54; INFILTRADO
❝INFILTRADO❞
Taehyung sentía aquellos labios moverse sobre los suyos, con desespero, tratando de ser correspondida. Era una sensación que se había vuelto realmente extraña cuando antes era común, y no dudaba un segundo en corresponderle aunque le provocara sentirse vacío, sentirse mal porque no le causara lo mismo que a ella.
Mordió su labio inferior tirando de su cabello, lo cual lo hizo gruñir como siempre sucedía cuando estaban juntos. En ese momento estaba debatiéndose sobre si había extrañado aquellos besos apasionados, que buscaban la manera de hacerle sentir lo mismo, aquellos besos que de alguna forma siempre terminaban haciéndole caer porque a pesar de no sentir el mismo amor, si lograban encender algo en él.
Pero esta vez no sucedía nada, no lograba encender nada en él, simplemente, se mantenía el vacío y lograba odiarse aún más por eso.
―No puedo, Dalmi ―murmura sin ser capaz de mirarla, tomándola de los hombros para alejarla.
Este se encontraba en su despacho siento torturado por los recuerdos junto a la castaña, cuando ella lograba hacerle feliz, cuando lograba hacerle sonreír sinceramente, cuando provocaba las miles de sensaciones que lo hacían sentirse realmente vivo, que merecía ser feliz a pesar de sus pecados.
Hasta que llegó a su traición, donde rompió su corazón de una forma que quizás debió esperarse, por como forzó las situaciones para que decidiera aceptarlo, pero pasó que el día de la boda, pudo ver en aquellos ojos avellanas que si estaba siendo correspondido como tanto deseaba.
Grave error porque quizás si hubiera seguido esperándose esa traición, no estaría completamente destrozado, deseando nuevamente morir, para así no sentirse tan miserable.
Dalmi lo había escuchado llorar, por lo que no dudó en entrar, provocando que este se derrumbara en sus brazos reprochándose su error, al haberse permitido amar a la castaña de esa forma tan intensa, como también peligrosa porque le hacía desear acabar con Jungkook, para que así sólo le perteciera a él.
La pelirroja al escucharlo de esa manera no pudo evitar sentir envidia, porque Yehyun sin siquiera intentarlo o quererlo en un principio, lo había enamorado como ella jamás pudo hacerlo. Había luchado tanto, por años, pero jamás lo consiguió aunque él también lo intentó.
Saber que Yehyun rompió el corazón del amor de su vida de aquella forma, despertaba su rabia. No entendía cómo pudo atreverse a lastimarlo de esa manera cuando el amor del castaño era verdadero, por lo que quería sacarla de su corazón y entrar allí ella, quien si lo valoraría y cuidaría con su vida.
―¿Por qué? ¿Por qué no puedes? Ahora estás solo...―lo mira desesperada, sentándose en el escritorio, frente a él que está en la silla y la interrumpe.
―Porque a pesar que ya no estoy con ella, la sigo amando y no quiero lastimarte.
―¡Pero te lastimó! Ahora podemos volver a intentarlo ―limpia las lágrimas de Taehyung, que sorbe su nariz, negando con la cabeza.
―¿Crees que no te he visto con Suni?
― No la amo. A quien amo es a ti y ahora que has visto quién es realmente Yehyun, podemos intentar que me ames
―sonríe ilusionada, juntando sus frentes mientes acaricia el labio inferior del castaño, tratando de contener las ganas de volver a besarlo―. ¿Recuerdas nuestros momentos? Tú disfrutaba tanto como yo...
―Dalmi, por favor, comprende ―saca su mano y se aleja, mirando sus ojos cafés cristalinos por el rechazo―. No puedo estar con ninguna mujer.
―Entonces, ¿la esperarás? ¿Esperarás años hasta que ella se digne en fijarse en ti? ¿Vas a atreverte a perdonarla cuando te ha traicionado? ―pregunta molesta―. ¡A pesar de que te amo le dije que te esperara porque volverías, y ella aún así, quiso acostarse con ese policía de cuarta! ¡Taehyung, ella no te ama y nunca va a amarte, porque Jungkook es el amor de su vida! ¡No puedes pasarte toda tu vida aferrada a ella!
Taehyung pasó las manos por el rostro, ahogando un sollozo, porque escuchar a Dalmi hablarle de esa manera, le hacía dar cuenta que quizás tenía razón, y detestaba tener que aceptarlo.
Su recuerdo lo atormentaba al punto que sentía como si le cortaran fragmentos de vidrios, el dolor era realmente demasiado. Deseaba dejarla ir, pero su corazón le decía que debía aferrarse y esperar su regreso.
Cuando cerraba los ojos la seguía viendo, veía sus ojos avellanas brillantes, su sonrisa adictiva, sentía sus manos, sus caricias estremecedoras y sus brazos rodearlo donde le hacía sentir que su oscuridad se desvanecía, donde le hacía sentir que todo estaba más que bien, que podía ser un mejor hombre. Uno perfecto para ella.
Pero sabía que eso no era sano, que a pesar que había dicho quererle, le falló, y que estaba bien sin él, por algo no lo buscó como hizo con Jungkook. Debía liberarse, liberarse de ese amor que lo estaba destruyendo cada día más.
―No quiero sentirme así. ¡Ya no puedo!
―solloza desconsoladamente, sintiendo los brazos de Dalmi, envolverlo nuevamente, por lo que se aferra a su cintura.
―No la busques. Yo cuidaré de ti ―murmura acariciando su cabello―. Sé que puedo enamorarte. Te esperaré a que estés dispuesto a darme una oportunidad.
Al escuchar unos toques, Taehyung se levantó sorbiendo su nariz, aunque quiso alejarse Dalmi, lo tomó del rostro para limpiar sus lágrimas con los pulgares, regalándole una sonrisa que quizás si no se sintiera tan miserable, lograría hacerle sentir que podía con aquella situación.
Tomó una bocanada de aire y salió del despacho, pasando los dedos por su cabello, ya que sabía que debía tenerlo desordenado porque Dalmi había tirado de este con fuerza cuando se había atrevido a besarle.
—Hasta que sales —habla Jimin.
—Entra...
—No pienses que entraré. Estoy seguro que has tenido sexo a lo loco con ella —mira a Dalmi, la cual se sonroja.
—Los dejaré hablar tranquilos —murmura para comenzar a caminar, llevándose una mirada de confusión de Taehyung, ya que no ha negado nada.
—¿Qué sucede? ¿Estás celoso? —pregunta dirigiéndose a la botella de Whisky. Sabe que en realidad Jimin ha notado sus ojos enrojecidos, pero no quiere hacerle sentir incómodo.
—¿Celoso de qué?
—¿Hace cuanto no utilizas a tu pequeño amigo? —sonríe burlón.
—Cállate —resopla.
—Necesitas sacar esa frustración, porque sino te pones amargado como ahora —acaba su vaso de un sorbo.
La puerta se abrió sorprendiendo a Jimin, pero en cuanto vio que se trataba de Seokjin, la tensión comenzó a crecer rápidamente. Desvió la mirada, mientras que el mayor apretaba la mandíbula, tratando de contener la rabia.
Taehyung al notarlo soltó un suspiro de frustración, pues detestaba ver que los hombres más eficaces en su trabajo, seguían con aquel rencor que podía llevarlos a la muerte por una mujer, sin darse cuenta que estaba pasando por lo mismo.
—¿Por qué me llamas cuando estás con este imbécil? —pregunta alzando una ceja, por lo que Jimin rueda los ojos.
—Dejen ese maldito rencor de lado —murmura frustrado—. Para alegrarlos les comento que deberán trabajar juntos.
—¿Por qué? No pienso soportar su presencia...
—Deberás hacerlo, también estará Suni con ustedes. Espero un buen trabajo —sonríe falsamente—. Gyeong ha vuelto a contactarse conmigo, ¿eso qué significa?
—Mucho dinero —responde con una gran sonrisa en su rostro, Jimin.
—Muy bien. Estoy seguro que te dejará probar una de sus tantas prostitutas —palmea su hombro—. Ya te hace falta.
Kang Gyeong era el líder de una red de tráfico sexual y de armas. Fue uno de los mejores socios de Soohyun, por lo que en cuanto este murió, comenzó a contactarse cada cierto tiempo con Taehyung.
Era un hombre de cincuenta y cinco años, tez blanca, cabello castaño oscuro largo que llevaba siempre en una coleta, sus brazos y frente tatuados, de estatura alta. A pesar de su edad tenía un cuerpo fornido que junto a su mirada podía intimidar, y hacer temblar de miedo a cualquiera.
—Odio a ese hombre —suspira, Jin.
—Y yo, pero ese hijo de puta nos da mucho dinero por los trabajos —hace una mueca—. Hay que tener demasiado cuidado con la policía, porque la Jefa está siendo más inteligente de lo que creíamos —chasquea la lengua—. Organicen rápido lo de los nuevos hombres, Gyeong está a nada de llegar a Seúl.
—Perfecto —murmura sarcástico Seokjin―. Oye, por cierto, ¿por qué estamos recibiendo menos dinero? Todos están reptochando eso.
―Porque así lo decidí.
―Ya, pero hoy cuando fui a llevarle el dinero a Paul, me sorprendí, Taehyung. Entiendo que hayas decidido eso, pero él ya no está recibiendo nada a comparación de antes, y no es conveniente, porque te guarda toda la información importante que puede llegar a hundirte ―alza una ceja.
― No he recibido quejas de su parte.
―De todas maneras, no es conveniente.
―Él nunca va a atreverse a traicionarme.
―No olvides que antes de trabajar para ti, trabajó para Soohyun. Si está contigo es por la supuesta muerte.
―Y sigue trabajando para mí. Paul es de confianza.
―Tú sabrás lo que haces, pero ahora que recibiremos mucho dinero de Gyeong, deberías pagarle mejor.
―Déjame hacer las cosas a mí manera, Seokjin.
―Como tú digas, tu cabeza es la que está más en juego ―murmura saliendo para luego dar un portazo.
Taehyung rodó los ojos y se acercó a Jimin, el cual tenía la mirada en la puerta, pues aunque no quisiera admitirlo odia haber arruinado la pequeña "amistad" que tenía con Jin, en la cual se la pasaban bromeando o peleándose por tonterías. Eran demasiado buenos trabajando juntos, pero ahora no sabía cómo iban a hacer y esperaba no arruinar el trabajo por eso, ya que sabía que era muy importante recibir bien a Gyoeog.
—¿Cómo vas con lo de Jungkook? —inquiere, mirando a sus costados para asegurarse de que no los escuche Dalmi.
—Bien. He estado siguiéndolo a cada lugar y aprendiéndome sus horarios —comenta tranquilo—. Y por si te lo preguntas, no ha estado cerca de Yehyun, así que puedes calmarte.
—Quiero que apresures ese trabajo, ¿entendido?
— Sólo déjame pensar un poco más como podría acabarlo. No puedo enfrentarme a él, ¿acaso no has visto la diferencia de nuestros tamaños? ―lo mira con algo de temor―. Ese hijo de puta podría acabar conmigo fácilmente.
―Pues, piensa rápido.
―Mierda, Taehyung, Jin podría encargarse de él fácilmente...
―Pero jamás me apoyaría en ésto. Así que apresúrate si quieres más dinero para tus mierdas.
―Esta misma noche será. No te preocupes —palmea su brazo, para luego comenzar a caminar hacia la salida.
Taehyung se tiró en el sofá, soltando un suspiro de frustración. Trataba de no darle importancia a lo que le había ordenado a Jimin, pero por momentos llegaban los recuerdos de cuando eran adolescentes, y se preguntaba si estaba haciendo bien, lo que provocaba una punzada en su pecho. Hasta que recordaba que le arrebató a la mujer que robó su corazón, como también recordaba sus crueles palabras, lo que le hacía sentir seguro por su decisión. No quería que siguiera acercándose a la castaña y que le hiciera dar cuenta que era el correcto. Quería ser todo lo que ella deseaba, y que sólo tuviera ojos para él, pero si el pelinegro seguía vivo, eso sería imposible, por lo que debía encargarse de él.
Su celular vibró, por lo que lo sacó del bolsillo de su pantalón y al ver que era Yehyun, no pudo evitar sonreír.
¿Cómo te encuentras hoy, Taehyung?
Bien.
Tecleó la respuesta rápidamente y al enviárselo, volvió a guardar el celular, para luego dirigirse a la ducha. Tenía demasiadas cosas que hacer ese día, por lo que no podía perder el tiempo y buscar tener una conversación con ella, además si quería dejarla ir tenía que alejarse por completo.
Su frustración crecía cada segundo al saber que con el dinero que ganaría, Soohyun se quedaría con la mayor parte y no sabía cómo decírselo a Jin, Jimin y Suni, porque estaba seguro que desataria la furia de ellos. Mucho menos podía decirle a los demás hombres porque si se enteraban que había alguien por encima de él, sabía que no dudarían en ponerse en su contra y ya tenía suficiente de traiciones.
(...)
Jungkook estaba junto a la Jefa de policía en una patrulla. Veían a lo lejos un bar antiguo, que parecía estar por derrumbarse en cualquier momento.
Aunque trataban de concentrarse en el operativo la tensión en aquel vehículo era demasiada y los recuerdos solían invadir sus mentes. Pues, después de haber tenido relaciones, hicieron como si no hubiese pasado nada, y sólo se dirigían la palabra cuando era necesario.
Sabían que como personas adultas lo correcto era hablar de lo sucedido, pero ninguno era capaz de dar el siguiente paso. Eso hacía que la tensión creciera y que algunos se dieran cuenta de que algo pasó, como era el caso de Saha y Namjoon, el cual sabía que pasó entre los dos, ya que los escuchó cuando quiso hablar con su Jefa, pero decidió no entrar y dejar ese tema para después.
Jungkook de todas maneras le había contado, llevándose la gran sorpresa de que sabía, por lo que su mejor amigo le decía todo el tiempo que debía hablar, porque terminaría perjudicando el trabajo de ambos. Este prefería hacer oídos sordos a enfrentar la situación, ya que no tenía idea de lo que sentía luego de lo sucedido.
En el operativo del momento Yangmi estaba trabajando junto a algunos de la Fuerza Especiales. Mandó uno de sus hombres a ser parte de los tantos que tenia V. Pues, gracias a eso sabían de la llegada de Gyeong, por lo que estaban ansiosos por matar dos pájaros de un sólo tiro, pero a la vez nerviosos de que todo saliera mal.
El hombre que estaba de encubierto llevaba un pequeño micrófono, por lo que estaban atentos a lo que sucedía allí dentro, que por el momento todo parecía estar saliendo bien.
—Por lo que se escucha no deben ser más de siete hombres y una mujer allí —comenta Jungkook, atento a la conversación.
—Aún así, unos tres deben ser de la absoluta confianza de V —suspira—. Es demasiado peligroso lo que está haciendo.
El pelinegro la miró por un momento y esta bajó la mirada, sintiendo sus mejillas arder, por lo que al notar sus nervios decidió hablar, ya que no soportaba más la tensión, que alguna que otra vez era sexual, pero esta vez era por la incomodidad.
—Yangmi...
—¿Por qué cubren sus rostros con esos pañuelos? —pregunta Minwoo.
—¿Por qué nos arriesgaríamos a que ustedes que no son de confianza nos vieran? —pregunta una voz más clara y aguda que las demás, que sigue siendo masculina.
—¿V también cubre su rostro?
—¿Eso a ti qué? —cuestiona una voz más grave.
—L-Lo siento, soy algo curioso.
Siguieron escuchando alguna que otra voz como también una risa femenina, pero el policía encubierto parecía estar más que nervioso, ya que antes sólo había estado con el más bajo, lo que les hacía cuestionarse cada vez más si iba a salir bien.
—Ésto es una porquería —habla Jungkook—. Saldrá mal. Lo arruinará. El plan es atrapar a V y Gyeong.
—¿Tú estuviste en la cárcel? —pregunta una voz femenina.
—Sí, en dos mil seis —responde con simpleza.
Siguieron escuchándose voces que no lograban distinguir, como tampoco entender muy bien lo que sucedía allí dentro, lo cual les frustraba.
— Deberías ir con Saha, ya hay que prepararse, y yo debo comunicarme con el agente que está en el aeropuerto.
(...)
Jimin quedó a cargo de los tres hombres, mientras que Jin y Suni iban a revisar que todo estuviera en orden y a buscar alguna botella de alcohol, para así recibir bien a V y a Gyeong, pues confiaban que el más bajo pudiera encargarse.
—¿V está por llegar?
—¿Por qué haces tantas preguntas? —pregunta desconfiado, mientras finge una voz más áspera.
—Como ya he dicho, soy algo curioso —ríe un poco tratando de esconder sus nervios.
—Pues, ¿conoces el dicho "la curiosidad mató al gato"? —alza una ceja.
—Vamos, sólo es una simple pregunta —traga en seco.
—¿Y por qué estuviste en prisión?
—Por llevar tres kilos de cocaína y posesión de armas de fuego.
—¿Tú? —ríe al ver su pierna subir y bajar por los nervios.
—No sabes con quién hablas —enfrenta su mirada, al sentirse cada vez más pequeño en su silla por la intimidante mirada de Jimin—. ¿Gyeong...?
—Tienes razón, quizás no sé tu verdadero nombre —alza una ceja y se levanta para acercarse a este—. Pero...eres policía, ¿cierto?
—¿D-De qué hablas? —titubea nervioso.
—Lo eres —ríe cínico.
—¡No! Ya he dicho que sólo soy un maldito que estuvo en prisión...
Jimin soltó un quejido por la frustración que comenzaba a cargar en ese momento. Se suponía que nada podía salir mal y estaba frente a un policía que podía llegar a arruinar sus planes, cosa que no podía permitir si quería seguir con vida.
Gyeong estaba a nada de llegar con su Jefe y no podía ver el cuerpo de aquel policía, por lo que debía hacer un trabajo estupendo para esconderlo, pero empezaba a pensar que si él se encontraba allí, quizás había más vigilándolos.
Lo tomó del brazo haciéndole bajar los tres escalones casi a rastras, y lo tiró al suelo, provocando que soltara un gemido de dolor.
—¡¿Creíste qué podrías salir con vida?! —alza la voz y los demás se acercan algo asustados por la situación—. Maldito policía asqueroso —tomó su celular para marcar el número de V.
—¡¿Qué haces?! —grita asustado al ver como lo apunta.
—V, no vengas aquí. Hay un maldito policía infiltrado y seguramente hay más vigilándonos. Quizás hasta a ti.
—Deshazte de ellos, mierda.
—¡No soy un policía! —grita asustado—. ¡Lo juro!
Este asintió guardando nuevamente el celular en el bolsillo de su pantalón, y cuando lo vio sacar su arma de la parte trasera de su pantalón, sin dudarlo le disparó en el pecho, llevándose una gran sorpresa.
—¡Policía! ¡Bajen sus armas ahora mismo! —grita una voz masculina, entrando a aquel bar antiguo, sorprendiendo a todos.
Levantó la cabeza encontrándose con dos policías que rápidamente distinguió. Saha y Jungkook, los cuales al ver al policía muerto este suspiró y ella hizo una mueca. Sus ojos se abrieron más por la sorpresa, pues a quienes tanto detestaba se encontraba frente a él a punto de saber quién es.
—¡Baja el arma ahora mismo! —ordena Saha, acercándose a este—. ¡Al suelo ahora!
Tembloroso dejó el arma en el suelo y llevó sus manos a su nuca, pensando qué llegó el fin del grandioso Park Jimin, que aquella pelinegra logró arrebatarle al hombre de su vida, y también arruinó su vida por completo al descubrir su identidad.
Tragó con dificultad bajando su cabeza, mientras escuchaba a los demás también colocándose de rodillas, lamentándose haber decidido entrar a aquel mundo.
Jungkook se sentía completamente frustrado, pues el policía que acababa de morir, tal como había dicho él, arruinó todo el plan siendo demasiado obvio, por lo que se reprochaba al no haber insistido en ser el infiltrado.
Miró con odio al hombre que llevaba gorra y pañuelo, arrodillado frente a él, y después volteó a ver a los demás.
—Aquí había más personas —murmura y Saha mira a su alrededor, principalmente, donde se encuentran unos telones naranja a su costado—. ¡Quítate la gorra y el pañuelo!
Cuando Jimin cautelosamente llevó las manos a su gorra, un disparo proveniente de donde estaban los telones a un costado de estos, los hizo sobresaltar. Al escuchar el golpe en seco del cuerpo cayendo al suelo, un grito de susto escapó de la boca de uno de ellos.
¡Hola!
¿Qué opinan sobre Taehyung y Dalmi?¿Qué creen que haya pasado al final? Quiero leerlos jujuu
Lamento si no les gusta que no aparezca Yehyun y que narre sobre otros personajes que no son ella, JK o Tae, pero es necesario. Igual sólo va a pasar en unos dos o tres capítulos a lo largo de la historia
En fin, espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar, amores
¡Nos leemos pronto!
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