37; RETRATO
❝RETRATO❞
Taehyung y Yehyun se encontraban en la mansión de la familia Chung, quienes habían invitado a las familias más privilegiadas de la ciudad. La castaña se había sorprendido cuando su padre le dijo que allí iban a aclarar las cosas con Taehyung, todo para mantener una buena relación y dejar el pasado atrás, por lo que no dudó en aceptar ir.
Llevaba un vestido rojo ceñido al cuerpo, dejando desnuda una de sus piernas y tenía la espalda descubierta. Su cabello estaba trenzado, sus ojos delineados y sus labios pintados de rojo, llevándose toda la atención de su novio y de algún que otro hombre que no dudaban en hacerlo notar.
Mientras que Taehyung llevaba un traje negro, con camisa y corbata roja, su cabello rizado tirado hacia atrás lo que le daba un aspecto más intimidante, aunque luego de unos minutos algún que otro mechón de cabello comenzaron a caer por su frente.
Yehyun tomó su copa de champagne bajo la atenta mirada de su novio, el cual humedeció sus labios observándola deseoso, dejándole saber sus intenciones, pero aquella tensión sexual desapareció en cuanto los padres de la castaña se acercaron.
—¿Quieres? —Lee Baek estiró un copa de champagne hacia Taehyung.
—Gracias —habla sorprendido aceptándola.
—¿Sabes? No fue correcto como actué —hace una mueca, mientras su esposa desvía la mirada tratando de mantener la calma—. Ya han pasado años desde lo sucedido y tú fuiste declarado inocente. Así que, ¿por qué no dejamos el rencor atrás? —estira su mano.
—Me parece bien —Taehyung soltó una risilla cínica y estrechó su mano.
—Claro está que acepto la relación que tienes con mi amada hija —lleva la mano a la espalda de ella que lo mira sorprendida por sus palabras.
—¿Lo dices en serio? —pregunta ilusionada.
—Si te hace feliz a ti, entonces, lo acepto —sonríe.
—Gracias, papá —lo abraza.
—Ya, de nada.
—Espero que nuestra relación mejore —murmura tímida separándose.
—Sí, hija —asiente pasando el brazo por la cintura de su esposa—. Seremos una familia feliz, ¿no es así, cariño?
—Claro que sí. Salud —sonríe amarga, para luego acabar su copa de un sólo sorbo—. Vamos.
—Espero que disfruten de la fiesta —dice antes de comenzar a caminar con su esposa, dejándolos solos.
Yehyun sintió una penetrante mirada, por lo que volteó hacia sus costados buscando de donde provenía, pero al no encontrarla volvió a ver a su novio con una gran sonrisa. Este dejaba con desconfianza la copa llena en la mesa que estaba al lado, la cual tenia un mantel blanco, centros de mesa delicados, algún que otro plato con comida y más copas.
Lo que siempre quiso la castaña fue tener una buena relación con su padre y que estuviera pasando la llenaba de emoción, aunque no entendía cómo cambió de opinión tan repentinamente. Por un momento creyó que pudo ser por su madre, pero había notado en su rostro que no era así, que ella seguía sin estar de acuerdo porque lo detestaba demasiado.
—¿Puedes creerlo? —lo toma de las manos llena de emoción.
—Me gusta verte así —admite con una sonrisa.
—Lo siento —murmura sonrojada—. Es sólo que no puedo creer que haya hecho eso.
—Quizás ha reaccionado que primero está tu felicidad.
—No lo sé, pero me gusta —sonríe.
Este acarició su mejilla y pasó sus manos por su cintura acercándola, sintiéndose satisfecho por su trabajo, pues tanto ella como él habían salido beneficiados.
—¿Quieres ir a un lugar? —murmura con picardía en su oído.
—Me gusta la idea. Vamos.
Taehyung entrelazó sus dedos y comenzó a caminar hacia la casa donde había más personas. Buscó el baño que se encontraba al lado del living, la hizo pasar primero, para luego cerrar la puerta y juntar sus labios en un beso desenfrenado, mientras ella dejaba su pequeño bolso en el lavamanos, donde la hizo sentar.
Yehyun pasó las manos por su cabello apegándolo más a ella profundizando el beso y este llevó las manos a sus pechos, lo que la hizo jadear.
—Me vuelves loco —dice con la voz profunda.
Sonrió mirándolo deseosa y volvió a juntar sus labios, mientras él acariciaba su suave pierna desnuda, hasta llegar a su feminidad donde corrió sus bragas, y sus dedos se deslizaron facilmente hacia el interior por lo húmeda que estaba. Siguió con sus movimientos que la hacían gemir, y al no soportarlo más, la castaña desprendió su pantalón donde empezó a acariciar su prominente erección.
—¿Qué quieres, preciosa? —pregunta agitado, mientras ella lucía desesperada, mordiéndose el labio inferior para callar sus gemidos.
—Quiero sentirte —jadea.
Este sonrió bajando su pantalón y boxer liberando su erección, para luego entrar en ella de forma brusca, provocando que soltara un grito de dolor y placer, por lo que le cubrió la boca con la mano, soltando un gruñido.
Luego de eso, llevó las manos a su trasero, haciendo que enrollara las piernas en su cadera y la levantó, para luego apoyarla contra la puerta donde comenzó a embestirla.
Su espalda chocaba contra la puerta en cada estocada más profunda que la anterior, este inclinó su cabeza hacia atrás disfrutando de la sensación, mientras ella tiraba de su cabello, gimiendo ante sus movimientos bruscos que la enloquecían.
En ese momento a ninguno le importaba ser escuchados, sólo estaban concentrados en el placer que se provocaban. Taehyung empezó a besar y succionar su cuello, siguiendo con sus movimientos rápidos haciéndola jadear, hasta que ambos soltaron un gran gemido de placer al llegar al clímax.
Al salirse le volvió a acomodar las bragas, sintiendo sus dedos humedecerse por sus fluidos, lo cual le hizo sonreír.
—Me debes una, ¿sabes? —hace una mueca de disgusto.
—Elegiré una de mi color preferido —le guiña el ojo.
Yehyun lavó su rostro al estar sudada sin importarle sacarse el maquillaje, para luego arreglar su cabello, mientras sentía sus piernas temblorosas, lo que hizo sonreír satisfecho a Taehyung.
Este subió su boxer y pantalón y lavó su rostro, el cual además de estar sudoroso, tenia labial hasta la barbilla.
Este salió primero del baño, arreglando su corbata mientras carraspeaba la garganta, fingiendo que no había sucedido nada al ver a algunas personas conversando. Aún así se llevó algunas miradas, que le hicieron saber que quizás sí fueron escuchados, pero no podían evitar ser ruidosos.
A los pocos minutos salió Yehyun con el maquillaje arreglado, agradecida de haber tomado la decisión de cargarlo en su bolso. Una sonrisa estaba dibujada en su rostro, pero fue rápidamente borrada, quedando paralizada al encontrarse con Jungkook frente a ella. Llevaba un traje negro, camisa blanca a rayas, igual que la corbata, su cabello oscuro estaba tirado hacia atrás y llevaba aretes.
Aunque intentara negarlo lo veía realmente atractivo, por lo que no pudo evitar admirarlo por unos pocos segundos, tratando de que no se diera cuenta porque perdería su dignidad.
Este la miraba con una ceja alzada y en sus orbes oscuros podía verse un gran rencor. Jamás lo había visto de aquella manera lo que hizo que se estremeciera.
—Vaya, has cambiado —ríe amargo.
—Te equivocas. Siempre he sido así.
—Conmigo no te atrevías...
Tragó en seco al saber que sus palabras significaban que la había escuchado teniendo relaciones con Taehyung.
Aún así, sin poder creérselo, tomó valor acercándose a él con una sonrisa en sus labios que luego acercó a la oreja de este, dándose cuenta como su tibia respiración al chocar con su piel lo hizo estremecer.
—Quizás es porque Taehyung, realmente, sabe hacerme enloquecer cuando me toca, cuando me besa, cuando está dentro...—fue interrumpida por la mano de Jungkook que la tomó de la muñeca bruscamente haciendo que su rostro quedara frente al suyo, en una corta distancia.
—¿Qué carajos pasa contigo? —pregunta entre dientes, mirándola con rabia y sus ojos cristalinos.
— Sólo digo la verdad.
—Eso está muy lejos de ser la verdad.
Odiaba pensarla cada momento, siendo el causante de alejarla, odiaba recordar como se reflejaba en su mirada, sus toques, sus besos adictivos y su persona, pero lo que más odiaba era saber que ahora el privilegiado era Taehyung.
—Cuando estaba contigo esta Yehyun se perdió, pero he vuelto.
—Sé que saqué lo mejor de ti —
murmura con seguridad.
—Te equivocas. Tú me arruinaste, Jungkook —escupe furiosa zafándose de su agarre, para alejarse.
—¿Preciosa...?—la voz de Taehyung llama la atención de ambos. Eso hizo que toda la rabia de la castaña se esfume—. Vaya, ¿ahora vamos a encontrarnos en todas partes? —mira a Jungkook de pies a cabeza y suelta una risa amarga.
—Eso parece —chasquea la lengua.
—No sabía que cuentas con tanto dinero como para ser invitado —alza una ceja, mirándolo de manera socarrona.
—No. No tengo el dinero que tienen las personas de aquí —toma una bocanada de aire, tratando de mantener la calma al darse cuenta que sólo intenta humillarlo.
—Entonces, ¿qué haces aquí, Jeon?
—Acompaño a la Jefa de policía.
Taehyung volteó a ver a su novia, la cual no dejaba de mirar al pelinegro al decir esas palabras, pero ella bajó la mirada comenzando a jugar con sus dedos. En ese instante supo que le seguía importando demasiado, pues antes de acercarse vio la forma en que lo miraba maravillada, como si fuera el hombre de sus ojos y el más importante. Eso despertaba sus celos, aunque no pudo evitar sorprenderse como ella pareció relajarse cuando apareció.
—Espero que la pases bien. Me llevaré a mi novia porque debo presentarle a alguien —le guiña el ojo.
Comenzó a caminar junto a ella, pasando la mano por su espalda, pero la bajó hasta llegar a su trasero, llamando la atención de Jungkook, que parecía que iba a explotar de rabia. Hizo unos pasos, pero luego se volvió hacia donde estaba el policía.
—Hazme el favor y aléjate de mi novia. Espero que entiendas que no es de mi agrado notar que sólo logras incomodarla —lo mira amenazante.
—¿Por qué me odias tanto, Taehyung? —pregunta con el ceño fruncido, tratando de entenderlo—. ¿Acaso olvidas que una vez fuimos amigos?
—Nunca fuimos amigos y tú lo sabes muy bien
—Cuando escapamos juntos...
—Nunca lo fuimos.
—Sigo sin entender porqué me odias.
—Por ti...por ti lo perdí todo —murmura lleno de rencor antes de comenzar a caminar, dejándolo aún más desconcertado.
En cuanto regresó al lado de su novia que lo miró sonriente haciéndole saber que estaba todo bien, él relajó sus facciones mientras su rabia desaparecía por completo.
Al ver a una mujer cabello rubio de unos cuarenta años, tez pálida como la porcelana con algunas pecas esparcidas en su rostro y vestido azul, se acercó a ella con una sonrisa.
—Chung Lily —llama su atención.
—Oh, Taehyung, estaba buscándote —sonríe—. Estás tan grande y cada vez más guapo.
—Le presento a mi novia, Lee Yehyun —sonríe—. Yehyun, ella es Chung Lily, era la mejor amiga de mi mamá.
—Un gusto conocerla —hace una reverencia.
—Lo mismo digo, querida —sonríe—. Finalmente estás con quien tanto querían tus padres. ¡Hijo, ven! —llama a un joven rubio—. Les presento a Chung Félix, él es Kim Taehyung.
Cuando la mirada oscura del rubio se encontró con la del castaño, no pudo evitar sentirse estremecer, pues no se esperó para nada que estuviera presente en la fiesta.
—Al fin tengo el placer de conocerte, Kim Taehyung —hace una reverencia y este sonrió falsamente, sintiéndose algo incómodo de que supiera su nombre—. Mi mamá me ha hablado mucho de ti.
Su madre rió sonrojada y le dio un leve golpe en el brazo, haciendo reír a los demás. El castaño podía ver en los ojos de Lily lo orgullosa que estaba de su hijo, pues este trabajaba para ayudar a sus padres y logró que su empresa no terminara en quiebra.
Pero lo que no sabía era que su hijo ganaba dinero sucio trabajando para Taehyung, y que era uno de su absoluta confianza, el cual no se esperó para nada que su jefe fuera de quién tanto había hablado su madre.
A pesar de tan sólo tener diecinueve años, no le importaba ensuciarse las manos y disfrutaba ganar demasiado dinero, ya que lo que más quería era que su familia volviera a ser una de las más millonarias, así sus padres no se la pasaban estresados por el qué dirán.
—¿Y ya piensan en casarse como tanto querían sus padres? —los mira ilusionada.
Taehyung no pudo evitar sorprenderse, pero aún así sonrió mirando a su novia, la cual comenzó a toser por haberse ahogado con el champagne ante la pregunta inesperada.
—¿Estás bien? —pregunta preocupado.
— Sí. Lo siento —desvía la mirada nerviosa.
—¿Fue mi culpa? —Lily los mira preocupada.
—No se preocupe —ríe—. Es sólo que aún es algo pronto. Sólo llevamos dos meses.
—Oh, pero ya saben como es la juventud. Se enamoran muy intensamente y al mes ya planean la boda.
—Pues, yo no tendría...
—Lo siento. No somos así —interviene Yehyun—. No planeo casarme.
Sintió la penetrante mirada del castaño, pero aún así le regaló una media sonrisa a Lily, para luego concentrarse en su copa sintiéndose nerviosa.
Pues, antes había deseado más que nada casarse con Taeyang, pero este se encargó de destruir sus sueños por lo que no quiso saber más nada acerca del amor. Cuando Jungkook apareció en su vida robando su corazón, comenzó a tener pequeños sueños, que él fuera parte de su futuro, pero jamás llegó a pensar en casarse con él o tener hijos, quizás fue el hecho de sólo duraron sólo ocho meses.
—Oh, lo que yo daría porque Félix me presentara a mi nuera, así...
—Mamá, ya te dije que aún estamos conociéndonos —ríe sonrojado.
Comenzaron a hablar animadamente y hasta a reír olvidando por completo la incomodad, mientras que por momentos el castaño no podía evitar mirar a su novia, que parecía estar pasando un buen momento. Eso lo hacía estar feliz porque quería pasar muchos momentos con ella, para tratar así de entrar a su corazón.
El celular de Taehyung sonó llamando la atención de los cuatro, por lo que se disculpó, para luego alejarse y atender el número desconocido.
—¿Hola?
—¿Cómo estás, V? Lamento arruinar la fiesta, pero estás muy cerca de ser destruido —suspira—. ¿Sabes? Eres mi creación, lo que me hace pensar que debería salvarte.
—¿Q-Qué has hecho? —pregunta con temor, sintiendo como se estremecía.
(...)
Jungkook empuñó las manos, mientras trataba de mantener la calma y no ir a buscarlo, para así sacar toda su ira contenida, pues algo le decía que era lo que quería.
Sentía que quería hacerlo explotar de rabia, sacar lo peor de él para que Yehyun pudiera verlo y darse cuenta que hizo bien en dejarlo.
Mordió el interior de su mejilla por un momento, y soltando una risa irónica comenzó a caminar hacia donde estaba la Jefa de policía con su celular. El verla con una falda tubo negra, que dejaba resaltar la curva de su trasero llamó su atención por un momento, pues se le hacía extraño verla sin el uniforme.
La hacía ver realmente atractiva el arreglarse de esa forma, pero aún así, estaba trabajando y necesitaba concentrarse en eso para que los celos no lo consumieran al recordar a Yehyun.
Además que no era correcto, ya que ella parecía detestarlo cada vez más, lo cual le dolía demasiado. Empezaba a creer que Yoongi le había mentido, pues en su mirada además de ver dolor ya no lograba ver ningún brillo especial y temía que ahora apareciera cuando observaba a Taehyung.
—¿Qué sucede?
—Atraparon al conductor del camión que iba con cincuenta toneladas de cocaína y veinte de metanfetaminas. Dijo no conocer el nombre de la persona que es su jefe, pero lo describió e hicieron un retrato —le enseña su celular—. Mira, ¿lo reconoces?
Este tenía el cabello largo hasta los hombros, cejas gruesas, ojos grandes y redondos, pecas esparcidas por su rostro y labios gruesos. Al notar que parecía tan joven como un adolescente, frunció el ceño sintiéndose desconcertado, como también bastante sorprendido.
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