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25; VERGÜENZA

VERGÜENZA

MARATÓN 1/5

Yehyun estana decidida a no volver a confiar en las palabras de otro hombre, aunque su mirada le asegurara cuidar su corazón no iba volver a cometer otro error como ese, ni volverá a ser la tonta que hacía las cosas bien.
No quería volver a sentir, ni siquiera se había desahogado para aliviar aquel dolor que se instaló en su pecho cuando Jungkook salió del restaurante, a pesar de que pasaron unos días de eso.

Desde entonces se la pasaba en su restaurante, encargándose de la cocina para mantenerse más ocupada y aunque sus amigos insistieran en que quizás debía tomarse un tiempo para sí misma, decidió no escucharlos.
No quería pensar, no quería ocuparse de sus sentimientos, pues sentía que si por un momento pensaba en Jungkook volvería a romperse como lo hizo años atrás o aún peor.

—Ya, debes ir a descansar —habla Yoongi, sintiéndose frustrado mientras la veía limpiar la mesada.

Eran las siete de la mañana, Yoongi, Hyewoon y Jin miraban su amiga, la cual parecía tener mucha energía aunque debajo de sus ojos se encontrasen unas grandes ojeras y se viera más pálida de lo normal.
Su mejor amiga se había cansado en insistirle en que descansara más, por lo que decidió llamar a su novio para que los ayudase a convencerla, pues este siempre era quien ponía todo en orden cuando algo pasaba en el grupo.

—¿Yehyun? —Jin se acerca pensando en las palabras exactas que podría decir para aquella situación—. Oye...

—¿Vinieron a ayudarme? —pregunta llevando un mechón de cabello detrás de su oreja, ya que se había escapado de su coleta.

—Si necesitas ayuda no les hubieses dado días de descanso a quienes se encargan de la limpieza, ¿no crees? —pregunta tranquilamente el rubio, mientras sus amigos le dan una mirada molesta que lo hace confundir.

Yehyun actuaba como si no lo hubiese escuchado, lo cual de cierta manera los frustraba aún más. La pelinegra miró a su novio desesperada sin saber qué hacer, por lo que este suspiró decidiendo volver a hablar.

—Yehyun, realmente estamos preocupados por ti —admite—. Queremos ayudarte, estamos aquí para ayudarte...

—Toma el trapeador que se encuentra en aquel mueble —lo señala.

—¡Oh, ésto tiene que ser una puta broma!—Yoongi pasó las manos por su rostro y se llevó un golpe de Hyewoon, por lo que intervino Jin.

—No hablo de eso —murmura tranquilo—. Creo que necesitas hablar de Jung...

—¡No te atrevas a nombrarlo! —alza la voz sobresaltándolos—. Si no vienen a ayudarme con la limpieza, entonces, pueden irse.

Se miraron entre los tres pensando en qué era lo correcto para ese momento, la conocían lo suficiente para saber que estaba tratando de mostrarse fuerte ante esa situación.
Yoongi movió la cabeza indicándoles que se fueran, lo cual algo dudosos antes de irse, le dedicaron una última mirada a la castaña que seguía manteniéndose ocupada.

—Te ayudaré a limpiar aunque ya lo hayas hecho diez veces. Estoy aquí para escucharte si decides hablar —asegura—. Iré a limpiar las mesas para colocarlas afuera.

Este la conocía demasiado, sabía que lo de mantenerse fuerte sin demostrar ninguna emoción no le duraría demasiado tiempo, pues aunque intentara ocultarlo, en sus ojos podía ver la decepción y tristeza con la que cargaba.
Cuando ella se derrumbara él se aseguraría de estar a su lado, para darle un abrazo y tomar helado, mientras hablarían de lo idiotas que fueron por haber abierto su corazón.





(...)





Jungkook no dejaba de cuestionarse por haber arruinado su relación, por confundirse, por no haber hablado a tiempo sobre lo que estaba sucediendo. Los consejos de su mejor amiga no eran de mucha ayuda, pues a pesar de que ambos estuviesen en casi la misma situación, sentía que no le ayudaba para nada sus palabras.

Miraba la lluvia caer por la ventana mientras tomaba café y por momentos se perdía en sus pensamientos, reviviendo momentos que había pasado con aquellas mujeres que habían logrado hacerlo feliz por un tiempo.
Extrañaba cuando su vida estaba en orden y sólo tenía cabeza para preocuparse por su trabajo, porque ahora cuando intentaba concentrarse en eso, una de ellas se cruzaba por su cabeza distrayéndolo.

Desde aquella noche en que Yehyun lo echó del restaurante, no había intentado acercarse, pues se sentía culpable y no quería herirla más, ya que ni siquiera es capaz de decirle que había visto a Hyori dos veces.
La primera solamente se había quedado paralizado hasta que pudo dirigirse a su coche sin decirle ni una palabra, mientras que la segunda se la había encontrado saliendo del trabajo. Rlla había intentado hablar, pero simplemente se había derrumbado recordando cada momento que habían compartido, hasta que lo tomó del rostro. En ese momento sintió perderse en su mirada, en sus ojos oceánicos, en la cercanía, hasta que los recuerdos de Yehyun invadieron su mente y reaccionó a lo que estaba por hacer.
Luego no supo cómo, pero Hyori había conseguido su número y enviado un mensaje que respondió días después.

Miró su celular, el mensaje que le había dejado al siguiente día y que no obtuvo ninguna respuesta.

Sé que seguramente debes odiarme, créeme que yo también lo hago
porque te prometí jamás dañarte
y terminé haciéndolo
Cualquier palabra que salga de mi
boca para intentar arreglar ésto,
creerás que es mentira y lo entiendo

Espero en algún momento poder
hablar sobre ésto y que puedas perdonarme por herirte
Juro que no ha sido mi intención y
que quise evitarlo, pero terminé
arruinando todo al no saber cómo
hablar acerca de su regreso
Te quiero demasiado, pequeña.


Soltó un suspiro bloqueando su celular, esperando algún día recibir alguna respuesta, o volver a verla, porque cada hora que pasaba la extrañaba más que la anterior, lo que hacía sentir su pecho arder. Pero por más que quisiera verla, o enviarle mensajes confesando cuanto la extrañaba, no quería ilusionarla o lastimarla aún más, por lo que soportaba las ganas.

El timbre sonó y el pensar en que podía ser la castaña provocó que los latidos de su corazón se aceleraran, por lo que ilusionado se dirigió rápidamente hacia la puerta.
Tomó aire tembloroso y con su mano temblorosa tomó el pomo de la puerta, pero al abrir y ver a la mujer que se encontraba en frente se sintió paralizado.

—Hola, Jungkook —al escuchar su voz quedó boquiabierto sintiendo que su corazón iba a salirse de su pecho—. ¿Podemos hablar?

—¿Hyori? —murmura atónito.

Ella tomó aire y pasó por su lado mientras este la mirara sorprendido por eso. Deseaba que ese momento sea un mal sueño, pero aún así volteó cerrando la puerta a sus espaldas.

Se acercó a paso lento y dudoso, lo cual la intimidó pero no se alejó en ningún momento. Tomó su rostro entre sus manos mirando cada centímetro de este, no había cambiado nada, pues estaba igual que hace tiempo atrás sólo que su cabello rojizo más largo.
Al sentir el tacto de su mano sobre la suya, erizó su piel y bajó su cabeza detestándose.

—No deberías estar aquí —habla molesto—. Primero mi número y ahora dónde vivo, ¿cómo haces?

—Lo sé, pero me di cuenta de mi error —admite nerviosa—. Un nuevo amigo me ayudó con eso.

Decidió no prestarle atención acerca de ese "amigo" que la estaba ayudando a acercarse a él, aunque si se le hacía extraño, pero no podía pensar en otra cosa que no fuese que inesperadamente la tenía otra vez en frente.

—¿Por qué ahora, Hyori? —cuestiona desesperado—. ¿Por qué tan tarde? ¿Terminaste con el hombre por el que me reemplazaste?

—No creo que sea tarde —toma su rostro entre sus manos—. Terminé con él al poco tiempo porque me di cuenta que no podía sacarte de mi corazón, por más que te hayas ido. Además, antes de venir aquí a Seúl, recibí una llamada de una propuesta de trabajo justo cuando pensaba irme de Busan, fue una señal...

—¡No lo entiendes! —se aleja dándole la espalda—. Estaba bien, estaba en una relación estable —la mira notando que estaba sorprendida—. Estaba con una mujer maravillosa que me demostraba que me quería —tira de su cabello, sintiendo un nudo en su garganta formarse—. ¡Y apareciste para arruinarlo todo!

—Oh, Dios, lo siento —se acercó tomando sus manos, mientras lo miraba con sus ojos cristalinos—. En verdad lo hago —asegura—. Pero si estoy aquí es porque estoy arrepentida y quiero luchar por ti —llevó las manos a su rostro—. Aún te amo, Jungkook.

Aquellas palabras lo tomaron por sorpresa, provocando que su corazón diese un vuelco. Quiso hablar, pero las palabras no salían de su boca y cuando intentó reaccionar, Hyori juntó sus labios provocando que se estremeciera.
Sin dudar la tomó de la cintura apegándola a él y comenzó a caminar hacia el sillón, mientras sus lenguas luchaban por obtener el dominio.

En todo el tiempo que había estado sin ella olvidó su forma de besar, por lo que se le hace sumamente extraño, porque está acostumbrado a la forma de besar de la castaña que le provocaba miles de sensaciones.
Pero aún así, no quería separarse de Hyori porque no quería caer en la realidad, por lo que metió sus manos dentro de su camiseta, sintiendo como su piel se erizaba y la quitó observando sus grandes pechos bajo un sostén rojo.

La pelirroja lo empujó al sofá, colocándose a horcajadas sobre él, quitando su suéter violeta junto a su camiseta. Al ver su pecho desnudo y sus abdominales más marcados de los que recordaba, jadeó mientras unía sus labios comenzando a acariciar su tibia y suave piel, sintiéndose enloquecer. Jungkook sintió como succionaba y pasó la lengua por su cuello, pero comenzó a ahogarse en recuerdos.











(...)









Taehyung se encontraba en la bodega junto a Bruce y dos hombres más, ya que tenían que revisar que todo estuviera en orden para la próxima entrega.
Era una madrugada tranquila, el castaño no sentía la necesidad de volver a su casa aunque notara que sus hombres sí. Pues, sabía que al volver seguiría discutiendo con Dalmi, ya que en la tarde le había sentido el aroma a colonia de otra mujer.

En la entrevista de trabajo con la nueva contadora para el negocio que tenía junto a Jin, no había podido reprimir más las ganas de estar con otra mujer.
Pues, ya había intentado dejarle en claro a la pelirroja que lo que tenían ya no funcionaba más ,y quería sacarse de la cabeza a la castaña de una vez porque se había instalado en sus pensamientos durante esas horas.
La había pasado bien con la nueva contadora, no podía negarlo, a pesar que la había visto llorar minutos antes, aún así no fue cómo esperaba.

Taehyung subió los primeros escalones y al escuchar unos pasos acercarse, volteó a ver encontrándose con Bruce.

—¿Le sirvió la información sobre esas personas, Jefe? —pregunta curioso.

—Más de lo que crees —sonríe satisfecho.

—¿Le interesa la hija del señor Baek?

—Eso no debería ser de tu incumbencia...

—Lo sé, pero por lo que he averiguado desde que usted regresó, no le está yendo muy bien en sus negocios —suelta una pequeña risa amarga.

—Era de esperarse.

—¡Señor, se acercan unos hombres!

Este al escuchar el grito de uno de sus hombres, volteó a ver hacia la puerta, sobresaltándose al escuchar unos disparos y ver a uno de ellos caer con un disparo en su brazo.

—¡Corre, te protegeré!

Bruce lo empujó haciéndolo reaccionar, por lo que empezó a subir las escaleras rápidamente.

—¡V, te mataré! —grita una voz ronca.

Este al escuchar esa voz, abrió los ojos a la par por la sorpresa. Hong Kwan era un político importante en Seúl, y como pasaba la mayoría de veces, tenían tratos con el narcotrafico, por lo que había buscado a V para cultivo ilícito, pero sin esperárselo el castaño hizo lavado de dinero. Eso despertó la furia de Kwan, que no dudó en buscarlo y ahora que se encontraba allí, su único pensamiento era acabarlo.

El sonido de sus pisadas, los disparos y los gritos que provenían de la planta baja, hacían eco en aquella bodega, lo cual lo desesperaba aún más.

—¡¿Por qué no te acercas así solucionamos nuestro pequeño problema, maldito desgraciado?!

Al escuchar esa voz tan cerca, sus latidos se aceleraron, por lo que tomó el arma que se encontraba en la parte trasera de su pantalón, preparándose para lo que sea que pudiera ocurrir, pero aún así seguía corriendo buscando la salida.
Podía matarlo fácilmente, más sabiendo que Bruce no tardaría en aparecer, pero matar a un político no estaba en sus planes y pensaba en los reproches que se llevaría por parte de Seokjin.
Matar a Kwan sólo los pondría más en la mira, por lo que le convenía escapar.

—¡No vas a escapar de mí, V!

Al ver la ventana que se encontraba frente a él, sacó su cabeza tragando en seco al ver la altura. Sentía su corazón golpear contra su pecho, pues no le agradaba demasiado las alturas, pero aún así tomó una bocanada de aire sentándose en esta, para luego dejarse caer, deseando que lo hiciera en los arbustos.

Un gemido de dolor escapó de sus labios al sentir un punzante dolor en su abdomen, a pesar de eso con algo de dificultad se levantó.

—¡No podrás escapar de mí!

El sonido de un disparo lo hizo sobresaltar y al voltear se encontró con Kwan, el cual estaba observándolo por la ventana, por lo que le sonrió burlón enseñando su dedo del medio, para luego comenzar a correr tratando de esquivar sus disparos.








(...)








Yehyun estaba sentada en el sofá del living, la televisión estaba encendida, pero no tenía el mínimo interés por verla por más que estuviera pasando su película favorita, ya que había perdido sentido luego de verla con Jungkook.
Ya no podía volver a verla sola, por lo que comenzó a perderse reviviendo los recuerdos con su exnovio.

Sintió sus latidos acelerados y sus ojos arder por las lágrimas retenidas al pensar que, en realidad, nunca la quiso como decía. Sólo ella había sido sincera respecto a sus sentimientos.
Comenzó a romperse porque su alma dolía terriblemente y en lo profundo de su pecho se encerraban los quejidos de la soledad.
Su labio inferior temblaba, pero cuando estaba a punto de derrumbarse, el sonido del timbre la hizo reaccionar, lo cual agradeció y se levantó rápidamente para abrir, mientras tomaba una bocanada de aire así volvía a la normalidad, desapareciendo el dolor consumidor. Aunque el hecho de pensar en que podía tratarse de Yoongi la hiciese frustrar, se sintió agradecida en ese momento.

Al abrir soltó un chillido al sentir como la empujaban, causando que casi cayera, y luego cerraban la puerta bruscamente, pero al ver a Taehyung, frente a ella se alivió. Su pecho subí y bajaba después de tanto correr, pero parecía aliviado de estar allí, lo cual la desconcertó.

—¿Se puede saber qué haces aquí? —cuestiona confundida.

El castaño la miró de pies a cabeza, mientras una sonrisa perversa se dibujaba en su rostro. Yehyun observó su cuerpo sorprendiéndose, y sintiendo sus mejillas arder por la vergüenza, al darse cuenta que llevaba una camiseta negra que le quedaba algo corta y bragas del mismo color.



¡Hola!


¿Alguien del team Taehyung? ¿Creen que pase algo entre ellos ahora que Yehyun está soltera?


¿Les está gustando las actualizaciones seguidas?

Espero que el capítulo les haya gustado y no se les haya hecho aburrido
No se olviden de votar y comentar, bellezas

¡Nos leemos pronto!

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