Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4O; TRIÁNGULO AMOROSO

TRIÁNGULO AMOROSO

Una vez que Yehyun logró calmar su llanto sin romper nuevamente minutos después, Jungkook la llevó a una cafetería para poder hablar con tranquilidad. Quería golpear a su padre por haberla decepcionado de tal manera, por haber fingido ser un buen hombre por tanto tiempo, mientras la despreciaba. Pero también quería golpearse a sí mismo, porque debido a él hace tiempo que no veía una verdadera sonrisa en su rostro, y el brillo especial que contenían sus ojos avellanas.
Había querido ser distinto, demostrarle que sí era un hombre que valía la pena, pero había terminado rompiéndola como los demás y siempre iba a arrepentirse por eso.

Levantó la mirada encontrándose con sus ojos tristes y su maquillaje corrido, dejándose notar lo destrozada que estaba y por primera vez parecía no importarle la forma en la que se veía.

—¿Cuánto tiempo nos ha mentido a mi madre y a mí? —pregunta indignada, mientras mira su taza de café.

—No lo sé exactamente, pero años —hace una mueca—. Quizás con ese dinero compró tu restaurante...

—No. Lo compré con la herencia que me dejó mi abuela —lo mira con los ojos cristalinos y este suspiró aliviado—. ¿Cómo pude ser tan idiota para no darme cuenta de quién es en realidad?

—No puedes culparte por eso —toma su mano—. Hay personas que saben ocultar bien quiénes son en realidad.

—Pero es mi padre —su voz suena más aguda de lo normal—. Nunca fue capaz de darme algo de atención o cariño, siempre se la pasaba en su despacho o trabajando. Nunca estaba realmente para nosotras, era muy obvio que algo ocultaba, pero ¿ésto? —cubre su boca con la mano por un momento, mientras niega con la cabeza—. ¿Por qué?

Jungkook quería abrazarla nuevamente, sentía sus brazos arder por aquel impulso, pero temía que ella no quisiera su abrazo en ese momento, sino el de alguien más.

—No sé demasiado. Pero en cuanto se pueda, deberías hablar con él para acabar con todas tus dudas y...

—¡No! No quiero volver a verlo —responde rápidamente—. Mi padre está muerto.

—Yehyun, tu padre está vivo...

—¡Para mí falleció hoy! —grita furiosa, levantándose lo que lo hace sobresaltar.

—No sabes lo que dices —murmura negando con la cabeza—. Tu padre aún está vivo y te quiere, Yehyun. No puedes dejarlo solo...

—Mi padre no es un maldito narcotraficante que engañó a su familia por varios años —limpia sus lágrimas, sintiéndose temblar por la rabia—. Preferiría que estuviese muerto.

—Yehyun...

—Quiero irme a casa —se abraza a sí misma, sintiendo la brisa fresca entrar por la puerta de la cafetería que estaba abierta.

—Está bien. Te llevaré a tu casa.

—No es necesario...

— Vamos —dice sin más, levantándose para comenzar a caminar hacia el mesero que los atendió, así le pagaba.

Una vez en el coche, Jungkook durante el camino miró por momentos a Yehyun, la cual no dejó de mirar por la ventanilla. Se sentía frustrado por su manera de pensar respecto a su padre, pues el hecho de que lo diera por muerto no le gustaba para nada, ya que él sabía lo que era perder de aquella manera a un padre.
Lo extrañaba cada día, necesitaba de él y sus sabios consejos, por lo que daría lo que fuese por tenerlo a su lado de la manera que sea, mientras que la castaña prefería que el suyo estuviera muerto.











(...)














Taehyung intentaba concentrarse, pero se perdía en sus pensamientos, sin poder evitar recordar el momento en donde Baek fue esposado y Yehyun se derrumbó. Aún podía escuchar su llanto desconsolado y sus gritos, como también recordar su mirada de enojo hacia él, lo que lo hizo estremecer y odiarse a sí mismo por sentirse aliviado de haber salido ileso de la situación, gracias a Soohyun.

Sacudió su cabeza llevándose una mirada de confusión por parte de Seokjin, pero aún así, volvió a ver hacia el hombre que estaba atado a la silla en una pequeña bodega.
Su rostro estaba ensangrentado y uno de sus ojos cerrado por los golpes de Taehyung.

—¡Dímelo! —grita nuevamente el castaño, pero no recibió respuesta—. ¡Abre la maldita boca! Quiero saber su plan.

Lo golpeó con su puño en el rostro, provocando que girara la cabeza y escupiendo más sangre, pero para sorpresa de ambos soltó una risa amarga.

—No lo haré.

Aquel hombre aparentaba unos cincuenta años, era de tez blanca, cabello castaño algo largo y ondulado, cejas gruesas, ojos cafés, nariz ancha, labios carnosos y llevaba barba creciente.

Era la mano derecha de Balam, uno de los tantos enemigos de V a causa de lavado de dinero, algo típico del castaño, pero en su defensa, este lo había traicionado primero, llevándose un camión con las armas que necesitaba para sus hombres.

—¿No hablarás?

—Le soy leal a Balam. No soy como tus hombres —ríe.

Taehyung asintió presionando los labios y se alejó de aquel hombre, observando sus nudillos enrojecidos que le comenzaron a arder. Rápidamente supo que la sangre que tenía no era sólo de ese hombre, sino también suya, por lo que suspiró.
Escuchó unos pasos detrás de él por lo que se encontró con la mirada de Jin, que demostraba que no estaba para nada de buen humor, lo que despertó su curiosidad.

—¿Qué sucede contigo?

—No estoy para estas mierdas hoy —murmura el castaño—. Con lo de Baek ya he tenido suficiente.

—Perfecto —lleva las manos a la cadera.

— ¿A ti qué te sucede?

—Si Jimin cree que puede seguir jugando conmigo, lo mataré.

—¿A qué te refieres?

— Sólo dile que mantenga su distancia —alza una ceja—. Por cierto, Dakho está buscándote y nos está dando problemas.

—Debe aceptar que su hijo murió porque no quisieron ayudarme como yo los ayudé —chasquea la lengua—. Si sigue dando problemas, haz que lo encierren en prisión que es donde no está gracias a mi dinero.

—Como digas, V.

—¿Han logrado averiguar algo acerca de Soohyun?

—No. Es un trabajo imposible, sabes que es demasiado bueno escondiéndose.

—Él fue la única vez que no disparé en la maldita frente y está vivo —suspira—. No sabes cuánto me arrepiento.

—Ya es muy tarde para arrepentimientos.

—Tienes razón. ¿Puedes encargarte de hacer hablar este imbécil? —apoya la mano en su hombro y este asintió—. Iré a ver a Yehyun que debe necesitarme.

No le importó dejarla en la estación de policía sabiendo que Jungkook estaba allí, porque confiaba en ella. Tanto así que decidió decirle a sus hombres que no le informaran con quién estaba o dónde, que sólo tenían el deber de protegerla. Ahora quería estar allí para ella porque sabía que debió cerrar su boca, ya que no era el momento correcto de decir algo así, por lo que estaba arrepentido y se detestaba por ser tan impulsivo.

Medio sonrió en agradecimiento, por lo que Jin volteó para dirigirse nuevamente hacia el hombre, y Taehyung volteó para caminar tranquilamente hacia la salida, escuchando sus murmuros, hasta que un grito lo hizo sobresaltarse.

—¡Por favor, no!

Volteó rápidamente desconcertado, pero al ver como Jin pasó una navaja por su cuello, provocando que la sangre comenzara a brotar rápidamente, para luego soltar su cabello bruscamente, no pudo evitar abrir sus ojos a la par por la sorpresa.
La sangre empapó la camisa blanca de aquel hombre y caía sobre el suelo, mientras que el más alto limpiaba la sangre de la navaja con sus dedos, para luego cerrarla y guardarla en su pantalón como si hubiese hecho algo de siempre.

Taehyung se sentía paralizado en su lugar, sin poder creerse lo que su amigo habua hecho, hasta que sus miradas se encontraron. El volver a ver esa oscuridad que lo destacaba hacía seis años atrás cuando a él le causaba terror, se tensó.

—Seokjin...

—Le pregunté si hablaría y dijo que no. No pregunto dos veces —aclara alzando una ceja.














(...)












En todo el camino Jungkook y Yehyun fueron en completo silencio que no fue incómodo para ninguno. Pues, el pelinegro no dejaba de verla con preocupación, y ella estaba perdida en sus pensamientos, ahogándose en la tristeza consumidora.
Al bajar sintió nuevamente la brisa fresca, pero comenzó a caminar hacia la entrada, hasta que sintió la mano del policía cerrarse en su muñeca, provocando que volteara a verlo.

—Estoy aquí para ti, pequeña —la envolvió en sus brazos.

Aunque intentara ser fuerte no podía serlo al darse cuenta que su familia estaba destruida. Había vivido en una mentira por años, había soportado los maltratos de su padre quien fingía ser mejor persona que todos, y decía que ella sólo arruinaba la apariencia de la familia. De sólo recordarlo sentía su sangre hervir y quería gritarle sus verdades, pero no soportaría verlo.
Sentía que había una tormenta en su interior que no podía controlar, deseaba poder levantarse como hacía cada vez que intentaban romperla, pero esta vez tenía miedo y se sentía completamente sola. Eso hizo que se aferrara al pelinegro, sintiendo el calor corporal que tanto necesitaba aunque fuese doloroso por lo sucedido.

El policía no pudo evitar sonreír a medias al sentir como se aferraba a él, porque la ilusión de que sea lo que necesitaba en ese momento empezaba a crecer, como también la ilusión de volver a recuperarla, aunque no quería aprovecharse de su estado de vulnerabilidad. Quería estar para ella y demostrarle que realmente valía la pena, que todo lo sucedido no fue mas que un error que pensaba enmendar.

—¿Qué carajos hacen?

Aquella voz grave los hizo separar rápidamente. Cuando Jungkook se encontró con la mirada oscura de Taehyung, soltó una risa cínica, pues siempre llegaba de manera inesperada en el momento menos conveniente.
Yehyun lo miró sorprendida sin saber qué decir, ya que no se esperó para nada volver a verlo esa noche. Luego de la discusión que habían tenido, creyó haberle dejado en claro que no quería volver a verlo.

—Vine a traerla a su casa —responde con simpleza, y bajó su mirada a los nudillos lastimados de Taehyung, que al notarlo rápidamente escondió su mano en el bolsillo de su pantalón—. ¿Y tú?

—Vine a ver a mi novia que me necesita —responde socarrón—. Tú estás de más aquí.

—Te necesita y la dejaste como si nada sola en la estación de policía —suelta una risa cínica—. Vaya, eres tan buen novio, Kim Taehyung. Vamos, ¿por qué no mejor te largas que al parecer estabas entretenido?

—Bien, ya basta —interviene Yehyun—. No voy a soportar una pelea entre ustedes. Ya tengo suficiente, ¿no se dan cuenta?

Estaba realmente agotada. Ese día había tenido más que suficiente, y no podía soportar un enfrentamiento entre los hombres que habian robado su corazón. Volteó a ver a quien aceleraba sus latidos con sólo una mirada y había dejado de ser su refugio. Este cambió la mirada amenazante, relajando sus facciones al darse cuenta que no era correcto comenzar una pelea, pues sólo quería la paz de ella.
Luego volteó a ver a Taehyung, quien lentamente estaba robando su corazón de manera silenciosa sin que se diese cuenta. La hacía olvidar de sus problemas haciéndole vivir una relación inesperada, y de cierta manera extraña por como se habían dado las cosas, pero era demasiado intensa en todos lo sentidos. Este seguía mirando amenazante a Jungkook, como si las palabras de ella no significaran nada porque la rabia se apoderó de él, más al darse cuenta que quizás hizo mal en confiar en su novia, porque cuando no estaba presente parecía que no dudó en refugiarse en los brazos del policía.

—Lo siento —habla apenado el pelinegro.

—¿Lo sientes? —pregunta cínico—. Deja en paz a mi novia de una maldita vez.

—Vete, Jungkook —la castaña desvía la mirada.

—¿Yehyun...?

— Por favor, Jungkook—lo mira rogante por un momento.

Este asintió suspirando y le dedicó una última mirada que dejaba notar su desagrado hacia Taehyung, mientras que este lo miró de manera burlona como si hubiera triunfado. Jungkook sintió su mirada hasta que estuvo dentro del auto, y no pudo evitar pensar acerca si quería formar parte de un triángulo amoroso, ya que podría llegar a ser peligroso.
Pues, desde un principio el castaño le dio desconfianza y eso iba aumentando con cada una de sus acciones, por lo que no podía imaginarse lo que era capaz de llegar a hacer si intervenía en su relación con la mujer que amaba.

—¿Por qué rayos estabas abrazando a Jungkook? —pregunta molesto, colocándose frente a ella.

—¿En serio, Taehyung? —ríe cínica—. ¿Vienes a hacerme este planteo?

—Es tu maldito exnovio y es obvio que aún no te supera. ¿Acaso tú tampoco lo has superado aún? —pregunta dolido—. ¿Sigues utilizándome, Yehyun?

A veces no sabía si estaba ganándose su corazón como ella el suyo, otras veces no sabía si le gustaba, como tampoco si lo quería. Pues, lo único que sabía con certeza era que disfrutaba de su sexo y que pensaba en él, pero la verdad era que también dudaba de si lo pensaba, o si al menos lo extrañaba cuando no estaba con ella. Eso provocaba que se irritara de gran manera al darse cuenta que quizás seguía pensando que todo era un juego, y lo utilizaba sólo para olvidar al policía, o porque le gustaba tener toda su atención y saber que sólo le pertenecía a ella.

Al principio aquello se le hacía excitante, ser usado por ella, que le demostrara su rabia y despecho porque era un adorador suyo, pero ya estaban en una relación en la cual llevaban dos meses. Comenzaba a creer que ella seguía tomándolo como un maldito juego, y que sólo quería su atención, llenar la soledad, por lo que no le importaba en lo absoluto dañarlo.

—¡Mi padre irá a prisión! —grita con los ojos cristalinos—. ¡¿Crees que tengo tiempo para ésto?!

—No contestaste mi pregunta —alza una ceja acercándose más—. ¡¿Por qué Diablos no contestas mi pregunta, Yehyun?!

El de cabello rizado quería pensar con claridad, pero sus celos lo estaban dominando, por lo que no le importaba que ella estuviera a punto de llorar. Sólo sentía la rabia correr por sus venas y ganas de golpear a Jungkook, hasta que no se pudiera levantar.

—¡Vete, Taehyung!

—¿Lo dices en serio? —pregunta indignado.

—Sólo quiero estar con mis amigos —solloza—. Vete.

—Sólo espero que no sigas jugando conmigo porque mis sentimientos son reales, Yehyun.

Al ver sus lágrimas caer, rió cínico tratando de no caer y humedeció sus labios para comenzar a caminar hacia su auto. Ignoraba el hecho de que estuviera completamente destrozada, porque estaba convenciéndose de que ella tampoco olvidaba a Jungkook, y eso significaba que podía irse con él cuando menos se lo esperara, sin importarle en lo absoluto su corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro