Capítulo 30: Cabos sueltos
【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐗: 𝐂𝐀𝐁𝐎𝐒 𝐒𝐔𝐄𝐋𝐓𝐎𝐒】
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NOTA: Es importante que lean toda la historia ya que hay capítulos conectados.
NOTA #2: Esta parte se encuentra enlazada con el capítulo 17: perdida de tiempo.
NOTA #3: No olviden votar en todos los capítulos.♡
En cuanto se anunció la muerte de Richard, Erwin decidió tomar el poder.
Algunas personas llegaron a pensar que el siguiente al mando sería yo, sin embargo, no estaba interesado en el cargo, ya que aborrecía todo lo relacionado con este mundo, así que preferí seguir siendo un eslabón más del Clan Ackerman.
A pesar de que algunas personas seguían dudosas ante aquel cambio tan repentino de jefe, Erwin les demostró en menos de un mes todo lo era capaz de hacer; logró recuperar un treinta por cierto de nuestro territorio, solventó las deudas pendientes que Richard había dejado y se encargó de incrementar los ingresos del clan con ayuda de negocios, compras y ventas.
Y, ya que estábamos tan enfocados en lo nuestro, el asunto de Eren quedó en el olvido —por falta de información—, sin embargo, un día Hange nos sorprendió con unos archivos que había encontrado en la oficina de Moblit. En aquellos papeles encontramos fotografías de un hombre —el cual estaba identificado como Jean Kirschtein— al cual Moblit señalaba como: contacto frecuente de Eren.
Como nos habíamos quedado con ganas de saber más, ayudamos a Hange a buscar por toda la oficina de Moblit esperando encontrar algo que nos ayudara a completar la información, pero nos dimos cuenta que aquella investigación nunca se culminó debido al deceso del castaño.
Erwin creía que las respuestas estaban dentro del hotel, así que elaboró cuidadosamente un plan para infiltrarnos en aquel lugar. Pese a que la idea estaba estructurada para dos personas, preferí ir solo, ya que estaba acostumbrado a trabajar por mi propia cuenta.
Repasamos el plan una última vez y luego me puse en marcha hacia el famoso hotel Paradise. Una vez allí, opté por dejar mi vehículo en un estacionamiento público —no muy lejos del lugar donde estaría las próximas horas— para luego irme al callejón trasero en dónde se encontraba la puerta de servicio.
Inspeccioné con la vista aquel lugar y me percaté que había varias cámaras de seguridad, pero no preocupé tanto por eso, ya que Gunther me aseguró que se encargaría de sabotearlas.
Mientras esperaba que entrara o saliera algún trabajador del hotel, me percaté que en el suelo había un carnet universitario, pero lo que más se robó mi atención fue el parecido que tenía la mujer de la foto con t/n.
Recuerdo claramente la ocasión en la que t/n se escapó de la universidad para hacer quien sabe qué. Una semana más tarde, cuando las aguas se calmaron vino hacía mí y me pidió dinero para un nuevo carnet porque el suyo se le había salido de la mochila mientras venía en el autobús.
En aquel entonces no le tomé mucha importancia porque ella era realmente distraída, sin embargo, se me hacía muy curioso tener que encontrar aquella credencial proveniente de la misma universidad y con la fotografía de una mujer idéntica a t/n a las afuera de la propiedad de un hombre que posiblemente estaba enlazado a Eren.
Pese a que aquella interrogante se mantuvo rondando en mi mente, opté por dejar aquel asunto de lado y concentrarme. La idea en general era robar uniformes de los trabajadores del hotel para poder pasar desapercibido.
[...]
Esperé alrededor de treinta minutos hasta que finalmente el encargado de limpieza salió con el propósito de fumarse un cigarrillo, pero mi presencia lo desconcertó un poco.
—Señor, la entrada del hotel es por la otra calle —señaló con la cabeza en la dirección a la que se refería mientras trataba de encender el cigarrillo.
Antes de realizar cualquier movimiento, me aseguré de que nadie estuviese a los alrededores para luego comenzar a soltar varias palabras en italiano con la intención de hacerme pasar por un extranjero perdido mientras me acercaba poco a poco al hombre. Tenía la intención de dejarlo con vida, pero ya me había visto el rostro, así que no me quedó otra opción más que romperle el cuello.
Le quité el uniforme lo más rápido posible, a pesar de que no estuviese contrarreloj me aterraba la idea de que alguien pasara por el callejón y viera el cadáver del hombre, así que, para evitar un posible escándalo, decidí deshacerme del cuerpo en el contenedor de basura que se encontraba justo al lado.
La idea de desvestirme en público no me agradaba mucho que digamos, pero no es como que tuviese muchas opciones a la mano, así que, sin tanto rodeo me quité la ropa y me coloqué el uniforme de aquel hombre a mitad del callejón.
El pantalón era lo suficientemente ancho como para ocultar mi arma y un par de cartuchos. Guardé en el bolsillo de la camisa el carnet que encontré en el suelo junto con mi celular, pero antes de que pudiera abrir la puerta me percaté que necesitaba una tarjeta de acceso.
Maldije por lo bajo mientras palmeaba todo el uniforme en busca de la tarjeta, por suerte la encontré en el bolsillo trasero junto a una cajetilla de cigarros.
Tiré al suelo la cajetilla y deslicé la tarjeta sobre el lector para luego adentrarme en el territorio enemigo.
Todo era extremadamente lujoso. Podías ver a muchas personas transitando el vestíbulo con maletas, tomando fotografías de las instalaciones y pidiendo indicaciones para poder ubicar los sitios turísticos de la ciudad, pero lo que más me llamó la atención fue la gran cantidad de guardias de seguridad que había en toda la zona.
Sentí que la decisión de venir solo fue un completo error, pero ya no había marcha atrás. Lo único que se me ocurrió en ese momento fue pedirle ayuda a Erwin, así que me dirigí al baño más cercano, me encerré en un cubículo y saqué el celular del bolsillo para luego desbloquearlo e ir directamente hacia el chat del rubio.
"Kirschtein tiene todo un ejército aquí. Creo que necesitaré refuerzos."
"Me encargaré de ello. Cuídate. "
Apenas escuché pasos a las afueras del baño, salí inmediatamente del cubículo y comencé a limpiar uno de los tantos lavamanos.
—Oye Porco —le llama un chico de cabeza rapada—, ¿No se supone que deberías ir al baño de damas? —éste suelta una gran carcajada mientras que otro chico finge reírse ante aquel mal chiste.
—¿Y no se supone que tú deberías estar arreglándote el cabello en la peluquería?
El chico de cabeza rapada frunció el ceño ante aquel comentario, fingiendo estar ofendido y se metió a unos de los cubículos en dónde comenzó a tararear una canción mientras orinaba. Por otra parte, Porco se posicionó justo al lado de mí y mantuvo su vista fija en el reflejo en lo que se lavaba las manos.
Pasados unos segundos, Porco cerró la llave y apoyó su espalda en la pared para esperar pacientemente a su amigo. Noté que de vez en cuando el chico me miraba de reojo como si sospechara de algo.
Terminé de limpiar aquel lavamanos y caminé hacia la puerta con intención de retirarme, pero antes de pudiera poner un pie fuera del baño, me detuvo.
—¿A dónde vas? —abrí los ojos como plato y deslicé disimuladamente mi mano hasta el muslo, en busca de mi arma— El jefe necesita que limpies su oficina.
Suspiré con alivio y asentí.
—¿Qué piso es? —pregunté.
—¿Eres idiota o qué? —volteé a verlo con incredulidad, conteniendo las ganas de golpearle el rostro.
—¿Tu horóscopo te dijo que tenías que ser un imbécil esta semana? —interrumpe el otro chico— La oficina del jefe está en el piso cincuenta.
—Gracias —respondí sin más.
—¿Qué te costaba responderle? Quizá es nuevo —susurra el de cabeza rapada mientras yo me retiraba del lugar.
Sin ánimos de seguir perdiendo el tiempo, ubiqué uno de los ascensores de servicio y subí hasta el piso cincuenta. Cuando las puertas se abrieron, alcancé a ver un extenso pasillo desolado y fue allí cuando me cuestioné si debí haber preguntado la dirección exacta de la oficina de Kirschtein hasta que a lo lejos alcancé a ver a una chica castaña caminando hacia mí con su semblante serio.
—Tenemos más de media hora esperándote —espeta, cruzándose de brazos.
—Lamento la tardanza, hace más...
—No te esfuerces en excusarte, fue culpa mía por haber enviado a esos dos idiotas a buscar a alguien —pone los ojos en blanco—. Como sea, ve hacer tu trabajo —hizo un ademán con la mano para que la siguiera y así fue.
Cuando llegué a la oficina, entré de manera sigilosa y comencé a limpiar aquel desastre que había en el suelo.
Justo allí se encontraba el hombre de las fotografías acompañado de otras dos personas.
—Te pido sinceras disculpas por la imprudencia de mi hermano —da un sorbo a su bebida—. Sabes cómo son los jóvenes, no tienen sentido de la responsabilidad.
Jean sonrió y se sirvió un trago para luego recargar su peso sobre el escritorio.
—Lo sé, Zeke —habla Jean con en un tono sereno—. Yo también fui joven alguna vez, pero créeme cuando te digo que no es la primera vez que Eren me hace algo así.
Escuché toda la conversación en lo que trapeaba el suelo, por lo visto, Eren se había desaparecido por completo. Zeke creía que podría estar en Cancún o en alguna parte de Latinoamérica tratando de despejarse, pero aquella teoría no fue suficiente como para que Jean dejara de sospechar.
—¿No has tratado buscarlo por tu propia cuenta? —interroga Zeke, rompiendo el incómodo silencio que había en la habitación.
—Ymir ha patrullado toda la ciudad en busca de él... —dejó el vaso de cristal sobre el escritorio y se cruzó de brazos hasta que su rostro se iluminó por una macabra sonrisa— Aunque, conozco a alguien que si puede saber dónde está.
—¿Y quién es?
—Una estudiante de enfermería que actualmente trabaja en la clínica Rose, nunca supe su nombre...
Aquellas palabras cayeron como un balde de agua fría sobre mí, ya que sabía a la perfección que se refería a la mocosa.
¿Qué podía hacer? ¿Cómo podía advertirle? Estaba acorralado en aquel sitio sin posibilidad de poder levantar el celular y pedirle a Erwin o a uno de los mocosos que fueran a buscarla.
Jean caminó hasta el gran ventanal, contemplando la vista que aquel imponente edificio le ofrecía, pero su tranquilidad se vio interrumpida cuando uno de sus hombres entró agitado a la habitación.
—Señor...
—¿Qué ocurre?
—Me informan que uno de los Ackerman se infiltró en el edificio, porta la vestimenta del personal de limpieza.
Zeke y Jean intercambiaron miradas para luego voltear a verme a mí, así que, sin pensarlo dos veces me corrí hacia la puerta en un intento desesperado de esquivar las balas. Aquella castaña que me recibió en el pasillo, trató de detenerme, pero la derribé.
Tenía en mente bajar por el ascensor, pero cuando llegué, me percaté que se había descompuesto el tablero con la lluvia de balas que lo traspasó y la única vía de escape que alcancé a ver en ese momento fueron las escaleras de emergencia, sin embargo, antes de que pudiera bajar al menos un peldaño un sujeto a mis espaldas me tumbó provocando que ambos rodáramos cuesta abajo hasta llegar al piso cuarenta y nueve.
Comencé a gatear hasta para llegar hasta el ascensor, pero aquella escoria me tomó con fuerza de la pierna para retrasarme. Estaba desesperado, quería salir rápido de aquel lugar y para ese momento las opciones que tenía eran muy limitadas, por lo tanto, hice lo primero que se me cruzó por la mente: patearlo. Y así fue, mientras mi pierna derecha estaba sometida la otra la estrellé varias veces contra su rostro hasta llegar a romperle la nariz.
Aproveché que el chico estaba indefenso para reincorporarme y correr hasta el ascensor, pero por desgracia se encontraba en el piso veinte. Pensé en bajar a pie, sin embargo, me invadió el temor, ya que estaba seguro de que Kirschtein tenía hombres distribuidos en todo el hotel y lo más probable es que para ese momento ya se hubiese corrido la voz de que yo estaba rondando por todo el edificio.
Antes de que pudiera tomar una decisión, alcancé a escuchar como Kirschtein —desde el piso superior— ordenaba a sus hombres que me capturaran, así que, sin pensarlo dos veces bajé las escaleras corriendo y me oculté tras una pared. Tan pronto como saqué mi arma, comenzó el intercambio de balas, gracias al reflejo del elevador alcancé a ver la posición de cada uno y de esta forma logré eliminarlos poco a poco hasta que solo quedó Zeke, pero me llevé una gran sorpresa al revisar el cartucho y darme cuenta que solo me quedaba una bala.
—No tienes escapatoria, Ackerman —dice el rubio en un tono jocoso— Ya mejor ríndete, tengo mejores cosas que hacer.
Luego de meditar durante un par de segundos, me di cuenta que no podía malgastar esa bala intentando dispararle a él, dirigí mi mirada hacia la pequeña pantalla del ascensor y me di cuenta que estaba a punto de llegar, así que apunté hasta el botón para solicitar que se detuviera en este piso y le disparé gastando la única bala que me quedaba.
—Y yo creyendo que mi vista fallaba —ríe.
Suspiré con irritación y observé nuevamente por el reflejo del elevador viendo que tenía su arma a un lado, como si estuviese confiado, ya que probablemente él no contaba con que yo tenía un as bajo la manga. Tomé el cadáver del hombre que había caído junto a mí para luego arrastrarlo hacia donde me encontraba escondido, el objetivo de todo esto era poder buscar algo que me sirviera para defenderme, pero solamente portaba encima un cartucho, dos bombas de humo y un condón.
Busqué por todos lados su pistola y me percaté que esta se encontraba a unos pasos del ascensor, por lo que sería prácticamente un suicidio ir hacia allá, así como si nada. Pero antes de perder las esperanzas por completo, se me ocurrió una idea.
Tomé ambas bombas de humo y las lancé en todo el pasillo con el propósito de cegar temporalmente a mi oponente en lo que yo tomaba el cadáver del hombre para utilizarlo como escudo hasta poder llegar al ascensor. Sabía que probablemente si me detenía a tomar su arma podría resultar herido, por lo tanto, patee la pistola en cuanto se abrieron las puertas del ascensor y una vez dentro, presione repetidas veces el botón para irme de allí de una vez por todas.
El humó se disipó y alcancé a ver la molestia en el rostro de Zeke a lo que yo respondí sacándole el dedo del medio en lo que se cerraban las puertas del ascensor.
|t/n|
Una hora después...
Cuando terminé de colocarle el tratamiento al paciente, decidí ir a la cafetería por un refrigerio y a mitad del camino me encontré a uno de mis compañeros de la universidad, Armin Arlet.
—¿Armin? —caminé hacia él con una gran sonrisa— ¿Cómo estás?
—Un poco agotado, mi hermano se complicó con el asma desde la madrugada y tuve que salir de emergencia —sonrió débilmente—. Ahorita estaba buscando un teléfono público porque me quedé sin minutos y no me he podido contactar con mis padres, ¿no sabes dónde puedo encontrar uno?
Armin siempre fue atento cuando se trataba de sus compañeros; si alguien necesitaba algo, el hacia todo lo posible por conseguirlo sin pedir nada a cambio. Saqué el celular de mi bolsillo y se lo entregué, sabía que no era nada del otro mundo, pero estaba dispuesta para asistirle en todo lo que pudiera necesitar. Él muy agradecido, tomó el teléfono y se alejó para poder conversar a gusto en lo que yo esperaba pacientemente que terminara.
—Vendrán pronto, muchas gracias —me entrega el celular con delicadeza.
Antes de que pudiera responder, escuché la voz de mi jefa a mis espaldas anunciándome que había llegado una emergencia, por lo que no tuve otra opción más que despedirme del rubio.
—Yo trabajo en este piso, así que, si necesitas algo no dudes en llamarme —me despedí con la mano y corrí hacia el consultorio para ayudar a Lilian con el paciente.
Por suerte, aquel niño colaboró con nosotras de tal forma que no fue tan tedioso el proceso de saturación y cuando terminamos, le obsequié una paleta por ser tan valiente. Pasados unos minutos, nos sentamos a descansar y sin previo aviso se abrió la puerta de golpe, dando paso a un grupo de hombres armados en compañía del mismo tipo que fue aquella vez en busca de Eren para que le pagara su dinero.
—Ackerman hirió de gravedad a uno de mis hombres —quitó el seguro de su arma y me apuntó en la cabeza—, y tú misma lo atenderás, por lo tanto, procura hacer tu trabajo bien o él no será el único que saldrá del hospital en una bolsa.
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POR FAVOR, NO OLVIDEN VOTAR EN LOS CAPÍTULOS<3
Buenas noches/tardes/días. ¿Cómo están? ¿Comieron? ¿Tomaron agua? Espero que sí. Les mando un fuerte abrazo a todos los que han llegado hasta aquí. uwu
No saben lo agradecida que estoy con todos ustedes por haberle dado la oportunidad a mi fic. Hace poco tenía solo diez vistas y hoy en día 200K, una completa locura que me motiva más a seguir creando fanfics para ustedes.
SI DESEAN VER EL TRAILER DEL NUEVO ARCO DE DANGEROUS VAYAN A MI IG @indrianyglazierfanfics
Por cierto, ¿cómo se preparan para el final de SNK? Yo estoy muy emocionada y triste a la vez jskjskjs.
Este capítulo me llevó mucho trabajo (esa fue una de las razones por las que tardé), por suerte quedó como yo quería, así que espero que hayan disfrutado cada párrafo uwu
➥CUESTIONARIO:
1. De todos los personajes nuevos que se presentaron en este capítulo, ¿cuál fue tu favorito?
2. ¿Team Ackerman o Team Kirschtein/Jaeger?
3. ¿Crees que Jean pueda ser una gran molestia para el Clan Ackerman? ¿Por qué?
4. ¿Esperas por la aparición de algún personaje? De ser así, ¿cuál esperas?
Eso es todo, me gusta hacer encuestas ya que de esa forma conozco la opinión de cada uno de ustedes.
Gracias por votar y comentar, siempre ando leyendo sus comentarios. uwu
Espero les haya gustado el capítulo, los amo mucho. ♡♡
➥ 𝐆𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈́𝐀:
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