Capítulo 36.
—¿Estás disfrutando esto? — le pregunta Jacob al vernos salir. Está delante del coche.
—¿Qué cosa?
—¿Guardaespaldas del presidente? ¿En serio?
—Era eso o ir a prisión.
—Pues hubiera preferido 30mil veces la prisión. ¿Desde cuándo crees que soy tan patriota? Lo último que tenía en mente era terminar como lamebotas del presidente. — pensé que se lo tomaría bien, pero está muy molesto.
—Pues trata de pensar más en tu hija. Moví todos los hilos para que te dieran un mejor final sin saber de su existencia. Ahora que está con nosotros, trata de ser más agradecido.
—¡Oh, que maravilloso! No creas que me vas a controlar todo el tiempo a través de Lía. Ella es tu sobrina y mi hija, y eso es todo. No intentes usarla para controlarme.
—No tengo la intención de hacerlo. Sé perfectamente que tu ego estúpido nunca desaparecerá. — me abre la puerta del coche y entro.
—Me alegra que te quede claro. Se nota que el hecho de saber que eres tío te ha madurado. — se sube también. Jack pone los ojos en blanco mientras también entra y conduce. Está intentando no discutir.
—Tengo entendido que te irás mañana. ¿Te quedas en mi casa? — le pregunta.
—¿Tengo otra opción? Ahora tengo a todo el mundo vigilándome.
—¿Y qué esperabas? ¿Qué te trataran como un héroe? Era esto o el infierno.
—¿Estás molesto verdad? Estás intentando desquitarte conmigo porque te prohibieron el uso de armas. — es como si ambos se estén provocando a propósito para pelear.
—Llevo toda la maldita vida deseando desquitarme contigo, así que no me provoques.
—Quizás es hora de hacerlo y terminar con esto de una buena vez. — detiene la jeep bruscamente y salen del vehículo. ¡No puede ser!
Corro hasta ellos lo más rápido que puedo para evitar que se peguen. Con suerte, lo logro.
—¡Ya basta! ¡Dejen de pelear! ¿Esto es lo que quieren enseñarle a Lía? ¿Quieren que vea cómo se pelean entre familia? ¡Tienen que dejar el pasado atrás junto con la muerte de su padre! ¡Es suficiente! — intento hacerlos entrar en razón.
Estoy en medio de ellos.
—La muerte de nuestro padre. — enfatiza Jacob. — ¿Qué hicieron con su cuerpo?
—Lo enterraron en Filadelfia. Pero hay una lápida en su nombre aquí. ¿Qué quieres? ¿Llevarle flores? — Jack le responde.
—Quiero ir. Necesito despedirme.
—¿Despedirte? Con el golpe que le diste creo que fue suficiente.
—Necesito hacer esto, ¿tú no? ¿No te come la consciencia?
—¿Quieres que vaya a la lápida de un hombre al que maté yo? ¿Te estás volviendo loco o qué?
—¡Ya cállate, Jack! — le grito con autoridad. Se queda en completo silencio. — ¿De verdad quieres ir? — miro a Jacob.
—Sí. Será breve.
—Muy bien, iremos. Yo conduzco. — antes de entrar al vehículo, le cojo las llaves de las manos a Jack y lo miro detenidamente.
Cuando se suben, conduzco hasta el cementerio.
Está muy oscuro. Visitar este lugar de noche es muy aterrador, así que me mantengo cerca de ellos.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? — parece que nota mi miedo.
—Sí. Solo hace mucho frío aquí y el ambiente no me gusta.
—Ven. — se quita la chaqueta de su atuendo y la pone en mis hombros. Me agarra de la mano y continuamos caminando. Estas cosas pequeñas me hacen sentir tan bien y protegida. Siempre ayuda a que mi miedo desaparezca, independientemente de la situación.
Llegamos a la sepultura y nos quedamos en silencio frente a ella.
— Que en paz descanse. — es lo único que puedo decir. Ellos solo observan en silencio. Supongo que así enfrentan la situación.
Repentinamente, escuchamos sonidos extraños cerca de nosotros.
—No te alejes de mí. — Jack me ordena. Como Jack no tiene armas, sostiene un tronco de madera y revisan hasta que sale una persona de la oscuridad.
—¡Esperen! ¡Soy yo! ¡Charles! — dice antes de que lo puedan golpear.
—¿Tú? ¿Qué diablos haces aquí? — Jack le pregunta.
—Quería despedirme, al igual que ustedes, aparentemente.
—La policía te está buscando. Tienen muchos asuntos que terminar contigo. — Jacob le dice.
—No me entregaré a esa gente jamás. Prefiero pegarme un tiro en la frente.
—Será mejor que lo hagas de inmediato porque no te dejaré escapar. — le amenaza.
—Lo haré, créeme. Pero antes tengo que darles esto. — muestra un maletín.
—¡No! Primero dinos qué hay dentro. Estoy cansado de las sorpresitas ya.
—Hay una laptop que contiene una lista de ubicaciones codificadas. Pronto entenderán de qué y de quiénes se tratan.
—¡Dije que no quiero sorpresas! ¡Habla claro o puedes morirte con tu estúpido maletín! —repite Jacob. Está muy cabreado.
—Es la lista que continúa. Una lista de personas que pronto tendrán que asesinar. Quieran o no, tendrán que seguir el trabajo de Williams. Puede que dentro de meses o incluso años, pero pasará. Es lo que les decía: tenía una buena razón, pero no era la manera. — no entiendo nada y sé que por la cara que traen, ellos tampoco.
¿Más problemas? ¿En serio? ¿No podemos simplemente vivir en paz?
—Por supuesto. — Jack se acerca y toma el maletín. ¿De verdad está accediendo a esto? Como respuesta a mi pregunta, lo lanza contra el suelo, lo pisa, le coge el arma a Charles con un ágil movimiento y dispara varias veces al maletín, dejando enormes agujeros.
Sea lo que sea que había dentro, ya no servirá.
—No caeré en más juegos. Estoy harto.
—No lo entienden. Hágame caso. Esto tarde o temprano los perseguirá.
—Entonces díselo a la policía para que podamos resolver esto legalmente. — suenan las sirenas de las patrullas acercándose. — Espero que te pudras en la cárcel. — Jack le dice con mucha rabia. Tiene todo el derecho de estar así.
—Sacrifiqué mi vida para salvarte y así me pagas. Encimas tampoco pueden escucharme. Estoy diciendo la verdad.
—¡Nadie salvó mi vida, solo la jodieron más! Williams no murió con ese disparo, lo usó para perder el juicio y seguir con su estúpido plan. No le importó ni sus hijos, ni su esposa, ni su madre, ni nadie.
—No sabía de sus intenciones cuando el forense que obviamente había comprado me dijo que estaba muerto en ese hospital. ¿Qué querías que hiciera? ¿Que dejara que abrieran una investigación para que descubrieran que tú le habías disparado? Eras apenas un niño, no podía dejar que tuvieras ese final.
—Y aun así, eso no te hace una mejor persona. Las cosas que hiciste para suplantar su identidad durante tanto tiempo fueron igual o peor de lo que hizo Williams desde la oscuridad. — Charles se queda callado. — Tienes suerte de seguir vivo después de lo que intentaste hacerle a mi madre. El único responsable de que hoy estemos bien, soy solo yo. Acepta tu condena por las buenas o no saldrás de aquí vivo.
Mientras apuntan, los agentes se acercan y obligan a Charles a levantar las manos.
—Espero que cuando vuelvan a necesitarme, no sea demasiado tarde. — lo esposan, le leen sus derechos y se lo llevan en una patrulla al departamento federal para ser procesado de inmediato.
—¿Qué hago con esto? — Jacob recoge el maletín embalado.
—Tíralo a la basura. Qué más da. — Jack le contesta. — Vámonos de aquí. —paradójicamente, todo esto ha sucedido frente a la lápida de Williams. Incluso después de su muerte, causa problemas.
—¿Te quedarás conmigo esta noche? — me pregunta mientras conduce de regreso a su casa.
—Me gustaría, pero todavía tengo que cuidar a dos personas en casa. Espero que no hayan quemado nada.
—¿De quiénes hablamos? — Jacob asoma su cabeza desde los asientos traseros.
—De mi madre y Junior. ¿Ya no te acuerdas de ellos?
—Ah, sí, cierto. Es que han pasado tantas cosas. ¿Y por qué tienes que cuidar de ellos? ¿No están muy grandecitos ya?
—Sí pero mi madre tiene un trastorno de personalidad y mi hermano acaba de salir de un centro de rehabilitación. Ambos están siendo tratados por especialistas y a la mínima que me descuide, cualquier cosa podría pasar.
—¡Demonios! Me alegra que la familia Connor no sea la única desquiciada. Aunque me hiere un poco porque eso le quita lo especial.
—Puedes estar tranquilo, tu familia siempre será la excepción.
—¿Por qué? En tu familia también hay locos.
—Pero ninguno somos asesinos. — me arrepiento en cuanto lo digo. — Hace poco descubrimos algo terrible. — intento arreglar la conversación.
—¿Qué cosa?
—Encontramos al verdadero padre de Junior. ¿Adivina quién es? Nada más y nada menos que: Dexter. El dueño del restaurante donde pasaron todas las desgracias.
—¿Qué?
—Fue amante de mi madre hace más de 20 años atrás. Como resultado de esa aventura, lo tuvieron a él. Y desde entonces ha pasado una pensión de dinero solamente para mantener su existencia en la oscuridad y para que no arruinara su sucia y miserable imagen como político en ese entonces. ¿Tienes idea de lo mal que me siento? Llegué a estimarlo, trabajé con él sin tener idea de nada. — estoy muy molesta con este tema.
—Mierda. — dice en voz baja. — No te culpes. No tenías manera de saberlo. ¿Y él cómo está?
—Mejor que yo. Me sorprendió la manera en que se lo tomó. Lo aceptó, prometió cuidarnos y nunca dejar que nadie nos haga daño a mi madre y a mí otra vez. Por primera vez en la vida veo al hermano que siempre quise que fuera. Si tan solo todo hubiera sido diferente...
—El mayor error que puedes cometer es romperte la cabeza pensando en realidades alternas. Esta es tu vida. Nada ya se puede cambiar, pero sí se puede mejorar. Si Junior tiene palabra, cumplirá sus promesas. — Jacob me interrumpe.
—Por primera vez creo que te daré la razón. — lo admito y sonríe.
—Está bien. Te llevaré a casa, pero cualquier cosa llámame, ¿de acuerdo? — Jack coloca su mano en mi pierna.
—De acuerdo. Mañana tendré muchas cosas que hacer, pero quizás visite a Lía un par de horas. — acaricio su mano.
—Perfecto. — responde y conduce hasta dejarme en casa.
Día siguiente.
En las noticias solo hablan de Williams, Charles, el presidente y etc. He preparado algo rico para desayunar en "familia", luego de tanto tiempo. Martha sigue muy avergonzada con nosotros, pero si Junior no le ha reprochado nada, yo tampoco.
El desayuno ha sido muy silencioso.
—Ayer me enfrenté a Dexter. Quedamos en que no quiero saber de él, ni que vuelva a acercarse a mi familia. — Junior rompe el silencio. — No quiero que aceptes ni un solo centavo más de él, ¿te queda claro?
—Pero...
—¿Te queda claro? — Martha agacha la cabeza.
—Bien, como ustedes quieran. — no parece estar muy de acuerdo. Siempre ha sido obsesiva con el dinero.
Nos quedamos en silencio por largos minutos.
—Hoy tienes una cita. El doctor ya empezó a preocuparse porque llevas dos ausencias. — cambio de tema. — Iremos contigo.
—No hace falta que vengan conmigo.
—Pero sí iremos. Junior también debe saberlo.
—¿Saber qué? — Junior frunce el ceño.
—La razón aparente por la que nuestra madre padece de más personalidades. Así entenderás todo y sabrás cómo tratarla a partir de ahora. — la observo mientras bebo de mi café. — A mí me costó, pero creo que ya sé manejarlas.
—Ok. De hecho, me sorprende que...conociéndote estés tan tranquila. ¿Por qué ya no peleas con nosotros? ¿Por qué ahora pareces ser más simpática? — inquiere.
—Hicimos un trato. Más bien, hice un trato con una de sus identidades más problemáticas. — Martha se rasca la frente de manera sospechosa. — La saqué de la cárcel con la única condición de tratarse y ayudarme con lo que sea necesario. — y sobre todo por él, para que no se sintiera tan solo. Pero no se lo diré para que no piense que la obligué a preocuparse por él.
—Perdón, pero aun no entiendo. — frunce el ceño.
—Lo entenderás cuando lleguemos. De hecho, démonos prisa, ya casi es hora de irnos. — me levanto de la mesa con mis platos, me lavo las manos y minutos después, nos vamos.
Consultorio De Psiquiatría Todd, Washington DC.
Martha ha estado muy inquieta desde que llegamos. Parece no agradarle mucho este lugar. Pasamos a la oficina del médico después de esperar unos diez minutos. Nos quedamos sentados frente a su escritorio mientras la enfermera llevaba a Martha a otro lugar.
—Esta vez traje a mi hermano, Junior, para que le explique lo mismo que a mí sobre la situación de nuestra madre. — inicio la conversación.
—Perfecto. Mucho gusto, Junior. — abre una carpeta. — Pues el origen de la enfermedad de su madre es el siguiente: luego de una exhaustiva investigación, terapias y largas horas de plática con la paciente, pude completar el rompecabezas de su historia. — Junior está muy atento. — Hace muchos años su madre tuvo una aventura sexual con un hombre (su profesor) muchísimo más mayor que ella. Sus padres la castigaron por ello no solo físicamente, sino emocionalmente también al querer obligarla a categorizar ciertas acciones como moralmente incorrectas. El error de estos fue tratarla como culpable y no como lo que realmente fue: una víctima, ya que apenas era solo una niña. La encerraron durante días en una habitación, obligándola a ver un programa de televisión sobre ciertos personajes griegos mientras la golpeaban una y otra vez diariamente. — ella ya me había contado parte de la historia y cada vez que la recuerdo, siento algo romperse dentro de mí.
—¿Quién la golpeaba? — Junior pregunta.
—Su padre. Estos maltratos, según lo que pude recopilar por sus propias palabras, le desarrollaron un episodio de depresión mayor. Durante ese encierro creó inconscientemente un mecanismo de defensa que la desconectaba de su realidad. Eso la ayudaba a confrontar su situación.
—¿De qué mecanismo de defensa estamos hablando?
—Al desconectarse de su realidad, redirige las emociones que no sobrelleva hacia otro objeto. En este caso, el programa de televisión que estaba viendo. No es una coincidencia que los nombres de sus identidades sean exactamente igual que los personajes.
—¿Está diciendo que las...otras personalidades de mi madre son personajes ficticios de un programa de televisión?
—No exactamente, más bien, de ellos adaptó sus características y hasta sus nombres. Perséfone y Venere. Investigando un poco, tiene mucho sentido, ya que Perséfone en griego antiguo, significa "La que lleva la muerte", lo que explica por qué esta identidad es más caótica y algo peligrosa, ya que muestra muchos signos de agresividad. En cambio, Venere, mejor conocida como Afrodita, significa sensualidad y amor. De ahí entendemos por qué esta personalidad es más persuasiva y dócil. — sigue explicando el doctor.
—Dijo que estas personalidades son como un mecanismo de defensa para ella, ¿en qué aspectos cree que le ayudan? — pregunto.
—En el pasado, debido a que fue maltratada por su encuentro sexual con su maestro, Venere tomó las riendas de esta situación, mientras que Perséfone quizás es la que sabe cómo defenderse del peligro y proteger a Martha de la muerte.
—¿De la muerte?
—Martha nos explicó que durante el encierro intentó suicidarse, pero dice que le dio un fuerte dolor de cabeza y ya no se acuerda de nada más. Luego confirmamos que Perséfone lo evitó y tomó el control hasta que pudieron salir de esa habitación.
—¿Y cómo lo puede confirmar si Martha no lo recuerda?
—Cada personalidad tiene el control de sus propios recuerdos. Cuando una tiene el dominio, las cosas que haga y vea, las demás no las pueden recordar a menos que de cierta forma se lo comuniquen entre sí. Por eso cada una tiene una parte en blanco de la historia, cuyos vacíos se completa con las versiones de las demás. Como en este caso Martha, le hice varias preguntas que no supo responderme, sin embargo, Perséfone sí. — todo esto es más difícil de explicarlo que entenderlo, pero este doctor lo hace muy bien.
—Es...extraño y algo complicado todo este asunto. Sabía que algo pasaba con ella desde que vi esas pastillas en sus cosas. — recuerdo aquel día en que me comentó algo sobre ello.
—¿Qué tipo de pastillas eran?
—No lo recuerdo muy bien.
—Su madre estuvo en un centro psiquiátrico que fue clausurado por también tener una aventura con su doctor. El doctor...Walter, si no me equivoco. Algo me dice que Venere tiene mucho que ver aquí. Estuvo mucho tiempo bajo sus cuidados. Por el momento no he podido acceder a sus informes sobre cómo sobrellevó su situación, pero es evidente que nunca hubo mejora alguna.
—¿Cree que tenga mejora? ¿Hay una manera de curarla? — tengo esperanza.
—No exactamente. Puedo mantenerlas controladas bajo terapias y medicamentos, pero lo que intento es reducirlas a solo una y que Martha sea la predominante.
—Pensé que lo era. — estoy comenzando a dudar.
—No lo es. Perséfone (que de hecho me gusta llamarlas más como: personalidad A y B, que por nombres ficticios) parece ser la que tiene más control. Y eso es un problema cuando es la identidad más agresiva y manipuladora. Es con la que más me ha costado conversar.
—Yo he hablado mucho con ella. Es muy calculadora y.... vanidosa. Pero tampoco creo que sea alguien de la que debamos temer. Aunque...dijo algo sobre que no podía dejarlas salir porque estaban muy enfadadas. — recuerdo ese detalle.
—¿Enfadadas por qué?
—No lo sé, aunque admito que tienen muchos motivos. — si nos ponemos a pensar en todo lo que han tenido que vivir durante tantos años, motivaciones sobran.
—Aún me falta mucho fondo que tocar sobre este asunto. Si siguen tan empeñadas en seguir protegiéndose es porque sienten que todavía hay una amenaza. — escribe algo en sus hojas. — ¿De casualidad saben cuándo podría reunirme con su madre? — frunzo el ceño.
—Pero...su madre murió hace... años en su propia casa. Dicen que unos ladrones la mataron, pero es todo lo que sé.
—¿Cómo? ¿La madre de Martha Cross está muerta?
—Sí, así es. Estoy muy segura. ¿Qué sucede?
—Porque parece que Martha eso no lo sabe. Cree que aún está viva. — Junior y yo nos miramos. Este asunto se pone cada vez más denso y complejo. — ¿Y de su padre?
—De él no sabemos nada, pero podemos investigar. Tengo gente que puede ayudarme con eso. — Jack y Eric vienen a mi mente.
—Perfecto. Entonces cuando sepan algo, comuníquenmelo por favor. — cierra el expediente. — Seguiré con las sesiones y consultaré con más expertos para tratar la disociación de su madre. Estos casos son muy inusuales, pero cuando se presentan merecen todo el nivel de atención.
—Y se lo agradezco muchísimo. Esto es muy importante para nosotros.
—Para eso estamos. — me estrecha la mano respetuosamente.
Podemos ver a Martha mirándonos de una manera muy inusual y fija a través del cristal de la sala en la que está cuando salimos. Sin pestañear, observa primero al doctor y luego a mí. Es como si supiera que algo está pasando y lo tiene todo controlado. Vuelve la mirada a la enfermera en su frente y Junior y yo nos alejamos de la zona.
¿Qué está pasando contigo madre? ¿Cuántos secretos más nos estás guardando?
En este momento, tenemos varias tareas pendientes: solicitar la ayuda de Eric o Jack para obtener información sobre mis abuelos, mantenernos en contacto con Martha y tomar una decisión sobre mi vida después de quedarme sin trabajo de nuevo después del problema con Dexter y su restaurante.
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