O8; CARRERAS CLANDESTINAS
❝CARRERAS CLANDESTINAS❞
Taehyung se encontraba junto a dos hombres quienes fumaban y aún observaban asombrados al castaño, mientras hablaban de temas triviales.
Pues, había pasado demasiado tiempo desde que lo habían visto, Taehyung en su adolescencia solía ir algún que otro domingo.
—Hey, Tim, ven a saludar a tu mejor amigo —dice Junho.
Junho tenía el cabello teñido de rubio, tez blanca, un piercing en su labio inferior carnoso, estatura baja y siempre se había llevado muy bien con Taehyung. Las veces que se habían visto en el pasado habían formado una amistad.
Tim se acercó y al ver al de cabello rizado, se sorprendió quedando algo paralizado boquiabierto.
Este tenía su misma edad, su cabello era cobrizo, rapado a los costados, en su nariz llevaba un piercing.
Su tez era pálida, unos pocos centímetros más bajo de estatura y sus hombros anchos dejaban notar cuánto se ejercitaba.
—Vaya, no creí volver a verte —habla Taehyung, mirándolo disgustado.
—Créeme que yo tampoco —dice de la misma manera—. Aún continúan esos rencores, ¿eh?
—Ya lo he superado —chasquea la lengua.
Los dos hombres que se encontraban a su alrededor decidieron intervenir, para así calmar la gran tensión que se había comenzado a formar, pero esta seguía manteniéndose entre ellos dos por más que participaran en la conversación.
A unos metros de distancia se encontraba una castaña que caminaba algo asustada, sin dejar de mirar a su alrededor, por lo que su amigo golpeó su brazo.
—Deja de mirar así —reprocha—. ¿Acaso quieren que noten que nunca has venido?
—Pero si tú tampoco lo has hecho...
—Pero no actúo como si fuese obvio.
—Ya, es que por como nos miran siento que puede ser nuestra última noche —suspira abrazándose a sí misma.
—Si sigues actuando así lo será —se coloca frente a ella—. Sólo haz como si no fuese algo nuevo. Creo que me confundí al invitarte...
Yoongi y Yehyun tenían una gran conexión. Les gustaba ser los alocados del grupo, pues disfrutaban de todo lo que les hiciera correr peligro de cierta manera, a pesar que luego se llevaran un gran reproche de parte de Jin, por ser tan impulsivos.
Aún así había días en donde les gustaba estar en casa, ver películas, mientras tomaban helado y trataban de expresar sus sentimientos aunque ambos fuesen malos en eso. Son el apoyo del otro en todo momento, a pesar de que discutenn a veces, siempre se necesitaban.
A él no le gustaba abrirse a los demás, pero con ella lo hacía con gran facilidad, y sabía dejar su orgullo de lado cuando se equivocaba.
En ese momento este estaba arrepentido de haberla invitado a aquel lugar. Se sentía demasiado incómodo y algo asustado, pero sus ganas de verlo nuevamente le ganaban.
—Sólo quiero saber porqué estamos aquí —se cruza de brazos enfrentándolo con la mirada.
—Es por alguien...—rasca su nuca con nerviosismo.
—Ya lo sé —rueda los ojos—. Sólo estoy confundida porque dijiste que cambiarías por Dongyeon.
—Sé lo que dije —suspira—. Es sólo que...me confundí y él era demasiado bueno para mí.
—¿Y quién te hizo confundir?
Yoongi al mirar a su costado abrió su boca por la sorpresa y luego una sonrisa apareció en su rostro.
—Espérame unos minutos —la mira algo apenado.
—¡No! —alza la voz pero este se dirigía rápidamente hacia alguien—. ¡Min, vuelve aquí ahora!
Golpeó su pie contra la calle sintiéndose realmente molesta con su amigo, ya que él sabía que estaba asustada, pero parecía que aquella persona lo estaba haciendo perder demasiado la cabeza.
Pues, sabía que el rubio no era capaz de dejarla sola como estaba pasando, siempre se preocupaba por ella.
—Imbécil, estúpido...—dice entre dientes.
—Vaya, alguien está realmente molesta —dice una voz masculina—. No me gustaría ser aquel hombre.
Al levantar la mirada y encontrarse con una mirada penetrante, con un cuerpo demasiado trabajado que este lo enseñaba orgulloso en aquella camiseta blanca que parecía estar a punto de romperse. Rápidamente pudo darse cuenta que no era de Corea, y cuando este sonrió enseñando sus perfecta y blanca dentadura, suspiró.
Se sentía algo intimidada y demasiado indefensa a su lado, pero aún así enfrentó su mirada sin dudar.
—¿Cómo te llamas, hermosa? —sonríe.
—¿Importa? —alza una ceja.
—Me llamo Timotheé Smith —estira su mano.
—Vaya dato irrelevante —mira a sus costados, mientras escucha una pequeña risa de su parte.
—Tienes carácter, me gusta —admite y muerde su labio inferior por un momento—. ¿Con quién has venido?
—Con un amigo —voltea a verlo—. Debo buscarlo...
—¿No te gustaría divertirte? —frunce el ceño.
—Contigo no.
—Vamos, soy muy bueno en eso. No te arrepentirás.
Esta con sus brazos cruzados lo miró cínica, pues parecía no darse por vencido. Aunque la palabra diversión llamaba su atención, prefería buscar a Yoongi, e irse de aquel lugar.
(...)
Taehyung camina mirando a sus alrededores buscando a su amigo, llevaba unos pocos minutos pero ya estaba demasiado frustrado.
Sentía que había sido un gran error haber vuelto a eso, aunque al principio tuvo demasiadas ganas, se fueron difuminando a medida que pasaban los segundos.
En eso vio a Tim hablando con una mujer y rodó los ojos al notar que seguía comportándose como un imbécil, pero a medida que se fue acercando logró reconocer a aquella fémina que se encontraba de perfil.
—¿Qué haces aquí? —aquellas palabras escapan de su boca llamando la atención de ambos.
—¿Tú qué haces aquí? —inquiere mirándolo disgustada.
—Oh, ¿lo conoces? —mira a Tim de pies a cabeza dejando notar que no era para nada de su agrado.
—Acabo de tener el disgusto, ¿por qué?
Tim la miró sorprendido ante sus palabras, ya que jamás una mujer había actuado de esa forma con él.
Al ver el rostro de Taehyung que trataba de no sonreír por sus palabras, comenzó a sentir como la rabia lo invadía.
—Ya, vete —se acerca al de cabello cobrizo.
—Ella correrá conmigo, ¿no es cierto, linda? —la mira sonriente.
Taehyung volteó a verla confundido, dándose cuenta que sus ojos le gritaban pidiéndole ayuda, por lo que él volvió rápidamente la mirada al hombre que se estaba en frente.
—Claro que no —sonríe irónico—. Ella lo hará conmigo.
Se acercó a la castaña y tomó su mano soprendiéndola, para luego comenzar caminar hacia donde estaba su coche. Estaba molesta por sus palabras, pero miraba sus dedos entrelazados y no sabía qué decir o cómo actuar, sólo puede maldecir a su mejor amigo por hacerla pasar por ese tipo de situaciones, hasta que pudo reaccionar.
—¿Qué rayos acabas de decir? —pregunta molesta soltando su mano. Este volteó soltando una pequeña carcajada, para luego apoyarse en su coche y mirarla con una sonrisa maliciosa en su rostro—. ¿Qué es tan gracioso? —frunce el ceño.
—Tú, moquito —responde simple.
—Ya, debes superar ese momento —se cruza de brazos—. Y por cierto, no me subiré a ese coche contigo.
—Ah, ¿pero ibas a subirte al de un desconocido? —pregunta irónico.
—¡Claro que no! —alza la voz dejando notar su molestia—. Ni siquiera llegué a decirle que no porque tú llegaste...
—Oh, entonces...—se acerca peligrosamente—, tienes miedo.
Se encontraba algo sorprendido, pues nunca había esperado verla asustada, pero pensaba que quizás con los años ha cambiado. Ambos lo hicieron, ya casi no reconocían a esos adolecentes de diecisiete y dieciocho años, ella a sus veintitres y él a sus veinticuatro eran otras personas.
Se encontraba rotos por distintas situaciones, pero que de cierta manera podrían llegar a unirlos.
—Claro que no —dice no muy convencida y algo incómoda por su cercanía.
Taehyung abrió su boca para hablar, pero fue interrumpido por un coche que estacionó al lado de ellos, provocando que se sorprendieran.
Tim bajó de este y se acercó al de cabello rizado.
—¿Qué dices si apostamos?
—Oh, ¿aún tienes ganas de perder? —pregunta irónico.
—Sé que esta vez voy a ganarte, Taehyung.
—Como quieras —deja notarse despreocupado.
—tres millones de wones, ¿qué dices? —estira su mano.
—Me parece bien —estrecha su mano.
—Tú te lo pierdes, linda —mira a Yehyun, la cual hace una mueca de disgusto.
—Súbete —ordena Taehyung, y decide obedecerlo.
No sabía porqué, pero estaba confiando en él, cuando en otro caso hubiese dicho, simplemente que no, mientras seguía su camino alejándose del peligro.
Seguía maldiciendo a Yoongi, que se le había ocurrido pedirle que lo acompañara a aquel lugar, y se maldecía a si misma por haber sido tan curiosa, lo cual la hizo aceptar sin dudarlo siquiera un poco.
Taehyung encendió el motor al igual que Tim, y ambos hicieron unos metros donde se encuentra el punto de partida. Una chica con minifalda roja y top negro, con una bandera en cada mano se puso en medio de los dos autos.
El de cabello rizado se acercó a Yehyun, que lo observó asustada por su acto, pero sólo tomó el cinturón de seguridad para luego colocárselo.
Esta al darse cuenta sonrió nerviosa en forma de agradecimiento, al verla asintió y después volteó a ver a Tim.
Le sonreía con la seguridad de que ganaría. Se miraban fijamente mientras aceleraban provocando un fuerte sonido, esperando que la chica que estaba en frente dé la señal.
En cuanto lo hizo un grito escapó de los labios de Yehyun, estaba realmente asustada por la velocidad.
Estaba segura de que iba a morir, por lo que se aferró al asiento del auto mientras gritaba, cerrando los ojos y sintiendo como la brisa fresca golpeaba su rostro.
Taehyung se encontraba concentrado en el camino y miraba por momentos el espejo retrovisor dándose cuenta de la gran ventaja que le llevaba a Tim.
—¡Deja de gritar! —alza la voz frustrado.
—¡Tengo demasiado miedo, imbécil! —grita sintiendo como si el corazón fuese a salirse del pecho.
—Ya, abre los ojos...
—¡Voy a morir! —lloriquea y este no pudo evitar soltar una carcajada por lo que Yehyun golpeó su brazo.
—¡Si me golpeas moríremos! ¡Abre los ojos!
Aún aferrada al asiento abrió los ojos, pero volvió a cerrarlos por temor a que Taehyung se estrellara contra algún árbol.
—¿Sabes cuantas veces he hecho ésto? —pregunta incrédulo—. Demasiadas, y nunca me ha pasado nada porque las carreras clandestinas son lo mío. Deberías disfrutar conmigo, moquito.
Algo confiada abrió los ojos y comenzó a ver los árboles que pasaban a gran velocidad, mientras la brisa chocaba contra su rostro lo que la hizo sonreír.
—¡Mierda! —murmura al ver como Tim lo alcanzaba.
—¡Tenemos que ganarle a ese idiota! —dice competitiva sorprendiéndolo.
—Agárrate, moquito —sonríe malicioso antes de acelerar aún más.
En las curvas no pudo evitar soltar pequeños gritos, los cuales terminaban en carcajadas. Aún así, comenzó a admirar el paisaje, a disfrutar de la velocidad, de poder sentir la brisa chocar en su rostro, despeinando su cabello y también admiraba la luz de la luna.
En cuanto llegaron a la meta, gritó de felicidad, pues era demasiado competitiva, pero aún así de cierta manera le hubiese gustado que aquel camino fuese más largo, ya que se lo pasó la mayoría del tiempo gritando del miedo.
Bajó del auto sin creerse que llegara viva, por lo que corrió hacia su compañero que levantó la palma de su mano para chocarla contra la suya.
—¡Ganamos! —grita emocionada, abrazándolo, lo cual fue de gran sorpresa para él. Se quedó así por pocos segundos y al separarse dio pequeños saltos, mientras aplaudía sin importarle las miradas.
—Ya, entiendo tu felicidad de haber llegado viva —dice algo avergonzado por su comportamiento, mientras veía estacionar a Tim.
Yehyun logró reaccionar y sintió sus mejillas teñirse de rojo, hasta que se encontró con la mirada de Yoongi, el cual se acercó rápidamente.
—¡Estás viva! —grita tomándola del rostro, mirando cada centímetro de este, asegurándose de que no estuviera lastimada.
—Déjame, me avergüenzas —reprocha apartando sus manos.
—¡¿Cómo vas a subir a ese coche?! —reprocha—. Te dije que me esperaras...
En eso sirenas de la policía se comenzaron a escuchar, la castaña sintió como tiraron de su brazo que la hizo voltear, y chocarse contra el pecho de esa persona.
—¡Vamos! —ordena esa voz masculina que empezó a correr hacia su auto llevándola por poco a rastras.
—¡Yehyun! —escucha el grito lejano de su mejor amigo.
Volteó por un momento para tratar de verlo, pero el amontonamiento de personas que corrían no se lo permitió. Quiso soltarse del agarre, pero Taehyung la hizo subir a su auto para luego subirse él.
—¡Mi amigo! —grita preocupada.
—¡Cállate! —enciende el motor y cuando intentó bajarse la tomó del brazo impidiéndoselo.
Aceleró provocando que Yehyun chillara, ya que estaba realmente asustada. Sentía los latidos de su corazón acelerados y estaba preocupada por Yoongi. Necesitaba saber de él y rogaba que pudiera escapar como ella lo estaba haciendo con el castaño.
Un auto de policía estaba siguiéndolos, y Taehyung, estaba demasiado frustrado por eso por más que ya le había pasado antes. Los gritos de la castaña por su velocidad en las curvas lo lograba frustrar más, hasta que vio de reojo como la cabeza de ella iba directa al vidrio, por lo que puso su brazo impidiéndoselo para luego ordenarle que se pusiera el cinturón de seguridad.
Por un momento por su cabeza se había atravesado la idea de dejarla, pero decidió impedir aquel golpe sin saber muy bien porqué. Ella algo sonrojada le agradeció aquello, para luego colocarse el cinturón de seguridad.
Quiso volver a hablar pero este le pidió que hiciera silencio para que pueda concentrarse mejor. Luego de aquella curva había acelerado aún más perdiendo a aquella patrulla, lo que a ambos les alivió.
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