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Capítulo Único

Acxa caminaba tranquilamente por los pasillos del hospital en el que trabajaba mientras revisaba que todos los heridos ya hubiesen sido atendidos. Posterior a la guerra, innumerables heridos habían llegado al hospital para ser atendidos, incluyendo a aquellos que habían quedado con traumas. Su trabajo había incrementado rápidamente, y aunque se sentía cansada estaba feliz de poder ayudar a su pueblo.



-Axca -La nombrada se giró y le sonrió a su jefa-. Quiero que te encargues de hacerle el chequeo semanal al paciente Kruger -Le pidió la mayor-. Y ten cuidado.



-Si jefa, no se preocupe.



Esperó a que su superior se retirara para poder soltar un pesado suspiro, poniéndose en marcha rumbo al pabellón donde solía encontrarse aquel joven.



No tenía ningún problema con el joven, todo lo contrario, siempre era educado y hasta amable con ella, y por esa misma razón era que casi siempre la mandaban a atenderlo. No sabía el porqué, pero por alguna extraña razón, el joven Kruger no permitía que el resto del personal se le acercara. Aunque también sospechaba que sus compañeras no querían acercarse al muchacho por otros motivos más...personales.



A pesar de su estado actual, (había perdido la mitad de su pierna izquierda y ojo izquierdo), el joven era muy bien parecido; era bastante alto, su cabello era oscuro y lo llevaba largo, posiblemente por no tener tiempo para arreglarlo, su piel era de un hermoso color canela y era suave al tacto, pero quizás lo que más le llamaba la atención eran esos profundos y oscuros ojos verdes.



En más de una ocasión logró pillarlo observándola fijamente, y aunque en un principio pensó que era pura coincidencia, Eren mismo terminó por confezarle que le gustaba hacerlo. De ahí comprendió que era un hombre que no se cohibia como muchos de los demás pacientes. No le gustaba apartar su mirada de ella, sobre todo cuando le curaba las heridas o lo ayudaba a vestirse.



A pesar de eso, el joven guerrero era una persona bastante reservada y estoica, no demostraba emoción alguna y en muy raras ocasiones se lo observaba sonreír. Por momentos Axca se preguntaba que le podría haber sucedido en el campo de batalla para haber terminado de esa forma.



Salió de sus pensamientos cuando los rayos del sol chocaron contra su rostro, haciéndola fruncir el ceño con molestia. Una vez que se acostumbro al cambio de luz, empezó a buscar con la mirada al joven, sonriendo suavemente al encontrarlo charlando con su hermano menor, Falco Grice. Apenas se percataron de su presencia, el niño se levantó de su asiento y, luego de saludarla con alegría, se despidió de su curioso amigo y se retiró del lugar.



-Buenas tardes, Eren -Lo saludó la joven rubia de manera amable.

-Buenas tardes -Le respondió de manera educada, aunque algo fría- ¿Vienes por mi para mi chequeo semanal?

-Así es -La ojimarrón lo ayudo a ponerse de pie y le acercó la muleta que solía utilizar-. Solo tomará nos momentos, luego uno de mis compañeros te ayudará a bañarte para que puedas descansar.

El más alto asintió y empezaron a caminar hacia el interior del hospital, observando en silencio a la joven que iba a su lado. Varios minutos después, llegaron a la enfermería y la joven le pidió que tomara asiento mientras buscaba las vendas y el agua oxigenada para poder curarlo.



Eren acató la orden y se sentó en una silla que estaba vacía, aprovechando la concentración de la joven para poder observarla con más detenimiento; el uniforme que utilizaba no le gustaba en lo absoluto, posiblemente porque no le permitía ver algo más que sus pies, pero al menos agradecía que su rostro no estuviera cubierto, ya que sería una lástima el no poder observar esos finos y rojizos labios, y esos ojos cálidos que se movían de un lado al otro. Era una mujer hermosa.

Acxa regresó hacia dónde estaba el joven y se sentó frente a él. Acercó sus manos a su rostro y empezó a sacarle la venda que cubría su ojo izquierdo con delicadeza. El castaño se dio cuenta de que evitaba mirarlo a los ojos, y de cierta manera podía sentir el nerviosismo de la joven solo por estar cerca suyo.

-Es curiosa la habilidad que tienes con los niños, me sorprende -Se atrevió a decir la rubia.

-No parezco muy amable, ¿Verdad? -Le preguntó el mas alto y Acxa juro que noto algo de diversión en esas palabras-. Me agrada tu hermano, es diferente a la gran mayoría de las personas con las que me he cruzado -Desvió su mirada de manera poco disimulada hacia los labios de la joven y luego la regreso al frente-. Tu también eres diferente, eres muy amable con los pacientes...conmigo.

-No hay razón alguna por la que debería causarte dolor -Le dijo con voz apacible para luego sonreírle.

-Hasta ahora no se como llamarte -Dijo el joven, cambiando de tema abruptamente- ¿Srta. Grice...o Sra. Müller?

-Acxa esta bien -Le respondió para luego empezar a limpiar la herida con delicadeza-. No me gusta usar el apellido de mi esposo...ahora que ya no está.

-Es una pena que hayas quedado viuda tan pronto...lo siento mucho.

-Gracias Eren.

Continuó limpiando la herida con sumo cuidado, observando con detenimiento las reacciones del más alto y una vez que terminó de limpiar la herida, tomó las vendas limpias y empezó a venderle el ojo.



-Listo -Le dijo para luego intentarse ponerse de pie, sin embargo fue detenida por la mano del ojiverde- ¿Eren?

-Deseo besarte.

Acxa pestañeó varias veces, claramente sorprendida por la directa confesión que le acababa de hacer Eren, sintiendo como sus mejillas ardían con fuerza. Seguramente su rostro debía estar completamente rojo, era la primera vez que alguien le decía que la deseaba, por lo que no estaba acostumbrada a ese tipo de declaraciones. Sin embargo lo que más le sorprendió fue que no se hubiese separado del agarre del más alto, no la estaba sujetando con fuerza ¿Entonces porqué no se separaba?

La respuesta era sencilla. Ella también deseaba besarlo.

Había sabido esconder bien su deseo por el joven eldiano, no sólo lo hacia por el hecho de que se sentía culpable de desear a otro hombre que no fuera su difunto esposo, sino que también era su paciente. Ella cuidaba de él, no era correcto que alguien del personal de médicos y enfermero tuviera intimidad con las personas que se suponían que debían cuidar.

Por supuesto que no era una regla que se cumplía a raja tabla. En más de una ocasión había encontrado a sus compañeros en situaciones comprometedoras, ya sea entre ellos o con pacientes, pero nunca dijo nada. Después de todo no era de su incumbencia lo que los demás hacían. No entendía cual era ese morboso deseo que tenían de encamarse con personas que cuidaban...hasta ese momento.

Quizás era la abstinencia en la que se encontraba, o que sin dudas Eren era alguien bastante atractivo, pero ella también deseaba estar con él.

-Sé que también quieres hacerlo -Le susurró el moreno mientras empezaba a acortar la distancia entre ellos-, solo acéptame...

-Sabes que está mal -Murmuró la rubia para luego tragar con fuerza.

- ¿Por qué? ¿Solo porque eres viuda? ¿O eres una enfermera? -Le preguntó en un susurro-. No me interesan ninguna de las dos cosas, además, si nadie se entera...no habrá problemas.

El ojiverde la tomó por la barbilla y acortó toda distancia entre ellos, rozando con delicadeza los húmedos labios de la ojimarrón, disfrutando de sentirla temblar por su toque, para luego morderle el labio inferior con delicadeza. Acxa soltó un suave jadeo y no pudo evitar deslizar sus manos sobre los muslos del castaño, uniendo casi de manera inconscientemente sus labios en suave y delicado beso, que fue correspondido casi de inmediato. Justo cuando Eren pudo introducir su lengua en la boca de la joven, la puerta fue golpeada varias veces, sacándolos de la burbuja que se había formado alrededor de ellos. La joven se apresuró en alejarse del ojiverde y se aclaró la garganta con fuerza, respondiéndole a su compañera rápidamente.

Antes de abriera la puerta, Eren se puso de pie y la volvió a tomar por la muñeca.

-Ve esta noche a mi habitación...te estaré esperando -Le murmuró el más alto para luego separase de ella y abrir la puerta, retirándose del lugar a paso lento.

