63; ILUMINA MIS PECADOS
❝ILUMINA MIS PECADOS❞
—¡Escúchame! —exige exasperado—. Taehyung está muy mal y eso nos está afectando también a nosotros, porque nos expone. No quiero acabar en prisión como Félix, o muerto como Bruce. Debemos hacer algo con él...
—¿Qué quieres hacer conmigo? —entra Taehyung, mirándolo con curiosidad.
Ambos voltearon a verlo sorprendidos, en especial Jimin, el cual cambió el semblante de su rostro a uno con miedo de lo que pudiera pensar o cómo podría reaccionar, pues el imaginarse lo que podría hacerle le hacía temblar.
—C-Cada día que pasa corremos más peligro. Yo...sabes que siempre te he apoyado en todo, pero creo que el haber matado a otro policía más, es decir, primero al exjefe de Policía, luego haber intentado matar a Jungkook y ahora a ese policía...
—¡¿Tú causaste el accidente de Jungkook?! —interviene sorprendido, Seokjin.
—Creí que eso era obvio —habla tranquilamente, apoyando las manos en el escritorio.
—¡¿Cómo pudiste?!
—¡Escúchame bien, idiota! —habla exasperado—. Tú Intentaste matar a Jimin cuando te enteraste que tu novia te fue infiel con él, ¿cómo te atreves a reprocharme?
Seokjin tragó en seco desviando la mirada, pues tenía toda la razón. La rabia lo había cegado al punto de querer matarlo, pero con el tiempo se fue calmando hasta llegar a poder tenerlo cerca y no sentir esas mismas ganas. Es decir, le tenía rencor porque Hyewoon era lo único que le hacía saber que tenía sentimientos, pero desde que no la tenía a su lado se sentía muerto por dentro. De todas maneras, no era capaz de perdonar esa traición porque cada vez que veía a Jimin o a la pelinegra, los recuerdos se instalaban en su mente.
Pero con el paso del tiempo aquella rabia y dolor iban desapareciendo hasta no quedar nada. No sentir nada. Sólo un gran vacío en su pecho que se iba expandiendo, sintiendo como poco a poco su humanidad se iba apagando.
—¡Como decía! —interviene Jimin, llamando la atención de ambos—. El que hayas matado a ese policía nos pone nuevamente en la mira.
—¿Tú también crees que yo quería matar a Namjoon? —alza la voz molesto con los ojos cristalinos—. ¡Yo le tenía cariño! Lo admiraba como a nadie.
—No es momento para estar vulnerables. Tienes que sacarnos de esta mierda —habla con frialdad—. Te has vuelto débil, ¿no te has dado cuenta?
Taehyung tomó una bocanada de aire tratando de mantener la calma, mientras caía en su silla sintiéndose exhausto. Sabía que tenía razón, que desde que regresó y se enamoró de Yehyun, se había vuelto débil porque antes podía pensar con claridad acerca de sus negocios, pero ahora sólo quería tirar todo eso por la borda. Ya no se sentía capaz de seguir en eso, pero no sabía cómo darle un final y poder irse muy lejos de allí junto a la mujer que amaba, para así poder empezar de nuevo una vida tranquila.
Seokjin miraba completamente sorprendido a Jimin. Pues, no era normal ver al castaño tan afectado, por lo que creyó que tendría algo de empatía, pero su miedo a ser atrapado era mayor por lo que dejaba de recordar que un día salvó su vida. Exigía que volviera a salvarlo.
—Quiero acabar con esta mierda —confiesa en un murmuro casi inaudible.
—¿Qué? —Jimin suelta una risa amarga—. ¿A qué te refieres?
—Quiero salirme de ésto. Ya no quiero ser V. Quiero irme muy lejos de aquí. Casarme con Yehyun, tener hijos. ¡Quiero una maldita vida normal!
—Tiene que ser una broma —mira a Jin, el cual bajó la cabeza y no parece querer hablar—. ¡¿Qué rayos les sucede?! —alza la voz exasperado—. Tú estás vulnerable, quieres acabar con todo lo que tenemos, y Seokjin sólo se queda en silencio.
—¡Namjoon fue nuestro mejor amigo hace años! —grita Seokjin, frustrado de los gritos del más bajo—. Era alguien importante para Taehyung, y tuvo que matarlo para salvar nuestro trasero.
—Tenemos que irnos de Seúl —suelta un suspiro—. Comenzar en algún otro país, no lo sé, pero lo que sí sé es que ya no podemos seguir aquí porque vivimos en constante peligro.
—No me iré con ustedes y mucho menos por esa razón —dice con firmeza, Taehyung—. Yo realmente...ya no puedo seguir con esta mierda.
—No puedes estar hablando en serio. ¡Llegamos demasiado lejos, Taehyung!
—¡Ya no puedo! —su voz se quiebra y se levanta—. Tú querías ser V toma mi lugar, o tú, Jimin. Pero ya no sé cómo seguir.
Taehyung salió de su despacho con un nudo en su garganta, pero un grito llamó su atención.
—¡Soohyun no permitirá que te salgas de esta mierda! —asegura, Jimin—. ¡Eres V y morirás siendo V!
Al escuchar esas palabras se sintió estremecer, pero aún así, tomó una bocanada de aire para comenzar a caminar hacia la salida, porque necesitaba aire fresco más que nada.
Sentía que luego de todo lo sucedido estaba asfixiándose. Sus sentimientos estaban asfixiándolo.
Taehyung se encontraba en un callejón escribiendo en una pared con pintura en aerosol roja. Al escuchar unos pasos volteó asustado, sintiendo su corazón golpear contra su pecho al pensar que acababa de ser atrapado por la policía, hasta que vio que se trataba de Jungkook, que parecía estar agitado por haber corrido.
—Idiota, acabas de asustarme —suspira aliviado.
—La policía está siguiendo a Jin y a Nam, vine a buscarte —intenta tomar su brazo.
—Escribe algo —le tira el aerosol.
—¡¿Estás loco?! —abre sus ojos a la par—. La policía no tarda en pasar por aquí.
—Vamos, escribe algo. No seas miedoso.
Taehyung sabía perfectamente acabar con la paciencia de Jungkook, y hacerlo molestar. Detestaba que lo tratara como si no fuerse mayor que él y mereciera respeto, pero aún así, quería demostrarle que no tenía miedo, por lo que se acercó a la pared leyendo lo que había escrito.
El de cabello corto escribió: Ilumina mis pecados. Eso se le hizo realmente extraño y despertó su curiosidad, pues sabía que en realidad, no era feliz por lo que podía llegar a ser un desastre, como también sabía que ninguno del grupo pasaba por buenos momentos incluido él, por lo que decidió escribir debajo: Vamos a cambiar.
Taehyung lo miró con el ceño fruncido, y el de cabello ondulado le regaló una pequeña sonrisa que causó la suya. Quiso decir algo al respecto, pero al escuchar unas sirenas ambos abrieron sus ojos a la par.
—Taehyung...
—¡Vamos!
Lo tomó por la muñeca comenzando a correr lo más rápido que podían, llenos de miedo al escucharlas cada vez más cerca, por lo que maldiciones escaparon de la boca de ambos hasta que pudieron perderlos al doblar.
Luego de unos minutos corriendo, llegaron a un parque donde se tiraron ambos en el césped soltando una gran carcajada, pues a pesar de que tuvieron miedo de ser atrapados, les gustó la adrenalina que sintieron.
Sus piernas les dolían y tenían la respiración agitada, pero aún así seguían riendo.
—Imbécil, te dije que la policía estaba cerca —Jungkook golpea su brazo y luego acomoda las manos en su abdomen, tomando una bocanada de aire.
—Si vuelves a golpearme iré a hablar sobre lo que hiciste. Estoy seguro que no te dejaran seguir con tu carrera de policía —bromea.
—Cállate.
El pelinegro se quedó en silencio escuchando una pequeña risa por parte del menor, sintiéndose extraño al estar cómodo junto a él, pero al voltear a verlo se desconcertó al notar como las lágrimas caían, aún teniendo una sonrisa en su rostro.
—Hey, ¿qué sucede?
—No es nada —limpia sus lágrimas sorbiendo su nariz.
—Dime...
—Sólo recordé lo que escribiste —confiesa sentándose—. Me dio esperanzas.
—¿En serio? Estoy seguro que todo va a estar bien y si necesitas hablar con alguien, aunque no sea creíble, puede hacerlo conmigo —asegura—. No tenemos que llevarnos mal todo el tiempo. A veces, eres agradable.
—Tienes razón. Va a estar bien porque hoy estoy bien —sonríe―. Buscaré la manera de cambiar todo y dejar eso atrás. Volver a empezar.
Jungkook al ver sus ojos cristalinos tuvo el impulso de abrazarlo, lo cual hizo sin dudarlo, sorprendiéndose al ser correspondido. Pues, nunca antes se habían abrazado, porque eran muy pocas las veces que tuvieron una conversación sin terminar discutiendo y casi a los golpes.
—¡Los más pequeños están abrazándose! —grita soprendiéndolos, Seokjin.
—¡Hay que unirnos! —Namjoon lo toma del brazo y cuando están por separarse estos dos se unieron al abrazo.
—¡Ya, déjenos! —reprocha Taehyung, escuchando la risa del pelinegro, que no puede quitar los brazos de alrededor de él, ya que Seokjin los estrecha y tiene atrás a Namjoon.
—Los quiero, chicos —admite con una sonrisa, Namjoon.
—Eres tan sentimental —bromea, Jin—. Pero aún así, hay que mantenernos juntos.
—Yo también los quiero —murmura Jungkook.
Estrechó más con sus brazos a Taehyung, el cual soltó un quejido, pero aún así sin que nadie lo notara, sonrió sintiéndose feliz de tenerlos a su lado, porque para ellos no había nada mejor que estar juntos, olvidándose por completo se sus problemas.
Taehyung cayó en la entrada de su casa cubriendo su rostro con las manos sollozando desconsoladamente, pues aquellos recuerdos se instalaron en su cabeza, provocando que la culpa lo consumiera. Realmente sentía que estaba enloqueciendo porque terminó con la vida de quien tanto admiraba y lo había apoyado cuando estaba a su lado, como también el hecho de haber intentado acabar con Jungkook.
Había olvidado por completo aquellos recuerdos por su rencor, por su miedo y ahora no sabía cómo hacer para enmendar sus errores.
Cada día sentía menos esperanzas de poder cambiar, de poder ser salvado, de lograr empezar de cero con la mujer que amaba que temía cada vez más que ella pudiera llegar a descubrir quién era en realidad. Ahora estaba completamente seguro que jamás lo aceptaría, no luego de haber intentado matar a Jungkook y haber matado a Namjoon por miedo.
Aunque pensaba que si quizás llegara a amarlo podría ser capaz de aceptarlo, pero eso lo vía demasiado imposible, porque sentía que Yehyun jamás iba a poder sacar a Jungkook de su corazón.
—Perdónenme, por favor, perdónenme ―ruega desesperado entre sollozos, balanceándose de atrás hacia adelante―. Estoy tan arrepentido.
(...)
Los días pasaban de manera lenta y tortuosa para Jungkook. Antes sentía que si no trabajaba enloquecería, pero desde que perdió a su amigo no tenia fuerzas para hacerlo. Sólo se la pasaba recostado en su cama o en la casa de Eunji, la cual era la única que comprendía su dolor y este quería cuidarla más que nada luego de lo sucedido.
Ambos se encontraban más tranquilos al saber que la causa del sangrado había sido implantación, algo normal en las primeras semanas del embarazo, pero aún así ninguno estaba bien. Por lo que el policía trataba de animarla aunque sea un poco, trataba de ayudarla a comer y le recordaba que ahora debe alimentarse por dos.
Ella estaba recostada mientras que Jungkook estaba de cuclillas a su lado, acariciando su cabello. Temía dejarla sola si era sincero, porque a pesar de que Namjoon era un hermano para él, también se sentía morir por el dolor de haberlo perdido y no quería imaginarse lo que era para ella.
Lo habían tenido todo por pocas semanas, se habían casado como tanto lo desearon e iban a tener un bebé, que fue la noticia más hermosa para ambos, pero de un momento a otro, aquella felicidad había sido arrebatada por V.
—¿Quieres tomar un helado? —trata de animarla, pues sabe que ama el helado, algo que siempre le pedía a Namjoon, o este le llevaba al salir del trabajo.
—No —responde sin más.
—Casi no almorzaste y tienes que comer por dos...
—Ya no importa —sorbe su nariz.
Este soltó un suspiro sentándose a su lado, pensando en qué podía hacer para animarla, pero estaba igual. Sólo quería olvidar todo lo sucedido en las últimas semanas.
Deseaba volver al pasado y borrar de la cabeza de quien fue su mejor amigo, el querer conseguirle paz porque no podía evitar sentir culpa al ver a la pelinegra. Si no hubiese sido por él, Namjoon aún seguiría con vida y siendo completamente feliz, sintiendo tocar el cielo con las puntas de sus dedos, porque lo tenía todo.
El sonido del timbre llamó la atención de ambos, para sorpresa del pelinegro ella se levantó diciendo que iba a abrir. Este se tiró en la cama soltando un gran suspiro, mientras el dolor iba extendiéndose por todo su cuerpo y un nudo se formaba en su garganta al ver en la pared la foto de la boda, donde sale Namjoon junto a Eunji.
El ver fotografías por todas partes donde salía él, no podía evitar afectarle demasiado.
Al escuchar una voz conocida femenina se sintió estremecer, pero no tenía fuerzas para levantarse y hablar. Sólo quería quedarse recostado, tratando de no romperse una y otra vez.
—Jungkook...—murmura la voz femenina y cierra la puerta de la habitación—, sigues sin contestar mis llamadas.
Quería decir algo al respecto al escuchar a Yangmi tan dolida, pero las palabras no salían de su boca, porque sólo tenía algo de fuerzas para fingir cuando estaba Eunji, y era a causa de que sabía lo importante que era para Namjoon, como también porque sentía que se lo debía.
—Hace días no nos vemos —se sienta en el sofá al frente de la cama—. Cuando no estamos juntos, no contestas mis llamadas, y cuando lo estamos, no me hablas, no me miras. Sólo haces como si no existiese —suspira jugando con las mangas de su suéter—. Entiendo que lo de Namjoon te haya afectado, porque a mí también, pero...quiero me hables.
Se quedó en silencio esperando una respuesta por parte de su novio, pero este no sabía qué decir porque ella no era capaz de entender su dolor.
Sí, le había afectado la muerte de Namjoon, pero era algo pequeño a comparación de lo que él sentía, por lo que prefería sólo quedarse en silencio.
—Dime algo —exige con voz débil—. No me siento parte de tu vida, siempre me haces a un lado de todo. Ahora es cuando más me necesitas y, quiero ser tu apoyo, pero sigues sin dejarme entrar a tu vida, ¿dime cómo puede ésto funcionar? —sus lágrimas comienzan a caer al seguir sin escuchar una respuesta—. Jungkook, por favor, no quiero darme por vencida porque te quiero. Estoy enamorada de ti.
Aquellas palabras quizás antes hubieran provocado algo en él, pero ahora no significaban nada. Sólo seguía sintiéndose vacío, muerto por dentro, con ganas de desaparecer, por lo que se abrazó las piernas, mientras las lágrimas comenzaron a caer silenciosamente. Nada le gustaría más que seguir con su vida normal, tener a las personas que más amó aún en su vida y poder emocionarse al escuchar a Yangmi decir eso. Pero no era así.
—Si no tienes nada qué decir, entonces, ésto no funcionará —se levanta rompiendo en llanto—. Lo siento, Jungkook.
—Está bien —su voz suena tan débil que casi no logró escucharse.
Esta al escucharlo hablar sólo para decir que estaba de acuerdo con terminar su relación, sollozó sintiendo su corazón romperse. En ese momento quería gritarle que era injusto, porque estaban terminando cuando ella más enamorada se encontraba, cuando quería ser su apoyo, pero no se atrevía a causar más dolor en él, por lo que decidió salir.
El pelinegro sentía la angustia en su garganta, en aquel nudo, y sus lágrimas inundaban su dolor por el hecho de pensar que no volvería a escuchar la voz de su mejor amigo, ni vería aquella sonrisa con hoyuelos que provocaba la suya.
Al escuchar los pasos de Eunji, sorbió su nariz mientras secaba sus lágrimas, porque no quería que lo viese de esa manera.
—Aunque no quisiera, la escuché.
—Lo siento —se sienta permitiendo que ella lo haga a su lado.
—¿Por qué dejaste que terminara la relación? —pregunta indignada—. Tú tienes la oportunidad de estar con la persona que quieres, ¿por qué lo haces?
—No puedo, Eunji. No la haré perder su tiempo cuando la relación desde un principio no funciona, y sigo enamorado de Yehyun.
—Entonces, lucha por ella —suspira—. Tú tienes viva a la persona que tanto quieres, lucha por su amor, mientras sigas de pie...
—Por ahora prefiero dejar eso de lado.
Recordaba perfectamente las palabras de Namjoon, odiaba a Taehyung por no tratarla como se merecía, por lo que desde que se lo había prometido a ella, comenzó a juntar dinero para llevársela lejos, pero primero tenía que cumplir con una misión.
— ¡Jungkook! —se levanta molesta.
—Necesito hacer algo antes de luchar por ella.
—¿Qué es?
—Quiero tener a V frente a mí —murmura empuñando las manos.
—¡¿Qué?! —sus ojos se cristalizan—. ¡¿Acaso no ves lo que le sucedió a Namjoon?!
—Eunji, conmigo no va a poder.
—¡No te permitiré morir tú también!
—Ya intentó matarme y no pudo —se levanta—. ¡Me arrebató a mi papá, intentó conmigo, y ahora nos arrebató a Namjoon! ¡No permitiré que siga matando a las personas de mi alrededor!
—¡No lo hagas, por favor! —lo toma del suéter—. Por favor...
—No podré estar en paz hasta tenerlo en frente, y matarlo con mis propias manos —habla entre dientes—. Te juro que lo haré.
Jungkook sentía mucha rabia y dolor, tanto que lo asfixiaba y sabía que la única manera de poder dejarlo ir, era acabando con el causante.
Temía seguir perdiendo a las personas que lo rodeaban, vivía con ese constante miedo desde que perdió a su padre, pero con lo sucedido con Namjoon, eso aumentó.
—No te hagas eso, Jungkook —solloza.
—Estoy seguro que Namjoon ha dejado información, así que seguiré cada uno de sus pasos , y no pararé hasta tenerlo en frente. Juro que se arrepentirá de todo el daño que ha causado —asegura alzando una ceja—. Sólo quiero llegar a ese momento en que pueda ver como sus ojos se cierran. Acabaré con V.
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