【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈: 𝐄𝐍 𝐔𝐍 𝐀𝐁𝐑𝐈𝐑 𝐘 𝐂𝐄𝐑𝐑𝐀𝐑 𝐃𝐄 𝐎𝐉𝐎𝐒】

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Han pasado nueve horas desde _____ desapareció.

Toda la situación me resultaba extraña; como si de un fantasma se tratara, desapareció de un momento a otro sin que nadie se percatara de su presencia por lo que se me hacía un poco más difícil indagar. Revisé las cámaras de seguridad al menos treinta veces pero fue en vano ya que no había nada ni nadie actuando de manera sospechosa.

Me percaté de que había anochecido en cuanto abrí las cortinas, el tiempo pasaba volando y aunque pareciera que estaba en completa calma me encontraba muy frustrado.

Tardé en darme cuenta que estaba embelesado viendo a través de aquel gran ventanal como si la respuesta sobre el paradero de la mocosa llegara con tan solo ver como idiota los edificios de aquella ciudad.

¿Qué necesidad tenía de salir?

No podía negar el hecho de que estaba furioso con ella, pero no podía sacarla de mi cabeza. Desde que comencé a ser su tutor noté que era de esas personas carismáticas que a pesar de que estuviese pasándola realmente mal se centraba en ver hacia adelante y continuar. Digno de admirar teniendo en cuenta por todo lo que había pasado para llegar hasta aquí

La verdad nunca me había sentido tan desesperado por encontrar a alguien, me sentía culpable de su desaparición a pesar de que hizo caso omiso a la advertencia que le había dado y no podía negar el hecho de que estaba furioso pero todo el cansancio y toda la preocupación consumió aquel enojo.

Sentía que todo lo que hacía era en vano, no estaba logrando nada más que perder el tiempo y atrasar la búsqueda. Cerré los ojos por un par de segundos mientras masajeaba mi sien tratando de relajarme un poco, pero varios recuerdos de la castaña vinieron a mi mente y deje que me dominara la frustración e ira lanzando todo lo que estaba en el escritorio hacia el suelo.

¿Qué mierda era esta sensación? ¿Por qué la desaparición de la mocosa me hacía sentir de esta manera?

— ¿Levi? — Escuché la voz del rubio e inmediatamente me sacó de mis pensamientos — ¿Estás bien?

— ¿Cómo pasaste, Erwin?

—Estaba abierto, deberías se más cuidadoso.

Salí de mi oficina cerrando la puerta tras de mí esperando que no viera aquel desastre ocasionado por mi enojo, mientras el rubio se sentaba en el sofá me dirigí directamente a la cocina para calentar agua y hacerme un té.

—Es por ella, ¿cierto?

Nunca se le escapaba nada.

—No, quiero atrapar a Kenny.

—Por favor, Levi — soltó una pequeña risita mientras negaba con la cabeza — Puede que seas grosero y un poco déspota, pero desde que esa chica llegó a tu vida te has comportado de manera extraña.

Erwin tenía razón, me conocía mejor que nadie en el mundo y la única respuesta que tenía ante su inquietud era un indescriptible sentimiento. Nunca me había sentido con aquel compromiso con ninguna persona, pero con ella sí.

Justo cuando iba a hablar llamaron al rubio a su celular. Salvado por la campana.

— ¿Qué? ¿Un sospechoso? — Se levantó enseguida — estaré allí enseguida— colgó y rápidamente me miró — Tienen a un sospechoso en el restaurante de Nicolo.

No dudé ni dos segundos, me vestí rápidamente y salí junto con el rubio hacía el vehículo para así dirigirnos al restaurante.

— ¿Qué hay de Moblit? — pregunté mientras conducía.

— ¿Eh? — Noté que estaba distraído y chasquee la lengua — Hange me dijo esta estable, pronto estará de nuevo trabajando para nosotros.

Me centré en llegar rápido hacia el restaurante y estacioné en todo el frente, no había tiempo que perder. Nicolo era un viejo amigo de Hange quien se había unido al negocio hace unos tres años más o menos, aunque no me terminaba de convencer el hecho de que recibiéramos mercancía en aquel restaurante, pero si llegara a traicionarnos yo mismo me encargaría de acabar con él.

—Se trata de un hombre de un metro setenta y cinco, complexión delgada y acento alemán. Llegó directamente hacia acá diciendo que tenía información que quizá podría ser de tu interés.

Sospechoso.

Nifa sabía mi manera de trabajar, apenas me vio fue directo al grano con la información de aquel extraño sujeto. Me entregó un celular el cual aparentemente pertenecía al mismo, pero en ese momento me interesaba saber porque estaba aquí, así que guarde el dispositivo en mi bolsillo.

— ¿Revisaron el perímetro? ¿No hay indicios de francotiradores o vehículos sospechosos?

Sabía que era una trampa, así que tenía el tiempo contado para averiguar de qué se trataba sin hacer tanto escándalo.

—No, señor — negó la pelirroja cerrando la puerta una vez que Erwin y yo pasamos dentro del lugar — El sospechoso tenía solamente el teléfono y unas llaves de lo que suponemos puede ser un vehículo o una motocicleta.

Me pare enfrente de aquel hombre de brazos cruzados el cual parecía neutral.

— ¿Solo eso? — entrecerré los ojos no muy convencido.

—Revísenlo otra vez — ordenó Erwin mientras analizaba la situación.

Nifa se acercó y comenzó a revisarlo de pies a cabeza, en el momento que llego al pecho se detuvo, abrió la camisa de aquel hombre de golpe y en ese momento todos retrocedimos, aquel hijo de puta tenía un chaleco repleto de explosivos.

—Nifa, aléjate ahora mismo — obedeció y se puso junto a mí.

— ¡¿Qué es lo que activa la bomba?! — Erwin arqueó una ceja tratando de adivinar el truco de aquel imbécil.

Trataba de idear un plan rápido para que escapáramos con vida, pero los gritos con lamentos y desesperación de todos los presentes me irritaban y a la única conclusión que llegue era que todos eran unos inútiles.

Teníamos al hombre vigilado en caso de que se le ocurriera hacer cualquier tontería, pero solo bastó un segundo de distracción para que el castaño se abalanzara hasta la mesa donde se encontraban las llaves y poner su dedo sobre el botón de alarma.

—Esto es un regalo para ti, Ackerman — soltó una siniestra risa. — Y todos aquí sabemos quién lo envía.

Presionó el botón y al ver el destello creí que allí acabaría todo, hasta que Nifa me empujó recibiendo todo el impacto por mí.

Cada vez esto se vuelve más personal, Kenny.

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Desperté algo desconcertada, sentía un hormigueo por mis brazos ya que mis manos estaban atadas sobre mi cabeza con una cadena que salía del techo. Estaba sudada, tenía mis labios agrietados y un insoportable dolor de cabeza.

Con cada minuto que pasaba la angustia y el miedo se adueñaban de mí. Lo único que pasaba por mi mente en ese momento era solamente gritar.

— ¡Ayuda! — comencé a gritar con la esperanza de que alguien me ayudara.

—Tranquila, tu novio no tardara en venir. Es un buen lugar para un último encuentro, ¿no crees? — aquella voz hizo que se me erizara la piel.

Kenny salió de entre las sombras para así pararse frente a mí. No podía luchar ni defenderme así que hice lo más estúpido que se me ocurrió y le escupí directamente en el rostro, en ese momento sentí que cada parte de mi cuerpo temblaba con más miedo que antes.

Paso su mano por su mejilla quitando mi saliva y acerco su mano para limpiarse de mi blusa.

—No acostumbro hacer esto, pero ya que nuestra invitada es algo descortés le enseñaremos modales — hizo una seña y uno de sus hombres soltó un puñetazo en mi vientre.

Lo único que deseaba en aquel momento era devolver el tiempo y no haber salido nunca del departamento.

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Buenas madrugadas, gente linda ¿cómo están? ¿comieron? ¿tomaron agüita? ¿cómo les fue el día de hoy?

Una disculpa por actualizar tan tarde, pero he tenido un día algo complicado. También me había tardado en actualizar pero es que no tenía mucha inspiración.

También quería decirles que este no será el único fanfic de Levi, estoy horneando algo que sé que les gustará.

Gracias por votar y comentar, siempre ando leyendo sus comentarios. uwu

Espero les haya gustado el capítulo, los amo mucho. ♡♡

➥ 𝐆𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈́𝐀: