31; INSEGURIDADES
❝INSEGURIDADES❞
Taehyung se encontraba en su despacho y frente a él estana sentado Hoseok, hablaron sobre sus negocios, mientras bebían whisky.
Habían pasado demasiado tiempo sin verse, por lo que además de hablar de negocios, también lo hicieron de lo que son sus vidas y soltaron algunas risas, como se sorprendieron por lo cambiados que estaban.
—Y cuéntame, ¿qué tal todo con Marie?
—¿Marie? —pregunta desconcertado.
—Sí. Hace un tiempo estabas encantado con ella —sonríe con picardía.
—Oh, esa Marie —asiente, perdiéndose en sus recuerdos por un momento—. Pues, hace tiempo que ya no está.
—¿A qué te refieres?
—Era una perra —explica haciendo una mueca de disgusto—. La quería sólo para mí, pero a ella le gustaba todos. Pensaba que podía jugar conmigo, ¿puedes creerlo? —suelta una risa amarga—. Esas mujeres sólo son la perdición para los hombres.
—Está muerta —murmura sorprendido.
—Nadie juega conmigo, V —sonríe—. Tú cuida a tu perra si no quieres que juegue contigo, y si lo hace, te aconsejo que hagas lo que yo —alza una ceja—. De todas maneras no deberías centrarte en eso del amor, es todo una farsa. Yo sólo estoy concentrado en mis negocios. Tengo todo lo que quiero y sin puntos débiles —sonríe satisfecho.
El castaño estaba realmente sorprendido por sus palabras, pues se daba cuenta que con el tiempo fue endureciéndose más, al punto de ya no tener sentimientos por nadie y sólo interesarse por el dinero, lo cual le recordó al Seokjin de antes.
No se parecía demasiado al Hoseok que había conocido en el pasado, con el cual podía bromear de vez en cuando y había llegado a apreciar, por lo que no le agradaba para nada el nuevo.
Al salir se encontraron en el living con Suni y Dalmi, las cuales habían estado hablando animadamente.
Jhope miró a ambas de pies a cabeza y le sonrió a Taehyung.
—Ambas están bien buenas —apoya la mano en su hombro—. Pronto volveré a comunicarme contigo.
Le guiñó el ojo a ambas mujeres sonriendo con picardía, para luego salir de la casa del castaño.
—¿Ese es Jhope? —pregunta curiosa, Suni.
—Sí, era él.
—Está cambiado. Extraño como le quedaba su cabello ceniza, aunque el castaño le queda bien —opina asintiendo—. Jin me dijo que hoy será la entrega.
—Te acompañaré —interviene Dalmi.
—Jin se encargará de la entrega —informa—. Yo tengo otras cosas que hacer.
—¿Qué tienes que hacer?
—Es mejor que no lo sepas — responde, comenzando a subir las escaleras.
—Te verás de nuevo con la contadora, ¿cierto? —alza la voz, provocando que este volteara a verla sorprendido—. No soy estúpida, Taehyung.
—Pues, lo eres si crees que estuve más de una vez con ella.
Soltó un suspiro de frustración, escuchando como seguía reprochándole al creer que mentía, pero había dicho la verdad. Hyori sólo le había interesado la vez que la vio llorando por Jungkook, luego de eso para él perdió el poco encanto que le había visto.
Al recordar lo que había hablado con Hoseok, no pudo evitar preguntarse cómo hay personas que les gustaba hacer ese tipo de cosas, mientras él era quién más traficaba drogas en varios países, había personas como Jhope, Jin o Jimin, que disfrutaban ganando dinero haciendo todo tipo de trabajo sucio. En ese momento los envidiaba, porque intentaba jodidamente no abandonar aquella vida que cada día lo mataba más por dentro, y que sabía que no tenía otra salida que no sea la prisión o la muerte.
(...)
La noche llegó y la brisa cálida chocó su rostro, haciendo que las hebras de su cabello se desordenaran. Llevaba una polera negra, una casaca gris, pantalón negro y zapatos del mismo color.
Al ver a Yehyun se sintió embobado, llevaba un jean, polera blanca y una casaca rosada, su cabello suelto y lacio con flequillo.
Su aroma dulce inundó sus fosas nasales, y sintió ganas de juntar sus labios, pero simplemente, se subieron al coche donde la tensión comenzó a crecer.
Rápidamente sintió que algo le sucedía, pues podía notarlo en su rostro y esperaba que le dijera lo que sea que le afectaba.
—¿Qué sucede? —voltea a verla con el ceño fruncido..
—Hubo un problema en mi restaurante —responde frustrada.
—¿Cuál?
—Hoy una pareja festejan cincuenta años de casados, y a quien contraté para que cantara me canceló —suspira—. No debería estar aquí. Yoongi no ha conseguido a nadie que se presente a último momento.
—Entonces, deberíamos ir a tu restaurante.
—Pero nosotros...
—Será una cita de todos modos —le regala una sonrisa tranquilizadora—. Dile a Yoongi que acabas de resolver el problema.
—Pero...
—Díselo, moquito.
La castaña estaba completamente confundida por la actitud del castaño, a pesar de que tuviese ese problema en su restaurante, había elegido quedar con él porque lo sentía distinto, y se le hacian cómodos los momentos que compartían por más que fuese sólo sexo.
Al llegar soltó un suspiro al ver a Yoongi en la entrada esperándola ansioso, pero aún así bajó junto a Taehyung.
—¿A quién conseguiste? —pregunta curioso.
—Yo no...
—Yo cantaré —interviene el castaño sorprendiéndolos.
—¿Cantas? —pregunta burlón.
—Por supuesto.
—Cierto, pero ¿estás seguro? —la castaña lo mira dudosa.
Ella sabía que cuando era adolescente cantaba y quería dedicarse a eso, pero sus padres jamás lo permitieron, por lo que enloquecieron al saber que iba a clases de canto.
Aún así confió en él y decidió aceptar que cantara para la pareja. Este tomó asiento frente a un piano luego de presentarse, y cuando Yehyun le entregó unas hojas con las letras de los covers que haria el anterior hombre, los cuales eran conocidos, el castaño las dejó a un lado sin importancia, lo que provocó que ella lo mirara asustada.
—¿Qué haces?
—Tengo mis propias canciones, ¿lo olvidas? —alza una ceja—. Cuando termine de cantarlas, veré cual elijo de esas...
—Taehyung...
—Ve, preciosa —le guiña el ojo—. Prometo que quedarán encantados conmigo y tú igual.
Cuando comenzó a tocar las teclas del piano con sus largos y finos dedos sonrió, y al escuchar su voz, sintió su piel erizarse por completo. Su voz grave era sorprendente, y causaba un torbellino de emociones en todas las personas que no pueden quitar la mirada de él.
Recordaba a la perfección esa canción "Singularity", sabía que la había escrito en la adolescencia, pero nunca llegó a comprender la letra y tampoco lo hacía ahora.
Sintió que no era correcta para el festejo, pero también sabía que él hacía lo que quería, y al ver a todas las personas maravillados con la voz del castaño, no pudo evitar sonreír, mientras que aún seguía curiosa por lo que decía la letra.
Al escuchar las frases recordó la vez que lo encontró llorando, lo que hizo que su curiosidad se despertara aún más, aunque cuando había leído la letra años atrás se había burlado porque se detestaban, pero siempre pareció una canción maravillosa con la que podría haber llegado lejos.
—Vaya, canta mejor que el estúpido que habías contratado —ríe el rubio.
—Lo sé —habla sin poder dejar de mirarlo, notando como este intentaba no sonreírle, pero aún así le guiñó el ojo.
—Seguiré con mi trabajo.
El castaño miró a las personas que parecían embriagados por su voz, y no pudo evitar sonreír, antes de comenzar a cantar "Inner Child", una canción que también escrita por él y de la que también se sentía orgulloso.
Yehyun no podía dejar de mirarlo y una sonrisa se dibujó en sus labios, al escucharlo cantar esa canción que no conocía, hasta que el aroma a una colonia inundó sus fosas nasales que hizo que volteara rápidamente.
—¿Jungkook? —pregunta sorprendida.
Su cabello estaba corto, lo cual le hizo lucir igual o más atractivo, pero también intimidante. Llevaba el uniforme de policía y su mirada no le dejaba saber qué estaba sintiendo, lo cual no sabía si era por la poca claridad o por él. Eso no le gustaba para nada.
—Vamos a hablar.
—Pero...
—Vamos —la toma del brazo, para comenzar a caminar hacia su oficina, mientras ella se sentía paralizada.
Yehyun no se creía lo demandante que se había puesto Jungkook. Quería poder soltarse, pero a la misma vez anhelaba estar entre sus brazos y escuchar los latidos de su corazón que le daban paz, la que tanto necesitaba hacía días.
