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Capítulo 30.

Nos han subido en una furgoneta blindada para encerrarnos en una prisión provisional hasta que se vuelva a reanudar el juicio. Debido a los problemas y el intento de homicidio, no quedó concluido. Tendrán que posponerlo para una nueva fecha.

Hasta hace poco, seguían avanzando. Sin embargo, el conductor cambió de dirección después de escuchar en la radio que Williams estaba cerca de nuestra carretera.

—Si me permiten comentar debo decir que a este paso jamás podrán alcanzarlo. Se nota que no están lo suficientemente preparados para enfrentarse a estas situaciones. — dice Jacob. Es increíble que, sin importar la gravedad de las situaciones, siempre se vea tan relajado.

—Te recuerdo que aquí el esposado eres tú y no nosotros. No intenten nada estúpido, tengo permiso de dispararles si es necesario. — le responde el conductor. Puedo diferenciarlos por el sonido de las voces.

— ¿Por qué nos llevan con ustedes en la persecución? — pregunto.

—La prisión queda de camino.

—¿Quieren llevarnos a prisión mientras siguen a Williams? — algo no me cuadra aquí.

—¿Cuál es el problema con eso, bro? ¿Acaso no escuchaste la radio?

¿Acaba de decirme bro? Esto no suena muy de policías. Frunzo el ceño y miro a Jacob. Tiene la misma expresión que yo. Esto no nos huele nada bien. ¡Mierda! No son policías. No lo están siguiendo para capturarlo, lo están escoltando y nos están llevando con él también.

Jacob me detiene antes de que pueda explotar y decirles algo.

—No lo hagas. — habla en voz muy baja. — Tengo todo bajo control. — presiona algo en la carne dentro de su oreja. ¿Pero qué hace? ¿Por qué ha hecho eso? No tengo ni puta idea, pero tendré que confiar en él. Parece ser el único que tiene una carta bajo la manga en estos momentos.

— ¿Sabes? Debiste haberme matado, pero no lo hiciste, no porque no quisiste sino porque tenías una pésima puntería. — frunzo el ceño sin entender porqué mete este tema de conversación.

Me guiña el ojo y entiendo que solo quiere ganar tiempo. ¿Pero para qué?

—¿De verdad quieres hablar de eso ahora? Si no fuera por el trasero de Williams hoy ni siquiera estuvieras aquí. — le sigo el juego, pero sigue siendo verdad.

—Sí, claro. Tú nunca aceptas tus errores. Trabajar en la policía solo te hace más estúpido. — puedo oír sus risas. Están disfrutando de nuestra no tan falsa conversación.

—Míralos, son solos dos niños jugando a quien es el más rudo. — dice el otro.

—¡Perdón! ¿Hablas de nosotros? — abren la ventanilla.

—Sí, de ustedes. — su cara me confirma que no es policía. — Si tan rudos fueran ni siquiera estuvieran en esta furgoneta. — se ríen.

—No creas todo lo que dices. Estamos justamente donde queremos estar. — les vuelve a decir. Justo en este momento, el camión se detiene bruscamente. Por el sonido de las llantas, noto que alguien ha pinchado los neumáticos desde fuera.

—¿Qué hiciste maldito demente? — nos grita, pero al bajarse de la furgoneta, alguien o algunos los atacan y solo hasta que escuchamos silencio, salimos también.

—¿Qué está pasando? — le pregunto a Jacob. Parece estar familiarizado con la situación.

—Tranquilo, son mis chicos. Agáchate. — explotan las puertas y el humo no me deja verlos con claridad. Hay 4 vehículos más a cada lado de nosotros. Uno de ellos baja el cristal y lanza una radio que Jacob atrapa.

—Buen trabajo muchachos. — les dice. Otro de ellos nos rompe las esposas y nos dan ropa limpia de nuestra preferencia. Nos subimos a otra camioneta y el hombre al volante conduce.

— ¿Hacia dónde señor? — pregunta el enmascarado a Jacob.

—Detrás de ese hijo de perra. — le contesta, refiriéndose a Williams. Sabía que tenía sus cosas pero jamás que fuera el líder de toda una organización que todavía desconozco. Ya llegará el momento en donde me explicará todo esto.

Cuanto más nos acercamos, me da una ak 47 y saco medio cuerpo por la ventana, apunto a los neumáticos de la furgoneta donde va Williams y disparo. Esto hace que resbalen por la carretera, se desvíen, colisionen con otros de sus propios coches y provoque una explosión.

Los tenemos.

Los hombres de Jacob rodean el vehículo con sus armas. Es él. Definitivamente lo es. Estaba preparado para recibir a otros más de sus peones en su lugar, pero esta vez, solo está él. Tiene un fuerte golpe en la frente y casi no puede abrir los ojos.

Toca el arma en sus bolsillos y antes de que pueda usarla, se la quito.

—Se acabaron los juegos, padre.

Horas después.

Estamos en la cabaña en medio del bosque, donde nos reunimos para planear la operación de la fiesta de Halloween. Aquí estaremos seguros, al menos unas buenas horas. La tengo preparada específicamente para momentos como este. Los hombres de Jacob se quedan afuera por precaución.

Tenemos a Williams amarrado de una silla. No queremos que siquiera intente escapar otra vez. Cuando abre los ojos, se queda viéndonos tranquilamente. Aún sigue con su golpe en la frente, pero al menos se lo han vendado. Más de lo que merece.

— Bien, ya que estamos aquí y despertaste de tu siesta, ¿podrías darnos una explicación? Pero una de verdad. — intento mantener la calma.

—No se trata de ustedes. Están metiendo sus narices en algo en lo que no tienen nada que ver.

— ¿No es contra nosotros y aun así casi nos meten a la cárcel por tu maldita culpa?

—Les advertí y no se detuvieron. Soy un hombre de palabra. Tú más que nadie debes entender eso.

— ¿Por qué estás asesinando a tanta gente? ¿Qué te hicieron para que fueras capaz de fingir tu propia muerte? — la única razón por la que no lo estoy torturando es por saber la verdad y que todo quede grabado.

— Cuando trabajas tanto tiempo para el estado sabes demasiado. Fingen ser tus mejores amigos mientras les conviene pero cuando ya no te necesitan te conviertes en un problema. En un riesgo de seguridad. — parece perderse en los recuerdos mientras lo dice. — Hasta que en una de esas misiones descubrí algo aterrador. Algo que el estado le ha ocultado al mundo durante décadas. No podía quedarme de brazos cruzados después de ver mi nombre en esa lista, así que comencé a crear la mía. No sabía (aún no sé) quiénes son los responsables pero algunos de ellos tendrá que ser.

—¿Qué fue lo que encontraste en esa misión? ¿Una lista con tu nombre? — frunzo el ceño.

—Una carpeta roja con la lista de personas que querían asesinar sin dejar rastro. Dentro de ellas: yo. — Jacob y yo nos miramos. — Me costó meses planear mi desaparición pero creo que me hiciste un favor. Por suerte no me mataste pero me impulsaste a aprovecharme de la situación. — está completamente loco, de eso no hay duda. Se ve tan diferente de la última vez. Han pasado demasiados años.

—Llevé en mi consciencia una muerte que no pasó durante casi 15 años, ¿te das cuenta?

—Pero supieron arreglárselas, ¿no? Charles, mi adorable hermano tuvo una grandiosa idea que jamás le pedí. ¿Qué es eso de tomar mi lugar para salvarte? Siempre supe que era tonto pero no tanto.

—Aunque también sea un imbécil, hizo más por nosotros que tú en toda la vida. ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

—Creo que ya son demasiadas preguntas ¿no?

—¡Contesta o te volaré la maldita cabeza! — Jacob le apunta con el arma.

—Estoy tan orgulloso de ustedes. Miren en los hombres que se han convertido.

—Contesta. — lo presiono. Ahora entiendo de dónde Jacob sacó su irritante carácter.

—Estuve viajando por ciudades con una nueva identidad. Conseguí todo lo necesario para permanecer oculto todos estos años y los asesiné uno por uno. Cuando terminé en Filadelfia, vine hasta aquí. Aquí continúa mi lista.

—¿Quiénes están en esa lista? ¿Cuál es el motivo de todo esto?

—Acabo de explicártelo. Si alguno de ellos cae, esas listas también.

—¿Qué tan peligrosa podría ser una simple lista con nombres? — Jacob pregunta.

—Cuando te buscan eternamente para asesinarte si estás en ella, creo que mucha.

—¿Y cuál es tu manera de arreglar esto? ¿Crees que fingir tu muerte durante tantos años y matar a quien se cruce en tu camino es la manera? — camino a su alrededor.

—Creé mi propia lista. Mis hombres y yo pasamos años planeando todo esto, por eso saldrá a la perfección y así podré estar tranquilo. Todos caerán.

—¿Quién sigue? ¿A quién intentarás matar ahora? — lo miro a los ojos.

Me mira y sonríe.

—Creo que eso ya lo sabes. — tiene que ser el presidente, por eso ha venido hasta aquí. No por nosotros, por él.

—Sabes que no te lo permitiremos, ¿verdad?

—Lo sé. Pero aunque me tengan aquí, no lo detendrán. Tengo gente por todos lados. Ellos harán mi trabajo.

—Estás demente. Te quedarás en esta silla hasta que la policía venga por ti.

—Bien. No me importa mucho lo que pase conmigo después de tanto. Estoy algo cansado y...viejo. Pero hay algo que todavía no entiendo. — recuesta más su espalda en la silla y mira a Jacob. — ¿Por qué alguien como tu hermano impediría que haga exactamente lo que hace él casi a diario? ¿No te pagaban por matar a personas que ni siquiera conocías? — esa también ha sido mi duda desde que llegó a esta ciudad. Así que espero que al menos a él, si se atreva responderle.

—Ustedes no saben nada sobre mí. — está muy molesto.

—Exactamente, por eso...explícanos. — me mira. Sabe que también quiero saber la verdad.

—Charles me encontró y me pidió ayuda para detenerte. Estaba muy negado, no quería saber nada de ustedes así que le dejé claro que no volviera acercarse a mí. Evidentemente no me hizo caso. Empezó a seguirme por todas partes como un maldito acosador hasta que descubrió lo que más protegía en la vida. Lo usó en mi contra para obligarme a seguir pistas sin sentido, encontrarte y convencer a Jack de ayudarnos también. — empieza a confesar. — Mientras más me adentraba en el tema, más sabía que esto era mucho más peligroso de lo que me podría imaginar y empecé a tener miedo. Charles me pagó para rastrear a Jack y como cazarrecompensas al fin, lo hice sin ningún problema. Usé a mi equipo para ser más inteligente que él pero creo que de nada valió. Ya estamos metidos en esto hasta el cuello.

—Después de 15 años, ¿nunca volvieron a verse?

—¿Tú que crees? — parece sorprendido por esta parte de la historia.

—¿Y Karol? — una extraña sensación recorre mi pecho en cuanto pregunta. — ¿Ella cómo está?

—Mucho mejor de cómo estaba contigo. — le respondo con mucha rabia. A pesar de que siempre fue un imbécil y su trabajo era lo único que le importaba, nunca le hizo daño. Al menos no físicamente. Se aseguraba de que nada nos faltara, pero ¿a qué costo?

—¿Ella sabe que estoy vivo?

—Por las noticias, seguramente sí. Pero no te preocupes, ya no es la misma de antes. Con Jacob tiene suficiente.

—¡Señor! Debemos movernos, esta zona ya no es muy segura. La policía los está buscando por todas partes. — dice uno de los hombres de Jacob.

—Nos vamos en un momento. Recojan todo y eliminen las evidencias. — lo obedece.

—Dime algo antes, hijo. — la sangre me hierve cada vez que me llama así. — ¿Cómo la has pasado todos estos años con la culpa de haberme asesinado? ¿Qué fue peor? ¿Creer que mataste a tu propio padre o haber intentado asesinar a tu propio hermano? — está provocándome, lo sé.

Le golpeo la cabeza con el arma.

— ¡Cierra la boca! Tú nos convertiste en esto. Eres el único responsable de lo que somos hoy. — el pasado era algo que quería evitar a toda costa y esto no me está ayudando.

—Pero ustedes no hicieron nada para detenerlo. Les gusta. Tenemos un espíritu asesino que tarde o temprano termina matándonos. — escupe sangre.

—Tú eres nuestro único mal. Y solo si te destruimos podremos estar en paz. — Jacob sigue apuntándole.

—La paz nunca será opción para un Connor. — por el movimiento de afuera, creo que ya tenemos que irnos.

—Llévenlo a la furgoneta y no lo pierdan de vista. No dejaremos que escape otra vez. — lo levantan y hacen exactamente lo que les dice. Recojo mis armas pero antes de salir, percibo lo muy preocupado que todo esto tiene a Jacob. Me ha estado diciendo que está protegiendo a alguien y que Charles la usó para obligarlo hacer esto, así que ya creo saber de qué se trata.

—Creo que ya puedo entender la razón. — me mira. — Enamorarse. Muchas veces puede ser una debilidad y algo peligroso, pero es lo más... humano que podrás sentir jamás. Aquí me tienes de ejemplo. Melanie es lo único bueno que tengo, aunque a veces tenga que perderla. — me abro a él, como jamás pensé que lo haría.

—Hay diferentes formas de amar y yo conocí una de ellas. Haría lo que fuera por asegurarme de que nada le pase. — contesta. Me sienta bien empezar a conocer su lado humano, el que creí que no tenía.

—Esto terminará algún día. Sea cual sea el final, nos aseguraremos de que nada les pase. —coloco una mano en su hombro y parece estar sorprendido por mi gesto.

—Tú sí mereces un buen final. No solo por lo que hiciste por nuestra madre, sino por lo que eres ahora a pesar de toda la mierda que pasamos. — escucharlo decirme estas cosas sí que me sorprende.

Terminamos con este extraño momento y antes de irnos a donde sea que partiremos, tengo algo que hacer. Me dan uno de sus vehículos y conduzco por las calles más seguras (ya que soy un fugitivo) hasta poder llegar a casa.

Entro por la puerta oculta en el jardín que lleva directamente al baño de mi habitación. Está muy silenciosa. Mi madre no está aquí, la envié a otro lugar para que estuviera segura hasta que todo esto termine. Me doy un baño de inmediato y me pongo mi propia ropa.

Al salir y ver a alguien en mi cama, me hace sacar el arma por instinto hasta ver quién es.

Es Melanie.

Respiro de alivio y tranquilidad al verla aquí. Casi me pregunto cómo pudo entrar, pero recuerdo que le había dado una llave. Está abrazando una de mis almohadas y me da mucha ternura verla así. Me acerco a ella lentamente y le doy un beso en las mejillas. No quería despertarla, pero lo hice.

Se asusta e intento tranquilizarla.

—Tranquila, soy yo. — sujeto sus manos.

— ¿De verdad estás aquí?

—Sí, por ahora. Lo resolveremos todo, lo prometo. — me abraza con desesperación.

—Tengo mucho miedo. Tengo mucho miedo de perderte. — suelta lágrimas que seco al instante con mi pulgar.

—No me perderás. No hemos llegado tan lejos juntos por nada. Solo dame tiempo ¿sí? Esto es algo que solo podemos arreglar Jacob y yo.

— ¿De verdad confías en él?

—Tengo que hacerlo, aunque siga odiándolo. — pegamos nuestras frentes.

—Es un psicópata, pero al menos sé que, aunque quisiera, jamás te haría daño. Peleas mejor que él. — nos reímos. La única que puede hacerme reír en un momento como este.

La observo unos largos segundos.

Verla aquí, en mi habitación, envuelta en mis sábanas es lo que me gustaría ver por el resto de mi vida al despertar. Solo espero que el sol vuelva a salir para nosotros y tengamos más oportunidad.

—Disculpa que...me encuentres aquí. Yo...me sentía mal y quise venir. — está nerviosa.

—No necesito explicaciones. Puedes hacerlo cuando quieras, por eso te di una llave. —acaricio sus manos con mis pulgares. — ¿Pudiste hablar con Charles? — cambio de tema.

—Sí. Solo repetía una y otra vez que su testimonio no cambiaría nada. Williams de todas formas seguiría con su plan y que los únicos que realmente podrían detenerlo, son ustedes dos. Sus hijos.

—Y tiene razón. Tiene un segundo plan para cualquier cosa y ya sabemos a quién intentará asesinar ahora.

— ¿A quién?

—Al presidente. — ataca los ojos. — No sabemos cómo, cuándo, ni dónde, pero lo vamos a averiguar. Tengo que contactar a mi gente sin que el FBI se dé cuenta y finalmente, ver si podremos detenerlo.

—¿Al presidente? ¡No puede ser! — expresa con horror.

— ¿Qué?

—Dexter habló de una recaudación para las escuelas en el restaurante donde el invitado de honor sería el presidente.

— ¿Dexter?

—Es mi jefe, el dueño del restaurante en el que Jasper y yo trabajamos.

— ¿Y qué tiene de relación su restaurante con la política?

—Jasper me contó que también es un expolítico. Así que ahora las cosas concuerdan. Puede ser que tu padre monte todo para intentar asesinarlo esa noche. Como habrá muchos invitados, será muy fácil camuflajearse. — todo tiene sentido.

— ¿Cuándo será esa recaudación?

—Mañana.

¡Mierda! ¿Cómo diablos prepararemos todos de la noche a la mañana?

Necesitamos un plan y honestamente, yo no lo tengo. Es imposible predecir sus pasos, por lo que todo se me vuelve más difícil. Supongo que Jacob tendrá algo en mente cuando le de esta información. Más tarde, Frederick me da un teléfono antiguo que es irrastreable. Necesito hacer varias llamadas, la primera de ellas, a mi madre. Necesito saber cómo está.

Melanie va a la cocina a prepararme un té mientras marco el número y espero que conteste.

¿Bueno? — escuchar su voz me calma.

—Madre, soy yo. Jack.

— ¡Oh por Dios! ¡Mi niño! ¿Cómo estás? ¿Qué pasó? Vi las noticias y no he podido estar tranquila. ¿Estás bien?

—Sí, tranquila, estoy bien. Solo que las cosas se complicaron un poco y no sabemos qué hacer.

—No siempre tienes que hacer algo para salvar al mundo. No siempre puedes saberlo.

—Si no hago nada nadie más lo hará y mucha gente morirá.

—Sé que sonaría egoísta de mi parte, pero prefiero que todos mueran excepto tú. Eres mi hijo. Eres lo único que tengo y lo único por lo que aún sigo viva. Por favor. — siento la melancolía en su voz.

— ¿Estás diciéndome que no haga nada?

—Solo te estoy diciendo que no te arriesgues tanto por salvar la vida de personas que ni siquiera sacarían la cara por ti. — y por más que quiera negarlo, tiene algo de razón.

Me quedo en silencio unos segundos y trato de pensar.

Eres demasiado para Washington. Esa gente nunca te sabrá valorar. Déjalos que entiendan que te necesitan para ganar esta guerra. — pensándolo bien, eso es justamente lo que haré. No me esconderé más. No pelearé más. Si ellos (el gobierno, las bases de inteligencia y los sinnúmeros de sapos del FBI) de verdad son capaces de tratar de condenarme por supuesta corrupción, seguramente podrán detener a Williams Connor sin ningún problema. Como sé que jamás podrán, es una excelente estrategia.

Me despido de ella y cierro la llamada para marcarle a Eric. Reacciona de la misma manera, pero con menos drama.

— ¿Necesitas algo?

—Me entregaré mañana. Diré la verdad de lo que pasó y aceptaré cualquier sentencia.

— ¿Qué? ¿Estás loco? No sé dónde estás pero es mejor que te quedes ahí.

—Estoy hablando en serio. No lucharé más. Si Williams quiere matar al presidente, no haré nada para impedirlo.

— ¿Y el plan? Porque siempre tienes un plan debajo de la manga, ¿verdad? Dime que lo hay. Dime que no te rendirás tan fácil.

—No hay ningún plan. — aseguro. — Te veo mañana a primera hora en el puente. Lleva a todos los agentes que quieras. No tengo ningún problema. Iré desarmado. — digo y cuelgo.

Le doy una radio a Melanie para que se comunique directamente con Eric por si corre algún peligro. Teniendo en cuenta que trabajará esa noche en el lugar en el que intentarán matar al presidente, no quiero que nada malo le pase. Esto la tiene muy preocupada, lo sé. Lo veo en su rostro. Pero existen personas que tienen vidas muy catastróficas y nosotros estamos dentro de ellas. Nuestros mundos no dejarán de colisionar.

Esta es la parte más difícil: obligarte a aceptar una realidad que no quieres vivir.

6am.

Llego al puente y en cuestión de minutos, Eric aparece con muchos agentes. Se acerca a mí y saca unas esposas.

— ¿De verdad esto es lo que quieres? — pregunta, mostrándomelas. Sé que le cuesta hacerme esto, pero tiene que.

—Sí, adelante. — se coloca detrás de mí y me esposa.

—No sé qué haces, pero quiero que te conste que soy capaz de renunciar a mi placa por ti. Ambos sabemos que no mereces estar en esta posición. — me susurra sin que los demás escuchen. Me quedo en silencio, pero sé que es capaz de hacerlo, sin ni siquiera decírmelo.

Minutos después, llegamos a las celdas nuevamente.

Ver a Jacob en ellas otra vez, sí que me sorprende. Cuando los agentes nos dejan a solas, frunzo el ceño mientras lo veo. Sé perfectamente que tiene los medios para desaparecer como lo ha hecho durante años. ¿Por qué está aquí?

—Parece que después de todo, compartimos la misma neurona. — dice, con su tono de voz tan gracioso que me irrita.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Qué haces tú aquí?

— Tienes un plan, ¿verdad?

— ¿Tú qué crees? — teníamos un plan, pero no pensé que también estaría encerrado conmigo. — Nos transportarán, pero adivina por cuál calle nos llevarán. Exacto, por donde estará toda la maldita seguridad de la ciudad, por el restaurante donde el presidente estará. — para armar planes locos, sí que es inteligente.

— ¿Y? ¿Qué piensas? ¿Tu escuadrón de 8 personas se enfrentará a todos los agentes, policías, militares y guardaespaldas de la ciudad? — esto no lo habíamos hablado.

—Hay mucha más gente de nuestro lado de la que te imaginas. Montaremos un espectáculo y no tendrán otra opción que liberarnos. Seguiremos el plan. Confía en mí.

— ¿Qué clase de espectáculo?

—Ya lo verás. Has hecho demasiado en esta ciudad durante muchos años, esto déjamelo a mí. Haré que todos conozcan nuestra historia. — estoy muy intrigado por ver qué piensa hacer.

Horas después.

Solo nos pusieron esposas normales esta vez. Supongo que ya saben que siempre encontraremos la forma de zafarnos y disparar, no importa el material del que estén hechas. Como de costumbre, llevo mi traje de tres piezas junto a mi gabardina negra. A la cárcel, pero con elegancia. Jacob está vestido de la misma manera. Tenemos los mismos gustos, al menos en lo que respecta a los trajes.

Después del incidente en el salón, el juez nos dio una sentencia por escrito de 20 años de prisión. Es probable que haya experimentado un trauma del que no se recuperará por mucho tiempo. Que le haya salvado la vida, tampoco sirvió de nada. La condena fue la misma de todas formas. Me gustaría expresar mi gratitud a Sarah por su gran esfuerzo por ayudarnos, pero sabíamos que esto sucedería de cualquier manera. 

—Dime que tienes un plan de escape, por favor. No puedo permitir que te dejes hacer esto. — dice Eric. Está más preocupado por mí que yo mismo.

—Tranquilo, no pasa nada. Sabes que esto iba a ocurrir en algún momento. Tú siempre me lo advertiste. Nadie podría hacer este trabajo mejor que tú.

—Puedo ayudarte a escapar. Tengo buenos lugares para esconderse. Déjame ayudarte como aquella vez te ayudé con tu madre. — su angustia me hace sentir igual. Hemos crecido juntos y ahora siente que me pierde. Puedo entenderlo. Si él estuviera en mi lugar, tampoco sabría qué hacer. Es probable que asesine a todos los oficiales de policía que intenten arrestarlo. Sin embargo, esto es lo que es. Está bien. Es el mejor agente de la ciudad. Siempre ha sido él.

—No hay nada que hacer. Solo tengo algo que pedirte en caso de que las cosas vayan mal. — me presta atención. — Protégelas mientras no esté. Aunque puedan cuidarse solas nunca las pierdas de vista y asegúrate de que nada les falte, ¿de acuerdo? — aunque tengo un plan, el futuro es muy incierto.

—Cuenta con ello. Pero ¿qué hay de mí? ¿qué haré sin mi hermano? — sus ojos están inyectados en sangre. — Porque eso es lo que eres para mí, un hermano. No podré hacer este trabajo sin ti. Nada será igual.

—Te acostumbrarás. — este chico ha estado a mi lado desde cero y ha permanecido sin importar nada. Es la persona más fiel que he conocido.

Un guardia nos comunica que es momento de partir. Él a proteger al presidente y yo al furgón donde nos llevarán a la cárcel. Nos damos un último abrazo y nos vamos por diferentes caminos. Jamás me había sentido tan inseguro de lo que podría suceder como ahora. No tengo control sobre este plan y no estoy seguro de si funcionará.

Es la primera vez que debo confiar en otra persona para que algo salga bien. En la mayoría de los casos, soy yo quien siempre soluciona todo y no salir de mi zona de confort me ayuda a sentirme más tranquilo. Es posible que haya llegado el momento de permitir que otra persona tome las decisiones, que otra persona tome el riesgo y considere mi opinión. Mi hermano, el psicópata, no es la mejor opción, pero no tengo nada más.

Esto es más grande que yo, que nosotros y los problemas que hemos tenido en el pasado.

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