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58; RIX

RIX

Yehyun se encontraba frente a la casa de Taehyung. Se sentía realmente nerviosa, pues esperó unos días, ya que sabía que intentar hablar con él antes sólo haría que discutieran más.
Tomó una bocanada de aire y subió los escalones para luego dar unos toques, esperando algo impaciente mientras trataba de pensar en las palabras correctas.

En cuanto la puerta se abrió se encontró con la pelirroja, por lo que la miró boquiabierta, sintiendo como los nervios aumentaban. No se esperó para nada verla, mientras ella alzó una ceja mirándola amenazante.

—¿Qué diablos haces aquí, Yehyun?

—Necesito hablar con Taehyung.

—No.

—Dalmi, en verdad lo...

—Vete al demonio —intenta cerrar la puerta, pero la castaña lo impide sin saber de dónde saca fuerzas.
Está demasiado cerca de ella por lo que la enfrentó con la mirada, para que supiera que lo que sea que intente no hará que se vaya—. Yehyun, largo.

—No me iré hasta hablar con Taehyung —dice con firmeza.

—¡Largo!

—¿Qué sucede, Dalmi? —interviene una voz grave que las hace sorprender.

—No es...

—Necesito hablar contigo.

Yehyun la empujó para entrar y cuando estuvo frente a él, notó como sus expresiones se endurecieron. La miraba fijamente demostrando que aún se encontraba molesto y dolido, por lo que sentía una presión en su pecho.

— Pediré que la saquen de aquí.

— No —dice sin más el castaño.

— ¡¿Qué?! —la indignación se hizo notar en su voz.

— Déjame hablar con ella a solas.

—¡Ésto tiene que ser una maldita broma!

Yehyun trataba de ponerse en su lugar al saber cuánto lo amaba y que buscaba protegerlo, pero estaba comenzando a perder la paciencia, porque realmente quería tratar de arreglar las cosas con Taehyung, y Dalmi parecía no estar dispuesta a permitirlo.

—Ya lo escuchaste, ¿cierto?

—¡Tú cállate! —grita con sus ojos cristalinos— ¡Taehyung, ella te engañó con el maldito policía!

—¡Ya lo sé! —grita exasperado—. ¡Maldición, lo sé! ¿Puedes dejarnos solos, por favor?

—¡No te dejaré solo con esta zorra! —la toma del brazo—. ¡Vete de aquí!

—¡Suéltame! —la empuja—. Y por si no lo sabes eso ya lo arreglamos...

—¿Qué? ¿D-De qué habla? —su voz se rompe—. ¿Estuviste con ella después de aceptarme?

Al escuchar esas palabras, Yehyun no pudo evitar sorprenderse, pues el castaño jamás aceptó lo que Jimin le había dicho. Eso le hizo creer que, entonces, no había pasado nada y se había relajado borrando sus inseguridades respecto a ellos.
Miró a Taehyung sintiendo una punzada en su pecho y este bajó la cabeza frustrado.

—Dalmi...

—¡¿Estuviste con esta zorra?!

Aquel grito de la pelirroja provocó que la castaña enfureciera, por lo que le dio una bofetada que hizo girar su rostro.
Cuando esta volteó a verla, llevando la mano a su mejilla enrojecida, se asustó creyendo que iba a devolverle el golpe, pero al contrario miró al castaño rompiendo en llanto, mientras corría hacia las escaleras.

—¡¿Por qué no vuelves a seguir escupiendo tu maldito veneno?!

Yehyun volteó a ver al castaño que se acercó mirándola furioso, lo cual la sorprendió, pues estaba segura que la ofendida debía ser ella al enterarse que le ocultó lo sucedido.

—No vuelvas a ponerle una mano encima a Dalmi, ¿te queda claro? —advierte alzando una ceja.

—¿Tú escuchaste cómo me trató? —ríe cínica.

—Pues, si no mal recuerdo cuando eras mi novia no dudaste en abrirle tus piernas a Jungkook —escupe furioso y cuando vio que la mano de ella va directo a su rostro, la toma rápidamente de la muñeca.

—¡Me mentiste, Taehyung! —lo empuja furiosa— ¡Me dijiste que no había pasado nada entre ustedes!

—¡Tú me dejaste! ¡No debe importarte una mierda lo que haya decidido hacer!

—¡La defiendes cuando me insulta!

—Dalmi es todo para mí —aclara entre dientes—. Y si no puedes entenderlo, vete al demonio.

—Taehyung...—murmura atónita.

—No sabes cuánto me arrepiento de haberla lastimado por tu culpa. Te protejo, veo por ti antes que por mí, te amo tanto, ¡y me haces sentir como un imbécil todo el maldito tiempo, porque no dejas de elegir a Jungkook!

—Perdóname —solloza acercándose.

—¡¿Por qué nunca me eliges?! —su voz se rompe y la toma de los brazos mirándola desesperado—. ¡¿Por qué no me necesitas como yo a ti?! ¡¿Por qué no me amas como yo te amo?!  —solloza sin poder evitarlo y apoya su cabeza en el pecho de ella que acaricia su cabello.

—Estoy enamorada de ti, Taehyung.

—No. No intentes endulzar mi oído —se separa bruscamente.

—¡Es la verdad!

— ¡No lo es, porque en cuanto cruces esa maldita puerta le hablarás de amor a otro!

—Taehyung...

—Ve con el imbécil de Jungkook, con ese maldito policía de cuarta —suelta una risa amarga, mientras las lágrimas caen por sus mejillas—. Jódanse.

Comenzó a subir los escalones rápidamente, limpiando las lágrimas que no dejaban de brotar, mientras la castaña lo llamaba para poder seguir con la conversación, pero en ese momento lo único que le importaba a Taehyung era ver a Dalmi.
Sólo deseaba que dejara de odiarlo y que supiera que estaba ahí para ella sin importar si estaban juntos o no. Quería que supiera que era lo más importante que tenía, y que podían tener una buena relación de amistad, dejando atrás el pasado.

Tocó la puerta, pero al no recibir respuestas soltó un suspiro de frustración y la abrió, encontrándose a Dalmi recostada sollozando, por lo que la culpa aumentó.
Ella al sentir la presencia, se sentó mirándolo desconcertada mientras limpiaba sus lágrimas.

—¿Qué haces aquí?

—Quiero estar bien contigo.

—Pero, ¿y Yehyun?

—No permitiré que nadie te haga daño
—aclara sentándose a su lado—. Ni siquiera ella.

—¿Y por qué volviste con ella? —lo mira dolida.

—La perdoné porque la amo —confiesa desviando la mirada.

—Pero, Taehyung, ella...

—Sé lo que me hizo —aclara para que entienda que no es necesario que se lo recuerde.

—Verte con ella me hace daño —lo mira con los ojos cristalinos—. Era mi única amiga y tú el amor de mi vida...

—Lo siento, ¿sí? —limpia sus lágrimas con los pulgares—. Ni siquiera sabía que ella era tu amiga y cuando lo supe, ya era demasiado tarde porque me estaba enamorando...

—¡Eres un idiota! —se levanta volteando a verlo furiosa—. ¡¿Cómo puedes ser tan ciego, maldito imbécil?!

—¡Deja de gritarme!

Se levantó desconcertado por su forma de hablar, porque ella nunca le faltó el respeto y siempre buscó complacerlo. Por primera vez parecía revelarse sin importarle si podía hacerlo enojar, pero es que se encontraba llena de rabia porque estaba cegado con la castaña, y no le importaba más nada que seguir a su lado aunque lo lastimara.
Dalmi aunque quisiera negarlo, sentía envidia, porque Taehyung la amaba tanto y se odiaba aún más como para seguir lastimándose. Así como ella lo amaba a él sin importarle no ser correspondida, porque no podía borrar esos sentimientos por más que quisiera.

—¡Eres terco y estúpido!

—¡Deja de insultarme! —la toma de los brazos, pero ella lo empujó haciendo que diera un paso hacia atrás soltándola

—¡Ya ni siquiera te importo! —solloza golpeando su pecho—. ¡Antes me cuidabas, no me dejabas abandonada por días, sin importarte que mi padre pudiera buscarme nuevamente! ¡Todo por esa maldita...!

—¡Tu padre está muerto! ¡Yo lo maté!
—confiesa furioso.

Si bien no toleraba que Yehyun atacara a Dalmi, pero tampoco le gustaba que la pelirroja la atacara a ella y mucho menos que la tratara de esa forma, por lo que explotó sin pensar en las consecuencias.
Ella lo miraba sorprendida, se paralizó pero las lágrimas caían por sus mejillas, mientras las palabras se repetían en su cabeza de manera tortuosa.

—No es cierto —ríe histérica—. No...no es cierto. Tú no pudiste haberlo hecho.

—Dalmi...—trata de acercarse, pero ella lo empuja.

—¡No me toques!

—¿Cómo iba a quedarme tranquilo sabiendo que hay posibilidades de que te busque para hacerte más daño? —pregunta exasperado—. Aún cuando lo maté, no pude evitar seguir temiendo que alguien más pudiera dañarte, por esa razón no quería que salieras sola. Pero luego lo pensé demasiado y...no podía seguir teniéndote encerrada por mi miedo...

—¡Mataste a mi padre, Taehyung! —solloza.

—¡Tu padre era un maldito monstruo!

—¡¿Y tú qué rayos eres?!

Al escuchar sus palabras sintió estremecerse y su corazón dar un vuelco. Jamás le había dicho palabras tan hirientes por lo que estaba sorprendido, ya que podía esperarse que cualquier persona intentara lastimarlo, pero no de ella, lo cual lo hacía mil veces peor.
Un nudo se formó en su garganta, el cual intentó deshacer tragando saliva y tembloroso tomó una bocanada de aire.

—Siempre quise protegerte, Dalmi —intenta sonar tranquilo sin que su voz tiemble—. Buscaba lo mejor para ti, porque te amo y por esa razón siempre te dije que estarías mejor sin mí —suspira—. No iba a permitir que siguiera dañándote de esa forma y no me arrepiento de lo que hice, porque volvería a hacerlo una y otra vez con tal de que estés bien y a salvo.

Salió de la habitación dando un portazo, escuchándola sollozar desconsoladamente, mientras él ahogaba el suyo sintiéndose realmente destrozado por sus palabras.
Sólo buscaba lo mejor para ella, por lo que también guardó el secreto por años, pero es que realmente la amaba y el sólo hecho de pensar que podría arrebatarla de sus brazos, hizo que sintiera su sangre hervir.

Temía que ella lo abandonara ahora que sabía la verdad, pues si bien debería odiar a su padre por lo que le hizo, pero al contrario lo amaba porque recordaba lo feliz que la había hecho en la niñez, como también parte de la adolescencia, por lo que se aferraba a eso.
Taehyung sólo esperaba que procesara sus palabras, que supiera que todo había sido buscando su bienestar y para protegerla. Necesitaba que volviera a amarlo como antes y que siguiera manteniéndose a su lado, porque no sabía qué iba a hacer si la perdía. Sentía que no lo toleraría porque era la persona que más amaba.












(...)














Jungkook se encontraba en un bar. Ya habían pasado tres días desde que salió del hospital, por lo que seguía con algunos dolores lo cual era normal, por la lesión de la cabeza que tomaba pastillas, pero sobre todo el dolor era de las costillas, aunque eso no era impedimento para que saliera de su casa como si nada, por más que se llevara reproches de sus amigos. Luego de tantos días en la camilla del hospital y tres en su casa, no quería saber más nada de seguir haciendo reposo.
Necesitaba respirar aire fresco y caminando en aquella noche vio el bar. Cuando escuchó la música, soltó un suspiro mientras pensaba si sería correcto, hasta que decidió caer en la tentación y entrar.

Estaba tranquilamente bebiendo un jugo de naranja, sin poder evitar recordar cuando se sentó en ese mismo lugar de la barra, y su mirada se desvió a donde se encontraba una castaña que había capturado toda su atención. Esa noche no había dejado de cuestionarse si debía acercarse, ya que la veía reír con sus amigos y temía molestarla, pero no podía dejar de mirarla lo que hizo que la pelinegra lo notara.

Soltó un suspiro resignado, reaccionando a que debía dejar ir aquellos recuerdos, porque ambos habían tomado la decisión de dejarse ir. En eso al sentir una presencia a su lado, volteó encontrándose con una pelirroja que hizo que se estremeciera.
Se trata de nada más y nada menos que de Hyori. Al principio no supo cómo actuar, pero al verla actuar con normalidad y hablarle como si nada, trató de hacer lo mismo mientras ella bebía un sorbo de cerveza.

—Cuando vi en las noticias sobre tu accidente quise ir a verte —admite nerviosa—. Pero supe que ya tenías suficiente y no quería incomodarte.

—Oh, no te preocupes —sonríe nervioso.

—¿Cómo te sientes?

—La verdad sólo tengo algunos dolores. Pero dado a cómo fue el accidente, no me ha pasado nada.

—Siempre eres tan descuidado —lo mira disgustada.

—Dudo cambiarlo algún día.

—¿Cómo hace tu novia para soportarlo? —inquiere alzando una ceja.

—Estoy solo.

—¿No te ha perdonado? —lo mira desconcertada.

—Pasaron muchas cosas —hace una mueca.

No quería recordar todo lo sucedido, porque provocaba que su corazón se encogiera y la seguridad de haber tomado la decisión correcta, disminuyera.

—Jungkook...—lo mira ilusionada, tomando su mano y este las mira—, quizás podríamos volver a conocernos.

—Ha pasado mucho tiempo —suspira apartando su mano—. Luego de besarte y más lo que vi en la cafetería, me di cuenta que no siento nada por ti. Arruiné la mejor relación que tuve por una tonta confusión, y tú resultaste ser una persona completamente distinta a la que creí.

—Puedo traer esos sentimientos de nuevo...

—Me lastimaste, Hyori —desvía la mirada—. Tú eras todo para mí y para ti no fui nada. Si no pude darme una oportunidad con la mujer que amo en este momento, porque realmente me lastimó, tampoco puedo dártela a ti.

—Estoy arrepentida...

—Lo sé y te perdono —la mira sincero—. Pero no quiero volver a intentarlo. No puedo —gira el vaso en sus finos dedos—. Tengo mi cabeza puesta en otras cosas.

Hyori desvió la mirada soportando el nudo en su garganta, mientras Jungkook sabía que sus palabras le habían afectado, pero quería ser sincero con ella ahora que sabía realmente lo que sentía.
No quería volver a entregar su corazón a alguien que ya lo rompió anteriormente. Quería ponerse a él primero porque estaba cansado de salir lastimado.

―Tengo una pregunta ―voltea a verla con curiosidad―. ¿Sigues viéndote de esa manera con Taehyung?

―Jungkook, entre nosotros nunca...

―No me mientas. Fue demasiado fácil darme cuenta.

―Sólo pasó una vez. Él luego sólo se acercaba para saber cómo iba todo contigo...

—¿Qué diablos haces aquí, Jungkook?

Al escuchar esa voz masculina ambos voltearon rápidamente, encontrándose con Namjoon, el cual expresaba lo molesto que estaba.

—Oh, Nam...—una sonrisa nerviosa se dibuja en el rostro de Hyori.

—¿Hyori? —sus ojos se abren a la par—. ¡Que sorpresa!

—Cierto, es una sorpresa volver a verte.

—Lo lamento, pero voy a tener que llevarme a casa a Jungkook —hace una mueca—. Si queremos que mejore pronto, tiene que hacer reposo.

— Oh, está bien —dice desilusionada—. Espero volver a verte, Jungkook.

— Adiós, Hyori —agarra su vaso con jugo de naranja.

Namjoon se despidió con una sonrisa con hoyuelos, para luego tomar el brazo del pelinegro dirigiéndose a la mesa donde estuvo, antes de darse cuenta que su mejor amigo no estaba cumpliendo con el reposo.
Jungkook quería contarle a su mejor amigo lo que acababa de enterarse, y las teorías que había comenzado a crear su cabeza. Pero al ver que Yangmi estaba también allí, abrió los ojos a la par en sorpresa, olvidándose por completo de Taehyung y Hyori, mientras que ella también parecía molesta por verlo en el bar.

—Yangmi...

—Jungkook...—habla su mejor amigo y este sisea indicándole que no es el mejor momento para hacer la pregunta—, ¿puedes explicarme que hacías con tu exnovia?

Soltó un suspiro de frustración, pasando sus dedos por las hebras de su cabello y Yangmi alzó una ceja.

—¿Así que te encontrabas con Yehyun? —sonríe falsamente.

—No. No era ella —contesta Namjoon—. Se trata de la anterior ex.

—Vaya, tienes muy buena relación con ellas —acaba lo que quedaba en la botella de un gran sorbo.

—No es así —rasca su nuca—. Simplemente, se acercó a preguntarme cómo estaba porque supo del accidente...

—Tú deberías estar en tu departamento haciendo reposo —lo empuja con su dedo.

—Pero estoy cansado de no hacer nada.

—Bien, ya me voy —informa levantándose, Yangmi.

—¿Tan pronto? —pregunta con el ceño fruncido, Nam.

—Quédate.

—Nos vemos mañana, Namjoon.

Tomó su chaqueta para comenzar a caminar, sintiendo las miradas desconcertada de ambos hombres. El más alto quiso volver a hablarle a su mejor amigo, pero este sin dudarlo caminó rápidamente hacia donde estaba Yangmi, y cuando estuvo lo bastante cerca, la tomó del brazo.

—¿Qué haces? Suéltame...

Siguió su impulso y juntó sus labios en un beso voraz, el cual fue correspondido sin dudar. Ella pasó su mano por su nuca profundizando el beso, mientras este deslizaba su lengua por la suya, pasando sus manos por su cintura acercándola más a él.
Yangmi sentía que si no era por eso, se desvanecería allí mismo por todas las sensaciones que le provocaba.

—¿Jungkook...? —murmura tratando de controlar su respiración.

—Olvídate de ellas —sonríe acariciando su mejilla—. Quiero estar contigo, Yangmi. Sólo contigo porque me vuelves loco —suelta una pequeña risa—. ¿Qué me has hecho?

—¿Yo? —ríe apegándose a más a él.

—Tú, linda.

No pudo evitar sorprenderse por sus palabras, sintiendo los latidos acelerarse, pues aunque trató de resistirse, cada día que pasaba se enamoraba más de Jungkook, mientras él se sentía realmente atraído por ella. No le importaba para nada que sea su Jefa y que tuviera treinta y seis años, porque tenían demasiada química. Nadie más entendía su pasión por el trabajo como ella y, cuando la tenía en frente no podía dejar de mirarla, como tampoco podía dejar de pensarla por momentos.

—¿Qué dices? —la mira algo nervioso—. ¿Quieres estar con este idiota?

—Claro que quiero, pero...

—Bésame.

Ella suspiró porque quería que supiera lo que sentía, mientras él soltaba una risilla, hasta que volvió a juntar sus labios, borrando su mueca de frustración.















(...)













Taehyung frenó a un costado de la carretera al ver apoyados en un coche a tres hombres, que trabajaban para Gyeong. Bajó sintiendo la brisa fresca chocar contra su rostro, mientras ellos hacían una reverencia y uno que era de tez canela, cabello azabache corto, se acercó a él.
Quedó en ayudar a Gyeong, aquella noche con la llegada del camión el cual llevaba a más de quince jóvenes. Sabía que era realmente peligroso porque la policía parecía estar cerca de cada paso que daban, pero este le pidió el favor y no pudo negarse, porque aún recordaba la vez de su llegada, como todo salió mal.

—¿Ya está por llegar? —pregunta el castaño.

—Eso espero. Me dijo que estaría aquí antes de la una —informa—. Gyeong sabe que es bastante peligroso traerlas aquí a Seúl, pero será un gran negocio y no se preocupe que también tendrá ganancias.

—Lo sé.

—¿Quieres una? —sonríe con picardía, pero Taehyung al notar su forma de hablarle con confianza, alzó una ceja mirándolo de pies a cabeza

—No. No me interesa.

El sonido de unas llantas rechinar lo hicieron voltear, creyendo que podía tratarse de Jin y Jimin, pero al ver que era una camioneta negra, frunció el ceño.

—¿Qué carajos? —murmura confundido.

—¿No son tus hombres? —interviene el de cabello largo.

—No...

Los tres que trabajaban para Gyeong, sacaron sus armas rápidamente y cuando Taehyung iba a hacerlo, dos hombres que iban en la parte trasera de la camioneta, sacaron la mitad de su cuerpo comenzando a disparar hacia ellos. El castaño rápidamente se puso de cuclillas, cubriéndose la cabeza con los brazos, mientras se ponía a un costado del coche.
Cerró los ojos con fuerza, sintiendo sus latidos acelerados y al escuchar que habían dejado de disparar, vio a sus costados encontrándose con los cuerpos ensangrentados.

Uno de ellos estaba ahogándose con su propia sangre, por lo que tragó en seco sintiéndose temblar al levantar la vista, y ver como la camioneta se estacionaba a un costado.
De allí bajaron cuatro hombres y rápidamente reconoció a uno de ellos, que tenía el cabello oscuro corto, rapado a los costados, tez canela, ojos grandes cafés, nariz ancha, labios gruesos y barba. Este era delgado y de baja estatura, al contrario de sus hombres que asustaban.

Taehyung tomó una bocanada de aire levantándose, tratando de no demostrar el miedo que tenía al encontrarse solo en esa situación.

Tú eres V, ¿cierto? —sonríe mirándolo de pies a cabeza.

Este frunció el ceño sintiéndose confundido, ya que hablaba en portugués y no le entendía Pues, gracias a sus padres estudió algunos idiomas, los que más manejaba era el inglés y el francés, pero el portugués jamás aprendió.

—Pregunto si eres V, pedazo de mierda.

—Sí, soy yo.

En cuanto el pelinegro lo escuchó, una sonrisa perversa se dibujó en sus labios, que logró estremecerlo.

—Mataste a cientos de mis hombres, hijo de puta —lo toma de la camisa—. ¿Qué tienes para decir?

Taehyung enfrentó su mirada apretando su mandíbula y lo empujó, haciendo que los demás lo apuntaran con sus armas.

—Soohyun está buscándote. Yo sólo trataba de cumplir con lo ordenado.

Ese viejo imbécil —chasquea la lengua—. Lo encontraré, pero mientras tanto tú tendrás que pagar las consecuencias.

Este lo apuntó con el arma, y el castaño abrió los ojos a la par en sorpresa y miedo. Pues, sabía que Rix era demasiado peligroso, ya que a sus treinta años es el narcotraficante más buscado de Brasil. Lo habían llevado a prisión dos veces y en esas logró escaparse fácilmente.
En ese momento detestaba de gran manera a Soohyun, por no haberse encargado solo de Rix, ya que ahora se encontraba a punto de morir por su culpa, sin nadie para ayudarlo.

—Escúchame...—alza ambas manos.

Oh, el temeroso V es un marica —dice burlón.

Por el tono de su voz y como los demás se reían, supo que estaba burlándose de él, por lo que sintió su sangre hervir, pero realmente no quería acabar muerto y mucho menos en manos de otro narcotraficante.

De pronto tuvo que cubrir sus ojos con su brazo por el reflejo de unas luces, pero al escuchar el sonido del motor y un grito de emoción, bajó su mano sonriendo. Observó como Jimin sacó la mitad de su cuerpo por la ventanilla, empezando a disparar junto a otros dos más en dirección a ellos, provocando que uno de los hombres de Rix, cayera en seco al suelo sin vida con un disparo en el pecho.

Los sonidos de los disparos aceleraron su corazón, pero fijó su mirada en Rix, el cual parecía nervioso.

Bien, tendremos que hacer ésto rápido.

Volvió a apuntar a Taehyung, pero este se abalanzó tratando de quitarle su arma, pues no estaba dispuesto a morir de aquella manera. Siguieron forcejeando, soltando algún que otro quejido y gruñido, hasta que el sonido de un disparo de esa arma los hizo sorprender. Un gemido de dolor de escapó de la boca de uno de ellos que recibió el disparo, mientras caía al suelo y sus ojos se cerraban.

¡Taehyung! —grita asustado Jimin, una vez que Jin frenó haciendo rechinar las llantas del coche.


¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gusta la pareja que hacen Jungkook y Yangmi? ¿Qué creen que haya pasado con Taehyung?

YA QUEDAN COMO UNOS 10 CAPÍTULOS PARA EL FINAL, LLORO

Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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