【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈: 𝐔𝐍 𝐓𝐑𝐀𝐆𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐆𝐎 】

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Me desperté con dolor de cabeza, no tenía ni la menor idea de dónde estaba o que había ocurrido después de desmayarme. Abrí lentamente los ojos percatándome de que no estaba en mi casa y mucho menos en aquel sitio dónde Eren me había dejado.

Me senté en la cama y fue peor, mi estómago se revolvió e inmediatamente me invadieron las ganas de vomitar, me propuse levantarme para ir al baño pero no logré controlar las náuseas, me estiré hasta el borde de la cama y deje salir todo. Recosté mi cabeza en el colchón, creí que me sentiría mejor después de vomitar, pero me sentía más débil.

—Oh, no sabía que habías despertado — levanté la mirada y me encontré con una mujer castaña, tenía una cola de caballo y me llamaron la atención sus grandes anteojos —. ¿Ese es tú vomito? me trae muchos recuerdos.

— ¿D-dónde estoy? — pregunté con algo de miedo.

—El enano te trajo, te habías desmayado en la fiesta.

Caminó hacía lo que parecía ser el baño y se devolvió con un vaso de agua. Me tendió el vaso con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Y el chico que estaba conmigo? — miré a todos lados esperando para encontrarme con Eren.

— ¿Quién? Cuando Levi te encontró estabas sola, ¿tienes algo con el enano? Nunca trae nadie a casa.

Negué con la cabeza aún confundida. Las náuseas se habían ido por completo pero aún tenía el dolor de cabeza.

— ¿Entonces Eren nunca volvió por mí? — susurré para mí misma.

—Hange, ¿qué huele tan mal? — levanté la mirada y vi cómo Levi entraba a la habitación tapándose la nariz. Dirigió su mirada hacía mí —¿Cómo estás?

—Un poco mejor, solo tengo dolor de cabeza.

Apoyó su hombro en el marco de la puerta manteniendo ambas manos en el bolsillo de su pantalón.

Se escuchó el timbre del apartamento y Levi se dio vuelta para ir abrir la puerta. Escuché una voz masculina pero Hange me distrajo cuando volvió a la habitación con un trapeador, me levante muy apenada con cuidado de no pisar el vómito.

—No, no te preocupes yo lo limpio — sonreí estirando la mano para tomar el trapeador.

—No es nada nuevo que esté limpiando vomito— soltó una pequeña risita.

Me levanté y fui hacia el baño. Abrí la llave y me lavé la cara, me enjuague la boca con un poco de agua para quitarme aquel mal sabor luego de vomitar. Estaba muy enojada con Eren, me llevó hasta ese lugar para dejarme sola, me desmayé y ahora estoy en la casa de un extraño, sin duda alguna esto no es lo que tenía en mente ayer cuando salí de casa.

|𝐋𝐄𝐕𝐈|

Me acerqué para abrir la puerta y me encontré con Erwin. Probablemente malas noticias. Era muy extraño que el rubio viniese personalmente a mi casa simplemente a visitarme cuando nos veíamos la cara prácticamente todos los días, probablemente era algo urgente.

—Tenemos que hablar.

—Ahora no — señalé con mi cabeza hacía la habitación dónde estaba la chica y Hange.

— ¿Quién es? — Volteó disimuladamente hacia la habitación detallando a la chica — No me digas que...

—Nunca traigo a ninguna a mi departamento, no seas ridículo — lo interrumpí inmediatamente y fui hacia la cocina para verter el agua caliente de la tetera en la taza — ¿No quieres algo para beber?

Negó con la cabeza y dejó la carpeta en el mesón. Aún estaba intrigado con mi invitada, me preparé mi té y le di un pequeño sorbo hasta que el rubio volvió a hablar.

— ¿Cómo llegó aquí? — rodeé los ojos con algo de irritación, de haber sabido que vendría mientras ella estaba aquí no le hubiese abierto la puerta.

—Anoche estaba en el sitio, esperándolo; nunca llegó. Un idiota se acercó a ella y comenzó a insinuársele así que lo amenacé, luego se desmayó y no quise dejarla allí con ese montón de adictos.

Erwin parecía impresionado y a decir verdad ni siquiera yo sabía porque la había traído hasta acá, pude haberla dejado en un hospital incluso en la calle pero la traje hasta mi casa. Ella salió de la habitación y se quedó parada a mitad de pasillo con una sonrisa.

—Buenos días, señor Levi —enunció con una sonrisa— Buen día, señor.

Asentí con la cabeza para responder su saludo y continúe bebiendo mi té.

—Buenos días. Soy Erwin, mucho gusto.

—_____, el gusto es mío — estrecharon sus manos y Erwin le ofreció sentarse al lado de él.

Erwin solía ser muy curioso y algo entrometido. Cualquier mínimo detalle lo notaba en cuestión de segundos, nada pasaba por encima de él y ciertamente a veces me irritaba.

Le hizo un interrogatorio a _____. Dónde, cómo y con quien había llegado en aquella fiesta clandestina a lo que ella amablemente respondió.

— ¿Recuerdas la dirección de tu casa? — Preguntó Erwin e inmediatamente ella asintió — que bien, Levi te llevará a tu casa.

Me quedé en silencio observando a Erwin con desdén. Terminé de tomarme mi té esperando que me relajara un poco, estaba algo estresado. Sabía que tanto Erwin cómo Hange eran capaces de hacerme pasar vergüenza frente a ______.

—_______, ¿cuál es tu apellido? — preguntó Erwin.

—Es Bennett, ¿por qué?

Negó con la cabeza restándole importancia y sonrió, traía algo entre manos. Terminé de tomarme mi té, finalmente estaba listo para llevar a la mocosa a su casa.

—Agarra tus cosas, nos vamos — me levanté de mi asiento y fui a tomar mi abrigo — El teléfono que traías contigo está en la mesa de noche.

Ella tranquilamente se levantó dedicándole nuevamente una sonrisa a Erwin y Hange, tomó su celular guardándolo en su bolsillo y antes de irnos noté como miraba una vez más con asombro todo el departamento.

—Cuando desees —llamé su atención con ironía.

Una vez que salimos del edificio nos dirigimos hacía el estacionamiento. Seguía pensando en por que Erwin le había preguntado el apellido de ______.

No tardé mucho en ponerme en marcha. La castaña me indicó dónde quedaba su casa y se acabó la conversación. Por momentos la miraba de reojo y estaba de brazos cruzados viendo por la ventana muy concentrada.

—Es aquella —señaló con su dedo índice y me limité a responder.

Estacione enfrente de la casa y no se bajó al momento.

— ¿Qué pasa? ¿Es tu casa o no? — pregunté algo irritado.

—Realmente no es mi casa, es un hogar adoptivo — tenía miedo, podía verlo en sus ojos en el momento que apartó la vista de la casa para verme a mí — no veo la hora de cumplir dieciocho para irme de allí.

—No creo que sea tan malo por lo menos tienes un hogar— respondí.

—No puedes llamarle hogar a un lugar dónde te maltratan.

No supe que responder a ello. Me quedé en total silencio con la vista hacía el frente pensando una y otra vez en sus últimas palabras antes de retirarse.

—Gracias por traerme y disculpe si le cause algún inconveniente, señor Levi.

Cerró la puerta del vehículo con delicadeza y la observé hasta llegar a su casa. Quería irme a mi departamento pero alguna razón me quedé como un idiota esperando que entrara a su casa.

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Holaaa, linda nocheeeee. Espero les haya gustado el capítulo de hoy c:

Mi día mejoró por completo al ver todas las notificaciones que tenía, gracias por darme la oportunidad, no se van arrepentir. ♡

No olviden dejar su opinión sobre la historia. Siempre ando leyendo sus comentarios ♡♡