Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5.

— ¿Y dime, ya todo está bien? — le pregunto mientras vamos encamino. Lo veo más animado que esta mañana.

—Trato de concentrarme en la llegada de Jack. Es como mi hermanito mayor así que tenerlo de regreso es muy importante. La última vez que se fue de vacaciones, no tuve tiempo de darle una buena bienvenida. Quiero hacerlo diferente esta vez.

—Se nota lo mucho que se quieren. Jack te adora. Me da gusto que se traten así...como hermanos. — sonríe. "Hermanos", me recuerda lo que me contó Karol. — Y hablando de hermanos... — dudo en seguir con esta conversación. — ¿Tú sabías que Jack tiene uno? —lo suelto.

Su cara de sorpresa es todo un poema.

— ¿Cómo lo sabes?

— ¿Sí lo sabías? — exclamo. No puedo creer que todos sepan algo tan importante de mi "novio" menos yo, que se supone que soy alguien importante en su vida.

— ¿Jack te lo contó?

— No. Me lo dijo su mamá. Hay tantas cosas que no entiendo y nadie que puede hablarme con claridad sobre todo lo que está pasando.

—Lo sé. Y tienes todo el derecho de sentirte así, pero entiende que esto es algo muy personal. A nadie más que Jack le corresponde decírtelo. Cuando llegue, puedes hablar con él al respecto.

—Es justo lo que pienso hacer. — tengo una mezcla de emociones en este momento. Tengo rabia, conmoción de volver a verlo y muchas mariposas en el estómago.

Muchos minutos más tarde.

Finalmente, llegamos. No hay tantas personas como pensé, aunque ciertamente nunca había venido a buscar a nadie. Vamos a la zona de espera y mi corazón está latiendo muy rápido. No sé cómo reaccionaré cuando lo vea después de las malas noches que me ha hecho pasar. Respiro profundo tratando de encontrar algo de calma, pero es imposible. Esto es más fuerte que yo.

Y ahí viene.

El ruido de las ruedas de sus maletas es lo primero que percibo hasta que subo la mirada lentamente hasta su rostro. Lleva una camisa blanca, pantalones finos negros y tenis blancos. Los auriculares inalámbricos que lleva en los oídos también resaltan. Eric camina hacia él y le da un fuerte abrazo con pequeñas palmadas en la espalda. Están muy felices de verse nuevamente.

Me quedo inmóvil detrás de ellos sin saber qué hacer. El ardor que siento en el pecho y la garganta es muy fatigoso. Estoy muy contenta de verlo pero ni siquiera sé cuál es nuestra situación.

— ¿No saludarás a tu novio? — antes de que pueda decir algo más, le doy una bofetada en la cara que lo hace girar. Me quedo en silencio mientras veo cómo no entiende por qué lo he golpeado. La verdad es que ni siquiera yo lo sé. Dejo mis dramas a un lado y lo beso. Su lengua se enreda con la mía y enredo mis manos en su suave cabello.

Volver a sentirlo cerca de mí era todo lo que necesitaba.

— ¡Oigan! ¡Mejor váyanse a un hotel! — nos grita Eric. 

Nos apartamos y seguimos abrazados.

—Qué bueno que estás aquí. — dejo que acaricie mi cara.

—Ya no iré a ninguna parte, lo prometo. — sonreímos. — No hagamos esperar más a Eric.

Subimos al coche y Eric conduce de regreso.

Al llegar, mientras voy abriendo la puerta, Jack le dice a Eric que lleve sus maletas a la casa y le avise a su madre que se quedaría aquí conmigo esta noche. La verdad, no sé cómo terminará esta conversación para que asegure que se quedará.

Entro primero y encuentro todo desordenado. ¿Qué ha pasado aquí?

— ¿Junior? — pregunto. ¿Han entrado a robarme? Entro a su habitación y está balanceándose en el borde de la cama como loco. — ¿Qué haces? ¿Qué has hecho? — me acerco y lo halo del brazo para tener su atención.

— ¡No me toques! — grita y me asusta. Tiene los ojos inyectados en sangre y definitivamente, por el polvo blanco que veo encima de su escritorio, aseguro que se ha drogado.

— ¿Te has drogado? ¿Por qué? ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Qué sucede contigo? — las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos. Ver a mi único hermano, a mi única familia en general en este estado, me destroza. Me duele.

Trato de tranquilizarlo, pero me empuja.

— ¡Todo esto es tu culpa! ¡Todo! ¿Por qué tú sí pudiste tener la oportunidad de tratar a tu padre y yo no? ¿Por qué? — grita otra vez. No puedo creer que me esté diciendo estas cosas. Estalla una silla contra el escritorio y cuando se acerca a mí, Jack lo detiene, dándole un fuerte empujón hacia atrás, haciendo que caiga sobre el escritorio también.

Junior no se lo esperaba, por eso pone su cara de espanto y miedo al verlo.

— ¡Escúchame muy bien niño! ¡No vuelvas a hablarle así a tu hermana! ¡Mucho menos, ponerle una mano encima! Porque te juro que soy capaz de matarte, ¿entendiste? — lo amenaza, agarrándolo fuertemente del cuello.

— Jack, déjalo, lo lastimarás. — trato de calmarlo.

— ¿Qué sucede? — Eric entra. — ¿Está drogado, verdad?

—Sí. Llévatelo antes de que me den ganas de matarlo. — contesta Jack.

—¿A dónde me llevarán? — está asustado. No resisto verlo en este estado.

—Iremos a tomar un poco de aire, tú tranquilo. — Eric miente.

—¿A estas horas? ¿Melanie? — aún en su estado de drogadicción, sabe que le estamos mintiendo.

—Todo estará bien. Necesitas...necesitas relajarte un poco. Estás muy alterado. — el nudo en mi garganta no me deja articular bien las palabras. Eric se lo lleva con cuidado y me guiña un ojo, asegurándome que tendrá todo bajo control.

— ¿Desde cuándo está así? — pegunta Jack. No puedo quitar la vista del desorden que ha hecho en toda la casa. Por suerte, creo que mi habitación está cerrada con llave, por lo que deduzco que estará intacta.

—No lo sé, no lo sé. No supe nada de él en unos meses y después llega a mi puerta buscando refugio. Parece que le tomó dinero prestado a alguien y empezó a consumir drogas. Esta mañana, cuando venía a casa encontré a unos tipos golpeándolo sin parar. Le pedían que pagara y tuve que intervenir para que no lo siguieran lastimando. — explico.

—Es lo típico. Se mete en un mundo peligroso, se vuelve loco por las drogas, les toma dinero prestado a personas equivocadas y cuando no puede pagar, quieren cobrarlo con sangre... ¿Eric no estaba cerca? — arregla la silla que ha lanzado.

— ¿Tendría que estarlo? — ya sé que me quería seguir a todos lados por órdenes suyas. Veré qué tanto puede decir al respecto.

Duda en responderme.

—Ya sé que le ordenaste seguirme a todos lados por un supuesto peligro que aún desconozco. No me constante nada, ¿crees que es lindo pasar por tanta angustia?

—Yo la vivo en carne propia casi todos los días. Por eso tenía miedo de que estuvieras conmigo. Vivo en peligro constantemente y tengo que protegerte a ti también.

— ¡No necesito que me protejas! Solo necesito que seas honesto conmigo y me digas las cosas. Tú me decías esto todo el tiempo: debíamos ser sinceros entre nosotros para que esto funcionara. Pasamos las peores pruebas y de alguna manera seguimos aquí, pero últimamente estás muy distante y misterioso con tus viajes a no sé dónde. — se sienta en el borde de la cama.

— Tienes razón. — veo en sus ojos lo cansado que está. Mira mis labios y la tensión acelera los latidos de mi corazón. Dejo que las ganas se apoderen del momento y lo beso con mucha pasión. Me siento sobre él sujetándome de su cuello. Me agarra con fuerza de las caderas para evitar que pueda caerme mientras nuestras lenguas y labios se entienden.

—¡Cuánto te extrañé! — me susurra.

—Aquí no. — recuerdo que estamos en la habitación de mi hermano. Nos seguimos besando mientras salimos hasta el comedor.

¡No puedo más! Lo necesito dentro de mí ahora.

Quito las sillas y las frutas de cerámica que están sobre la mesa, bajo el cierre delantero de mi falda lentamente hasta estar sin bragas delante de él. No me quita los ojos de encima. Me siento en la mesa sin dejar de mirar el intenso azul de sus ojos y su cara excitada. Abro mis piernas, dándole luz verde y con una media sonrisa se acerca más a mí.

Hunde su cara en mi cuello y absorbe todo mi olor. El contacto de su piel con la mía me eriza y nos volvemos a besar. Muerde mi labio inferior y desciende hasta mi entrepierna. Echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos mientras disfruto del sexo oral que me hace. La punta de su lengua no deja mi clítoris en paz y me está volviendo loca.

Le levanto la cara y lo beso nuevamente.

Le quito la correa y le bajo el cierre del pantalón. Entro mi mano y masajeo su erección. Nos masturbamos conjuntamente y luego de no resistirlo más, lo meto dentro de mí. ¡Dios! Sentirlo completamente luego de tantos días sin él es gratificante. Sigo siendo dueña de su corazón y él sigue siendo el dueño de mi cuerpo.

Puedo sentir lo mucho que me echaba de menos en sus salvajes embestidas. Muerdo mi mano para no gritar tan fuerte y me sujeto de su musculosa espalda para no resbalarme. Está sacando todas mis fuerzas. Dejo caer mi espalda sobre la mesa hasta que llegamos al clímax.

Recuerda su cabeza en mi abdomen y le acaricio el cabello. Estoy muy feliz de que finalmente esté de regreso. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro