12; PELIGRO
❝PELIGRO❞
Yehyun se encontraba en el restaurante con los brazos apoyados en la barra, su barbilla apoyada en la mano, y con una sonrisa en su rostro, embobada al recordar la noche que había pasado junto al policía.
Yoongi mientras llevaba los pedidos miraba desconcertado a su mejor amiga, sin duda le preocupaba que se estuviera de esa manera.
—¿Qué hiciste anoche? —la sorprende apoyando los brazos en la barra frente a ella—. ¿Probaste alguna sustancia rara? —la mira fijamente entrecerrando los ojos, tratando de adivinar—. ¿Tienes fiebre? —toca su frente.
—¡Quítate! —saca su mano mirándolo molesta.
Rápidamente aquel semblante de molestia se borró de su rostro, siendo reemplazado por la sonrisa al ver a Jungkook.
—Hola —su voz sale más aguda de lo normal, por lo que Yoongi hace una mueca de desagrado.
El pelinegro al notarlo no pudo evitar sonreír, mientras trataba de soportar las ganas de saludarla con un beso en los labios, los cuales se le hicieron adictivos desde que los probó.
No había dejado de pensar en ella, por lo que en su hora de almuerzo le pidió a su mejor amiga que lo acompañase a Ambross para poder verla, la cual aceptó encantada de que al fin comenzara a distraerse del trabajo.
—Buenas tardes.
Se acercaba lentamente, por lo que ella se acercó más esperando que le diese un beso en los labios, pero le dio uno en la mejilla haciéndola sonrojar por haber sido tan obvia. Yoongi al notar aquel momento se cubrió la boca para no soltar una carcajada, pero al voltear y encontrarse con una mirada intensa se asustó.
La chica de cabello corto se encontraba frente a él, lo miraba con una gran sonrisa en su rostro y en cuanto sus miradas se conectaron ella movió su mano en forma de saludo.
—Es mi hora del almuerzo, así que decidí venir a verte —admite Jungkook.
—Me parece bien —murmura tímida—. También tenía ganas de verte.
Aquellas palabras lo hicieron sorprender y a su corazón brincar de emoción, habían sido un motivo para que su día se alegrara.
—Entonces, ¿tú también estabas pensando en mí? —sonríe.
—Buenas tardes, Saha —saluda Yehyun.
Necesitaba evitar responder la pregunta de Jungkook, pues sentía demasiada vergüenza de decirle la verdad y su rostro estaba ardiendo. Le costaba demasiado expresar sus verdaderos sentimientos y es que cada vez se sentía más atraída a él, lo cual le aterrorizaba.
—Buenas tardes, Yehyun —voltea a verla con una sonrisa, para luego volver a ver a Yoongi, que parecía completamente intimidado.
El de cabello ondulado al notar que había evitado su pregunta soltó una risilla por lo bajo, pues era demasiado notorio que también había estado pensando en él y eso lo emocionaba, ya que significaba que sus sentimientos estaban siendo correspondidos.
Luego de que Jungkook se fuese a sentar junto a Saha, la cual no quitaba por momentos la mirada de Yoongi, este corrió hacia su amiga.
—¿Quién carajos es esa mujer y por qué no deja de mirarme? —pregunta desesperado.
—Es la mejor amiga de Jungkook. Quizás guste de ti...
—¡Dile que soy gay! Me intimida.
—Díselo tú —le resta importancia para luego entrar a la cocina.
Mientras tanto el policía junto a su compañera hablaban animadamente, esperando la comida. Por momentos cruzó miradas y sonrisas con Yehyun, sintiéndose estremecer por su forma de mirarlo tímidamente.
Podía notar que causaba sus nervios, por la forma en que le hablaba, en que le sonreía o como sus mejillas se teñían de un color carmesí. Ambos sentían que volvían a ese primer amor adolescente que es tan intenso y emocionante, pero a la misma vez asustaba.
(...)
Yehyun se sentía agotada de tener que fingir una sonrisa en su rostro, y aún peor, que tenía una buena relación con sus padres para así verse como una familia perfecta.
Durante el día anterior y la mañana Goeun le había insistido en que asistiera a la fiesta que había organizado el matrimonio Woo, pues su padre estaba intentando llevar a cabo un negocio con Namoo. Se había negado diciendo que no era de su interés, pero cuando su padre tomó el celular y lo escuchó, se sintió estremecer y no fue capaz de negarse al escuchar su tono demandante.
Todas las familias privilegiadas estarían ahí, lo que causaba su gran frustración ya que cuando vivía con ellos tenía que asistir a todas, aunque se aburriera de escucharlos hablar sobre negocios, dinero, matrimonios arreglados.
Al irse de su casa dejó de asistir, al menos a la gran mayoría pues siempre a alguna que otra estaba obligada por la buena imagen.
Esta era una de esas.
Llevaba un vestido rosado que cubría por completo sus piernas, se apegaba a su cintura, las mangas estaban caigas y tenía algunos brillos en la parte de arriba. Su cabello estaba recogido y se había maquillado un poco.
Detestaba estar así, por lo que esperaba que el tiempo pasara rápido y pudiera volver a su casa.
—Por supuesto, para nosotros es todo un placer estar aquí —dice Baek con una gran sonrisa en su rostro, por lo que Yehyun hizo un gran esfuerzo por no rodar los ojos al notar su falsedad.
—A nosotros nos alegra que esten aqui y podamos volver a ver a su hija. Se ve... cambiada —habla la señora Woo.
—¿Ya no tan rebelde? —bromea Baek, llevándose una mirada de indignación por parte de su hija.
—¿Así que después de todo logró asentar cabeza? —pregunta sorprendida—. ¿Ya estás con alguien, querida?
Yehyun abrió la boca para contestar y negarse, pero su la tomó del brazo sorprendiéndola, por lo que decidió callarse, ya que sabía que probablemente lo hizo porque diría algo qur lograría molestarlo.
—¿Qué les parece si Yehyun toca una canción? Mi hija tomó clases de piano desde pequeña y lo hace fascinante.
—Oh, claro. Será todo un placer escucharla —habla Junho con una sonrisa—. Ven aquí, Yehyun.
Al verlo caminar hacia el medio de la sala donde se encontraba un gran piano oscuro y personas alrededor, volteó a ver asustada a sus padres que esperaban que lo siguiera.
—¡Papá, hace demasiado tiempo que no tocó! —murmura exaltada.
—Ve si no quieres tener problemas —advierte alzando una ceja.
—Ve y no nos haga pasar vergüenza, Yehyun —habla más tranquila su madre y le sonríe a Namoo.
La castaña se acercó nerviosa apretando un poco la copa de Champagne que llevaba en la mano, sintiendo la mirada y sonrisa del hombre que la había esperado algo confundido por su manera de reaccionar.
Este estiró su mano para que le diese la copa y ella con una falsa sonrisa se la dio, para luego tomar asiento frente al piano.
Estaba realmente nerviosa y quería escapar de esa situación porque temía hacerlo mal, causar una gran discusión otra vez con sus padres.
Tomó una gran bocanada de aire llevando sus finos dedos a las teclas, convenciéndose de que lo haría bien a pesar que debería volver a practicar antes, aunque sentía que recordaba a la perfección su melodía favorita que tocaba la mayoría de días.
Una vez que empezó a tocar, decidió dejarse llevar sin notar como las personas a su alrededor la miraban algo asombrados. Baek más relajado se acercó junto a su mujer pasando su brazo por su cintura, mientras ambos sonreían, pues por un momento creyeron que terminarían pegando el grito al cielo, por la vergüenza que les haría pasar.
Los segundos empezaron a pasar y cuando Baek se aburrió, decidió acercarse a Namoo para pedirle hablar sobre los negocios al verlo maravillado por la melodía que estaba tocando su hijo, por lo que este aceptó y caminaron hacia el despacho. Mientras que Goeun, decidió acercarse a saludar una antigua amiga.
Yehyun en un momento al sentir tantas miradas, levantó la suya buscando a sus padres y a Namoo, pero al no verlos frunció el ceño desconcertada.
No entendía porqué le habían pedido eso si no la escucharían para nada, la frustraba de gran manera, hasta que para su sorpresa se encontró con una mirada café intimidante, lo que provocó que se equivocara de nota y arrugara el rostro.
Tragó en seco decidiendo ignorarlo y concentrarse en lo que estaba haciendo, para así terminar de una vez.
En cuanto lo hizo escuchó los aplausos y dio una pequeña reverencia, notando como volvían a lo suyo rápidamente, mientras ella buscaba esa mirada café que había provocado su equivocación, lo cual esperaba que no se hayan dado cuenta las demás personas, aunque por la mueca que hizo seguramente había sido muy evidente.
Al no encontrarla, ni tampoco a sus padres, decidió salir al jardín, sintiendo como si piel se erizaba por la brisa fresca, pero prefería estar allí donde habían menos personas.
Soltó un suspiro abrazándose así misma, hasta que sintió su celular sonar en su pequeño bolso blanco, por lo que rápidamente lo sacó ya que no tenía nada mejor que hacer.
En cuanto vio que se trataba de un mensaje de Jungkook, no pudo evitar sonreír.
¿Qué estás haciendo, Yehyun?
¿Ocupada?
En una aburrida fiesta.
¿Tú?
¿Por qué aburrida?
Creo que con decirte que todos
hablan de negocios y dinero, entenderás.
Oh, ahora entiendo a qué tipo de
fiestas te refieres.
Me gustaría que estuvieras aquí.
No pertenezco a ese tipo de familias, Yehyun.
Nunca lo hice.
Lo sé y me gusta.
¿Tú qué estás haciendo?
Me tomé un descanso para hablarte.
Espero que no te aburras tanto allí sin mí, pequeña.
Al leer eso no pudo evitar sonreír mientras sentía un cosquilleo en su estómago, por lo que mordió su labio inferior.
—Te equivocaste en una nota.
Aquella voz masculina a sus espaldas provocó que se sobresaltara y que se olvidara por completo de contestar el mensaje. Giró un poco su cabeza y lo vio acercarse más, por lo que no pudo evitar mirarlo detenidamente de pies a cabeza.
Taehyung tenía su cabello divido, pero por sus rizos que caían por su frente lograba que casi la cubriera por completo. Llevaba un traje oscuro, al igual que sus zapatos, logrando verse así más intimidante para ella y que se perdiera por un momento en los recuerdos compartidos con este.
Los años sólo habían logrado que este se viera más atractivo, lo cual le hacía pensar en cómo podía ser eso posible, pero aún así tragó con dificultad volviendo la mirada hacia el frente.
Taehyung no era idiota, había notado su forma de mirarlo, por lo que este no dudó en recorrer también su cuerpo con la mirada, pues el vestido que llevaba hacia resaltar sus pequeñas curvas, por lo que humedeció sus labios y decidió apartarla aunque no quisiera.
—Cállate.
—¿Acaso te puse nerviosa, moquita? —pregunta burlón.
—¿Algún día te cansas de decir tantas estupideces? —inquiere volteando a verlo con la ceja alzada.
Taehyung al ver cómo pasaba un joven del catering, decidió tomar dos copas de champagne, agradeciéndole, para luego pasarle una a la castaña que la aceptó algo dudosa.
—No creí verte aquí.
—Ni yo a ti. Da saber que vendrías me hubiera negado —espeta dándole un sorbo al champagne, hasta que sintió una miradas.
Al ver que se trataba de unas parejas que no dejaban de mirar a Taehyung, y murmurar, observó como este también los miraba endureciendo sus facciones, logrando así intimidarlos y que las desviaran para seguir murmurando sobre él con más razones.
Notó como este llevó la copa a sus labios para darle un sorbo y que aunque intentara fingir, estaba esforzándose por no irse, lo cual provocó que de cierta manera, se arrepintiera por como le hablaba.
—Créeme que no iba a venir.
—En tu lugar no lo hubiera hecho —dice en casi un murmuro y al notar como este suspiró teniendo la intención de irse, se apresuró a hablar—. Las personas son estúpidas, principalmente estas familias.
—Lo sé, como también sé perfectamente que aunque no hubiera venido hubieran hablado sobre mí de todas maneras —alza una ceja—. Nunca lo dejarán ir.
—Algún día tendrán que hacerlo.
Taehyung estaba sorprendido y no le quitaba la mirada de encima, por lo que la fémina observó sus ojos cafés por un momento, hasta que sintió como sus mejillas se teñían de un tono carmesí.
Jamás se esperaron que pudieran hablar tranquilamente, y este más que nada que ella no creyera realmente lo que se decía de él, por lo que tuvo que reprimir una sonrisa al ver la de ella que intentaba esconder bajando la cabeza.
(...)
Hombres bajaban cajas del camión que se encontraba fuera de la bodega, mientras tanto Taehyung observaba como acataban sus órdenes sin reprochar.
Jimin estaba junto a más hombres en el techo de esta vigilando que nadie sospechoso se acercara, esta vez el castaño había decidido que Jin se encargara de otro trabajo.
Estaban realmente tranquilos, hasta que de pronto comenzaron a escucharse gritos y disparos.
—¡La policía! —entra un hombres al que le sangraba el brazo y tenía la respiración pesada—. ¡La policía está aquí, V!
—¡Ya saben lo que tienen que hacer! —grita Taehyung—. ¡Entreténgalos! —comenzó a correr hacia las escaleras junto a otros hombres, pero una bala casi a llega a rozarlo lo que lo asustó—. ¡Protéjanme, imbéciles!
Los hombres se pusieron alrededor de este, mientras subían las escaleras y comenzó a correr por un pasillo donde simplemente había más cajas afiladas. Necesitaba encontrar una salida, estaba desesperado, pues sólo una vez se había encontrado con tal peligro.
Quienes lo seguían le disparaban a los tres policías que habían subido, por lo que Taehyung se asomó por un momento y al ver aquello volvió a correr para buscar la salida.
Al encontrarse con una ventana suspiró y se acercó a esta, veía a algunos policías, pero estaban algo lejos.
Mientras tanto Jungkook se encontraba afuera, observaba los cuerpos de algunos policías como de los hombres que trabajaban para V.
—Aquí hay uno vivo —salió Saha de la bodega con un hombre tomándolo de ambos brazos.
El pelinegro lo tomó del brazo y lo hizo recostar en el suelo, provocando que gimiera de dolor, mientras miraba a su alrededor sin esperanzas.
—¿Sabes si atraparon a V? —le pregunta a su compañera.
—Lo dudo demasiado —suspira llevando las manos a su cintura.
Al escuchar un ruido volteó rápidamente encontrándose con otro compañero, el cual parecía haber recibido una bala en la pierna.
—¿Nada?
—Nada —gimió de dolor y con Saha se acercaron para ayudarlo, pero en eso escucharon pasos.
Al voltear se encontró con que el hombre que trabajaba para V, estana huyendo por lo que comenzó a seguirlo rápidamente.
El calvo corría desesperado, mientras disparaba sin sentido alguno, pues ni siquiera se acercaba a Jungkook, que dejó de correr tomando la suya para luego dispararle, provocando que cayera al suelo.
Rápidamente se acercó viendo como llevaba la mano a su hombro gimiendo de dolor, por la bala que le había rozado. Lo hizo levantar y comenzó a caminar nuevamente hacia la bodega.
—Maldito imbécil —escucha decir a Saha.
—¡¿Dónde está V?! —le grita al hombre haciendo que caiga al suelo.
—¡No lo sé! —solloza—. ¡Escapó!
—¿Quién es él? —pisa su espalda provocando que suelte un gemido de dolor.
—¡Tampoco lo sé!
— ¡Habla de una vez!
—N-No puedo. Va a matarme si lo hago...—titubea respirando con dificultad.
—Y yo te mataré si no lo haces —advierte aunque sea mentira, pero debía darle miedo para que hablara.
—¡No puedo hablar! —gime de dolor—. Tampoco sé nada sobre él, lo juro. Sólo sabemos lo que todos saben, que le dicen V, que es muy peligroso y que si lo traicionas no la cuentas —solloza.
El policía pasó sus dedos sobre su cabello tirándolo hacía atrás sintiéndose completamente frustrado, pues había llegado a la bodega con demasiadas ilusiones de al fin tenerlo en frente, pero aquel operativo había sido un completo fracaso.
—Ya, cálmate —su amiga pone la mano en su hombro—. Algún día lograremos atrapar a ese hijo de puta.
EDIT
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