Capítulo 4
"Felix qui potuit rerum cognoscere causa"
Feliz es aquel que ha sido capaz de aprender la causa de las cosas.
-Virgilio.
La semana había pasado muy rápidamente, demasiado, si se podía recalcar, normalmente sus días eran lentos pero en esta ocasión no lo fue, puesto que ya era sábado y en algunas horas daría media noche.
Su vista se posaba en aquel automóvil rojo reluciente que esperaba ansioso que sus palmas lo guiase a su gusto y aunque esa estaba empañada por la reciente discusión que tuvo con Jinsoul puesto que eso lo estaba molestando un poco, decide evitar ese sentimiento, al menos por esa noche.
Observó su reloj, si no salían rápido posiblemente se retrasarían y claro él odiaba retrasarse, siempre decía que dar explicaciones era agotar energía sin un bien justificado.
- ¡Taehyung vamos que a este paso Hyungwon me asesinara! - exclamó manteniendo su postura, apenas si giró su cabeza, sus brazos estaban cruzados al igual que sus piernas y sus dedos golpeaban rítmicamente su chaqueta de cuero impaciente - ¡Kim Taehyung! - repuntó viendo la silueta del nombrado moverse veloz entre la lujosa recepción de la casa, volvió a mirar su reloj, ansioso, si había algo que no le agradaba de él era su manera típica de tardar más de lo debido en salir.
Soltó un suspiro pesado y masajeo su sien, si no fuese por Hyungwon posiblemente no iría, pero ya que la situación lo ameritaba, debía hacerlo.
- ¡Ya, ya, vamos! - habló Taehyung apresurándose a bajar las escaleras por quinta vez, sin esperar a mucho para ir directo a tomar el lugar del copiloto, evitando la mirada del pelinegro.
Jimin sólo lo siguió con su mirada y luego fue directo a subir a su vez al automóvil, poniendo en marcha el motor y pisando el acelerador. Su rostro estaba sereno y serio, no habían muecas de fastidio o enfado, ciertamente si cualquiera lo viese diría que estaba calmado aunque la realidad fuera distinta, el contrario lo observó unos segundos y un cierto silencio sumió a ambos chicos.
- Perdón, no encontraba mi móvil Jiminie - dijo de pronto Tae tratando de romper ese mudo aire pesado - se que odias las excusas pero es verdad - observó al pelinegro quién no cambiaba su expresión.
- Sabes que las excusas son sólo para los mediocres Tae - sus tenues ojos lo revisaron, su rostro se mantenía en un inescrutable modo neutral-pero ya no importa.
- Lo siento - volvió a agregar el dueño de esos ojos miel-, en fin- suspiró- ¿Oíste los rumores que corren?
- No - el pelinegro lo miró de reojo-, estos días entre los trabajos del instituto y las prácticas no me daba el tiempo de enterarme de nada ¿Qué sucedió?
En realidad Jimin no prestaba atención a ningún chisme o habladurías que se decían, pero cómo no tenía nada de qué hablar y sabía que el contrario odiaba el silencio a pesar de tener la radio encendida decidió mantener la conversación.
- Dicen que llegó un chico nuevo a las carreras, diciendo que quiere arrebatarle el puesto al mejor, que tonto ¿no? Nadie podría tomar tu lugar, tambien me dijeron que era realmente bueno.
Observó cómo el semáforo daba verde y poco le importó empuñar el volante y pisar duramente el acelerador - Sí - respondió secamente, no le alegraba que alguien quisiese sacarle lo que era suyo, lo que fuere que ganó por sí mismo, aunque se tratase de un rumor, bien sabía él que si Taehyung se lo decía era porque algo de verdad habría. Jimin era muy territorial y posesivo con lo que él denominaba cómo suyo. Además Tae no era alguien que se metiera en rumores sin fundamentos porque sí - ¿Como dices que se llama? - agregó, con una molestia que trató de suavizar momentos después. Realmente no había tenido un buen día cómo para que cosas así lo pusieran peor.
- Se hace llamar Suga - respondió despreocupado Taehyung mirando por la ventanilla las luces que ante la velocidad en la que iban se movían graciosas, casi bailando -, pero sólo son rumores ya sabes, nadie intentaría algo como eso - giró mirándolo despreocupado - ¿Hoy corres? - la pregunta sale sigilosa de si, luego de que ninguna respuesta se colase de los labios del mayor Tae se mordió los suyos, él entendía que habían ocasiones en que el odioso silencio era necesario, cómo lo era este momento aunque le molestaba.
El silencio removía su mal humor.
Jimin no respondió, sólo asintió momentos despues manteniendo su misma expresión sin emociones, si bien él no era de las personas que cedían fácilmente, menos que aceptaban las derrotas, rumores o verdades el simple hecho de decir que le quitarían lo suyo podía volverlo mucho más paranoico. Y aun así algo que caracterizaba a su ser era su manera hábil de desentender sus emociones de sus facciones. Porque comprender lo que fuere que pasaba por la mente de Jimin era un misterio para la mayoría de las personas.
Suspiró y decidió conectar su móvil al estéreo, jugó entre sus canciones y colocó una que creía sería del gusto de ambos. Luego de ciertas pláticas mantenidas más bien por el de ojos miel, esa eterna movimentación del reloj, se escondía entre las luces, gritos, música, humo expulsado por automóviles que eran manipulados por conductores que querían inflar su ego derrapando sobre la acera anunciando que llegaron a su destino.
Ambos bajaron sus ventanillas y todos los saludaban, les abrían paso mientras Jimin reducía considerablemente la velocidad. Era normal para él que todos actuaran así ante su presencia, no por nada era conocido como el rey del sitio. Su sonrisa ensanchada por el egocentrismo y orgullo cada vez que entraba al Günah.
El Günah era un área alejada de la ciudad, llena de complejos de edificios abandonados, callejones enredados. Ese sitio en específico, era el lugar perfecto para los juegos clandestinos de cualquier tipo, donde ambos mundos, el de los privilegiados y los desafortunados se fusionan, creando un paraje aparte de la realidad. Pero claro, habían reglas allí, todo para que fuera seguro para sus participantes.
Simples reglas, dos en realidad.
La primera nada de violencia extrema y lo que sucedía allí se quedaba allí.
Porque desde hijos de magnates, delincuentes, simples chicos; ingresaban a esos complejos para pasar una buena noche entre peligros controlados.
Avanzó, y una silueta se posó a pocos metros de ambos, unos segundos más iba haciéndose más nítida ante sí, miró a Tae quién bajaba del automóvil sin perder el tiempo por lo que él también lo hizo.
- Jimin, Taehyung ¿Cómo están? - saludó aquel hombre, soltando humo de sus carnosos labios con aquella chica abrazada a él - pensé que llegarían más tarde ya que bueno, el tiempo no es dinero ¿Verdad Jimin? - la picardía en su tono camuflaba lo molesto que se sentía.
Jimin podía comprender perfectamente aquellas palabras mudas que se leían entre líneas -Venga, gracias a mi en lugar de hacer miles en unas horas, consigues hacer millones en solo minutos, no seas tan quejumbroso- contraataco el nombrado, ya que no se mantendría callado ante él.
Taehyung dirigió una mirada a la mujer que casi como él, buscaba palabras para que la conversación no se volviese una riña entre ambos hombres, quienes tan sutilmente invitaban a aquello.
- Que guapo estas, Hyungwon - irrumpe de pronto, para que todos se centren en su voz, un poco más fina de lo normal-. Me agrada verte en un color que no sea el negro, te queda bastante bien - agrega, no sabiendo bien donde dirigir la conversación y optando por eso, para que si algo pasaba la mujer pudiese también involucrarse.
Una carcajada baja nació de Jimin, quien al escuchar eso de su acompañante comenzó a dirigir sus ojos por lo que usaba aquel hombre - El rojo te sienta bien, pero ¿Ya se te acabaron las ideas?
Hyungwon levanta una ceja con aquellos intimidantes ojos, siendo un pitido molesto el tono del menor - ¿Cómo dices? - responde tajante, esperando ansioso la respuesta burlona de Park.
- Que ahora robas outfits de películas - era innegable que la voz de Jimin no viajase en lo sarcástico y arrogante - porque estas vestido exactamente como Brad Pitt en el club de lucha y déjame decirte que no le haces tanta justicia - suelta el azabache, relamiendo sus labios.
- Si tú lo dices- responde Hyungwon cortando cualquier tipo de hilo de donde pudiesen seguir la conversación, en ese momento tenía cosas más importantes que pelear como dos niños, ya que oía a lo lejos la carrera, lo cual le recordaba la razón por la que aún mantenía a ese chico entre sus corredores - Vas luego de ésta - ordenó, atrayendo la mirada del pelinegro - tenemos carne nueva, ha demostrado ser muy bueno, hasta podría ganarte.
Jimin se cruzó de brazos apoyándose sobre el capó de su Lamborghini Aventador SVJ Roadster, exhalando una risa altanera - Como si eso fuese a suceder - respondió sin más.
-Por lo poco que vi, tiene potencial- nota la manera en que la voz del contrario se iba volviendo mas ameno. Sus facciones quedaron congeladas, con la mirada afilada -hasta ahora le ganó a Wang y creo que también está por ganar esta ronda.
-No podrá hacerlo - cortó confiado, mas movido por su propio ego que otra cosa - he ganado cada carrera durante dos malditos años e incluso le gané a usted Hyungwon - expresa, mientras jugaba con sus llaves de manera inconsciente - verá que luego de correr contra mí no será nada - dirigió sus ojos al cielo que se vestía de brillantes perlas resplandeciendo para sí, tratando como siempre de mantenerse al margen sus emociones, para no perder su perfecta expresión de poker.
-Pues tienes tu oportunidad, correrás contra él ahora, porque acabó la segunda ronda- Hyungwon lo miró sonriendo airoso - adivina a quién le ganó.
Jimin examina cómo las personas gritaban eufóricas y Hyungwon se dirigía hasta ese sitio, acompañado de su novia. Él suspira mas que nada por propio agotamiento, encaminado a la pista, Tae quién se había mantenido mudo ante la conversación luego de su comentario, los siguió a su vez. Ambos con su sola presencia hacían que todos les abrieran el camino, mientras más se aproximaban su campo visual se expandía, no pudieron esconder su sorpresa al ver que quién perdió no era nada menos que Jungkook.
- El señor yo soy el jodido amo ha perdido necesito una foto de esto - manifiesta Tae divertido - No puedo creerlo, él no perdía una carrera desde lo de... - aquello último se había quedado al aire, haciendo que sus ojos vean la expresión apenas tapada de Jimin - el chico debe de ser bueno- apunta, carcajeando para desviar la mirada, era muy evidente que sus palabras habían jodido el ambiente en segundos.
Jimin no hablo, solo giro el rostro unos cortos segundos para poder mirar a Taehyung, no pudiendo ocultar en absoluto su enojo, pero volvió a desviarse observando al gentío que iba animándose cada vez más y la manera en que Hyungwon anunciaba al ganador. Quizá para Tae la situación de ver a Jeon entregando el dinero con esa mirada de molestia era sumamente graciosa pero para él no.
Recordaba cuánto le costó a sí mismo el que Jungkook perdiera contra él, quizá se trataba de suerte, de que se hubiera distraído un poco y así pudo tomar ventaja, aunque pronto se había dado cuenta de que era un autoengaño, Jeon podría cometer errores, pero no teniendo el volante en las manos. El punto era que prácticamente el sobrepasar a Jeon era complicado, pero aquel ser lo había hecho.
Jimin posó su entera atención hacia ese hombre, lo primero que atrapó a sus orbes marrones fueron sus cabellos azulados un poco desteñidos pasando a sus facciones finas, suaves pero serias, una postura elegante, era simplemente atractivo desde donde lo miraras, algo en su pecho comenzó a sentir un palpitar distinto, un sabor raro lo recorrió, juraba que había visto a ese hombre de algún lugar. Sus miradas se conectaron y una sonrisa ladina se dibujó en su felina expresión despreocupada y sexy. Algo dentro de Jimin tembló, juró que jamás había experimentado algo así. Vio a su vez cómo un chico se aproximaba a él susurrando algo, sus ojos en ningún momento se distanciaron.
Era como si ambos estuvieran invitándose a algo que ni ellos mismos entendían, fue una atracción instantánea, peligrosa en todas sus formas.
Y nuevamente no escuchaba nada, el mundo pareció enmudecer, como si sólo fueran él y ese hombre, quien intercalaba su mirada del piso al suyo. Jimin se sintió asfixiado por unos instantes, la unión era muy intensa, el calor comenzó a recorrerlo rápidamente, bien sabía dónde estaba pero algo le impedía extraer su atención de él.
-Entonces Park ¿Corres? -habló Hyungwon a lo cuál él sólo oyó a lo lejos, mordía sus labios distraído en esa compleja estructura varonil adictiva que sus ojos contemplaban. Sintió un codazo.
- ¡Jimin! - susurró Tae propinándole otra codeada al fin captando la atención de su amigo -¿correrás o no contra Suga?- tragó duro ¿ese era el famoso Suga? preguntó a sus adentros, Tae lo empujó levemente, tratando de animarlo mientras Jimin comenzaba a abrumarse por la chocante atracción que sentía por ese chico y la adrenalina de la carrera que hacían cortocircuitos en su ser. Era una sensación excitante, le encantaba.
Jimin no respondió, sólo caminó hasta situarse en el lugar dónde antes estaba Jeon, el cual le había dirigido una mirada algo intrigada, hacia su persona, como queriendo mantener una conversación sin ser usadas palabras, pero de alguna manera fue rechazado por su par, creando una interesante interrogante en el joven. Jimin decidió pasarlo por alto completamente, caminó hasta situarse en el centro, bordeando su raro nerviosismo, el mismo que iba aflorando en su piel.
Ahora que lo tenía a pocos metros y sintiéndose en otra realidad comenzó a cuestionarse ¿Qué le sucedía? Estaba dejándose atrapar por sus hormonas. Quizá era eso que las personas nombraban como flechazo, atracción ilógica, sin embargo debía parar y de inmediato, aunque era imposible, o eso se decía de forma inconsciente, con sus ojos prácticamente estudiando su completa anatomía, estaba quemando su ser ¿Qué rayos le sucedía?
- Park es el mejor corredor - habló Hyungwon, trayéndolo de nuevo a aquel podio de realidad y Jimin trató de concentrarse en su voz - ¿Te atreves a correr contra él? - aquella pregunta sonó exactamente como su persona deseó, con esa pizca de altanería que martillaban a cualquier ego.
Todos fijaron su atención en el peliazul quien no desviaba la mirada del pelinegro, como si estuviera examinando a su presa.
- ¿Es cierto? ¿Eres tú el mejor corredor? - cuestiona Suga al instante en que sus ojos viajaron por esa deleitable complexión - Pues ya veo la victoria desde ahora - incluso todos los presentes podían ver aquella tensión que se generaba entre ambos hombres, siendo un espectáculo pocas veces visto por allí.
Esas palabras fueron el fin de su calma, el gran inicio de una tormenta. Si bien lo que dijo molestó a Jimin, esa voz lo caló haciéndolo estremecer desde los huesos. Estaba estrellándose contra sí mismo como si estuviese drogado por ese hombre.
¿De verdad lo estaba atrayendo hasta el punto de cuestionarse por qué estaban allí y no en una cama?
Pues sí, respiró hondo tratando de no hacer notorio el efecto que causaba en su ser. Aunque le removió el ego la manera en que se refirió a sí.
-No te confíes tanto - atacó Park, tratando de estudiar sus reacciones - estas calles son mías desde hace tanto tiempo, no creo que eso cambie en mucho tiempo - concreto sonriendo levemente, porque ante todo debía mantener aquel espejismo que creó alrededor de su persona.
-¿Ah sí? Pues demuéstrame de que estas hecho entonces pequeño alfil - Jimin se quedó pensativo en aquella referencia, aunque en ese instante no podía buscar el porque lo llamó así, ya que estaba más concentrado en jurar en que si en ese momento su sístole y diástole hubiesen hecho caso a su electrochoque mental al oír esa sensual voz, él hubiese muerto -¿Qué tal si cambiamos algunas reglas, vamos por un premio mayor? Si yo gano me darás lo que desee, si tú ganas te daré lo que quieras - rasposa voz que iba deleitandolo.
Eso tomó por sorpresa a Park, quien ojeó a Hyungwon, normalmente él controlaba las apuestas, el sólo corría y veía el dinero luego - Las reglas están para cumplirse, es dinero o nada - hablo el pelinegro, más alto de los dos, mientras ojeaba a Suga quien sonreía con suficiencia - si quieres ir por otro tipo de jugarretas Suga, te invito a que te retires y no me hagas perder tiempo.
- No dije que no apostaremos el dinero - apresura a responder, sin despegarse de esa atención que le daba el contrincante -, pero sí que le agregaremos algo más ¿Así que, aceptas Park? Después de todo eres tú quién perderá - esta vez, si, completamente hasta su nombre sintió que sonó aún mejor, pero claro Jimin pensó que sonaría mejor mientras lo tuviese gimiendo debajo suyo mientras lo montaba.
El pelinegro lo miró afilando su expresión, desapareciendo ese sabor molesto de sus labios por saber que no podría saciar eso aún. — Cuida bien tus palabras, no sabes dónde viniste a meterte niño rico, aquí el dinero de papi o tu carita linda no va a salvarte de ser avergonzado.
Justamente eso era lo que deseaba escuchar el contrario, una muestra de que su amenaza estaba siendo sutilmente tomada y fuera de enfadarse o intimidarse, comenzaba a engrandecer aquel punto donde su confianza se situaba de manera errónea - Entonces déjame demostrarte que no son simples palabras Park, será divertido ver tu expresión cuando un hijito de papi te muestre sus luces traseras- su timbre profundo y directo era como la melodía del palpitar de su inconsciente - empecemos - indica, observando a Hyungwon.
- Todos a sus lugares - dice el dueño del sitio, mientras miraba a ambos hombres, su pareja le entrega una copa de whisky, mientras él observa a los dos jóvenes exhalando una risa -, me importa poco si quieren follar, primero terminen la carrera y luego vayan a algún cuarto, pero muevan esos traseros, mi tiempo es valioso - termina, dejando a ambos detrás.
Jimin ni siquiera pierde tiempo en dirigirle a Suga alguna palabra, por lo que se da media vuelta para encaminarse directamente a su automóvil.
Suga plantó una risa fanfarrona en su rostro mientras, observaba a lo lejos, al chico montar su automóvil. Jimin sólo respiró un poco más calmo, sentía la mirada del hombre en su nuca, gira la cabeza para cerciorarse de que al menos estuviese ya en su auto y en cuanto lo ve desvía la mirada de nuevo, estaba molesto por no comprender el porque reaccionaba así. Pero no se podía permitir estar por las nubes. Debía mover sus pensamientos en puntos más valederos y no tan idiotas. Además veía como Taehyung y Jungkook se aproximaban a él, con este último teniendo algo en el ápice de su oreja, aunque decidió pasarlo por alto de nuevo.
- Las llaves - dijo Jeon cuando estando a pocos centímetros se las lanzó, ya que ninguno de ellos corría en su propio automóvil - y deja de mirarlo tanto - agrega, recostándose por el capó no muy lejos del mayor, con su mano buscando aquella hoja de papel que se posaba en su cuenco - pareciera que estuvieras tratando de montarlo.
-Déjate de idioteces Jungkook- irrumpe rápidamente Park -, sólo necesito ganar esta carrera e irme, mañana debo estar en lo de Solar - resopló, tratando de relajar sus tensos músculos, dejando su peso caer sobre el asiento sintiendo sus manos cosquillear ansiosas, no había corrido desde hace unos dias.
- ¿Volverás a tu casa? - interrumpió Tae, quién solo se había mantenido al margen de toda la conversación, con notoria preocupación en su voz - ¿Seguro?
- No, pero mi hermana me llamó esta mañana y necesito cubrirla mientras está en el hospital, sólo por eso iré - soltó el aire que tenía acumulado en sus pulmones, una sensación de angustia comenzó a pintar sus paredes internas.
-A eso se debía tú humor ¿no? - inquirió de nuevo Taehyung.
Jungkook solo los miro unos segundos, para volver a posar su vista en el contrario, toquetea sus bolsillos tomando su celular y algo más, mientras Jimin y Tae charlaban, él enviaba un mensaje rápido, luego toma encendedor, prendiendo aquel canuto dejando que el humo se mantengan en su interior varios segundos para después dejarlo salir de forma espesa, estira su brazo pasándole el mismo al mayor, el cuál lo acepta.
Jimin dio una calada, y se lo devolvió a Jeon para después hablar - Ya, ahora vayan- ordenó mirando su retrovisor - le ganaré a este tipo y nos iremos - prosigue, fingiendo ajustar el mismo para disimular.
- Cuídate de las curvas - advirtió de pronto Jeon, dando una calada más honda, para ir acercándose posicionando sus codos sobre la ventanilla - el chico hizo algo, no me creo que haya ganado limpiamente, así que no te confíes, no uses las reservas en vano y cuídate también en los callejones no sea que trame algo, ya sabes, no lo conocemos de nada.
- Gracias Jungkook - agradeció Jimin observando de reojo como el menor se enderezaba.
- De nada, suerte - agrega Jeon alejándose un poco, sin quitarle la vista a Suga.
- Suerte Jiminie - habló a su vez Tae — no será nada— finaliza guiñándole un ojo para así girar y acompañar muy a su pesar al menor de los tres.
Park los vio perderse entre la muchedumbre que iba tomando su posición, para tener la mejor vista, en las grandes pantallas, que mostraban todos los puntos de aquella pista, que más que eso era una pequeña ciudad llena de pequeños atajos para hacer todo aún más emocionante, trató de concentrarse y chequear que el móvil no tuviera inconvenientes.
- Céntrate Jimin - se dijo a sí mismo dirigiendo su vista hacia su izquierda y veía a su contrincante sonreír con altanería, una extraña sensación se volvió a pegar en su tórax, se sentía extraño. Sacudió su cabeza tratando de despejar esos pensamientos de su mente.
Sin embargo, no podía negar que su cuerpo necesitaba de un buen polvo y por alguna razón él pareciera cumplir sus expectativas hasta el punto de hacerlo perder su noción de la realidad con sólo verlo, podía confirmar el hecho de estar caliente por estar pensando en sexo a segundos de dar inicio a una corrida pero ni siquiera le importaba, seguía pensando en follar con el extraño.
Jimin jamás se había encasillado con etiquetas como los de ser homosexual o heterosexual. Las etiquetas le parecían tonterías, si a él le apetecía acostarse con un hombre o mujer, era su asunto, jamás sintió la necesidad de poner nombre a sus preferencias. Así que el que ese hombre lo atrajera no le ponía de reacio ni nada de eso, pero si lo descolocó.
Por su parte Suga lo observaba con vehemencia, la forma en que se mordía el labio, hasta el punto de enrojecerlo, su rostro, la forma graciosa en que parecía debatirse mentalmente algo le agradaba. Le parecía interesante.
- Todo está listo - escuchó de pronto, girando a mirar al dueño de esa voz - buena suerte - dijo el hombre a la par que acomodaba sus negruzcos cabellos detrás de su oreja.
Suga sonríe de manera juguetona y niega - Sabes que no la necesito, pero gracias Kwon.
-Deja de decirme por mi apellido Min, lo odio - responde el nombrado mientras gira los ojos, poniéndose con ambos brazos cruzados y un sutil puchero.
-Y yo adoro molestarte - agrega Yoongi, dando una carcajada sutil.
Hoshi pasa por alto aquello y gira levemente - Es muy guapo - suelta de pronto, cuando sus ojos negros se posan en Jimin - ademas no creo que sea unilateral, te mira de una forma... - agrega, dejando las palabras al aire para luego erguirse mejor, tomando su móvil.
-Demasiado precioso, incluso para su salud - expresa Min, relamiéndose los labios, casi saboreando la victoria - ahora ve, apenas acabe esto ya sabes que hacer - sus ojos se posan en los contrarios y su voz fuera de ser amable, era más bien impositiva.
- Si, no lo hagas sufrir tanto - respondió guardando su celular - recuerda que esta es la última, debemos irnos ya, antes de tener problemas con Seokjin.
Yoongi aprieta el volante asintiendo - sabes que decirle - habla, para juguetear con el mango del cambio, clavando sus uñas.
- Incluso el mejor impostor se queda sin opciones a veces, además sabes que nunca nos cree, cuídate y luego veremos que hacemos, adiós - se despide Soon.
Yoongi sólo lo vio irse y dio una última mirada a Jimin, su camino a la decadencia del juego más peligroso y adictivo había comenzado.
- ¿Listos? - exclamó Hyungwon mirando para abajo, ya que él se encontraba en la parte superior de las gradas, observando como su novia Rosé se posicionaba en medio de ambos automóviles captando toda la atención, por su inigualable belleza, comenzando el conteo - ¡Tres! - soltó, escuchando ambos motores rugir.
-Suerte Park Jimin la necesitarás - susurró Yoongi dando una última mirada electrizante al muchacho, ya estando en su punto de partida.
-¡Dos!
-Es un simple hombre Jimin, te lo follarás y perderás el interés -se dijo a sí mismo el pelinegro tratando de llenarse de una escasa confianza.
-¡Uno!
Para cuando acabó de pronunciar aquello, la joven mujer bajó ambos pañuelos, siendo ferozmente rozada por la velocidad de ambos automóviles, con todos expectantes, observando como esos chicos tomaban lo que fuere como ventaja para ser más rápido que el contrario.
Jimin tenía la delantera por pocos centímetros, él sabía bien cómo controlar a ese automóvil, cuándo debía de modular su velocidad, como debía mantener el ritmo y sobre todo que atajos utilizar. Sus llantas golpeaban furiosas la acera marcada de la pista. En la pantalla se observa a ambos chicos volar entre el humo y las curvas. Hyungwon sonreía, sabía que Jimin ganaría, el chico era especial, muy competitivo, atento, no temía en que pudiese perder. Además estaban en juego dos mil dólares y claro no pensaba en dárselos a ese tal Suga, que sin saber de dónde apareció, venía a apoderarse del lugar cómo si se tratara de su dueño.
Lo enfureció pero también era un cliente. Porque los negocios en el Günah eran dirigidos por su persona, y el sitio más concurrido por la clientela joven era ese, el de las carreras clandestinas, aunque hubiesen también otros puntos que estuviesen bajo su mandato, era el que más le agradaba de administrar.
Hyungwon se distrajo, ya que cuando su novia apareció y le dio un beso en la mejilla, perdió ciertos segundos, para cuando volvió la mirada a las pantallas, vio a Suga aproximarse a Jimin peligrosamente. La curva donde se aproximaban era pequeña, un mal movimiento y podrían tumbarse. Confiaba en Jimin, ya lo tenía ganado. O eso pensaba él, le faltaban metros para acabar. Pero algo lo movió de su serenidad. Suga estaba detrás, dio un brusco y mínimo desvío al chocar contra las llantas apiladas del lugar, eso causó que impactara contra la parte trasera del automóvil de Jimin desmoronado su estabilidad.
Park sintió el impacto, pero logró volver a la línea, sólo eran unos metros más. Se mordía el labio nervioso, el chico era bueno, demasiado. Estaba a solo metros y Suga detrás de él no había forma de que perdiera.
Pero a veces no debes confiarte hasta ver la última carta tirada y delante de tus ojos.
Sintió un retumbar y sus neumáticos comenzaron a resbalar, su medidor de combustible comenzaba a descender críticamente ¿Qué rayos sucedía? Perdía velocidad.
- ¡No, no! - empuñaba más furioso el volante y presionaba enfadado el acelerador - ¡¿Qué mierda?! - espetó sumamente airado y tardó en notar que Yoongi llegó a la meta cuál rayo, con suerte luego de unos segundos también lo hizo. Estaba enfadado. Y eso incluso era poco.
- ¿Jimin estás bien? - lo interceptó Tae, quien no tardó en ir corriendo hasta él, viéndolo apretar su puño.
Jimin lo observó por sobre el hombro, pasando de largo de su persona, cuando ya habia descendido del deportivo, respirando hondo, no haría escándalos. Luego hablaría con Hyungwon sobre sus automóviles, no era la primera vez que eso sucedía y bien ambos lo sabían, el enojo le hacía pensar en que el contrario debía de agradecer a los dioses que no haya pasado a mayores como años atrás había ocurrido y aún así fue un muy mal momento para que sucediese con él, aunque ahora había perdido y debía enfrentarse al ganador.
Taehyung quien fue ignorado, chasqueo la lengua, para seguir al mayor manteniendo su proximidad, notando como Jungkook se mantenía un poco más alejado, lo cual le pareció extraño pero le resto importancia. Al aproximarse al centro de nuevo, Hyungwon le lanzó una mirada de preocupación y pudo advertir que se acercaría, a lo que Jimin solo le dio una mirada, una rápida y cortante mirada, diciéndole todo lo que no diría en voz alta por lo que se detuvo y le dio tiempo de relajar sus facciones.
- Has ganado, felicidades - hablo muy a su pesar Park, una vez ya de frente a su adversario, extendiendo su mano, el hombre sólo lo miró con arrogancia. Si de por si su ego estaba dilapidado en el suelo a causa de su reciente pérdida, el hecho de que no le estrechará la mano lo acribillaba.
Yoongi sonrió sin mostrar sus dientes, notando como todo el sitio se había mantenido en silencio, solo se oían las canciones de fondo, luego de lo que parecieron eternos minutos, y estrechó al fin ambas palmas - Gracias - respondió, e ignoró el cosquilleo que recorrió su cuerpo entero - ahora debo reclamar mi premio - observa de lado, notando como Hyungwon contaba los dólares - y no hablo del dinero solamente - le guiña un ojo a Chang, el cual solo levanta una ceja.
A Jimin le parecía extraña la manera en que ese hombre se movía, tenía una dureza en su rostro que le hacía difícil descifrar qué era lo que pensaba, además de que tenía un cierto imán, como también falta de vergüenza y descomunal confianza, eso fuera de incomodar, le gustaba, le encantaba eso, se notaba que el chico sabía jugar.
- ¿Qué quieres? - habló por fin Park, contrarrestando el caos que se alzaba en su ser al sentir el cálido tacto de Suga unida por sus manos que aún no se soltaban.
En ese momento, fue Yoongi quien juró que la vida no le pudo sonreír más, estuvo pensando desde el instante en que cruzaron miradas en que podía pedirle, pero en todo ese momento estuvo presente una cosa - Un beso - respondió dejando en shock a Jimin.
¿Qué rayos le pidió?
Yoongi miró como una mínima mueca de sorpresa, se fijó en esos ojos vacíos, le gustó el crear reacciones en ese hombre tan complicado - Ademas, no quiero el dinero que entregué al comenzar a jugar, ni de las partidas anteriores - observó a Chang y a Hyungwon, mientras sus rostros demostraban la confusión -. Un beso tuyo alfil, es lo que quiero - concreta, relamiendo sus belfos.
- ¿Estás loco? - interrumpió Hyungwon.
-Entenderás que la palabra ''loco'' es una palabra que requiere una profundidad conceptual que lamentablemente no creo que poseas, a mi me gusta más la palabra inteligente. El dinero es sustancioso en el momento, pero un beso del mejor jugador que perdió me parece más interesante, además como lo dijo Jimin, soy un hijito de papi, el dinero no me interesa - la mirada de Suga bloqueó las palabras de Hyungwon, él mismo lo observó de nuevo con clara inquietud en su mirada ¿que pretendía?
La audiencia que había permanecido muda, rápidamente comenzó a repartir susurros, Jimin tragó duro por segunda vez en la noche. Él nunca fue de los que se echaban para atrás, claro que no. Si él prometía algo lo cumpliría, pero no acababa de entender porque él quería eso. Podría haberle pedido lo que fuere, pero no; le pidió un beso.
- Bien - dijo al fin, sus ojos fueron directamente a su hombro, notando como todos lo tenían en el centro, aunque no le molestaba llamar la atención de vez en cuando, en ese momento hubiese preferido matarlos a todos con tal de que dejasen de verlo - es sólo un beso ¿no?
Yoongi volvió a remojar sus cerezos, enviando una corriente por el cuerpo de Jimin desde sus dedos hasta sus hebras ¿Podía alguien ser tan jodidamente sexy con sólo hacer eso?
La respuesta era sí.
Respiró hondo, se sentía nervioso, la atracción que sentía por ese hombre le estaba volviendo loco, pero con lo que había pedido podia confirmar que no solo lo estaba imaginando, el peliazul también sentía atracción.
Yoongi lo aproximó a su cuerpo, el temblor nació desde sus huesos haciendo tronar a sus neuronas. El aroma de Yoongi comenzó a llenar su atmósfera, lo embriagó en segundos, malditos compuestos químicos que lo hacían aun mas irresistible, su sangre se acumulaba en sus mejillas, su vista puesta en esa mirada profunda y llena de candados, el mundo pareció desaparecer. Su piel ardía a medida de que sus dedos caminaban sin vergüenza ante sus ardientes mofletes.
Yoongi contemplaba cada reacción preciosa que lanzaba ese chico, ante esa mirada desconcertada pudo entrever secretos, misterios que él deseaba conocer, desmoronar y corromper. Porque Jimin parecía difícil de enredar. Aunque su cuerpo parecía caer entre sus redes minuciosamente calculadas, en segundos. Se aproximó absorbiendo ese aroma dulce y cítrico que lo desconcertó. Algo en su interior se movió errático, algo en su memoria le decía que ese aroma era conocido, algo que le daba paz, pero lo espantó, ahuyentó cada tontería que creía que lo desviaba de su objetivo principal.
Besarlo.
Lo hizo, Yoongi unió sus finos labios atrapando aquellos tan voluminosos, ese oscilar hizo que su tórax hormigueara. Sus belfos se reñían en una hambrienta lucha descontrolada, sus lenguas bailaban energéticas y sin vergüenza alguna, las manos de Yoongi recorrieron la cintura de Jimin haciendo que este ahogara un gemido involuntario. Comenzaba a odiar que su cuerpo reaccionara de esa manera, era cómo si Yoongi fuera un precipicio y él un equilibrista que estaba entre caer a su abismo o mantenerse en su línea fina de escasa cordura.
Sintió un peso sobre sus muslos, unas palmas lo palpaban ¿Qué estaba haciendo Suga? Aunque tratase de quejarse no podía, el placer de ese instante nublaba su mente, unos segundos después sus labios se sintieron vacíos. Ese sabor dulce lo abandonó.
Abrió sus ojos topándose completamente rojo y con la mirada de los demás sobre sí. Trató de componerse; pero era imposible, sentía a su cuerpo cómo si se tratara de gelatina. Su mente se debatía entre que esto había sucedido.
- Besas bastante bien, precioso - mencionó el chico relamiéndose de nuevo sus rojizos belfos - pero ya debo irme- echó un vistazo alrededor, viendo a Hoshi desaparecer, sonrió, dirigiéndose de nuevo a Jimin - nos vemos Park, sé que me llamarás pronto.
No podía negar que estaba aún noqueado pero de alguna manera sus labios hablaron por su mente - No lo creo - respondió, con un suave temblor casi imperceptible y agradecía que no pudiesen oírlo.
- Tu lo crees mientras yo lo sé, nos veremos pronto - se aproximó y susurró estremeciendo de nuevo al chico- te apuesto otro beso a que me llamarás muy pronto, precioso.
Diciendo esto sin saber cómo, fue desapareciendo entre la multitud. Jimin no lograba asimilar nada, gruñó al sentirse tan estúpido por haber reaccionado de esa manera.
- ¡¿Acaso se les perdió algo?! - escuchó de pronto, ya saliendo de sus adentros - sigan con las malditas carreras - oyó vociferar a Jungkook, haciendo que las personas se dispersaran rápidamente. Todos sabían qué más que eso no necesitaban para largarse de ahí, si no querían ganarse la furia de Jeon mientras ve como Tae se aproxima a él, posando su mano en su hombro.
Carraspea un poco al llegar, como para traerlo a la tierra, así comenzando a hablar -¿Qué fue eso? - inquiere Taehyung, pero con cierto tono más agrio, pero en su mente solo pensaba que que tan bien debería de besar ese hombre, como para que Jimin hubiese quedado así de absorto, porque incluso podría pensar y decirse que ese beso fue cómo el comienzo de una escena de porno.
- Nada, vayámonos de aquí ahora - habló de pronto Park, poniendo la mano sobre sus cejas, cubriendo sus ojos - tengo que arreglar esta jodida erección - murmura pensando que es solo para sí, pero al ver que sus amigos lo escuchan gruñe- no sé qué rayos me pasó - trata de excusarse ya viendo la expresión burlona del menor de los tres. —¿De donde mierda lo conseguiste hoy? Fue un mal porro, Jeon.
- Creí que las excusas eran para los mediocres Park - dice de pronto el chico, ganándose una mirada fulminante por parte del atacado - además pareces una de esas colegialas en celo - rió Jungkook, soltando aquello sin un mínimo de temor, incluso viendo como Jimin estaba mas que impaciente - fue como ver sexo gay en vivo, sin el sexo, pero igual - su sonrisa se ensanchó, riéndose de sí mismo, por lo bien que le quedó aquello.
- Cállate imbécil - interrumpió Tae fulminando a Jeon con su mirada, sabía perfectamente que Park no diría nada, pero realmente no quería seguir ese tema, no pintaba bien para nadie - vamos - ordena comenzando a marcharse de allí, ademas que la próxima carrera estaba por comenzar.
Jimin se reservó su opinión, estaba bastante mareado por el huracán que fue Suga en su cuerpo en instantes.
Joder ¿A eso le llamaban atracción, deseo? Sí, su entrepierna le dolía y eso lo cabreaba aún más. Evitó oír la discusión de sus acompañantes y sólo camino hasta el estacionamiento, en el camino Hyungwon, los había alcanzado y le había hablado de que nadie diría nada de eso.
Porque fuera de ese mundo Jimin era el chico perfecto, vaya que estaba cansado, de su fachada, de las carreras, de su "novia", de su doble vida y ahora se sumaba que su cuerpo estaba al borde del colapso por la frustración, y la molestia de recordar que debía de ir a su hogar.
Estaba hecho una mierda, sin duda alguna y la paciencia no era su amiga. Metió sus manos en el bolsillo buscando sus llaves y no las encontró, las buscó aún más, incluso sacó la tela interior de sus jeans y nada, sus llaves no estaban ¿Se le había caído en algún lugar?
- ¡Jimin! - escuchó a Tae gritarle, giró a mirarlo con confusión - tú, tú automóvil no está.
Abrió sus ojos asombrado y no de buena manera, no podía ser, sabía que su lugar estaba allí y que nadie podía moverlo a otro, sin caer en su furia.
Jeon se inclina encontrando una nota en medio del lugar donde se suponía debía de estar.
- Dámelo - exigió Jimin casi arrebatándoselo al menor, el mismo que solo se alejó un poco para encender un cigarrillo, mientras miraba al pelinegro.
Park observó el trozo de papel, tenía una flor dibujada en trazos precisos.
Park Jimin:
No te preocupes, tu automóvil está a salvo conmigo, tómalo como prestado, espero no te moleste.
En fin, cuando desees recuperarlo llámame, adjuntare mi número a la parte posterior. Espero tu llamada bello alfil.
Atte: Min Yoongi.
Gruñó enfadado, de alguna manera ese tipo lo mandó al extremo del deseo pero también de la rabia. Nadie tomaba su automóvil, nadie. Marcó el número que tenía en aquella nota, la cual arrugó y metió en su bolsillo, movía su pie ansioso. Estaba por perder los estribos.
-¿Alfil tan rápido me llamas, no que no lo harías nunca? - incluso en ese momento se podía palpar aquella característica risa que enrollaba Yoongi en su voz.
-Mi auto Yoongi ¡Tú, hijo de perra! ¿Como pudiste pedazo de mierda? - exclamó Jimin colérico.
-Cuida más tu vocabulario precioso ¿con esa boca besas a tu madre? Unos labios tan dulces cómo los tuyos no deberían de albergar palabras tan vulgares cómo esas - realmente Min la estaba pasando mas que bien.
-Por la mierda Yoongi, eres un bastardo, devuélveme mi automóvil.
-Lo haré bonito, pero no hoy y quizá tampoco mañana, como hijo de papi tengo la agenda llena, te llamaré para vernos. Mientras, no me extrañes tanto Park - oyó una risa y el refunfuñar del motor de su automóvil. El maldito estaba conduciendo su auto.
No le dio el tiempo para responder pues la llamada fue finalizada. Apretó los nudillos hasta dejarlos blancos.
- Te llevo - habló Jungkook con cierto desinterés, sabía que si Jimin estaba enfadado lo peor sería echarle más leña, lo tomó del brazo guiándolo a su auto que estaba cerca de allí.
- No pensarás dejarme aquí ¿no? - inquirió Taehyung cruzándose de brazo, ignoró también al furioso Jimin pero no tanto como Jeon, debía dejarlo calmarse.
-Oh, olvide que bambi también estaba, siempre puedes pararte en la esquina y esperar a que alguno se interese en recogerte - alzó sus hombros despreocupado, realmente no quería peleas innecesarias y menos estando Jimin de aquella manera pero no podía evitar que sus conversaciones vayan al mismo punto, trata de calmar sus palabras, sabía lo que ese automóvil significaba para su amigo así que solo inhala profundo- Puedes ir en la parte trasera.
Taehyung apretó sus dientes- ¡Eres un neardental Jeon! - exclamó mirando furioso al menor.
-Y tú un príncipe, mimado e insoportable Taehyung ¿Que no puedes dejar de atacarme por una jodida vez? -escupió el pelinegro luego se apretó el puente de la nariz como intentando no perder la compostura - Hazme un favor y sube sin gritarme, que tu sola voz me pone de putos nervios.
- Imbécil - espetó bajo Kim, caminando enojado.
Luego de unos escasos segundos llegaron al lugar y los tres subieron en aquel automóvil sin decir nada. Jimin no notó cuándo Jungkook condujo hasta la casa de Taehyung, menos cuándo le preguntó si lo dejaba ahí o lo llevaba a su hogar y es que estaba ensimismado en su propio mundo.
¿Ahora que se suponía que haría? Era verdad lo que le sucedía ¿De verdad estaba en ese punto de no saber como un completo extraño jugaba con él? Si con apenas unas horas de haberse conocido estaba revolviendolo cuál letras en una sopa.
Pero de lo que sí estaba seguro Jimin era que tendría una semana larga y no sabía cómo lidiar con ella.
Muchísimas gracias por leer esto y esperamos que les vaya gustando, subí dos actualizaciones debido a que se me paso realmente actualizarlo el viernes y es en compensación, así que muchas gracias por el apoyo
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