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6O; OSCURIDAD

OSCURIDAD


Yehyun abrió sus ojos sintiéndose aún agotada, pero al ver que Taehyung con su hombro vendado, se acomodó rápidamente. No durmió casi nada en la madrugada preocupada de que se despertara porque no estaba bien, y que podría perderlo, por lo que lo estuvo cuidándolo lo más que pudo hasta que el cansancio la venció.
Acarició su cabello rizado y soltó un suspiro, sus ojos se habían cristalizado nuevamente al recordar lo aterrorizada que estaba.

Se detestaba por no haberlo valorado como se lo merecía, por no haberle dado importancia al amor que este sentía por ella, por haberlo traicionado. Quería hacer las cosas bien, quería amarlo de la misma forma que él la amaba y no pensaba seguir perdiendo el tiempo.

Al ver como los ojos de Taehyung se abrían lentamente, sintió como su corazón brincaba de emoción, mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios hasta que lo escuchó gemir de dolor al querer moverse.

—No, quédate quieto —habla sorprendiéndolo.

—¿Yehyun? —su voz sale ronca—. ¿Q-Qué haces aquí? ¿Qué sucedió? —titubea queriendo sentarse por lo que vuelve a gemir, observando como se encuentra vendado.

Sentía como sus latidos se aceleraban y no lograba comprender qué sucedió, hasta que los recuerdos llegaron a su memoria.

—Te traeré algo para que bebas, así tomas las pastillas que te recetaron.

Se levantó rápidamente llevándose unos llamados por parte de Taehyung, pero aún así decidió prepararle el desayuno con una sonrisa en su rostro al saber que se encontraba bien. Estaba realmente aliviada. Sentía el impulso de abrazarlo y llenar su rostro de besos, pero temía ser rechazada y hacerle daño.

Una vez que tenía fruta picada y un jugo de naranja, comenzó a dirigirse hacia la habitación con cuidado de que no se le cayera la bandeja. Había extrañado demasiado prepararle el desayuno y que se despertara con una gran sonrisa en su rostro al ver lo que hizo por él, como sus ojos brillaban con ternura al verla.

—Te ayudaré —deja la bandeja en la mesita de noche, y acomoda las almohadas en su espalda para que pudiese sentarse, notando como este aún sigue perdido en sus recuerdos.

—Yehyun...

—Come —deja la bandeja en sus piernas—. Creo que debes tomarlas cada ocho horas, luego le preguntaré a Jimin.

Taehyung soltó un suspiro de frustración llevando el vaso con jugo a sus labios, bebiendo de este bajo la atenta mirada de la castaña.

—Come tú también.

—No tengo hambre.

Este rodó los ojos y con su tenedor llevó un trozo de manzana a su boca, por lo que hizo una mueca pero aún así comió. Detestaba que se preocupara por ella cuando el herido era él, pero a la misma vez le daba ternura y le creaba ilusiones de que aceptara volver, a pesar de todos sus errores que creía imperdonables para cualquiera, excepto para el castaño.

—¿Ahora me dirás que haces aquí? —alza una ceja llevando un trozo de manzana a su boca, para luego llevar otro a la boca de ella.

—Cuando salí del restaurante decidí venir e intentar arreglar las cosas contigo —murmura por lo bajo y Taehyung la mira sorprendido—. Te esperé durante horas, pero cuando entraste en los brazos de Jimin y Jin, me sentí morir de miedo.

—Hey, estoy aquí —toma su mano entre la suya, sintiéndola tan pequeña que quiso sonreír por la ternura, mientras observa sus ojos cristalinos.

—Tenía tanto miedo...

—Tranquila.

—¿Qué pasó, Taehyung? ¿Por qué te dispararon?

—No quiero hablar de eso —desvía la mirada.

—Taehyung, necesito saber.

—Sólo...fuimos a un bar y había unos hombres peligrosos —chasquea la lengua—. Sabes que Jimin y yo no somos de callarnos, por lo que al salir se formó una pelea y ya.

—No lo sé...

—Eso fue lo que pasó. Mírame —levanta su barbilla, encontrándose con sus ojos enrojecidos y sus ojeras—. No has dormido, ¿cierto?

—No importa —limpia sus lágrimas y sorbe su nariz—. No podía dormir sabiendo cómo estás, pero sobre lo que pasó...

—Pásame las pastillas —murmura haciendo una mueca por el dolor, tratando de evitar tocar ese tema de conversación.

Yehyun rápidamente abrió el frasco para sacar la pastilla y se la dio a Taehyung, mirándolo preocupada.

—¿Te duele demasiado?

—No es nada.

—No te creo.

—No sé porqué preguntas cosas, si luego no vas a creerme nada.

—Lo siento.

Quiso dejar la bandeja en la mesita de noche, pero Yehyun lo hizo por él, lo cual lo hizo suspirar porque se sentía inútil.

—Ahora recuéstate a mi lado.

—Pero...

—Hazlo —exige—. Apenas son las ocho de la mañana y no has dormido.

Con torpeza dio la vuelta para recostarse a su lado, bajo la atenta mirada del castaño que la hacía estremecer. Detestaba verlo tan serio, pero comprendía porqué se comportaba de esa manera. No podía esperar que luego de los errores fuese dulce como siempre.
Apoyó la cabeza en la mano admirando su perfil, hasta que este giró su cabeza encontrándose con su mirada, por lo que se sonrojó desviando la suya.

—¿Qué quieres de mí, Yehyun? —inquiere alzando una ceja.

—¿Qué quiero de ti? —pregunta con el ceño fruncido.

—Sí. Has elegido una y otra vez a Jungkook, ¿qué haces aquí?

—Lo siento, ¿sí? —suspira—. Si lo elegí la anterior vez fue porque necesitaba despedirme de él.

—¿Despedirte?

—Quiero estar contigo, Taehyung —admite acercándose—. No lo elegí a él, sino a ti.

—¿Cómo puedo estar seguro de que lo que dices es cierto, y que luego no irás a decirle palabras de amor a él? —la mira desesperado.

—Déjame demostrarte que eres todo lo que quiero.

Sus ojos se abrieron a la par por sorpresa y ella sonrió. Pues, le gustaba demasiado su caótica mirada café con un lunar bajo la comisura del ojo, su piel, su cabello ajetreado, su vida tan desordenada, y como aún así, era alguien tan bello, tanto así que parecía irreal.
Taehyung sintió como un nudo se formaba en su garganta, ya que no creía en sus palabras porque sabía que era dañina así también como adictiva, por lo que no podía dejarla aún sabiendo que su amor no alcanzaba, pero aún así él se lo inventaba, porque eso dolía menos que alejarse.

Llevó la mano a la mejilla de ella acercándola, sintiéndose sediento por probar sus labios esponjosos rosados, que eran un vicio para él. Juntó sus labios pasando la lengua por su labio inferior y cuando le permitió el acceso, la pasó deslizándola sobre la suya, a lo que ella soltó un gemido al sentir como la besaba con fuerza, dejando notar cuanto la había echado de menos.

















(...)















Jungkook se encontraba recostado a un lado de Yangmi, ambos desnudos y la envolvía en sus brazos, mientras ella escuchaba los latidos de su corazón.
Estaban conversando animadamente sobre algún que otro momento vivido, pero en eso no pudo evitar recordar a Yehyun. Los momentos compartidos con ella, donde salían a comer y se la pasaban bromeando y riendo, que provocaron que su corazón se encogiera. Pero el último recuerdo donde ella había decidido cerrar el restaurante, porque cocinó para él provocó que sintiera un nudo formarse en su garganta y como la culpa se instalaba en su pecho, porque no podía evitar preguntarse: ¿si no hubiera cometido ese error seguirían juntos? ¿Seguiría haciéndolo inmensamente feliz? ¿Taehyung habría robado su corazón de todas maneras?

—¿Estás escuchándome? —la voz de Yangmi llama su atención.

—Sí. Lo siento.

—¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? —lo mira preocupada.

—Estoy bien —medio sonríe.

Yangmi hizo una mueca y asintió, pero esta vez apoyando su cabeza en la almohada, lo que provocó que este suspirara al darse cuenta que se había molestado. No podía decirle que pensaba en su exnovia, ya que no era correcto y sólo los haría discutir, por lo que no quería que su primera discusión fuese por ella.

―¿En qué piensas?

―No es nada.

―Dime, Jungkook.

―Sólo en el trabajo. En verdad hay algo malo en él.

―Ya te he dicho que necesitas pruebas contundentes y no simples suposiciones.

―Lo sé, sé que necesito esas pruebas y lo investigaré a fondo, hasta...

―¿Crees que soy estúpida? ―se sienta mirándolo molesta, por lo que este también lo hace.

—Yangmi...

—Sólo quieres hacer eso porque sientes celos de que esté con Yehyun —habla entre dientes comenzando a buscar su ropa.

—No es así. Escúchame  —murmura arrepentido―. Realmente estoy esforzándome para sacarla de mi corazón.

—Vete a la mierda —tiene la intención de ponerse la camiseta e irse, pero este la toma del brazo.

—No lo hago por celos, en verdad siento que hay algo muy malo en él. Tú me gustas, Yangmi.

—¡Déjame en paz!

Se soltó bruscamente y comenzó a caminar, por lo que Jungkook suspiró tirando su cabello hacia atrás. Quería buscarla, pero por el tiempo que llevaba conociéndola sabía que era explosiva y no quería hacerla enfadar más, porque sólo causaría una discusión más fuerte.
Detestaba no poder sacar de su mente a Yehyun, y extrañarla hasta sentir su pecho arder. Deseaba acabar rápido con ese sentimiento, pero lo sentía tan imposible porque llegaba a consumirlo.

Quería sacar de una vez por todas ese impulso que le hacía desear llamarla, escuchar su dulce voz que ahora era la que lo torturaba en las madrugadas cuando más la recordaba, cuando más recordaba sus momentos donde fue realmente feliz y sentía que en cierta parte había conseguido paz. Pero no estaba dispuesto a caer porque no quería crear un caos ya que tenía suficientes problemas.
Necesitaba enamorarse de Yangmi y concentrarse en tratar de ayudar a Namjoon, aunque este no lo quisiera. Pues, temía que algo pudiera sucederle por más que confiaba en que era demasiado inteligente, pero al tratarse de V eso lo asustaba de gran manera y no quería perder a nadie más. Mucho menos a su mejor amigo, que era como su hermano, ya que si eso llegara a pasar, estaba seguro que él también moriría.
















(...)














Taehyung estaba sentado en su cama, aún después de una semana se sentía algo adolorido, pero ya no soportaba seguir en la cama, ni llevar un cabestrillo. Yehyun se acercó a él y lo ayudó a levantarse lo que hizo que este riera, pues no necesitaba su ayuda para eso en realidad, pero aún así se le hizo algo tierno y estaba comenzando a acostumbrarse a su cuidado. Pero necesitaba volver a su vida de antes porque tenía demasiados asuntos por arreglar, lo cual ya le estresaba de sólo pensarlo.

—Bien, ya llegamos —Yehyun sonríe ayudándolo a sentarse en el sofá del living.

—¿Y Dalmi? —pregunta mirando a Jin.

—Se fue con Suni.

Este soltó un suspiro de frustración, pues verla comportarse tan fría con él, sin preocuparse por lo sucedido, le dolía demasiado, pero sabía que debía brindarle el espacio que necesitaba, porque sino todo acabaría peor entre ellos y no era la idea.

Taehyung había llamado a Jin y Jimin, porque necesitaba hablar con ambos para dar con el paradero de Rix y Soohyun, como también necesitaba hablar de algunos negocios.

Unos toques en la puerta llamó la atención de todos, por lo que Yehyun se acercó rápidamente sorprendiéndose al ver a Hyewoon.

—Hey, ¿qué haces aquí?

—Vine a ver a Taehyung —sonríe tímida y entra—. Hey, ¿cómo te encuentras? —camina hacia él, pero al encontrarse con Jin se paraliza.

—Estoy bien —murmura mirando a ambos al notar como una tensión aparece.

—Vaya, viniste justo a tiempo —habla con sarcasmo, Jin—. Seguramente en nada llegará Jimin, para que puedas verlo.

—No vine por él —aclara en seco.

—¿Desde cuándo te importa lo que le suceda a Taehyung?

—No discutan aquí —interviene el castaño—. Estoy bien. Gracias por preocuparte, Hyewoon.

—Ven —ordena tomándola del brazo para dirigirse a la cocina.

Yehyun soltó un suspiro de frustración y se sentó al lado de Taehyung, que tomó su mano con delicadeza regalándole una sonrisa tranquilizadora, ya que sabía que le afectaba que ellos fuesen a discutir.

—¿Tú crees que podrán resolverlo? —pregunta angustiada.

—Seokjin es muy rencoroso —hace una mueca—. Lo que tuvieron se rompió, ya no hay manera de que vuelvan a ser lo de antes.

—Pero ellos se amaban con locura...

—Eso se acabó —la interrumpe—. Jin no perdona la traición y ya ha vuelto a ser el de antes.

La puerta de la entrada se abrió lo que provocó que la castaña se sobresaltara, pero al ver que se trataba de Jimin, se relajó rápidamente. Taehyung estaba acostumbrado a que entrara de aquella manera igual que Jin, por lo que no volteó a verlo, hasta que estuvo frente a él.

—¿Te encuentras mejor?

—Por supuesto, no fue nada.

—Eso dile a tus gritos —ríen—. Gritabas como un bebé hasta que te desmayaste.

—No es gracioso, Jimin—interviene la castaña—. Lo que le sucedió es grave.

—Ya, eres una amargada —suspira.

—No le hables así.

—Oye, ¿y Jin? —pregunta desconcertado.

—¡¿Crees que algún día podré perdonarte que hayas estado con él, mientras yo estaba trabajando?!

Aquel grito los sorprendió por completo y Jimin rápidamente supo lo que sucedía, por lo que quiso intervenir, pero Taehyung se lo impidió.
Entendía que se preocupara por ella porque aún tenía sentimientos, pero sabía que si intervenía sólo empeoraría más las cosas para Hyewoon.

—¡Quiero estar contigo, Jin! —grita sollozando—. ¡No me importa Jimin, sólo fue un maldito error!

—¡¿Un error?! ¡Sácate de una vez ese anillo, porque jamás podría casarme con alguien como tú! —grita con desprecio—. ¡¿Yehyun te enseñó a ser así o tú a ella?!

—¡Jin, por favor!

—¡Me engañaste, Hyewoon! —escupe furioso—. ¡Te cagaste en mis sentimientos! ¡¿Cómo podría volver a estar contigo si mi confianza ya no existe, porque te encargaste de pisotearla como si no hubiera significado nada para ti?! —se escucha un estruendo que los hizo sobresaltar—. ¡No te importó abrirle las piernas a ese imbécil, maldita perra desgraciada!

—Iré, ya no me interesa lo que pueda pasar —habla decidido, Jimin.

Había comenzado a caminar hacia la cocina, pero Hyewoon salió de allí dirigiéndose a la salida, sollozando y disculpándose. Luego salió Seokjin, chocando su hombro con el más bajo con su mejilla enrojecida, lo que les hizo saber a los demás que la pelinegra le dio una bofetada por haberla tratado de esa forma.

Yehyun tragó en seco volteando a ver a Taehyung, el cual apartó su mano de la de ella lentamente, mientras desviaba la mirada, lo que hizo que su corazón diera un vuelco al saber que quizás se sentía de cierta manera identificado con Seokjin.
Pues, este no podía evitar en ese momento recordar lo sucedido. No podía verla sin sentir rencor y miedo de que volviera a herirlo de esa forma.

Aquello decepcionó a la castaña, ya que creyó que al fin las cosas estaban bien entre ellos, que podrían volver a ser los de antes donde disfrutaban del otro, pero ahora se daba cuenta de que la relación seguía desmoronándose.
Eso provocaba que quisiera romper en llanto, por lo que se levantó rápidamente dirigiéndose a la cocina para poder hacerlo, porque no sabía cómo remediar su error y tampoco tenía esperanzas de poder hacerlo, ya que las palabras de Taehyung que le advertían que nunca perdonaría una traición, llegaban a su mente afectándola de gran manera.

Taehyung volteó a verla levantándose, sabiendo que estaba afectada. Comenzó a dirigirse lentamente a la cocina, pero una vez que estuvo en frente y pudo escuchar sus sollozos, soltó un suspiro apoyándose de espaldas en la pared a un lado de la puerta.
No sabía qué sentir, ya que si lo pensaba con claridad ella no era buena para él y, sabía que tenía que dejarla ir si no quería que siguiera jodiendo su vida.

Tomó una bocanada de aire y sin importarle que Jimin estuviese esperándolo en el living, entró escuchando aún más sus sollozos desconsolados que dejaban notar su arrepentimiento.

—¿Yehyun?

Esta rápidamente dejó de sollozar y limpió sus lágrimas, para luego voltear a verlo, fingiendo una sonrisa, mientras sorbía su nariz.

—¿Quieres algo de comer?

Ver sus ojos enrojecidos le dolía, pero a la misma vez sabía que ella era quien cometió el error que destrozó su corazón. También sabía que tenia parte de la culpa por haber forzado las cosas al principio, pero Jungkook hubiera cometido el mismo error sólo que un tiempo después.

—Te dejo ir, Yehyun —dice con firmeza.

—¿Q-Qué?

—Te dejo ir para que seas feliz. Esta vez no te buscaré, ni haré nada para mantenerte alejada de quien amas realmente —asegura sintiendo su voz temblar por un momento.

—No...

—Me lastimaste...muchas veces —desvía la mirada sintiendo sus ojos picar por las lágrimas—. Aún así te sigo amando y por esa razón quiero que seas feliz, aunque me sienta morir por dentro al saber que yo no soy la persona que puede lograrlo.

—Taehyung, yo quiero estar contigo.

—No es lo que quieres realmente, Yehyun —suspira—. Siento que algo ha muerto y...temo que sea lo nuestro. Si seguimos juntos sólo arruinaremos más esta relación.

Yehyun se aferró a él sorprendiéndolo de gran manera, pero aún así pasó su brazo alrededor de su cintura aspirando su dulce aroma, sintiendo su corazón acelerarse por el miedo de tener que dejarla ir.

—Por favor, no digas eso.

—No he hecho muchas cosas buenas por las personas, pero tú sacas lo mejor de mí. Me haces querer ser un mejor hombre y por eso quiero dejarte ir, porque sé que conmigo sólo terminarás hundida en la oscuridad, como yo lo estoy.

—Tú me has enseñado lo que es realmente amar a alguien —lo observa con sus ojos cristalinos—. Quiero estar contigo. Por favor, no me alejes...

— Yehyun, seguir con ésto...

—Dame la oportunidad de amarte como tú me amas a mí. No quiero, ni puedo estar sin ti —lo mira desesperada.

El castaño juntó sus labios en un pequeño beso, para luego abrazarla con fuerza, deseando mantenerla así por siempre, pero su cabeza comenzaba a perderse en pensamientos oscuros. Realmente sentía que algo había muerto y sólo esperaba que no sea lo de ellos, porque aún la amaba más que ayer y menos que mañana.

—Luchemos por esta relación. No te des por vencido, por favor —solloza.

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