32; PARQUE DE DIVERSIONES
❝PARQUE DE DIVERSIONES❞
Jungkook se encontraba junto a Saha entrando a un parque de diversiones, aunque este al contrario de su mejor amiga, mantenía el semblante serio. Eso demostraba las pocas ganas que tenía de estar en aquel lugar, mientras que la pelinegra tenía una gran sonrisa dibujada en su rostro.
—No sé cómo lograste convencerme de venir aquí —suspira.
—Vamos, sonríe —se pone frente a él—. Conquistarás a muchas mujeres si lo haces.
—Sólo quiero volver a conquistar a una que claramente ya perdí —pasa los dedos por las hebras de su cabello—. Y ahora la veré aquí porque me convenciste de venir...
—Yoongi me invitó —hace una mueca—. Deberías alegrarte por mí.
—Y lo estoy —asegura rápidamente—. Pero no puedo verla. No tolero su forma de mirarme y mucho menos luego de la última vez.
—Quizás esta es tu oportunidad para se arreglen.
—Lo dudo muchísimo.
Cada día que pasaba el policía se daba cuenta que la perdió más de lo que había creído, por más que nunca la engañó sabía que cuando se trataba del amor ella era muy insegura. La mínima cosa que hiciese mal le haría más daño de lo normal y se alejaría, lo cual no tuvo en cuenta y se arrepentía demasiado, porque su intención siempre fue protegerla de todo mal, pero no supo hacerlo de sí mismo, de su confusión.
—¡Yoongi! —alza la voz su mejor amiga.
Este al escucharla sintió un cosquilleo en su estómago al pensar que iba a ver a quien aceleraba los latidos de su corazón, pero al ver al rubio solo, se desilusionó completamente.
—Hola, Jungkook —saluda el rubio estrechando sus manos.
—¿Y Yehyun? —pregunta curiosa, ya que sabía que su mejor amigo no se atrevía a preguntar.
—Ella...vino con alguien más —responde sin quitar la mirada del policía.
Este al escuchar aquellas palabras se tensó. Sentía un gusto amargo en su boca al saber que iba a poder verla con aquel hombre que ahora logró conquistarla.
Tenía curiosidad por conocerlo y aunque de cierta manera le dolía saber que iba a verla con otro, esperaba que no la lastimara como hizo él, porque de sólo pensarlo sentía la rabia correr por sus venas.
A unos metros de ellos se encontraban Taehyung junto a Jimin, el castaño buscaba con la mirada a su cita, la cual le envió un mensaje de texto diciéndole que estaba allí.
—No debería estar aquí.
—No vuelvas a lastimar al mejor amigo de Yehyun, porque sólo me traerás problemas con ella y no puedo permitirlo —advierte—. Si te gusta, sólo pídele perdón y ya, estén juntos. Él estaba realmente enamorado de ti, aunque seas un idiota —hace una mueca—. Pero es con lo que hay que conformarse hoy en día.
—Vaya, veo que Yehyun te ha ablandado un poco ese corazón que no sabía que tenías —ríe irónico—. Antes, simplemente, hubieras ignorado mis problemas.
—Ahora me arrepiento de aconsejarte.
No quería admitirlo, pero estaba comenzando a dejarse llevar por sus sentimientos desde que pasaba más tiempo con la castaña. No entendía qué le hizo, pero quería verla todo el tiempo, le sacaba sonrisas sinceras y le gustaba lo que le hacía sentir, aunque a la misma vez le aterraba, porque nunca antes le había pasado y era un sentimiento muy intenso que no sabía cómo controlar.
—Mira, allí te leen el futuro —le señala una de las tantas tienda y el castaño frunce el ceño.
—No creo en esas personas que...
—Oh, vamos —habla entusiasmado—. Entraré primero y luego irás tú.
—Que estupidez.
—¡Vamos!
— Ya, está bien — murmura dándose por vencido—. Ve.
Detestaba lo intenso que podía ponerse Jimin cuando quería algo, le recordaba a un niño pequeño.
Al verlo hacer fila ya que había cuatro personas esperando también para pasar, rodó los ojos, pero al voltear sonrió al ver a la castaña buscándolo con la mirada.
Lleva una polera blanca, jean y una casaca gris, su cabello suelto y ondulado, con su flequillo hacia un costado.
—Al fin te encuentro —habla llamando su atención.
—Hola, Taehyung —sonríe.
Este se sentía realmente nervioso ante sus ojos avellanas, no sabía si acercarse o no, pero siguió su impulso y juntó sus labios en un pequeño beso, sorprendiéndola por completo.
—Estás hermosa —admite con una pequeña sonrisa.
—Vaya, aún me sorprende que me halagues —ríen—. Estar aquí sin que cada uno siga su camino es...raro.
—Haremos lo que debimos haber hecho hace años atrás —sonríe— ¿Por dónde quieres empezar?
—No lo sé —murmura dudosa—. ¿Nos subimos a la montaña rusa? —la emoción se reflejaba en sus ojos lo que hizo sonreír al castaño.
—Hm...está bien —responde algo dudoso, mirando la montaña rusa a lo lejos—. Mira, allí está la pista de patinaje sobre hielo.
—¿Sabes patinar?
—No, en...
—Entonces, vamos.
Entrelazó sus dedos para comenzar a caminar rápidamente, este bajó la mirada a sus manos sin poder evitar sonreír, pues le gustaba sentir su pequeña mano con la suya.
En cuanto les dieron los patines con su talle y estuvieron sobre la pista de hielo, el castaño se aferró a Yehyun, la cual soltó una carcajada al ver sus movimientos torpes que provocaron que casi cayera.
—¿Por qué te ríes? No es gracioso —murmura tratando de acercarse más más ella con temor—. Ayúdame.
—Es muy fácil. Mira —soltó sus manos a lo que este casi cae nuevamente—. Ten cuidado.
Taehyung observaba sus movimientos, como patinaba a su alrededor como si fuese lo más fácil, lo cual le sorprendía demasiado. Ver su sonrisa provocaba la suya y quería acercarse a ella, lo que hizo torpemente, pero sin caer se aferró a su cintura soprendiéndola.
—Taehyung, casi me haces caer —reprocha, pero aún así ríe.
—Lo siento.
—¿Kim Taehyung disculpándose conmigo?
—Cállate —ríen.
Al tenerla en sus brazos no le importaba caerse y lastimarse, pues con sólo aspirar su dulce aroma causaba que sintiera su corazón brincar de emoción, ya que sólo deseaba quedarse así por mucho tiempo.
—Ven conmigo.
Yehyun sacó sus manos de su cintura y comenzó a alejarse, a lo que este soltó un suspiro de frustración, mientras trataba de acercarse.
—¿Por qué carajos creí que ésto sería una buena idea? —murmura viendo sus patines moverse de manera lenta y torpe.
—Oye, ¿quieres ayuda? —pregunta una voz femenina.
Al voltear a su costado se encontró con una joven rubia de cabello corto, estatura media, tez pálida, ojos grandes oscuros y labios rosados entrefinos.
Ante los ojos de cualquiera podía ser una mujer hermosa y difícil de ignorar, pero Taehyung decidió pasar de ella, porque su única intención era ir a dónde estaba la castaña.
—Vamos, déjame ayudarte...—se acerca rápidamente para tomar su mano, soprendiéndolo.
—Gracias, pero sólo quiero la ayuda de mi novia —saca su mano rápidamente, pero en eso cayó sobre el hielo soltando una quejido.
—¿Estás bien, Taehyung?
Al escuchar la dulce voz de su acompañante, sus facciones endurecidas se relajaron y levantó la mirada sonriendo, para luego tomar sus manos.
—Gracias, preciosa.
—Oh, ¿tú eres su novia? —pregunta la rubia.
—Sí, ella lo es —contesta el castaño, al notar como Yehyun no sabía qué contestar—. Es hermosa, ¿no es así?
—Eres afortunada —murmura tímida—. Lamento haberme acercado así como así.
—No te preocupes. Está bien —Yehyun sonríe despreocupada.
En cuanto la rubia se fue junto a sus amigos quienes reían de ella por el rechazo, Taehyung tomó su otra mano, llamando su atención.
—No vuelvas a dejarme solo.
—Así que, ¿novia? —lo mira divertida.
—Yo soy tu novio y tú eres mi novia, ¿cierto? —pregunta sintiendo sus mejillas arder.
—¿Por qué no estaba enterada de eso?
—Espera, ¿no es así? —desvía la mirada a causa de la vergüenza—. Creí...creí que lo éramos desde la primera cita.
Al escuchar esas palabras la castaña no pudo evitar recordarse teniendo relaciones con el policía, por lo que la culpa se instaló en su pecho.
Tragó con dificultad y negó repetidamente con la cabeza, provocando que Taehyung la mirara preocupado.
—Pero dijiste que la pasaste bien y esta ya es la tercera cita...
—Eso no quiere decir que seamos novios.
—Vámonos.
Yehyun bajó la mirada sintiéndose mal por él, pero aún así lo ayudó a salir de la pista de hielo sin que volviera a caer.
Una vez listos la tensión siguió aumentando, ella miraba a sus costados queriendo huir de aquel lugar, mientras que Taehyung se sentía un imbécil por haber creído que lo aceptó.
—Sé que dije que podías usarme, Yehyun —suspira, colocándose frente a ella—. Pero te has instalado en mi mente, ahora todo el tiempo siento la necesidad de estar contigo, de sentirte...
—¿Hablas en serio? —pregunta atónita—. ¿Estás jugando conmigo, Taehyung?
—No quiero jugar contigo, no podría. Estoy hablando en serio, me gustas demasiado y yo no sé...nunca sentí algo tan intenso.
—No sé qué decir.
—No soy el imbécil que tú crees.
—Seré sincera contigo —suspira desviando la mirada—. Sigo enamorada de quien rompió mi corazón.
—Oh, créeme que lo sé —sonríe amargo—. Pero también sé que algo provoco en ti, Yehyun —acaricia su mejilla—. Por eso quiero que me des la oportunidad de sacar de tu mente, y de tu corazón al imbécil de tu exnovio.
—Está bien —murmura no muy convencida.
Taehyung no pudo evitar sonreír emocionado, tratando de controlar los latidos de su corazón, aún así la tomó de la cintura juntando sus labios en un pequeño beso. Yehyun lo llenaba de sensaciones en él, en su cuerpo, en su alma y mente.
Tenía algo en ella que lograba calmar el caos que trataba de ocultar, porque temía alejarla con su oscuridad.
Al separarse lo observó con sus ojos avellanas, este estaba seguro que tanto la seducción como la ternura permanecían fijos allí, haciendo brincar su corazón y siendo capaz de llevarlo a la perdición con sólo pestañear.
—¿Ese es Jimin?
Este volteó viendo como salía de la tienda con la mirada perdida, por lo que soltó la mano de la castaña y se acercó al más bajo con curiosidad.
—¿Estás bien?
—C-Creo que es mejor que me vaya.
—¿Qué te ha dicho?
—Tenías razón, es una estupidez —apoya la mano en su hombro y este notó que estaba temblando—. Nos vemos mañana, amigo.
—¡Jimin!
—¿Qué sucedió? —se acerca curiosa.
—No lo sé —se encoge de hombros—. ¿Me das unos minutos, moquito? Quiero entrar.
—Está bien —sonríe a medias—. No sabía que creyeras en estas cosas —mira la tienda algo disgustada.
—No lo hago, pero siento curiosidad por lo que le dijo a Jimin.
—Está bien —asiente mirándolo comprensiva—. Te espero para que luego vayamos a la montaña rusa, ¿sí?
—Perfecto —deja un beso en sus labios, notando como ella se sorprendió al no estar acostumbrada, pero intentó fingir.
Algo dudoso entró a la tienda encontrándose con una mujer pelinegra, tez canela y ojos grandes oscuros e intensos. Aparentaba unos cincuenta años, y llevaba una gran casaca negra que parecía bastante costosa, mientras seguía con su mirada en las cartas de tarot.
—¿A qué vienes, muchacho? —levanta la mirada.
—Quiero saber sobre mi futuro —se arrodilla en el cojín frente a la pequeña mesa de cristal.
—Dime tu nombre y dame tu mano.
—Kim Taehyung —estira su mano y ella la toma por unos segundos, observándolo fijamente por un momento como si lo estuviese leyendo, para luego observar su mano.
—Empecemos —mezcló las cartas aún sin quitar la mirada de él, lo cual lo hizo estremecer, pero fingió demasiado bien.
Taehyung miraba atentamente a cada uno de sus movimientos, desconfiando demasiado como para creer que alguna de las palabras que saliera de su boca fuesen a ser ciertas, mientras que ella comenzó a dejar las cartas sobre la mesa.
—Veo que has pasado por mucho, Taehyung, y una de esas cosas es el fallecimiento de tus familiares que te ha marcado demasiado.
—Eso marca a cualquiera, ¿no cree?
—No llevas una buena vida aunque quisieras, nunca podrás —asegura mirándolo fijamente y este alzó las cejas algo sorprendido, borrando su mirada cínica—. Hay dos hombres que siguen cada uno de tus movimientos.
Al escuchar eso rió, pues él era quién seguía los pasos de los demás, no era al revés, lo que le hacía desconfiar más de la mujer y querer irse de allí. Pero seguía pensando en qué fue lo que hizo que Jimin actuara de esa forma.
—Hay un hombre que impide que una mujer sea completamente tuya —alza una ceja, mirando atentamente cada carta que dejaba sobre la mesa—. Ese hombre también es uno de los que siguen tus pasos —murmura sacando más cartas—. ¿En qué estás metido, muchacho? —pregunta confundida—. No estás yendo por un buen camino...
—Usted debería saberlo, ¿no es así? —pregunta burlón—. ¿O sólo le gusta sacar dinero?
—Las cartas no me hablan con claridad
—admite—. Sólo sé que eres peligroso, no me das buenas vibras.
—Ni usted a mí —contraataca.
—Te enfrentarás a ellos, es más, uno está muy cerca de ti y el otro quiere arrebatártelo todo.
—¿Qué idioteces dice? —ríe levantándose, ya cansado de escucharla hablar.
—Tienes que cuidarte, muchacho. —toma su brazo—. Hay caos, la muerte te rodea y tú...
—No sabe de lo que habla —se suelta bruscamente.
La mujer siguió sacando cartas de manera temblorosa y alzó la mirada enfrentándolo, mientras él la miraba confundido.
— Largo...
—Eso iba a hacer —ríe amargo.
—¡Vete de aquí! —se levanta al igual que él.
—Pero, ¿qué rayos...?
—Eres un maldito asesino —escupe furiosa—. ¡Largo de aquí! ¡Fuera! —lo empuja—. ¡Arderás en el infierno!
— ¡Váyase al demonio! —se suelta—. ¡Usted no sabe nada, anciana mentirosa!
Taehyung no quería creer en ninguna de sus palabras, le parecía una gran estupidez cada palabra que había salido de su boca. Estaba seguro que era todo una farsa y lo hacía para ganar dinero, pero el simple hecho de que algo pudiera ser cierto hace que se sintiera paralizado.
Salió molesto, mientras buscaba con la mirada a Yehyun, y al encontrarla a unos metros esperándolo tranquilamente, quiso acercarse para así olvidarse de todo lo sucedido, pero el sonido del celular lo sobresaltó.
—¿Hola?
—¿Te acuerdas de mí, Taehyung? —pregunta una voz masculina—. ¿O debería llamarte V? Ya que eres mi creación.
Al escuchar esa voz se sintió completamente paralizado, mientras su corazón daba un vuelco y la sangre haber abandonado su cuerpo, a lo que la castaña lo miro preocupada.
—No. Tú estás muerto...
—¿Sabes? Tu novia es extremadamente hermosa — ríe—. Sería una pena que algo le pasara.
—¡Yehyun!
Comenzó a correr hacia ella como si su vida dependiese de eso y al escuchar un disparo que lo ensordeció, se abalanzó sobre su pequeño cuerpo cubriéndola y cayendo al suelo, deseando que todo fuese sólo una pesadilla.
¡Hola!
Sinceramente este capítulo no me gustó para nada a pesar que lo escribí dos veces, pero aún así espero que a ustedes les haya gustado y poder contar con su apoyo
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro