Luego de haber cenado y tener una noche cálida con Karol, estoy en la habitación de Jack. Me ha pedido que me quede a dormir esta noche y no pude negarme. Me he familiarizado más con Frederick y mientras más lo trato, más me doy cuenta de que es una persona increíble y sobre todo, cocina muy rico. No sé de dónde Jack lo sacó, pero se nota que ha encajado bien con ellos. Estoy viendo las pocas fotografías que tiene suyas colgadas en las paredes. Ha sido hermoso desde pequeño. Tiene todo muy acomodado y con tonos neutros.

«Recuerda que, si quieres resultados diferentes, no debes hacer lo mismo que hacen los demás»

El consejo de Karol no sale de mi cabeza. Quizá es hora de hacerle caso. Ya que él no me llama, lo haré yo. Tomo el celular, busco su número y le marco. No contesta las primeras veces y a las siguientes sale la máquina. ¿Qué está pasando? ¿Qué hace? ¿Qué le pasa conmigo?

Pocos segundos después, la llamada entrante de un número desconocido suena en mi teléfono.

Contesto.

— ¿Hola?

—Melanie, ¿todo bien? — es la voz de Jack.

— ¿Jack? ¿De verdad eres tú? ¿Qué sucede? — estoy muy preocupada. Mi corazón se acelera de manera excesiva.

—Escúchame...estoy en un caso muy peligroso, no puedes llamarme hasta que me asegure que todo esté bien, ¿entiendes? No tiene nada que ver contigo, solo es por seguridad. — su voz suena agitada, como si estuviera caminando.

— ¿Por qué no hablaste conmigo de esto antes? Me habría preparado para esto. 

—No tuve tiempo baby. Por favor, perdóname.

— Sé que hay algo que no me dices. — su silencio me contesta. — Pero está bien, cuando regreses hablaremos. Cuídate mucho. — cuelgo. Sintiéndome aún más preocupada que antes. 

6am.

Después de ducharme y colocarme la misma ropa de anoche, desayuno con Karol y me voy a casa. No debería dejar a Junior solo sabiendo cómo está, pero también necesitaba un respiro.

El día está muy nublado. El sol aún no sale y las calles están un poco oscuras. Es muy temprano todavía. Cuando voy de regreso, ver a un grupo de hombres golpeando a alguien llama mi atención. Mientras más me acerco, reconozco al chico. ¡Es Junior!

Bajo de inmediato gritándoles que se alejen de él.

— ¿Qué pasó chiquita? ¿Este chico es tu novio? — dice uno de ellos, acercándose con una navaja en manos. No puedo quitarle los ojos de encima a la sangre que le sale a Junior de los golpes.

—Es mi hermano, así que mejor aléjense de él si no quieren que llame a la policía. — les amenazo y se ríen de mí.

— ¿Están oyendo? "Llamará a la policía". — se burla.

— ¡Así es! Mi novio es policía, así que, si quieren disfrutar un poco más de sus asquerosas vidas, les recomiendo alejarse. ¡Déjenlo ir! — aunque es cierto, solo lo digo para hacer tiempo e intentar acercarme a él.

—Eso no nos incumbe, preciosa. Y aprovechando que estás aquí, deberías pagarnos con algo todo lo que tu hermano nos debe. — miro a Junior. ¿Será por esto por lo que ha estado así? Se acerca y antes de que pueda hacerme algo, lo empujo fuertemente sobre sus compañeros.

Junior viene a mí y corremos a mi auto.

Antes de que pueda entrar, uno me alcanza y le muerdo el brazo instantáneamente. Cuando nuevamente intento escapar, los demás me acorralan. Miro a Junior con la esperanza de que me ayude, pero no hace nada, solo me ve por el cristal del coche, sin parpadear. Intentan besarme, me tocan las piernas, pero me muevo bruscamente para quitármelos de encima.

De repente, siento que cada uno se va alejando de mí. Cuando regreso a mis cinco sentidos, me doy cuenta de que han sido golpeados por un hombre que ha aparecido de la nada. Por la forma en que pelea, se ve que tiene bastante experiencia.

—Hacerle esto a una chica, no es de caballeros. — le dice el hombre misterioso al más grande de todos ellos. — Ahora, si no quieres que te arranque cada uno de los dientes no te acerques más a esta gente. — lo amenaza. Los demás están muy malheridos en el suelo.

El hombre lo suelta y se va corriendo con todos sus amigos.

—Gracias por su ayuda, señor. — estoy temblando de nervios.

— ¿Señor? Me siento ofendido. No hay mucha diferencia de edad entre tú y yo. Te ves joven, pero sé que ya eres mayorcita. — su voz es muy grave. Parecida a la de Jack. De hecho, observándolo mejor, tiene cierto parecido; mucho parecido en realidad. Tienen el mismo color de ojos, de piel, incluso hasta la altura y la forma de sus músculos. La diferencia es que este tiene el cabello más largo y no tiene barba.

—Discúlpeme, no era mi intención ofenderlo. Y gracias otra vez por ayudarme. — le digo. Junior está en shock, diría yo. Tengo que llevarlo al hospital. — ¿Necesitas ayuda con tu hermano?

— ¿Cómo sabes que es mi hermano? — frunzo el ceño. Parece ponerse nervioso.

—Lo escuché cuando me acercaba. Se ve muy mal, ¿segura que puedes sola?

—Sí, no se preocupe, ya ha hecho bastante por mí hoy. Muchas gracias. — le sonrío y me acerco al coche.

—No es nada. — contesta. Hay algo en su actitud que me resulta extraño.

Enciendo el auto y conduzco al hospital.

— ¿En qué diablos te metiste? ¿Quién era esa gente? — le pregunto mientras vamos de camino.

—Vamos a casa, por favor. — es lo único que dice.

— ¡No! Tenemos que ir al hospital primero, ¿estás loco?

— ¡No quiero ir al hospital! ¡Tú puedes curarme las heridas! No son gran cosa.

—Pero...

— ¡Haz lo que te digo o me bajaré del coche ahora mismo! — no entiendo su actitud tan rebelde, pero hago lo que me pide. No quiero complicar más este día, el que ha empezado con mal pie, evidentemente.

Horas después.

Ya le he curado las heridas con los utensilios de primeros auxilios que tengo en casa. Ha estado muy callado desde que llegamos y prefiero dejarlo así hasta que se le pase y pueda hablar tranquilamente conmigo sobre lo que acaba de pasar. Cuando está en el baño, aprovecho para revisar su billetera y ver si encuentro algo más. La sorpresa de encontrar exactamente la cantidad de dinero que se me había desaparecido del bolso y dos sobre con droga me saca de casillas. ¡No puedo creer esto! Aparte de que le permito quedarse en mi casa, también me roba. Tal vez Eric tenía razón.

Respiro profundo, tratando de pensar con claridad lo que haré. Busco el número de Eric y lo llamo para que venga a mi casa y me ayude a resolver esto.

En cuestión de minutos, ya está aquí.

Verlo me alivia mucho. Con mi hermano en estas condiciones ya no sé qué esperar de él. Vio cómo me atacaban y se quedó completamente quieto dentro del coche. De no ser por el hombre misterioso, no sé qué hubiera pasado. Ni siquiera pregunté su nombre ni me presenté.

— ¿Melanie? ¿Qué pasó? — dice Eric en cuanto entra. Está preocupado.

—Tenías razón, Junior está en cosas muy malas, peores de las que llegué a pensar. Hoy encontré a unos tipos pegándole en una calle mientras regresaba de la casa de Jack. Me desmonté para detenerlos y ya puedes hacerte una idea de lo que pasó después. Suerte que llegó ese hombre para ayudarnos, si no, no sé si estaría viva para contarlo. Tenían navajas, me estaban tocando y lo peor de todo es que Junior no hizo nada para detenerlos. Está muy raro, él no es así. — los nervios me hacen decir demasiadas cosas a tan rápida velocidad.

— ¡Tranquila! Respira profundo, ¿cómo está él? — me sienta a su lado en el sofá. Trato de calmarme.

—Estará bien. Al menos eso espero. Aunque admito que después de lo de hoy, no sé si eso sea posible.

—Me lo llevaré para hacerle varias pruebas, no te preocupes. Le diré que iremos a otro lado y haré todo lo que sea necesario para someterlo. Tengo experiencia en esto, puedes confiar en mí.

—Lo sé, muchas gracias, Eric. — estoy más calmada.

—Oye y... ¿quién es ese hombre misterioso que dices que te ayudó? — frunce el ceño.

—No lo sé. Ni siquiera me dio tiempo de preguntarle su nombre. Por la forma en la que se defendió, se nota que tiene experiencia.

— ¿Y cómo era él? — no sé por qué tiene tanta curiosidad.

—Alto, piel pálida, ojos azules y cabello negro. De hecho, tiene mucho parecido con Jack, pero supongo que no es importante. — explico. Ataca los ojos con asombro y se queda atónito por unos segundos.

— Es él. — mira al suelo, saca su celular y se aleja para hacer una llamada.

¿Qué está pasando?