【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐈𝐈: 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐒𝐎𝐘 】

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Cinco meses después.

¿Cómo le digo lo que pienso? ¿Cómo le explico lo que siento? No quiero dejarla ir sin antes decirle lo que me he ahorrado durante muchas noches.

Estaba apoyado en el barandal del balcón mirando hacia el mar tratando de despejar la mente, tenía muchos sentimientos mezclados y necesitaba aclararlos pero mientras más lo intentaba más dudas e inseguridades surgían. Durante estos cinco meses habían pasado muchas cosas, pero necesitaba aclarar mis pensamientos antes de cometer un error que me llevara a la perdición.

|ＦＬＡＳＨＢＡＣＫ|

No era la primera vez que la escuchaba sollozar durante las noches. Sabía que algo andaba mal así que decidí entrar y allí estaba la castaña en posición fetal sobre la cama viendo hacia la ventana.

— ¿Estás bien? — No respondió — Ve a mi oficina si necesitas algo.

Estaba a punto de poner un pie fuera de la habitación hasta que finalmente la escuché hablar.

— ¡Espera! — Habló con la voz entrecortada — No te vayas... No quiero estar sola, tengo miedo.

Me quedé estático frente a la puerta e inmediatamente me vino el recuerdo de aquel día que llegué ebrio a la casa y ella se quedó toda la noche conmigo. Era increíble como una simple frase podía tener tanto impacto en mí, incluso como aquella vez que la deje fuera de su casa.

— ¿Qué tiene de especial que me quede aquí? — pregunté mientras recogía un vaso con agua y un plato que se encontraban en la mesa de noche.

Estiró su mano para que le diera el vaso, dio un sorbo y me lo volvió a entregar. Se sentó en la cama de piernas cruzadas y me miro directamente a los ojos, cosa que normalmente ella no hacía.

—Contigo me siento protegida — confesó.

Una sensación extraña invadió todo mi cuerpo y salí inmediatamente de allí para lavar el plato y el vaso, pero aquella sencilla tarea se volvió más complicada mientras las palabras de la mocosa resonaban en mi cabeza una y otra vez.

—Maldita sea, Levi... — dije para mí mismo entre dientes — solo se trata de lavar platos, no requiere tanta concentración.

Una vez que todo estaba limpió, opté por prepararme una taza de té y salir un rato a la terraza para poder despejar mi mente el cual sirvió a la perfección para relajarme y organizar mis pensamientos.

—Nunca más volverás a estar sola —musité aun sabiendo que la castaña no me escucharía.

Lavé aquella taza, la guardé en su lugar y fui hasta la habitación.

—Creí que no volverías.

—Duérmete, lo necesitas.

Me senté en el sillón que se encontraba en un rincón de la habitación y allí en medio de la oscuridad vigilé su sueño esperando que mi presencia la ayudara a descansar.

Aun me carcomía la curiosidad porque no sabía con exactitud lo que había ocurrido en sí, pero podía hacerme una idea gracias al tiempo en el que conviví con Kenny y su perversa mentalidad.

|ＦＩＮ ＤＥＬ ＦＬＡＳＨＢＡＣＫ|

Chasquee la lengua al escuchar mi celular sonar, lo saqué de mi bolsillo y al ver el nombre de Erwin en la pantalla contesté inmediatamente.

—Smith.

— ¿Llegaron? Estaba un poco preocupado, no sabía nada de ustedes.

—Hace como dos horas, más o menos. Tu departamento parecía un cuchitril.

Escuché una cálida risa por parte del rubio.

—Tenía tiempo sin ir para allá, Levi — chaquee la lengua mientras negaba, no era excusa para tener el departamento polvoriento— ¿Cómo está ______?

—Bien, supongo... — voltee y noté que estaba en la cocina preparando el almuerzo y suspiré con pesar al recordar que no le había encontrado solución a aquel problema.

— ¿Discutieron?

—No, Smith. Honestamente estoy algo cansado, ha sido un viaje largo y me gustaría descansar —mentí aunque sabía que el rubio detectaría la mentira en cuestión de segundos, pero no deseaba entrar en detalles ahora mismo.

La razón por la que estábamos aquí era porque la mocosa cumpliría sus dieciocho años el día de mañana. No tenía ni la menor idea de que hacer, nunca había festejado ningún cumpleaños ni siquiera el mío ya que sentía que era insignificante, pero lo único que quería para ella era que pasara un día distinto y sabía que un pastel no sería suficiente, así que Erwin me ayudó un poco y la traje hasta el departamento que el rubio tenía en la costa con la vaga excusa de que tenía muchos pendientes por hacer.

Habíamos viajado alrededor de siete horas en un vehículo y el camino me parecía eterno, pero ahora que estábamos aquí me sentía más ansioso y frustrado que nunca, con mis sentimientos revueltos y mi corazón acelerado.

Sentía que era un poco egoísta por parte mía el hecho de que esperaba que al confesarle lo que sentía se quedara conmigo a pesar de que no era su obligación, tenía una gran confusión en la mente ya que no sabía si se trataba de mi miedo a quedarme solo o a que realmente la quería.

Incluso pensé que sería algo riesgoso involucrarme sentimentalmente con alguien teniendo en cuenta que mi trabajo no era nada seguro y no quería volverla a ponerla en peligro.

Una vez que almorzamos, me ofrecí a lavar los platos mientras ella limpiaba la cocina y para ese entonces estaba completamente decidido.

—Salgamos — propuse mientras pasaba la esponja sobre un vaso de cristal.

— ¿No tienes cosas por hacer?

— No, por eso te pregunto — respondí — ¿Qué opinas de la feria que está en el muelle?

Noté que tardaba mucho en responder así que voltee para verla mejor.

— ¿Irán muchas personas? — parecía agobiada e inmediatamente entendí la razón.

—Sí, pero igual deberíamos de salir así sea a tomar un poco de aire fresco, ¿no? — insistí y la castaña no tardó en aceptar.

Quince minutos más tarde nos encontrábamos caminando por aquella gran avenida llena de turistas, teníamos la gran ventaja de que todo quedaba cerca por lo que ir en vehículo no era necesario.

Noté que la mocosa se detuvo de golpe y fue allí cuando recordé que aún no se acostumbraba a convivir con un gran número de personas ya que la ponía algo tensa.

La tomé con delicadeza del brazo y la llevé hacia unas bancas para que se sentara y tomara algo de aire.

—Y-yo... lo lamento mucho, es la primera vez en tanto tiempo que salgo y me cruzo con tantas personas.

—No tienes por qué disculparte.

Observó a todos lados en busca de un sitio tranquilo para poder pasar la tarde, pero la playa que estaba detrás de nosotros llamó su atención.

—No hay casi personas allí, ¿vamos para ver el atardecer?

Una parte de mí sentía que era algo muy cursi, pero al fin y al cabo estábamos aquí por ella. Entramos a la playa y noté que se quitó sus sandalias para comenzar a caminar descalza sobre la arena, me miró con una ligera sonrisa esperando que hiciera lo mismo, pero no estaba muy convencido.

—Tsk, no quiero llenar los zapatos de arenas — miré con desagrado hacia el suelo y puse los ojos en blanco, pero al volver hacer contacto visual con la castaña me convenció en un dos por tres — Está bien, pero si se ensucia el suelo del departamento lo limpiarás tú.

—Está bien, no hay problema — aplaudió en señal de victoria mientras me quitaba los zapatos — es la primera vez que visito la playa — confesó mientras caminábamos hasta la orilla.

A decir verdad, no era un gran fanático del mar. Nunca le encontré lo divertido a llenarte de arena o nadar en el mismo sitio donde cientos de personas también lo hacen, no era muy higiénico que digamos, pero al parecer no todos pensábamos igual.

Una vez en la orilla, se detuvo para sentir el agua fría a sus pies mientras presenciaba altamente fascinada el atardecer y fue allí cuando me cuestioné si era el momento indicado.

Es ahora o nunca.

—Mañana finalmente cumplirás dieciocho años... — en mi voz se podía notar un poco de melancolía, pero podía disimularla— Esto es muy difícil para mí porque estoy tratando de entender lo que sucede, tengo la cabeza hecha un lío y no sé qué hacer... la razón por la que estamos acá no es por trabajo, es por ti y no sé porque siempre evado el hecho de quien te da los obsequios soy yo —mis manos estaban en mis bolsillos mientras mi mirada se mantenía fija en aquel espectacular paisaje— a lo que quiero llegar con esto es que no entiendo cómo es que te metiste a mi cabeza, desde hace un tiempo cada vez despierto, amanezco pensando en ti — cada palabra que salía de mi boca era completamente distinta de lo que había planificado— Y no es sorpresa para nadie que quizá no sea el mejor tutor del mundo, tengo muchos defectos e incluso en varias ocasiones he sido grosero contigo y sé que quizá no te merezco, pero ahora lo único que deseo es que te quedes a mi lado.

Hubo un silencio incómodo, me sentía como un completo imbécil y depravado.

—Nunca creí que hablaríamos de esto, Levi — comentó la castaña después de unos segundos y chaquee la lengua dándome por vencido—, pero de ser así me quedaré contigo.

Voltee hasta dónde se encontraba la mocosa sin palabras y me acerqué lentamente a ella acortando la distancia entre nosotros con la finalidad de darle un beso en su frente, pero me detuve al sentir que estaba cometiendo un error.

A la mierda todo.

Tomé a la castaña de las mejillas con delicadeza y acerqué lentamente mis labios hacia los suyos, se tardó un poco en reaccionar, pero segundos más tarde entrelazo sus manos detrás de mí cuello para aferrarse más a mí y corresponderme el beso de una manera dulce y cálida.

Fue en ese preciso momento en el que me sentí más vivo que nunca, teniendo una buena razón para vivir: ______ Bennett.

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Buenas noches, gente linda. ¿Comieron? ¿Tomaron agüita? ¿Cómo les fue la última semana?

Nuevamente una disculpa por tardar tanto, pero bueno aquí está el capítulo. Espero sea de su agrado y no olviden decirme que les pareció. c:

Por cierto, la canción es parte de la playlist de DANGEROUS:D

Gracias por votar y comentar, siempre ando leyendo sus comentarios. uwu

Espero les haya gustado el capítulo, los amo mucho. ♡♡

➥ 𝐆𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈́𝐀: