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51; REGRESO

REGRESO

Al despertar se encontró con Jungkook, el cual estaba aferrado a ella como si tuviese miedo de que se fuese de su lado, mientras dormía. Tenía sus labios entreabiertos, estqbq profundamente dormido, por lo que empezó a admirar cada centímetro de su rostro, sintiéndose maravillada por su belleza y por el momento tan especial que estaban compartiendo.
Jamás se esperó volver a revivir los viejos tiempos, volver a despertar y tenerlo a su lado durmiendo, volver a sentir sus fuertes brazos rodearla donde la paz la invadía. No quería que acabara aquel momento, no quería volver a la realidad donde iba a terminar destrozada. Sólo quería pasar más tiempo junto a él, vivir en aquel mundo donde todo era de color de rosas y no había ningún mal a su alrededor.

Miró sus expresiones relajadas, mientras pasabq el dedo por sus cejas gruesas y luego por su mejilla, su piel es tan suave y tersa que le encantaba. Bajó hasta sus labios el superior más delgado que el inferior, aquellos labios rosados, que eran tan adictivos y no quería dejar de probar. Acarició el inferior para luego bajar hasta donde tenía un lunar y una sonrisa se dibujó en sus labios, aquel lunar le encantaba tanto como los que tenía en la nariz, el que tenía en el puente casi igual como ella.

De pronto Jungkook se puso sobre ella, provocando que escapara un chillido de sus labios ,por el susto y él soltara una carcajada. Abrió los ojos acariciando su mejilla delicadamente, sintiéndose aún como en un sueño.

—Buenos días, pequeña —su voz sale profunda.

—Me asustaste, tonto —golpea su brazo firme.

Rozó sus narices y juntó sus labios en un tierno beso, pero este pasó la lengua por su labio inferior, deslizándola por el interior de su boca, besándola de manera hambrienta. A pesar de que habían tenido una noche ardiente, la necesitaba nuevamente, pero esta vez no quería hacerlo de una manera brusca, quería hacerlo como a él le encantaba y como llegó a acostumbrarla a ella.

Sus besos húmedos bajaron por el cuello de la castaña, mientras acaricia su cintura, y ella podía jurar que aquellas caricias llegaban a estremecerla. Inclinó su cabeza hacia atrás jadeante, arqueando las caderas provocando la fricción y que este pudiese sentir que tan húmeda se encontraba por él.

—Jungkook, te necesito —murmura con la respiración agitada, apegándolo más a ella.

La fricción volvió a suceder a lo que él soltó un gemido y lentamente deslizó el miembro a su entrada, mientras la miraba fijamente perdiéndose en su mirada.

—Te necesito —murmura en su oído ahogando un gemido—Quiero seguir despertando contigo a mi lado, quiero poder hacerte el amor cada día, quiero llegar del trabajo y saber que tú estás esperándome con una sonrisa, o irte a buscar a tu restaurante al salir —junta sus labios nuevamente—. Quiero estar a tu lado siempre, porque te amo, Yehyun —acaricia su labio inferior, mientras ella lo mira enternecida y no puede evitar gemir por sus embestidas—. Te amo, pequeña.

Volvió a juntar sus labios introduciendo su lengua nuevamente en su boca, besándola con pasión y ella llevó las manos a su espalda enrollando las piernas, disfrutando del momento.

Yehyun en un momento decidió cambiar de posición, colocándose sobre él para sentirlo más profundo, enredando los brazos en su cuello, mientras soltaba un gran gemido al sentirlo, y este gruñó. Con una mano la ayudaba con los movimientos, mientras la otra la llevaba a sus pechos, para besarlos, succionarlos y jugar con ellos, haciéndola jadear.

Juntó sus labios nuevamente mordisqueando el inferior y juntaron sus frentes. Sus respiraciones se mezclanan, mientras ella daba pequeños saltos sobre él y gemidos escapaban de sus labios.
Las paredes de Yehyun se contrajeron y soltó un grito con su nombre, este siguió embistiéndola, pero aumentando el ritmo, hasta que la llenó de él soltando un gran gemido de placer.

Jungkook la miró con su rostro enrojecido y sudado, pasando la mano por la frente de ella sudada, regalándole una tierna sonrisa, tratando de recuperar el aliento. En ese momento Yehyun supo que aquel cuento de hadas llegó a su fin, y era hora de volver a la realidad, lo que la hacía querer romper en llanto, por lo que se aferró a él escondiendo su rostro en su cuello, tratando de que las lágrimas no cayeran.

















(...)

















Jungkook salió de la ducha para dejar que Yehyun se bañara y se puso a preparar el desayuno, apagando su celular ya que había estado recibiendo llamadas de Namjoon y de Yangmi, por no presentarse. Estaba realmente concentrado y no podía dejar de sonreír, pues los momentos que estaba pasando con la castaña lo tenían así. Estaba realmente embobado y temía estar soñando, porque deseó tanto regresar a su lado, poder darle su amor sin sentir miedo de que fuese rechazado, que no podía creerse que estuviese pasando.

Al verla también con su cabello húmedo, caminando a paso inseguro, se acercó a ella con un vaso de jugo de naranja en su mano.

—Ten —deja un pequeño beso en sus labios y le entrega el vaso. Ella rápidamente le dio un sorbo sintiéndose estremecerse.

—¿Jungkook?

—¿Qué sucede, pequeña? —lleva un trozo de banana cortada a su boca—. Siéntate para comer.

—Necesitamos hablar...

El timbre sonó desconcertándola, mientras el pelinegro se tensó, porqie empezaba a preocuparse por sus palabras.
Caminó hacia la puerta, soltando un suspiro de frustración porque al fin tomó el valor, pero fue interrumpida por alguien.

Al abrir la puerta y encontrarse con su madre, frunció el ceño desconcertada.

—¿Mamá?

—Buenos días, hija —pasa por su lado y al ver a Jungkook frunció el ceño, pero al notar que ambos están con el cabello húmedo, sonrió—. Oh, has vuelto, Jeon Jungkook.

—Buenos días, señora —hace una reverencia algo nervioso.

—¿Por qué nunca me dijiste que dejaste al imbécil de Taehyung, para estar nuevamente con alguien bien como lo es Jungkook?

—Mamá, no —resopla frustrada—. ¿Qué haces aquí?

—Y ya no sigas diciéndome señora. Dime Goeun —le reprocha al pelinegro— ¿Están desayunando? Genial, muero de hambre ―sonríe siguiendo a ambos a la cocina.

—¿Qué rayos hace aquí? —murmura molesta cuando Jungkook la toma del brazo.

—Hey, cálmate —deja un beso en su frente―. Seguro sólo estará aquí unos pocos minutos.

Ambos tomaron asiento junto a Goeun, la cual comía con total confianza sin notar la incomodidad de los jóvenes, reprochándoles por comer en la cocina y no por hacerlo en el comedor, pero ambos ya estaban acostumbrados.
Comenzó a hablar de su trabajo y de lo bien que le estaba yendo, a la castaña le gustaba volver a verla resplandeciente y arreglada, como siempre, pero que llegara en el momento menos oportuno le molestaba de gran manera.

—¿Has vuelto a ver al imbécil de tu padre? —pregunta tratando de ocultar su interés.

—No, claro que no. Y no sé si viajaré hasta Busan para verlo...

—Yo puedo acompañarte, sabes que conozco todo Busan como la palma de mi mano —interviene ilusionado.

—No lo hagas, ¿entendido, Yehyun? No vuelvas a ver a esa basura. Merece pasarse el resto de su vida en prisión sin ser visitado por nadie —escupe furiosa.

—No sé si se lo merece...

—¡Claro que sí! —alza la voz, logrando sobresaltarla—. Nos hizo quedar mal frente a todos. Nos mintió en nuestra propia cara con ser un buen hombre, y por si lo olvidas a ti nunca te quiso.

—No diga eso —habla Jungkook, preocupándose por la castaña—. Yo hablé con él y sé que la quiere. Es su hija.

—¡Ja! Eso sólo fue otra mentira, como la de que era un buen hombre y admirable —ríe cínica—. Baek siempre quiso demostrar ser lo que nunca pudo, aún me arrepiento de no haber aceptado a quien me madre me decía que era mejor.

—Creo que lo mejor es que te vayas, mamá —Yehyun se levantó, tratando de ocultar sus ganas de llorar.

—Acabo de llegar...

—Creo que es lo mejor —habla el pelinegro—. Además, quedé en llevarla a un lugar.

—Está bien —suspira levantándose—. Por cierto, me gusta saber que has seguido mis consejos y regresaste con Jungkook —pellizca la mejilla de su hija—. Nos vemos pronto, cariño.

En cuanto Goeun salió, el policía cerró la puerta soltando un suspiro, para después acercarse preocupado a la castaña. Cuando la conoció creyó que era dulce con su hija, pero notaba que se había equivocado.
No le importaba ser hiriente con ella con tal de que siguiera sus órdenes.

—Pequeña...—la envuelve en sus brazos—, no hagas caso a sus palabras. Él no me hubiese pedido que te proteja si no fuese porque te quiere.

—No lo sé —dice con voz temblorosa aferrándose a él.

Le gustaba poder aspirar su aroma, poder sentir su calor corporal. Cuando la tenia en sus brazos podía sentir que sus demonios se calmaban  y a ella le gustaba escuchar los latidos de su corazón que la llenaban de paz, por lo que juntó las fuerzas necesarias para decir lo siguiente.

—Ésto no está bien, Jungkook —se aleja enfrentando su mirada.

—¿A qué te refieres?

—Ésto. Lo que sea que construimos en menos de un día.

—Tiene que ser una broma —suelta una pequeña risa amarga.

—No lo es —traga saliva y lo mira tratando de demostrar seguridad en sus palabras—. Es mejor que no volvamos a vernos, porque claramente no podemos ser amigos.

—No puedes hacerme ésto, Yehyun —la angustia se refleja hasta en su mirada.

—Lo siento. Estuve mal al crearte ilusiones...

—¡Me utilizaste por despecho! —grita molesto, provocando que ella se sobresalte.

—Jungkook...

— No significo nada para ti —voltea suspirando tembloroso, mientras pasa los dedos por su cabello tirando de este.

—¡No es eso! Pero Taehyung no se merece ésto.

—¡Taehyung te abandonó como si no significaras nada, y aún así, me utilizaste! —la mira dolido con sus ojos cristalinos al igual que ella.

—No digas eso —limpia sus lágrimas.

—Es la maldita verdad —dice entre dientes—. Ahora yo no quiero volver a verte.

—¡Jungkook!

—Jódete tú y que se joda Taehyung —escupe furioso—. ¿Después de lo que pasó entre nosotros, crees que podrán seguir como si nada? —ríe cínico y pasa la lengua por el interior de su mejilla, tratando de mantener la calma para no decir algo de lo que pudiera arrepentirse—. Jódanse.

Jungkook tomó el celular que dejó en la mesada, y salió dando un portazo, mientras rompía en llanto, sintiéndose un imbécil por haber creído que podrían volver a ser lo de antes, por creer que había vuelto a recuperarla.

Yehyn comenzó a llorar desconsoladamente cuando escuchó el sonido de su coche alejarse. Lloró por él, por ella, por lo que fueron por unas horas que fue especial, como lo habían sido antes de que él arruinara las cosas.
Pero es que la culpa se instaló en su pecho, a pesar de que Taehyung se había ido sin ser capaz de enviarle un mensaje. Eso no le permitía entender si terminaron o no, si tenía que seguir esperándolo con sus brazos abiertos, porque hasta ayer estaba convencida de que ya no lo haría, que su noviazgo había llegado a su fin, motivo por el que le había enviado ese mensaje.















(...)













Yehyun se dirigió a la casa de su mejor amiga. Necesitaba hablar con ella urgentemente y largar todo lo que había sucedido porque sentía que estaba asfixiándola no poder hablar.

Al ver un coche frente al suyo, se desconcertó, pero aún así se bajó y comenzó a caminar hacia la entrada, llevándose una gran sorpresa al ver la puerta entreabierta, pues su amiga no es así de descuidada, al contrario era demasiado miedosa.
Decidió entrar cuidadosamente, sobresaltándose al escuchar una voz, así que comenzó a acercarse lentamente.

—Espero que entiendas lo que te digo —dice una voz masculina en casi un murmuro, lo que no le permite reconocer de quién podría ser.

—Jimin...

Al escuchar ese nombre se acercó rápidamente a la cocina, llamando la atención de ambos, llevándose una mirada de preocupación por parte de Hyewoon.

—No puedo creerlo —ríe cínica—. ¿Luego de destrozar a Yoongi, sigues viéndote con él?

—No es así...

—¿No es así? ¡Está contigo! —lo señala y este la mira frustrado.

—Ésto no es asunto tuyo...

—¡Tú cállate, maldito imbécil! —grita molesta.

—Realmente, no entiendo qué vio Taehyung en ti —escupe con desprecio—. Sólo eres un puto dolor de culo...

—Jimin, cállate.

—Escúchame bien —la castaña se acerca a él amenazante—. Ni se te ocurra volver a acercarte a Yoongi, porque te juro que te arrepentirás.

Este no pudo evitar reír burlonamente,  mientras se acercaba aún más dejando sus rostros a pocos centímetros.

—¿En serio lo haré? —la mira desafiante lo que la hace estremecer y más al ver la profunda oscuridad en su mirada.

—Dios, pareces un maldito psicópata.

—Yehyun, escúchame...

—¡Cállate! —voltea a verla—. Quédate con Jimin, ambos son la misma mierda de persona.

Comenzó a dirigirse hacia la salida, sintiendo como su corazón daba un vuelco al escuchar a su amiga sollozar, cayendo de rodillas, pero al voltear y ver como Jimin la abrazaba, sintió como la rabia volvía a ser parte de ella.
No podía creer como a quien conocía hacía años, er una total desconocida que no le importaba lastimar a sus amistades.
Quería borrar todos los recuerdos con ella, olvidar lo importante que era para su vida y la de Yoongi, porque no sabía cómo iba a decirle a él que los volvió a ver juntos.

Mientras se dirigía a su casa no podía evitar sentir mucho dolor, cada día iba aumentando y nuevas heridas aparecían, por lo que comenzaba a creer que este nunca se iría porque todavía no logró sanar las del pasado cuando nuevas aparecían.
Quería correr, huir sin mirar atrás y sin darle importancia a quienes amaba, deseaba empezar de cero sin ninguna herida que la atormentara, pero eso era imposible.

Al llegar no alcanzó cerrar del todo la puerta cuando una mano la detuvo, por lo que se sobresaltó y volvió abrirla, sintiéndose completamente paralizada, sin poder creerlo.

Taehyung estaba frente a ella. Llevaba un suéter negro, un pantalón café y zapatillas blancas. Su cabello estaba más corto a sus costados y atrás, pero aún arriba convervaba sus rizos que caían un poco hacia sus costados, y en sus manos tenía un gran ramo de rosas.
Su regreso logró paralizarla y sorprenderla, por lo que no sabí cómo actuar, cómo era correcto luego de tanto tiempo.

—He vuelto, mi amor —murmura con una gran sonrisa en su rostro, mientras sus orbes brillan al verla, pero también logra ver algo de temor en ellos.

―¿Q-Qué haces aquí? —titubea, sintiendo como si su corazón hubiese dejado de latir.

—Llegué a Seúl hace unas dos horas —admite tímido.

—Taehyung...

—Pasaré.

Este al encontrarse frente a ella quiso darle las rosas, pero al ver como lo ignoraba cerrando la puerta comenzó a adentrarse al living, sintiendo como la tensión crecía cada segundo al igual que su miedo.

—Taehyung, no entiendo...

—Sé que no me creerás, pero tuve que viajar a Brasil y todo este tiempo estuve ocupado...

—¿Me dirás que no tuviste un momento para contestar mis llamadas, o enviarme un maldito mensaje? —pregunta cínica.

—Dejé mi celular y realmente no tuve tiempo para nada. Sé que estás molesta y lo entiendo perfectamente —la mira con sinceridad y toma sus manos—. Pero realmente, te eché de menos...

—Púdrete, Taehyung —se suelta bruscamente―. Púdrete tú y tus excusas sin sentido.

El castaño realmente la entendía, pues había desaparecido por dos semanas y en ese tiempo no se comunicó con ella, lo que le hacía pensar que quizás sintió que la había abandonado, que no quería saber más de ella porque las llamadas no fueron suficientes. El simple hecho de pensarlo provocaba que su corazón diese un vuelco, porque era incapaz de hacerlo por el gran amor que sentía lo que lo aterrorizaba.
No puede decirle que básicamente Soohyun lo había secuestrado obligándolo a hacer lo que quería, no podía decirle que su vida había corrido peligro día tras día, y que ahora más que nunca porque no logró encontrar a Rix.

En ese tiempo la había extrañado demasiado, había extrañado sus abrazos, el despertar y verla junto a él durmiendo plácidamente, mientras este la admiraba. Había extrañado su risa excéntrica, había extrañado todo de ella, al punto de que había llorado algo que le daba vergüenza admitirlo. Pero es que estaba perdidamente enamorado y acostumbrado a verla cada día, aunque Jin se encargó de despertar sus celos e inseguridades lo que había hecho que sintiera desesperación por verla, y saber que todo se encontraba como siempre.

Después de todo, ¿qué tanto podían cambiar las cosas en tan sólo dos semanas?

—Mi amor...

—¡No me llames así! —grita pasando por su lado, sin ser capaz de verlo a los ojos que demuestran amor como temor.

—Sé que estás molesta...—voltea a verla.

—¡¿Molesta?! —ríe cínica—. ¡Estoy en números rojos!

—¿Números rojos? —frunce el ceño mirándola desconcertado.

—¡Todo este maldito tiempo en el que desapareciste fue un caos! ¡Siento mucha rabia, dolor, desesperación y culpa! —sus ojos se cristalizan—. ¡Tú sólo te fuiste sin más, sin importarte qué sería de mí y piensas que puedes volver como si nada! Que abriré mis brazos y todo seguirá como si nada hubiese pasado —rompe en llanto—. Pues, no. Fueron dos semanas. Dos putas semanas, Taehyung, donde te necesité para ver a mi padre porque lo transfirieron a la prisión de Busan —se cubre la boca con la mano, ahogando un sollozo—. Dos semanas donde creí que me habías abandonado, que habías renunciado a nuestro amor, que no te importaba para nada y que quizás habías vuelto con Dalmi, pero no eras capaz de decírmelo.

—No digas eso —se acerca sintiéndose culpable—. Estoy perdidamente enamorado de ti, Yehyun. Es más, tengo miedo del gran amor que siento por ti...

—No es cierto. No lo digas.

Limpió sus lágrimas y al encontrarse con sus ojos que demuestran sinceridad, sintió como la culpa comenzaba a asfixiarla, dándose cuenta del terrible error que cometió en las horas anteriores con Jungkook.
¿Cómo podía ser capaz de decirle lo que hizo? ¿Cómo podía ser capaz de decirle que se había entregado nuevamente al hombre que no lograba olvidar? ¿Cómo podía decirle que luego de las horas que había pasado con Jungkook, estaba segura que seguía ocupando un gran lugar en su corazón, y ahora aún más? Aquellas preguntas aparecieron en su cabeza y no sabía cómo deshacerse de ellas, pero es que no podía actuar como si nada, porque eso iría en contra de sus ideales. Siempre por más que le costara era sincera, odiaba las mentiras más que nada, por lo que no podía mantenerse callada, a pesar de saber que iba a hacer añicos su gran corazón.

¡Hola!

Ésto ya parece un maratón de 3 capítulos, pero recibió un buen apoyo el capítulo anterior y decidí actualizar jajsjs

¿Creen que Yehyun va a ser capaz de decirle la verdad? Si llegara a pasar, ¿cómo creen que reaccione Taehyung?

Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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