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16; SUEÑO CELESTIAL

SUEÑO CELESTIAL


Jungkook se encontraba junto a Saha en una patrulla. Miraban a su alrededor mientras hablaban, o bueno, él trataba de que lo hiciera, pues ella no parece estar nada interesada.
Sabía que últimamente algo pasaba con su amiga, pero no quería obligarla a que hablara, ni quería que pensara que por estar de novio ya no se preocupaba por ella, por lo que solía preguntarle si quería hablar de algo, si se sentía bien.

—¿Estás molesta por algo? —miró como jugaba con sus manos.

—No quiero que pienses que no estoy feliz por ti —medio sonríe—. Me hace bien verte estos días muy animado. Ya llevan dos semanas, ¿cierto?

—Sí, llevamos dos semanas —sonríe al recordarla—. No te preocupes. Sé que te alegras por mí —apoya la mano en su brazo—. Ahora dime qué sucede.

—Daehyun me ha pedido matrimonio.

—¡Oh, me alegro por ti! —habla emocionado, pero frunció el ceño al ver que baja la cabeza—. Porque eso es bueno, ¿no?

—Jungkook...

—Yehyun me ha dicho que vas a cenar allí todas las noches, ¿por qué lo haces?

—Le he dicho que no a Daehyun...—mordió su labio inferior mientras que su amigo la miró boquiabierto—, porque me gusta...alguien más.

—¿De que hablas, Saha?

Se sentía completamente sorprendido por sus palabras, pues llevaba años con Daehyun, ya tenían sus planes y era cosa de nada para que le pidiera matrimonio, lo cual la había tenido emocionada. Pero la vida da cambios bruscos, y ahora el saber que su amiga estaba fijándose en alguien lo tenía desconcertado.
Nunca le había pasado, ella era muy segura en cuanto sus sentimientos.

—Tú sabes que desde que lo vi, llamó mi atención. Si he ido al restaurante de tu novia es porque he querido verlo más. Hemos hablado un poco y cada vez me gusta más —explica molesta—. Me gusta demasiado, Jungkook.

—No me digas que hablas del mejor amigo de Yehyun...

—Sí. Yoongi ha llamado mi atención.

—Saha, tú eras muy feliz con Daehyun. Llevan tantos años juntos...

—Las cosas cambian y cuando menos te los esperas.

Este soltó un suspiro tirando de su cabello sin poder creerse una palabra de lo que había dicho.
No entendía cómo pudo interesarse por alguien más, que esas cosas pasaran lo asustaban de cierta manera aunque fuese normal.














(...)













Jungkook se encontraba en su casa junto a Yehyun, ambos estaban acostados y él acariciaba su cabello con suavidad, mientras ella con sus ojos cerrados disfrutaba de la tranquilidad que la invadía, tanto así que sentía que iba a dormirse.

—No te duermas, pequeña —susurra en su oído.

Abrió sus ojos y lo miró molesta para luego girar y pasar el brazo por su abdomen aferrándose a él, causando que soltara una risilla.

—¿Sabes? Hoy hablé con Saha.

—¿Le comentaste sobre lo que te conté? —murmura tratando de no cerrar los ojos al seguir sintiendo como acariciaba su cabello.

—Sí...

—¡Oye! —levanta su cabeza para verlo—. Te dije que no hablaras sobre eso.

—Lo sé, pero no pude evitarlo —suspira—. Quería saber que estaba pasando.

—¿Y te lo dijo? —pregunta curiosa.

—Pues, sí —hace una mueca—. A Saha le gusta tu amigo...

—¿Jin? —frunce el ceño desconcertada.

—Yoongi —presiona los labios—. Y rechazó la propuesta de matrimonio de su novio. Terminaron.

— Tiene que ser una broma.

—No lo es.

—Ella no puede gustar de Yoongi.

— ¿Tiene novia? —frunce el ceño y ella negó con la cabeza— ¿Esposa? ¿Hijos?

—Es gay, Jungkook —contesta sorprendiéndolo—. Jamás va a tener una oportunidad.

Jungkook al escuchar eso se quedó sin habla por un momento, mientras tenía sus ojos abiertos a la par.

—Debo decírselo...

—Quizás ya lo sepa.

—No. Estoy seguro de que no lo sabe. Cometió un error al dejar a Daehyun...

—No es así. Si no se enamoraba de Yoongi, se hubiese enamorado de alguien más —asegura y este soltó un suspiro de frustración, pasando los dedos por su cabello—. Me asusta como de un momento a otro se puede dejar de amar a una persona.

—Oye, no pienses en eso —acaricia su mejilla—. El amor es una de las cosas más hermosas, pero también complicadas.

Yehyun estaba algo sorprendida por sus propias palabras, hacía poco siempre se refería al amor como una de las peores cosas, pero desde que estaba en una relación con Jungkook, era como si viera las cosas con más color.
Cuando pensaba en eso sentía miedo, miedo de que volvieran a romper su corazón, miedo de volver a llorar por alguien hasta sentir que se ahogaba, pero en cuanto lo miraba no podía evitar sonreír y que todos sus miedos desaparecieran por completo.

—Pues, yo no quiero que lo nuestro sea complicado. Prometo hacer hasta lo imposible para sólo provocarte sonrisas —junta sus labios.

Sentían como sus labios encajaban a la perfección, este los saboreaba al ser un beso lento y un cosquilleo apareció en el estómago de ella, que estaba latente como si fuese la primera vez que prueba sus labios.

—Estoy segura de que le agradarías a mis padres —murmura con una sonrisa.

—Pues, espero que quieras presentarme a ellos —sonríe mirándola tiernamente.

—Claro. Si quieres puedo hablar con ellos para que en estos días los conozcas.

—¿Sabes? En estos momentos me gustaría que mi padre estuviese vivo. Estoy seguro de que se sentiría muy feliz por nosotros —murmura nostálgico—. Siempre solía aconsejarme sobre el amor, sobre cómo debía tratar a una mujer y todo ese tipo de cosas. Me gustaba escucharlo y seguir sus consejos.

—Estoy segura de que él está muy orgulloso de ti, donde sea que se encuentre —entrelaza sus dedos.

Jungkook al escuchar sus palabras no pudo evitar sonreír y aferrarse a ella, esta vez apoyando la cabeza en su pecho.

—Gracias.

—¿Por qué? —pregunta desconcertada acariciando su cabello.

—Por aceptarme y hacerme el hombre más feliz —suelta una risilla nerviosa.

—Pues, en ese caso también debería agradecerte.

Jeon levantó la cabeza para mirarla con el ceño fruncido y un brillo de ilusión en sus ojos.

—¿También te hago feliz?

—Claro que sí. Cada día contigo lo siento mágico —murmura sonrojada.

—Eres tan tierna —junta sus labios—. Haré lo posible para que eso se mantenga.

La castaña siguió acariciando su cabello por unos minutos mientras él se aferraba a su pequeño cuerpo. Escuchaba los latidos de su corazón que le transmitían tranquilidad y ganas de quedarse así por siempre.
No quería soltarla, por más que supiese que debía volver a su trabajo, porque estar en sus brazos era el mejor sentimiento que había experimentado luego de tanto tiempo.

—Debo volver al restaurante —suspira al ver la hora en su celular, pero su novio no se separaba y estaba con los ojos cerrados—. ¿Jungkook? —trató de sacar sus brazos pero este tenía demasiada fuerza—. Oye...—ríe al escuchar su gruñido.

—No te vayas —pide entre dientes.

—Debo hacerlo. Se me está haciendo tarde.

—No quiero que me sueltes...—habla como un niño pequeño lo que la hizo sonreír por la ternura.

—Si quieres nos vemos luego.

—¿Lo dices en serio? —levanta la cabeza mirándola ilusionado.

—Claro que sí.

—Pasaré a buscarte —volvió a apoyar la cabeza en su pecho—. Esta noche quiero dormir contigo, porque no me gusta despertarme y no verte a mi lado.

Yehyun se sentía igual que él. Le gustaba despertarse y verlo a su lado, ya sea durmiendo u observándola tiernamente porque despertó antes.
Despertar y verlo a su lado la hacía sentirse como en un sueño celestial, nada podía arruinar su día luego de eso.
















(...)
















Taehyung se encontraba en el restaurante de la castaña, comiendo jajangmyeon, mientras se perdía en sus pensamientos por momentos.
Estaba frustrado y sólo condujo hasta allí, porque trataba de escapar de la situación que se había formado en su casa, algo que solía hacer seguido.
Dalmi lo notaba más distante y había comenzado a reprochárselo. Además de que estaba frustrado por las personas que lo traicionaban, estaba comenzando a sentir cada día más desinterés por ella, aunque eso no quitaba que siguiera queriendo protegerla con su vida.

No tenía interés en nadie, o eso quería creer. En los dos años que llevaba junto a ella no había estado con otra mujer porque intentaba serle leal como ella lo era con él.
Quería enamorarse ya que sabía que nadie lo iba a amar como la pelirroja lo hacía, su amor era puro, pero por más que se esforzaba sólo lograba frustrarse al notar que no funcionaba.

Volteó al escuchar una risa que reconocía con demasiada facilidad. Aquella risa ruidosa y que siempre le había hecho reír, hizo que una sonrisa apareciera en su rostro.
Se encontró a Yehyun, la cual ríe de las ocurrencias de su mejor amiga que hablaba sin parar.

Mientras atendía a unos clientes, conectó su mirada con la de ella, sus ojos avellanas lo miraban fijamente, lo cual lo sorprendió, pues siempre solían evitarlo. Rápidamente notó que tenía un brillo especial, que estaban llenos de vida, y eran tan transparentes como ellos solos, por lo que también supo que estaban llenos de amor.
Desvió la mirada rápidamente y le sonrió al hombre calvo que estaba despidiéndose, por lo que hizo una reverencia.

No pudo evitar seguir observándola, pues no la reconocía. Nunca la había visto tan sonriente y resplandeciente, lo que llamó aún más su atención, por lo que empezó a perderse en sus pensamientos que eran invadidos por la castaña. Tanto así, que cuando volteó hacia el frente, acercándose hacia él, sintió que sus ojos avellanas resplandecientes lo hipnotizaban.

—¿Necesitas algo más? —lo mira curiosa.

—¿Estás echándome? —pregunta burlón.

No. Sólo que no dejas de mirarme hace un buen rato.

Al escucharla no pudo evitar sorprenderse, ya que sabía que siempre pasaba de él. Era como si no existiese para ella, lo cual le molestaba demasiado, por lo que creyó que no había notado su mirada.

—Sólo es que...estás muy hermosa hoy —admite provocando que ella rodara los ojos al darse cuenta que seguiría tratando de hacerla caer a sus pies.

—¿Disculpa? —frunce el ceño—. ¿Sólo viniste aquí a molestarme?

—No. Sólo vine aquí porque no sabía dónde más ir.

—Es extraño que vengas solo y no con Jin.

—No puede estar siguiéndome todo el tiempo como un maldito perro.

—Ya, si no necesitas nada, entonces, deja de mirarme, ¿sí?

—Creo que eso será imposible —humedece sus labios mientras se inclina hacia adelante—. Porque cuando estás presente, toda mi atención siempre está puesta en ti.

Yehyun abrió sus ojos sorprendida, mientras que el castaño al verla así, no pudo evitar sonreír arrogante, provocando su frustración y que se fuese sin dirigirle la palabra. Eso de cierta manera le sorprendió, ya que estaba acostumbrado a recibir reproches e insultos de su parte.
Al verla tan radiante y llena de vida, comenzó a pensar que quizás ella tenía aquella luz que le hacía falta a su vida, a la cual la envolvía el dolor y la oscuridad.

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