en realidad no es así. Desde que me mudé con ella pocas veces hemos pasado tiempo juntas. Siempre está fuera de casa, en su trabajo, uno que de hecho me genera una gran curiosidad, mucho más al descubrir la variedad de armas que tiene en su oficina. A la cual tengo prohibido el paso, sin embargo, una vez entré en busca de un libro y terminé encontrándome con eso.
Llegué a pensar que tal vez trabaja de agente del FBI o de oficial, quise preguntarle pero siempre que veía la oportunidad me evitaba, si no, me miraba como si la fastidiaba y terminaba arrepintiéndome, a veces hasta pienso que me odia.
No le presto atención y me dispongo a desayunar, todo se ve delicioso, no debo negar que ella cocina de maravilla.
Estoy dando un sorbo a mi café, cuando me distraigo escuchando lo que dice a la otra persona.
—Aún faltan dos meses—masculla pretendiendo que no la escuche.
Calla durante unos segundos escuchando lo que dicen.
—No ha sucedido nada, créeme, si fuese así ya lo sabría—espeta de muy mal humor. Vuelve hacer silencio y toma un cuchillo de la mesa—. Esta noche estaremos ahí—Termina clavándolo en una manzana.
Corta la llamada y deja el teléfono a un lado, voltea y se percata que la estoy mirando, en ningún momento aparto la mirada, ella esboza una sonrisa que persivo de lo más falsa y se acerca a la mesa tomando asiento.
—Era del trabajo.
Yo asiento sin tener nada mas que decir, pretendiendo que le creo, es obvio que esa llamada no era del trabajo.
Las dos desayunamos en silencio, ya me he acostumbrado a ello. Estamos así durante unos minutos hasta que Elsa decide romperlo.
—Mi amiga Jane, nos invitó a una cena en su casa.
La miró a los ojos ¿Es con ella que estaba hablando? por un momento creí que era con alguien más.
—¿Esta noche?—Me hago la interesada, unto mermelada en mi tostada y le doy un mordisco.
Ella asiente y toma de su jugo.
—Regresaré antes de las siete y, espero encontrarte lista.
—Lo estaré a las cinco, así que tranquila.
Elsa limpia sus manos y comienza a buscar algo en su bolso, se desespera y termina sacando todas sus cosas sobre la mesa, retiro rápidamente mi plato antes que caiga algo en él. Toma un sobre ente sus cosa y me lo tiende.
—Ayer llegó esto para ti—comunica—. Olvide decirte y cuando regresé, ya estabas dormida.
Tomo el sobre de sus manos casi arrancándolo y veo rápidamente el sello junto a las iniciales, ¡Al fin! La emoción se instala en mi pecho y abro la carta leyendo la gran respuesta.
Hace unos meses cuando gradué de la preparatoria, envié mi solicitud a la academia de artes en mi antigua ciudad, y desde entonces llevo esperando la respuesta. Durante estos meses pensé que ya no me aceptarían porque ha pasado mucho tiempo desde entonces. Estoy tan emocionada que decido pasar el enojo hacia ella, por no habérmelo entregado antes.
Leo detenidamente la carta hasta llegar a lo que tanto he esperado, «no puede ser» salto de la silla y comienzo a dar saltitos por toda la cocina. Escucho que mi tía se queja y no le doy importancia en lo absoluto, después de tanto tiempo estoy muy feliz y no voy a permitir que su humor me afecte.
—¡Me aceptaron!—grito y sigo dando saltos.
—Evony, basta—exige Elsa, me detengo a mirarla. Ella suelta un suspiro—. Sé que estás emocionada y muy feliz, pero no des saltos en la cocina—advierte—. Me alegra que te hayan aceptado.
Agrega después de un silencio, pero no sé si creerle.
—No tienes porqué mentir, tia—digo, haciendo énfasis en la última palabra.
Aprieta sus manos en puño y me mira alzando una ceja.
—Cierto, no tengo porqué hacerlo—Guarda sus cosas nuevamente en su bolso—. Pero lo que si me alegra, es que pronto te irás de aquí.
Sus palabras no debieron afectarme, pero lo cierto es que si me dolieron y mucho. Tenía razón en creer que ella si me odia. Pero ¿Por qué?, Salgo de mi trance y esbozo una sonrisa, demostrando que sus palabras no me afectaron.
Pero así fue.
Ignoro esa voz en mi cabeza y camino hasta la mesa, tomando de nuevo mi café.
—Se te hace tarde—insinuo. Hace una mueca y se dispone a marcharse, antes de llegar a la puerta voltea a mirarme.
—Recuerda la cena.
No respondo y ella se marcha sin esperar respuesta, tomo asiento y termino de desayunar. Odio este silencio que se forma cada vez que me quedo sola, sin mas me levanto y salgo directo a la biblioteca.
Me recuerdo que debo llamar a Hollie y contarle sobre la carta. Tomo mis llaves, mi bolso y salgo de esa casa que no hace más que hacerme sentir extraña.
Suelto un suspiro, a veces quisiera que mi vida fuera como antes.
°°°
Paso mis dedos por todos los libros, tomo el último de ellos y decido ir a tomar asiento, camino hasta las mesa del fondo para tener más espacio y no tener que molestar a nadie.
Así se resumen los últimos meses de mi vida desde que me gradué, si no estoy en la biblioteca, estoy en la cafetería o en el parque, aunque a veces no me dan ánimos y me quedo viendo alguna película.
Siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo y lo saco, sonrío al ver que se trata de Hollie, no dudo en contestar.
—Estaba por llamarte.
—Me ocurrió algo muy extraño.
Ambas hablamos al mismo tiempo.
—¿De que hablas?
—¿Qué dijiste?
Volvemos hablar al unísono y sacudo la cabeza.
—Habla tu primero Hollie—Le digo y la escucho soltar un suspiro tembloroso.
—Ocurrió algo demasiado extraño, Evony—comienza hablar—. Y-yo estaba en una fiesta en la cabaña de Will , el y yo tuvimos una discusión y me molesté así que decidí irme de ahí, pero cuando iba por el camino me arrepentí porque estaba sola en medio del bosque.
—Espera ¿Fue en el día o en la noche?
—En la noche, y no me interrumpas—replica—. Quise regresarme a la cabaña, pero de la nada salieron dos hombres que estaban peleando y me asusté. Corrí hasta esconderme detrás de una roca y cerré los ojos esperando que todo acabara. Pero luego no escuché nada y cuando los abrí de nuevo, uno de ellos estaba frente a mi.
Sentí terror ante sus palabras, solo esperaba que ese hombre no le haya hecho nada. Escuché que dijo algo más pero no le presté atención al sentir que alguien me observaba. Levanté la mirada pero no había nadie mas que yo en la sala.
—Luego de eso todo fue extraño—Centré mi atención en la voz de Hollie—. Ahora estoy saliendo de la ciudad, y no sé a dónde me dirijo.
—Espera ¿Qué?—jadeo—¿Cómo que estás saliendo de la ciudad?
—No me estás escuchando, Evony—Gruñe—. Te dije...
No termina la oración y escucho que habla con alguien más, pero por más que me esfuerzo, no logro entender lo que dice. Luego de unos minutos la oigo hablar de nuevo.
—Debo irme Evony—La escucho susurrar, como si no quisiera que la escuchen.
—No Hollie, debes decirme que está ocurriendo, así sabré como ayudarte.
—No puedo decirte—Suelta un suspiro—. Al menos, no aún.
—Entonces cuando—bramo molesta y escucho un libro caer, miro en esa dirección y veo una sombra moverse, me congelo sin poder apartar la mirada.
—No los sé, pero espero que sea pronto—dice—. Te llamaré en unos días.
—Esta bien—susurro presa del pánico mirando aún el lugar donde segundos antes estaba la sombra.
—Evony...
—¿Si?—Aparto la mirada de aquel sitio, centrándome en la voz de Hollie.
—Ten mucho cuidado.
—Por...
Corta la llamada y no termino de hablar.
El miedo se instala en mi pecho ¿Por qué debo tener cuidado? la pregunta ideal sería ¿Con quién debería tenerlo?, Se supone que esta llamada sería para contarle sobre la carta, pero resultó ser todo lo contrario. Ahora me quedé con mucha preocupación y miedo, no solo por ella, si no, también por mi.
Miro de nuevo la pantalla del móvil ¡Mierda! Ya son las cinco ¿En qué momento se fue la hora?, Recojo mi bolso dejando el libro en el estante y salgo de ahí con la sensación de ser observada.
°°°
Termino de abrochar el cinturón cuando escucho que dan dos toques a la puerta, seguidamente esta se abre dejando ver a Elsa.
—Vamos tarde Evony, sal ahora.
