Capítulo 7.
— ¿Qué quiere, señor? — cruzo los brazos. Aun no olvido que casi todo lo que pasó anteriormente fue su culpa, o al menos la mayoría.
—Nunca tuvimos el placer de platicar formalmente. Me gustaría borrar esa versión que tienes de mí. Reconozco que muchas de mis acciones y decisiones no fueron las correctas pero esos métodos son los que nos han mantenido a salvo.
—Siéndole completamente honesta, no me interesa en absoluto hablar nada con usted. Trate de lidiar con su consciencia como pueda y déjeme en paz.
—Te recuerdo que tu madre todavía está en la cárcel y con un poco de mi ayuda, podría salir. Recuerda que sigue enferma y me gustaría...ayudarte con eso. — me extraña y me conmueve que mencione el tema de mi madre.
— ¿Pretende chantajearme con esto o cómo? Porque de una vez le advierto que no podrá controlarme como quiso hacerlo con Jack. O con Laura, por ejemplo. — le planto cara.
—Es pasado. Ahora somos personas diferentes. — sigo sin entender qué hace aquí. — Solo quería decirte que, con una cantidad considerable, podrán liberar a tu madre más pronto de lo establecido. Casualmente vine a comer algo aquí y te vi, así que pensé que deberías saberlo. A fin de cuentas, sigue siendo tu madre. — me cuesta creer que este encuentro haya sido una casualidad. Realmente ya no sé qué pensar, pero lo que acaba de decir no dejará de darme vueltas por mucho tiempo.
Horas después.
Frederick (al que ahora llamaré Freddy) ha dejado mi casa mejor de lo que pensé. Cuando vuelva a verlo le agradeceré mucho por esto. Me recuesto en el sofá y llamo a Eric para preguntar por mi hermano.
— ¿Cómo está? — ya sabe que me refiero a Junior.
—Lo traje al centro de rehabilitación. Se puso muy agresivo y tuvieron que sedarlo. Estoy seguro de que si hubieras estado presente te hubieras arrepentido, pero es necesario. Solo así mejorará. — contesta.
— ¿Pero...estará bien, verdad? — estoy muy preocupada.
—Espero que sí. Tú déjalo en manos de los expertos. Saldrá de esto. — sus palabras me dan esperanza.
— Cambiando de tema, ¿sabes dónde está Jack? No lo he vuelto a ver desde anoche. — me doy la vuelta en el sofá.
—Lo tenía en frente hace unos segundos, pero desapareció. Seguramente resolviendo sus cosas. ¿Quieres que le diga algo?
—No, está bien. Yo me encargaré. Cualquier novedad de Junior me haces saber por favor y muchas gracias por toda tu ayuda. Es muy importante para mí.
—Para eso estamos los buenos amigos. — contesta y cuelgo. De momento mi hermano está en buenas manos, pero ¿y mi madre? Está en la cárcel con un trastorno agotante. No sé qué hacer para poder ayudarla. Supongo que lo que dijo Simmons es la única manera. ¡Dios! Mi familia es un dolor de cabeza. Un dolor de cabeza del que me siento responsable de soportar.
Tengo nuevo trabajo, me mezclaré con gente distinta y muy diferente a mí. No es algo que me moleste, pero me cuesta salir de mi zona de confort muchas veces. También está el hermano desconocido de Jack, del que apenas sé algunas cosas contadas por terceros, bueno, no tan terceros si viene de su madre, pero hubiera preferido que me lo contara él, ya que, aparentemente todos lo sabían menos yo.
Esta misma noche, tengo que aclarar todo con él o me volveré loca.
Justo entonces, suena el timbre y abro. Es él. Va muy elegante y formal. Sigue usando sus trajes de tres piezas y su baja barba le da un toque más maduro y varonil.
—Aquí estoy. Prometí que hablaríamos sobre todo lo que quieras. Aclararé todas tus dudas. — la tensión se apodera nuevamente del momento.
Cierro la puerta cuando entra.
—Muy bien pero no aquí. Ven. — vamos hasta el pequeño jardín que tengo detrás de la casa. Tengo algunas flores y dos columpios en los que nos sentamos.
—No sabía que tenías un jardín. — dice.
— ¿Cómo podrías saberlo? No vienes muy seguido. — agacha la cabeza.
—Lo siento...por...quizás no darte la atención que mereces.
—De nada vale que pidas perdón y sigas haciéndolo. Últimamente me siento muy excluida de tu círculo, como si no quisieras hacerme parte de tu vida. Si ya no sientes lo mismo por mí...
—El amor que siento por ti es inquebrantable. — me interrumpe. — Crece cada vez más y más y no puedo detenerlo. Sé que quizás no te he dicho muchas cosas, pero no es porque no quiera, es porque...incluso para mí es difícil.
—Y lo entiendo, de verdad. Pero si es la razón de tu extraño comportamiento al menos tengo el derecho de saberlo. — se queda en silencio. — ¿Por qué no me habías hablado de tu hermano?
—Porque no hablo de él, con nadie. Es un tema que no me gusta tocar. — puedo percibir el rencor en sus palabras.
— ¿Y por qué todos lo sabían menos yo?
— ¿A quiénes te refieres con "todos? Los únicos que saben son Eric, Simmons y mi madre.
—Y es más que suficiente. Solo necesito la verdad. Sé sincero conmigo, por favor. — ¿por qué le cuesta tanto hablar del tema? ¿Qué ocurrió?
—Williams, mi padre, era un militar muy reconocido y nos arrastró a la fama con él. Siempre fuimos traviesos e inquietos, pero al crecer nos convertimos en rebeldes. Él nunca estaba, solo mi madre. Jacob empezaba a beber, a romper cosas y no me molestaba, hasta que una de esas noches golpeó a mi madre. Trataba de detenerlo, pero no podía, era más fuerte que yo. Casi nos matábamos de no ser por la intervención de mi tío, Charles. Desde esa noche, lo odié con todas mis fuerzas. — ¡Pobre Karol! No puedo imaginarme lo mal que la debió de pasar.
Ahora entiendo algunas cosas que me contó.
— Que feo todo lo que vivieron.
—Pero no termina ahí...— hace una pausa. — Él seguía drogándose a escondidas, pero yo no. Eric conocía a una persona que ayudaba a chicos con vicios y acepté su ayuda. Decidí ponerle fin a esa manera de malgastar mi adolescencia. Me costó, pero con el tiempo lo logré. Cuando mi padre se enteró, nos castigó a los dos. Nos envió a la cárcel más peligrosa para que aprendiéramos la lección. Le pagaba a prisioneros para que nos provocaran y nos golpearan. Yo era más miedoso y Jacob tuvo que defenderme varias veces, hasta que cogí carácter. Aunque nos odiábamos, tuvimos que matarlos y salvar nuestras propias vidas.
—Qué cruel. Solo eran niños. — su vista se pierde en el suelo del jardín.
—Cuando la gente empezó a sospechar, nos sacó. Solo para calmar las aguas. La opinión pública siempre fue importante para él. Era un padre muy cruel que convirtió a sus hijos en monstruos.
— ¿Y cómo estaba tu madre con todo eso? — indago.
—Mal. Entró en una depresión de la que pudo salir muchos años después cuando la traje a Washington conmigo.
— ¿Y qué te hizo huir hasta aquí?
—Una noche Jacob perdió el juicio por completo. Llegó a casa odiando a todo el mundo después de lo que habíamos pasado en la cárcel. Rompió muchas cosas, me golpeó y luego cuando mi madre quiso detenerlo arremetió contra ella. Estaba muy herido, no podía levantarme y él seguía lastimándola. No me importó nada más, solo sé que me levanté, saqué el arma que mi padre siempre tenía en unos de los escritorios y le apunté. Le ordené alejarse de ella, pero solo me miraba con rabia y decía: Hazlo, dispárame.
—¿Y lo hiciste?
—Tenía a mi madre en sus manos, ¿sabes? Estaba golpeada y llorando. No lo pensé dos veces y....disparé. El impacto me hizo caer y cerré los ojos. Mis oídos solo escuchaban un silbido insoportable y cuando volví a abrir los ojos...Jacob estaba llorando, pero le lloraba a alguien más y....estaba bien. No entendía qué pasaba hasta que vi el cuerpo ensangrentado de papá en el suelo. Sus ojos desvanecían viendo a mi dirección. Esa imagen con la sangre saliendo de su boca se quedó plasmada en mi cabeza por años. — las lágrimas se acumulan en sus ojos.
—Dios, qué tragedia. — tomo una de sus manos y la acaricio.
— Jacob me miró con odio y me dijo: ¿Qué has hecho? Mientras yo estaba en el suelo sin poder moverme. Luego mi tío, Charles, entró. Solo recuerdo que estaba tan herido que desmayé. — sospechaba que algo malo había pasado, pero nada como esto. Puedo sentir el dolor que tuvo en ese momento. Creo que fue algo similar cuando vi a mi madre matar (falsamente) a Frank.
—¿Qué pasó después? — no quiero que deje la historia a medias.
—Cuando desperté estaba en el hospital. Me dolía todo el cuerpo, pero solo pensaba en la trágica noche que habíamos tenido. "Maté a mi padre" "Maté a mi padre", me repetía una y otra vez. Me estaba volviendo loco. Una enfermera entró diciendo que mi padre quería pasar a verme. ¿Cómo que mi padre? Estaba muy confundido y entró mi tío. Cuando nos quedamos a solas empezó a explicarme las cosas: el plan era que se haría pasar por él el tiempo que fuese necesario para que nadie se enterara de lo que realmente había sucedido. Para Williams, la imagen que dábamos era más importante que cualquier cosa, y Charles sacrificó todo para salvar eso. Y a mí, sobre todo.
—Pero... ¿cómo se podría hacer pasar por él? La gente lo reconocería ¿no?
—Eran gemelos, eran idénticos. Lo único que los diferenciaba era una pequeña cicatriz que Charles tenía al lado su ojo izquierdo. La que tuvo que cubrirse con algún maquillaje especial. Tenía a mucha gente de poder involucrada y por dinero, no tienes idea de lo que son capaces de hacer. Desde entonces, ya nada era igual. Jacob nos odiaba a todos, a mí, sobre todo, no aceptaba esa falsa realidad y antes de irse de la casa, nos amenazó con vengarse de nosotros. La abuela se volvió loca y hoy la tengo en un asilo con expertos cuidando de su poca salud mental. Mi madre también estaba mal, nunca volvió a ser ella misma. Me dolía verla así y para empeorar las cosas, con el pretexto de seguir la pantalla, Charles intentó abusar de ella. — no puedo creerlo. — Por suerte, llegué a tiempo, lo detuve y salimos corriendo. Dormimos en las calles por muchos días, sin comer, con frío, sin nada con qué abrigarnos. Prometí protegerla siempre y eso hago desde entonces.
—¿Todo eso con 11 años? — recuerdo lo que llegó a contarme.
—Sí. — la vida también ha sido muy dura con él. Se pone de pie, respira profundo y veo lo rojizo que están sus ojos. Sé que se resiste para no llorar. — Llamé a Eric para pedirle que le diera un espacio a mi madre en su casa mientras yo buscaba mi propio camino. Entré en las calles más oscuras de Filadelfia, conocí a muchas personas peligrosas de las que aprendí mucho más de lo que ya sabía; dentro de ellas, Simmons. — sigue hablando.
— ¿Qué hacía Simmons en Filadelfia?
—Estaba perdido en la ciudad y alguien peligroso lo estaba persiguiendo. Se escondió justamente donde me estaba quedando y cuando vi que podía defenderlo, lo hice. Podría decir que lo impresioné y me adherí a él para ayudarlo a salir de esa. Nunca supe el motivo, pero decidí ayudarlo de todos modos. Me convertí en su guardaespaldas personal durante algunos meses. Me habló de Washington, de las oportunidades de trabajo que tendría aquí con él y no podía desperdiciarlo. Me dio una nueva vida y con su ayuda salí adelante. Como agradecimiento, traje a Eric conmigo, ya que también estudiábamos lo mismo y desde la secundaria, hemos sido como hermanos. Me despedí de Filadelfia para siempre y aunque aquí se complicaron muchas cosas también, no es nada comparado a eso.
—Por eso sientes tanta admiración por Simmons y haces todo lo que te pide, ¿cierto?
—Yo le llamo respeto. Pero ya no sigo las reglas de nadie, solo las mías. Ya le pagué todo lo que le debía. — nos quedamos en silencio unos segundos. — Desde entonces soy el agente Connor y no el niño que mató a su propio padre accidentalmente.
—¿No volviste a ver a tu hermano?
—No. Ni siquiera sabía cómo se veía actualmente de no ser por la foto que Paul me mostró. Después me llegó una carta de Charles donde me decía que no podía seguir el juego, así que organizó toda una película para darle una "muerte honorable" a mi padre y huyó muy lejos. Ahora todos piensan que ambos están muertos. Casi nadie sabía de la existencia del hermano gemelo de mi padre y eso facilitó muchas cosas. — contesta.
— ¿Y tú abuela?
—Está bien. Está en un lugar seguro.
—Entonces... ¿cuál es el misterio de tus viajes? ¿Qué buscas y por qué tienes tanto miedo? — lo miro a los ojos.
—Hace algunas semanas recibí una nota suya, de Jacob. El simple hecho de pensar que podría estar en la ciudad me atormenta. Lo busqué por todos lados y nada. Por eso decidí ir a Filadelfia de nuevo para buscarlo y matarlo yo mismo si es necesario, pero no lo encontré.
—¿Tienes miedo de que cumpla su palabra y se vengue de ustedes?
—No es miedo, es rabia. Todavía no olvido las cosas que nos hizo, las cosas que le hizo a mi madre. Si vino a esta ciudad estoy completamente seguro de que no es para hacer las paces. — hace una pausa mientras yo proceso todo lo que me está diciendo. — Mandé a Eric a seguirte a todos lados para evitar que pueda acercarse a ti. Cuando me llamó para decirme que te habías topado con alguien con la misma descripción que él, no dudé en regresar. — se agacha, pone sus manos en mis mulos y me mira fijamente.
De tan solo pensar que podría haber tenido a ese loco justo en frente de mí, me da escalofríos. ¿Habrá sido él el hombre extraño que me salvó de esos tipos en el callejón?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro