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3O; DOLOROSO

DOLOROSO

Jungkook caminaba tranquilamente, mientras hablaba por llamada con su mejor amigo, Namjoon. Hacía semanas que no se comunicaban, por lo que aprovecharon que ambos tenían el rato libre para poder hablar sobre ciertas cosas que habían pasado en sus vidas.
El pelinegro sentía que lo necesitaba cerca, que necesitaba que lo aconsejara como antes, porque estaba completamente perdido y ahogándose en la desesperación.

¿Cómo puedo ayudarte si no aclaras tu cabeza, JK? —pregunta frustrado.

—Quiero recuperar a Yehyun.

¿Y si vuelves a ver a Hyori qué?

Sólo...sólo fue un momento de debilidad —suspira—. De confusión, no lo sé.

Aún no estás seguro.

Quizás tienes razón.

Jungkook miró como las estrellas brillaban aquella noche, pero al bajar la mirada y ver en una cafetería a Hyori, sentada con un hombre con el cabello rizado, no pudo evitar sentirse estremecer.

Escucha, Jungkook...

Sin dudar colgó la llamada, volteando a sus costados para ver que ningún coche cruzara, y así poder dirigirse a la mesa donde estaba la pelirroja riendo, mientras acariciaba la mano de su acompañante.
En ese momento pudo darse cuenta que todo lo que salió de su boca fueron sólo mentiras, porque estaba coqueteando con otro hombre.
Sabía perfectamente cómo era a la hora de seducir a alguien, porque así había caído él. En ese momento observaba en su sonrisa, su mirada, sus toques como intentaba seducir a ese hombre misterioso.

—¿Qué rayos es ésto, Hyori? —pregunta llamando la atención de ambos, pero al bajar la mirada y encontrarse con la de su acompañante, sintió como un escalofrío recorría su espalda—. ¿Kim Taehyung?

—Tal parece que la vida se empeña en juntarnos —murmura irónico, levantándose con una sonrisa amarga.

—Jungkook...

—Tú cállate —voltea a verla.

—Déjame explicarte —habla desesperada.

—¿Explicar qué? ¿Qué sólo quisiste envolverme en tus redes, porque no soportabas que fuese feliz con alguien que no seas tú? —pregunta molesto—. Vi claramente como coqueteabas con él.
Ahora veo que te gustan más jovenes que tú —suelta una risa amarga.

—No coqueteaba con él —sus ojos se cristalizaron e intentó acercarse, pero este se alejó.

—Jeon, soy su Jefe —interviene soprendiéndolo—, pero esa no es sólo la razón por la que no coquetearía con ella. Mi interés está en otra mujer.

—Los vi...

—Deberías aprender a cuidar a tus mujeres —murmura dándole pequeñas palmadas en su pecho, para luego sonreír socarrón e irse despreocupadamente.

La situación le había divertido demasiado a Taehyung, pues recordaba cuando años atrás el policía creyó que jamás llegaría a ser nada en la vida.
Pero los años pasaron y no sólo es Jefe de la ex de él, sino que logró estar entre sus piernas, lo cual notó que se dio cuenta.
Podía ver en sus ojos el dolor y resentimiento lo que quería hacerlo sonreír, pero lo que más iba a disfrutar era cuando se enterara que no sólo había estado con una de sus exnovias, sino que también le arrebató a la que realmente amaba y que ahora le pertenecía a él.

El policía se sentía desconcertado, no comprendía para nada las últimas palabras que había soltado el castaño antes de irse. Quería ir tras él y exigirle que se lo dijera, pero a la misma vez recordaba que años atrás se llevaban como perros y gatos, como siempre buscaba burlarse de él, como también hacerlo sentir un idiota.
Lo detestaba demasiado y sentía que ahora que se habían reencontrado, lo detestaba aún más, por lo que deseaba jamás volver a cruzárselo en su vida.

Un sollozo lo hizo reaccionar y volteó a ver a Hyori, que se acercaba a él para tomar su mano.

—No soy idiota, Hyori —murmura tratando de sonar tranquilo, a pesar de sentir las lágrimas picar sus ojos al recordar las palabras de Yehyun—. Sé perfectamente que entre ese imbécil y tú pasó algo.

—Quiero estar contigo, Jungkook —asegura limpiando sus lágrimas—. Sólo contigo.

—Pues, muy tarde te has dado cuenta, ¿no crees?

—No lo es...

—¡Yo te amaba, maldición! —alza la voz, sin importarle llamar más la atención de los que se encontraban también allí—. Yo deseaba estar contigo para siempre, pero tú te encargaste que eso no pasara.

—No me sentía preparada para irme.

—Ni para tener una relación a distancia, y por eso no dudaste en reemplazarme en sólo días —soltó una risa amarga y limpió rápidamente las lágrimas que habían comenzado a caer—. Hasta hace unos pocos minutos, no lograba comprender con claridad qué era lo que quería realmente contigo, pero ahora lo sé —asintió mordiendo el interior de su mejilla por un momento, para luego dar un paso hacia adelante, acercando más sus rostro—. Te quiero lejos de mi vida, y no te atrevas a acercarte de nuevo a mí cuando logre recuperar a la mujer que en verdad amo.

—Jungkook, no...

—No te perdonaré nunca todo el daño que me has hecho, Hyori.

La observó disgustado sin poder creerse en la mujer que se convertió. Ella sollozó, cubriéndose la boca con la mano, lo cual no causó nada en él.
Simplemente, decidió comenzar a caminar lejos de ella, tratando de olvidarse todo lo que había pasado, pero se sentía un completo imbécil por los errores que cometió y que no sabía cómo enmendar.











(...)










Yehyun se encontraba en un bar bebiendo junto a Dalmi, mientras hablaban sobre sus corazones rotos. Tenían mucha química y por más que hacía tiempo que no se veían, eso no se perdió, porque se sentían cómodas la una con la otra y reían por sus fracasos.
Esta vez no quería embriagarse, simplemente, querían pasar un buen rato para olvidarse del dolor que sentían.

—Ahora entiendo porqué no me has hablado —Yehyun lleva la botella de cerveza a sus labios para darle un sorbo—. También te rompieron el corazón.

—Así es. Necesitaba un tiempo para mí —suspira—. Quería pensar con claridad y darme cuenta que ya no podía seguir aferrándome.

—No entiendo cómo pudo terminar contigo. Es un idiota...

—No lo es —la interrumpe y suelta una risa amarga—. Él intentó amarme. Vaya que lo intentó, por más de dos años —Yehyun se sorprendió y pudo notar como la tristeza se reflejaba en sus ojos—. No puedo odiarlo por no amarme, porque hizo lo que pudo. Soy la única persona que tiene, que confía verdaderamente, con quién se abrió y se mostró como realmente es. Me ama, pero no de la manera que quiero —sonríe a medias.

—Vaya, eso es realmente triste —hace una mueca.

—Debió ser agotador para él —gira la botella entre sus finos y largos dedos—. Pero, ¿sabes algo? —voltea a verla con seguridad—. Siempre volverá a mí porque soy todo lo que necesita.

—Estoy segura de eso —le regala una sonrisa tranqulizadora—. Dalmi, eres una mujer increíble, hermosa, que lo tiene todo.

El celular de Dalmi sonó llamando la atención de ambas, la pelirroja al ver que se trataba de Taehyung sonrió con tristeza, para luego atender.

—¿Qué sucede?

¿Dónde estás? ¿Estás bien?

—Tranquilo, estoy bien —asegura, tratando reprimir su sonrisa al escucharlo preocupado por ella—. Volveré dentro de un rato.

—Está bien —suspira—. Ten cuidado y llámame si necesitas algo —cuelga.

A pesar de que lo que tenían se acabó, aún tenían una buena relación, pues ninguno podía odiar al otro y ahora que habían terminado, tenían una relación más sana, ya que sólo había amistad entre ellos.
Todo marchaba normal, él seguía preocupándose, cuidándola, y tratando de no herirla, mientras que ella seguía amándolo perdidamente, siéndole completamente leal.

—¿Era tu ex?

—No éramos novios, a él no le gustaba esa palabra—hace una mueca—. Simplemente, teníamos algo especial.

—Bien, pero ¿era él?

—Sí. A pesar de que terminamos sigue preocupándose por mí y cuidándome.

—Que tierno —sonríe—. Me arrepiento de haber dicho que es un idiota.

—Pues, seguimos viviendo juntos.

—¿No es doloroso para ti?

—Lo es, pero no puedo dejarlo solo —hace una mueca—. Como te dije, me necesita. Al mínimo descuido puede derrumbarse y necesito estar ahí para él.

—Él es tierno, mientras que Jungkook es el hombre más idiota del mundo —suspira frustrada.

—Cuando lo vi parecía un buen hombre, además de sexy —ríen.

—Es bueno, simplemente, es un idiota que no supo lo que quería —acaba su cerveza de un gran sorbo—. Pero aún así lo extraño.

—Quizás deberías tratar de hablar con él.

—Cuando trató de explicarse y lo vi a los ojos, algo dentro de mi dolía —suspira—. No quiero volver a sentir eso, simplemente, quiero sacarlo de mi mente y corazón, sacar este dolor tan consumidor.

—El amor es una mierda.

—Los hombres lo son —ríen.

El celular de Yehyun sonó indicando que recibió un mensaje, al ver que se trataba de Taehyung, frunció el ceño desconcertada.

¿Estás ocupada?


No, ¿por qué?

Pensé que querrías verme
un rato.

Creo que tú quieres verme a mí.

¿Quieres sí o no?

Está bien.
Ven a buscarme.


—¿Un nuevo enamorado? —pregunta con una sonrisa de picardía.

—Claro que no —hizo una mueca de digusto, provocando la risa de la pelirroja—. Sólo pasamos el rato.

—Debería buscarme alguien así.

—Estoy segura que pronto encontrarás alguien que te ame como mereces.

Yehyun no entendía cómo aquel hombre no podía corresponderle de la misma manera, pues con el poco tiempo que llevaba de conocerla se le hacía alguien muy dulce, con sentimientos verdaderos y leal.
Queria llegar a conocerla por completo y que fuesen unidas, porque realmente le agradaba.













(...)












Luego de que Dalmi recibiera otra llamada de Taehyung, preguntando si debía buscarla y que le dijera que había tomado uno de los coches, decidió que era hora de volver a casa, pues lo notaba demasiado preocupado y además quería verlo.

Mientras tanto Yehyun le pasaba la dirección del bar al castaño, que al llegar le envió un mensaje.
No pudo evitar recordar a Jungkook, porque Taehyung al contrario la esperaba dentro del auto, no la esperaba con una encantadora sonrisa, y le abría la puerta del coche caballerosamente como lo hacía el policía.

Una vez dentro del coche, sólo se saludaron. Este mantenía su semblante serio, perdido en sus pensamientos, mientras ella se preguntaba si hizo bien en aceptar, pues había demasiada tensión en aquel vehiculo donde reinaba el silencio.
Llegaron a su casa y estacionó, para luego voltear a verla, esta vez las facciones de su rostro parecían relajadas, lo cual la desconcertó como podía cambiar de la nada.


—¿Con quién estabas en el bar? —pregunta curioso.

—Con una nueva amiga —contesta jugando con sus manos.

—¿Es agradable?

—Es rara, pero agradable.

—¿Bebiste? —inquiere alzando una ceja—. Sé que es una pregunta estúpida...

— Si te preguntas si bebí demasiado, como para no poder dar mi consentimiento a lo que sea que pase entre nosotros, la respuesta es no —contesta sorprendiéndolo—. Sólo bebí una cerveza y...

Rápidamente fue interrumpida por los labios de Taehyung, que se movían de manera dominante y desesperada, como si hubiese estado aguantándose por mucho tiempo las ganas de besarla.
Pasó las manos por su cintura, ayudándola a posicionarse sobre él sin romper el beso desesperado. Sus lenguas luchaban por el dominio, mientras ella comenzaba a hacer movimientos circulares, sintiendo como crecía su erección y este soltaba un gruñido sobre sus labios.

No sabía si era por el hecho de que hacía demasiados días no tenía relaciones, pues al haber sido novia de Jungkook, era hacerlo constante por lo que se había acostumbrado a eso. O quizás era el hecho de hacerlo en un coche, que era algo que siempre le había encantado, pero sentía que hacía demasiado tiempo que no se encontraba tan excitada, por lo que buscaba la fricción.

El castaño le quitó la chaqueta acariciando su espalda desnuda, queriendo arrancar aquel vestido negro que llevaba de una vez, porque se sentía igual que ella. Le urgía estar dentro de una vez, escuchándola gemir su nombre sin parar.
Bajó las manos hasta su trasero, apretándolo contra él así sentía lo duro que ya se encontraba, haciendo que soltara un gemido.
Ella desabrochó su pantalón, mientras besaba su cuello y él inclinaba su cabeza hacia atrás, suspirando al sentir sus besos húmedos y lamidas. Así que el castaño aprovechó a llevar la mano bajo su vestido, acariciando su feminidad sobre la tela de sus bragas, sintiéndola tan húmeda, por lo que no pudo evitar sonreír satisfecho al notar lo que le provocaba.

Al sentir como la hacía a un lado metiendo uno de sus dedos chilló por la sorpresa, por lo que tomó su miembro con una de las manos comenzando con los movimientos.

—Taehyung...—gimió.

—¿Qué es lo que quieres? —la mira deseoso.

—¿Puedo confiar en ti? —lo mira fijamente—. No te lo pregunté aquella mañana en el motel que no usamos protección...

—Claro, siempre me he cuidado —asegura— ¿Y tú?

—Mételo.

Llevó rápidamente las manos a su trasero, mientras ella seguía con la mano en su miembro y ayudó a introducirlo en su entrada, soltando un gran gemido al sentir como la llenaba.
Este la ayudó con los movimientos lentos, pero profundos por unos momentos, mientras se acostumbraba a él.
Una vez que comenzó a aumentar el ritmo y a hacerlo duro como a ella le gustaba, apoyó una de sus manos en la ventanilla y la otra en el asiento, para así tratar de mantener el equilibrio, pues se le hacía complicado hacerlo en el coche, pero eso no quita que le gustaba.

Este juntó sus labios ahogando sus gemidos, besándola con firmeza y desesperado, mientras que ella tiraba de su cabello, usándolo para montarlo como si fuese su juguete personal para poder llegar al orgasmo. De alguna manera eso lo excitaba más, por lo que le permitió dejarse llevar, observando como inclinaba su cabeza hacia atrás, con su boca abierta a causa de los gemidos.
Mordió su labio inferior, tratando de contenerse porque sentía que estaba enloqueciéndolo y al escucharla gritar, sintiendo como sus paredes se contrajeron alcanzando el orgasmo, siguió con sus movimientos bruscos.

El sudor corría por su frente, y no pasó demasiado tiempo cuando llegó al clímax, gruñendo, mientras las venas de su cuello se marcan.
Se mantuvieron así por unos segundos y luego acarició su mejilla mirándola fijamente, sabiendo que la intimidaba por no comprender qué le sucede, pero aún así juntó sus labios.

—Creí que no eras de los que repetían —murmura una vez que había logrado controlar su respiración, ya que había comenzado a crecer la tensión—. Luego de la última vez, no creí que quisieras volver a verme.

—¿Bromeas? Me encantó ser utilizado por ti —humedece sus labios y suelta una pequeña risa por lo bajo—. Aún tengo las marcas en mi espalda.

—Aún así...

—Será por algo, ¿no crees? —alza una ceja.

—¿Y por qué es? —lo mira curiosa.

—Tengamos una cita, Yehyun —lleva un mechón de su cabello detrás de su oreja—. Mañana a las nueve.

Taehyung ya no podía soportar más lo que le generaba, y pensar que en cualquier momento Jungkook podía volver a buscarla causaba que se molestara. Pues, habló con Hyori por lo que sabía que no quería saber más nada de ella. Eso hizo que comenzara a creer que quizás se dio cuenta que quería a la castaña, por lo que necesitaba que sea suya antes que se atreviera a buscarla, porque ahora que la probó no estaba dispuesto a dejarla ir, aunque no entendía porqué le provocaba eso.
Por más que intentara borrarla de su mente, sentía sus besos por su piel, escuchaba su risa tan particular y recordaba aquellos ojos avellanas que lo observaban con desagrado y molestia, pero aún así lograban agitar su corazón.
No entendía qué le sucedía con ella, pero sin dudas quería mantenerla a su lado.

—¡¿Qué?! —chilla sorprendida y ríe.

— Me gustas y te gusto —contesta con seguridad—. Tengamos una cita, moquito.

Mientras Yehyun sabía que desde la primera vez que se vieron, habían comenzado un juego complicado de sostener, y en su casa la primera vez se habían dejado arrasar por el deseo que reprimieron por tanto tiempo.
Al observar sus ojos cafés que brillaban aquella noche que era como si le rogaran que aceptara, y sentía perder su cabeza. Pues, estaba segura que lo que sea que pasara entre ellos no podía terminar bien, pero quería seguir perdiendo la cabeza por él porque la complacía como tanto le gustaba.


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