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64; EL GRAN PARK JIMIN

EL GRAN PARK JIMIN

Yehyun caminaba por la estación de policía, sintiendo sus latidos acelerados. Habían pasado días en los cuales se cuestionó si sería correcto saber cómo se encontraba Jungkook. El haberlo visto devastado la había preocupado de gran manera, pues sabía que era el hombre más fuerte que había conocido —junto a Taehyung—, por lo que nunca creyó que lo fuese a ver de esa manera, pero era demasiado entendible por lo que Namjoon había significado para él.

Aquella mañana había soñado con el policía, había sido revivir el día del entierro, por lo que se decidió por verlo y saber cómo estaba luego de varios días.
Anhelaba verlo mejor que ese día, porque para ella no había nada peor que ver la angustia y desesperación en sus orbes oscuros, como el brillo especial que contenían se apagó.

Al entrar se encontró con Saha, la cual estaba sorprendida con su presencia, ya que creyó que no volvería a verla cerca de Jungkook. Pero el tenerla en frente le daba esperanzas de que pudiera sacarle una sonrisa a su mejor amigo, porque ella ya había intentado todas las formas posible, logrando sólo algunas muecas en intentos de sonrisas.

—Ven, te acompañaré —la toma del brazo para empezar a caminar.

La castaña se dejó acompañar y cuando llegaron, lo vio sentado pasando las manos por su rostro, dejando notar lo frustrado que estaba en ese momento.
Este al levantar la mirada y encontrarse con Yehyun, abrió los ojos a la par por la sorpresa, ya que no se esperó para nada volver a verla.
Se sentía estremecer, pero aún así se levantó rápidamente.

—Los dejo solos —dice en un murmuro casi inaudible, Saha.

La pelinegra la empujó levemente para que entrara y cerró la puerta, por lo que volteó asustada deseando no haber tomado esa decisión. Cuando volvió su mirada hacia el frente, Jungkook la miraba con curiosidad.

—¿Qué haces aquí? —su voz suena suave.

—Q-Quería verte para saber cómo estás, porque estoy preocupada por ti.

—¿Por mí?

—Lo que ha sucedido...—suspira y decide no hablar de eso—. Quiero saber cómo te encuentras.

—Ayer decidí volver a trabajar —comenta apoyándose en el escritorio—. Todo sigue siendo una porquería. Lo extraño cada día un poco más.

Yehyun se acercó a él tomando una bocanada de aire, para luego temblorosa tomar su mano, mientras este la miraba algo sorprendido, sintiéndose estremecer al sentir su tacto, su piel tan suave y algo fría por la mañana nublada y fresca.
A causa de la cercanía pudo aspirar su dulce aroma, admirando cada centímetro de su rostro, deseando poder acariciar su mejilla y estampar sus labios para así poder sentir algo más que sólo dolor.

—Quiero que sepas que estoy aquí para ti —murmura sintiéndose intimidada por su mirada, pero aún así la sostiene.

—No quiero causarte problemas con tu novio.

—No lo harás —trata de sonar segura.

—Estoy seguro de que sí, porque lucharé por ti, sin importar qué. Ni siquiera me importa causar otro enfrentamiento entre él y yo.

—Jungkook...—suelta su mano alejándose, mientras lo mira sorprendida—, habíamos quedado en dejarnos ir.

—Y aquí estás, queriendo mantenerme a tu lado.

—Porque es muy difícil por lo que estás pasando...

—No importa cuántas veces digamos que vamos a dejarnos ir, la vida se sigue encargando de buscar la manera de juntarnos —se acerca peligrosamente—. Lucharé por ti, Yehyun.

—Pero Yangmi...

—Terminamos.

—¿Qué? ¿C-Cómo? ¿Por qué?

—No había esa conexión que creímos que sí. Me gustaba, pero no puedo sacarte de mi cabeza, de mi corazón —suspira—. Sé que estamos destinados. Somos como almas gemelas.

Yehyun estaba sorprendida por sus palabras, ya que había notado demasiada conexión desde antes que decidieran empezar una relación, mientras que Jungkook desde que entró a la estación de policía, había reaccionado a su error al haber decidido tener una relación con Yangmi. Pues, cuando se encontraron notó su mirada de dolor y rabia, por lo que se maldecía al haber tomado su decisión y no haberse dado cuenta antes de que no era correcto haber llegado a eso con su Jefa, porque desde entonces, sólo habría tensión y posibilidades de que lo hiciera a un lado en alguna que otra investigación.

—Jungkook, sólo vine aquí como una amiga.

—Namjoon antes de morir me contó que Taehyung no te trata bien, así que tomé la decisión de luchar por ti, de alejarte de ese imbécil.

—No es cierto. Tenemos discusiones como cualquier pareja, pero Taehyung me ama y yo a él.

—Tú no lo amas, Yehyun —toma su rostro entre sus manos—. Tú me amas a mí. Me lo confesaste, pequeña.

—Nosotros sólo terminamos lastimándonos.

—Fuimos unos idiotas, pero ahora...ahora podemos hacer bien las cosas.

El pelinegro comenzó a acercarse, cerrando los ojos al sentir su tibia respiración mezclarse con la suya, lo cual provocaba que su piel se erizara. Yehyun al notar su cercanía que sólo faltaban pocos centímetros para que sus labios se juntaran, sentía que su corazón iba a salirse de su pecho en cualquier momento.
Los recuerdos juntos a Taehyung, y la promesa que había hecho cuando le dispararon, aparecieron en su mente, por lo que se alejó sorprendiéndolo, ya que nunca antes lo había rechazado.

—Jungkook...—sus dedos se aferran a su camisa, mientras sus ojos están cristalinos—, quiero estar con Taehyung.

—Tú y yo somos correctos el uno para el otro —murmura dolido—. ¿Acaso olvidas lo felices que éramos?

—¿Y tú acaso olvidas cuánto nos lastimamos?

—Yehyun...

Las lágrimas de ella empezaron a brotar, mientras Jungkook veía nublado a causa de las suyas porque intentaba reflejarse en sus ojos como antes, pero no lo lograba. Sólo veía unos ojos avellanas vacíos, lo que rompía por completo su corazón.

—No me hagas ésto —pide con voz temblorosa, y limpia las lágrimas de la castaña con los pulgares—. Tú me amas, pequeña. Lo sigues haciendo.

—Lo siento.

Tomó una bocanada de aire y caminó hacia la salida, llevando una de sus manos a su pecho, sintiendo como su corazón daba un vuelco. En cuanto salió y cerró la puerta a sus espaldas, un grito la hizo sobresaltar y estremecerse.

—¡Te llevaré muy lejos de aquí como me hiciste prometer! —grita con firmeza—. ¡Volverás a amarme y haremos nuestra vida juntos!

Esta comenzó a caminar tratando de ahogar sus sollozos. Llevó las manos temblorosas a sus mejillas y soltó un suspiro, tratando de borrarlo de su pensamientos, aunque le haya roto el corazón verlo de aquella manera por ella, cuando su única intención fue ser su apoyo como una amiga.















(...)














Yehyun se encontraba con la masa sobre la mesada, ya que quería hacerle pizza a Taehyung, porque sabía lo mucho que le gustaba, mientras tanto él estaba en el sofá hablando por llamada con Jimin. Por momentos volteaba a ver con cariño a su novia y le regalaba una sonrisa, provocando también la suya, tratando de tener cuidado con lo que decía.
Se le hacía realmente extraño que ella lo mirara cuando cocinaba, pues sabía que cuando lo hacia toda su concentración estaba allí, pero no podía decir que le disgustaba porque adoraba tener su atención, ya que provocaba un cosquilleo en su estómago que le hacía sentirse vivo y olvidar su dolor. Le hacía volver al principio de la relación cuando todo estaba más que bien.

—Debo decirte algo —habla la castaña, dejando la masa para luego lavarse las manos.

—Jimin, debo dejarte —se levanta observando como su novia se acerca, luego de haber secado sus manos—. Estoy en camino —miente, colgando la llamada—. ¿Qué quieres decirme, mi amor? —la mira curioso y acaricia su mejilla.

—Fui a ver a Jungkook.

—¿Qué? —baja su mano rápidamente, borrando por completo su sonrisa.

—Yo...quería hablar con él para saber como se encuentra, porque el día del entierro lo vi muy mal —admite nerviosa.

—¿Y yo qué? —frunce el ceño, mirándola dolido—. Siempre te preocupas más por él que por mí...

—Es muy diferente, Taehyung —suspira—. Ellos se conocían desde niños...

—Eso no quita que yo lo quería —habla entre dientes.

—¡Entiéndeme!

—¡Entiéndeme tú a mí! —pasa por su lado—. ¡Siempre es Jungkook! ¡Estoy cansado de él!

Este comenzó a caminar hacia la puerta, sintiendo su sangre hervir, como también muchos celos y miedo. El miedo que provocaba tantas sensaciones, como el temor al abandono y pensamientos irrefrenables, lo que hacía un caos en su mente que era como un abismo sin fin.
Temía que no fuesen el uno para el otro como se repitió una y otra vez. Quería dejar de sentirse lastimado por ella, pero estaba seguro que eso era imposible, porque él mismo se inventaba ese amor.

—¡Taehyung! —este al escuchar su voz, se detuvo con un suspiro y con sus facciones endurecidas volteó a verla— Hoy cuando lo vi me di cuenta de algo.

—¿De qué? —suelta una risa amarga y la mira cínico con una ceja alzada—. ¿Del error que cometes al seguir conmigo? Dime algo, ¿sólo estás conmigo por lástima, Yehyun?

Te amo.

Al escuchar esas palabras no pudo evitar sentir como su corazón brincaba de emoción, mientras se estremecía. Estaba temblando, pero aún así se acercó con cautela, sin poder creer lo que había dicho la castaña.

—¿Q-Qué has dicho? —titubea arrugando un poco el ceño.

—He dicho que te amo, Taehyung —murmura enfrentando su mirada.

Estaba boquiabierto y sus ojos se cristalizaron, porque nunca había creído que podría escuchar aquellas dulces palabras salir de su boca. La emoción era demasiada por lo que la tomó entre sus brazos elevándola, mientras ella soltaba una carcajada al igual que él. 

—¡Me amas! —exclama emocionando, dejándola nuevamente en el suelo, mientras ella pasa las manos por sus hombros.

—Lo hago —sonríe.

—Yo también te amo, mi amor —murmura con su ojos brillando de la emoción y por las lágrimas―. Te amo tanto, Yehyun.

Sin dudar capturó sus labios, saboreándolos de manera lenta, pero placentera, deslizando su lengua sobre la suya, sintiéndose sediento lo que se lo hizo saber apegándola a él.
Ella pasó su mano por su nuca profundizando más el beso, mientras un jadeo escapaba de sus labios.
Ambos querían sentirse, pero el castaño se alejó, sorprendiéndola.

—Debo irme —murmura con la respiración acelerada.

—Oh, está bien —sonríe tímida.

Este dejó un pequeño beso sobre sus labios, para luego voltear y comenzar a caminar hacia la salida, pero cuando estuvo a punto de abrir la puerta, corrió nuevamente hacia ella envolviéndola en sus brazos, aspirando su dulce aroma.

—Dilo de nuevo, por favor.

—Te amo, Taehyung —sonríe aferrándose a él, sintiendo sus latidos acelerados.

—Y yo te amo más, mi amor —dice separándose unos centímetros, para volver a unir sus labios—. Volveré dentro de poco —besa su frente.

— Te esperaré.

Este sonrió al saber que ambos sentían lo mismo, que ella también moría por estar en sus brazos y sentirlo.
Quería hacerle el amor como nunca antes, aunque desde que habían vuelto no pasaba, lo cual sabía que la tenía angustiada, pero es que cada vez que intentaba llegar a algo más que sólo besos, no podía evitar recordar que él último en estar con ella fue el policía.

En ese momento quería hacerlo, pero debía ayudar a Jimin, lo cual le molestaba, aunque si quería dejar de ser V, tenía que acabar con las últimas entregas y discutir sobre si alguno se encargaría de ocupar su lugar.















(...)














Jimin se encontraba en una bodega junto a Yoongi, el cual no paraba de reprocharle por haberlo llevado a ese lugar, lejos de la ciudad. Este lo había convencido de hablar luego de insistir mucho tiempo, pero en cuanto lo subió a su coche, y comenzó a alejarlo de la ciudad, el rubio se molestó, ya que esperaba que fuese a una cafetería o a la casa de alguno para conversar.

—¿En serio me trajiste para que vea como hacen sus mierdas? —pregunta disgustado, viéndolo cargar cajas en las cuales sabe perfectamente que no hay nada bueno.

—Dijiste que necesitabas dinero, ¿cierto? Pues, con lo que gane por ésto, te ayudaré.

Yoongi tragó en seco al escucharlo, pues si era cierto que necesitaba el dinero, porque estaban a nada de quitarle la casa a su madre si no pagaba una gran cantidad de dinero, y el saber que Jimin quería ayudarlo, provocaba que su corazón se encogiera.

—No necesito tu ayuda y mucho menos si es dinero sucio...

Al ver su mirada de desprecio, soltó un suspiro, tratando de fingir que no se sentía herido.

—Me importa una mierda lo que quieras o no —escupe, alzando una ceja—. Ayudaré a tu madre.

—¿Por qué lo haces? ¿Por qué ahora te preocupas? —pregunta exaltado, extendiendo los brazos—. Por si no lo sabes, ya es muy tarde para que vuelvas a agradarle, porque cuando quise que la conocieras, tú nos plantaste para verte con otro u otra. No quiero recordar con quién Diablos estuviste.

—Yoongi, ¿puedes olvidar eso?

—¿Por qué me buscas, Park?

—Porque me di cuenta que cometí un error —deja una de las caja arriba de otra y se acerca a Yoongi—. Con nadie puedo hablar de las cosas que hablo contigo, nadie me entiende como tú. Te extraño demasiado.

—Demasiado tarde, Jimin.

—Sé que me amas —se acerca a él de manera peligrosa, provocando que este se aleje torpemente.

—No te amo —enfrenta su mirada—. Saha me ha enseñado lo que es amar a alguien de verdad...

—Esa maldita policía jamás podrá ocupar mi lugar, ni hacerte sentir lo que yo pude —escupe furioso.

—Es lo que busco —admite con una sonrisa—. No quiero que vuelvan a hacerme mierda como tú. Sólo arruinaste mi vida, me enseñaste lo que no es el amor. Dejé de ser yo, y ni así fui suficiente para ti.

Estaba realmente afectado por las palabras del rubio. En ese momento estaba sorprendido y se odiaba, porque jamás había pensado que lo lastimó de gran manera. Jamás se había puesto en su lugar, como siempre, sólo pensó en lo que él mismo quería, sin preocuparse por el daño que podría hacerle, porque creyó que siempre estaría dispuesto a perdonarlo por el amor que sentía.
Yoongi mientras más lloraba por él, más se daba cuenta que estaba perdiéndose a sí mismo. Se había roto para intentar llenar el vacío que tenía quien tanto amaba. No podía soltarlo fácilmente, porque era su primer amor, pero una noche decidió volver amarse a sí mismo y acabar con esa agonía de amor tóxico.

—Siempre sentí celos de que te vieras con ella, por más que me dijeras que jamás podrías fijarte en una mujer —confiesa soltando una risa amarga, mientras sus ojos se cristalizan—. Ahora veo que estuve bien en desconfiar.

—Jamás me hubiera dado cuenta del amor sano que me brinda, si tú no me hubieras traicionado con quien era mi mejor amiga —habla entre dientes—. No trates de hacerme quedar como el malo de la película, cuando no hiciste otra cosa más que abusar del amor que te tenía...

—¡Me asfixiabas! Me necesitabas todo el maldito tiempo a tu lado. No sabes lo agotador que era para mí estar con alguien que necesitaba tanta atención y amor —confiesa furioso.

Yoongi soltó una risa amarga, fingiendo que no le dolía, pero sus ojos picaban por las lágrimas.

—Claro que lo sé, Park Jimin —humedece sus labios y enfrenta su mirada—. Estuve contigo, me encargué de llenar tus vacíos olvidándome por completo de mí.

Jimin soltó una carcajada, mientras limpiaba las lágrimas que se asomaban en sus ojos. Su corazón había dado un vuelco al notar el desprecio que le tenía, y por más que luchaba con todas sus fuerzas por no demostrar su vulnerabilidad, estaba fallando, lo cual le sorprendía a Yoongi, pues jamás lo había visto llorar.

—Ahora me doy cuenta realmente de mi errores.

—Aún luego de saber que estuviste con quien era mi mejor amiga, te envié un mensaje y tú no tuviste nunca la decencia de buscarme aunque lo leíste, Jimin —su voz se rompe—. Lo leíste y te importó una mierda.

—Todos los días pienso en los errores que cometí. Lo siento —toma una bocanada de aire tembloroso—. Quiero hacer las cosas realmente bien. Prometo que voy a aprender a ser mejor para ti, a darte el amor que mereces...

—Eso dijiste demasiadas veces y en todas te creí como un imbécil, pero esta vez no pasará, porque me da vergüenza pensar en todo lo que me dejé hacer por ti.

Se acercó a él conectando su mirada con aquellos orbes mieles que parecían desesperados, llenos de arrepentimiento, tratando de no dejar caer las lágrimas. Admiró cada centímetro de su rostro, hasta llegar a sus carnosos labios rosados que habían sido su perdición tiempo atrás.
No podía mentir y decir que no se moría de ganas de volver a probarlos, hasta humedeció los suyos, causando una arrogante sonrisa por parte del más bajo.

—No volveré a caer en tu maldito juego donde sólo buscas llenar ese vacío que cargas. Cuando recuerdo todo el daño que me hiciste, sólo me das asco.

Al escucharlo tragó con dificultad, sintiendo como si le hubiera clavado un puñal en su corazón. Esas duras palabras habían sido como la muerte para él, por lo que las lágrimas comenzaron a caer mientras lo miraba sin ninguna emoción en su rostro.

—Lo siento. Realmente, lo siento.

—Entonces, haz algo bueno por mí.

—Dime qué quieres que haga y lo haré.

—No vuelvas a buscarme. Déjame ir.

—Dime cómo puedo hacer eso cuando siento que sin ti estoy muriendo —confiesa desesperado—. Te necesito.

—Sólo olvida todo lo que vivimos. Estoy seguro que sólo es cuestión de días para que encuentres alguien más que haga el papel de estúpido como lo hice alguna vez. Adiós, Park Jimin.

—Yoongi...—murmura dolido mientras lo ve caminar hacia la salida.

Al ver que este paró en seco, retrocediendo, mientras alzaba las manos enseñando las palmas, frunció el ceño confundido, hasta que vio a un hombre de tez canela con cabello rapado, apuntándole.

—¡No te atrevas! —le grita a Jimin, el cual estuvo a punto de sacar su arma—. ¡Levanta las manos o le disparo! —vuelve a apuntar a Yoongi.

Jimin tomó cautelosamente el brazo del rubio acomodándolo detrás de él, para así protegerlo, aunque sentía su corazón latir con fuerza por el temor de cómo podían acabar las cosas, por lo que deseaba que Taehyung llegara de una vez y los salvara de esa situación.

—¿Dónde carajos está V? —pregunta alzando una ceja.

—No lo sé —traga con dificultad repitiéndose que debía dejar el miedo de lado—. Tú eres Rix, ¿cierto?

—¡Dime la maldita verdad! —da un paso hacia adelante, llevando su otra mano también al arma, por lo que Yoongi suelta un chillido—. ¡Acabaré con V y acabaré con Soohyun!

—¡No lo sé! —grita exaltado—. ¡Juro que no lo sé!

—¡No te creo, te volaré la cabeza, pedazo de mierda!

—¡Jimin, dile! —interviene asustado, Yoongi.

Este volteó a verlo sorprendido, apretó su mandíbula cambiando su mirada a una amenazante, pues no era capaz de decirle que Taehyung estaba en camino, porque si anteriormente había recibido un disparo en el hombro por su culpa, temía que llegara a pasar algo peor. Como amigo no podía permitirlo, porque recordaba que le salvó la vida dos veces.

—Te daré tres segundos para que lo digas —advierte y este tragó en seco, rogando que algo suceda que los saque de esa situación. Aún tiene algo de esperanzas—. 3...2...

¡Yoongi!

Este al ver como apuntaba a Yoongi, lo empujó sin dudar poniéndose por completo frente a él, mientras el sonido del disparo lo ensordecía. Cayó al suelo sintiendo una punzada de dolor en su abdomen, y como la sangre tibia comenzaba a brotar, mientras respiraba pesadamente.

—¡No, Jimin! —grita gateando hacia él—. ¡No!

Al ver su rostro enrojecido y como las venas comenzaron a marcarse en su cuello, mientras llevaba las manos al abdomen dónde recibió el disparo, soltando quejidos temblorosos de dolor, no pudo evitar romper en llanto.

—¡Dime dónde está V!

Yoongi sollozando lleno de temor mientras temblaba, levantó la cabeza, sin saber qué decir, por lo que al ver como le apuntaba cerró los ojos, esperando el impacto. En ese momento, no le importaba morir allí mismo.

—Aquí estoy —interviene una voz masculina.

Un disparo lo hizo sobresaltar y al escuchar un cuerpo caer en seco, abrió los ojos encontrándose con el cuerpo de Rix, el cual había recibido un disparo en su frente. Algo que hacía V.

—¡Jimin, di algo! —grita asustado, haciendo presión en su abdomen.

Este seguía respirando pesadamente y lo miró tembloroso, tratando de reír para que se tranquilizara, pero un gemido de dolor escapó de sus labios.
Taehyung al ver esa situación sintió como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento, pero aún así se acercó rápidamente.

—¡Ayúdame a cargarlo al coche!

—¡N-No...!

—¡Tú cállate, maldito imbécil!

Entre ambos lo cargaron en sus brazos, mientras este soltaba quejidos y sus ojos se cerraban por momentos.
Lo dejaron en el asiento trasero, el rubio se quitó la camiseta, para luego hacer presión con esta sobre el disparo, pero al cabo de unos segundos se empapó de sangre, mientras Taehyung encendía el motor para comenzar a conducir, y llamaba a Seokjin.

—Escúchame bien, le dispararon a Jimin —habla rápidamente exaltado—. Necesito que contactes al doctor que es su amigo.

¿Dónde le dispararon? —habla al cabo de unos segundos.

—E-En el abdomen...

¡Taehyung, están lejos de la ciudad!

—¡Ya lo sé, maldición! ¡Sé que estamos lejos!

—No llegarán a tiempo.

—¡Tú cállate y hazlo! Trataré de llegar lo más rápido posible —cuelga la llamada.

Volteó a ver por el espejo retrovisor como Yoongi sollozaba, aún haciendo presión, mientras la respiración pesada de Jimin se escuchaba, por lo que el castaño se quitó su camisa de a cuadros, para luego dársela al rubio que la puso sobre su camiseta para hacer presión.

—M-Moriré —habla con dificultad y suelta una risa amarga.

—¡Cállate! —exige escuchando los sollozos desconsolados de Yoongi.

—Detén el coche—pide gimiendo de dolor.

—No lo haré —dice sin apartar la mirada del camino, mientras acelera aún más rogando llegar a tiempo.

—¡Que frenes! —trata de sentarse soltando un grito ahogado—. ¡Taehyung...!

—¡Frena el maldito coche! —exige preocupado, Yoongi.

En cuanto Taehyung lo hizo, Jimin volvió a recostarse en las piernas del rubio, tomando una bocanada de aire entrecortada, mientras Yoongi acomodaba las manos haciendo una mejor presión, pero la sangre seguía brotando manchando el coche, algo que no parecía importarle a ninguno.
El castaño bajó del coche abriendo la puerta trasera para saber qué era lo que quería Jimin, como para que le ordenara a frenar en medio de la nada.

—Tenemos que irnos, Jimin. Podemos salvarte.

—No llegaré —murmura con dificultad y comienza a toser —. N-No voy a soportarlo.

Yoongi al ver sus carnosos labios mancharse de sangre, soltó un grito ahogado por el susto, al saber lo que significaba, mientras Taehyung bajaba la cabeza, sintiendo como un nudo se formaba en su garganta. El de cabello oscuro sabia que ese era su final, era el fin de el gran Park Jimin.
Siempre tuvo miedo de que ese fuera su final, pero cuando vio que la vida de Yoongi estaba en peligro, olvidó por completo aquel temor arriesgando su vida por él. Porque quería más que nada que continuara siendo feliz, ya que tenía personas que lo amaban, que lo necesitaban, y tenía grandes sueños, mientras que él no tenía absolutamente nada por lo que luchar, ni nadie que lo amara o necesitara.

—Yoongi...—toma su mano.

—Jimin, por favor, no me dejes —niega con la cabeza lleno de miedo—. Por favor...

—Dile a Hyewoon y a Jin, que me perdonen —toma aire tembloroso—. Siempre arruino a los demás aunque no lo quiera, aún así estoy seguro de que Jin se alegrará de que morí sufriendo —ríe por un momento, pero vuelve a toser—. Maldito hijo de perra, en serio lo hará feliz.

—Cállate...—solloza.

—Taehyung...—trata de levantar la cabeza, pero suelta un gemido de dolor—. Sé que nunca me consideraste un amigo, que era una amistad unilateral...

—Jimin, no—murmura tembloroso—. Cállate, por favor. No hagas esta mierda.

—Yo si te llegué a considerar mi amigo, por eso lo intentaba —ríe—. No todo lo que hiciste fue malo, porque salvaste mi vida, ¿lo recuerdas? —sus ojos se cristalizan y su voz suena más aguda—. Las dos veces que el hijo de perra de Jin quiso matarme.

—Si te considero mi amigo, pero eres tan fastidioso —trata de reír, pero las lágrimas no tardaron en aparecer.

Comenzó a toser ahogándose con la sangre, por lo que Yoongi comenzó a llorar desconsoladamente, ayudándolo a levantar un poco su cabeza, pero su rostro estaba enrojecido mientras las venas de su cuello y frente se marcaban.

—Jimin, por favor, quédate conmigo —acaricia su rostro, mientras este tiene una sonrisa dejando notar sus dientes manchados de sangre, y sus ojos casi cerrados, tratando de mantenerse despierto—. Por favor, todo lo que dije es mentira...

—Lo sé —dice suave con la respiración pesada―. Te amo, Min Yoongi.

Aquella confesión lo hizo sollozar desconsoladamente, mientras acariciaba sus mejillas manchándolas de sangre por la presión que había hecho.
Jimin gimiendo de dolor, llevó su mano temblorosa sobre la tuya.

—Bésame, Yoongi —pide en un murmuro casi inaudible—. P-Por favor.

Yoongi aún sollozando comenzó a acercarse lentamente, sintiendo su respiración tibia y aunque sus labios estuviesen manchados de sangre, no dudó en juntarlos por última vez.
Luego de unos pocos segundos la cabeza de Jimin volvió a caer en sus piernas, mientras un último suspiro escapaba de sus labios y sus ojos mieles aún se mantenían abiertos, pero mirabs a la nada.

—¿Jimin? —Yoongi mueve su hombro—. ¡Jimin! —grita asustado—. ¡Jimin, por favor despierta!

Taehyung al escuchar los gritos desesperados de Yoongi, y al ver como lo sacudía, mientras la sangre seguía brotando, pero esta vez con más rapidez, llevó la mano a su rostro sin poder evitar romper en llanto.
Antes de llegar sentía que Yehyun sería su fuerza por su confesión, pero ahora este estaba volviendo a caer, porque aunque nunca lo dijera siempre había sentido un gran cariño por Jimin. Pues, siempre se había mostrado tan apasionado por lo que hacía, por su gran ambición, y apoyaba cada locura de él, a pesar que los pusiera en peligro.
El más bajo se había abierto con él una vez años atrás, le había contado sobre lo miserable fue durante toda su vida, y como desde que lo había conocido, sentía que era bueno para algo.

Por más que le hiciese perder la paciencia, Jimin marcó su vida. El pensar que ya no sería parte de la suya, que ya no vería su sonrisa maliciosa, ya no escucharía sus gritos de emoción cuando se encontraban en peligro, ya no buscaría molestar a nadie, sentía como el vacío se expandía dentro de él, porque lo quisieran o no, Park Jimin marcó sus vidas tanto como para bien, como para mal, y siempre iba a ser recordado.

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