Al llegar de la biblioteca, mi tía ya se encontraba en la casa, por lo que tuve que subir a mi habitación y arreglarme rápido, sin embargo, tardé una hora en hacerlo.
Tomo mi teléfono y salgo de la habitación pasando por su lado. Las dos nos dirigimos a su auto y subimos a este, el trayecto a la casa de su amiga es silencioso, la miro un par de veces de reojo y la noto un poco nerviosa.
Trato de distraerme mirando por la ventana pero no puedo dejar de pensar en la llamada de Hollie, todo es tan extraño.
Tu eres extraña.
Ignoro esa voz y miro por la ventana divisando una enorme casa, de hecho, es la única que hay en el vecindario. Un escalofrío recorre mi espalda, tengo un mal presentimiento.
Elsa aparca el auto y baja, imito sus movimientos y cierro la puerta tras de mi.
—Se amable—dice antes de tocar el timbre.
La puerta se abre y aparece una mujer, Jane, lleva puesto un vestido de tirantes dejando a la vista sus diversos tatuajes en los brazos. Se hace a un lado invitándonos a pasar.
—Pensé que ya no vendrían—Supone mirando a Elsa, ella me mira de reojo y sonríe—. Llegaron justo a tiempo, James nos está esperando en el comedor. Síganme.
Camina en dirección a un pasillo y nosotras la seguimos, no me detengo a detallar la casa, de solo haber entrado tengo una mala sensación. Llegamos al comedor y no puedo evitar ver la gran mesa, Jane nos invita a sentarnos y al llegar a nuestro puesto noto a un hombre sentado en la cabecera siguiendo nuestros movimientos.
—El es mi esposo James—presenta Jane.
Veo a Elsa saludarlo y doy un asentimiento por cortesía. Todos nos sentamos y dos empleadas no tardan en servirnos la comida. Han pasado dos minutos que empezamos a comer y el ambiente se siente tenso.
—No te ves como una chica que estuvo en duelo durante muchos meses—menciona James, tomando de su vino.
—¿Disculpa?—Lo miro incrédula. No sé a que viene todo eso. El permanece con el rostro neutro mientras me observa atento.
—Elsa nos contó que estuviste muy depresiva los primeros meses—Noto a Elsa lanzarle una mirada de advertencia—. Solo digo que no deberías estar triste, igual ellos lo merecían.
Mi respiración se congela ¿Qué ha dicho?, mi pulso se acelera y lo miro con furia, aprieto mis manos en puño sobre mi regazo y lo veo arquear una ceja.
—Ellos no merecían la muerte—siseo con la mandíbula tensa—. Así que no lo vuelvas a repetir. Respeta su memoria.
El suelta una risa sarcástica, pasa su mirada de mi a Elsa para luego agregar:
—Ellos se negaron a entregar el elixir e iban a huir, eso los convierten en los malos—dice con simpleza y comienzo a sentir mi pecho arder de la furia—. No lo tomes personal Evony. Tus padres nos traicionaron, por eso merecían la muerte.
Muerte.
Muerte.
Muerte.
Ellos no lo merecían.
No sé que vio en mis ojos que lo hizo apartarse de la mesa, varias velas cayeron al piso y una en el mantel que corrió directo en su dirección. Elsa y Jane se levantaron asustadas, James se iba a mover pero pareciera que algo lo sujetaba a la silla. Una mecha de fuego cayó en su camisa y fue directo a su rostro, provocando que el soltara un grito desgarrador.
Detente.
No podía hacerlo, me sentía fuera de mi, como si alguien más me estuviera controlando ¿Acaso es posible que yo fuera la causante de esto?, me sentía extraña con un gran deseo de verlo convertirse en polvo.
Detente.
Repitió de nuevo esa voz, no escuchaba más que mi respiración pero sé que en el fondo estaban los gritos de él y de ellas. Sentí mis ojos picar al igual que mis manos.
—¡Ya basta Evony!—escuché al fin la voz de mi tía.
—¡Detenla Elsa!—gritó Jane, mientras lloraba.
Luego de eso sentí que alguien me empujó y mi cabeza dar contra la mesa. Un dolor corrió por toda esa zona y caí en el piso. No escuché nada más, lo único que ví, fue una gran oscuridad opacar mi vista.
Este apenas era el comienzo.
N/A: Hola, de verdad espero que les haya gustado este primer capítulo tanto como a mi. Estaré actualizando todos los Domingos.
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Besos y hasta la próxima.
Allyn Sonaher.
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