Una vez que entraron a la oficina, la tensión comenzó a crecer entre ambos, mientras la castaña no podía quitar su mirada de los ojos oscuros e intimidantes del pelinegro.
Verlo de aquella manera hacía que se sintiera fascinada, y parecía que en el tiempo que no se habían visto este se había ejercitado aún más, porque se sentía más pequeña ante él.
—¿Q-Qué quieres? —titubea nerviosa.
—Tú y yo nos debemos una charla.
—No nos debemos nada.
—Sé que estás con alguien más —admite dolido—. ¿Por qué?
Yehyun frunció el ceño confundida, pero luego recordó la noche del bar y comprendió porqué sabía de Taehyung. No quería mostrarse débil, ni quedar como que no lo había superado, por lo que soltó una risa amarga.
—Porque encontré a alguien mejor que tú —espeta molesta.
—¿Se trata de ese imbécil que te buscaba y no dudaste en revolcarte cuando terminamos? —la toma de los brazos mirándola dolido, pero ella lo empuja.
—¿Cómo te atreves a venir a hacerme este planteo?
—No puedo sacarte de mi cabeza, Yehyun —se acerca peligrosamente, provocando que choque contra el escritorio—. Te necesito.
La castaña miró cada centímetro del rostro del pelinegro, mientras trataba de no caer en la tentación de probar sus labios nuevamente, pero se le estaba dificultando a tal punto que sus respiraciones comenzaron a mezclarse. Su piel se erizó al sentir las acaricias en su mejilla y como los ojos de él estaban fijos en sus labios carnosos.
—Suéltame —trata de empujarlo, pero este rodeó su cintura con su brazo apegándola más a él.
—Te deseo tanto como tú a mí —asegura en casi un murmuro rozando sus narices.
La castaña miro sus labios rosados, el inferior más carnoso que el superior y soltó un suspiro, sintiéndose temblar.
Era realmente peligrosa su cercanía y eso se le hacía más tentador, por lo que se dejó llevar por su cercanía, juntando sus labios desesperadamente, apagándose más a él.
El beso fue intensificándose al punto en que la ropa comenzó a estorbar, tiraron sus prendas al suelo sin importarle nada, mientras las caricias se volvían más obscenas, como pasionales, y volvieron a juntar sus labios en torpes besos desesperados.
Yehyun estaba en ropa interior, mientras desabrochaba rápidamente el pantalón de Jungkook, el cual dejaba besos húmedos en su cuello y también lo mordisqueaba, provocando que jadeara inclinando su cabeza hacia atrás.
La erección del pelinegro rozó la cintura de la castaña, y este la tomó de los muslos, sentándola en el escritorio para acomodarse en medio, y comenzar a introducirse en ella, causando que ambos gimieran por lo alto.
Las carpetas que estaban sobre el escritorio cayeron al suelo, por las manos de la castaña que se aferraron por un momento a este, pero en cuanto la tomó de la espalda, ella envolvió uno de los brazos por los anchos hombros del pelinegro.
Este aumentó las embestidas mientras observaba deseoso por conseguir más de la castaña, que enrollo las piernas en su cadera atrayéndolo más a ella.
El escucharla gemir por lo alto lo hacía cegarse por el deseo, por lo que la recostó sobre el escritorio, mientras la besaba desesperado, lleno de pasión.
Esta clavó las uñas en su espalda gimiendo su nombre y pidiendo más, olvidando todo lo sucedido, como también todo el rencor, porque sólo quería sentirlo. Estaba perdida en el placer y en sus movimientos de caderas maravillosos, que provocaron que gritara su nombre al sentir sus paredes contraerse.
Este miró el cuerpo desnudo de la castaña, mientras lo acariciaba sintiendo como pronto iba a alcanzar el clímax.
Gruñó al sentir como lo apretaba por lo que sus movimientos se volvieron veloces y duros, a lo que ella arañó su espalda, hasta que sintió como la llenaba de él y un gran gemido escapó de sus labios.
—Te he extrañado tanto —admite agitado, pasando la mano por su frente que estaba sudada.
Cuando quiso juntar sus labios ella se alejó empujándolo levemente, mientras se levantaba para recoger su ropa que se encontraba en el suelo, por lo que hizo lo mismo sintiendo como la tensión crecía.
—Yehyun, realmente te he extrañado —comenta abrochando su pantalón para luego recoger lo demás.
—Y seguirás haciéndolo —asegura colocándose la polera blanca.
—¿Qué? —volteó a verla desconcertado con el ceño fruncido.
—¿Acaso olvidas lo que me hiciste? —pregunta irónica.
—Pequeña...
—¡No! —lo interrumpe acercándose furiosa—. Rompiste mi corazón, Jungkook —alza una ceja—. Pero no te sientas especial por eso, ya lo hicieron antes, así que ya te superé.
—No me digas eso —murmura dolido—. Lo que pasó recién...
—Sólo quería comprobar que no me has superado —sonríe amarga—. Ahora vete.
—Sólo estás con ese imbécil porque no puedes superarme, pero estoy aquí pidiéndote perdón. Hyori no volverá a acercarse a mí, así que podemos estar juntos...
—Me iré yo —pasa por su lado ignorando por completo sus llamados.
—¡No puedo permitir que te vayas con ese hombre!
Yehyun sentía su sangre hervir por sus palabras por lo que quiso irse, pero este tomó su brazo bruscamente algo que la sorprendió y a la vez provocó que explotara.
Rápidamente le dio una bofetada que provocó que este girara su rostro por la fuerza, y quedara atónito por un momento.
Su mejilla estaba enrojecida y llevó su mano lentamente allí, sin poder creerse que se haya atrevido a hacerle eso.
—Yehyun...—intenta hablar, pero su voz salió débil y la observaba con los ojos cristalinos.
—No vuelvas a acercarte a mí —murmura amenazante antes de comenzar a caminar.
Al salir se encontró a Taehyung, que estaba tenso pero aún así canta "Sweet night". Llevaba varios minutos buscándola algo desesperado con la mirada, entre la multitud que lo rodeaba y los que se encontraban sentados también disfrutando del show, hasta la pareja que celebrana junto a algunas más que estaban bailando lento.
Cuando sus ojos se encontraron, le sonrió cálidamente y le guiñó el ojo, mientras volvía a cantar con normalidad. Pero al cabo de unos pocos segundos pudo notar su nerviosismo, como también el hecho de que acomodaba su ropa, por lo que frunció el ceño.
Yehyun quiso devolverle la sonrisa, pero fue más una mueca, pues su mirada se encontró nuevamente con la de Jungkook, que se dirigía a la salida del restaurante, sintiendo un nudo en su garganta. Ella con sus ojos cristalinos deseaba poder contenerse, porque estaba segura que jamás iba a volver a amar tanto a alguien como lo amaba al policía.
Pues, había sido todo tan distinto y romántico como en las películas, por lo que sabía que nadie iba a poder reemplazarlo, ni nadie iba a hacerla sentir como él. No había nadie como él, así que estaba segura de que no iba a conseguir tener algo tan lindo, dulce y pacífico, como lo que habían tenido. Pero también sentía que aún no era capaz de olvidar lo sucedido, su confusión y mentiras lo arruinaron todo, porque volvió a traer con eso sus inseguridades.
Taehyung volteó a ver hacia la puerta, tratando de visualizar la silueta de ese hombre, y cuando lo logró antes de que se fuera, sintió su sangre hervir.
En su mente comenzaron a aparecer imágenes para nada agradables, y sabía que su imaginación estaba en lo correcto, pues era demasiado inteligente, así que estaba seguro de que si llegaba a reprochárselo todo lo que conseguió iba a arruinarse.
Empuñó oas manos con fuerza, tratando de contener la rabia y seguir como si nada, pero anhelaba bajar de aquel escenario y golpear a Jungkook, porque no iba a permitir que le arrebatara a quien tanto había deseado años atrás, aunque estaba seguro que mantenerla a su lado iba a costarle demasiado.
Jamás creyó que podía llegar a enamorarse, pero estaba sucediéndole y de la persona que sabía que no debía, porque podía notar que era realmente peligrosa, y estar con ella sólo iba a lograr que su vida se jodiera aún más, pero aún así estaba dispuesto a correr el riesgo.
¡Hola!
En el capítulo anterior en el diálogo de Jungkook sobre qué Taehyung es menor que él y Hyori, vi que hubo quienes no entendieron, por lo que me di cuenta que nunca puse las edades porque soy una boluda, así que acá se las dejo JAJSJSJA
Yehyun 23 años
Taehyung 24 años
Jungkook 28 años
En fin, espero que les haya gustado esta actualización seguida
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro