Capítulo 7
Liberae sunt nostrae cogitationes.
Nuestros pensamientos son libres.
- Cicerón.
Respiraba con dificultad y sentía unas gotas caer por su sien, se removió un poco y sus fosas parecieron ahondar entre el aroma a leve comida caliente, ese mismo que no puedes descifrar exactamente qué es pero lo deduces, lentamente abrió sus ojos, intentando mayormente mantenerlos prestes a la realidad, debido a que se sentían extremadamente pesados, la luz era tenue y no tardó mucho más en adaptarse a la misma, comenzó a divisar la habitación, no era la suya, pero era muy conocida, su mano va trémula por su rostro hasta liberarse por completo de aquello que llamaban pereza al despertar, escucha como la puerta es corrida, pero no hace mucho por mirar de quién se trataba.
— Diminie — a sus oídos llegó esa voz grave pero cálida — al fin despertaste — la silueta sutil, pero varonil del chico se posó hundiendo el colchón a su paso —, supuse que tendrías hambre luego de dormir tanto y mandé preparar tu desayuno favorito — esa sonrisa perlada apareció.
Se removió un poco hasta enderezarse, miró el reloj de su móvil y observó la fecha.
— Muchas gracias Taehyung, creo que me ducharé e iré junto a ti — trata de sonreír, levantando la mirada, viendo que el color del cabello del contrario resaltaba con la luz, su mente se quedó en blanco unos instantes, hasta que el suspiro se escapa de sus labios y comenzó lentamente a reaccionar en todo lo que debía de hacer en la semana, corre la manta para de esa manera ver como el contrario se levantaba e iba por sus zapatos, colocándolos cerca de sus pies — gracias — agrega enderezándose, dirigiéndose hacia el baño particular de ese cuarto.
— Por cierto — habla de nuevo Kim, haciendo que Jimin voltee hacia su cuerpo de nuevo —, Yongsun llamó y me pidió para decirte que lamenta mucho cancelar, pero que no pudo conseguir permiso en su trabajo y no podrán ir juntos al hospital, que la próxima no dejará que pase lo mismo de ayer... uhm — Taehyung estaba a punto de preguntar qué había sucedido, pero al ver la expresión del mismo se retrae de la idea.
Jimin asiente, mirándolo sin interés — Está bien — contestó quitándose la remera cuando pasa el marco de la puerta —, es mejor para mí, luego le hablaré, gracias Taehyung — prosigue el pelinegro removiendo su cabello, se dirigió al sanitario dejando a un curioso chico en su cuarto.
Una vez despojado de cualquier tela, se dispone a dejar el agua correr, habían pasado muchas cosas en su vida últimamente, pero podría tomar el control de todas, aunque iría lento, una por una, de nada le servía removerse en mil cosas y perdiendo la cabeza, siendo que todo de nuevo se podría solucionar, además no podía permitirse perder la compostura, no cuando tenía ciertas cosas delicadas que pendían de sus dedos, posiblemente se haría el monólogo luego, porque tenía en claro que abajo lo estaría esperando un Taehyung muy ansioso por entender el porqué había llegado a su casa de noche y tan drogado como lo fue horas atrás.
De nuevo el aire se libera en un pesado murmullo y sale de la ducha, camina secándose el cabello, encaminándose al armario, el mismo que tenia prendas suyas, las mismas que habían sido obsequiadas por el menor al pasar de los años y que nunca salían de ese cuarto que desde los catorce denomino como suyo y por más que últimamente no fuese tan seguido como acostumbraba, era de conocimiento que nadie los tocaría, luego de toma sus prendas, prosiguió a colocarse aquel pantalón ceñido negro, su camisa blanca y su abrigo de cuero, va hasta el espejo, donde va secando el resto de sus cabellos negruzcos, su reflejo le muestra un rostro que rápidamente el acuña en una perfecta mascara para el mundo, y cuando esta completamente arreglado a su gusto, va en dirección a la planta baja, donde sabia que Tae lo estaría esperando para poder desayunar.
Una vez allí toma asiento y lleva la taza de café a sus pomposos labios, saboreando únicamente por el aroma y luego con el gusto, esos segundos eran preciados para sí mismo, apreciando el leve murmullo mudo de aquel cuarto.
— Mañana tengo una prueba de vestuario — habla Taehyung, sutilmente rompiendo aquel silencio tan molesto para sí, bajando su jugo — me gustaría que vayas conmigo, será en Gwangmyeong, son solo veinte minutos de aquí.
— No creo poder, tengo práctica con el equipo, además estoy sin el automóvil aún, no será posible — responde el pelinegro, centrado en comer sus tostadas con mermelada de durazno, esperando no conocerlo tanto como lo hacía, sabiendo que tendría alguna conversación sobre eso, ya que él no solía declinar a las salidas con Taehyung casi nunca.
— Es por Jinsoul ¿No? últimamente te la pasas más con ella y escuché que tuvieron una discusión muy fea, de la que no me contaste, por cierto — Tae suelta sin siquiera pestañear y hace que Jimin suspire por tercera vez en lo corto del día.
Se le queda mirando unos instantes, notando como las facciones del contrario denotaban completa atención hacia su persona, expectante a su respuesta ingeniosa quizá.
— Ya lo hablamos— responde, mirándolo fijamente —, si hay cosas que no te digo es porque tengo mis razones, no trates de buscar palabras que no diré, sabes perfectamente la razón por la que discutí con Jinsoul — Jimin eleva su mano y aprieta el puente de su nariz, estaba comenzando a frustrarse ya que no era algo ajeno a sí el tipo de acción que estaba tomando Kim en ese instante —, no es necesario decirlo, por lo que no te hagas el idiota, eres lo suficientemente inteligente para saberlo, y si le dedico más tiempo es porque ella es mi novia, lo sabes bien Taehyung, habíamos hablado miles de veces de esto y no me arruines el día tu también — enfatiza en aquella palabra que denotaba propiedad.
Taehyung bebió el último sorbo su jugo, observando cómo la faz del contrario se quedaba más filosa, siendo una puesta a su retirada, no estaba siendo un buen día para Jimin, y por lo que había aprendido del mismo, sabia que no debía de tirar de esos hilos.
— Está bien — responde sin mucho más, tampoco quería seguir con ese ambiente tenso — iré a cambiarme, provecho — agrega para no dejar que el mayor diga nada y sale de la sala dirigiéndose a su habitación.
Jimin por su parte solo se queda mirando la puerta de cristal, que dejaba que los leves rayos del día se colasen gráciles, llegando a abarcar con aquella ajena calidez los muebles, se pone de pie y va hasta el cristal, lo corre y sale hasta la barandilla que protege los bordes ovalados de esa, desde allí se podía ver la piscina que iba reflejandolo, trata de mantener su mente serena y libre, al menos por unos minutos más, solo unos pocos, era necesario para sí mismo, luego de un largo paso del tiempo en que su café acabó, decide volver dentro, deja la taza sobre la mesa y baja la mirada, buscando su celular entre los bolsillos de su pantalón al oír que entraba una llamada.
— Jinsoul — pronunció suavemente, cuando la pantalla le había mostrado de quien se trataba — ¿Cómo estás cariño? Estaba por llamarte — agregó entre pausas sutiles, haciendo que su voz no se escuchase cansada.
— Hola Jimin, estoy bien ¿y tú? No me hablaste ayer y me preocupé — por como hablaba su novia, podía deducir lo que ella le pediría, tantos años y la conocía a la perfección, incluso por las variaciones de sus palabras al conjugarlas.
— Estoy bien también, lo siento me quedé dormido y por eso no te pude hablar — no busco muchas vueltas, ya que realmente solo deseaba que llegase a lo que ella de verdad quería preguntar.
— Entiendo, pues te llamaba para ver si podíamos salir... ya sabes para distraernos, hace días no estamos solos y antes de que empiecen las temporadas de exámenes como también mi cumpleaños quería tener salidas — prosigue Jinsoul, quien muy posiblemente estaría jugando con su cabello por cómo deduce Jimin.
— Me parece bien — responde, corriendo sus cabellos negros dejando su frente descubierta, sus ojos se dirigieron al cielo, poniéndose a pensar en los sitios donde llevarla — pasaré por ti dentro de una hora.
— Te espero — un pequeño silencio se pudo apreciar antes del — te quiero Jimin — que insertó Jinsoul a la conversación.
Park rodó los ojos — Yo también Jinsoul, nos vemos — replicó y cortó.
Bloqueó su celular y lo guardó, sus dedos pasaron por sus hebras removiéndolas de nuevo, y se dispuso a dirigirse hasta la habitación buscando a Taehyung, le pediría prestado uno de sus automóviles a vista de que Yoongi no había respondido sus mensajes de la noche anterior y también que no tenía ganas de ir hasta lo de Jungkook para pedirle uno de los suyos, al llegar allí no lo encontró, hasta fue al baño por si había tomado otra ducha y nada, por lo que vuelve a bajar, la mansión era muy vasta, ya que no tenía ganas de buscar en todos los sitios, observó a una mujer de servicio y se aproximo, la misma le indicó que el joven Kim estaba en el patio, por ende se dirigió al sitio.
Una vez en allí, siguió el camino de piedras que separaba el pasto de los mismos y luego divisó al buscado, sentado debajo de aquel árbol de manzanas con su típica revista. Se aproximó evitando hacer mucho ruido, las facciones de su amigo le parecían entretenidas, la manera en que su ceño se fruncía debido a su concentración era agradable.
— ¿Muy interesante? — cuestionó posicionándose frente a él, sus manos en su pantalón rasgado de tonos oscuros, su postura perfecta lo hacían ver demasiado atractivo y dominante, sin contar con que usaba aquella remera blanca que se pegaba a su complexión dejándolo demasiado despreocupado pero bello.
Taehyung se removió un poco golpeándolo en la rodilla — Me tapas el sol — dijo con un puchero— ¿Te quedas o saldrás? — cuestionó el castaño observándolo — ¿O tampoco puedo preguntar eso? — para cuando se mueve vuelve a poner la atención en su revista.
— Jinsoul me marcó, quiere salir — levantó la vista dirigiéndose al cielo que se despejaba, extrañamente no hacía tanto frío, es más el clima era agradable— quería pedirte si...
— Puedes llevarte la roja si quieres, ya sabes dónde están las llaves — se apresuró a decir Taehyung, sabiendo lo que pediría, y aprovechando para incorporarse —. Cuídate, mañana aunque no tengas clases tienes tareas, hasta donde sé, así que trata de no pasarte de copas — dijo de forma seria —, me llamas si pasa algo ¿está bien? Posiblemente yo esté con Minjae — prosiguió el de hebras castañas mientras veía leve sorpresa en el mayor y eso extrañamente lo hizo sentir entre feliz y temeroso.
—No me dijiste que saldrías con Minjae— pronunció Jimin, cruzando los brazos.
—Si hay cosas que no te digo es porque tengo mis razones — replicó relamiendo sus labios, los mismos que esconden veneno en sus belfos. La mirada de Jimin era confusa, además de molesta. Mientras que Tae solo se encoge de hombros y la sonrisa característica suya de fingida inocencia — Un buen polvo no me vendría mal.
La actitud retadora de Tae le parecía ciertamente cómica a Jimin quien exhala una risa, y asiente.
— Disfruta, te hace bien salir, diviértete — dice el pelinegro, desafiándolo sutilmente a su vez.
—Si, tú igual — dice Kim y camina hacia la dirección de su cuarto de nuevo, pero antes de perder por completo al mayor gira — y saluda a Jinsoul de mi parte — agrega.
Jimin solo ríe —Bien, nos vemos luego Taehyung — dice antes de ver al contrario desaparecer.
Observó al castaño marcharse y él hizo lo mismo dirigiéndose al garaje, en realidad luego vería ese tema, pero ahora solo debía llegar junto a Jinsoul, era lo que importaba.
Al poco tiempo de que ya estuvo de nuevo estacionando el automóvil, luego de su llegada junto a su novia, nota que Jinsoul ya estaba a su lado, tomada de su mano, dirigiéndose a su cafetería favorita. La chica quería unos momentos tranquilos, a pesar de amar las fiestas el hecho de estar calmados y poder conversar en ocasiones también le agradaba.
Comenzaron a hablar de trivialidades, cosas sin tanto nivel de importancia, Jinsoul hablaba más que Jimin, por supuesto, pero eso le agradaba, observar sus muecas y expresiones delicadas, la manera en que sus labios se movían era agradable para él, eso significaba que todo estaba en orden al menos con ella, lo notaba porque poseía un tono pacifico y natural que variaba, pero era amena, esa era una muy buena señal.
Sus ojitos celestes se movían de par en par, el café pronto se acabó, el sol se había ocultado sin ambos notarlo, habían pasado una tarde agradable entre risas y pequeñas pláticas interesantes.
Jimin pagó la cuenta y ambos subieron al automóvil, el frío se colaba por debajo de las prendas, quedándose en sus pieles unos segundos, pero aun así ambos estaban más que comodos, las luces de la ciudad pronto comenzaron a bailar al paso que iban, todos los tonos neón indicando cada pequeño mundo intrínseco en el más grande.
— ¿Dónde quieres ir ahora Jinsoul? — cuestionó Jimin manteniendo su mirada en la carretera.
— Vamos a tu casa ¿qué te parece? — propuso la rubia posando su mano en el muslo del chico —, hace tiempo no tenemos un momento para nosotros— sonrió levemente con sonrojo en sus mejillas.
Jimin la miró y sonrió, no negaría que tenía extremas ganas de liberar su libido, luego de todo lo ocurrido, ese intenso deseo de sentir alguna piel contra la suya lo seducía y mucho — Claro—pronunció entrelazando su mano con esa cálida que era de la muchacha.
En el camino rieron con las tonterías que Jinsoul contaba, ya que era una chica bastante alegre, eso le encantaba a Jimin, siempre le gustó el hecho de que fuera ella quien pintaba una curva alegre en sus labios. Siempre había sido así desde que la conoció, casi nada había cambiado, quizá sólo el hecho de que eran novios, más allá de eso seguían siendo los mismos de antes.
Ellos se conocían de algunos años, Jinsoul fue la primera quién entabló una conversación con él y es que ella era la presidenta del consejo y por ende debía de darle la bienvenida a los nuevos alumnos, Jimin aun recordaba lo amable y amistosa que fue desde el comienzo. Esa sonrisa pícara pero tranquila lo habían hecho borrar los nervios de su primer día de clases. Luego los días pasaban y seguían frecuentándose no sólo para hablar de las instalaciones y cosas así, sino que encontraron que tenían varias cosas en común, lo cual hizo que crearan un vinculo.
Jinsoul antes de ser su novia fue su amiga, su relación siempre fue buena pues ambos compartían los mismos gustos y puntos de interés, sus pláticas jamás eran aburridas ni banales, ambos aunque a veces tenían diferentes maneras de ver las cosas se complementaban perfectamente, ella era armoniosa con su ser. La calma lo poseía cada vez que la tenía a su lado, ella era su punto de dónde sostenerse, lo conocía bien, excepto ese lado algo oscuro que casi nadie veía. Pero Jinsoul era sinónimo de estabilidad, y conveniencia en su vida. Bien definido tenía que apenas acabaran los estudios se casarían y se mudarían, quizás tendrían hijos y un perro, incluso un gato, prácticamente todo estaba perfectamente planeado nada podría romper ese molde en el cual ambos enfrascaron su relación. Estaban muy cómodos en esa zona dónde se poseían, eran felices o eso era lo que quería demostrar.
Llegaron, subieron hasta su piso, uno que iba muy lejos de ser lujoso, uno que le deba justo para su vida de estudiante y sus gastos exteriores, sus manos no se separaron en ningún momento y las risas tampoco los dejaron, en el ascensor sus labios se encontraron juguetones, la ansiedad y hambre eran palpables en el aire.
Ingresaron entre tropiezos Jimin la tomaba de la cintura aprisionándola contra su contextura. Rió cuándo las manos de ella se colaron en su abdomen haciéndole cosquillas, la impulsó para que sus piernas se enredaran en sí causando una leve fricción entre sus calurosos cuerpos.
Pero algo lo inquieto, algo era diferente, si bien estaba excitado algo había que faltaba y como mala broma de la vida la imagen de Yoongi llegó a su mente, sus labios estaban ganando aquella guerra y eso lo desanimaba, pues quería volver a sentir aquella burbujeante sensación de competencia que sintió al besar al hombre, ese sabor aunque dulce no era ese que causó picor en su bajo vientre, ese beso que lo llevó a tal punto de perder su escaso pudor.
Abrió sus ojos observando esa cabellera rubia extenderse sobre su dermis, su ropa estaba por todas partes y sólo estaba en ropa interior, siquiera estuvo consciente de cuándo se desprendió de sus telas, miró a Jinsoul quién repartía besos sobre él con deseo, Jimin sólo gruñía un poco al sentir esas manos aprisionar a su miembro. Estaba ciertamente incómodo, el no poder quitarse a Yoongi de su mente lo descolocaba, estaba con Jinsoul, siendo complacido por ella, era quien le gustaba, entonces ¿por qué su mente le hacía una jugada tan sucia? El calor se expandía, cerró de nuevo sus ojos sintiéndose embriagado por las sensaciones, oía esos leves gemidos salirse de sus labios y morir al llegar al exterior, sus manos tomaron esas hebras amarillas haciéndola ir un poco más rápido, una corriente lo estremeció, su imaginación lo estaba comenzando a cegar al imaginar que era Yoongi quién engullía con esmero su falo, pasando su lengua por toda su extensión, haciendo círculos sobre su glande excitándolo aún más pero paró en seco al notar los pensamientos que lo abordaron en esos instantes. Sus ojos se abrieron y observó a Jinsoul mirarlo confundida.
Jimin sacudió su cabeza y sólo la tomó haciéndola quedar debajo suyo, la besó rápidamente cómo queriendo imponer a sus labios que eran los de ella quienes debían de hacerlo sucumbir en el deseo, besó su cuello y clavículas ordenando a sus oídos a saciarse con los gemidos de su mujer, mordió y trabajo en cada parte de esa estructura cómo diciéndole a su mente que se dejara de idioteces cómo las de pensar en ese hombre tan despreciable para sí.
Su cuerpo se unió al de Jinsoul lentamente, lanzando una ola de percepciones sensoriales para marearlo, los gemidos que salían de esos femeninos labios comenzaban a golpearlo, a medida que sus embestidas creaban un compás adictivo en sus cuerpos, deseosos de cumplir sus propios caprichos de placer.
Las uñas de Jinsoul se clavaban en sus bíceps a medida que su ritmo aumentaba, sus ojos estaban cegados de lujuria pero Jimin no pudo verlos ya que los suyos se mantuvieron cerrados, y con sus manos aprisionaba esa cintura pequeña, besándola presuroso.
—Ji... ¡ah!—los gemidos desordenados de la chica lo estaban logrando seducir, su mente trató de mantenerse neutral sin nada nublándolo más que el de llegar al clímax.
Pronto se correría lo sabía, tomó a la chica y la volteó volviéndose a fundir dentro suyo, pero ahora daba penetraciones aún más profundas testeando su propio autocontrol, ella sólo lanzaba jadeos y palabras que claramente él no se concentraba en descifrar, sus gruñidos y ese cosquilleo ansioso lo hacían aumentar.
Ambos cuerpos chocaban a tal punto en que sus dermis se colorearon de un carmesí y ese duro sonido, que enmarcaba el denso ambiente, Jimin sintió cada vez más cerca su añorada eyaculacion y no se detuvo hasta que se corrió no sin antes salir de Jinsoul para hacerlo, no había usado protección y no se arriesgaría, ni bien acabó volvió a hundirse en ella haciéndola llegar a su vez, sintiendo cómo sus paredes se contraen contra su miembro y oírla gemir muy alto.
Salió lentamente besando su espalda a todo su paso, se recostó esperando que ella reposara su cabeza en su hombro, apenas lo hizo le besó la coronilla, sacándole risas.
— Cariño vamos a ducharnos para dormir—dijo pasando sus palmas sobre el hombro de ella, notando como su corazón latía aún presuroso, el cuerpo de su novia estaba cálido, contrastando con el suyo que siempre fue tan neutro.
— Vamos — respondió Jinsoul, realmente sabia la rutina que conllevaba luego de tener sexo, siempre había sido así, por lo que no toma mucho de su tiempo en levantarse.
Ambos fueron directo al sanitario, como se conocían tanto y el pudor no existía en ellos, el simple hecho de caminar e ingresar a la ducha juntos no presentaba problema para ninguno, comenzaron a jugar entre ellos, Jimin jamás dormía sin ducharse luego de haber tenido relaciones, era simplemente inaudito para él, Jinsoul no tenía objeciones, siempre luego del sexo Jimin la mimaba mucho, en la ducha la besaba, la mantenía entre abrazos y cosquillas cosa que le encantaba.
Jimin pasaba el enjuague por esas hebras rubias largas cuidadosamente. La consentía de una manera en que a Jinsoul la envolvía en un revolotear interno constante. Jimin era atento y caballeroso, siempre la tenia con un cuidado que le encantaba, todo en él le gustaba.
Park por su parte tenía en su cabeza aún esa extraña sensación de picor en los labios, no podía dejar de comparar el beso que le dio Yoongi y el de Jinsoul. ¿Cómo era posible que un beso de segundos lo habían dejado de esa manera, tan sediento por más?. Incluso teniendo a una chica tan bella a sus pies. Volvió a sacudir su cabeza cómo tratando de espantar esos pensamientos, sintió las juguetonas manos de la menor colarse por cada punto erógeno que conocía reavivando su primitivo impulso.
Apenas se ducharon y vistieron Jimin fue a colocar su celular a cargar, en el día no podría hacerlo y no se debía permitir estar sin el mismo, en el momento en que se disponía a recostarse al lado de su novia escucha el tono de llamada, por lo que no duda en tomarlo, Jungkook, saltaba en la pantalla, Park desliza su dedo aceptando la misma, mientras lo acerca a su oído.
— Jimin ¿cómo estás? — saludó alegre Jeon, se concentra en su voz, pero divisa el sonido de otras voces detrás de la del menor, seguramente estaría con algunos amigos — Oye ¿Quieres salir? Mingyu vendrá y nos invitó a un nuevo bar que abrirán hoy.
— Kookie hola, pues no sé ahora estoy con Jinsoul— Jimin se rascó la nuca — quizá en la próxima, un sábado que no nos veamos no debería de hacerte sentir celoso — comenta entre risas, escuchando como exhalaba una su amigo.
—Vamos, cállate imbécil, pero oye ¿En serio me dirás que me rechazaras por tu novia? No creí que llegaría el día en el que Park Jimin llegaría a ser todo un dominado — el tono burlesco de Jungkook era demasiado palpable.
—Oye no lo soy — respondió Jimin, sintiendo como su amigo deseaba golpear a su ego, pero claramente no lo lograría así de fácil, aunque la idea de salir y beber, le agradaba más que quedarse a dormir — bien... déjame hablo con Jinsi y en todo caso iré, dentro de media hora — gira el rostro para de esa manera ver como la rubia estaba atenta a su charla y ya diviso cierta mueca.
—Bien, bien. Te esperamos Jiminie — dice por último Jungkook antes de cortar.
Jimin mueve por completo su cuerpo, ya que ante la llamada le había dado la espalda a su novia, y se topa la mirada de la misma, analizándolo sin mucha prisa.
—¿Quién era? — cuestionó Jinsoul sentándose en la cama, lo único que quería ahora era dormir junto a su novio, pero por lo que oyó supo de antemano que no sería posible.
— Era Jeon, mira cariño debo irme — Jinsoul frunció el ceño, y ya sus pies tocaban el piso de la habitación — prometo que mañana saldremos de nuevo — agregó Jimin observando la molestia de la chica, en su expresión corporal.
— Bien —soltó la rubia, tomando su bolso, colocándose los zapatos —pues en ese caso vamos, te esperaré en el automóvil — agregó Jinsoul no esperando la respuesta de su novio, encaminándose al piso bajo.
Park asintió, tomó lo necesario y la siguió, para así cortar tiempo e ir a dejarla a su hogar, cuando la dejó en su casa, se sintió tranquilo cuándo no le negó un beso de despedida, al menos no estaba tan enfadada.
Entendía si se enojaba, él jamás la dejaba luego de haber estado juntos, siempre acababan viendo películas o sólo durmiendo, aunque lo de Jeon le cayó cual anillo al dedo, fue la excusa perfecta, no podría abrazarla mientras el imbécil de Yoongi rondara su cabeza.
¿Porqué pensaba en él? ¿Tal fue el efecto de ese efímero beso que dejó marcas en su ser? Pues sí, lo fue y comenzaba a odiarlo, Jimin detestaba a ese extraño. Golpeó el volante rabioso, se sentía muy idiota.
¿Era solo atracción lo que sentía? Quizá sí, tal vez era algo que pasaría rápido. Pero tenía por seguro, que Min Yoongi era un problema y uno que terminaría teniendo que resolver.
Gracias a todos los que se toman el tiempo de leer esto♡
Aún no hay booktrailer per pronto lo habrá 🤍
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