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39; PROTEGERLA

PROTEGERLA

Jungkook caminaba por el pasillo de la estación de policía, sintiéndose frustrado, pues los llantos y gritos de Yehyun resonaban en su cabeza, provocando que su corazón diera un vuelco.
Entró a la sala de interrogarorio donde sólo había una mesa, dos sillas y una cámara que iba a filmar la declaración de Lee Baek, el cual estaba mirando a la nada parado en una esquina. Este al escuchar el sonido de la puerta, volteó a ver al pelinegro, soltando un suspiro de frustración.

—Tome asiento —señala la silla.

Baek caminó lentamente para luego sentarse mirando a la nada, perdido en sus pensamientos, recordando la mirada de Taehyung, y como había negado con la cabeza, diciéndole el nombre que le hizo saber que estaba completamente perdido. Ese era su final, porque su amigo de años decidió traicionarlo de la peor manera y por quien tanto odiaba. Ahora iba a acabar tras las rejas y con muchas probabilidades de morir allí, pero prefería eso antes que enfrentar a Soohyun, porque sólo lograría poner en peligro a su familia.

—¿Dónde está la Jefa de policía? —alza una ceja—. No tengo nada que hablar con un Oficial de cuarta...

—¿Ahora me odias? —pregunta desconcertado, sentándose frente a él.

— Sólo estoy siendo sincero.

—Ella está hablando con Félix —explica cruzándose de brazos, para luego inclinarse hacia adelante—. Así que lamento informarte que quien te hará las preguntas, seré yo. Debo admitir que no creo que usted sea un narcotraficante...

—¿Lo ves? —suelta una risa amarga—. Sólo eres un inservible...

—Baek...

— Conocí a Felix hace un tiempo, él buscaba desesperado cómo ganar dinero fácil —sonríe cínico, sintiendo su sangre hervir al darse cuenta de lo que estaba haciendo—. Me aproveché de eso , y todo este maldito tiempo se encargó del trabajo sucio para que yo pudiera pasar por desapercibido.

—¿Sabe lo que está diciendo? —
pregunta atónito, levantándose para apagar la cámara—. Baek, si usted confiesa ésto irá a prisión...

—Estoy confesando mis delitos —asiente presionando los labios por un momento—. Pero sólo te pediré algo.

—Dígame —toma asiento frente a él nuevamente.

—Cuida a mi esposa y a mi hija —dice en casi un murmuro, mirándolo desesperado—. Por favor.

—Si me pide eso es porque usted no es quien maneja toda esta mierda —habla desconcertado.

—No diré más.

—Baek, si quiere que lo ayude tiene que decirme...

—Sólo necesito que protejas a mi familia. Demuéstrame que no eres un Oficial inservible —espeta tratando de mantener la calma—. ¿Crees que tengo oportunidad de salir de aquí? Si descubren todo lo que he hecho estaré encerrado de por vida. No soy estúpido.

Jungkook se levantó frustrado y cerró la puerta a sus espaldas, escuchando un grito de parte de Lee Baek, y como tiraba la mesa al suelo provocando un gran estruendo que lo hizo sobresaltar. Había quedado atónito luego de saber que el padre de la mujer que amaba confesó ser un narcotraficante, por lo que quería creer que era mentira, pero este aceptó sus cargos y ahora sólo le preocupaba cómo reaccionaría Yehyun al saberlo.
Sentía la necesidad de estar para ella y protegerla del mal que le preocupaba a Baek, y que a él también comenzaba a preocuparle, por lo que no le importaba que lo odiara, iba a hacer lo posible por protegerla.
De alguna forma u otra debía entender que estaba cumpliendo con su trabajo, luego de una acusación así no podía dejarlo libre y hacer como si nada, a pesar de que fuera el padre de la mujer que amaba.















(...)














Yehyun llevaba horas llorando, sintiendo que sus lágrimas no acababan y Taehyung seguía consolándola, estando en su coche frente a la estación de policía. Ella tenía miedo de entrar y más sin tener el apoyo de su madre, la cual estaba completamente rota, por lo que decidió no ver a su marido luego de aquella acusación. Pues, creía conocerlo perfectamente, aunque siempre había sentido que algo ocultaba por como solía encerrarse en su despacho, y como tenía salidas en las que no le daba ningún tipo de explicación, como de la noche a la mañana había aparecido con una gran cantidad de dinero y eso se hizo constante.
Luego de saber de qué lo acusaban todo comenzaba a tener sentido para ella, por lo que no era capaz de verlo a la cara después de saber que todo su dinero no era más que dinero sucio.

—Ya, tienes que calmarte —habla frustrado, Taehyung.

—Tengo miedo —admite separándose del abrazo para verlo al rostro—. ¿Y si es cierto lo que dicen de él? —lo mira desesperada—. ¿Tú qué crees? Dime, por favor.

—Yo...no lo sé —suspira—. Y no es porque deteste a tu padre, simplemente, no lo sé —la toma de los hombros, mirando sus ojos enrojecidos—. Sólo recuerda algo...nunca se termina de conocer a las personas, aunque creas hacerlo por completo.

—¡Estás hablando de mi padre! —alza la voz sintiéndose indignada.

—Lo sé, pero ¿acaso no viste a tu madre? —frunce el ceño—. Está segura de que tienen razón. Ni siquiera quiso venir a verlo y te prohibió que tú lo hicieras, pero aún así aquí estás, porque eres cabeza dura.

—No ayudas para nada, Taehyung —se baja del coche rápidamente, dando un portazo.

—¡Yehyun!

—¡Vete!

—¿Lo dices en serio?

—No puedo creer que hables así de él, luego de que te aceptara.

—Yehyun, por favor, dime que no le has creído ese cuento mediocre —suelta una risa amarga.

—No sabes lo que dices...

—¡Tu familia es basura! No los conoces.

—¡Vete, idiota! No permitiré que hables así de ellos —se acerca enfurecida al coche nuevamente, observando como este tenía sus facciones endurecidas—. No sabes una mierda de mi familia, Taehyung.

—¿Sabes qué? Lo haré.

Yehyun se cruzó de brazos, volteando para comenzar a caminar hacia la entrada de la estación de policía, y Taehyung suspiró frustrado tirando de su cabello. Pues, le dolía verla de aquella forma y que fuese su culpa, ya que por haber salvado su trasero, había destruido la vida del padre de la mujer con la que estaba.
A pesar de que había pensado su destrucción una y otra vez, no lo disfrutaba como creyó que lo haría. Pero de cierta manera seguía sintiéndose aliviado, aunque eso significara ver a quien quería completamente rota, porque era capaz de lo que sea por salvarse aunque fuese egoísta, sólo le importaba no caer.

Encendió el motor, para luego comenzar a conducir sin voltear a ver a su novia, porque no quería debilitarse después de la discusión, pero Yehyun al escuchar como se marchaba volteó indignada.

—¡Idiota! —grita furiosa y cubrió su rostro con las manos rompiendo en llanto.

Si bien una parte de ella no toleraba seguir viéndolo luego de esa discusión por como atacó a su familia, pero la otra parte necesitaba más que nunca el apoyo de su novio, porque la situación la estaba superando y no sabía qué hacer.



















(...)


















Jungkook esperaba impaciente en la oficina de Yangmi, moviendo su pierna de arriba abajo, mientras jugaba con sus manos sobre su regazo. Sentía que toda la situación estaba sobrepasándolo, pero aún así no quería demostrarlo ya que sabía que lo que sucedería iba a destruir a Yehyun, por lo que quiere estar para ella aunque tuviera altas probabilidades  de ser rechazado.
La Jefa se dirigió a su silla, bajo la atenta mirada del pelinegro que ansíaba escuchar la declaración de Baek, teniendo algo de esperanzas de que le haya mentido al decir que era culpable de lo que lo acusaban.

—Luego de su quinta declaración, Felix sigue manteniendo que hace unos meses comenzó a trabajar para Lee Baek, para así ayudar a sus padres.

—¿Y Baek?

—Confesó haberse metido en el mundo del narcotráfico hace tiempo, y al perder a un hombre de confianza buscó a Félix para que lo hiciera. Al parecer todas las familias privilegiadas de Seúl ocultan algo oscuro —suelta una risa cínica, mientras Jungkook suspiró pasándose las manos por el rostro—. ¿Puedes creer la forma en la que hacen dinero?

—Diablos —golpea el escritorio, para luego llevar las manos a sus sienes masajeándolas.

—¿Qué sucede, Oficial Jeon? —pregunta curiosa—. ¿Lo conoce?

—Era mi suegro —suspira.

—¿Y nunca te diste cuenta de lo que ocultaba?

—Soy un idiota —desvía la mirada—. Debería haberme dado cuenta, así hubiese buscado la manera de evitarle todo este dolor a Yehyun.

—Sigues enamorado...

—Eso no importa —se levanta frustrado.

—Hay que proteger a esa familia si es que realmente no sabían lo que hacía Baek, aún así, tenemos que hablar con ellas.

—Estoy seguro de que Yehyun no lo sabía —muerde su labio inferior, perdiéndose en sus pensamientos por un momento—. Necesito verla. Ya vuelvo.

Salió sin esperar una respuesta, pues quería ser el primero en decirle que su padre aceptó sus delitos.
Quería buscar una forma de decírselo que no la rompiera del todo, pero sabía que eso era imposible. Aunque ella le dijera muchísimas veces que detestaba a su padre, estaba seguro de que era una completa mentira.
Simplemente, trataba de creérselo para no sufrir por nunca haberse sentido amada por él, pero seguía sintiéndose lastimada por sus maltratos y desprecio.

Cuando se dirigió a la salida se encontró con Yehyun, la cual había tardado varios minutos en entrar ya que no estaba preparada para ver a su padre y escuchar lo que sucedía. Mucho menos luego de lo que había hablado con su novio, porque sus palabras se habían instalado en su cabeza.
Quiso dirigirse hacia uno de los tantos policías que estaban allí, pero al encontrarse con la oscura mirada de Jungkook, se sintió paralizada recordando cuánto lo detestaba por lo que le había hecho pasar.

—Yehyun, estaba por buscarte —se acerca sin dudarlo.

La fémina decidió ignorarlo y comenzar a caminar otro policía, pero fue tomada del brazo.

—¿Qué haces? ¡Suéltame! —exclama indignada llamando la atención de unos policías.

—Tenemos que hablar —murmura y al ver a sus compañeros que quieren acercarse, suspiró—. No intervengan.

—¡No me toques!

Quiso zafarse del agarre, pero este era mucho más fuerte que ella, por lo que ejerció algo de fuerza sin lastimarla, y la llevó fuera de la estación aunque gritara que la soltara.

—¡No vuelvas a tocarme en tu maldita vida! —grita furiosa, perdiendo el equilibrio por un momento al lograr soltarse.

—Tu padre ha confesado ser narcotraficante —las palabras escapan de su boca, por lo que cerró los ojos maldiciéndose por habérselo dicho de aquella manera, luego de haber practicado por unos minutos.

—¿Qué? —pregunta atónita—. Es una broma, ¿cierto?

—Lo siento, Yehyun —murmura desviando la mirada.

—¡No! No es cierto —rompe en llanto—. Él es mi padre, no sería capaz de hacer esas mierdas. No lo sería. Dime que no es cierto, Jungkook.

Jungkook no soportaba verla de aquella forma, por lo que la envolvió en sus brazos aunque ella gritara y tratara de separarlo. La estrechó más con sus brazos, hasta que se dio por vencida, apoyando la cabeza en su pecho sollozando desconsoladamente.
Sentía que la situación la sobrepasaba, no sabía cómo enfrentarlo por lo que quería huir, que nadie pudiera encontrarla nunca y olvidarse de todo lo que había pasado en ese año.

Se mantuvo así por unos minutos, hasta que se sintió completamente vacía y sin más lágrimas que derramar, mientras que el pelinegro acariciaba su cabello pensando en lo injusto que era que pasara por ello. Pues, ya había pasado por mucho por culpa de su familia, más que nada por su padre y que ahora este siguiera lastimándola y decepcionándola, le molestaba demasiado.

— Prometo que voy a protegerte —besa la coronilla de su cabeza—. No permitiré que nadie te haga daño, pequeña.

¡Hola!

Sé que no ha sido un capítulo igual de largo como los anteriores, ni tampoco interesante, pero les prometo que el siguiente lo será

¡Nos leemos pronto!

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