La joven solo lo observó en silencio, sintiendo como su corazón latía de manera errática, sus piernas temblar y un ligero cosquilleo recorrerle el cuerpo. Aún podía sentir la suavidad de esos labios y la calidez del aliento del castaño chocar contra su rostro, no pudo evitar morderse el labio de manera ansiosa. ¿Sería capaz de ir?



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Unos ligeros golpes en la puerta sacaron a Eren de sus pensamientos, haciendo que se sentara sobre la cama. Acomodó todos los papeles que estaban esparcidos por el colchón y los guardo en el cajón de la mesa de noche que había junto a su cama para luego exclamar un "adelante" lo suficientemente fuerte para ser escuchado del otro lado de la fuerza.

Se sorprendió gratamente al ver que del otro lado de la puerta se encontraba su pequeño interés, quien sólo le dedicó una pequeña sonrisa cuando hizo contacto visual con él. Acxa sólo cerró la puerta detrás suyo y le llamó la atención a Eren el escuchar el pequeño sonido de la cerradura siendo trabada. Para él, sólo podía significar una cosa. No se iría de ahí esa noche.

-Así que viniste -Murmuró el castaño con voz ronca, cosa que hizo a la joven temblar-. Pensé que no lo harías.

-Por un momento pensé en no hacerlo...pero ya no puedo seguir negándolo más -Soltó un suspiro y se acercó a la cama, subiéndose a esta para luego gatear hasta queda frente al pelilargo-. Yo también te deseo, Eren.

El nombrado no espero más y acortó toda distancia entre ellos, besando esos apetitosos labios que tanto había deseado volver a probar, disfrutando de los suave suspiros que lanzaba la joven ante sus atenciones. Al comienzo fue un beso lento y hasta dulce, pues era la segunda vez que ambos compartían tan íntimo gesto. Querían sentirse, conocerse, probar cada centímetro sin apuro y disfrutar de la experiencia del contrario. Sin embargo, el castaño estaba algo desesperado por sentir más, por lo que a los pocos minutos tornó el beso más fogoso, provocando de que la joven soltara un suave gemido y se acercara más a él.

Eren aprovecho esta cercanía y la sujetó con fuerza por la cintura, logrando sentirla sobre su regazo, empezando a mover sus manos por sobre el vestido hasta hacerlas descender a sus muslos, acariciando la zona mientras se acercaba a su trasero. La rubia ahogó un gemido dentro del beso al sentir como apretaba sus nalgas con fuerza, presionando la zona para producir una mayor roce contra su pelvis.



Se separaron del beso y los labios del castaño se desviaron hacia el níveo cuello de la joven, besando y chupando la zona a su antojo.



-E-Eren... -Soltó un gemido lastimero al sentir como mordía y echó la cabeza hacia atrás-. No muerdas tan fuerte...



-No quiero que nadie más te toque...y quiero asegurarme de eso -Murmuró para luego lamer la zona donde la había mordido.



Acxa no pudo evitar morderse el labio inferior con deseo, sintiendo como una corriente excitante recorría cada centímetro de su cuerpo al escuchar esas palabras. Hacia bastante tiempo bastante tiempo que no había estado con alguien de esa forma, así que se sentía algo ansiosa por desfogar toda esa pasión acumulada. Sentir a Eren se esa forma, moviendo su cadera de manera lenta y de sus labios besando su cuello la estaban enloqueciendo, y esta desesperación aumentó cuando los grandes manos del mayor sujetaron sus senos con fuerza y los empezó a masajear, logrando sacarle un fuerte gemido.

-Ah...Eren... -Murmuró para luego esconder su rostro en el espacio entre el hombro y el cuello del ojiverde.

-No quiero que reprimas tus gemidos -Le susurró para luego sujetarla por las mejillas.

Esa petición sonó más como una orden a lo que la ojimarrón asintió con la cabeza y volvió a unir sus labios con los del mayor con desesperación, disfrutando de las suaves mordidas que le propinaba el pelilargo a sus hinchados labios. Acercó sus manos a la camisa del joven y empezó a desabrocharla con lentitud, sintiendo como este la ayudaba abrirse la camisa. Cuando finalmente logró quitársela, se separó del beso y soltó un suspiro al observar ese abdomen perfectamente marcado.

- ¿Te gusta lo que vez? -Le preguntó el castaño con picardía.

-Presumido -Fue lo único que Murmuró antes de empezar a repartir besos sobre el bronceado cuerpo del más alto.

Empezó a trazar un camino de besos desde sus hombros, pasando su pecho, marcando un camino con la punta de su lengua hasta llegar al borde del pantalón que el mayor utilizaba otra dormir. Entonces se percató de lo irregular que se había puesto la respiración del ojiverde, cosa que la hizo sonreír y animarse a bajarse de la cama y ponerse de rodillas frente a él.

-Acxa... -siseó el pelilargo, expectante a lo que estaba por suceder.

Eren no pudo evitar soltar un fuerte suspiro cuando la rubia le abrió pantalón y tomó con suavidad su miembro semi-erecto, sintiendo como un escalofrío le recorría la espalda al tiempo que esa pequeña mano empezaba a moverse sobre su longitud de manera exquisita. Estrujó la sabana con sus manos y echó la cabeza hacia atrás cuando sintió la cálida lengua de la joven empezar a jugar con su glande, logrando sacarles varios jadeos.

Era exquisita y tortuosa la forma en que lamia y succionaba su miembro, llevándolo al más puro de los placeres que había sentido en su corta vida. Nunca se habría imaginado que esa tímida enfermera lo haría gemir de manera descarada, pero ahí estaba, practicándole una felación que lo estaba llevando al borde del orgasmo.

-Joder...así... -Gimió de manera ronca, llevando una de sus manos hacia la cabeza de la joven para sujetarla del cabello con fuerza, marcando un ritmo más profundo-. Me encanta como me la chupas.

La joven solo ahogó una carcajada, principalmente por el hecho de que tenía su boca ocupada en ese momento, pero ese comentario le había causado demasiada gracia. Tal vez por la forma tan guarra en que se lo había dicho, o posiblemente por lo irrisoria que toda la situación, no lo sabía bien. Continuó con su labor, sintiendo como le empezaba a faltar el aire por lo rudos que eran los movimientos del pelilargo, seguramente porque estaba cerca de correrse. Sin embargo, y otra su sorpresa, este último alzó su cabeza y la separó de su miembro rápidamente, acercando su rostro al suyo.

-Aun no, quiero hacerlo dentro tuyo -Le murmuró entre jadeos, provocando que soltara un jadeo por la sorpresa.

- ¿Y si no quiero? -Le preguntó de manera provocativa.

-Oh cariño -Eren sonrió de lado y continuó-, vas a rogarme porque lo haga.

Sin más que esperar, la recostó sobre la cama con un ágil movimiento y se colocó sobre ella, acomodándose entre sus piernas. Acercó su rostro al de la joven y estampó sus labios contra los de ella en un apasionado beso, introduciendo su lengua en la cavidad bucal de la joven con rudeza. Acxa soltó un gemido al sentir como las hábiles manos del mayor empezaban a desprenderle el vestido con rapidez, cosa que la hizo sonreír en medio del beso al notar la clara desesperación que sentía el castaño por desnudarla.

Cuando el último botón fue desabrochado, Eren se separó del beso y para luego erguirse sobre la cama y así poder observarla con mayor detenimiento; el pálido pecho de la joven, el cual ascendía y descendía de manera errática, estaba decorado por pequeños lunares y pecas que la hacían ver apetecible ante los ojos del mayor. No espero más y empezó a quitarle la parte de superior del vestido hasta la cintura.

-No tienes idea de lo hermosa que eres para mi -Murmuró mientras la ayudaba a quitarse el sostén-. No sabes cuántas noches soñé con verte así, sin ese horrible uniforme que te obligan a usar.

La ojimarrón sonrió apenada al escuchar esas palabras, sobre todo por la forma en que el castaño la miraba, con deseo y hasta con un poco de dulzura, aunque en eso última podría estar equivocada. Soltó un suspiro cuando sintió las cálidas manos del mayor sobre su temblorosa piel quitarle el sostén que llevaba puesto, dejándola completamente expuesta.

Atinó a cubrirse el pecho con sus brazos casi por inercia, sin embargo el ojiverde la tomó por las muñecas y las coloco a los costados de su cabeza.

-No sientas vergüenza de mostrarme tu cuerpo -Le dijo con la voz ronca, provocando que un escalofrío recorriera la espalda de la joven.

Acxa cerró sus ojos y soltó un suspiro cuando el pelilargo empezó a repartir besos desde su cuello, bajando muy lentamente por sus pechos al tiempo que colaba sus manos bajo la falda de su vestido hasta llegar a su ropa interior, la cual le quitó de manera lenta, casi como si la estuviera torturando. Con un rápido movimiento terminó de arrancarle el vestido y la abrió las piernas suavemente, cosa que hizo que la rubia las cerrara.

-Tranquila, no haré nada que te guste -La joven abrió los ojos, observando esas brillantes esmeraldas que la miraban de manera pícara-. Confía en mi.



La joven lo miró por varios segundos hasta que asintió con la cabeza, recostando nuevamente su cabeza sobre el colchón mientras intentaba calmar su respiración, permitiéndole continuar. Eren sonrió de lado y colocó sus manos sobre las rodillas de la ojimarrón, abriendo nuevamente sus piernas con lentitud; empezó a repartir besos sobre los pálidos muslos de la joven, provocando que empezara a soltar pequeños suspiros y jadeos, aunque de ves en cuando se le escapaba alguna risita por las cosquillas que le causaba la barba del castaño sobre su piel.

Esos suaves jadeos y gemidos provocaron que su miembro se tensara aún más. Estaba desesperado por hacerla suya, quería hacerla gritar y retorcerse del placer, sin embargo sabía que debía tener cuidado con ella. Lo menos que quería es que sufriera. Su recorrido por su piel se detuvo cuando quedó frente al sexo de la joven, soltando un suave suspiro sobre este para luego lamer toda la zona con lentitud. Esa simple acción causó que soltara un fuerte gemido al tiempo que arqueaba la espalda ante esa nueva y extraña sensación.

- ¡No hagas eso, se siente raro! -le pidió la joven mientras se aferraba a las sabanas con fuerza- ¡Ah, Eren!

-Pero si lo estás disfrutando -Volvió a lamer esa zona tan sensible, provocando que soltara otro gemido-. Solo déjate llevar.

Acxa cerró los ojos con fuerza cuando sintió la punta de la lengua del castaño jugar con su clítoris de una forma que ella describiría como "tortuosa". Esa sensación extraña comenzó a volverse placentera, quería más de eso y por eso mismo abrió mas las piernas al tiempo que llevaba su mano hacia la larga melena del joven, estrujándolo con fuerza. Eren sonrió ante esto y continuó con su labor, disfrutando de la sinfonía de gemidos que soltaba la ojigris.

-Eren...ah...estoy cerca -Murmuró entre jadeos-...detente...

El nombrado hizo caso omiso a la petición de la castaña y continuó lamiendo la zona con destreza, disfrutando de los repentinos temblores del cuerpo que estaba bajo suyo. Luego de varios segundos, Acxa soltó un sonoro gemido al tiempo que se corría con fuerza, cayendo rendida en la cama ante la experiencia de su primer orgasmo.

Se alejó de su entrepierna y se relamió los labios con lujuria, observando orgulloso como temblaba la joven mientras se removía suavemente. Su ego aumentaba al saber que él era el responsable de su actual estado. Subió un poco por su cuerpo y comenzó a besar su cintura para luego propinarle una suave mordida que hizo la ojimarrón abriera los ojos, los cuales estaban cristalizados por las lágrimas.



-Ahora debo prepararte bien.

La rubia asintió suavemente y le permitió que la levantara de la cama y la recostara sobre su pecho, depositando un pequeño beso sobre su hombro desnudo. Continuó con esos suaves y delicados besos al tiempo que acercaba su mano derecha a la boca de la joven rubia.

-Lámelos -Le susurró con voz seductora, causando que un escalofrío le recorriera la espina dorsal.

La rubia abrió la boca con lentitud y el ojiverde introdujo dos de sus dedos con lentitud, disfrutando de sentir como lubricada sus dedos con cierta timidez. Cuando estuvo seguro de que habían quedado bien lubricados, los sacó de la boca de la joven para luego empezar a besar su cuello con deseo. Acxa cerró los ojos mientras disfrutaba de los labios del ojiverde sobre su piel mientras sentía como empezaba estimularla con suavidad.

-Relájate... -Le pidió con suavidad sin dejar de besarle el cuello.

Cuando sintió como el cuerpo de la joven se relajaba fue cuando introdujo el primer dedo con lentitud. Al sentir ese intruso dentro de su cuerpo, la joven soltó un gemido lastimero y se aferró con fuerza al hombro del pelinegro, rasguñando la zona de manera inconsciente. Hacia bastante tiempo que no pasaba por una situación así, por lo que había perdido la costumbre y por ende ese dolor era normal.

Trató de calmar su respiración en un intento de relajar su cuerpo, sintiendo como el ojiverde reanudaba el movimiento de su dedo en su interior. Al principio, sus gemidos eran causado por el dolor e incomodidad por el pequeño intruso dentro de su sexo, sin embargo, luego de varios minutos, ese dolor fue reemplazado por placer, provocando que comenzará a soltar varios gemidos mientras se retorcía sobre la cama.

-M-Mas... -Le susurró mientras movía su pelvis de manera involuntaria, buscando más contacto con ese dedo.

-Tus deseos son órdenes para mi.

Con su mano libre la hizo ladear el rostro para poder besar esos labios de los que se había vuelto adicto en tan poco tiempo. Introdujo el segundo dedo en su interior y comenzó a moverlos con más fuerza, excitándose aún más al sentir la humedad de aquella zona y los obscenos sonidos que se escuchaban por toda la habitación.

-Eren...-Murmuró sobre los labios del más alto-. Estoy cerca.

El más alto le mordió el labio inferior con suavidad para luego sacar sus dedos del cálido interior de la rubia. La recostó sobre la cama y le abrió las piernas con delicadeza, acomodándose entre ella con lentitud a causa de su pierna. Depositó un suave beso sobre los labios de la menor para luego empezar a trazar un camino imaginario de besos por sobre su pecho y abdomen.



Acxa abrió los ojos con lentitud y no pudo evitar morderse el labio inferior el observar el miembro del castaño aún se alzaba orgulloso y que ya había empezado a liberar líquido pre-seminal. Eren se escupió la mano y comenzó a masturbarse, soltando un suave gemido de placer. Esa imagen se le hizo bastante excitante a la menor, quien tragó con fuerza a causa de lo ansiosa que estaba.

Una vez que estuvo bien lubricado, se acomodó sobre la joven y guió su miembro hacia la entrada de la rubia, rozando la zona con su glande otra luego introducirlo lentamente en el cuerpo de la joven. Eren no pudo evitar soltar un sonoro gemido al sentir la calidez y lo estrecha que era, estrujando las sabanas con fuerza en un intento de comenzar a embestirla con rudeza. Acercó sus labios hacia los contrarios y la besó con intensidad, intentando calmarla. Cuando se separó y abrió sus ojos, observó el rostro contraído de la menor, quien había liberado un par de lágrimas por el repentino dolor. Acercó una de sus manos al rostro de la rubia y limpió esas lágrimas con su pulgar.

-Ya pasará, te lo prometo.

La joven asintió con la cabeza y trató de relajarse lo más que podía, buscando una posición que la hiciera sentir menos incómoda. Con el paso de los minutos, esa incomodidad fue reemplazada por el placer, por lo que movió su pelvis contra la del pelilargo, indicándole que ya podía moverse. Eren asintió y comenzó a moverse con lentitud, soltando varios jadeos del placer.

-Eres tan estrecha, maldita sea-Murmuró el ojiverde entre gemidos.

-Ah...Eren... -Enredó sus piernas alrededor de la cintura del castaño y lo sujetó por las mejillas con ambas manos-. Más fuerte...hazlo más fuerte.



Eren acató la orden y se sujetó con fuerza al respaldo de la cama, empezando a mover su pelvis con más fuerza, embistiéndola de manera errática, liberando toda la energía que había mantenido acumulada durante esos meses. Como consecuencia, la joven empezó a soltar gemidos más sonoros mientras arqueaba la espalda de manera placentera.



Varios minutos después, se alejó del respaldo y se apoyó en ambos brazos, moviéndose casi bestialmente, disfrutando de los gemidos y de los arañazos que le propinaba la menor. Acxa llevó sus manos de la espalda del castaño hacia el trasero del más alto, apretando la zona con la finalidad de acercarlo más a su cuerpo.



- ¡Ah, sí! ¡Más! -Exclamó la joven mientras cerraba los ojos con fuerza- ¡Eren!



-Joder...Acxa...adoro como dices mi nombre -Murmuró para luego soltar un ronco gemido, estrujando los senos de la manos entre sus manos-. No sabes...cuanto deseé tenerte así, gimiendo mi nombre, pidiendo por más.



-Y no sabes cuántas veces soñé con que me hicieras tuya -Le dijo para luego sujetarlo por las mejillas-. Solo quiero ser tuya.



-Y yo no quiero que seas de nadie más, solo yo quiero verte de esta forma -Le dijo para luego besarla suavemente al tiempo que cambiaba de posición, quedando la joven sobre él-. Vamos, muévete.

La rubia asintió y comenzó a moverse lentamente, apoyándose sobre el pecho del mayor para tener mayor estabilidad. Eren la sujetó por la cintura y comenzó a guiarla, cerrando los ojos para luego soltar un gemido gutural.



-Maldición... -Gruñó con fuerza para luego empezar a alzar su pelvis, penetrándola con más fuerza.



La joven soltó un fuerte grito, el cual fue acallado por la boca de Eren, quien se había sentado sobre la cama.



-No alces la voz, no queremos ser descubiertos... ¿o si? -Le preguntó para luego sonreírle-. No me gustaría que alguien más te viera así, temblando y gimiendo mi nombre mientras te hago mía.



-Eren... -Apoyó su frente en el hombro del castaño.



La rubia retomó sus movimientos al tiempo que se abrazaba a su cuello, gimiendo cerca del oído del mayor ya que sabía que eso le gustaba. Eren gimió ronco y apresuró sus movimientos, sintiendo como un cosquilleo se instalaba en su vientre.



-Acxa...estoy cerca -Le susurró entre gemidos, aumentando la velocidad de sus movimientos

-hazlo adentro... -Le susurró para luego tomarlo por las mejillas, besando suavemente los labios del mayor.

-Te dije que lo pedirías.

Eren soltó un jadeo cerca de la oreja de la rubia para luego lamerle el cuello, volviendo a unir sus labios en un beso demandante. Volvió sus movimientos aún más irregulares, provocando que la rubia echara la cabeza para atrás mientras intentaba acallar sus gemidos. Entonces el ojiverde soltó un gutural gruñido mientras apretaba las nalgas de la ojigris con fuerza, corriéndose con fuerza el interior de la joven.



La ojimarrón, al sentir ese liquido caliente en su interior, se vino con fuerza mientras estrujaba el cabello castaño del más alto, gimiendo con fuerza mientras sentía como su cuerpo temblaba del placer. Ambos cayeron sobre la cama, tratando de regular sus respiraciones. Cuando pudo reponerse, Eren se acercó al rostro de la joven y besó sus labios de manera pausada, disfrutando de ellos con placer.

-Esto fue...mejor de lo que me hubiera imaginado -Murmuró la rubia entre jadeos, esbozando una sonrisa.



-Si, realmente lo fue -Le beso el cuello con delicadeza-. Aunque aún no estoy satisfecho.



-Tenemos toda la noche.

-Al final de esto...terminarás odiándome -,Sentenció el castaño con seriedad.

-No creo que eso pueda suceder -Dijo Acxa mientras acariciaba el pecho y el abdomen del ojiverde.

-Créeme, lo harás.


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Hola gentecilla bella, ¿Cómo están?


Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial

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Aquí regresó con un One-Shot de uno de los personajes más populares de Snk

El Erencio


Y encima bien puerco jajaja


Es la primera vez que hago algo como esto, así que si les gustó, díganme si quieren que haga otro one-shot de algun otro personaje ❤❤










Si les gustó, dejen esttellita y comenten, se los agradecería de corazón



Sin más que decir....




Bye Bye










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