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Capítulo 32: ¿Por qué te vas?

【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈: ¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐓𝐄 𝐕𝐀𝐒?】

●●●

Había pasado una semana desde la desaparición de Levi y aún no había noticias al respecto. Traté de convencerme a mí misma de que tarde o temprano aparecería, pero con el paso del tiempo desistí de aquella idea.

Erwin consideró múltiples opciones para localizar a Levi, pero con el paso del tiempo terminó descartando todas las ideas por falta de indicios. Él pensaba que quizá en la ciudad encontraría alguna pista que los guiaría hacia el azabache, así que le dio la orden a todos los presentes para que volvieran a sus respectivos hogares en lo que el rubio trataba de encontrar una respuesta a todas sus interrogantes.

Salí de la cabaña con mis pocas pertenencias y Erwin las tomó para acomodarlas en la maleta de su vehículo. Noté que el escuadrón de Levi estaba a punto de marcharse, así que me acerqué para despedirme de ellos.

—Que tengan buen viaje —dije abrazando a Petra.

—Igualmente, t/n.

En cuanto nos separamos del abrazo, el escuadrón de Levi se retiró y nosotros no fuimos la excepción. El trayecto fue un poco silencioso y para tratar de alivianar el ambiente, Erwin optó por poner algo de música en lo que se dirigía a la casa de Hange con el propósito de pasar buscando a Blue.

—Es esa casa de allá —señala con su dedo índice una de las tantas casas que había en el vecindario.

—¿La del pasto seco?

—Sí, esa misma —me quité el cinturón de seguridad y abrí la puerta del copiloto—. Si no te importa, me quedaré aquí. Necesito hacer una llamada.

—No se preocupe, no me tardaré.

Mientras caminaba en dirección a la casa de Hange, decidí llamarla para que saliera, pero nunca contestó, así que no me quedó otra opción más que tocar el timbre hasta que salió. Noté que una parte de su rostro estaba cubierta por vendas adhesivas de Hello Kitty las cuales trataban de ocultar los arañazos de Blue.

—¿E-Estás bien, Hange? —pregunté con preocupación, detallando un poco más de cerca su rostro.

—Sí, no preocupes... —hizo un ademán con la mano para restarle importancia a la situación— Tuvimos un par de diferencias a la hora de asearla, pero no fue nada grave.

Hange sacó con mucho cuidado la transportadora de Blue junto con el resto de sus pertenencias hasta la puerta principal.

—Muchas gracias, Hange —dije algo apenada— y disculpa el inconveniente.

—No te preocupes, no fue la gran cosa —esboza una tenue sonrisa y se despide de mí.

Subí las cosas de Blue al coche de Erwin e inmediatamente se puso en marcha en dirección al apartamento. Creí que continuaríamos con aquel incomodo silencio hasta que el rubio tomo la iniciativa de hablar.

—¿Sabes, t/n? Estoy algo apenado contigo —voltee a verlo sin entender con exactitud a lo que se refería— Te ofrecí ese empleo con la intención de que aprendieras un poco más en el campo laboral, pero resultó ser todo lo contrario...

—No tiene por qué disculparse, no es su culpa que la seguridad de la clínica sea tan deficiente —Erwin me miró de reojo y yo le regalé una cálida sonrisa.

Diez minutos después, el mayor aparcó su coche a las afueras del edificio y me ayudó a subir las cosas hasta el departamento. Por alguna razón llegué a pensar que quizá me encontraría con Levi, pero al abrir la puerta, sentí un nudo en mi garganta al ver que todo estaba igual a como lo dejé la última vez que estuve aquí.

—Tengo una habitación desocupada en mi casa, si quieres puedes quedarte unos días...

Sequé disimuladamente mis lágrimas con el dorso de mi mano y negué.

—Me encantaría, pero tengo que limpiar este desastre.

—Está bien, lo entiendo —suspiró y tomó las llaves de su vehículo—. Si necesitas algo, no dudes en contactarme, ¿está bien?

Erwin me abrazó con fuerza durante un par de minutos y luego lo acompañé hasta la entrada para despedirlo. En ese preciso instante, cerré la puerta con llave y saqué a Blue de su transportadora para luego comenzar a ordenar el departamento.

Al terminar, me di un baño y me tiré en la cama con la esperanza de aquel sentimiento tan nefasto se esfumara. Rato después, escuché un maullido a mis pies y al bajar la mirada, alcancé a ver a Blue e inmediatamente estiré el brazo con la intención de tomarla para acercarla más a mí.

—No será lo mismo sin él, Blue —confesé entre lágrimas mientras acariciaba su lomo.

Blue solía ser algo inquieta, pero aquella noche se quedó junto a mí, hasta que me quedé dormida después de tanto llorar. A la mañana siguiente, hice mi rutina como de costumbre y luego de preparar el desayuno me senté a comer completamente desganada.

Mientras lavaba los platos, recordé lo que había hablado con Erwin el día anterior y pensé que lo mejor sería renunciar, así que al terminar, sequé mis manos e inmediatamente le envié un mensaje a Rico preguntándole si podíamos reunirnos en algún otro sitio para firmar la renuncia a lo que ella rápidamente respondió que podía después de las cuatro y media.

Aproveché que era temprano e hice unas compras, ya que había muy poca comida en la casa. Al llegar, me bañé, me alisté y esperé pacientemente hasta que se hizo la hora de la reunión. Lamentablemente, no contaba con que el tráfico me atrasaría, por lo que aquel trayecto de veinte minutos se convirtió en uno de cincuenta y tres minutos.

Ubiqué el café a través de Google Maps y al llegar, alcancé a ver a la rubia sentada en una mesa cerca del ventanal.

—Perdone la tardanza, había tráfico —me excusé mientras arrastraba la silla y tomaba asiento frente a ella.

—No te preocupes —bloqueó su celular y centró su vista en mi— ¿Quieres algo de beber?

—Un café estaría bien.

Rico alzó su brazo e inmediatamente el mesero se acercó a la mesa preparado para tomar la orden.

—Dos cafés y dos croissants, por favor.

—Enseguida, señorita.

En cuanto el mesero se marchó, comencé a explicarle los motivos por lo que no quería continuar trabajando en la clínica y por suerte, Rico no se complicó mucho; sacó de su cartera la hoja de renuncia y me explicó que recibiría un beneficio económico si prometía no hablar con ningún medio de comunicación sobre lo que ocurrió una semana atrás.

Aquella petición se me hizo un tanto extraña, sentía que de alguna u otra forma trataba encubrir a Jean, ¿la razón? La desconocía, pero muy en el fondo sabía que algo ocultaba.

Ella trató de desviar mi atención hablando de otro tema y a decir verdad, no estaba prestando mucha atención ya que trataba de pensar en una excusa creíble para irme de allí, pero antes de que pudiera decir algo, un fuerte dolor de barriga me invadió.

—Perdóneme, pero tengo que irme. No me siento muy bien —dije con una muy notoria mueca de dolor.

—¿Quieres que te acompañe?

—No se preocupe, tomaré un taxi —coloqué un billete de cinco dólares sobre la mesa y salí lo más rápido posible de ahí.

Al salir busqué en mi celular la parada de autobuses más cercana y es que con cada minuto que pasaba sentía que el dolor se intensificaba cada vez más, por lo que mi única opción en ese momento era irme a casa, pero tuve que cambiar de planes rápidamente al darme cuenta de que había alguien siguiéndome.

—Maldita sea —comencé a correr sin rumbo alguno hasta que me topé con un club nocturno.

Sin duda alguna, aquella decisión fue muy irracional pero, ¿qué podía hacer? Si seguía corriendo lo más seguro es que tarde o temprano terminarían interceptándome. Pagué la entrada y al entrar un empleado me indicó dónde estaban los baños.

Lo primero que hice fue encerrarme en uno de cubículos y sacar mí celular del bolsillo para luego marcarle a Erwin, sin embargo, la llamada no se pudo realizar debido a que no tenía señal en aquel lugar. Me quedé pensando por un par de segundos que podía hacer, hasta que se me ocurrió la brillante idea de subirme sobre la tapa del inodoro con la esperanza de que llegara algo de señal para poder comunicarme con el rubio. A pesar que los bordes del retrete estaban algo resbalosos, logré mantener el equilibrio y sin previo aviso, la puerta del baño se abrió de golpe.

—Ymir, no quiero seguir haciendo esto...

—Lo sé... —suspira con pesadez— Y la verdad es que estoy haciendo todo lo que este a mi alcance para sacarte de aquí. Estoy cansada de toda esta mierda, lo único que quiero es que estés feliz —confiesa.

Aquella voz se me hizo conocida y para tratar de calmar mi curiosidad, observé por aquella separación que había entre la pared y la puerta, alcanzando a ver a una chica rubia junto a Ymir, la mujer que trabaja para el dueño del hotel Paradise.

De todos los clubes que había en la ciudad, me vine a ocultar en uno que por lo visto le pertenecía al mismo hombre que secuestró la clínica una semana atrás. Estaba algo angustiada, pero aun así, traté de mantener la calma para no cometer una estupidez y como si no fuese suficiente, mi teléfono comienza a sonar anunciando una inoportuna llamada.

—Carajo... —exclama la pecosa entre dientes— Hay alguien aquí.

Mis piernas comenzaron a temblar al escuchar aquellas palabras. Sabía que tenía que actuar rápido antes de que la castaña pudiese atraparme, pero me dejé ganar por el temor y la desesperación, permitiendo así que Ymir se adentrara en el baño de forma violenta y me tomara con fuerza del brazo para sacarme a rastras de aquel lugar.

—¡Detente, Ymir! —interrumpe la rubia tirando del saco de la pecosa— No le hagas daño, quizá ella estaba...

—Husmeando —agrega, apretando con más fuerza su agarre para luego tomarme del cabello y voltear mi rostro para vernos frente a frente.

—Tú... —abrió los ojos de par en par cuando me reconoció— ¿Qué haces tú aquí? —Ymir se quedó observándome con desagrado hasta que poco a poco su rostro se iluminó, dando a entender que algo se le había ocurrido.

—E-Escucha... —iba a decir algo más, pero fui interrumpida por los gritos y los disparos que sonaban a las afueras del baño.

|𝐋𝐄𝐕𝐈|

Unas horas antes...

Escapar no fue tarea sencilla. Logré deshacerme ágilmente de la policía, pero me olvidé por completo de aquellas dos camionetas que desaparecieron de la nada mientras trataba de escapar del hotel. Afortunadamente, uno de los hombres dejó su walkie talkie dentro del carro, por lo que tuve la oportunidad de escuchar las ordenes que tenían esas dos unidades.

Prácticamente se desplazarían por toda la ciudad para buscarme hasta por debajo de las rocas y no me quedó otra opción más que salir de la ciudad en lo que trataba de buscar alguna solución a todo este caos. Sin embargo, lo que más me sorprendió de aquel comunicado fue cuando uno de ellos dijo: ''Si les cuesta mucho encontrar al imbécil, deberían considerar hacer un pedido en el restaurante de Nicolo. Posiblemente él sepa de su paradero.'' Pensé seriamente en devolverme, pero sabía que sería peligroso por lo que no me quedó de otra más que seguir con lo que había planeado.

Lo peor del caso es que al llegar a mi destino, me percaté de que no tenía dinero y tampoco podía comunicarme con Erwin o Hange debido a que mi celular se había extraviado en medio del choque, sin contar que también me encontraba herido, por lo que no me quedó de otra más que robar comida e insumos médicos para sobrevivir aquella semana hasta que recuperé suficiente fuerza como para poder hurtar un coche ya que no quería arriesgarme a volver con la camioneta misma camioneta.

Cuando llegué a la ciudad, lo primero que hice fue ir directamente al restaurante ya que tenía un asunto pendiente con Nicolo. Al entrar a la cocina, todos me vieron con sorpresa y el rubio no fue la excepción.

—Señor, usted está...

—Vivo y no gracias a ti, maldita escoria —añadí mientras tomaba un sartén y se lo estrellaba en la cabeza.

—¿D-De qué está hablando? —balbuceó atemorizado.

—Tu muy bien sabes de lo que hablo, ¿no es así? —lo tomé de la camisa y lo estrellé con fuerza de la pared para luego comenzar a golpearlo sin parar hasta que Erwin nos interrumpió.

—¿Levi? —abrió los ojos de par en par al verme— ¿Qué demonios está ocurriendo?

—Este imbécil nos traicionó —expliqué, sosteniendo con fuerza el cuello de la filipina del rubio.

—S-Señor, Smith le juró q-que no fue así —se excusó.

—¡Cállate! —volví a golpear su rostro, rompiendo su labio inferior.

—Levi, cálmate, por favor. Estas muy alterado —ordenó Hange.

Erwin le agradeció a la castaña, asintiendo con la cabeza para luego continuar.

—¿Qué está pasando? —interroga una vez más.

—Explícale o te corto los dedos —amenacé entre dientes, sosteniendo con fuerza su brazo y tomando el cuchillo de carnicería que estaba justo al lado.

—Está bien, hablaré... —tragó saliva con fuerza para luego continuar— Un día, al salir del restaurante me encontré a Eren en un callejón y me ofreció un trato, yo seguí caminando como si nada haciendo caso omiso a la petición. A los días, encontré un sobre en el tapete de la entrada de mi casa y al abrirlo me encontré con fotos de mi novia en su trabajo, por lo que no me quedó de otra más que contactarlo y hacer lo que me pidiera para que la dejara en paz.

—¿Y por qué no nos dijiste nada? —interroga Hange, frunciendo el entrecejo— Creo que no hay necesidad de recordarte que al llegar acá te ofrecimos nuestro apoyo incondicional.

—Nunca dije nada al respecto porque la vida de mi novia corría riesgo —confesó.

Erwin y Hange intercambiaron miradas para luego seguir con aquella conversación.

—Nicolo, necesito saber algo... —Hange se coloca de cuclillas frente a él para verlo mejor ya que se mantuvo cabizbajo durante todo este tiempo— Eren se dejó capturar a propósito, ¿no es así?

—Sí —asintió levemente—, su objetivo siempre fue conocer el interior del restaurante para saber a lo que se enfrentaba. Eren sabía que no podía entrar como un infiltrado, por lo que planificó aquello que pasó en la clínica con la intención de que lo capturaran —explicó.

—Maldito mocoso —alcé mi mano con la intención de clavar el cuchillo en su mano, pero la voz ronca de Erwin me detiene.

—¡Espera! —advierte el hombre de ojos azules— Creo que podemos sacarle provecho a esta situación.

—¿Cómo? —inquiere Hange no muy convencida.

—El señor Smith tiene razón —todos dirigieron su vista una vez hacia Nicolo—. Yo solo seguí esas órdenes para salvar la vida de mi novia, jamás quise faltarle el respeto a los únicos en la ciudad que me aceptaron sin importar mi pasado.

—Tsk, déjate de cursilerías y habla, mocoso —interrumpo completamente irritado.

Nicolo nos comentó que Kirschtein tuvo que reprogramar una lujosa fiesta debido a los acontecimientos ocurridos en el Hotel Paradise. Se me hizo muy curiosa la nueva ubicación, y es que aquel sitio era mundialmente conocido por ser un lugar estratégico para llevar a cabo fiestas clandestinas en dónde se cometía cualquier acto ilícito sin temor a ser detenido ya que la policía no tenía ningún tipo de autoridad en esas áreas por las poderosas mafias que se encontraban custodiando los alrededores.

Organizamos una estrategia rápida para exterminar a todas esas escorias en el mismo lugar y nos preparamos rápidamente para salir ya que teníamos planificado irnos al anochecer. A mitad de camino se me ocurrió preguntarle a Erwin por t/n y el rubio rápidamente me comentó que la joven había tenido los ánimos por el suelo durante toda la semana por mi ausencia; Aquello me hizo sentir un poco un mal y la verdad es que mientras estuve afuera no pasó ni un solo segundo en el que ella no estuviera en mis pensamientos.

Estaba ansioso por volver al departamento, sin embargo, no contaba con este contratiempo. Pero si de algo estaba claro es que este negocio era así.

|***|

Erwin sentía que todo era muy precipitado, pero muy en el fondo sabía que si no erradicaba el problema de una vez entonces las cosas podrían empeorar. No era secreto para nadie que el Clan Ackerman fue uno de los más temidos en su momento, pero con la llegada de Richard todo se fue cuesta abajo y Smith no estaba dispuesto a dejarse doblegar ante nadie.

Cuando comenzó la balacera, todo se volvió un caos dentro del club. Algunos guardias de seguridad reconocieron a Levi por el incidente del hotel, por lo que no dudaron dos veces en abrir fuego contra él y sus aliados.

Por otra parte, las tres chicas aún se encontraban en el baño de damas. Ymir sospechaba que quizá t/n estaba tras de todo esto, pero su prioridad ahora era sacar a Historia de ese lugar, pero la rubia no permitiría por nada del mundo que la castaña abandonara a Bennett en el baño, por lo que comenzó a rogarle a la más alta para que la ayudara a salir también y al final, no le quedó de otra más que aceptar.

Ymir guio a t/n hasta la salida de emergencia —que daba hasta el callejón— para luego seguir con lo que tenía planeado.

Mientras tanto, Erwin interrogó a un par de personas con la intención de saber el verdadero paradero de Jean hasta que una de ellas confesó que seguramente el hombre se encontraba refugiado en la parte trasera del club. Levi se ofreció a ir en lo que su escuadrón ayudaba al rubio a deshacerse de aquellas personas.

Ackerman salió lo más rápido que pudo sin bajar la guardia porque pensaba que el callejón estaría repleto de guardaespaldas esperando para masacrarlos, sin embargo, al abrir la puerta se llevó una gran sorpresa ya que quien se encontraba ahí era nada más y nada menos que t/n.

La mente del azabache era un caos en ese momento. ¿Era una infiltrada? ¿Lo estaba engañando? Miles de dudas e inseguridades lo invadieron de golpe, provocando que se quedara estático frente a la joven quien aún no asimilaba que él estaba ahí.

—Levi... —enuncia t/n con la voz entrecortada.

El pelinegro sin decir nada, tomó a la chica del brazo y comenzó a caminar hacia dónde estaba su vehículo estacionado. Abrió la puerta del copiloto indicándole a la chica que debía entrar y antes de que pudiera subirse al auto, se detiene en seco al oír su apellido de una voz familiar.

—¿Se va tan rápido? —pregunta el hombre desconcertado.

—Sí. Por favor hazle saber a Erwin que tuve que atender otro asunto.

Levi no estaba dispuesto a esperar que el contrario le asegurara que haría lo que le había ordenado, por lo tanto, después de decir aquello se subió a su vehículo y se marchó. La joven a su lado estaba algo preocupada por la actitud del azabache ya que este no decía nada, solo conducía con la vista fija al frente mientras trataba de organizar sus pensamientos.

[...]

Una hora y media después llegaron al edificio. Levi caminó directamente hacia el ascensor y mientras esperaban que este llegara a planta baja, t/n decidió romper aquel incomodo silencio con el objetivo de saber porque tanta indiferencia.

—Estuve preocupada por ti —confesó en voz baja.

—Tsk, ¿tan preocupada que estabas de fiesta? —la miró de reojo con desinterés para devolver su vista a la pequeña pantalla del ascensor.

—¿Crees que fui allá solo por diversión? ¡Me venían siguiendo! —dice entrando tras de él en el elevador.

—¿También te estaban siguiendo la vez que terminaste en el hotel Paradise?

—¿De que estas hablando? —pregunta con una risa burlona de por medio en un intento desesperado de disimular sus nervios.

Ackerman sacó el carnet de su bolsillo trasero y se lo entregó a la chica sin darle explicación alguna. Cuando llegaron al departamento, Levi se quitó su abrigo y lo coloco en el perchero para luego caminar hasta la cocina.

—Todo esto tiene una explicación.

—Sinceramente, no me interesa —respondió sin voltear a verla.

Los ojos de la muchacha inmediatamente se cristalizaron. Ella trató de convencerse a sí misma de que tarde o temprano resolverían las diferencias que habían de por medio, sin embargo, aquella noche se dio cuenta que todo seguiría igual.

—¿Seguiremos en este ciclo por toda la vida? —pregunta con la voz quebrada.

—¿A qué te refieres?

—¿Cómo que a qué me refiero? —alzó la voz completamente enfurecida— Hablo de este maldito ciclo en el que hemos estado viviendo desde que asesinaste a tu papá. Sé fue algo difícil para ti y lo entiendo, pero... desde ese día nada volvió a ser igual, fue como si algo hubiese muerto dentro de ti.

Levi sacó la olla de la estufa y vertió con mucho cuidado el agua caliente en la taza.

—Ve al punto, t/n —la mira sobre su hombro para luego hurgar entre los cajones en busca de su té negro.

—Estoy cansada de todo esto, Levi... —confiesa finalmente— Estoy cansada de tener que vivir con miedo, de limitarme de muchas cosas que la gente de mi edad acostumbra a hacer solo porque estoy vulnerable gracias a tu trabajo. Siempre pensé que al salir de aquella casa podría disfrutar los años que me fueron arrebatados, pero lamentablemente no fue así.

—Hablas como si te hubiese colocado una pistola en la cabeza para obligarte a estar conmigo cuando ambos sabemos que no fue así —echó dos cucharadas de té en el colador y apagó la estufa—. Mi responsabilidad contigo acabó el día que cumpliste dieciocho años, sin embargo, tú decidiste una noche antes que querías pasar el resto de tu vida conmigo, ¿o me equivoco?

—¡Es que no lo entiendes! —grita enfurecida, haciendo caso omiso a todo lo que había dicho el pelinegro anteriormente— Lo que realmente me molesta es que sacas conclusiones por tu propia cuenta y ni siquiera te tomas la molestia de preguntarme para saber mi versión.

—No me interesa escucharte porque sé que solo soltarás puras mentiras —habló después de unos segundos—. Y la verdad, hace falta que alguien te abra los ojos a la realidad porque esto no es un maldito cuento de hadas. Si querías a un príncipe azul con un trabajo honrado entonces búscalo y déjame en paz.

Bennett observó al azabache con pesar para luego continuar.

—¿Sabes? —Levi termina de servir su té y levanta la cabeza esperando a que la chica hablara— Ahora entiendo porque estuviste tanto tiempo solo —soltó de forma áspera antes de abandonar la cocina y dirigirse hacia la habitación con el propósito de comenzar a guardar todas sus pertenencias en una maleta.

A simple vista podría parecer que aquel comentario fue realmente irrelevante, pero por dentro se estaba derrumbado poco a poco, ya que t/n era la única persona en el mundo que lograba mantenerlo cuerdo.

El pelinegro se sorprendió cuando la chica salió de la habitación con la maleta y la transportadora de Blue. Cuando salió del apartamento, Levi pensó seriamente en ir tras ella para tratar de hacerla cambiar de opinión, sin embargo, se quedó en la cocina dejando que las lágrimas salieran sin control mientras repetía una y otra vez en su mente la misma interrogante.

''¿Por qué te vas?''

[...]

Ya que no la dejaban entrar a ningún sitio por tener un gato, decidió quedarse fuera de una tienda esperando que se le ocurriera algo. Se puso a revisar su teléfono en busca de algún hotel económico y cuando metió la mano en el bolsillo de su abrigo —para saber con cuánto dinero contaba para pagar la estadía— se encontró con un papel doblado, y al abrirlo se encontró con el número de Eren.

Sin pensarlo mucho, marcó el número en su celular y lo llamó.

—¿Eren?

—Sí —responde de forma cortante—. ¿Quién habla?

—Es t/n —sorbió su nariz—. Necesito tu ayuda.

●●●

POR FAVOR, NO OLVIDEN VOTAR EN LOS CAPÍTULOS<3

Buenas noches/tardes/días, gente linda. ¿Cómo están? ¿Comieron? ¿Tomaron agua? Espero que sí. Les mando un fuerte abrazo a todos los que han llegado hasta aquí. uwu

Perdonen la tardanza, pero la vida universitaria me tiene asfixiada, aun así trato de equilibrar mi tiempo para poder escribir y cumplir con mis obligaciones.

¿Les gustó el capítulo? A puesto que no se lo esperaban, ¿eh? duré como un mes o menos tratando de meter cizaña a los del grupo para hacerles creer que maté a Levi, pero resultó ser otra cosa.

Por cierto, tenemos grupo de WhatsApp por lo tanto si quieren unirse deben escanear el siguiente código o pueden unirse por el link que dejaré en ig (indrianyglazierfanfics)


CUESTIONARIO:

1. ¿Creen Rico está de parte de Jean o solo lo hizo por amenaza?

2. ¿Qué opinan de Rico?

3. ¿Qué opinan de Ymir e Historia?

4. ¿Creen que todo estuvo premeditado o fue de imprevisto?

5. ¿Quien crees que tuvo más la razón Levi o t/n?

6. ¿Crees que Eren ayudará a t/n o simplemente le dirá que no?

7. ¿Tienen teorías? Dejenlas que me encantan las teorías, jiji.

Eso es todo, me gusta hacer encuestas ya que de esa forma conozco la opinión de cada uno de ustedes.

Gracias por votar y comentar, siempre ando leyendo sus comentarios. uwu

Espero les haya gustado el capítulo, los amo mucho. ♡♡


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