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62; ENTIERRO

ENTIERRO

—Gracias por traerme a casa, JK —sonríe Eunji—. No era necesario.

—Namjoon está cuidándote demasiado y no está mal.

—Por cierto, queremos darte una noticia maravillosa —habla emocionada—. Si quieres puedes traer a Yangmi esta noche así les contamos.

—Me parece perfecto. Cuídate mucho, ¿sí? —besa su frente.

—Tú igual. Ya sabes que aún no te has mejorado del todo —lo señala en forma de advertencia una vez que se baja del auto.

—Está bien —ríe—. Dile a Nam que le traeré el auto esta noche.

Eunji comenzó a mover su mano en forma de saludo, mientras este conducía alejándose. Estaba realmente ansioso por saber qué descubrió su mejor amigo, detestaba que no le contara las cosas, pero el saber que lo hacía por él, provocaba que su corazón se encogiera.
No le gustaba saber que arriesgaba su vida por su paz, por lo que quería ayudarlo, ya que ambos trabajaban más que bien juntos, hacían un muy buen equipo, pero esta vez parecía estar cerrado a esa idea.

Al llegar y ver la bolsa de comida sobre un coche, soltó un suspiro tomándola, para comenzar a caminar hacia su oficina donde lo esperaba su novia sentada, con su semblante serio que le hacía saber que estaba molesta por algún motivo.

—¿A dónde fuiste?

—Fui a llevar a Eunji a su casa.

—¿Y eso?

—Es comida que ha preparado ella...

—Oh, ¿la llevas a su casa y te prepara comida? —ríe cínica—. Que bien, Jungkook.

—¿Seguirás con tus celos? —inquiere alzando una ceja—. ¡Estás hablando de la esposa de Namjoon!

—¡No me importa! —se levanta molesta—. Primero es Yehyun, luego Hyori, Yehyun nuevamente, ¿y ahora Eunji?

—Ésto no puede estar pasando.

Yangmi quiso hablarle desde un principio sobre sus inseguridades con Yehyun y Hyori, pero este no quiso escucharla aquella noche en el bar donde le pidió estar juntos.
A medida que pasaban los días tenían ciertos inconvenientes, como la vez que pensaba en Yehyun, dejando notar que aún tenía sentimientos por ella, eso había provocado que las inseguridades de Yangmi aumentaran.

A pesar que habían tratado de arreglarlo, sus inseguridades estaban ahí al saber que no la olvidaba, por lo que solían formarse discusiones donde iba conociendo más el lado explosivo de ella, que llegaba a sorprenderle como también a preocuparle.

—¿Cuánto más tengo que soportar?

—¡No tienes que soportar nada, porque Eunji es feliz junto a Namjoon, y yo estoy contigo! —grita frustrado—. ¿Cómo puedes pensar que soy capaz de traicionar de esa forma a mi mejor amigo?

—¿Pero sí serías capaz de traicionarme a mí? —lo mira cínica.

—Estás mal, Yangmi. Muy mal. Estoy cansándome de tus escenas de celos —advierte entre dientes—. Estoy contigo, me la paso trabajando y no veo a nadie más que a Saha, Namjoon y a ti, ¿qué más quieres de mí, para que veas que no estoy con alguien más? —la desesperación se deja ver en su mirada—. ¡Estoy harto de estas peleas innecesarias! Sólo vas a provocar que decida terminar con ésto.

La castaña al escucharlo sintió temor y como su corazón daba un vuelco, por lo que se aferró a él temerosa, soprendiéndolo por completo.

—No lo hagas. No me dejes —titubea temerosa.

Jungkook pasó las manos por su cintura soltando un suspiro de frustración, mientras asentía, para luego tomar su rostro entre sus manos.

También sentía miedo de que volvieran a jugar con su corazón, pero aún así trataba de confiar en que ella iba a quererlo como siempre deseó que lo hicieran. Quería lograr que también confiara en él, porque no era capaz de fallarle, ya que sentía que cada día le gustaba más, a pesar de sus discusiones.

—Esas escenas de celos deben acabar.

—Lo harán. Lo juro.

Ella juntó sus labios en un pequeño beso que rápidamente pasó a ser apasionado, mientras caminaba hacia atrás chocando con el escritorio. Su lengua jugó con la de su novia, y en medio del beso sonrió provocando también la de él, pues como había comenzado a pasar todas sus peleas llevaban reconciliaciones con sexo.
Estaba acostumbrándose al cuerpo de su novia, a sentirla a ella y no a la castaña, aunque de cierta manera terminaba dejándole amargo sabor en su boca, lo satisfacía de gran manera.

Cuando bajó sus manos a su trasero la escuchó jadear sobre sus labios, mientras ella acariciaba su ancha espalda.
Comenzó a desabotonar su camisa, pues su erección habia comenzado a crecer y ya le resultaba molesta. Al sentir la mano de su novia acariciar allí, soltó un pequeño gruñido, pero al escuchar la voz de su amigo en la radio ambos se sobresaltaron, prestando atención.
















(...)















Mientras se acercaban, Jungkook sentía su corazón acelerado, le urgía saber quién era el asesino de su padre. Quería reír, gritar, y llorar, pero más que nada abrazar a Namjoon, y decirle cuánto lo amaba. Decirle que era el hermano que siempre deseó y que estaría agradecido con él toda su vida.

Comenzaron a caminar lentamente con las armas en sus manos hacia la bodega, pero al no escuchar nada, se miraron desconcertados con el ceño fruncido. Aún así, no bajaron la guardia, hasta que vieron la puerta de la bodega abierta.
Jungkook decidió entrar rápidamente encontrándose con la bodega vacía, solamente un escritorio, el cual no contenía nada. Miró desesperado hacia sus costados, pero al ver el cuerpo sin vida de Namjoon, con un disparo en su frente, su corazón dio un vuelco.

—No, no, no —repite tomándolo del rostro, pero se levantó rápidamente negando con la cabeza, mientras los demás miran la situación completamente conmocionados—. No, ésto no es verdad. No —apoya las palmas de sus manos en la pared golpeándola, mientras niega tratando de sacar la última imagen de Namjoon de su cabeza—. Tú no. Mi hermano no —rompió en llanto volviendo a acercarse, cayendo a su lado para luego ponerlo sobre él, abrazando su cuerpo sin vida. Se aferraba, negándose a creer lo que está pasando— ¡No, no, no! —grita lleno de dolor—. ¡Mi hermano! ¡Namjoon, no!

Cada músculo de su cuerpo dolía, mientras los recuerdos compartidos con él inundaban su ser. Sollozó desconsoladamente apoyando su mejilla en la suya, sintiendo como el tacto de su piel fría le hacía darse cuenta aún más que Namjoon ya no sería parte de su vida.
El dolor comenzó a calar hasta sus huesos, estrujando su estómago y hundiendo su corazón, mientras gritos de dolor escapaban de sus labios.
No era capaz de aceptar que perdió al hombre que conocía desde los seis años, el cual al verlo solo con sus ojos como bambi, mientras todos jugaban en aquel jardín, le preguntó si quería ser su amigo a pesar de ser dos años mayor que él. Ese mismo día se habían prometido ser mejores amigos por siempre, y Namjoon se lo cumplió hasta ese día que dio su último suspiro.
















(...)

















Jungkook junto a cinco hombres más, entre ellos Taehyung y Seokjin, cargaban el ataúd donde iba el cuerpo de Namjoon. Mientra el policía caminaba sentía un nudo en su garganta, deseando no derrumbarse en ese momento, porque no era correcto aunque el dolor lo asfixiara.
Una vez que lo bajaron, este volteó a ver todas las personas que se encontraban allí, algunos llorando y otros sólo observaban con dolor. Sabía que Namjoon se había hecho querer demasiado, pues no había nadie con un corazón tan grande como él, por lo que todos lo extrañarían.

El sacerdote comenzó a hablar, mientras este abrazó a Eunji, la cual sollozaba desconsoladamente sintiéndose desvanecer, por lo que trataba de ayudarla a mantenerse de pie y no derrumbarse al igual que ella.
Sentía la obligación de ser fuerte para poder estar a su lado e intentar darle fuerzas, pero estaba igual de roto. No sentía justo que haya sido él quien falleciera cuando sólo había querido darle la paz que tanto necesitaba, pero su muerte había terminado causando que se rompiera más, y que el odio a V aumentara de gran manera, al punto de sentir como rasgaba su alma tanta rabia acumulada.

Anhelaba ser él quien estuviera allí dentro y no Namjoon, porque no era capaz de soportar el sufrimiento ya que revivía el velorio de su padre, preguntándose cómo ahora sería capaz de seguir adelante.

Eunji en un momento cayó de rodillas al acercándose, por lo que Jungkook trató de levantarla.

—¡No puedo! ¡No puedo estar sin él! —solloza.

—Ven aquí —murmura con un hilo de voz.

La ayudó a levantarse, pero luego miró la gran fotografía de Namjoon, donde tenía una gran sonrisa en su rostro dejando notar sus hoyuelos, y sus ojos se veían tan llenos de vida, que tuvo que tragar el nudo de la garganta.
Tomó una bocanada de aire sintiendo sus ojos arder y al voltear, se encontró con la mirada de Taehyung, el cual tenia sus facciones endurecidas sin dejar de mirar el ataúd.

Al sentir como tomaron su mano, se sorprendió, pero al ver que se trataba de Yangmi, porque se quedó parado sin moverse, volvió acomodarse al lado de Eunji, pasando su brazo por su espalda para que supiera que estaba para ella.

—Pueden pasar a decir unas palabras —llama la atención el sacerdote.

El policía miró a Eunji, la cual levantó la cabeza encontrándose con su mirada y negó.

—N-No puedo...

—Claro que puedes.

—No, por favor —solloza—. Pasa tú, yo...yo no puedo hablar de él sin derrumbarme —sorbe su nariz—. Pero alguien tiene que hablar y decir lo maravilloso que era, ¿y qué mejor que tú que lo conocías desde niño? —trató de sonreír, pero un sollozo escapó de de labios.

Este asintió estando de acuerdo, porque sabía que ella necesitaba que hablara sobre lo buena persona que fue.
Caminó lentamente, tratando de deshacerse del nudo de la garganta y se puso a un lado del sacerdote, mirando a todas las personas que se encontraban allí. Había alrededor de cincuenta personas, algunos que conocía y otros que no, pero todos apreciaron de gran manera a Namjoon.

—¿Qué puedo decir de Kim Namjoon?—comienza nervioso—. Lo conocía desde los seis años, me vio solo en el colegio y a pesar de ser dos años mayor y tener sus amigos, se acercó a mí. En ese momento nos hicimos amigos y nunca me imaginé el impacto que tendría en mi vida —toma una bocanada de aire y su mirada se encuentra con la de Yehyun, que está atenta a sus palabras—. Él me inspiró a ser quien soy ahora. Yo no sabía lo que quería, mis calificaciones eran un desastre porque nunca me gustó estudiar —ríe amargo—, pero estuvo a mi lado, obligándome a estudiar, a tener sueños. Recuerdo cuando le pregunté qué quería ser, él me respondió con total seguridad que quería ser un buen policía. En ese entonces, yo también sabía que era lo que quería, pero no quería decepcionar a mis padres —traga en seco tratando de deshacer el nudo en su garganta que no le permite hablar bien—. Empecé a cuestionarme sobre mi futuro, sobre si realmente iba a trabajar con mi padre, aunque no era para nada de mi interés, ni mi sueño.

》Se lo comenté, le dije que no contaba con el apoyo de mis padres y jamás sería tan bueno como él, así que debía dejarlo de lado, pero él dijo una frase que me quedó aquí —señala su sien—. "Deberías ser más desafiante porque sólo se vive una vez" me dijo que debía dejar mis miedos de lado, debía experimentar, vivir, cometer errores, pero que jamás debía de quedarme con la duda de qué hubiera pasado si...—su voz se quiebra—Namjoon era mi fuerza, era mi apoyo, por más que tuviera muchas cosas malas en mí, por más que lo hiciera enojar porque mi mente siempre ha sido torbellino y soy muy inquieto, cuando él era la persona más tranquila, pacífica, pero siempre veía algo bueno en mí —sus ojos se cristalizan—. Siempre veía algo bueno en las personas por más que fuesen un desastre y trataba de ayudar —mira a Taehyung el cual aprieta la mandíbula, mientras las lágrimas caen por sus mejillas—. Kim Namjoon fue la persona más inteligente, amable, que se preocupaba más por los demás que por él mismo. Siempre buscaba aconsejar y ayudarles a encontrar su camino —solloza bajando su cabeza por un momento—.  En el último tiempo me enseñó que no debíamos preocuparnos por las cosas superficiales, sino por ser felices, disfrutar y luchar por mis sueños, por lo que realmente quiero —mira a la castaña la cual limpia sus lágrimas—. Sea donde sea que estés seré fuerte por ti, Namjoon —toma una bocanada de aire observando el cielo por un momento—. Prometo cuidar a Eunji con mi vida, aunque sé que tú también estarás cuidándonos.

Al ver las personas llorando por sus palabras, limpió sus lágrimas tratando de no romper en llanto y volvió a su lugar, envolviendo en sus brazos a Eunji.

—Gracias por decir lo maravilloso que era —dice entre sollozos—. Necesitaba escucharlo.


















(...)
















Luego del entierro Eunji junto a Jungkook depositaron rosas, y la pelinegra dejó un beso de dolor en su lápida, sollozando desconsoladamente.
El policía siguió tratando de mantenerse fuerte al verla de aquella manera, pero no era capaz de saber cuánto más podía soportar al ver su nombre en aquella lápida, algo que jamás creyó que podría pasar. Pero en eso levantó la mirada encontrándose a Seokjin, que se acercó de manera lenta.

—Lo siento mucho, Jungkook —murmura para luego darle una abrazo, palmeando su espalda. El pelinegro correspondió tratando de controlar sus lágrimas, pero como pasó en el velorio de su padre cuando este mismo lo abrazó, comenzaron a brotar— Namjoon fue una gran persona en nuestras vidas.

—Lo fue —se separa limpiando sus lágrimas—. Gracias por estar aquí.

—A pesar que no fuimos tan cercanos como hace años atrás, lo apreciaba.

—Lo sé. Ahora sólo quiero encontrar al hijo de puta de V.

—Estoy seguro de que lo harás —apoya la mano en su hombro, observándolo fijamente. Jungkook al ver sus ojos cafés profundos, se sintió estremecer por lo que hizo una mueca separándose cautelosamente—. Bien, ya debo irme.

—Está bien.

—Cuídate, Jungkook. Nos vemos.

Seokjin le regaló una media sonrisa antes de comenzar a caminar y este tomó una bocanada de aire, observando como Saha junto a Yangmi, se acercaron para poder tratar de tranquilizar a Eunji. Eso hizo que decidiera comenzar a caminar ya que las personas se iban, así que le urgía derrumbarse después de tanto reprimirse.

Al ver a Taehyung junto a Seokjin, conversando mientras el castaño parecia realmente afectado, frunció el ceño, pues creyó que ellos al conocerlo desde hacía años se atreverían a decir unas palabras, especialmente Taehyung, pero al no ser así, se le hizo extraño.

Volteó nuevamente a donde se encontraban Yangmi, Saha y Eunji, sorprendiéndose de verla abrazando a Yehyun, la cual le daba palabras de apoyo o al menos eso intentaba al no saber lo difícil que podía llegar a ser pasar por su situación.
Al llegar a donde había un árbol, apoyó la mano allí, mientras trataba de respirar con normalidad al sentir su respiración pesada, pero el dolor comenzó a asfixiarlo, tanto así que se desajustó la corbata negra para ver si eso ayudaba.

—¿Jungkook? —aquella voz dulce lo hace estremecer. Volteó suspirando encontrándose con Yehyun, que tiene un vestido negro y sus ojos enrojecidos—Yo...lo siento mucho —murmura tratando de buscar las palabras justas—. No me puedo imaginar por lo que estás pasando...

—Namjoon...—dice con un hilo de voz—. Oh Dios, mi hermano está muerto —rompe en llanto—. Está muerto, Yehyun.

Yehyun al ver como se cubría la boca con la mano, sollozando, sin dudarlo lo abrazó inesperadamente. Este correspondió por unos segundos hasta que sintió que se desvanecía allí mismo, mientras que ella se aferraba al pelinegro e intentaba con fuerza no caer al suelo junto a él.
Este sentía que no podía respirar, su pecho y entrañas dolían, tanto así que las náuseas regresaron, pero siguió sollozando desconsoladamente.

—No sé cómo seguir sin él —admite entre sollozos—. Siento que no puedo. No soy capaz de hacerlo...

Los ojos de Yehyun se cristalizaron y las lágrimas no tardaron en comenzar a caer, porque a pesar de no haber pasado nunca por lo mismo, era capaz de sentir su dolor.
Se separó de ella tratando de mantenerse de pie y tomó aire con dificultad.

—¿Cuánto más puede arrebatarme V?
—la mira lleno de dolor—. ¡¿Cuánto?! Debería ser yo el que esté allí, no él.

—No digas eso —solloza aferrándose a él—. Voy a estar para ti para lo que necesites...

—Lo extraño tanto. Sé que dije que trataría ser fuerte por él, pero no puedo, Yehyun. No puedo —habla desesperado—. ¡No sé cómo seguir! ¡Perdí a la persona que más amo! ¡A mi hermano!

—Jungkook...

—¡No tengo más nada! Lo he perdido todo. V me lo ha arrebatado todo.

Jungkook no era capaz de saber cómo seguir con su vida luego de perder a su mejor amigo. Había prometido ser fuerte, porque así le gustaría a Namjoon, y por Eunji que era la más afectada, pero ¿cómo podía continuar con su vida sin su hermano? Perderlo era como haberlo perdido todo, porque gracias a él se mantuvo de pie cuando su padre falleció, pero ahora sentía que no le quedaba más nada.














(...)
















A unos metros se encontraba Taehyung, que llevaba una camisa negra, un pantalón y zapatos del mismo color, mientras que Jin un traje negro.
Los ojos del castaño estaban enrojecidos de tanto llorar, unas grandes ojeras se encontraba bajo, mientras su piel estaba pálida.
Su estómago estaba revuelto, tanto así que creía que iba a vomitar en cualquier momento, y trataba de no romper en llanto y gritar lo que hizo, porque la culpa lo consumía.

—¿Qué diablos hiciste? —Seokjin lo mira furioso tratando de no gritar.

—Paul nos traicionó. No tuve otra opción.

—¿Cómo pudiste matar a Namjoon? —inquiere entre dientes—. Era nuestro amigo...

—Maldito imbécil —lo toma de la chaqueta—. Él descubrió quién eras —escupe furioso—. Lo hice por ti, por ti lo maté. Por ti maté a quien tanto admiraba y le tenía aprecio...

—Taehyung...

—Ahora tengo que cargar con esta culpa que me está matando. No sé cómo seguir, lo veo en todas partes — desesperado lleva las manos a su cabeza—. Siento que voy a enloquecer.

—Taehyung...—intenta acercarse mirándolo con pena.

Quería abrazarlo, pues jamás pensó que podría hacer algo así por él, mucho menos después de saber que por su culpa sus padres habían fallecido, pero cuando intentó acercarse, este se alejó.
Temblaba mientras sentía un gran nudo en su garganta, por lo que comenzó a caminar buscando con su mirada a su novia, porque necesitaba más que nunca de ella.

Al verla abrazando a Jungkook, el cual parecía estar destrozado, tragó en seco, pero aún así siguió acercándose.

—¿Yehyun?

Esta al escuchar la voz de su novio, se separó rápidamente limpiando sus lágrimas, mientras que el policía tomó una bocanada aire temblorosa, y limpió también sus lágrimas, porque no quería que Taehyung lo viera de esa forma.

—Vámonos.

—Pero...—mira a Jungkook por un momento dudando.

—Creí que hablarías —dice el policía.

Cuando sus miradas se encontraron, el castaño no pudo evitar sentir culpa, porque aunque esta vez como la de su padre, no fue porque quiso, volvió a destruir su vida. Creyó que no le dolería ya que le tenía un gran resentimiento, pero inesperadamente se sintió mal por el policía, porque Namjoon también fue especial para él.

—¿Qué podía decir? —pregunta con el ceño fruncido—. No lo conocía tanto como tú. Acuérdate de los años que estuvimos alejados.

—Pero lo admirabas. A Eunji le hubiese encantado que alguien más hablara sobre él.

—Vamos, Yehyun —la mira rogante, tratando de ignorar al pelinegro.

No se sentía en condición de enfrentar a Jungkook. No quería decir que no pasó al frente porque la culpa lo carcomía, porque no podía ser tan hipócrita de hablar sobre lo maravilloso que fue, cuando acabó con su vida para no terminar tras las rejas.
Sólo quería estar en su cama y llorar desconsoladamente hasta sentir que aquella culpa desaparecía.

La castaña le dedicó una última mirada al pelinegro que tenía sus ojos cristalinos, pero aún así miraba con odio a Taehyung, el cual estiró su mano y no dudó en tomar, para comenzar a caminar alejándose.
Jungkook tomó una bocanada aire y se dirigió hacia donde se encontraba Eunji, sintiendo que podía seguir siendo su apoyo, luego de haber llorado desconsoladamente por unos pocos minutos.

Al acercarse Saha se levantó junto a Yangmi, mientras la pelinegra seguió sollozando abrazando su lápida lo que provocó que volviera a formarse un nudo en su garganta. Pues, comenzó a leer KIM NAMJOON, 1991-2021, EL MEJOR ESPOSO, EL MEJOR AMIGO, EL MEJOR OFICIAL.

—Debes comer algo, Eunji —decide hablar poniéndose en cuclillas.

—Sólo quiero quedarme aquí —voltea a verlo con sus mejillas húmedas por sus lágrimas y su nariz enrojecida—. Sólo déjame quedarme aquí junto a él.

—No comes desde ayer...

—No tengo hambre —sorbe su nariz.

—Ven, vamos —la toma de la cintura ayudándola a levantarse—. Prometí que te cuidaría y eso haré.

Al levantarse Eunji se soltó rápidamente sollozando queriendo volver a abrazar su lápida, pero su boca se entreabrió mientras su ceño se fruncía. Esta levantó un poco su vestido negro y pasó las manos entre sus piernas, luego miró sus dedos temblando y Jungkook al ver sangre, la observó desconcertado.

—¿Qué...?

—¡Mi bebé, Jungkook! ¡Mi bebé! —grita asustada.

—¿D-De qué hablas?

—¡Voy a perder a mi bebé!

Este empezó a procesar todo lo sucedido, cuando en los últimos días Namjoon estaba más alegre, y Eunji le dijo que tenían una noticia maravillosa. Así todo tuvo más sentido para él, aquella noticia maravillosa era su embarazo.

Sin dudar la tomó entre sus brazos comenzando a correr hacia su coche, llamando la atención de las pocas personas que se encontraban allí.
Saha junto a Yangmi corrieron también abriendo la puerta trasera para que pudiese acomodar a Eunji allí.
El policía sólo pensaba que debía ser capaz de salvar al hijo de Namjoon y Eunji.

















(...)















Taehyung se encontraba en su cama en posición fetal, mientras sollozaba desconsoladamente. Lloraba para lograr desahogarse, buscando alguna salvación, pero sentía que la oscuridad lo absorbía, por lo que se aferraba a su novia lleno de miedo, y ella acariciaba su cabello.
Tenía la ilusión de que Yehyun pudiera hacerlo, porque antes de volver a reencontrarse, se sentía morir cada día más. El pulso en sus venas le hacía saber que seguía vivo, pero su alma no lo estaba, hasta que volvió a verla tan resplandeciente y tan viva que sintió que aquel pulso recobró sentido.

La castaña quedía lograr calmarlo porque sentía que había algo más, pues si sabía que le tenía mucho cariño, pero jamás pensó que le afectaría a tal punto.

—Amor...

—Yo no quería.

—Nadie quería que algo así pasara —acaricia su cabello.

—Yo no quería hacerlo. Juro que no. Di que me perdonas, yo no quería —se aferra a sus piernas donde tiene apoyada su cabeza.

—¿De qué hablas? —frunce el ceño confundida.

—Te juro que yo no quería hacerlo, pero no tenía otra opción —asegura entre sollozos.

—Taehyung...

—Por favor, ayúdame —toma una bocanada de aire—. Siento que voy a volverme loco...

—¡¿De qué hablas, Taehyung?!

Aquel grito lo hizo reaccionar por lo que levantó la cabeza mirándola asustado, pensando en que estab a punto de soltar la verdad.
Comenzaba a pensar alguna mentira, pero su mente en ese momento era un torbellino.

Creía estar perdido, hasta que unos toques en la puerta lo hizo sobresaltar.

—¿Señor Kim? —habla la servidumbre, llamando la atención de ambos.

—¿Qué sucede? —sorbe su nariz y se levanta para abrir la puerta. En cuanto vio a la mujer baja de estatura, cabello oscuro y tez canela, limpió sus lágrimas tratando de actuar normal.

—Abajo lo esperan el señor Park y el señor Kim —informa.

—Está bien. Gracias.

—¿Taehyung? —llama su atención la castaña—. Dime...

—Lo siento, debo bajar.

Tomó una bocanada de aire tratando de calmarse, ya que no podía recibir de aquella manera a Jimin y a Jin, aún así caminó hacia su despacho.
En cuanto estuvo a punto de entrar ya que la puerta estaba entreabierta, escuchó una conversación que llamó su atención.

—Jin, sé que me odias y todo lo que quieras, pero escúchame —habla rogante, Jimin—. Tenemos que hacer algo...

—¿Tú y yo? —pregunta burlón—. Tiene que ser una puta broma.

—¡Escúchame! —exige exasperado—. Taehyung está muy mal, y eso nos está afectando también a nosotros, porque no deja de exponernos. No quiero acabar en prisión como Félix o muerto como Bruce. Debemos hacer algo con él.


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