CHAPTER THIRTEEN
THIRTEEN • I'M ALONE
EL AÑO ESCOLAR PASÓ y con eso las amistades de Betty, ya no se juntaba con los niños y con eso indicaba no juntarse con su mejor amigo Steve. Ya que sus padres no aceptaban el estilo de vida que llevaba la pelinegra, decían que era un peligro para la comunidad de Hawkins. ¿Y lo qué la hacía peor? Hopper la había adoptado, quien trataba de limitar la personalidad de Betty. Pero no había caso: Betty estaba en puro descontrol.
Primero fue crear una banda, algo muy normal, segundo fue las carreras de autos, tercero las peleas y cuarto su mal vocabulario y adición a romper las leyes. No eran las más importantes, pero aún así, dejaba una mala imagen. No sólo para ella, sino para todos quienes trataban con su persona.
Y allí estaba en el baile estudiantil, esperando la señal para subir al escenario, quien tocaba una banda aburrida. —Esto apesta. —Se quejó mientras tomaba de su vaso, que a escondidas le había puesto alcohol.
—Ni me lo digas a mi. —Le contestó Thomas Jackson, el bajista y compositor de su banda. Thomas era un chico tranquilo y desinteresado en la vida, pero algo maniático por el arte y la poesía que los rodeaba. Siempre vivía en una nube.
—¿Por qué tarda tanto ese idiota?—Bufó mientras observaba la multitud de personas bailando, charlando y bebiendo ponche. Entre ellas pudo localizar una cabellera rubia, quien la dejó sorprendida. —¿Billy Hargrove en el baile estudiantil? No puede ser...
Thomas largó una carcajada al escuchar eso. —Si...veras, tu novio Ken invitó a Heather al baile, para por fin copular con ella. —Ambos fingieron arcadas al verlos a ambos. —Lo que el hombre heterosexual hace para conseguir un poco de coño.
Betty soltó un risa y lo miró con una ceja enarcada. —¿Qué? ¿Nunca haz rogado por un poco de sexo? —Lo miró divertida mientras Thomas rodaba los ojos.
—Obvio que no, tengo una dignidad. —Se dio vuelta hacia la mesa para agarrar un bocadillo. —Debería, ya que no consigo nada y tengo más opciones que los demás.
Betty siguió observando a Billy a la distancia, él le robaba algunas miradas mientras Heather le hablaba, pero aún así le prestaba atención a su amigo. —Las desventajas de ser bisexual y no ser popular.
—Cállate, que tú estás igual.
—Pero yo si soy popular. —Una sonrisa traviesa apareció en el rostro de la pelinegra. Thomas le golpeó el brazo, provocando que ella riera.
—¡Gracias a Hargrove!—La risa paró, la cara de Betty comenzaba a enrojecer. —Todavía no puedo entender como ese patán logró meterse en tus pantalones, ¿Qué hizo? ¿Te sobornó?
Betty rodó los ojos. —No soy una prostituta, Tom. —La pelinegra bufó ofendida, y antes de que su amigo dijera algo volvió a hablar. —No hables, ahí viene Noah.
Un chico de casi dos metros se acercó a ellos, algo nervioso. No paraba de mirar a todos lados. —Todo listo. En 5 atrás del escenario. —Habló nervioso sin verlos y se fue apurado.
—¿Qué le pasa?—Preguntó Betty observando como Noah se alejaba.
Thomas solo se encogió de hombros. —¿Pánico escénico?
—Espero que estés equivocado, Jackson.
Los minutos pasaron y con eso llegó la hora de ir tras bambalinas. Allí se encontraba Noah y Molly, el baterista y cantante de la banda. Thomas y Betty se acomodaron en sus posiciones, la pelinegra en la guitarra y su amigo en el bajo. El cuarteto esperó y vio como el telón se abría revelándolos ante el público, cortesía de Molly por coquetear con el técnico del baile. —¡Hola, estudiantes de Hawkins! —Molly gritó en el micrófono, llamando la atención. —¡¿Están listos para Bad Reputation?!—Gritó el nombre de la banda y el público adolescente enloqueció, ya los conocían, ya habían tocado para algunas fiestas y los amaban. —¡Bien! ¡1, 2, 3!
A partir de allí todo se descontroló, ni los profesores podían hacer nada, ya que estaban pasando un buen momento con la música rock que tocaban. Todos bailaban y algunos gritaban hasta quedar sin voz. Betty vio como Steve Harrington bailaba junto a Nancy y Jonathan, solo que él gritaba las canciones a todo pulmón y la miraba alegre. También vio a Billy reír y cantar a gritos mientras Heather trataba de llamar su atención para bailar, pero Billy no baila, el ama descontrolarse.
Una vez terminado con nuestro mini show, Betty se acercó al micrófono y todos gritaban. —Nos gustaría quedarnos, pero ya hemos tocado todas las canciones posibles y ya se nos hace tarde. ¡Gracias por escucharnos, Hawkins! —El público gritó, algunos abucheándolos de que se iban y otros alegres de que habían tocado.
Guardaron los instrumentos en la camioneta de Noah y mientras Betty subía su guitarra, escuchó como unos pasos pesados se acercaban a ella y se detenían atrás de su espalda. Se giró y quedó sorprendida al ver aquellos ojos azules que tanto le gustaban, también aquella melena rubia y su piel dorada, que asombrosamente no perdía color aún. —¿Qué quieres? —Dijo con rudeza. Billy solo trago duro mirando un punto ciego de la camioneta.
—Y-yo...Yo quería decir que tocaste muy bien, digo, q-que tocaron muy bien. —El rubio miraba todo excepto a ella, algo que la sorprendió aún más. ¿Billy nervioso de hablarle a una chica? Nunca visto.
—Gracias. ¿Algo más? —Su tomó de voz se había suavizado, pero aún era firme. Algo que el rubio notó.
—Si. —Está vez la miró a los ojos, dejando ver lo nervioso y asustado que estaba. El rostro de Betty se suavizó.
—Billy, ¿Pasa algo?—El rubio se asombró al ver que demostraba preocupación por él y había dicho su nombre, algo que lo calmó un poco.
—S-si. Solo...—Billy suspiró, tratando de relajarse. Seguro se veía como un idiota. —Solo quería disculparme. No tuve que hacer lo que hice, no puedo explicarme porque lo hice porque ni yo lo sé. —Era sincero, pero a la vez mentía por el bien de ambos. Si sabía porque lo había hecho. —Y yo...
—Mientes. —Soltó cortante. Agradecía que se disculpara, pero sabía que mentía. —Sabes porque.
Billy la miró atónito al escuchar lo que había dicho. Pero tenía razón, ella merecía saber el porqué, aunque le cueste decirlo. El rubio cerró los ojos por un segundo y los volvió abrir. —Lo hice porque nunca nadie fue amable conmigo. —Betty lo miró confundida. —Tenía miedo de sentirme aún más cómodo con tu presencia y acostumbrarme a ella. —La pelinegra parecía aún más confundida, pero trato de no preguntar nada y dejar que continúe. —Verás, las personas que me han tratado bien y me he encariñado con ellas me han dejado o se han ido. —En ese momento Billy comenzó a recordar a su madre y lo solo que se sentía sin ella, algo que Betty podía cambiar. Algo que le daba miedo. —Y todavía no se porque me dejaron solo. —Está vez sus ojos contenían lágrimas para soltar, y dejó soltarlas. Billy quería abrirse a ella, quería que le perdone. —En serio, perdón por todo lo que hice. No mereces lo que te hice, no cuando fuiste la única en ser amable conmigo sin pedirme nada a cambio.
Betty suspiró al ver lo roto que estaba Billy a pesar de que la había ignorado lo que restaba del año, él no quería romperse pero aún así de a poco lo hizo. La pelinegra se acercó al rubio y lo abrazó, se sorprendió al ver que tan rápido lo había correspondido. Al parecer se sentía más solo que nunca. —Te perdono, Billy. —Un lloriqueo salió de la boca del nombrado, y la apretó más fuerte.
—G-gracias, gra...cias. —Trató de hablar entre bocanadas de aire. Nunca había llorado tan fuerte en la presencia de alguien, y eso lo asustaba. Pero valía la pena, era Betty.
—Pero no olvido. —Dijo firme la chica, esta vez alejándose un poco y mirándolo a los ojos. —Debes arreglar lo que hiciste y volver a ganar mi confianza.
—Si, lo haré. —Aceptó y volvió apoyar su mejilla en el hombro de Betty. —Gracias.
—Está bien, Billy.
Billy esa noche, por primera vez, pudo dormir feliz entre las paredes de su habitación.
—FIN DE LA TEMPORADA 2!
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