Interludio 01: Principium chao
El vocablo latino interludĕre, que puede traducirse como "jugar a ratos o en medio", llegó al latín medieval como interludium, que a su vez derivó en nuestra en interludio.
Actualmente se entiende por interludio al pasaje cuya ejecución se desarrolla entre dos partes de una misma, el interludio sirve como intermedio.
Los dedos del pequeño niño tiraban de la manga de su suéter, mientras corría tras los sonidos provocados por aquellos tacos al impactar contra el piso de mármol. Le dolía el ochenta por ciento de todo el cuerpo pero eso no impedía que su entusiasmo se mantenga siempre a flote.
Aún más que ese risueño brillo se colase por todo su rostro, haciendo que se iluminase aún más, sus cabellos bailaban con el viento debido a su velocidad y su mirada se mantenía en alerta de aquel indicio de quién esperaba.
Su alegría era lo único que se mantenía inalterable, y en su mente no se asomaban los sentimientos que anteriormente había llegado a experimentar, aún siendo la misma situación, incluso siendo evidente el resultado final, por más que a cualquiera le sería fácil deducirlo, para él era una nueva oportunidad, esa es la magia que alberga el alma de los inocentes, pequeños e ingenuos seres. Algo que se vería alterado con el pasar de los años.
Sus ojos vuelven a adquirir aquel brillo, el mismo que lo volvía el ser más adorable, en cuanto ve la espalda de la mujer.
Apresura a sus cortas extremidades, desesperado por llegar antes de que las puertas se cierren y su esfuerzo es recompensado, llega justo a tiempo a abrazar sus piernas, siendo más rápido que las grandes puertas.
—¡Mami, mami! ¡Estás aquí, te extrañe mucho, mucho, muchísimo!— lo chillón de su voz inunda la oficina y la fría mujer lo tomó de los hombros, haciendo que el abrazo se rompa.
Él levanta la vista y cualquier otra persona podría llegar a asegurar que la sonrisa que se dibujaba en su rostro era tan bella que podría lograr iluminar toda la habitación, pero ella no lo percibía, mucho menos le importaba.
— ¿Qué te he dicho sobre los abrazos? — se limita a decir, y termina por dirigirse hacia su escritorio, tomando asiento, sacando todos los papeles que traía en el maletín — Ve a jugar, tengo cosas que hacer— lo mira unos segundos y suspira con pesadez, molesta por tener que decir lo mismo todas las veces que extrañamente debía volver a la mansión.
Al pequeño se le abultan los labios, y sus mejillas se sonrojan al sentir la molestia en su voz, cuando sus mofletes se calientan se apresura a bajar la vista para que no lo vea de esa manera — Pero mami, solo... — trataba de buscar en su inundada mente de infante una noticia que hiciera que aquella mujer lo mirase con algo más que solo desprecio — yo solo venia a contarte que soy una estrella — su risita nace ante la emoción —. Soy un gran actor mami — su voz alargaba algunos vocablos haciendo pequeña mímica por la manera en que deseaba que lo observase algo alegre por la noticia de ser toda una celebridad, cuenta con las palabras saliendo de él de forma precipitadas.
La mujer deja escapar una corta y sarcástica risa, apartando sus ojos de los papeles — ¿De verdad? — el tono burlon era casi palpable en sus palabras, pero aquel niño no lograba entenderlo, muy por lo contrario su corazón se agita al darse cuenta de que obtuvo una respuesta que para él era positiva ante lo que había dicho, él mantenía aún la esperanza de que en esta oportunidad si le obsequiaría un poco de interés —¿Por que dices eso? — la joven mujer se recuesta por su escritorio y cruza sus dedos frente su boca para dirigirle su casi nula atención.
— El señor Kim me lo ha dicho, él me ha dicho que soy muy bueno — murmura orgulloso sintiendo su corazón saltar de la alegría de ver a esa persona sosteniendo la mirada sobre él, más de un minuto y atenta a sus palabras —. Él me dice qué cosas hacer y yo lo hago muy bien, mami, dice que soy muy, muy bueno.
La mujer baja sus manos y toma las carpetas que estaban sobre el escritorio, con el ceño levemente fruncido— ¿El mayordomo?— sus labios forman una línea molesta cuándo pasa la vista sobre él — ¿Él te ha hecho cosas? — cuestiona, y a los segundos al ver cómo el niño niega con la cabeza, rueda los ojos, volviendo a lo suyo casi automaticamente .
—Yo hago cosas mami, él me dice que hacer y yo...— ni siquiera lo deja terminar la oración para cuando levanta la mano y la sacude, en dirección a la puerta.
— Vete, tengo cosas que hacer, o tendré que llamar a papá — dice, y aquello fue lo suficientemente claro para él, era momento de salir de allí.
Y con el mentón tocando su pecho lo hace, abre la puerta y antes de salir por completo termina sonando un doloroso — te amo mami... — ya no esperaba su respuesta, sabía que no llegaría y terminó por cerrar la puerta a sus espaldas.
Se dirige a su habitación aguantando el llanto, cada vez era lo mismo pero su inocente alma esperaba que algún día fuese la excepción, anhelaba y pedía a quién fuera que su madre lo viese cómo algo más que una molestia, por eso obedecía por completo al señor Kim, siendo el mejor haciendo todo, para qué así lo mirase como segundos atrás, creía inútilmente de qué valía la pena esforzarse por ser el mejor si así algún día lo pudiese ver sin molestia, pero cómo se sabe toda palabra que encasilla ilusión y duda acaba considerando la posibilidad de que luego todo vaya mal.
— Pequeño Kookie, te estaba buscando ¿Vamos a tu recamara a jugar?
Esa voz hizo que sus ojos se abrieran y sus labios fueran mordidos con fuerza, asiente y levanta su mano sumisamente como siempre para que lo tomase y de esa manera ingresar en aquel obscuro cúmulo de apariencias.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro