Capítulo 16
Cuándo no hay amor en nuestro corazón, solo nos queda una cosa: el placer; y ese placer es el sexo, por lo tanto este se convierte en un enorme problema.
—Jiddu Krishnamurti
La fiesta estaba con el punto certero, de nuevo sus manos estaban inquietas, había llegado hacían unas horas y los tragos se deslizaban sobre su lengua cuál veneno sin estar al punto máximo, siente el peso sobre sus piernas acomodarse sin desviar la vista del frente, sus manos sostenían su copa a medio beber, la música resonaba y el ambiente soltaba el vaho a hormonas, descontrol y diversión.
— Podríamos ir a un lugar más privado — un susurro se cala en su oído, con esa voz suave característica de la dama.
Su mirada se fijó en sus facciones y sonrió ladino remojando sus belfos, sus manos se deslizaron sobre su muslo en un sigilo lascivo mientras ella tomaba su copa y la bebía ante sus ojos, bañados en aquella picardía típica de él.
En otro punto de la fiesta se encontraba la mirada levemente ofendida de Taehyung que era hábilmente disimulada al llevarse la copa sobre los labios, dándole un largo trago a su margarita, para volver a dejarlo sobre la barra, deslizando la lengua sobre sus labios, después de ver la esbelta figura femenina, cuyo vestido rojo solicitaba arduamente la atención de todos aquellos que se encontraban en la saturada habitación, se sentía levemente molesto, es que como era de esperarse, sus ojos captaron el momento en que ella termina sentada sobre el único hombre al que le molestaría de cierta manera que tocase, pero no lo sorprendía, Jeon era como un farol para todos, aún estando vestido completamente de negro, sentado bajo las tenues luces parpadeantes, con el ya repetido contenido de su copa, terminaba atrayendo a todos aquellos que se encontraban en el radar. Porque él era así un imán con sólo respirar.
Se hincha el pecho de aire al ver cómo recorría la piel expuesta de la mujer, que bien conocía, habiendo sido su compañera de instituto por los últimos cinco años, por supuesto que la conocía y mejor aún los hábitos a los que ella estaba acostumbrada.
Pide otra copa y por un acto de reflejo alguien termina atrayendo su atención, el chico con unos rebeldes mechones rubios que se encontraba mirándolo con una sonrisa latente desde el lado opuesto de la barra.
Taehyung inclina levemente la cabeza, apoyando la barbilla sobre su puño, sonríe dándole una invitación, que claramente es aceptada por el chico que al instante camina hacia su dirección, tomando el asiento que se encontraba a su lado, analiza sus facciones con cuidado, resultaba ser un chico apuesto, cuya sonrisa era encantadora.
—¿La estás pasando bien esta noche, Taehyung? — su voz era más áspera de la que se esperaba, éste vuelve a darle un trago a su copa y le devuelve la misma mirada coqueta, fingiendo interés.
— Podría mejorar — responde y levanta la copa bebiendo de manera sutilmente coqueta —, no recuerdo haberme presentado — agrega con una risa leve.
— Es que no hace falta, todos conocemos al gran modelo Kim Taehyung — vuelve a decir el contrario mientras su copa subía hasta dar con sus belfos y una sonrisa traviesa se instalaba en sus facciones mientras lo mira seductor.
Taehyung observó de reojo a su costado con la rabia recorriendo sus poros, tomó el vaso y lo bebió de golpe, levantó su mano en una seña elegante y fina dándole a entender que deseaba más, sus orbes conectaron de nuevo con el rubio y decidió seguirle la línea, ya que inconscientemente deseaba que Jungkook lo viese y sintiese lo que él estaba experimentando en ese instante, no lo admitiría a altas voces jamás. Lo sabía pero estaba molesto y celoso... Demasiado de que aquella ramera estuviese sobre las piernas de aquel chico que él odiaba o que se convencía de hacerlo.
Jeon por su parte oía las risas y los murmullos altos de las personas, la muchacha paseaba sus manos por su cuerpo y él atinaba a darle sonrisas como respuestas y uno que otro toque casi imperceptible que la hacían estremecerse, su curvatura facial se mantenía, era normal para él ese tipo de atención, alrededor suyo estaban otros chicos que oía nombrar pero a él no le interesaba mucho. Repasó todo el lugar marcando sus puntos de importancia. Jimin y Taehyung, no se preocupaba más por Jinsoul ya que había pedido que se la llevasen, pues las copas se le habían subido y Jimin se lo exigió, tampoco había mucho drama.
Su negruzco iris empezó a buscar a Kim primeramente, ya que sabía que de ambos él era más vulnerable. Su mirada fue hasta encontrarlo sentado en la barra, a pesar de la gran distancia podía definir su risa con solo el movimiento de su garganta. No le gustó, vio como la mano del acompañante se posaba sobre la rodilla lentamente subiendo y a él sólo tontear ¿Acaso había bebido mucho? Conocía a Tae y sabía que eso no era muy normal de él, no acostumbraba beber en absoluto. Movió a la chica un poco hasta sentarla fuera de sus piernas y escuchó su queja. No le dio importancia, iría y chocaría miradas con el mayor o al menos se acercaría para escuchar y cerciorarse de que Tae estaba bien. Sabía que no debía pero las ganas de protegerlo eran mayores. Llegó a la barra y se apoyó por el mármol.
— Ginebra, por favor — pide y escucha a pesar de la música la conversación de los contrarios.
Podía ver la mano de Taehyung ir hasta el cuello de la camisa del desconocido, truena sus dedos, mientras finge prestar atención a uno de sus compañeros que parecía decirle algo con mucho entusiasmo.
— Si quieres podríamos ir a otro sitio, y continuar la fiesta solos — oye al chico decir lo suficientemente despacio como para que los que estuviesen cerca lo oyeran, un profundo bramido se escapa de sus labios y cuándo tiene su copa en mano, se siente preparado para improvisar, se acerca a ellos, poniéndose justo en medio, a tiempo para poder oír la ya arrastrada, risa de Tae.
— Hey, chicos ¿La están pasando bien? — no despega la mirada del hombre que desconocía por completo tratando de recordarlo por si lo había visto ya, pero no era así.
— Lo hacíamos hasta que llegaste, así que puedes irte — esa profunda voz hizo que su piel se erizase pero no de la forma normal, sino de esa manera que sólo su mente reaccionaba a dar impulsos a su cuerpo si oía esa voz.
— Bambi, no seas tan aburrido — ladea la cabeza, dándole una sonrisa llena de autosuficiencia —. Podríamos ir a la pista, bailar un poco — incita, mientras lo indica con la cabeza, lleva la mano hasta a de su mayor, quitándolo del cuerpo del ahora ignorado muchacho, tirando suavemente de él.
Siente el golpe seco sobre su pecho, logrando que dé un pequeño paso hacia atrás, gruñe, molesto pues aunque previno aquel movimiento el sentirlo realmente no le agradaba en nada.
— Solo vete — dice el ahora sonrojado chico —. Si quieres bailar, puedes ir con cualquiera de tus zorras, a mí déjame tranquilo — prosigue con aspereza, el alcohol en su sangre salpicado con la rabia que se había incrementado lo dominaban.
—Bambi — pronuncia con dificultad, tratando de obtener su atención, al confirmar su estado de ebriedad, no lo mira, le estaba haciendo un berrinche y él simplemente no le seguiría el juego, solo quería que esté seguro, pero la indignación pudo con él.
Gira y se aleja, abriéndose paso entre el gentío, en busca de Jimin, puesto que no había otra manera se llevaría a ambos de allí, no quería más dolores de cabeza así que fue hasta donde algunos chicos le indicaron que era el sanitario, ya buscaría a Jimin. No sabía si era el calor del enfado o que pero su cuerpo le pedía a gritos que se deshiciera un poco de su ropa, así que se desabotono la camisa, camina un poco más y se dirige al lugar que le indicaron, empujaba los ya sudados cuerpos, en dirección a los sanitarios.
El lugar extrañamente estaba desolado, normalmente se esperaría ver cuerpos sudados y personas pegadas ante las paredes pero nada. Simplemente, decidió restarle importancia y abrió el grifo, necesitaba limpiarse el rostro para seguir fingiendo que lo de minutos atrás no le preocupaba de sobremanera. Se secó el rostro y cuándo se disponía a marcharse un jadeo lo hizo parar. Conocía ese tono a la perfección y sabía jodida e indudablemente de quién era. Siguió hasta donde creyó provino el sonido y abrió la puerta encontrando a Jimin entre los brazos de Yoongi en pleno momento subido de tono.
— Vete — sentenció Yoongi, observando cómo su acompañante para cualquier acción ante sí.
— Kookie, no es lo que parece — habla desorbitado Jimin debido a la excitación y a la vergüenza de que el menor lo vea en esa situación.
Si bien se conocían, el ver su rostro lo hizo desestabilizar la calentura de su piel de manera abrupta.
Algo comenzó a verse borroso en Jimin y los flashes de cómo llegó allí golpearon su mente ya que estaba demasiado alcoholizado como para entender la complejidad de la situación.
Unas horas antes, sus ojos impartían ese mismo tipo de imán que él sabía lo llevarían al desvarío de perderse de nuevo, la melena que antes era azul cambió a un rubio platinado demasiado peligroso para su sistema, de por sí Yoongi era atractivo para sí ahora peor que tenía ese color y lo dejaba tan ardiente. Atinó a observar al gentío amontonarse y decidió mover sus caderas al ritmo de la canción, que sonaba lenta pero provocativa. Sabía que Yoongi lo miraba, sentía en su piel el ardor por tal atención, así que solo sonrió de lado.
— »Ahora sabrás lo que se siente «— dice Jimin en su interior.
Sentía su cuerpo unirse al compás de la canción que retumbaba por todo el lugar, el zumbido en sus oídos no le limitaban, lo incitaban. Lleva sus manos hasta su nuca y acaricia su cuerpo suavemente conforme el ritmo lo guiaba hasta llegar a sus caderas, las cuáles se mecían a través de un vaivén imparable. Su piel comenzaba a sentirse cálida, conforme su sudor lo hacía brillar bajo las luces. En su mente no había cabida para nada más que aquel hombre que, hacía ya un tiempo, quebrantaba su paz, dejando de lado la discusión que había surgido apenas unos minutos atrás con la que se supone era la dueña de su corazón, todas aquellas miradas que lo estaban acribillando, incluso estaba dejando de lado su propia determinación.
Yoongi estaba carcomiéndolo por dentro y él no lo dejaría pasar. Estaba a punto de girar su cuerpo para volver a encararlo pero algo se lo impide. Sentir las dos cálidas y firmes manos puestas sobre sus hombros eran suficiente como para que una corriente eléctrica pasee a través de él, provocándole un suave suspiro, no se detiene, continúa, acentuando sus movimientos, aún cuando siente esos dedos recorrer cada lado de su espina dorsal, hasta encontrarse puestas sobre su cintura, y el tan ansiado cuerpo pegarse al suyo. Pues sus ansias eran mucho mayores de las que él podría aceptar jamás.
— No pares — escucha que susurra sobre la parte posterior de su oído derecho, provocando que su cuerpo vibre, recibiendo oleadas de placer, con sus ojos cerrados experimentando todo aún más certero.
— No lo haré — responde, forzando a que su voz salga aún con el nudo que se había originado dentro de su faringe.
Lleva sus manos hacia atrás, buscando sentir sus cabellos, cuando lo tiene entre sus dedos tira de él hasta terminar por tenerlo aún más cerca. Yoongi aumenta la fuerza de su agarre, pasa la lengua por sobre la hélix de su contrario.
— Bien, ya que no tenía en mente permitírtelo — murmura con un leve gruñido saliendo de sus labios.
— A mi nadie me prohíbe nada — responde Jimin, se aproxima más y pega sus caderas por las del contrario sintiendo la misma excitación que él experimentaba debido a que su miembro estaba duro, echó su cabeza hacia atrás, sus dientes apresaron sus propios labios inferiores, apoyó su nuca sobre el hombro del mayor, con sus caderas serpenteando con la instigación al punto de ebullición, deja salir de sus labios un gemido de provocación sabiendo que de los belfos del contrario escaparía un gruñido que al hacerlo erizo su piel de lo ronco que sonó.
Él se afianzó más a su cadera y su lengua ahora bajó por su cuello haciendo que Jimin se perdiera por completo — Joder déjate de juegos — dice Yoongi separándose y volviéndose a unir a su cuerpo en un movimiento simulando embestidas pero al compás de la canción. Con su pierna separó las del menor y lo volteó con tal rapidez dejándolo con ambas piernas entre la suya la cual levantó y tocó su vientre bajo, mientras sus manos apretaban sin pudor alguno sus glúteos.
— Entonces dejemos ya de jugar Yoongi — Jimin lo mira, con las mejillas teñidas en un carmín y la boca levemente abierta deseoso, ansioso de calmar el cosquilleo en su libido y con la ansiedad de sentir más contacto.
Yoongi entrelaza sus dedos y emprende su camino hacia el único lugar al que se le ocurría en ese momento, el baño, el cual estaba atestado de chicos en estados decadentes, entre ellos reconoce a su mano derecha, Changkyun quien se encontraba recostado por uno de los lavabos, frotándose el rostro tratando que recuperar un poco de su sobriedad, termina por encontrarse con la mirada de Yoongi, quién ladea la cabeza y él entiende lo que quería, no podía mirar el rostro de su acompañante, pero aún así podía asegurar de quién se trataba.
Jimin estaba escondido detrás del cuerpo de Yoongi, tratando de volver a tener en líneas sus pensamientos, pero aunque lo intentase con todas sus fuerzas no podía, y ni siquiera estaba ebrio por el alcohol, lo estaba por el aroma que emanaba el cuerpo de su acompañante, resultaba tan familiar, más que placentero.
Changkyun suspira y empieza a forcejear con los tres chicos que permanecían en el lugar, cada uno de ellos propinando quejidos en su contra pero apenas unos minutos después todo se encontraba en absoluto silencio, el cuerpo de Jimin estaba ya sobre el mueble de mármol, agitado por la falta de oxígeno y excitación.
Park tenía las piernas alrededor de las caderas de su contrario, provocando que sus cuerpos choquen una y otra vez, sin detenerse a recuperar el aliento siquiera.
Hasta que sus oídos perciben la puerta de la entrada ser golpeada y Jimin de un salto se pone de pie y camina hacia adelante, haciendo que Yoongi entre en uno de los cubículos en búsqueda de privacidad, intenta trabar la puerta pero su cuerpo impacta contra esta dejándolo sin tiempo. Sintiendo las manos intrusas tomar nuevamente la piel de sus caderas y levantar su ropa, mientras él se apresura a llegar a su cuello, succionando y mordiendo su piel reiteradas veces al oírlo jadear ante su acción, sintiendo a su conciencia bailar sobre la cuerda floja cuando tiene los dedos del platinado alrededor de su cuello, sus labios sobre sus clavículas, ya sin tener control de sí mismo, jadea, lo que siente luego es la puerta recibiendo un golpe y sus cuerpos siendo impulsados.
Así fue cómo ambos acabaron allí, Jimin abrió los ojos y miró a Jungkook que estaba con una sonrisa torcida de incomprensión. Lo conocía y se separó de Yoongi con tal rapidez para ir con el menor.
— Kookie... Yo... — sus ojos se posaron en los del menor y él sólo chasqueó la lengua sin dejar de mirar a Yoongi quién tenía una sonrisa de autosuficiencia.
— Deja de cortarnos la diversión y vete niño — la voz ahora en su estado de enfado del contrario sonaba molesta.
Jeon observó a Yoongi y soltó una risa que resonó en todo el lugar.
— Sospechaba que eras de los que caían bajo pero no de los que se aprovechan de los que estaban en este estado de ebriedad, aunque no me sorprende — Yoongi al oírlo reacciona, yendo en contra suya y golpeando su hombro a lo que él responde dándole un certero puñetazo.
Era suficiente para él, la rabia se incrementaba en su ser y sabía que no terminaría bien para nadie. Da una última mirada a su amigo antes de ir hacia la salida.
Las manos de Jimin lo detienen al sostenerlo del brazo y este gira a encararlo, Jeon podía notar que su amigo no estaba ni remotamente en condiciones de conducir, incluso sabía que la lengua le pesaba al verlo abrir la boca pero no pronunciar palabra alguna.
Inhala con fuerza, y vuelve a tronar los dedos por segunda vez en la noche, su mente salta a recordarle que solo le faltaba una vez más para terminar destrozando todo.
— Mira, de verdad no me importa con quién mierda te acuestes — lo dice muy lenta y profundamente para que su amigo lo comprenda —, pero no lo hagas mientras Jinsoul esté en tu vida, porque te lo juro, si la dañas todo esto se pondrá feo, Jimin.
Este suelta su brazo mientras baja la mirada y él gira saliendo tras un portazo.
Estaba harto, tomaría a Taehyung e irían a las habitaciones, a pesar de sus quejidos, Park estaría bien con Yoongi por lo que podía ver y realmente él no deseaba explotar, no en ese momento y lugar porque todo se había vuelto un lío en muy poco tiempo.
Busca la memorizada cabellera a su alrededor, unas tres veces, sin éxito. Camina hasta encontrarse parado al lado de la barra, justo en dónde había visto a Bambi por última vez, gruñe, con los puños cerrados, se acerca al bar tender y este lo mira con asombro cuando lo toma por el cuello de la camisa hasta tener su rostro cerca de su boca.
— ¿Vio donde fue el chico que se encontraba aquí hace unos minutos? — habla con un tono mucho más alto de lo que normalmente acostumbraba a causa de la música, ve al hombre asentir levemente.
— Vi que el chico con el que estaba se lo llevó hace apenas unos minutos, él realmente se encontraba a punto de caer, por el tiempo que llevo aquí, puedo asegurarte que tomó casi el triple de lo que su peso aguantaría — Jeon libera al hombre y retrocede, pasa las manos por su cabello tirando de ellos.
— ¿En dónde diablos te metiste Bambi? — jadea mientras ve el lugar. Sabía que algo pasaría pero no predijo que sería de esta manera caótica.
Jungkook golpeó muy fuerte la mesa de la barra debido a la rabia contenida, la que deseaba inútilmente poder controlar. Su mente era un laberinto con caminos llenos posibilidades que nada bueno pintaban, mordió su labio inferior con fuerza y dio un leve quejido mientras su mano sujetaba la copa la cual sólo levantó e impactó contra la mesa, dejándolo hecho un cúmulo de fragmentos y de ginebra rojiza cayendo por el borde, se peina los cabellos hacia atrás con los restos de vidrios y enfado entre su piel, ante los ojos de curiosos, con el barman quien quería descifrar lo sucedido más allá de todo lo oculto en esa profunda pero vacía mirada, gira para encontrarse con Jimin, ni siquiera notó cuándo el mayor lo había seguido, pero no importaba mucho, nada importaba más que saber dónde mierda se había metido Taehyung.
— Bambi no está — dice sin dejar de hablar al mayor el cual por el tono de su voz descifró la gravedad. Detrás suyo sintió a Yoongi quien miraba al menor con ese pintoresco sabor amargo de la calentura acumulada y el dolor en su mejilla — iremos a buscarlo porque esto no me pinta bien — prosigue con el tono alto debido a la música que ahora era molesta.
Jimin asiente pero de pronto su estómago empieza a advertir lo que se avecinaba, un ácido sabor recorre su faringe hasta su cavidad bucal, tapa la misma sin poder contener las náuseas y va corriendo a los baños, ante la mirada negadora del menor, el cual suspira y comienza a caminar pasando al lado de Yoongi.
— No me importa quién eres, solo piensa bien en lo que harás, Jimin no es uno más de los culos que te follas y dejas — dice Jeon sin malicia pero con advertencias a lo que Min ríe socarrón. La verdad el pelinegro no tenía ganas de tratarlo con sutileza.
Sus miradas comenzaron una guerra a la que Jungkook no tenía energías de continuar, era inútil, en su mente había algo más importante. Yoongi se dispuso a decir algo hasta que ven a Jimin volver limpiándose la boca, notoriamente expulsó el resto del alcohol de su sistema haciendo que su cuerpo respondiese de manera un poco más certera debido a que esos químicos no estaban circulando más en sus venas.
— Tae subió a un automóvil — habla y se posiciona al lado del rubio —, dicen que no se veía muy bien... — apenas pronuncia ordenado sus ideas, luego de haberle preguntado a algunos chicos en el baño. Agradece que al menos conocían el nombre de Kim Taehyung, los observa y ve esa tensión entre ellos volviendo a soltar aire de sus pulmones —. D-debemos ir a buscarlo porque no creo que haya ido por voluntad.
Suficiente, eso era todo lo que Jeon necesitaba escuchar para decir con sinceridad que nada más podía empeorar, reprendiéndose el haberlo dejado. Traga duro y da un gruñido apretando su mano, dejando ver las venas en las mismas, hace crujir su cuello y dirige su mirada a ambos a medida que comenzaba a caminar un poco en su dirección.
— Yoongi — habla el menor — me vale mierda todo, llevarás a Jimin y buscarán a Bambi, por el lado oeste no creo que hayan ido muy lejos haré llamadas y les avisaré el terreno a cubrir — suelta y su mirada ya no era la misma de antes.
— ¿Por qué lo haría? — responde Min cruzándose de brazos. Nadie le ordenaba y no dejaría que lo hiciesen jamás.
— Porque si no quieres que yo Jeon Jungkook te mande borrar de la faz de la tierra y de la vida de Jimin, lo harás sin rechistar. Además tu conquista no puede manejar y no creo que quieras que origine un choque y te quedes sin follar ese culo ¿no?
Las palabras de Jungkook eran certeras, molestas, picantes, crearon en Yoongi una confusión, tampoco tenía los cinco sentidos para decir que pelearía contra un niño en esos instantes, asintió rendido. Quizá él no tenía mucha empatía por todos pero alguna vez le sucedió una cosa similar, sabía y podía delinear esa misma sensación de desesperación en los ojos del contrario.
— Vamos — habla y toma a Jimin de la muñeca pero sin ejercer fuerza —. Los ayudaré hoy, no debes avisarme, haré mis llamadas, tengo más contactos que ustedes aquí, pero si lo encuentras antes me avisas.
Jeon los rebasa asintiendo dejando a ambos atrás, trota en dirección a su auto, toma su móvil y busca rápidamente el nombre de Jooheon, con una mano hace lo debido y en nada ya está en el carril, sabía perfectamente que estaba en desventaja ni siquiera tenía una remota idea de quién era el chico que había llevado a Tae no tenía un nombre, una dirección o una sola pista donde debía de ir, solo una descripción que podría o no ser de ayuda, presionaba el volante con tanta fuerza que sus nudillos se habían vuelto blancos y su respiración era cada vez más acelerada conforme pasaban los minutos, su amigo no respondía la llamada, haciéndolo maldecir y acelerar sin rumbo fijo más que de estaciones de servicio, moteles o lo que fuere que encontrase primero, vuelve a intentarlo por tercera vez con la llamada y siente una leve calma al oír que contestaban.
— Jooheon, necesito el nombre de uno de los chicos que estaba en la fiesta — sus palabras eran pronunciadas con lentitud, podía oír la música disminuir y la respiración de su contrario hacerse presente, debía decirlo todo al momento para que él entendiese la gravedad — era rubio, ojos verdes, de unos veintitantos, rostro fino, podría decir que era extranjero. Es todo lo que sé, estaba sentado con Taehyung toda la jodida noche y se lo ha llevado, no me la creo, no estaba en sus sentidos para acceder a ello, así que averigua dónde puedo encontrarlo — agrega observando las luces de los semáforos indicarle que parase y el muy por lo contrario, acelera aún más.
— En camino — accede el contrario y cuelga, con el rostro inundado de preocupación. Observa a su costado y ve a su compañero de noche estar contestando una llamada también, lo ve cortar y él ya estaba poniéndose la remera —. Lo siento, perdieron a uno de mis amigos y debo averiguar algunas cosas.
El contrario lo observa con sorpresa — ¿Kim Taehyung? — cuestiona envolviéndolo en su oscura mirada.
— ¿Cómo lo sabes?
— Mi... — se muerde los labios como parándose al decir la siguiente palabra — me llamó Yoongi y dijo que le averiguara todo sobre él, que lo llevaron en una camioneta y es todo lo que saben, veré qué es lo que puedo investigar.
— Jeon me dijo que estuvo con un extranjero, eso disminuye la búsqueda — inquiere Jooheon, tomando a su vez su celular de nuevo, comenzando a contactar a sus amigos.
— Bastante, llamaré a un conocido, él lleva la lista de todos los que ingresaron a la fiesta, dame unos veinte minutos y te tendré el nombre completo y dirección del tipo — pronuncia con rapidez Im, a la par que se colocaba su pantalón, esto no le pintaba nada bien.
— Changkyun eres genial — sonríe Jooheon, acercándose a él, dejando un dulce beso en su mejilla.
— ¿Acaso lo dudas cariño? — replica el chico corriendo su cabello detrás de su oreja —. No por nada soy un Im, mi familia es la mejor en investigaciones — ríe bajo — pero ahora debemos de ver lo de tu amigo, esto no me suena a nada bueno.
— Si, además si algo le pasa a Kim, Jeon nos mataría — murmura, para mantener su atención en su celular.
— Lo ama mucho ¿cierto? — cuestiona Changkyun — antes de que viniéramos por aquí me crucé con él, no parece del tipo que se preocupa por alguien que realmente no quisiera mucho.
— ¿Por qué supones eso?
— Simplemente lo supongo por esa desesperación... El gran Jeon Jungkook hijo del vicepresidente de Corea del sur enamorado del modelo Kim Taehyung, la prensa explotaría y serían la mejor pareja de todas.
— Supongo, Jeon la tiene difícil, pero tampoco es todo lo que parece — suspira Jooheon y se acerca besando el hombro de Changkyun abrazándolo por la cintura — aunque creo que tú y yo haríamos una pareja aún más bella si decidieras al fin decirme que sí.
— Ya te dije Joohoney, no haré que elijas y ser el amante no me queda mal, sabes que soy alguien libre — gira su rostro — eso lo veremos luego, ahora la prioridad es encontrar a Taehyung.
Jooheon asiente sintiendo un leve pinchazo en su pecho pero comprendiendo que en prioridades encontrar a Taehyung era la que ganaba todas.
Muy a diferencia de su desaparecido amigo, el cual se encontraba riendo dentro del cubículo del auto de aquel chico que apenas había conocido pocas horas atrás, la música resonaba con fuerza dentro del recinto y el viento soplaba sobre su rostro haciendo que la temperatura de su ya acalorada piel, a causa del alcohol, disminuyera levemente, su risa salía al mundo y su mano se encontraba sobre el muslo del chico al cuál no distinguía muy bien pero no le importaba, ya que su cuerpo no parecía ser suyo sino más bien pareciese flotar fuera de sí.
Luego de un tiempo que no podía definir cuántos minutos fueron, llegaron a un sitio donde podía ver unas maltratadas estructuras, no era la mejor zona que había llegado a conocer, pero no le importaba, nada lo era más que seguir en ese estado de estar fuera de sí. Aunque su mente no podía asimilar la magnitud del peligro que estaba corriendo en ese momento ni siquiera cuando el contrario estacionó el auto frente a uno de los departamentos con aspecto sumamente viejo y con un poco de dificultad lo ayuda a bajar, pasa su brazo sobre su hombro y caminan hacia la entrada, el portero que mira por unos segundos simplemente niega con la cabeza de forma casi imperceptible pues bien no era la primera vez que veía el estado en el que traía a sus compañeros de noche.
Minutos después la risa dulce de Taehyung se hacía notar de nuevo ante el pasillo desolado de aquel lugar, Cristofer quién era él que lo acompañaba tomó el manojo de llaves del bolsillo trasero de su pantalón y abrió la puerta, llevándolo por el pasillo escuchado sus incoherentes palabras de "¿Porque tan callado Jeon?" o "¿Te comieron la lengua los gatos o quieres que te la coma yo Kookie~?" palabras que no entendía y un nombre que no le agradaba oír, lo guió hasta directamente recostarlo sobre su cama
— No era necesario que te molestes por mí, mis amigos estaban ahí Kookie~ — dice, atontado Tae — Jeon~ ¿me darás más besos de los que me dabas de pequeño? O mejor no, yo te odio — hizo un puchero para reír de nuevo — f-fóllame Jeon... follame mejor de como lo hace Min~
Mientras que el otro, ya desinteresado, comienza a desabotonar su camisa observando la silueta del contrario con hambre, era simplemente hermoso y aún más con ese sonrojo y sonrisa atontada, se relame los labios lascivo sintiendo una punzada en su vientre bajo debido al estado de sumisión del chico, camina acercándose yendo al encuentro de su nueva presa.
— No es ninguna molestia, Tae, en lo más mínimo, podría decir que es todo un placer— suelta y Tae arruga la nariz no encontrando similitud en esa voz con la de Jeon, lo siente subir a la cama hasta estar a centímetros de su rostro — eres hermoso, amaré tanto hacer esto — agrega y sin mucha duda o rodeo pasa a estampar sus labios contra la de su menor. La respiración de Tae cambia radicalmente, sentía ese sabor en sus labios que no le gustaban, no era dulce y mucho menos delicado, ese no era su Jeon, si bien no estaba en sus cinco sentidos sin duda podía diferenciar que su cuerpo y él no deseaban esa proximidad. Lo empuja inútilmente ya que su cuerpo estaba débil, jadea al sentir la intromisión en su boca y abre más sus ojos, lo aparta y trata de correr, pero el chico toma su camisa, forcejean en lo que la prenda termina levemente rota y Tae da su primer grito, haciendo que el otro entre en un enfado colosal — Cállate puta — dice para golpearlo con fuerza y luego todo se volvió incoloro, borroso y distorsionado, segundos más tarde se dio cuenta de que intentar pelear no servía de nada, los gritos y forcejeos no iban a cambiar en absoluto lo que iba a ocurrir, así que Taehyung como último intento de salvaguardar un poco de sí cierra los ojos y se deja llevar por lo negruzco de su leve inconsciencia.
Luego de lo que parecieron horas sintió sus ojos pesar menos y trató de abrirlos con levedad, cuándo al fin pudo recobrar levemente la conciencia supo que estaba dentro de un automóvil de nuevo, dedujo por el aroma de qué se trataba de una gasolinera. Noto que no había nadie más en el rodado, de manera que tomó aire, con la cabeza menos revoltosa y se obligó a abrir a duras penas la puerta, bajándose pero solo termina por caer al no ser capaz de contener su peso, logrando así lastimarse las rodillas además de las palmas de ambas manos, sin contar con el rasguño en el pómulo derecho. Pero nada le importó ya que él sentía que si no salía de ahí moriría, debía de hacerlo, de continuar un segundo más en ese infierno, sabía que lo haría. Se levantó un poco con las piernas temblorosas y el extremo nivel de dolor que experimentaba no le permitía siquiera sollozar.
— ¡Bambi! — oyó y su corazón dio un vuelco.
— Kookie...— masculla, solo una voz y persona lo llamaría así, levantó la vista y aquella silueta fornida se acercó de prisa a él, todo le daba vueltas, se encontraba únicamente percibiendo borrones, nada estaba bien más que el sentir como el contrario lo sujetaba con fuerza de su cintura, para permitirse cerrar por completo sus ojos de la realidad, ya que todo de nuevo se desvaneció para sí.
Por su parte Jungkook lo tomó con fuerza, lo pegó a su pecho con rapidez, levantándolo y llevándolo a su automóvil con la preocupación llenado sus facciones, lo dejó en el asiento trasero para cerrar la puerta e ir con rapidez del lado correspondiente al piloto, maldijo y tomó su celular llamando de nuevo a su amigo, mirando al mayor completamente ido en sueño. Gruñó más que molesto cuándo ya veía las luces de los caminos en parpadeos, debido a que sin esperar mucho había llegado a la carretera, su mente la mantuvo en blanco diciéndose que no sería lo que se imaginaba, cuando menos lo nota escucha cómo su amigo había aceptado su llamada.
— Jooheon ordena todo, mañana iremos a un sitio, por lo pronto prepara el cuarto, llevaré a Tae — habla presuroso con el aire saliendo frenético de sus fosas nasales — sí, toma toda esa información, entendido si, si tráelos. Bien adiós.
Siquiera acabó, volvió a marcar pero esta vez Park, ya que sabía que si no lo hacía en ese momento, no lo haría luego.
— Jimin, si— habló al oír la voz del mayor —, lo encontré, si, si Park — asiente y sigue su tramo apretando el volante — lo dejaré en el cuarto, avísame cualquier cosa, bien cuídate— agrega y corta la llamada.
Su cabeza hilaba pequeños retazos de gritos carmín, posa su mano sobre el muslo del mayor y toma la manta que siempre traía tapándolo. Lo ve removerse y aspirar la tela.
— Kookie, me duele — dice bajito Taehyung entre balbuceos.
— Kookie está aquí Bambi, nada te pasará estoy aquí para cuidarte — dice Jungkook enfrascado en aquel amargor de verlo en ese estado.
Pero si el karma no hacía nada él lo haría, porque nadie dañaba a las personas importantes para Jeon sin tener algún tipo de castigo.
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