Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

-2-


Ha pasado más de dos semanas desde su traslado a la penitenciaría de Ilsan, en la que KyungSoo se ha intentado adaptar a un nuevo ritmo de trabajo, incluido sus compañeros y, por supuesto, a los presos que se encuentran en el pabellón A7, los cuales ha podido estudiar a través de una revisión minuciosa de sus expedientes e identificando sus caras durante las rondas.

Ahora sabe el tipo de personas con las que debe tratar, por lo que no es de extrañar que, en más de una ocasión, haya tenido que controlar una que otra riña entre los mismos detenidos, lo que en la última de hace tres días le valió un golpe directo en su ojo izquierdo. Ahora su párpado y el contorno de su ojo tienen un tono verde-violáceo.

En algunos turnos como ese, KyungSoo pasa unas cuantas horas al día en la garita de vigilancia, controlando desde arriba que no haya ninguna situación particularmente ilícita sucediendo en el patio. Por supuesto que las hay, siempre las hay, tráfico de estupefacientes, intercambio de armas, hasta favores sexuales. KyungSoo lo sabe, todos los guardias lo hacen, solo que hay un silencio administrativo encabezado por Lee, quien se hace el de la vista gorda.

Para ese momento, ya ha pasado alrededor de diez minutos desde que los últimos reos salieron al patio principal. KyungSoo, desde la torre de vigilancia, escanea la escena inusitadamente bulliciosa, dirigiendo su vista sobre las barras de ejercicio, que es el lugar predilecto de los lameculos y de ese idiota del D7. Su ceño se frunce al notar su ausencia.

KyungSoo detesta al reo identificado con el número 1488, el de cabello rosa. No ha vuelto a enfrentarse directamente con él durante sus rondas en el patio; sin embargo, cuando sus miradas se encuentran por escasos segundos, simplemente le enoja. Por lo tanto, esquiva la zona en la que generalmente se encuentra cuando es asignado al patio, con el fin de evitar cualquier disputa que termine en un abuso de poder de su parte.

En su segundo día en Ilsan, había leído su prontuario, el reo 1488 también conocido con el alias de Kai, es un poderoso miembro de la mafia que opera en Incheon y en las calles de Seúl. Había caído en prisión unos meses atrás, y desde que puso un pie en la cárcel, se convirtió automáticamente en el más temido debido a sus influencias.

Todos los criminales saben de él, después de todo, es la mano derecha del líder de la organización criminal del distrito, o al menos, eso es lo que se especula. Eso explica el porqué de su ego por las nubes y esa sonrisita de suficiencia que tanto saca de casillas a KyungSoo.

«¿Dónde carajos está ahora?».


—¡Buh!

KyungSoo, quien ha estado concentrado observando con el par de binoculares, se estremece cuando siente un ligero cosquilleo en los costados de su pecho. De inmediato da media vuelta y nota al reo 1488 frente a él, con esa maldita sonrisa. No lo piensa demasiado cuando lo toma de su cuello y lo arrastra contra la pared vecina, reteniéndolo allí.

—¿Qué mierda haces aquí? —interroga visiblemente alterado.

Nunca esperó que un prisionero se atreviera a subir hasta allí.

Su agarre sobre su cuello solo se hace más fuerte, pero el reo 1488 le sigue mostrando esa sonrisita, luciendo casi imperturbable, como si estuviese disfrutando de la situación, lo que molesta más a KyungSoo. Así que aprieta más sus delgados dedos sobre su cuello y el reo cierra los ojos fuertemente, al tiempo que empieza a manotear para intentar liberarse.

Una pequeña alarma suena en su mente, no puede hacerlo, no puede matarlo por mucho que lo desee. KyungSoo termina gruñendo al soltarlo.

—Te hice una maldita pregunta. —Le exige.

Prácticamente ignora el hecho que el otro hombre tiene su cuerpo doblado, jadeando audiblemente en busca de aire.

Aprieta los dientes y lo jala de su cabello rosado, quedando con la espalda erguida frente a KyungSoo. Puede ver claramente las marcas rojizas que van apareciendo en el cuello ajeno; una pequeña parte de él se siente complacido, sonriendo brevemente. Sin embargo, su paciencia se ha agotado y lo jala nuevamente.

—Parecía que me estabas buscando —explica en un hilo de voz agitado, aun así, percibe cierto aire de confianza—. Además, quería saber si ya sabes de tu traslado.

KyungSoo se ve sorprendido, y es pillado por el criminal.

—Parece que no. —Arquea una de sus cejas y se empieza a reír de él, más como un intento de risa ahogada.

En respuesta, KyungSoo lo jala aplicando mayor presión sobre su cabello.

—No sigas así, sino quieres que... —Kai empieza a gemir descaradamente, cual perra.

—Desagradable —escupe y de mala gana lo suelta.

El reo pasa una mano por su cabello, arreglando sus mechones desordenados.

—Nos vemos por allí, Do Kyung Soo —dice su nombre con una expresión traviesa, mientras se dirige a la salida.

El nombrado lo despide con una mirada fría.

—Vamos a divertirnos mucho, ya verás —añade el más alto, mordiendo su labio inferior.

Una vez queda solo en la caseta, KyungSoo se deja caer en la silla, al lado del escritorio, y frota sus dedos sobre su frente.

«¿Qué mierda había dicho sobre un traslado?».


Lo descubre dos horas después, cuando Lee SeungHoon le notifica sobre su traslado al pabellón D7. No le da ninguna buena explicación, solo unas mierdas sobre sus habilidades y compromiso requeridas en dicho pabellón. Por primera vez, no está de acuerdo con una decisión de este estilo, y así se lo hace saber; pero su opinión no cuenta, y en su próximo turno tendrá que hacer sus rondas en el lugar donde se encuentra el reo 1488.

Está más que convencido que aquel arreglo se ha debido a un capricho de ese idiota que lo ha solicitado, y como ya se ha podido dar cuenta, él tiene a todos comiendo de su palma.

KyungSoo, con una firme convicción, no se dejará corromper como sus otros compañeros.

Toma una gran bocanada de aire antes de iniciar su turno temprano en la mañana. Es el único guardia que custodia permanente el pabellón D7. Debido al bajo número de reos y las tantas celdas vacías, no se requieren más guardias simultáneamente como sucede en otros pabellones.

Recorre los pasillos, la mayoría de los prisioneros se encuentran dormidos. Son las 5:15 am, el cielo aún está bastante oscuro y en el interior solo hay un par de lámparas encendidas. Kyungsoo, en su vigilancia, se cerciora que se encuentren en sus celdas.

Camina con renuencia hasta el final de ese pasillo, donde hay una pequeña fuente de luz. Aprieta sus manos, doblando la libreta que lleva en sus manos cuando lo ve. El reo 1488 no está dormido como hubiese deseado. Este se encuentra leyendo un libro que cubre parte de su rostro. KyungSoo observa sus piernas estiradas descansando sobre el borde de un escritorio, que ni siquiera debería estar allí, al igual que esa lámpara.

En seguida, mira con desdén a su alrededor, solo hay una persona en aquella celda, la cual, cuenta con lujos que no se supone debe tener, pero claro, son los privilegios de ciertos criminales. KyungSoo vuelve a posar sus ojos sobre la figura estilizada, negando en silencio.

—¿Por qué me sigues mirando? —Kai lentamente baja el libro que cubre su cara. Sus pequeños ojos lo observan con diversión—. ¿Acaso te intereso?

KyungSoo bufa y niega en silencio. Si bien fue descubierto, decide ignorarlo y no caer ante sus provocaciones.

—¿Crees que no me he dado cuenta que me has estado evitando? ¿A qué le temes?

Maldita sea que lo intenta, pero no puede contenerse. KyungSoo regresa a sus pasos y aferra una de sus manos sobre uno de los barrotes de esa celda. Entretanto, Kai ya se encuentra de pie con sus brazos cruzados sobre su pecho, mirándolo expectante.

—¿Se supone que puedas tener tantos lujos? —pregunta a cambio.

Su mirada se detiene en los estantes repletos de libros en una de las tres paredes que tiene aquella habitación. Ni siquiera puede considerarla como una celda de prisión.

—¿Lo dices por los libros? —Kai parece ligeramente sorprendido—. No hay mucho en qué entretenerse por aquí.

El criminal lo barre con la mirada, una cargada de oscuridad y un brillo particular en sus ojos que le desagrada y le hace crispar los vellos de su nuca. Enseguida, su sangre parece hervir dentro de sus venas, en tanto sus manos se aprietan fuertemente y sus mejillas se sienten febriles.

—Fuiste tú, ¿no es así? —cuestiona entre dientes, apenas en un susurro—. Pediste que me trasladaran a este pabellón.

Kai empieza a negar con la cabeza, haciendo un sonido con la lengua antes de responder:

—No te creas tan importante, dulzura.

—Ni siquiera te atrevas a negarlo ni mucho menos a llamarme de esa manera. —Su tono de voz se vuelve más grave, y se acerca tanto le es posible.

Kai empieza a reír descaradamente como si hubiese dicho algo gracioso. KyungSoo no mueve ni un solo músculo de su rostro y aprieta los dientes, al punto que es doloroso.

—Eres lindo cuando estás enojado, ¿te lo han dicho antes? —comenta en ese tono burlón que detesta.

Una de las manos del reo se empieza a asomar entre los barrotes, intentando tocar su rostro. KyungSoo reacciona a tiempo y lo toma de su muñeca antes de que pueda lograr su cometido.

—Ni lo intentes —dice con ahínco.

KyungSoo sabe que debe lucir amenazante ante los ojos de Kai, quien ni siquiera intenta desajustarse. Lo sigue mirando con intensidad y otra emoción que no logra identificar, pero que de igual manera le molesta.

—¿Por qué te empeñas tanto en provocarme? Voy a creer que realmente te atraigo.

KyungSoo empieza a reír tras escucharlo. Sin proponérselo, su agarre se debilita sobre su muñeca, y Kai se libera fácilmente. Ni siquiera se mueve de su lugar y lo sigue observando con detenimiento.

—De verdad que tu ego te llena la boca de mierda —indica aún divertido por la situación.

En qué cabeza cabe la idea que él pueda verse atraído por una mierda egocéntrica como esa. Le da una nueva mirada, y en su lugar, KyungSoo capta una ligera sonrisa en Kai, la cual se desvanece rápidamente para mostrar una expresión más oscura.

—Deberías seguir con tus rondas —dice seriamente—. Pronto se levantarán los otros y no son muy amables al despertar.

KyungSoo estrecha la mirada, enterrando las uñas sobre las palmas de sus manos. No puede objetar porque la maldita lacra tiene razón.

Los siguientes días no ha sido asignado a la garita, lo que quiere decir que ha tenido que estar estrictamente haciendo guardias en ese pabellón, excepto en la hora de esparcimiento en el patio o cuando son llevados al comedor, ya que son actividades que comparte con otros guardias.

Nunca le ha fastidiado tanto su trabajo como en esos días. KyungSoo se siente malhumorado permanentemente y ya no le es tan fácil mantener sus emociones para sí mismo, estas se filtran fácilmente y los demás guardias ya lo han notado, por lo que es excluido de cualquier intento de socialización entre ellos; es lo único bueno, pues nunca se le dio bien interactuar con otros seres humanos, y comer solo se ajusta bien a él.

Es por eso que siempre está deseoso de que haya peleas entre los prisioneros, para así intervenir. Repartir golpes a diestra y siniestra siempre lo ha ayudado a calmarse. Mierda, incluso necesita alguien con quien follar y liberarse de toda esa tensión acumulada en su trabajo. Ha salido a bares en busca de aventuras, pero al final de la noche, tras besuqueos en los baños con extraños, no le interesa avanzar con ellos y simplemente los abandona.

Y todo esto es a causa del reo 1488.

—¿Y esa cara? Últimamente te he visto más malhumorado, ¿problemas en casa? —pregunta el prisionero con fingida preocupación cuando pasa por su celda.

Rueda los ojos. Despacio cuenta hasta cinco y sigue su camino.

—Parece que alguien no ha sido follado, últimamente.

—¡Cállate, maldita mierda!

KyungSoo no ha podido controlarse de sus estúpidas provocaciones. Kai, desde su celda, se ríe con grandilocuencia.

—Así que es eso —afirma.

Kai lo mira de manera lasciva como si fuera un pedazo de carne. Los músculos de KyungSoo se tensionan al instante. Piensa seriamente en ingresar a la celda y golpear su rostro, verlo de rodillas ante él, suplicándole que se detenga... Sí, suena como algo que le gustaría hacer; pero nuevamente está esa vocecilla que le recuerda que no debe caer ante los juegos sucios. No agredir a...

—No eres mi tipo, pero podría darte una buena cogida si lo pides de buena manera, claro.

Mierda, KyungSoo extiende su brazo y sujeta a Kai de su cabello y lo estampa contra las barras de la celda. El reo maldice y su rostro se enrojece rápidamente entre sorprendido e iracundo, mas no puede liberarse.

«Para ser alguien al que los otros criminales temen, no es muy fuerte que digamos», piensa KyungSoo con una sonrisa de lado. Le agrada tener el control.

—Escúchame bien, pequeña mierda. —Sus labios rozan peligrosamente su oreja cuando le habla—. No me interesa ser tu perra ni hoy ni nunca. Es lo último que desearía.

Dicho eso, se aleja y no vuelve a caer en sus estúpidos juegos.

—¿Qué te traes con ese? —le reclama Xiumin molesto cuando se encuentran en los patios y señalando con la mirada al guardia del D7.

—No te interesa —contesta sin perturbarse, pasando su lengua por su paleta sabor a fresa.

—Por supuesto que me interesa. Él nos puede delatar, él se ve demasiado correcto para-

Kai lo mira directamente a los ojos y todo rastro de bravuconería desaparece de las facciones de Xiumin.

—Mira Kai —dice esta vez en un tono conciliador—, no intentes nada con ese tipo. He notado cómo se miran, pero él no es como los otros —le advierte.

—Tienes razón —Kai admite, mirando a la persona a la que se refieren—. Él no es como los otros, él es de los nuestros.

Sonríe cómplice a su compañero, quien lo mira sin entender.

—¿Qué intentas decir?



Ya llegamos al segundo cap, y la tensión entre ellos 🔥Espero les esté gustando, los primeros capítulos son algo cortos, los próximos ya tienen mayor extensión.

Algo que olvidé mencionar antes, las actus serán los días viernes. Probablemente en el siguiente año cambie el día, por lo pronto, los viernes será 🌞.

☺️ Si les está gustando, no olviden dejar su estrellita🌟

Se cuidan, nos leemos pronto 💜


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro