Capítulo 8.
—Siento mucho todo lo que has pasado. Y agradezco que me lo cuentes. Aun así, necesito más de ti. No es bonito que no me comuniques las cosas y que en lugar de eso mandes a Eric a vigilarme o protegerme, da igual. No es cómodo. No quiero que te sientas responsable de mi vida. Puedo cuidarme sola. — no responde, solo me mira con ternura. — Y con lo de tu hermano...no sé. Quizás deberías darle una oportunidad y escuchar lo que tenga que decirte.
—Jacob no viene a hablar conmigo, Melanie. Viene a vengarse. Estoy seguro. — se levanta y se aparta.
—Pero no lo sabes. Quizás puedan perdonarse mutuamente y quién sabe. Dejar el pasado atrás, liberarte de la culpa de la muerte de tu padre. — busco mejores alternativas.
—El hecho de que las cosas no hayan pasado como cualquier niño desearía, no significa que me arrepienta de lo que pasó.
—¿Matar a tu padre no significa nada para ti? ¿No te arrepientes de eso?
—Fue un error. A quien quería disparar, era a Jacob. Estoy consciente de que era mi padre, pero nunca estuvo ahí. Solo tenía una obsesión por crear soldados sin escrúpulos como él, le hacía daño a toda la familia. Nada salió como esperaba, pero tampoco me arrepiento.
— ¿No te arrepientes? Es que, de verdad, no entiendo cómo puedes decir estas cosas cuando...cuando... ¿te das cuenta de que te gusta asesinar a la gente? Podrían meterte a la cárcel si todo esto se llega a saber. ¿Tampoco te importa eso? — los nervios me alteran.
—Simmons me protegió de todo eso. Me hizo entender que no tengo nada qué lamentar.
— ¡Simmons! ¡Simmons! Él también te ha convertido en un monstruo. No creo que sea muy diferente a tu padre. Con todo eso, juzgar a tu hermano, tampoco te queda nada bien. — agacha la cabeza. No sé si siente vergüenza o pena. A veces no sé quién es el hombre que tengo en frente.
—Por eso te oculté esta parte oscura de mi pasado. Sabía que incluso era más fácil mentirte que decirte la verdad.
—Es que no se trata solo de tu pasado, sigues siendo así. Sigues guardando tanto odio en tu corazón y no te arrepientes de los errores que cometiste.
—Williams estuvo en el lugar y en el momento equivocado. Esa bala no iba para él, iba para Jacob.
—Ok, entonces ¿qué pretendes hacer cuando encuentres a tu hermano? ¿Matarlo también? ¿Asesinarás a toda la familia tú solo?
— Si es necesario, sí. — no puedo creer que tenga el corazón tan frío. — ¿Te irás verdad? Te alejarás de mí después de esto.
—Tú sabes que lo que siento por ti es muy fuerte...
— ¿Pero...? — me interrumpe. Nos miramos a los ojos por largos segundos y simplemente tomo su cara en mis manos y lo beso con muchas ganas. Hundo mis manos en su lacio cabello negro y pego todo mi cuerpo al suyo. Me sostiene fuertemente de la cintura y acaricia toda mi espalda.
Le muerdo el labio inferior.
—Nuestras adversidades tienen que quedar atrás. — digo. Solo sonríe, asiente y me vuelve a besar. Entramos a la casa con mucho cuidado para no chocar con algo y nos arrancamos la ropa hasta estar desnudos. Me tira en la cama, me quita las bragas y contempla mi desnudez. Me encanta la manera en que me mira, me hace sentir más segura de lo que ya me siento normalmente sobre mi cuerpo.
Acaricio mis pezones y desciendo hasta mi entrepierna para abrirlas ante él.
—Tómalo todo de mí. — le imploro. Con una media sonrisa me mira con mucho deseo y se quita la camisa. Vuelve a colocarse sobre mí, me besa el cuello, me muerde la oreja y lame mis pezones. La diosa sexual que llevo dentro despierta y no puedo pensar en otra cosa más que en él.
Cuando abro los ojos, veo la puerta abierta.
La fobia que le tengo a esto después de lo que pasó con Frank, hace que la excitación se convierta en miedo.
— ¿Qué sucede? — pregunta al notarlo.
— ¿Podrías cerrar la puerta con seguro, por favor? — le pido. Me analiza y mira la puerta.
—Nadie entrará, baby. No hay nadie más.
—Por favor. — insisto.
Se levanta, la cierra y vuelve a mí.
—Estás conmigo, nena. No tienes nada que temer. — me susurra y lo vuelvo a besar. Acaricia mis piernas y yo su erección. Beso cada uno de sus tatuajes y lo coloco debajo de mí con un empujón. Contemplo su musculoso cuerpo y acaricio su abdomen.
—Eres hermoso. — sé que lo sabe, pero no está mal hacerle halagos de vez en cuando. — Pero tu amiguito lo es aún más. — meto su erección en mi boca y le hago el mejor sexo oral de su vida. He mejorado bastante, gracias a mis prácticas con él. Lo escucho gemir varias veces mientras sostiene mi cabello en su mano.
Sigo deseándolo tanto como el primer día. Nuestras noches de placer siempre superan a la anterior y conocemos nuestros puntos débiles cada vez más. Sé que conoce muchas maneras de hacerme suya y se cohíbe para no hacerme nada con lo que no esté de acuerdo. Aunque es salvaje, sigue siendo un caballero en la intimidad. Lo meto dentro de mí lentamente y dejo escapar un gemido. Muevo mis caderas en círculos y de arriba abajo constantemente sin parar. Me besa y aprieta mis nalgas mientras sigue metiéndose dentro de mí.
Aquí es donde olvido todos mis problemas, cuando me toca, me besa, me acaricia y me hace suya completamente. Solo somos nosotros. Cambiamos de posiciones hasta llegar mutuamente al orgasmo.
Nos apartamos y recuperamos el aliento poco a poco.
—Mañana quiero ver a mi hermano, ¿sabes dónde lo tienen? — apenas vuelvo a la normalidad. Recuesto mi cabeza en su pecho.
—Sí. Puedo llevarte cuando quieras. — me acaricia el brazo.
— ¿Llegaste a estar en uno de esos lugares cuando...consumías?
—Sí. También tuve que pasar por más pruebas para poder ser policía. Fue hace años, ahora ni siquiera tomo mucho alcohol.
—Espero que mi hermano se libre de esto también. No puedo creer que haya caído tan bajo. Si hubieras escuchado las cosas que me dijo.
—Esas sustancias sacan lo peor de nosotros. Algunos más que otros, pero sigue estando mal. Tu hermano también ha sido víctima de todo lo que pasaste de una manera u otra. Sigue siendo su madre la causante de todas sus tragedias. Y aunque eso no justifica el hecho de que se drogue y te trate así, creo que es su manera de sacar toda esa frustración.
—Entre él y mi madre, no sé a quién ayudar primero.
—No te los eches al hombro. No tienes porqué. Primero tú y luego ellos. Son adultos y saben las decisiones que toman, tú no eres responsable de eso. Ya estás haciendo suficiente.
—Es mi familia.
—Tú también. Eres solo una, ellos son dos. Enfócate en seguir adelante, acomodarte y luego ves qué puedes hacer por ellos. De todas formas, Martha sigue en la cárcel y tu hermano ahora está recibiendo ayuda en ese lugar. Todo estará bien. — me besa la frente. Aunque suene más sencillo de lo que realmente es, creo que tiene razón.
8am.
Mientras me preparo para ir al restaurante, suena el timbre y abro. Es Lisa. Me saluda y entra a la casa con mucha emoción de verme.
—¿Cómo es posible que no me llames? Entiendo que he estado muy ocupada con el bar, pero sigo siendo tu amiga, ¿o no? — se sienta en el sofá.
—Disculpa, también he estado ocupada buscando trabajo y cuidando de mi hermano. — me siento a su lado.
—¿Cuidando de tu hermano? ¿Qué tiene?
—Drogas.
—¡No me jodas! ¿Es enserio? — asiento con la cabeza. — ¡No, qué pena! ¿Y dónde está? ¿Está aquí?
—No. Eric lo llevó a un centro de rehabilitación que conoce. Pensé que ya lo sabías.
—No, no me lo dijo. ¿Y esos platos? ¿Con quién desayunabas? — mira la mesa en la que estábamos desayunando Jack y yo.
—Hola, Lisa. Es bueno verte de nuevo. — dice Jack bajando por las escaleras, antes de que pueda responderle.
— ¡Ah, mira! Hasta que alguien se digna de aparecer. — Lisa cruza los brazos, mirándolo con seriedad.
Me da un beso y me abraza por la espalda.
—Nunca desaparecí. Solo resolvía asuntos importantes fuera de la ciudad.
— ¡Sí, claro! No sé cómo Melanie te tiene tanta paciencia. Eric me estresa todos los días. — no puedo evitar reírme. —Bien, mejor me voy.
— ¡No, espera! Quédate. Quiero que me acompañes a un lugar. — la detengo.
Jack frunce el ceño.
— ¿A dónde irás? — pregunta.
— Quiero visitar a mi madre a la cárcel. — quiero saber si valdría la pena llevarme de Simmons y pagar su fianza.
—¿Ya la echas de menos? — pregunta Lisa.
—Algo así. — los dos no parecen estar muy de acuerdo. — Bueno, tengo que ir al restaurante primero. ¿Nos vamos?
— ¿Restaurante? ¿Qué restaurante? — casi olvido que no le he dicho nada sobre mi nuevo empleo.
— ¿Te recuerdo que estabas en la otra punta de la ciudad? ¿Cómo pretendías que te lo dijera? — cruzo los brazos. — Es un lugar agradable.
—Muy bien, yo te acompaño. — toma las llaves.
—¿Quieres que te acompañe a ver a tu madre? — Lisa me pregunta.
—Sí, si estás disponible. Yo te llamaré.
—Ok, bien. Estaré pendiente. Nos vemos más tarde. — se despide de nosotros y se marcha.
— ¿De verdad crees que después de todo lo que hizo cambiará? — Jack duda.
—Le daré una oportunidad. Si de verdad tiene arreglo, haré todo lo que esté en mis manos para ayudarla.
—No es bueno que confíes demasiado en ella después de lo que hizo. No sabemos qué más se traería en manos.
—Si te di una oportunidad y pude perdonar a mi padre, ¿por qué a ella no? — se queda callado. — Es mi madre. Y quizás cometa un error, pero al menos lo intentaré. Haré que traten su enfermedad hasta que pueda controlarlo. — tomo las llaves de mi coche y me voy por mi propia cuenta. Tengo muchas cosas que hacer en este día.
6pm.
He venido a la cárcel con Lisa. Estoy muy nerviosa esperándola en la sala de visitas. Después de analizar muchas cosas, saqué todo el dinero de la herencia de Richard que me quedaba en el banco para poder pagar su fianza, pero antes, necesito verla.
Dos policías la traen esposada y se sorprende al verme. Se ve exactamente igual y su cabello está más largo. Se sienta frente a mí, sin decir nada.
—Hasta que te acuerdas de tu madre. ¿Qué te trae por aquí? ¿Algo te ha salido mal nuevamente? — la miro fijamente, tratando de comprender en qué estado de ánimo está. O cuál de todas las Martha me está hablando en este momento.
—No me gusta venir a estos lugares y tenía muchas cosas que hacer. — soy cortante. Por más que quiera, aún no puedo olvidar todas las cosas que hizo.
— ¿Sigues de novia con el policía?
—¿Qué importa eso?
—Tenía el presentimiento, pero ahora acabo de confirmarlo. Soy tu madre, recuérdalo. — me quedo en silencio. Estoy arrepintiéndome de haber venido. Sigue siendo la misma sarcástica de siempre. — ¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí? — ahora parece estar más seria.
—Nada, solo que tu hijo se volvió loco y está en un centro de rehabilitación por consumir drogas. Parece que todo esto le ha afectado más que a mí. Se metió en problemas y le debe a mucha gente, de no ser porque llegué a tiempo hoy ya no estuviera aquí. — noto que en el fondo se preocupa.
— ¿Y viniste solo a decirme esto? — actúa como si nada le importara.
—No. Simmons también me dijo que existía la posibilidad de que puedas salir de aquí antes de lo previsto pagando una cantidad elevada de dinero y estoy dispuesta a pagarlo, aunque me quede sin nada. Pero primero necesito asegurarme de que estás en tus cinco sentidos. — incluso Lisa, parece estar muy sorprendida. — Solo lo hago por Junior. No quiero que siga sintiéndose así. Quizás, tener el amor de su madre le ayude a sanar. — mi antigua versión estuviera llorando a mares, pero ya estoy tan cansada que ni siquiera me salen más lágrimas. No quiero que me vea débil. — Junior te necesita.
—¿De verdad tienes el corazón tan grande para perdonarme y sacarme de aquí?
—Si lo hice con Richard, ¿por qué no contigo?
—¿Richard? ¿Has hablado con Richard? — parece estar emocionada.
—Sí. Está muerto. — su sonrisa se desvanece. — Me lo contó todo. Lo que tú nunca pudiste hacer. — baja la mirada mientras ambas controlamos nuestras ganas de llorar. — Te buscaré un buen doctor para que te ayude con tu trastorno, pero a cambio, tienes que ayudarme con Junior. Si vuelves a cometer un mínimo error, le diré a Jack que se encargue de ti. ¿Lo entiendes? — me preocupa el silencio de Lisa. Ni siquiera sonríe. Aunque realmente no tendría por qué. Esta es una situación lamentable.
— ¿Me quedaré en tu casa?
—Ya veremos. — miro la hora de mi reloj. — Entonces... ¿en qué quedamos?
—Muy bien. Sácame de aquí. No dejaré que nadie más les haga daño a mis hijos. — parece estar decidida a hacer lo correcto. O al menos eso creo. Espero no estar cometiendo ningún error.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro